4 minute read

LATIDOS DE ESPERANZA: LA LABOR DEL PATRONATO HGT

Por Elsy Pineda

En el corazón de Tijuana, una organización civil ha transformado el cuidado y la atención del cáncer infantil en Baja California, no solo con recursos, sino con humanidad, dignidad y amor. Se trata del Patronato del Hospital General de Tijuana (HGT), una asociación independiente que, desde hace más de dos décadas, ha brindado un acompañamiento integral a niñas, niños y adolescentes que enfrentan esta dura enfermedad.

Desde su fundación en 2001 —y con un enfoque definido en oncología pediátrica a partir de 2008— el Patronato HGT ha dejado una huella profunda en miles de familias. Actualmente, el Hospital General de Tijuana atiende aproximadamente al 60% de los casos de cáncer infantil en el estado, recibiendo pacientes de comunidades como San Quintín, Ensenada y Mexicali. Frente a este panorama, el Patronato HGT responde con sensibilidad, compromiso y visión integral a la atención médica.

Más allá del tratamiento médico

Aunque los tratamientos como la quimioterapia se administran directamente en el hospital, el Patronato cubre una gama de necesidades que van mucho más allá. Carolina Reyes, directora de la organización, explicó que su labor consiste en ofrecer un “apoyo complementario” que muchas veces marca la diferencia: desde agujas pediátricas especiales hasta parches para aliviar el dolor de las inyecciones. “Son detalles que cambian por completo la experiencia de los pequeños pacientes”, afirmó.

“Este acompañamiento integral ha dado frutos medibles. En 2008, la tasa de sobrevida era de apenas un 8%. Hoy, en 2025, alcanza un impresionante 76%, muy por encima del promedio nacional, que oscila entre el 50% y el 55%. Este avance se debe no solo al tratamiento médico, sino a todo un entorno de cuidados físicos, emocionales y sociales”, agregó.

Casa Mi Estancia: un segundo hogar

Uno de los proyectos más representativos del Patronato HGT es Casa Mi Estancia, inaugurada en 2014 y ubicada en la colonia Buena Vista. Fue concebida como un refugio para los pacientes ambulatorios y sus familias. Aquí reciben alojamiento gratuito, alimentación con enfoque orgánico, transporte diario al hospital, atención psicológica y dental, y quizá lo más importante, un entorno seguro y libre de preocupaciones cotidianas.

La casa también sirve como resguardo para aquellos pacientes que, aunque ya fueron dados de alta, permanecen inmunocomprometidos y necesitan un espacio seguro para recuperarse sin riesgo.

Puentes de vida

Gracias a alianzas estratégicas con instituciones como Rady Children’s Hospital de San Diego y la organización internacional St. Jude, el Patronato también gestiona visas humanitarias para tratamientos especializados en Estados Unidos. Estas colaboraciones han sido clave para capacitar al personal médico local y actualizar los protocolos de atención.

Acompañamiento en cada etapa

La labor del Patronato HGT no concluye con la última quimioterapia; el equipo acompaña a las familias durante la etapa de vigilancia médica, que puede durar hasta cinco años después del tratamiento. Celebran cumpleaños, logros escolares y momentos simbólicos como la “campanada” que marca el fin de la quimioterapia.

Incluso en los momentos más difíciles, cuando el tratamiento deja de funcionar, el Patronato brinda cuidados paliativos y apoyo en gastos funerarios, reafirmando su compromiso de no abandonar a las familias.

Solidaridad como motor

Todo esto es posible gracias a un equipo pequeño, pero profundamente comprometido. No existe cuota de recuperación: el alojamiento, los alimentos, el transporte y la atención psicológica son totalmente gratuitos para las familias beneficiadas. El Patronato sostiene sus operaciones a través de eventos creativos de recaudación de fondos, alianzas con empresas, convocatorias públicas y apoyo de la comunidad.

Aunque la mayor parte del esfuerzo se dirige a la oncología pediátrica, también brindan apoyo cuando es posible a pacientes de otras especialidades. Sin embargo, Casa Mi Estancia está destinada exclusivamente a pacientes infantiles con cáncer, dadas sus necesidades particulares de protección y cuidado.

Un refugio de esperanza

Lo que inició como una conversación entre amigos en 1999 se formalizó en 2001 y tomó forma definitiva con la adquisición de una vecindad en 2014. Desde entonces, Casa Mi Estancia ha recibido a cientos de familias que han encontrado no solo un techo, sino un refugio de humanidad y esperanza.

“Nuestro objetivo es que los padres puedan concentrarse en lo más importante: amar, cuidar y acompañar a sus hijos. Todo lo demás, lo intentamos resolver nosotros”, expresó Reyes.

El Patronato del HGT nos recuerda que, cuando la comunidad se une, la solidaridad y la empatía pueden ser tan poderosas como cualquier medicina. En medio de las situaciones más difíciles, su labor demuestra que la esperanza también se puede organizar.

This article is from: