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Desde las emociones Reflexiones de un verano caluroso

Como ya he mencionado en muchas ocasiones, hace mucho tiempo dejé de ver televisión como una forma de expansión, relajación o información. Y más aquellas cadenas donde la tendencia hacia una idea política abandona la objetividad y la pluralidad. Me centro en la dos, en programas neutros o planos, sobre todo los fines de semana, en las películas del viernes, sábado y domingo. Me parece que hacen una buena selección de películas españolas, así como europeas.

Por primera vez, creo que en mi vida he salido de vacaciones en junio. Mi actividad profesional se centra y se intensifica en junio y julio, este año por distintos motivos me resultaba mejor partir en estos últimos días de junio y primero de julio. Así que en uno de los apartamentos donde nos alojábamos estaba programada una cadena televisiva de las que no soy aficionado, igual que de otras de tendencia contraria. La casualidad hizo que en ese momento uno de los presentadores de uno de los telediarios estuviera criticando duramente al líder de VOX, con el que no comparto casi nada. Los extremos de derecha o de izquierda no me agradan, incluso me repugnan, pero dentro del juego democrático que hemos montado y con el que no estoy en nada de acuerdo, sería largo de relatar, pues hay que respetar las ideas de unos y de otros.

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El Sr. Abascal y en relación con la semana del orgullo gay, o del colectivo LGTBI, en estos momentos no sé si se me olvida una sigla, creo que no, semana que me parece algo exagerada y larga, pero es lo que se hace, y sinceramente no sé si realmente sigue habiendo tanta oposición social a las tendencias sexuales o de género de cada persona, quizás el hecho de que yo no siento para nada esta oposición a que cada uno exprese su sexualidad como le venga en gana, hace que no sienta esta celebración como algo necesario. El Sr. Abascal quizás no estuvo nada acertado, a nivel de corrección política, pero este es de los que no parece importarle para nada si es políticamente correcto, dice lo que siente. Y quizás es lo único que me gusta de este tipo porque claramente se le ve venir. Ante la pregunta de si iba o no a celebrar el día del orgullo gay, como era de esperar, dijo que NO, que él era heterosexual y no veía necesario celebrar ese día. El presentador criticó duramente esas manifestaciones y, lo que me pareció igual de descabellado, fue el analogismo que utilizó comparando este día con el día del cáncer diciendo que seguramente el Sr. Abascal tampoco celebraría este día porque no padecía cáncer.

Me molestó mucho en ese momento la comparación. Quién no tiene familiares, conocidos, amigos con esta maldita enfermedad. Poner en el mismo nivel lo que se celebra en esos dos días, no creo que lo del orgullo gay tenga nada que ver con una enfermedad maldita que lleva a tantas personas a su final. Más de doscientas mil en el último año. Cierto es que todavía parece que hay personas que padecen el rechazo de ciertos colectivos por manifestar su tendencia sexual o su género. Aun así, creo que la comparación como mínimo no fue acertada. Y más utilizarla con algún objetivo de descrédito político. Después desarrolló una lista de ayuntamientos donde no se exhibía la bandera del colectivo LGTBI. Y eso ocurría gracias al apoyo de los políticos del PP.

Nuestra política no cambia, no hay nuevas tendencias donde algún día provoquen la defensa de las ideas por lo que son en sí y no por la desacreditación de lo que los otros hacen. Cuántos ayuntamientos en el norte no enarbolan la bandera española porque quién gobierna es la extrema izquierda independentista, gracias al apoyo del partido socialista. Uno de nuestros grandes males democráticos es que el apego al poder nos lleve a este tipo de situaciones.

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