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Desde las emociones ¿Desenamorarse sin dolor?

Creo que muchos de nosotros pasamos la vida buscando el origen del amor y la explicación de ese sentimiento tan profundo que lo debería bañar todo. Sabemos que no es así, que supone sin duda una utopía que la humanidad, nuestra sociedad más cercana o nuestro entorno, vaya a estar revestido del AMOR. En el amor más cercano el de los hijos, los padres, los amigos, y por supuesto en el de ese amor pasional que surge en una pareja, por supuesto, iniciado en un enamoramiento incontrolado, porque el amor en ese nivel es incontrolado, se nos va de las manos y surge la pasión

Difícilmente alguien puede llegar a plantearse en una situación donde la química aparece como generadora de unas sensaciones nuevas, el control de ese proceso. Que de forma unánime establecemos como uno de los estados más placenteros que puede sentir un ser humano. EL ENAMORAMIENTO. Claro siempre que sea biunívoco, bidireccional y que exista una correspondencia; porque el enamoramiento no correspondido lleva a otras sensaciones negativas y frustrantes.

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En este caso analizo ese enamoramiento correspondido, donde los amantes, los que se aman, viven en ese estado de placidez. En mi experiencia no he vivido alguna situación observada de otras personas donde alguna de ellas se plantee el control o la gestión adecuada del desenamoramiento. Por supuesto no nos preparamos para eso, porque además, en una situación de enamoramiento, esa situación ni se nos pasa por la cabeza que eso pueda llegar a ocurrir. Mi amor es para toda la vida. Y así UTÓPICAMENTE pensamos que en ese estado nada ni nadie puede romper lo que sentimos. Cierto es que hay parejas que consiguen terminar sus vidas juntos de forma pactada y pacífica. Ahora, en este caso, mis reflexiones van destinadas al momento en el que la pareja por alguna circunstancia se rompe.

Si la ruptura es pactada, y ambos miembros tienen claro que lo mejor es separarse después de un tiempo juntos, sin duda, la transición será más fácil para ambos, aunque se produzca un cierto dolor. Rompemos costumbres adquiridas, hábitos, recordamos situaciones vividas con la otra persona donde nos hemos sentido las personas más felices y, difícilmente la ruptura, aún siendo pactada, nos causa TRISTEZA. Deberían habernos enseñado a barajar esta situación para que sea lo menos dolorosa posible y lo dicho, aún siendo la separación pactada, tendremos que pasar un proceso de duelo, con más o menos dolor. Creo que es más frecuente que se produzcan las rupturas de forma unilateral, por los motivos que sean, pero que una de las personas de la pareja diga ¡basta!; y aquí se pueden dar cientos de situaciones o de motivos del por qué ocurre esto. En este caso, la persona abandonada es la más débil y la que tiene que hacer un trabajo más intenso para volver a un estado de equilibrio emocional, incluso físico y cognitivo. En estas situaciones el proceso de desenamoramiento obligatorio exige sin duda la existencia de DOLOR

No lo imagino de otra forma. A no ser para mentes cuya autogestión de las emociones sea superior. Sinceramente no conozco en mi entorno a nadie que lo consiga. Cuando tienes una relación intensa en la pareja y uno decide romper, se presentan muchas incógnitas; entre ellas, quizás la que genera más dudas es si se debe poner distancia con la otra persona. ¿El desenamoramiento se puede producir con el mantenimiento de una parte de la relación? La persona que rompe, si no lo hace de forma agresiva o violenta, o como vulgarmente se dice dando un portazo sin volver la mirada; puede incluso desear continuar con una parte de esa relación e incluso proponer mantener ciertas actividades, pero ya fuera de la pareja previamente establecida en base al amor que existió. En la mayoría de los casos los psicólogos y terapeutas aconsejan poner distancia. Desde el dolor de la ruptura es más difícil volver al equilibrio manteniendo el contacto con el miembro de la pareja que decide romper. Por el contrario, tampoco se aconseja

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