Solidaridad Global Nª 10 Marzo 2008

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eneral de Brigada ( R ) Juan Jaime Cesio “Si vis pacem para bellum orientó el pensamiento de políticos y militares al principio del siglo XX y más aún en los anteriores: un país estaba mejor preparado para defender su soberanía o emprender una acción ofensiva en la medida que aumentara y modernizara sus recursos bélicos, recursos que disuadirían al presunto enemigo o lo llevarían a la derrota. Razonamiento indiscutido en épocas en que la defensa o conquista de un país era oficio exclusivo de guerreros o así se imaginaba. En los tiempos que corren la divisa es o debiera ser: Si quieres la paz, prepárate para la paz”. Nota página 28

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- El amor eterno dura aproximadamente 3 meses. - Tener la conciencia limpia es síntoma de mala memoria. - El que nace pobre y feo, tiene grandes posibilidades de que al crecer…se le desarrollen ambas condiciones. - Los honestos son inadaptados sociales. - El que quiera celeste, que mezcle azul y blanco. - Pez que lucha contra la corriente, muere electrocutado. - La esclavitud no se abolió, se cambio a 8 hs diarias. - Lo importante no es ganar, sino es hacer perder al otro. - No soy un completo inútil… Por lo menos sirvo de mal ejemplo. - Si no eres parte de la solución…eres parte del problema. - Errar es humano…pero echarle la culpa a otro, es mas humano todavía. - Lo importante no es saber, sino tener el teléfono del que sabe. - Yo no sufro de locura… la disfruto a cada minuto. - Es bueno dejar el trago, lo malo es no acordarse donde. - El dinero no hace la felicidad…la compra hecha! Año 5 - Número 10 Staff: Programa de Voluntariado Responsable de Publicación: María del Rosario Galarza Universidad Nacional de Villa María Área de Coordinación: Andrés Cañas ISSN: 1669-0133/ 1851-2976 (en linea) Registro de Documentación: Pablo Alejandro von Düring Arturo Jauretche 1555 - 5900 - Villa María - Córdoba - Argentina Corrección: Jesica Ortiz voluntariadoeditorial@hotmail.com Colaborador/a: Daniel Bonoris, Carolina Oitana, Rosalía Pereyra Página web: www.unvm.edu.ar http://www.unvm.edu.ar/mensajero/book_de_fotos/Practicas_Solidarias/Solidaridad.asp


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certadamente sostiene Octavio Borón que los intelectuales estadounidenses de derecha afirman que su país es un imperio, y que como tal tiene obligaciones internacionales insoslayables. Por su parte, los intelectuales latinoamericanos y caribeños categorizan a Estados Unidos como país imperialista. Cabe agregar que USA es la mayor potencia militar del mundo, que su economía, aún con las afecciones artríticas actuales, es la de mayor dimensión. Tampoco se puede desdeñar la significación de la cultura estadounidense, especialmente en el área comercial de la cultura, en la industria cultural. Concluyendo, lo que resta, en cuanto a vigencia del mundo unipolar, está surcado por la hegemonía de los Estados Unidos. Semanas atrás, se desarrolló un debate macabro sobre la tortura; a resultas del mismo el Congreso, con la negativa de un número elevado de legisladores, dictó una ley que prohíbe el uso de ciertas técnicas universalmente consideradas como tortura. El presidente George Bush tomó la iniciativa y anunció que vetará la ley, es que “Estados Unidos necesita la capacidad de interrogar efectivamente dentro de la ley a los terroristas detenidos de Al Qaeda”, se apresuró a decir Dana Perino, vocera de la Casa Blanca. Se trata de torturar bajo el amparo de la ley. La disposición del Congreso exhibe vericuetos por donde puede colarse la impunidad y la ignominia. Para el Congreso estadounidense, ¿a qué práctica se puede considerar tortura? Los requisitos son: “dolor físico severo, sufrimiento físico severo y dolor o sufrimiento mental severo” y agregan “se tiene que tomar en cuenta tanto la intensidad de la incomodidad o aflicción involucrada y la duración...y si algo no involucra dolor físico severo y no dura mucho, podría no constituir sufrimiento físico severo”. Es ingenuo y estéril pretender comentar esta norma, se perfila directamente al camino de la hipocresía, y en ese camino va sembrando dolores humanos. Arguyen los gobernantes estadouniden-

ses que necesitan de la tortura “para luchar contra el terrorismo internacional”. Ícono del accionar terrorista es/sería la destrucción de la Torres Gemelas en Nueva York. Sin embargo, la autoría del atentado está puesta en entredicho, y puesta en entredicho por personas notables. El ex jefe de Estado italiano Francesco Cossiga, un hombre que supo ganarse el respeto de sus conciudadanos, declaró ante un periodista del Corriere Della Sera: “Nos hicieron creer que Ben Laden había confesado ser el autor del ataque del 11 de septiembre del 2001 contra las dos torres de Nueva York, cuando en realidad los servicios secretos estadounidenses y europeos saben perfectamente que aquel desastroso ataque fue planificado y ejecutado por la CIA y el Mossad, para acusar de terrorismo a los países árabes y así poder atacar Irak y Afganistán”. Cossiga puso de relieve que el ataque no hubiera podido realizarse sin infiltrarse entre el personal de los sistemas de radar y de la seguridad aérea estadounidenses. Los especialistas de la construcción señalan que la simetría en la cronología del derrumbe de las torres sólo pudo ser resultado del uso de explosivos, ya que el incendio no pudo haber dado lugar al drama. Las dudas revolotean como negras mariposas. Al periodista estadounidense Robert Fisk, corresponsal del Independent en Medio Oriente, lo agitan los interrogantes. “Periodísticamente, hubo muchas cosas raras en torno al 11/9. Las informaciones

iniciales que hablaban del ruido de “explosiones” en las torres que bien podría proceder del desplome de las vigas son fáciles de descartar. Menos lo es la información, según la cual el cuerpo de una mujer miembro de la tripulación fue hallado en una calle de Manhatan con la manos atadas. Vale, digamos, que se trata sólo de informaciones oídas del primer momento, del mismo modo que fue un error inicial de los servicios de inteligencia la lista, proporcionada por la CIA, de árabes suicidas, en la que se incluían tres hombres que estaban y siguen estando vivitos y coleando en Oriente Medio”. Fisk se muestra dubitativo en relación con una supuesta carta escrita por un supuesto terrorista egipcio en la que menciona a su familia, algo que ningún musulmán haría y concluye: “No soy partidario de teorías conspirativas. No me vengan con complots. Pero a mí, como a cualquier hijo de vecino, me gustaría saber la verdad entera de lo que ocurrió el 11/9, entre otras, por la nada despreciable razón de que fue el disparador de la “guerra del terror”, una política desde todo punto lunática y falsaria que nos ha llevado al desastre en Irak y Afganistán y en buena parte de Oriente Medio”. ¿Qué mundo se está construyendo bajo la égida de gobernantes que usan mantos de mentiras para disimular ambiciones de lucro y poder, utilizando para lograr sus fines las medidas más abyectas? Nada, absolutamente nada, justifica que un ser humano sea torturado. Cuando esto sea una realidad en los días que nos toca vivir, estaremos anunciando un tiempo mejor.

GRACIAS El Programa de Voluntariado agradece a la Honorable Cámara de Diputados del Congreso Nacional el haber declarado a Solidaridad Global de interés cultural. Las obras que ilustran la portada y portadas interiores pertenecen al maestro Benito Quinquela Martín.


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n alto mando del ejército estadounidense declaró que éste tiene detenidos a unos 950 niños y adolescentes iraquíes, algunos de ellos de 10 años, en una prisión militar de una base militar de Bagdad. El general de brigada de la policía militar estadounidense Michael Nevin afirmó que muchos de estos menores, que en general tienen 15, 16 o 17 años, son analfabetos y han sido detenidos por poner bombas e incluso “por tomar un arma y disparar”. Los menores están encarcelados en la base de Camp Cropper cerca del aeropuerto de Bagdad y forman parte de los cerca de 26.000 detenidos por el ejército estadounidense en todo Iraq. Pero, estos menores, a los que visten con moños rojos, suponen más del 25% de los 4.000 detenidos en la base de Camp Cropper en Bagdad.

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ulf Killman, funcionario de la Organización de la ONU para la Agricultura y la Alimentación (FAO) apoyó una propuesta china de crear una red regional para la reforestación y la gestión sostenible de bosques. Esa iniciativa la presentó en septiembre último el presidente chino, Hu Jintao, durante el XV encuentro informal de líderes del foro de Cooperación Económica Asia-Pacífico, celebrado en la ciudad australiana de Sydney. La misma tiene como objetivo contribuir a la reducción de emisiones de gases contaminantes mediante la reforestación de los países en vías de desarrollo y reducir la deforestación. Killman, director para el cambio climático de la FAO, destacó que la red ayudará a contribuir a la gestión sostenible de bosques y selvas en Asia y el Pacífico, a la vez que reducirá las emisiones de carbono favorecidas por la tala indiscrimada de bosques. Según la FAO, la deforestación avanzó a un ritmo de 13 millones de hectáreas anuales de 1990 a 2005, equivalentes al 20 por ciento de las emisiones anuales de gases de efecto invernadero a finales de la década de los 90.

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n estudio del Fondo Mundial de la Naturaleza (WWF) alertó que el cambio climático y la deforestación pueden desaparecer o dañar seriamente el 60 por ciento de la selva amazónica para 2030. Esa advertencia se formuló por Dan Nepstad, del Centro de Investigación de Woods Hole del estado norteamericano de Massachussets, en rueda de prensa en la Reunión Internacional de ONU. Nepstad aseguró que de ahora al 2030, la deforestación en la selva amazónica puede emitir entre 55 mil 500 y 96 mil 900 millones de toneladas de CO2. También, que la destrucción amazónica conllevará la pérdida de uno de los principales estabilizadores del sistema climático de todo el mundo. El experto estadounidense señaló que la importancia de la selva amazónica para el clima del planeta no puede ser subestimada y subrayó que esto es esencial para controlar la temperatura, sino que además constituye una importante fuente de agua dulce.

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a Red de Acción contra el Cambio Climático (RACC) afirmó que los países en vías de desarrollo necesitan al menos 50 mil millones de dólares anuales para poder adaptarse al aumento de las temperaturas. Un comunicado de la entidad ecologista difundido en la Conferencia Internacional de la ONU sobre el tema, señala que las naciones industrializadas deben suministrar ese capital y ayudar a las otras a adaptarse. En dichos estados desarrollados vive el 15 por ciento de la población mundial y son responsables del 70 por ciento de las emisiones de dióxido de carbono. La RACC, que agrupa a 430 organizaciones ecologistas, recuerda que el Protocolo de Kyoto sobre el cambio climático establece que los fondos para adaptación son voluntarios. Pero, también fija un impuesto de un dos por ciento sobre el volumen del mercado internacional de carbono para financiar proyectos de los países en vías de desarrollo que suscribieron ese acuerdo.


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General de Brigada Juan Jaime Cesio: “El Estado es el único que tiene el derecho de ejercitar la violencia e impone esta potestad tal exigencia ética, que resultan desde todo punto de vista abominables las acciones consumadas sin el debido encuadramiento legal”. Carlos Galano: “Hay más cosas en el aire de lo que la simple toma de conciencia de que habitamos el mismo planeta, de que somos miembros de una misma especie. En el terreno mundano del aquí y ahora, donde el futuro se teje en el presente, son varios y contradictorios los intereses en disputa, y considerarlo es condición necesaria para saber quiénes son los verdaderos compañeros de este viaje”. Claudio Sarmiento: “Dentro del espacio rural, la utilización masiva de pesticidas como método universal de producción de alimentos está siendo revisada en el mundo entero”. Clara Riveros Sosa: “Este asunto de la empresa Botnia es útil para tomarlo como modelo para advertir las muchas “Botnias”, más grandes o más pequeñas, que abundan en nuestro país y acá a la vuelta de la esquina”. Colectivo Ongamira: “¡ Despierta ¡ Es el grito de alerta de un pueblo autoconvocado, frente a la amenaza reiterada de explotación minera metalífera a cielo abierto”.


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Carlos Galano

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Ambientalizar el problema de la cuestión ambiental En el territorio de la reflexión y la propuesta, frente al colapso de una concepción del mundo, tan meneada y ajetreada políticamente en las últimas décadas, aparecen con mayor frecuencia, documentos y producciones intelectuales que parten de la diagnosis de los escombros de injusticias que siembran la historia contemporánea y se narran prognosis alternativas con el objetivo de iluminar para una nueva aventura de la humanidad.

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s evidente que en el crepúsculo del siglo XX, y particularmente en Latinoamérica y el Caribe la crisis terminal del MODELO se desplegó en diferentes manifestaciones. La literatura de la época da cuenta de la Década Perdida de los 80; de la Década Perversa de los 90; de los Procesos de Transnacionalización; de la Globalización Neoliberal. Ríos de tinta para expresar en literatura

seria y documentada el crecimiento de la pobreza, de las desigualdades y de la exclusión, del futuro sin trabajo y la sobredeterminación de la tecnología. La producción reflexiva y crítica, aún revestida con los atuendos progresistas y los nuevos ropajes de alternativas diferentes, intenta poner al descubierto la crisis terminal de una etapa histórica, caracterizada como EL MODELO, cuya racionalidad, es decir el Ethos profundo o núcleo invisible del paradigma, la

constituyó la lógica productivista, a veces y de modo dominante, investida por la legitimidad de la Racionalidad Capitalista; otras veces, más breve en el tiempo, codificada en los relatos del Socialismo Real. Acumulación por la determinación del Mercado. Acumulación por la determinación la socialización de los medios de producción y la planificación centralizada. Toda esa reflexión hecha en las andaduras economicistas, en algunas oportunidades relampagueadas, como si fuera un nuevo aporte o sentido, en los celajes del deterioro del medio ambiente, reconocen sin excepción el bautismo inaugural ritualizado en los óleos del iluminismo, la razón cartesiana y la sacralizada religión del PROGRESO INDEFINIDO. “La Ilustración concebía al


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Ambientalizar el problema de la cuestión ambiental tiempo linealmente. Cada instante suponía una novedad. La historia era un proceso de liberación. Progreso continuo en las versiones liberales, cascada discontinua de revoluciones en las versiones socialistas”, dice Ibáñez. La crisis terminal de una etapa civilizatoria se vincula al proceso de globalización que se corresponde con un descomunal crecimiento de la pobreza y la injusticia, de empobrecimiento material y cultural jamás antes conocido. Algunos afirman que los tonos distintivos de esta etapa se plasman en los perfiles de una supuesta Sociedad del Conocimiento y la Información. Así considerada, por el fenomenal volumen de avances científicos y progresos tecnológicos, que permitirían al mundo alcanzar mejores niveles de vida. Sin embargo, nunca como ahora hubo tanto desconocimiento, tanta crisis, tanto desencantamiento y alienación. Nunca antes en la historia de la humanidad ha habido tanta pobreza y seres humanos que desconocieran tanto sobre la vida y los mundos de vida, enajenadas por la hipertecnologización de la cultura y la colonización de sus saberes. Nunca antes en la historia de la humanidad hubo tantos desempleados, identidades vulneradas en sus derechos y patrimonios culturales por desarraigos de sus mundos de vida, destrucción de sus ecosistemas naturales y simbólicos. Nunca antes en la historia la sociedad estuvo sitiada sin horizontes por la economización de la vida y vaciada por la hipertecnologización de la cultura. Esa crisis global representa la crisis de una etapa histórica que se construyó de espaldas a la complejidad de la realidad y redujo el progreso al mecanicismo simplificador de la racionalidad instrumental productivista, industrial y agraria, en su etapa final subsumidas en las burbujas financieras y comercial, muestran de cualquier modo su inscripción en el contexto de la racionalidad capitalista, legitimada por el aparato tecnocientífico como vector omnipotente de la sociedad de consumo. Etapa homogenizante, etapa del triunfo de lo mismo, de lo igual, de lo metastásico. También esta crisis epocal es la crisis de un modelo de conocimiento y de una concepción sobre la cultura y el desarrollo, es una crisis del conjunto de los artefactos

Evolución de los Conceptos

Conviene recordar que el concepto de educación ambiental no es estático, evoluciona de forma paralela a como lo hace la idea de medio ambiente y la percepción que de él se tiene. Tradicionalmente se trabajaban los aspectos físico-naturales del medio desde planteamientos próximos a las ciencias de la naturaleza. Posteriormente se planteó la necesidad de contemplar de forma explícita el medio ambiente en los procesos educativos, pero la atención se centró en cuestiones como la conservación de los recursos naturales, la protección de la fauna y flora, etc. Actualmente sabemos que aunque los elementos físico naturales constituyen la base de nuestro medio, las dimensiones socioculturales, políticas y económicas son fundamentales para entender las relaciones que la humanidad establece con su medio y para gestionar mejor los recursos naturales. También somos conscientes de la interdependencia existente entre medio ambiente, desarrollo y educación. Precisamente esa consciencia nos conduce a reclamar la reorientación de la educación ambiental de modo que, además de preocuparnos por el uso racional de los recursos, debemos ocuparnos del reparto de esos recursos y modificar los modelos de desarrollo que orientan su utilización. La educación ambiental, según su concepción actual, no representa una respuesta coyuntural sino que supera la perspectiva tecnológica, que sin duda tiene, para constituirse en elemento esencial de una educación global y permanente que aporta un nuevo paradigma educativo y supone una profunda innovación cultural. culturales de esa época que produjeron un crecimiento insustentable y excluyente. Las teorías políticas y económicas de esa concepción confluyeron sobre el territorio del pensamiento moderno, que se cristalizó en diseños de estados y relaciones internacionales que alimentaron las desigualdades, injusticias de todo pelaje y violencias de todo signo. La colonización del pensamiento hegemónico penetró por los intersticios de

la reflexión y la acción, muchas veces revestidas de concepciones progresistas y críticas, pero que, fatalmente, terminaron recitando la gramática de la lógica del pillaje. El desconocimiento de la complejidad ambiental por la lógica omnipotente del mercado, como único factor megaorganizador de la sociedad y de la historia, es tan metafísica como las concepciones economicistas que


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Ambientalizar el problema de la cuestión ambiental Sustentabilidad política verde

ignoran que el actual conflicto sociopolítico no se resuelve con teorías que sigan externalizando a la naturaleza, la diversidad cultural y la ética. Frente a estas visiones de la insustentabilidad en la que anidan todas las injusticias, pobrezas, miserias y exclusiones, debemos

levantar la posibilidad de reflexionar sobre las alternativas, lo diferente, lo que, inclusive, aún no ha sido. Plantear el tema de la Sustentabilidad implica navegar sobre un océano lleno de incertidumbre y misterios, pero que es la única vía para salir de lo mismo, de lo ya sabido, de lo definitivamente antihumano, antiecológico y antihistórico.

Comenzar a abordar la perspectiva de la sustentabilidad como paradigma de los nuevos tiempos es abrirse a los procesos que desató la revolución científica contemporánea, que convirtió en escombros los principios de la ciencia en general, inscripta como cientificidad durante los últimos siglos, horizonte desde el cual aún hoy se siguen haciendo propuestas, algunas de las cuales están teñidas de verde mentiroso. Desmontar la ficción sobre la que se montó la ciencia política y económica de la modernidad, sobre la que se edificaron los imaginarios del progreso y del crecimiento económico de los últimos siglos, es poner en evidencia el corazón invisible del paradigma que actúa como megaordenador, aún en habitus cotidianos y, sobre todo, como enunciamos más arriba, en teorías y proyectos supuestamente progresistas. También, es abrirse a los horizontes que se alzan vigorosos por la re-existencia de los pueblos originales y de sus saberes subyugados por el más ominoso de los colonialismos, la visión unidimensional de la modernidad. Esta visión y su perspectiva productivista marcó el imaginario de los últimos siglos en cualquiera de sus versiones, donde la naturaleza o era puta (Bacon) o era ladrona (Illin), por lo que se la debía domesticar para ponerla al servicio del progreso. Es reconstruir desde lo inédito, como es el mandato genealógico de la pedagogía de la liberación y de las cosmovisiones liberadora que han tejido un pensamiento original en América Latina, un espacio de diálogo de saberes y de interrelaciones interculturales que son la nueva trama para repensar la reconstrucción del país y los mundos de vida, desde la justicia social, la justicia ambiental y la sustentabilidad. La lógica de la diversidad como matriz filosófica y política se materializa con densidad histórica y territorial en la conjunción de la biodiversidad natural y la diversidad cultural como impulso vital para la democratización de la vida, de la cultura, de la política, de la educación. Es, a través de la reapropiación de la naturaleza y del conocimiento plural como habremos de reconstruir las raíces de lo local y de las identidades, como lo otro negado y


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Ambientalizar el problema de la cuestión ambiental desvalorizado por la globalización y que, en definitiva, es lo diferente a la globalización del mercado en marcha. Repensar desde esta trama discursiva es comenzar a desmontar un aparato omnicomprensivo que naturalizó la desnaturalización de la naturaleza, la cosificación de las culturas y legitimó el orden existente desde el poder del pensamiento científico y del proceso productivo, que diseñaron un poder que naturalizó un único sentido de la historia y la producción. Todo ha sido convertido en recursos. Recursos naturales, recursos humanos, recursos educativos, recursos tecnológicos, recursos mercadotécnicos, recursos simbólicos e informativos y muchos otros recursos, han sido cercados y colonizados por la visión utilitaria y totalitaria del mercado y ha sido marcada a fuego la imposibilidad de pensar desde otras racionalidades, desde otras visiones sistémicas e interculturales, que van complejizando la vida, el ambiente y los sentidos de interrelación entre sociedad y naturaleza, entre poder y naturaleza. Toda nueva estrategia política comienza por deconstruir los códigos que han fundamentado las antiguas formas del colonialismo. Construir la sustentabilidad, avanzar en las avenidas de una política verde, es imaginar una trama narrativa de la realidad que se abre al desafío de pensar lo nuevo o “inédito”, como diría Paulo Freire. En Argentina pensar en términos de Sustentabilidad o Desarrollo Sustentable es ingresar a un debate que ya se ha expandido y tiene entidad internacional y una fuerte impronta en América Latina. Es avanzar en la línea de la Agenda 21, aún con las debilidades conceptuales que promueve, sobre todo en el capítulo dedicado a las ciencias y las tecnologías, y de las experiencias que en diversos campos, en muchos países y múltiples organizaciones de la región ya se están desarrollando. Es comenzar a transitar el territorio alternativo de un modelo que habrá de cuestionar los saberes consabidos, los dogmas de toda laya. Por lo tanto, deberemos focalizar los esfuerzos por construir desde la complejidad ambiental una ciencia para la Sustentabilidad que hunda sus raíces en la justicia ambiental. Una ciencia que favorezca los aprendizajes mutuos, una

ciencia que reconozca que no existe la neutralidad, no sólo en el campo científico, sinó, especialmente tecnológico. Una ciencia que ante la crisis ambiental y frente a la creciente manifestación de conflictos ambientales de toda índole, no reduzca su mirada y análisis a parcelas aisladas, que rompa definitivamente el cerco de la insularización disciplinar. Una ciencia que anonadada por los horizontes de la complejidad y la incertidumbre nos obligue a considerar que

imaginar un nuevo ordenamiento territorial fundado sobre los potenciales de la naturaleza y sus diversidades ecosistémicas y las sinergias culturales. Es abrirse a los sentidos de estilos plurales de desarrollo y formas novedosas de participación ciudadana. Es comenzar a relacionar equidad y sustentabilidad como método de confrontar con las desigualdades sociales y las distribuciones injustas.

no existen soluciones simplificadoras y reduccionistas. Que el abordaje de los conflictos y problemas ambientales debe encararse desde la interdisciplinariedad y la transdisciplinariedad. Una ciencia codificada en metodologías participativas para impugnar la esterilidad y coloniaje de los tecnócratas y orientada a aumentar el poder técnico y político de las comunidades locales y sus estratégicos procesos decisorios. Una ciencia contextualizada en su época histórica, signada por la crisis ambiental, que es la crisis devenida del conocimiento de la ciencia clásica de la modernidad, que promueva la participación del conjunto de los actores sociales como desafío político de construir sociedades sustentables.

También la sustentabilidad se vincula con una reorientación de los sistemas educativos, que tendrán como objetivo prioritario la producción de conocimientos significativos para la valoración local y regional definidos en la simbiosis de la concertación intercultural y diálogo de saberes. Producción Sustentable en r e l a c i ó n c o n Te c n o l o g í a s Sustentables deberán estar estrechamente asociados a un consumo sustentable. El hecho de que los patrones de consumo sean más sustentables y equitativos repercutirá en la disminución de la pobreza desde la perspectiva social y mejorarán las condiciones ambientales desde una visión ecologista, ya que se reducirán los niveles de contaminación y daños irreparables a los ecosistemas por

Productivismo y tecnología vs sustentabilidada e intercultualidad Desde esta perspectiva se hace necesario


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erosión, desertificación, sobreexplotación. El caso que explicitamos, en Argentina se refleja por la insustentabilidad productiva, tecnológica y de consumo. Su manifestación es el creciente desempleo, la concentración de la riqueza, la manifestación del consumo conspicuo, básicamente en las ciudades, rodeado de un mar de pobreza y hambre, y más agudamente, en las grandes aglomeraciones urbanas. La exacerbación productiva del modelo agrario capitalista de exportación centrado en la transgenización, está produciendo la consolidación del Latifundio Genético, cuyos efectos negativos son extremadamente más dolorosos de los que fuera la Revolución Verde. El océano de soja transgénica que se extiende desde la pampa gringa de Pedroni hasta el corazón de Brasil en Goiania, es un artefacto productivo mortífero que aniquila la diversidad biológica y produce la extinción de la diversidad cultural. Cientos de miles de personas son arrojadas por el desarraigo y el desamparo a formar parte del ejército global del desempleo y como fantasmas de época, están

condenados a perderse en la desmemoria de la historia como Refugiados Ambientales, en el interior de sí mismo o en los intersticios contaminados de las villas de las áreas metropolitanas, apenas como sobrevivientes pasajeros del espanto. “En el imaginario social, paralelamente, se ha producido un vaciamiento de sentidos que se expresa, por ejemplo, en la banalidad de la mayor parte de los programas televisivos, en la ausencia de ideas en el campo político, en un sofocante economicismo. Se ha impuesto un modelo único de vida que es una imitación subdesarrollada del american way of life, caracterizado por la "internacionalización de las pautas de consumo", la búsqueda incesante de identificarse con las elites, alcanzando un ingreso alto, el acceso al consumo elitario y la lucha por acceder a situaciones de poder y estatus. En este contexto de privatización radical de la vida, las organizaciones, incluso públicas, culturales y educacionales tienden a regirse por sus propias lógicas, independientes de la subjetividad de aquellos a quienes dicen servir. Esto ha conducido, según el último estudio del Programa de Naciones Unidas para el Desarrollo, a que gran parte de la población argentina se incluya entre los "perdedores", con todo lo que ello significa, de una parte, y de otra que "las biografías se vuelven solitarias y la vida colectiva (es experimentada como) una

fuente de inseguridad más que de complementación”. (Elizalde) Este proyecto que produce solamente devastación y miseria, es la expresión de una concepción meramente utilitaria por su excluyente tendencia a la maximización del beneficio, a la cuantificación del real, es la fotografía deformada del país. No sólo las penurias humanas y los costos sociales son incomensurables. También, los gastos negativos que forman parte de los presupuestos de la salud pública, por ejemplo, para atender los problemas de salud individual y colectiva, provocada por el modelo contaminante de producción, es una forma de robo al presente y al futuro de cada uno de los habitantes y un subsidio encubierto a los grupos concentrados. La concepción productivista del agro, orientada a la exportación, ha producido, entre otras manifestaciones, la paradoja de aumentar los volúmenes de la producción agraria en la misma medida que se aumenta obscenamente el desempleo, el hambre, la desnutrición y la mortalidad infantil. Es la misma proporción en que se evapora la población rural. Esta es sustancialmente la lógica que anida en la base de las catástrofes que han asolado a la Argentina. Deterioro laboral, empobrecimiento de todo tipo, inundaciones, erosiones, desertificaciones, son el resultado de una concepción del conocimiento y el desarrollo fraguados en el modo lineal de la producción y la economía. La catástrofe producida por la inundación del Río Salado en Santa Fe, no es una catástrofe natural, es la catástrofe producida por un modelo de conocimiento que ha impregnado el desarrollo agrario, las agroindustrias, el ordenamiento territorial, el formato de los sistemas de transporte, los procesos de planificación urbana. Es la expresión ideológica de una fase de la historia, el neoliberalismo de cuño individualista posesivo, tan bien representado por el gobierno de Santa Fe. La sustentabilidad implica hacernos cargo de la osadía del pensamiento para repensar la Argentina. El abordaje desde una perspectiva multimensional permitirá articular la problemática territorial en consonancia con las identidades culturales, abrirá los cauces para una reconciliación entre cultura-tecnología y naturaleza, pues la comprensión de la complejidad


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Ambientalizar el problema de la cuestión ambiental ambiental como un proceso hecho de naturaleza, tecnología y texto, nos sacará de las fauces de las visiones fragmentarias y sentará los principios solidarios encauzados por una concepción de gobernabilidad enraizada en la equidad y ética de la diversidad. Cabe, en todo caso, que digamos sobre el país, lo que se ha escrito recientemente en el Congreso de Educación y Desarrollo Sustentable celebrado en La Habana, al hacer referencia a los modelos de desarrollo que asolaron a la región latinoamericana: En contraste, la instauración en toda la región de modelos de desarrollo basados en la explotación económica de corto plazo y en la ilusión del crecimiento económico como sucedáneo de la justicia social y la responsabilidad ambiental, han erosionado y amenazado la existencia misma de la riqueza biológica y social en todos los países de todo este vasto territorio. Esta situación se ha visto empeorada en los últimos años con la aparición de problemas ambientales a escala planetaria, y la aparición de trastornos socioambientales crónicos y en crecimiento: tales como pobreza, desertificación, agotamiento de fuentes de agua, catástrofes ambientales, epidemias, extinción de culturas tradicionales. A pesar de esta situación sólo le ha dado un carácter de urgencia a los intentos de solucionar los impactos agudos de esta situación tales como las recurrentes epidemias y catástrofes ambientales, entre otras. Una respuesta al deterioro ambiental planetario ha sido concebir un modelo de desarrollo alternativo llamado desarrollo sostenible o sustentable (DS). Este nace de la toma de conciencia de que el deterioro ambiental y humano es una consecuencia del modelo de desarrollo económico dominante en la actualidad, el cual está basado en el crecimiento económico indefinido y en el dominio económico, ambiental y social de las naciones y grupos humanos dominantes sobre los otros grupos humanos, sean estos países, mujeres o grupos indígenas. La búsqueda de sociedades sustentables supone transformar los patrones de producción y consumo, los valores asociados a las relaciones entre los

humanos y la naturaleza, y las maneras de interacción y comunicación humana. Asimismo significa un cambio en los procesos de toma de decisiones sobre el desarrollo humano, el cual debe democratizarse, fortaleciendo a las comunidades locales, así como a las personas directamente afectadas por los procesos de transformación tecnológica y social. Todo esto conduce a repensar las relaciones de las comunidades humanas con la naturaleza y consigo mismas, incluyendo todas las relaciones de poder:

“La diferencia es siempre una diferencia radical; está fundada en una raíz cuyo proceso y destino es diversificarse, ramificarse, reedificarse. El pensamiento de la diferencia es el proyecto de deconstrucción del pensamiento unitario, aquel que busca acomodar la diversidad a la universalidad y someter lo heterogéneo a la medida de un equivalente universal, cerrar el círculo de las ciencias en una unidad del conocimiento, reducir las

hombre mujer, adulto niño, comunidades, mandatarios, blancos otras etnias, ricos pobres, entre otras. Es decir repensar desde una política, sociología, economía, antropología, educación y conocimiento de la DIFERENCIA.

variedades ontológicas a sus homologías estructurales y encasillar las ideas dentro de un pensamiento único. La ecología política enraíza el trabajo teórico de deconstrucción del logos en el campo político, donde no


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reproducción del pensamiento único, y de lo "políticamente correcto”. (Elizalde) Nuevos escenarios

basta reconocer la existencia de la diversidad cultural, de los saberes tradicionales, de los derechos indígenas, para luego intentar resolver el conflicto que emana de sus diferentes formas de valorización de la naturaleza por la vía del mercado y sus compensaciones de costos.” (Leff). Vivimos lo que se conoce como un momento de bifurcación del sistema mundial. Una transición global está ocurriendo. El sistema mundial ha entrado en una etapa de creciente desequilibrio, desorganización y caos que no es otra cosa que el contexto del que va a emerger un nuevo orden. Pero, ¿cuál podría ser ese nuevo ordenamiento? El futuro ahora ya lo sabemos- no es un universo cerrado, predeterminado por leyes inmutables, sino una construcción abierta, y en las épocas en que se desestabiliza el orden existente es cuando precisamente se incrementa el libre albedrío para reorientarlo de diversos modos. En otras palabras: no hay un futuro

inevitable, sino varios futuros posibles. El que al final prevalezca tampoco será el proyecto de esta o aquella fuerza política aunque se parezca más al de uno que al de otro-, sino el resultado del choque y puja entre ellas por hegemonizar la dirección de los acontecimientos. El cambio de mirada, de búsquedas de otras perspectivas se convierte en el desafío irreverente porque “En nuestra cultura occidental, la mirada tiende a organizarse con un eje central, expresado metafóricamente en lo que podríamos llamar las medidas de tendencia central: la mediana, el promedio, la moda. En la visión positivista predominante, la norma estadística suele transformarse en norma moral, norma jurídica, norma científica. En importante medida, el llamado esfuerzo civilizatorio, en sus distintas versiones, incluida la modernización neoliberal, es un esfuerzo normalizador, estandarizante; un conjunto de estrategias discursivas de exclusión de grupos, de fenómenos, de conflictos y contradicciones. Un esfuerzo permanente de simplificación, de reducción de las disonancias que cuestionan las semi-certezas y de

Pensar estos escenarios es el desafío de los sectores que apuntan a construir una nueva sociedad en el contexto de un nuevo mundo, de mundos plurales. El debate debemos iniciarlo en el sentido de generar una recodificación de las bases políticas y organizativas de la sociedad en todos los niveles. Incorporando a los nuevos actores sociales y culturales para la resignificación de la política y el desarrollo. La confluencia de saberes y sinergias habrán de labrar suelos más fértiles. La reapropiación de la naturaleza y lo que ello implica como recodificación de las identidades culturales derrumbarán los muros feudales que separó al hombre de la naturaleza, en mil fragmentos dispersos y saqueados por la mercantilización y cosificación de todo: relaciones sociales, cultura, fuerza de trabajo. Mirar lo que está ocurriendo en la profundidad de la sociedad latinoamericana y argentina es estar en presencia de los nuevos magmas de la historia. Magmas construidos de solidaridad y sustentabilidad. La sabiduría popular y ancestral crea saberes y sabores. La creación de saberes y sabores es productora de empleo, genera producción, promueve una nueva racionalidad ambiental en la que se inscribe una nueva ética, una nueva teoría, aclaramos como dice el Eclesiastés no se ponen los vinos nuevos en los odres viejos, es decir ya no nos sirven los antiguos marcos conceptuales para colocar las nuevas narraciones de la historia que están escribiendo los pueblos. La sustentabilidad demanda nuevos conocimientos, demanda investigación intensa sobre las problemáticas locales en los ricos ríos encrucijadas de la multiplicidad de


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Ambientalizar el problema de la cuestión ambiental realidades: productivas, de salud, de servicios ambientales, de regulación socioambiental, de producción orgánica, de medicamentos a partir del conocimiento de la biodiversidad ecosistémica, como ya lo sabía el pitecántropo. La sustentabilidad es un proceso emancipador potenciado por la diversidad y lo diferente. Es una perspectiva de la Ecología Política que se integra en la plataforma de un desafío verde en el sentido de que “La ecología política emerge en el hinterland de la economía ecológica para analizar los procesos de significación, valorización y apropiación de la naturaleza que no se resuelven ni por la vía de la valoración económica de la naturaleza ni por la asignación de normas ecológicas a la economía; estos conflictos socio-ambientales se plantean en términos de controversias derivadas de formas diversas y muchas veces antagónicas de valorización de la naturaleza, donde los valores políticos y culturales implicados desbordan el campo de la economía política, incluso de una economía política de los recursos naturales y servicios ambientales.” De allí surge esa extraña politización de “la ecología”. Es la única vía a la democracia plena, a la gobernabilidad del mundo y de la vida. Tiene la radicalidad poética de la liberación que en Latinoamérica se impregnan con las metáforas liberadoras de su pedagogía, filosofía, teología y cosmovisiones holísticas de los pueblos originarios. Tenemos tareas pendientes y grietas propias desde las que partir. Rescribir la Historia desde las claves de la Historia Ambiental no es hacer una historia de la naturaleza o ecologizar la historia y la política. Es plantear la interpelación que la crisis ambiental le hacen a la historia, la economía y a la propia ecología. ¿De qué hablaban cuando hablaban del ambiente o la naturaleza? Serían tareas pendientes, según G. Castro, la necesidad de inscribir en la puerta de nuestro campo la advertencia hecha en 1891 por José Martí: “Injértese en nuestras repúblicas el mundo, pero que el tronco sea el de nuestras repúblicas”. En efecto, para definir el lugar que pueda correspondernos en el desarrollo futuro de la historia ambiental, para concebir un proyecto político verde, conviene tomar en cuenta

algunas peculiaridades de largo plazo, presentes tanto en nuestras relaciones sociales como en nuestras formas de relación con el mundo natural, y que influyen de diversas maneras en nuestro contexto cultural. Entre estas, cabe señalar por ejemplo: La persistente presencia de una “economía de rapiña”, que aún constituye uno de los ejes fundamentales de la Racionalidad Instrumental en nuestra región. La hegemonía del capital extranjero en esa economía de rapiña a partir del siglo XIX, renovada y ampliada además en el contexto de la globalización. La influencia de dicho capital en nuestros Estados nacionales, autoritarios y centralizados en grado extremo, y subordinados al interés de grupos locales de poder, que se benefician del intercambio de mano de obra y recursos naturales baratos por capital de inversión y vías de

desempeñan un papel de primer orden en la conformación del moderno movimiento ambientalista. La exclusión, a menudo violenta, de las experiencias y las visiones de la naturaleza no capitalistas, no logocéntrica, germinada en las visiones de otros contextos culturales, y la organización de las instituciones culturales dominantes en torno a la idea, expresada por Domingo Faustino Sarmiento ya en 1845, de que nuestras sociedades estaban obligadas a escoger entre la civilización y la barbarie o, dicho en términos más contemporáneos, entre articularse con éxito al sistema mundial bajo hegemonía de las economías desarrolladas del Norte, o perecer. El desarrollo de un proceso de urbanización en torno a áreas metropolitanas, que a pesar de sus

acceso al mercado mundial. La ausencia de una clase numerosa de pequeños y medianos productores rurales, y del tipo de intelectuales de clase media y de instituciones culturales asociadas a los intereses y la visión del mundo de este grupo social, que en el mundo Noratlántico

supuestas diferencias entre las megaciudades del norte desarrollado, vinculadas a procesos de terciarización, control, informática y robótica y las megaciudades del sur, verdaderos museos del horror a cielo abierto,


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Ambientalizar el problema de la cuestión ambiental confluyen por la lógica del consumo conspicuo y la exclusión de la materialidad y lo simbólico, en aras del icono del consumo, en el reconocimiento, aunque no se lo mencione, de una percepción abierta o intangible, de que se vive en un infierno. En este punto se nos ocurre hacer una recordación a Jesús Ibáñez, sociólogo español, de vigoroso pensamiento espacial. Citando a Wolfe decía “las barbas del tiempo no encanecen con el transcurso de los años, sino con el polvo de las ciudades en ruinas”. La ciudad, en lo sociológico, como el cuerpo en lo biológico, es una fábrica de m... Aunque en realidad el especialista en producción de m... pura es “el capitalismo de consumo”. “Esto es, excrementos no reciclables como alimentos: de m... absoluta (de ruido absoluto). El universo está aún en su fase expansiva, la sociedad está ya en su fase contractiva. De ahí la pérdida por saturación de la memoria. Hemos eyectado tanto desorden en el entorno que ya casi no cabe más. Ni la biografía de cada uno ni la historia de todos tienen ya sentido. Nos asfixia el calor que no podemos disipar”. Nada de esto, sin embargo, autoriza a desconocer la presencia en nuestras culturas de visiones alternativas esto es, no oligárquicas del mundo natural, creadas por intelectuales como el cubano José Martí (1853-1895), quien en su vida prolífica tomó contacto con el pensamiento más audaz de la época, y lo convirtió en un observador bien informado de la vida y la cultura de su tiempo. Martí ha sido uno de los críticos más relevantes de la visión oligárquica de la naturaleza en la América Latina de fines del siglo XIX. Al respecto, Martí vinculó su propia visión de la naturaleza, en el plano político, con su lucha por la autodeterminación de los estados hispanoamericanos.Así, en “Nuestra América”, plantea que no hay “batalla entre la civilización y la

barbarie, sino entre la falsa erudición y la naturaleza”, es decir entre las Ciencias simplificadoras y mecanicistas de la Modernidad y la complejidad de la naturaleza, ignorada y mutilada por la lógica productivista de distinta laya política e intelectual. Reimaginar la Historia Ambiental de Latinoamérica con el objetivo de proponer un proyecto político verde sugiere al menos tres grandes tareas pendientes en el plano del saber, la política y la audacia. Como primera medida, y fundado en la concepción interactuante y retroactuante del nuevo pensamiento, construir los procesos históricos en un diálogo simultáneo con nuestras contrapartes en otros lugares del mundo, y en nuestras propias sociedades. “Esto tiene especial importancia toda vez que, en los comienzos del siglo XXI, la presencia de lo ambiental en nuestra vida cultural y política tiende a reproducir, una vez más, la visión dominante que proclama como natural y

no histórica, compleja e incierta la reducción de la naturaleza a la condición de un conjunto de recursos a ser administrado con tanta eficiencia como sea posible en función de las demandas del mercado mundial.” (G. Castro). Vemos como se sigue disfrazando de visión platónica mucha discursividad “medioambiental”. Es hora de reinstalar el pensamiento jonio en la reflexión ambiental. Un segundo punto consistirá en el desafío de rescribir el conocimiento de la región en clave de Historia Ambiental, “como lo viene haciendo un creciente número de personas, desde un número cada vez mayor de centros de investigación y enseñanza, desde México a Chile, Argentina y Brasil, y desde Cuba a Costa Rica y Panamá.” Esta es la única vía verdadera para establecer con toda claridad que nuestros problemas ambientales de hoy se prolongarán y se agravarán en el futuro, a menos que los mecanismos de la “economía de rapiña” y el “conocimiento depredador” que operan


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en la región sean finalmente desmantelados, a través de la descolonización del conocimiento, puesto que toda reorganización de la naturaleza hecha con propósitos humanos acarrea consigo una reorganización de la sociedad humana. En otra instancia comprender los procesos históricos, como conflictos socioambientales, alejados de las visiones l i n e a l e s y unidimensionales, presentes en todas las narraciones de la modernidad. Desde ahí se deberá gramatizar la interacción sociedad naturaleza como un proceso de incertezas, funcionando en las indefiniciones de un sistema abierto, realizándose en su devenir a través de múltiples manifestaciones interculturales. De este modo la relación de diversidades natural y cultural fecundarán en infinitos estilos de desarrollo y cultura.

conocimiento reduccionista y simplificador, para que la piel de la tierra pueda gritar las marcas que el logocentrismo occidental, el conocimiento de la desmesura cuantitativa le ha inscripto con el lenguaje de la insustentabilidad. Las ciudades megaordenadas por islas de consumo conspicuo y rodeadas de un archipiélago de pobreza y exclusión material y simbólica, imaginadas desde

ingenieriles o poluidos por impacto del utilitarismo insustentable, tienen esa inscripción. La geografía urbana y la planificación organizada desde la visión espacial logocéntrica, aún en recortes cotidianos como el barrio que habitamos, tienen esa inscripción La representación de la tierra, la organización de los territorios, el

Planes Estratégicos Urbanos, tienen esa inscripción. Las regiones agrarias surcadas por el virus del latifundio genético y vaciadas de campesinos, que han sido expulsados por la homogeneización del conocimiento y la cultura, ofrendadas en aras del altar de las demandas internacionales, tienen esa inscripción. La voluptuosa geografía montañosa, herida a cielo abierto o conmovida en sus socavones más oscuros, por la matematización financiera y saturada de contaminantes, tiene esa inscripción. El ordenamiento territorial configurado por el dios mercado tiene esa inscripción. La organización territorial codificada en geografía económica mediante la estatización de los medios de producción y la planificación central, tiene esa inscripción. Los sistemas hidrográficos, alterados por intervenciones

enfoque regional y la misma constitución de los Estados Nación tienen en su matriz constitutiva esta desespacialización del espacio, una geometrización euclidiana que sólo cumple la función de asegurar la reproducción, la acumulación y la imposición totalitaria de la civilización occidental en todas sus versiones. Versiones de toda laya para expandir la inequidad del colonialismo y asegurarse la colonialidad del poder. Esas versiones pontificaron meras diatribas cuantitativas sobre la naturaleza para asegurar la matematización del productivismo interminable. La linealidad de las narraciones de la modernidad europea iba

Territorialización de una política verde Geo-Grafía, como dice Walter Porto, quiere decir marcas en la tierra. El concepto clásico de geografía, espacio y territorio está atravesado por la tradición occidental. Ese concepto fundador de la modernidad, a su vez, involucra todas las visiones sobre la naturaleza y el desarrollo o crecimiento económico narradas en los últimos siglos, ha dejado marcas en la piel de la tierra, en la epidermis de las ciudades, en los horizontes agrarios. Con la que en los siglos de la modernidad no hubo filósofos que reflexionaran sobre la cuestión espacial. En realidad la categoría espacio, ha sido una categoría despreciada para el análisis político, sociológico y económico en tiempos de la modernidad insustentable. Como si trabajáramos sobre un palimpsesto, tamizados en la paciencia y en un conocimiento holístico, deberemos hacer evidentes las marcas del


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Ambientalizar el problema de la cuestión ambiental construyendo el imaginario de un mundo hecho a la medida de una sola idea, de una sola territorialidad, matrizado en el estadio superior civilizatorio, alcanzado conjuro del endiosamiento de la ciencia y la tecnología y la subordinación y descalificación de cualquier pensamiento alternativo o diferente. Esta visión es manifiesta con relación a la problemática espacial en general y al fenómeno de LUGAR en particular, especialmente en la época de la GLOBALIZACIÓN METAFÍSICA. Como jamás antes, la globalización significa la aceleración de los procesos de centralización y concentración, que corren en simultáneo y retroalimentándose con las visiones culturales de hiperindividualismo y narcisismo social. Es notable como a este andamiaje colonialista se suben versiones verdes y de desarrollo sostenible confundiendo los procesos sociales de ambientalización y construcción de alternativas diferentes y plurales. Los principios de la sustentabilidad sólo pueden enraizarse en los territorios de local, bajo la impronta de la simultaneidad y la diferencia. Es ahí donde se rompe el logos y causa efecto, en el sentido de que las redes horizontales se plasman el sentido democrático de la participación escrita en diálogo de saberes. Mientras la globalización centraliza, hiperespecialización, por ejemplo, designando regiones del mundo al servicio de una determinada homogeneización productiva, imponiendo de este modo una territorialización con la lógica del fragmento y una cultura con la lógica metástasica de lo mismo, es en el lugar, que se nutre de los afluentes de la racionalidad ambiental, la ética de la sustentabilidad, la justicia ambiental, donde se abren las grietas para el aporte de la interculturalidad, la autonomía y la soberanía alimentaria. Esta estrategia fundada en él estímulo de los emergentes

sociales, en actores permeados por la racionalidad ambiental se constituyen en los nuevos textos donde se escriben las gramáticas de una nueva articulación productiva que toma en cuenta los potenciales de la naturaleza, según sus variantes ecosistémicas y las riquezas inagotables, en permanente estado de

creatividad, de la diversidad cultural. En América Latina la idea de Lugar, la Política del Lugar, desde una nueva perspectiva geográfica, antropológica y política se abre en los surcos de la Ecología Política para rescribir desde otras escalas temporoespaciales diferentes encrucijadas de racionalidad. Es decir, deviene en un nuevo enfoque de la territorialización, porque es en el locus, concebido desde esta nueva perspectiva, con espesor y densidad, como espacio social e histórico, donde los actores sociales revestidos por identidades en estado de recreación pueden movilizar proyectos y acciones de reapropicación de la naturaleza y estrategias políticas de democracia plural y sinergias fraguadas en la lucha ambiental. En la radicalidad de la lucha que se da en lugar y el proceso de reterritorialización que genera donde, frente al derecho positivo heredado del Iluminismo Modernizante, el concepto de Justicia Ambiental se convierte en bandera de construcciones múltiples. Justicia Ambiental en el sentido de que no se puede tolerar que nadie, sean grupos étnicos, raciales, culturales, de género, de clase, deban soportar vivir o sobrevivir en ambientes degradados, poluidos, contaminados, sin acceso al ejercicio de su cultura, apropiación de la naturaleza y enraizamiento en sus locus territoriales. Será. Por lo tanto un acto flagrante de injusticia Ambiental, como dicen las redes Brasileñas de Justicia Ambiental, son las condiciones de existencia de sociedades desiguales donde la lógica productivista, el andamiaje constitucional, la cultura c o l o n i z a d a d e s c a rg a n l o s d a ñ o s ambientales, la depredación ambiental sobre los pobres, los trabajadores, los excluidos, los pueblos sojuzgados, la culturas marginadas. Nuestros territorios, aún los ámbitos cotidianos y locales están geografiados por el liberalismo, por el fordismo, por el posfordismo, por las economías planificadas y centralizadas, por la globalización, por el aparato tecnocientífico, por la revolución genética y comunicacional, y, también por el hiperindividualismo y el narcisismo social. Tiene las marcas de metáforas espaciales que han ido, en diversas etapas históricas, instituyendo-constituyendo los mundos de


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vida del ser en el tiempo y el estar. En un tiempo fueron las agujas de las torres de las catedrales góticas. Más adelante, la metáfora de las chimeneas de las fábricas fue urdiendo el modo de vida urbano y la naturaleza cultural de la explotación agraria. Hoy se centraliza en la virtualidad de las a n t e n a s parabólicas que convierte en virtualidad la producción, el consumo, la vida misma. Frente a esta concepción del ser y de la política hay un solo antídoto: LA ECOLOGÍA POLÍTICA. ¿CUÁL? Una Ecología Política abierta a los nuevos sentidos de la diferencia, la diversidad y la participación. Una Ecología Política que cree la conciencia y los instrumentos para que las ciudadanas y los ciudadanos puedan reasumir su destino. Una Ecología Política sin exclusiones. Una Ecología al servicio de crear los nuevos sentidos, de enfrentar el antiguo paradigma. Una Ecología Política que legitime la construcción de una nueva racionalidad ambiental para enterrar definitivamente la racionalidad productivista. Una Ecología Política que siente las bases de una nueva concepción del mundo y de la ciencia. Una Ecología Política que desde la crisis ambiental interrogue a la ciencia, a las disciplinas, a la política y a la cultura homogenizante, al paradigma de la simplificación, al desconocimiento del conocimiento, a la colonización de la modernidad sobre las culturas y el ser, deconstruya su irracionalidad y se fecunde en los nuevos territorios de la historia abiertos a la codificación de otros imaginarios sociales, totalmente inéditos. Una Ecología Política

que se desborde de las visiones economicistas y mecanicista y confluya, desde una ética ambiental, en una “política de la diferencia” al servicio de la sustentabilidad, con una “imaginación abolicionista”. Una Ecología Política que deconstruya los andamiajes del poder insustentable y se lance a los rumbos plurales signados por los nuevos sentidos civilizatorios y del pensamiento en novedosas simbolizaciones del poder. Como dice Walter Porto, geógrafo brasileño, profesor de nuestro posgrado, con quien hemos coredactado y codifundido el MANIFIESTO POR LA VIDA: “Es posible identificar en el ambientalismo la tendencia en imaginar una nueva territorialidad planetaria, al pensar la humanidad a partir de la categoría biológica de especie. La especie humana no sale de la naturaleza, como creyeron los iluministas. Al contrario, es su propia naturaleza la que les da la posibilidad de reinventar sus propias instituciones, sus valores, en determinadas circunstancias históricas. El ambientalismo está frente al desafío de ir más allá de la dicotomía entre la naturaleza y la cultura o entre la

naturaleza y la historia, e incluso de la oposición entre las ciencias naturales y las ciencias sociales, con las que el mundo occidental se ha pensado hasta hoy. El hecho de que los ambientalistas recuerden a los científicos que el hombre no sale de la naturaleza al instituir sus valores históricos sociales, no los exime de responsabilidad de incorporar en sus dimensiones la complejidad del hombre al instituir los valores, normas, reglas. De esto hablamos cuando reflexionamos sobre el saber, las ciencias, el desarrollo. Hay más cosas en el aire de lo que la simple toma de conciencia de que habitamos el mismo planeta, de que somos miembros de una misma especie. En el terreno mundano del aquí y ahora, donde el futuro se teje en el presente, son varios y contradictorios los intereses en disputa, y considerarlo es condición necesaria para saber quiénes son los verdaderos compañeros de este viaje”.


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doba

r de Cór

u Centro-S

Existe en el mundo una creciente preocupación por los problemas medio ambientales, en gran parte producidos por las pautas de consumo de la vida moderna. La sociedad global está en búsqueda de maneras de producción y consumo que compatibilicen sus necesidades con la conservación de los ambientes y la salud de nuestro planeta. Dentro del espacio rural, la utilización masiva de pesticidas como método universal de producción de alimentos está siendo revisada en el mundo entero, debido a la residualidad que estos productos podrían dejar sobre al agua, los suelos, y los propios alimentos que ingerimos, con los consiguientes riesgos sobre la salud medioambiental y humana.

E

n este sentido, la Agricultura Orgánica o Agroecología se plantea como una manera de trabajar las tierras agrarias de manera eficiente, obteniendo adecuados rendimientos, y con un mínimo o nulo impacto ambiental, ya que no utiliza pesticidas ni fertilizantes derivados de la industria química, logrando resultados productivos más que satisfactorios, a través de la optimización de las tecnologías de procesos y el uso de insumos biológicos. La superficie bajo agricultura orgánica está creciendo a un ritmo constante en todo el mundo. Algunos países europeos, como en el caso de Italia, ya utilizan la agroecología en más del 11 % de su superficie agraria. Argentina contaba en 1992 con 5.000 hectáreas certificas como orgánicas. En 2007 cuenta con 3.200.000 has. certificadas, ocupando el segundo lugar del mundo en superficie bajo producción orgánica, luego de Australia. Nuestra provincia de

Claudio Sarmiento

Campos que producen sin agroquímicos Córdoba cuenta hoy con 89 campos certificados como orgánicos, que poseen desde 2 hasta 4.000 hectáreas. Estos campos ocupan una superficie total de 67.120 has. El 62 % de esta superficie está destinada a la producción agrícola ganadera, y el resto a cultivos industriales. Además, existe un número no definido de campos en etapa de transición hacia la agroecología, que aún no han obtenido la certificación, pero en ellos el empleo de pesticidas es mínimo o nulo. No obstante, la mayor parte de los ciudadanos, incluso los productores agropecuarios, piensan que la agroecología es una técnica aplicable solo a huertas familiares, desconociendo su aplicación en campos de mediana y gran escala. Desde octubre de 2006, un grupo de 7 productores de diferentes lugares de nuestra provincia, conjuntamente con dos ingenieros agrónomos, decidimos comenzar un trabajo grupal de apoyo a la reconversión y consolidación de nuestros campos hacia la agricultura orgánica.

Buscamos apoyo en el INTA de Río Cuarto, y nos incluimos dentro del programa Cambio Rural. Nuestro grupo se llama Tierra y Dignidad. En nuestros campos se produce Maíz, Girasol, Trigo, Soja, Porotos, Cultivos Hortícolas, Frutales, Miel de abeja, Cerdos, Bovinos, Huevos de gallinas, Pollos, Conejos, Ovejas, Cabras, y Leche de Vaca. Actualmente, hay tres campos que están trabajando de una manera completamente orgánica, y cuatro que están en un planteo de reducción y sustitución de agroquímicos. ¿Cómo trabajamos? En la agricultura orgánica no hay recetas repetibles. Cada campo es sumamente particular, por lo tanto, lo que en un caso puede representar una solución, para otro campo puede no serlo. Es mas, puede ser un problema. No obstante, seguimos una serie de


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Campos que producen sin agroquímicos pautas básicas en el diseño y rediseño de las actividades productivas: Tratamos de acompañar a la naturaleza, no de trabajar en su contra. Las tareas se facilitan de una manera notable si acompañamos y reforzamos los ciclos biológicos que en la naturaleza ya ocurren. No consideramos a la naturaleza un obstáculo, sino una aliada Integramos la agricultura con la ganadería. De esta manera, cada vaca nos deja en el suelo 4.000 Kg de estiércol cada año, más la orina. En nuestros campos las cargas animales van desde 0.5 a 2 vacas por hectárea, por lo que cada año incorporamos al suelo entre 2.000 y 8.000 kg de estiércol, que activa los ciclos de la vida y la fertilidad. Si no tuviéramos animales, esto no ocurriría, llevando al agotamiento de las tierras. Y si los animales estuvieran encerrados, el estiércol dejaría de ser un beneficio para transformarse en un problema. No trabajamos con lotes extremadamente grandes. Tratamos de generar biodiversidad en los campos, tal cual ocurre en la naturaleza. Para esto no podemos tener muchas hectáreas consecutivas del mismo cultivo, así que achicamos los lotes y ofrecemos un panorama más variado a la flora y fauna silvestre. Tratamos de incorporar árboles a nuestros campos. El árbol proporciona un microclima que favorece al bienestar de cultivos y animales. Además, es hospedante de insectos benéficos y aves insectívoras, que nos ayudan a no utilizar insecticidas. También nos proporciona fruta, madera, leña, y, en algunos casos, alimento para el ganado. Respetamos algunos espacios naturales. Estos funcionan como reservorios de insectos benéficos, que se alimentan o parasitan a los insectos dañinos o “Plagas”. La Vaquita de San Antonio, por ejemplo, es un gran cazador de pulgones, que son “plaga” de nuestras alfalfas. Cada vaquita de San Antonio tiene un ciclo de vida de aproximadamente 45 días, en los que come 1.500 pulgones. Entonces, por cada Vaquita que ayudamos a que viva, hay 1.500 pulgones menos. Si bien estamos en una etapa inicial del grupo, en este año de trabajo se ha notado un gran crecimiento individual y colectivo.

Ubicación de los campos del grupo Tierra y Dignidad

Campos del grupo Localidades

Es notable como el trabajo grupal, a través del compartir experiencias y pensar los campos de manera colectiva, ha influido en cada uno de los productores de una manera altamente superior que si hubieran afrontado el proceso de capacitación y reconversión de los campos de manera individual. El grupo es una experiencia de puertas

abiertas, para quien quiera conocer o sumarse a esta aventura de vivir de la producción agraria cosechando y compartiendo los regalos que nos da la naturaleza. Creemos que es la única manera de que nuestros hijos puedan disfrutar de una alimentación y un ambiente saludable, como lo hicieron nuestros abuelos.

Reunión de Capacitación


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Colectivo Ongamira

Es el grito de alerta de un pueblo autoconvocado, frente a la amenaza reiterada de explotación minera metalífera a cielo abierto. Las comunidades de: el Valle de Ongamira , Quebrada de Luna, Ischilín, Copacabana, Cañada de Río Pinto, el Valle de Punilla, San Marcos Sierra y zonas aledañas, nos hemos alertado, concientizado, y organizado, para evitar las nefastas experiencias que ya vienen viviendo nuestros hermanos de: Catamarca, San Juan, Chubut, La Rioja, Tucumán y Santa Cruz, gracias al contexto jurídico que regula la actividad minera comenzando con la promoción minera de Alfonsín, siguiendo con las leyes devastadoras de los '90 y la realidad del gobierno Nacional actual evidentemente pro-minero.

¡ONGAMIRA DESPIERTA! autoconvocados, y pacíficamente hemos realizado marchas y manifestaciones, cortes de ruta parciales en modo de concientizacion del pueblo, juntando firmas -hasta la fecha contamos con más de 22.000 (veintidós mil)-, entre otras. ¿Usted sabe?

C

lara prueba de ello es que hay varios proyectos de reforma de la legislación minera esperando ser tratados desde hace años. Por ello el día 24 de julio del presente año desde las asambleas de vecinos autoconvocados realizamos un abrazo al Congreso Nacional, para exhortar a los legisladores que traten los proyectos. Este tipo de minería, prohibida en varios países, está permitida y amparada por la legislación vigente. Es así que las empresas extranjeras

transnacionales, que no pueden realizar explotación en su país de origen, debido a los catastróficos resultados lo hacen en la Argentina, contando además con un poderío económico inimaginable y comprando voluntades políticas. Disfrazados de ambientalistas realizaron un “Primer foro para la gestión y el desarrollo de cuencas en zonas áridas y semiáridas” repudiado por numerosas Asambleas de todo el país. Por todo esto es que: Todos los pueblos de la zona estamos organizados en asambleas de vecinos

Que en el Noroeste de la provincia de Córdoba, debido a la falta de lluvias, durante el día recibimos pocas horas de agua para consumo humano, y estas empresas utilizan 100.000.000 (cien millones) de litros de agua por día o bien 1.000 (mil) litros de agua por segundo. ¿Quedará algo de agua para nosotros? La enorme cantidad de agua que utilizan la contaminan por las sustancias tóxicas que le agregan, convirtiéndola en residuo. No será apta nunca más para consumo humano, ni de animales ni de cultivos. Los drenajes ácidos generados (DAM),


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¡ONGAMIRA DESPIERTA!

suman sus efectos a los del las sustancias tóxicas que emplean como el cianuro, disolviendo y transportando a los cursos naturales de agua, metales pesados tales como: arsénico, cromo, mercurio, plomo, y cadmio, todos altamente tóxicos. La eliminación de la capa superficial del suelo con toda su vegetación causa desertificación favoreciendo la erosión y el empobrecimiento del suelo. Todo el planeta lucha contra la desertificación y éstas empresas la generan descaradamente. La fauna es atacada por la contaminación y alterada por el ruido. Desaparecen especies de la zona. A los polvos tóxicos en suspensión, vapores y emanaciones gaseosas de cianuro y dióxido de azufre que contaminan el aire, se le agrega el impacto sonoro por las detonaciones explosivas, molienda, transportes, etc. Son muy frecuentes los accidentes de todo tipo en el transporte de los químicos que utilizan. Son muy frecuentes también las filtraciones y la ruptura de los diques de cola, en los que acumulan los desechos tóxicos. Hay numerosos ejemplos en todo el mundo de las catástrofes que provocan estas filtraciones y rupturas. Y como usted ya sabrá la provincia de Córdoba vive del turismo, y si la explotación minera provoca todo lo que ya mencionamos, (contaminación de la flora, fauna, ríos y aire), ¿qué turismo vamos a recibir?... Por todo lo expuesto desde ¡Ongamira Despierta! exigimos a nuestros gobernantes: §El respeto de nuestra Constitución Nacional. §La defensa del patrimonio natural y cultural. §La adecuación de la legislación minera vigente a las normas de protección de los derechos humanos.


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Reunidos en Las Heras, provincia de Buenos Aires, profesionales de la salud, abogados, biólogos y activistas, luego de haber escuchado los testimonios de médicos y afectados, y de haber analizado los documentos sobre los daños causados a personas, animales y a la biodiversidad por las pulverizaciones aéreas con un paquete plaguicida en base a glifosato, en el conocido como Plan Colombia, y de sus efectos "colaterales" en la frontera ecuatoriana; habiendo comprendido que la manipulación genética de la soya RR tiene como único objetivo promover el uso del herbicida "glifosato”; resuelven hacer la siguiente declaración:

DECLARACIÓN DE LAS HERAS

H

abiendo considerado las pruebas del verdadero genocidio del campesinado paraguayo por parte de "invasores” que los expulsan violentamente de sus tierras, para implantar el modelo agroindustrial centrado en el "diseño biotecnológico" de la soja RR, y por supuesto, del Glifosato. Tras analizar estudios de casos en Argentina, donde la soja RR

catapultó el uso de glifosato a niveles nunca imaginados, generando la aparición en "el paquete tecnológico" de la siembra directa de malezas resistentes, que a la vez llevan a la utilización de otros herbicidas como: el 2,4 D; el paraquat; misil, etc. Luego de comprobar, que con la siembra directa se ha incrementado la aparición de nuevas plagas y enfermedades, que son causa de la utilización de una "batería" de agrotóxicos jamás utilizados en ese país y luego de revisar la abundante bibliografía mundial sobre los efectos perniciosos del glifosato sobre los seres vivos y descubriendo el ocultamiento y desinformación a la que se somete la opinión pública y particularmente a los sectores productivos y académicos. Recordando que, el Principio de Precaución ha sido reconocido por la legislación ambiental internacional. Los participantes del Primer Encuentro Internacional sobre la Problemática del Glifosato; DECLARAMOS: *Que está sobradamente probada la

sinergia entre el diseño biotecnológico y el aumento exponencial del empleo del glifosato, junto con una gama indefinida de agrotóxicos que en su conjunto forman el modelo agroindustrial de producción de commodities. *Que está probada la toxicidad del glifosato y de sus formulaciones, en especial Round Up (Round Up Ultra, FullMax, etc.). *Que queda probada la existencia de casos de graves daños en pobladores causados por las pulverizaciones "anti droga" en el marco del Plan Colombia y sus derivaciones sobre el país vecino Ecuador, que a su vez elevará a Tribunales internacionales este caso. *Que queda probada la mala fe que lleva a la presentación del glifosato como un agro químico "inocuo" y "bebible" "ligeramente tóxico" y que esta forma de argumentos


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DECLARACIÓN DE LAS HERAS Efecto Invernadero

son de una gran perversidad. *Que queda probada la inoperancia e incapacidad de los organismos encargados de hacer cumplir la legislación que cada país tiene sobre la aplicación de agrotóxicos. *Que los campesinos del Paraguay, en especial del Alto Paraná, están gravemente afectados por el uso del glifosato. El modelo de monocultivo extensivo de soja que implantan las multinacionales y poderosos sojeros, mayoritariamente brasileños, requiere el uso masivo de tecnología transgénica y del paquete de agrotóxicos. Las consecuencias de la aplicación de este modelo son la expulsión de los campesinos paraguayos de sus tierras, la destrucción de las formas tradicionales de producción de alimentos, el daño a la salud de las poblaciones, la contaminación y empobrecimiento de la tierra y el ambiente. POR TODO ELLO DEMANDAMOS: *Que se haga una investigación en el seno del sistema de las Naciones Unidas y sus relatores especiales, sobre los impactos generados por el modelo tecnológico de la soya transgénica con resistencia a glifosato enArgentina, Paraguay, Uruguay y Brasil. *Que se incorpore en las negociaciones del régimen internacional sobre responsa-

bilidad civil y compensación en el marco del "Protocolo de Cartagena", al modelo tecnológico de la soja RR. *Que se revise la clasificación toxicológica del glifosato y que sea considerado "extremadamente tóxico". *Que se investigue y castigue los responsables de los atropellos hechos a los campesinos paraguayos por el sector sojero, y que cese la criminalización de la lucha de los campesinos paraguayos por parte de las autoridades. APOYAMOS: *La demanda del gobierno del Ecuador contra el modelo de aspersiones aéreas con el paquete herbicida que incluye glifosato, en la frontera Colombo-Ecuatoriana. *Las demandas del pueblo colombiano en contra del modelo de aspersiones aéreas para la erradicación de cultivos ilícitos, con el paquete herbicida que incluye glifosato. *La resistencia del pueblo campesino paraguayo, a través de ASAGRAPA (Asociación de Agricultores de Alto Paraná), presente en este encuentro, así como de otras organizaciones de campesinos y nos comprometemos a cooperar solidariamente en su justa lucha. Santa Elena, Las Heras, 11 de noviembre 2007.

Según el "Boletín sobre los gases de efecto invernadero", el nivel en 2006 de CO2 fue de 381,2 partes por millón, lo que supone un 0,53 por ciento más que en 2005. Las cifras se basan en las observaciones efectuadas mediante la Red Mundial de Vigilancia del dióxido de carbono y el metano, otro de los gases que acentúan el efecto invernadero y por tanto el calentamiento global, establecida por la OMM (Organización Meteorológica Mundial). El dióxido de carbono, el metano (CH4) y el óxido de diazote (u óxido nitroso, N2O), son los tres gases de efecto invernadero más abundantes en la atmósfera terrestre, después del vapor de agua. Los tres forman parte de las principales causas del calentamiento planetario. La concentración de óxido nitroso también alcanzó valores récord en 2006, hasta 320,1 partes por mil millones. Según la OMM, la concentración de CO2 y de óxido nitroso en la atmósfera terrestre se ha incrementado en un 36 por ciento desde antes de la era preindustrial, a finales del siglo XVIII. Gran parte de este aumento se debe a las emisiones relacionadas con la combustión de combustibles fósiles. Dichos gases son fundamentales para mantener una temperatura global atmosférica de unos 15 grados centígrados, pero un incremento de estos gases intensifica el efecto invernadero.


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Clara Riveros Sosa

En unos pocos días de funcionamiento la planta pastera de Botnia ya contabiliza numerosos escapes accidentales de sustancias tóxicas, de gases irritantes y malolientes, de humos indeterminados. Esto, se atribuye a que aun no fue puesta completamente a punto, a que hubo un inexplicable corte en la electricidad que ella misma genera para consumo propio, a que también falló el enlace con la red eléctrica, a que a cada paso se produce algún error humano…Claro, la tecnología es “perfecta”, sólo la gente comete errores.

MIL BOTNIAS DE ENTRECASA

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amentablemente, incluso los equipos tan ultra sofisticados como las sondas espaciales, siempre están diseñados, y luego son manejados, aunque fuese a distancias siderales, por falibles seres humanos. Lo cual significa que, cuando se manipulan materiales peligrosos, estamos permanentemente sujetos a las peores contingencias, y que éstas pueden darse tarde o temprano. Aunque lo merece, y mucho, nuestra atención no debería focalizarse exclusivamente en la planta de Fray Bentos, pero este caso sirve de aprendizaje para considerar otras cuestiones ambientales. Son muchos los emprendimientos proyectados o hace tiempo ya en funcionamiento que se insiste en presentar como impecables, pero que conllevan riesgos muy graves que no se mencionan y se procura ocultar y que, cuando originan un accidente, éste se esconde, o bien, si ya tomó estado público, se minimiza

a toda costa (vale desde Chernobyl a Río Tercero). Otras actividades dañinas y peligrosas, principalmente fabriles, que vienen desarrollándose desde hace mucho tiempo, terminan por ser toleradas en parte por trabajadores y vecindario, incorporadas casi resignadamente a lo cotidiano por el desgaste de la costumbre y también porque constituyen fuentes de trabajo sin alternativas a la vista, aunque en realidad las empresas y otros beneficiados especulen perversamente con esta circunstancia, al mismo tiempo que están minando la supervivencia de la gente y su ambiente, y, cuando existen tecnologías más limpias, no las aplican porque les significa disminuir un tanto sus ganancias. Cuentan a su favor con que es moneda corriente que se haga caso omiso de las leyes al respecto y que los controles oficiales resulten laxos o inexistentes. Reiteramos: este asunto de la empresa Botnia es útil para tomarlo como modelo para advertir las muchas “Botnias”, más grandes o más pequeñas, que abundan en nuestro país y acá a la vuelta de la esquina;

algunas hechas casi invisibles por el hábito, otras escamoteadas de los grandes titulares y sin la prensa que les podrían proporcionar presidentes y funcionarios de dos países jugando una tragicomedia de enredos, dimes y diretes, mientras las chimeneas continúan fumando impasibles, sin darse por enteradas. El gran espacio que la información destina a la famosa pastera, hace que no miremos con igual atención (o con ninguna) a las industrias escasas pero contaminantes que nos rodean, al descuido del agua vital y con ello al deterioro del río Negro y de las lagunas (nuestro humedal); a los efluentes cloacales; al inexistente tratamiento de los residuos urbanos; a las quemazones permanentes que envenenan el aire y que, en esta zona, equiparan en densas humaredas a la basura ciudadana con los bosques y la vegetación nativa; a las fumigaciones con pesticidas; a los monocultivos industriales; a la disminución en la producción de alimentos; a la desertificación, a la gente abandonada a su suerte. Si miramos un poco más allá veremos las “otras” pasteras que tenemos; los ríos del noroeste convertidos en vertederos increíblemente sucios de la polución proveniente de la extracción minera y de las industrias papelera y azucarera. Esta última quema, durante días, enormes extensiones de caña con humos que borran por completo el paisaje, a la vez que utiliza


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MIL BOTNIAS DE ENTRECASA -ilegalmente, claro- la mano de obra de menores de edad, según registrara un programa televisivo, y sin ofrecerles siquiera el menor cuidado ni atención frente a los accidentes. El avance de la soja, la caña de azúcar o el petróleo, deforesta las yungas (la selva húmeda de montaña) y deja al descubierto los suelos que las lluvias arrastran luego en aluviones catastróficos, llevándose barrancas, puentes, caminos, cultivos, casas, animales, personas. Asimismo en el noroeste (en la Patagonia se da lo mismo) se registran -por parte de empresas o de particulares apañados por el poderapropiaciones ilegales de territorios aborígenes o pertenecientes a pobladores antiguos, los que resultan agredidos, acosados y aun expulsados violentamente. Fue también la televisión la que mostró en su momento la vida ominosa de los plantadores de tabaco de Misiones, víctimas enfermas y empobrecidas de los agrotóxicos que utilizan y de cuya situación no se sabe que haya mejorado a partir de entonces, al igual que sucede, en la misma provincia, con los mbyá-guaraníes a quienes se les destruye el hábitat. Es allí donde se reducen la selva y su fabulosa biodiversidad, se plantan masivamente pinos y eucaliptos y la industria del papel, una vez más, contamina el suelo, el aire y el río. En la Patagonia, como en todo el sector cordillerano, hoy se gestan movimientos de resistencia a la minería. Pobladores del sur de Chile y Argentina se unen ahora en un frente común para oponerse a las actividades extractivas y a la concreción de nuevas represas en la región. Tales proyectos, que se publicitan como caminos hacia un positivo florecimiento económico, en cuanto sitio donde fueran desarrollados nunca representaron otra cosa que la destrucción del ambiente, la explotación y el empobrecimiento de la población local, que acaba perdiendo medios de vida alternativos y ve afectada su salud, la disponibilidad del agua, sus cultivos. A su vez, nadie ajeno puede tener acceso a los predios de las empresas mineras, ni siquiera las autoridades que podrían inspeccionarlos. Lo mismo que ocurre con las grandes extensiones de tierra algunas del tamaño de ciertos países europeos en manos de unos pocos

propietarios extranjeros, hecho inquietante que se repite en zonas tan distantes de la Patagonia y tan sensibles y vitales como los esteros del Iberá. ALGO PARA CELEBRAR La sanción de la Ley de Bosques en el Congreso Nacional, resulta una noticia más que satisfactoria, su promulgación por parte del Poder Ejecutivo, aún no garantizo lo esencial: que más adelante no se devalúe en letra muerta y que tampoco se tergiversen los procesos que fija como obligatorios.

Según esta ley, los desmontes quedan suspendidos hasta que se cumpla, en cada provincia, el ordenamiento territorial de los bosques nativos (estudiar y planificar qué se hace y dónde se hace).Apartir de allí deberán realizarse, ante cualquier proyecto de desmonte, estudios de impacto ambiental (EIA) y audiencias públicas, es decir instancias de participación comunitaria. Quedarán bajo especial protección los bosques que constituyen hábitat y medios de vida para aborígenes y campesinos. Los ordenamientos territoriales deberán responder a los criterios ecológicos y

categorías de conservación que están pautados en esta norma. Encontramos sumamente alentador que finalmente se reconozca, con total claridad y en un importante instrumento legal, la trascendencia fundamental de los múltiples y gratuitos servicios ambientales que prestan los bosques (conservación del agua, de la biodiversidad y de los suelos, regulación hídrica, medio ideal para contrarrestar la contaminación de la atmósfera y el calentamiento global) así como su enorme valor de bastión

y referencia de la identidad y la cultura. Y no es menos que además se prohíban las quemas de montes y (a cielo abierto) de los residuos producidos por su aprovechamiento. Es bueno recordar que esta Ley de Bosques -que debió superar para su sanción una larga y trabajosa carrera de presiones contrarias, obstáculos y postergaciones-, contó con la manifiesta adhesión de millones de argentinos y de los esfuerzos de numerosas ONGs y ciudadanos particulares.


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MIL BOTNIAS DE ENTRECASA NUBES AL FRENTE El contento que pueda ocasionar este logro no permite descuidar el horizonte ambiental: se ciernen otras amenazas. No suponen una novedad porque siempre han estado y están pendientes, esperando el momento propicio para pasar de amenazas a realidades instaladas. Se trata de medios de generación de energía peligrosos y contaminantes como nuevas centrales eléctricas en base a carbón y, todavía peor, nuevas centrales nucleares. A esto se suma la reciente declaración de Cristina Fernández de Kirchner, en el sentido de que se está trabajando mucho dentro del gobierno nacional para reflotar el tema de la represa de Corpus, sobre el alto Paraná (Misiones), la misma que fuera masivamente rechazada por la ciudadanía misionera en abril de 1996. La presidenta electa supone que un corrimiento en la localización de la megaobra será suficiente para que ahora sea aceptada. Los misioneros ya deben tener la piel erizada desde que han debido soportar todas las alteraciones que provocan las decenas de represas que Brasil erigió aguas arriba y las amargas experiencias de Yacyretá y de Uruguay (esta última íntegramente en su territorio provincial), muy promocionadas como beneficiosas y de las cuales los misioneros sólo obtuvieron pérdidas irrecuperables. Que Botnia no nos distraiga.

Pobreza y cambio climático Los dos elementos claves de la justicia global en nuestro tiempo, el cambio climático y la pobreza en el mundo, están íntimamente relacionados: Hoy en día, resulta imposible abordar de manera eficaz la lucha contra pobreza en el mundo sin tener en cuenta los efectos que el cambio climático tiene en la agricultura, la propagación de las enfermedades o en los fenómenos meteorológicos violentos. Pero tampoco podemos hacerle frente de manera efectiva a menos que lo tratemos también desde la perspectiva del desarrollo: Por ejemplo, hoy en día más de 2.000 millones de personas en el mundo carecen de acceso a fuentes energéticas fiables. Sin embargo, para reducir la pobreza, ampliar la cobertura de los servicios sanitarios y promover un desarrollo sostenible y generador de empleo en definitiva, para alcanzar los Objetivos de Desarrollo del Milenio (ODM), los países en vías de desarrollo requieren de un mayor acceso a recursos energéticos. Las fuentes de las que provenga esta energía carbón, petróleo o fuentes renovables tendrán sin duda un importante impacto en las emisiones de gases de efecto invernadero a nivel global. Los científicos advierten que el total de las emisiones mundiales de gases de efecto invernadero alcanzará su máxima cota en torno al año 2015.


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Mejor sonreir que llorar

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Juan Jaime Cesio Gral. Brig.

Si vis pacem para bellum orientó el pensamiento de políticos y militares al principio del siglo XX y más aun en los anteriores: un país estaba mejor preparado para defender su soberanía o emprender una acción ofensiva en la medida que aumentara y modernizara sus recursos bélicos, recursos que disuadirían al presunto enemigo o lo llevarían a la derrota. Razonamiento indiscutido en épocas en que la defensa o conquista de un país era oficio exclusivo de guerreros o así se imaginaba. En los tiempos que corren la divisa es o debiera ser si quieres la paz, prepárate para la paz.

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onocimos un modelo bélico inteligible. Karl von Clausewitz (1780-1831) nos ilustró durante décadas hasta que Gastón Bouthoul (1896-1980) creó el concepto de Polemología o Pace Research, ahora con el nivel de ciencia o con pretensiones de serlo. Sobre las bases que proporcionó este último, el coronel español Prudencio García publicó en 1975 Ejército, presente y futuro cuyo primer tomo titula Ejército, Polemología y Paz Internacional. En él su autor desarrolla los contenidos de esta disciplina y concluye en que es la Ciencia de la Paz; sus investigaciones, análisis y estudios tienden finalmente a ella. Nos informa que existen institutos, escuelas y centros de investigación en diversos lugares del mundo, inspirados en el “Institut Français de Polemologie” creado por Bouthoul y que ahora tiene su

LA PAX MILITAR ¿Una antinomia? correspondiente en Perú, por ejemplo. Escribe el Coronel García en el libro citado: La más destacada característica de la Polemología es la de que a diferencia de cualquier otra ciencia, desde su mismo arranque no se proclama neutral, sino deliberadamente tendenciosa y dirigida precisamente al logro de la paz y ello desde un fundamento pura y pragmáticamente científico, al considerar que la supervivencia de la ciencia exige la supervivencia del hombre y todo peligro que amenace de desaparición a la especie humana, amenaza a su vez de desaparición de la propia ciencia humana en términos absolutos. Estamos ya lejos del concepto según el cual la paz no es más que un paréntesis entre dos guerras. Realidades impiadosas nos azotan cada día. La árabeisraelí es interminable, la que tiene en Irak el más importante Teatro de Operaciones es de final incierto y otras están ya anunciadas. Lo dijo claramente Bush cuando se arrogó el derecho de declarar la guerra preventiva, incluso hasta con la

posibilidad de emplear ojivas nucleares. Cuando lo considere necesario, sin importarle la UN y la OEA invadirá cualquier país si así conviene a la superpotencia que preside. Aunque lejos, ya es posible avizorar la amenaza que sufren las naciones con grandes reservas de agua como la Argentina que nada más que en el Acuífero Guaraní la tiene para abastecer al mundo durante 200 años. Todo estudioso de la Historia Militar sabe que la guerra próxima no será igual a la anterior, aunque nadie pudo imaginarla tan distinta como la de ahora. La llamada Primera Guerra Mundial comprendió sólo a algunos de los países de Europa con la participación tardía de los Estados Unidos, la Segunda se amplió hasta abarcar la entonces Unión Soviética y el Japón. En la de nuestros tiempos participan todos los países del mundo unidos contra el fundamentalismo terrorista. En cada rincón del globo se cierne la posibilidad de un atentado de esta índole. La que hoy vivimos es la Primera Guerra Mundial.


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La guerra es la más atroz violación de los derechos humanos. El Dr. Hipólito Solari Irigoyen, Presidente de Nuevos Derechos del Hombre (NDH), en su obra Testimonios Australes, Capítulo 5 (Cfr. pág 62), hace constar que en la Proclamación de Teherán de la Conferencia Internacional de Derechos Humanos ( 13 de mayo de 1968) se declaró que la paz constituye la aspiración universal de la Humanidad y que la Asamblea General (15 de diciembre de 1978) proclamó solemnemente que todos los pueblos del planeta tienen el sagrado derecho a la paz. No es un don, es un derecho por el que hay que luchar contra todos aquéllos a los que la guerra les conviene; hay que conquistarla cada día. Baste pensar en la reacción de los fabricantes de armamentos. ¿Cómo suplirían los Estados Unidos los insumos que demanda, la investigación tan costosa y la mano de obra que requiere esta industria? Dejar de producir aviones, barcos, tanques y otras armas para el combate, representa poco menos que un colapso industrial. Lo primero a distinguir es que no estamos enfrentados contra el Islam. Pocos días después del 11S. Jeremy Greenstock, embajador británico ante la ONU declaró: “Por un tiempo, si algo se parece a un terrorista y hace ruido como un terrorista, es un terrorista” (Cfr. “La Nación” del 30 de septiembre de 2002). No hay que extrañarse entonces de que hayan asesinado por la espalda a un inocente brasileño apresurado, cuyos delitos eran llevar un abrigo largo y una mochila. Ante un enemigo no identificable la reacción sin freno objetivo, está conduciendo a la discriminación racial, a barreras de seguridad ridículas cuando no injuriosas, al cercenamiento de las libertades cívicas y lo que es peor, a sumir en un miedo cerval a cuantos habitan los países centrales. Miedo que se cultiva con prolijidad para dar paso a más disminuciones de la libertad del individuo. Miedo con el que en cada instante está triunfando Al-Qaeda. Alertas de diversos colores se declaran en circunstancias distintas, más severos después de un atentado, como si el terrorismo fuera tan torpe como para atacar cuando mejor se lo está esperando. Esta vez, por justa paradoja, los que han sufrido y sufrirán los ataques más cruentos,

los más amenazados, son los del Primer Mundo y de entre ellos los que enviaron tropas a Irak. Al revés de lo que habitualmente ocurre, los países emergentes, en vías de desarrollo o del Tercer Mundo - eufemismos todos detestables conque nos identifican para que entendamos bien que tenemos menos derechos que ellos- padecen menos las consecuencias de decisiones políticas ajenas y perjudiciales. La guerra que estamos tratando impone cambios drásticos en la educación, instrucción, equipamiento y despliegue de las tropas de nuestras naciones. Hay que aceptar sin reservas que las hipótesis de guerra tradicionales que en la Argentina siempre han tenido y tienen carácter defensivo, han perdido absolutamente su vigencia (a la de Las Malvinas el mundo las conoce como la silly war). Los Estados Unidos y Europa no permitirán jamás enfrentamientos que pongan en peligro sus inversiones. Perseverar en aquéllas es arcaico, es combatir como en las guerras napoleónicas, cuando en la batalla las tropas vestían uniformes vistosos: la infantería avanzaba con paso marcial perfectamente alineada al son de tambores, redoblantes y trompetas, las bayonetas caladas, ondeando sus banderas y gallardetes; un toque de clarín ordenaba la

carga de la caballería que lanza en ristre espantaba al enemigo; la artillería con sus cañones avancarga disparaba bolas de hierro que diezmaban; conducidos todos por comandantes provistos de un catalejo, montados a caballo y desde lo alto de un promontorio. Ahora no son necesarios ni los portaviones, ni una flota de naves aéreas y marítimas de combate de gran porte, ni tanques, ni nada de lo que era imprescindible en la guerra clásica. Si alguna de las superpotencias necesita de alguno o algunos de nuestros recursos y agota las presiones políticas y económicas, encontrará armas de destrucción masiva o se valdrá de un disparate parecido para invadirnos con fuerzas abrumadoras de inimaginable poder de fuego. Sadam Hussein cometió un error fatal cuando opuso su aviación y sus tanques viejos a la más avanzada tecnología. Debió optar por ataques sorpresivos a la retaguardia, sabotajes, emboscadas, golpes de mano y toda la gama de acciones que comprende la guerrilla; hoy se lo ve con claridad y suministra enseñanzas. Aceptada la obsolescencia de nuestras actuales hipótesis de guerra,


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LA PAX MILITAR ¿Una antinomia? es imprescindible y perentorio introducir cambios radicales en nuestras fuerzas armadas. Las de tierra deben ser desplegadas de tal modo que cubran las áreas más sensibles, equipadas con armamento de infantería, cañones de poco calibre, efectivos importantes de paracaidistas y expertos en explosivos; las de mar con buques livianos y rápidos para impedir el saqueo de la fauna ictícola y cuidar las vías fluviales; las del aire, concentradas donde mejor sirvan, provistas de aviones para el transporte de tropas y cazabombarderos. A los servicios de Inteligencia del Estado y a los de ellas mismas, muy bien equipados, instruidos y debidamente educados, les compete una misión decisiva en la medida de que solamente se ocupen del enemigo del que se trata. La tarea de ubicarlo es quizá la principal. El organismo que en los distintos Estados en un principio fue llamado Ministerio de Guerra y luego de Ministerio de Defensa, en 1984 es el Ministerio de la Paz, sarcasmo de George Orswell quizá premonitorio; los militares deben ser los más interesados en mantenerla ya que ninguno como ellos conoce mejor los horrores de la guerra. De allí el acierto de que en el documento “Encuentro de Militares” se halle el subtítulo “Los militares, la paz y la democracia” (octubre de 2005). Las fuerzas armadas y su estructura son piramidales; hay quien manda, hay quien obedece y finalmente todos sus miembros cumplen las órdenes del Comandante en Jefe, el Presidente de la Nación. En el combate es inimaginable el disenso, característica distintiva de la democracia. No la hay cuando la oposición está ausente o sofocada. Los militares sirven a la democracia en su profesión y se integran a su país como ciudadanos. Como militares obedecen, como ciudadanos hacen uso de las libertades que la Constitución les

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otorga, a la que defienden en todos los órdenes; de entre ellos el de velar por la paz. Estados Unidos armó un escudo misilístico que lo hacía invulnerable. Sus habitantes podían descansar tranquilos: todo proyectil enemigo sería destruido antes de llegar a la atmósfera. Los prodigios de la ciencia y de la técnica habían logrado la seguridad total; utopía que no necesitaba de los aviones contra las Torres Gemelas para demostrar que la seguridad absoluta no está al alcance de ningún país, de ningún ser humano. Tiene la inconsistencia propia de nuestra fragilidad. Ignoraron las características de la guerra por venir y nosotros la seguiremos ignorando si no hacemos un cambio radical en la doctrina, educación, instrucción y despliegue de nuestras fuerzas armadas y no nos comprometemos en una alianza verdadera, generosa y sin recelos. Esta es la principal y excluyente misión de nuestros dirigentes políticos y de nuestros estados mayores; el gran desafío que va a generar resistencias difíciles de vencer por la incomprensión, la resistencia al cambio y los intereses afectados. El TIAR no atiende a nuestros intereses; hay que denunciarlo y constituir una alianza militar que comprenda a todos los países a los que la Geopolítica une en forma incontrastable. Nuestros objetivos son similares por no decir idénticos. ¿Porqué subordinarlos a otro con el que no tenemos coincidencias sino quizá antagonismos? Tenemos que formar nuestra propia Alianza, una alianza de iguales, equitativa y sin recelos, con el obligado principio de no intervención. El objetivo es constituir la Fuerzas Armadas de América Latina a la que luego se unirían las de América Central y las del Caribe. Ninguna de ellas tiene porqué renunciar a sus atributos históricos, ni a sus tradiciones, ni a su propia identidad. Lo que hay que uniformar es la doctrina, los procedimientos de combate, los reglamentos y las comunicaciones. Se impone naturalmente la unidad de comando. La conducción política la ejercería un Consejo de Seguridad elegido por los países que las constituyen, un organismo multilateral reglaría las actividades propias de la paz y un Comandante General rotativo bajo cuya

dependencia estarían los propios de cada Fuerza, las conduciría en el combate. Los ejercicios combinados que realizan hoy algunos de nuestros países y que pueden ampliarse en número y efectivos que intervienen, son válidos como antecedente. Se podría comenzar con tratados de desarme. Es insensato que en los presupuestos se destinen a la compra de armamentos recursos que servirían para paliar la desnutrición y cuidar de la salud, entre tantas necesidades impostergables que nos conmueven. Esta tarea en su comienzo es propia de los legisladores. Cuando Estados Unidos, se negó a suscribir el Protocolo de Kioto -más precisamente, Clinton lo firmó y luego retiró la firma, actitud inimaginable en las relaciones diplomáticas- condenó a los países que menos contaminan a padecer las respuestas fulminantes de la Naturaleza seriamente vulnerada para aumentar la producción a bajo costo y proporcionar a

sus propios ciudadanos un bienestar mayor a costa de los que apenas lo tienen o carecen de él. Decisión que puede resultar adversa cuando no suicida: New Orléans. Nuestros países están también obligados a repeler otro modo de agresión, las de las armas que llevan en sus portafolios señores elegantes alojados en hoteles de cinco estrellas: contratos de compras de empresas nacionales a precios viles, préstamos que por usurarios resultan a la postre impagables y compendios de corrupción. La indecencia de alguno de los organismos de crédito llega hasta la pretensión de fijarnos las tarifas de los servicios públicos. A tales agravios deben responder las autoridades y dirigencia políticas. No es de incumbencia de los militares porque no están habilitados para el gobierno


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LA PAX MILITAR ¿Una antinomia? (excepciones las hay) que conlleva la aceptación de diferentes opiniones, inimaginables en la batalla. Ellos saben como se ejerce el mando, no saben de gobierno, desconocen los grises y así debe ser. La mayor parte de los políticos ha recorrido el camino propio de su quehacer en el que aprenden a discutir o aceptar opiniones distintas a las propias. Una ruta larga que comienza a veces en la Universidad y prosigue con distintas etapas de responsabilidades: dirigente de un partido político, consejero comunal, intendente, ministro y ainda mais. No está de más recordar a Alexis de Toqueville: la democracia no es más que la forma menos mala de gobierno; no intrínsicamente sino por las debilidades propias de nuestra condición humana. La única razón de la existencia de los hombres de armas (por eso se llaman así) es la preparación para el combate. Aunque no suene bien, hay que educarlos para matar, rápido y con la mayor economía. Lo que no se compadece con el aniquilamiento ni con la saña; Hiroshima fue un crimen, Nagasaki un crimen gratuito. La guerra es la lucha entre dos voluntades, por lo que se logra el triunfo cuando se logra quebrantar la voluntad del enemigo y basta con eso. Estados Unidos no la perdieron en los campos de batalla de Vietnam sino en su propio país cuando así lo exigieron sus ciudadanos. Con la de Irak podría suceder lo mismo Todo estudioso de la Historia Militar sabe que la guerra próxima no será igual a la anterior, aunque nadie pudo imaginarla tan distinta como la de ahora. La llamada Primera Guerra Mundial comprendió sólo a algunos de los países de Europa con la participación tardía de los Estados Unidos, la Segunda se amplió hasta abarcar la entonces Unión Soviética y el Japón. En la de nuestros tiempos participan todos los países del mundo unidos contra el fundamentalismo terrorista. Tienen también que estar prontos

para cumplir misiones de paz en cualquier lugar como lo hacen ahora en Haití e intervenir cuando sobrevienen catástrofes naturales. Su sentido de la disciplina, su equipamiento y el respeto por la organicidad los hacen invalorables. A la par y a lo largo de toda su carrera debe educárselos en la técnica, la ciencia, en las disciplinas humanísticas, científicas y en todas las expresiones culturales; de otro modo carecerían del basamento imprescindible para actuar en forma apropiada aun en su misma profesión. Nada más lejos de mi entendimiento que el formarlos en la apoliticidad. Deben interesarse en todo lo que ocurre en su país y en el mundo, conforme al signo de los tiempos. Están obligados a ser ciudadanossoldados y cumplir con las exigencias que ambas calidades imponen. Acudo a la remanida frase de Clemenceau: La guerra es algo demasiado importante como para dejarla en manos de militares que subscribo; la batalla es la última ratio. En forma distinta lo dice von Clausewitz más citado que leído: La guerra es la continuación de la política por otros medios. Nada más preciso; a la llamada Segunda Guerra Mundial no la ganaron ni Eisenhauer, ni Montgomery, ni Patton. Triunfaron Churchill, Roosvelt y Stalin que supieron conjugar debidamente la diplomacia y la economía entre tantos otros factores que la deciden, para finalmente repartirse el mundo en Yalta. El desarrollo y los resultados de la acción

bélica se tornan cada vez más imprevisibles. Recordemos que cuando alrededor de 100.000 personas coparon el centro de Washington para que sus tropas se retiren del Golfo Pérsico a Cindy Sheehan, la líder de la movilización, la apresaron. Manifestaciones de la misma índole las hubo en varias ciudades de Europa. Son los políticos los que deben enfrentar las otras agresiones que sin aparentarlo son también violentas. Las que generan hambre, conspiran contra la educación, la salud, el derecho a una vivienda digna y vulneran las libertades cívicas. Ellos y no los militares. Aclaración con seguridad obvia y a contrario sensu ineludible porque varios de nuestros pueblos han sido flagelados por los golpes de Estado militares a los que llamaron revoluciones cuando en verdad fueron involuciones. Aunque ninguno causó mayor daño y espanto que la última dictadura militar en mi país. Los represores -que no solamente mataron y torturaron sino que también se enriquecieron escandalosamente- ganaron la que llamaron guerra pero perdieron la paz porque se valieron del terrorismo de estado. El Estado es el único que tiene el derecho de ejercitar la violencia e impone esta potestad tal exigencia ética, que resultan desde todo punto de vista abominables las acciones consumadas sin el debido encuadramiento legal. Así como no escapará al criterio de ninguno de ustedes, tampoco escapa al mío la sensación de que las propuestas de este trabajo pueden ser o son temerarias y fantasiosas. No presumen de completas y menos aún de dogmáticas. Tienen la pretensión inmodesta de ser dignas de refutación y de un diálogo esclarecedor para nutrir nuestra esperanza de esa paz, acaso inasible.


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Elsa María Bruzzone: “Manuela Saénz confunde en su amor a Bolívar, su amor a la causa de la independencia y la libertad”. Nilda Comba de Romani: “ ¿Cómo era Edith Vera? A mí se me ocurre la magia de un calidoscopio como una buena manera de representarla, como una sucesión de imágenes cambiantes” . Ana María Bracesco: “Elisa Lynch acaba de enterrar, con sus manos, a su hijo mayor, Panchito, y junto con él, al hombre de su historia y de la historia de un pueblo, Francisco Solano López”. María Inés Bruzzi: “A poco tiempo de conocerse Evita y Perón se fueron a vivir juntos, transformándose en amantes. Este no era el problema, ya que ambos eran libres. Lo que provocó un profundo rechazo, sobre todo en sectores del ejército, era que Perón se mostrase públicamente con la joven actriz”. Irina Sant Esteban: “Azucena Villaflor, que fue arrojada al mar desde uno de los “vuelos de la muerte”, fue quien impulsó a un grupo de mujeres a llevar el reclamo por sus hijos desaparecidos desde las dependencias oficiales, adonde nadie las escuchaba, hacia la Plaza de Mayo”. Sara Moro: “Juana Azurduy, clandestina sepulta 4 hijos muertos por malaria. En el campo de batalla concibe su quinta hija, la desteta tempranamente para que no corra la suerte de sus hermanos... Burla a la pica y esta se burla de ella”. - “Aún me parece verla, fuerte como un volcán al amanecer, con sus suaves líneas recortadas a contraluz en la puerta, esa última madrugada de mi partida...”- relato de Gioconda Belli.


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¡Ah! ¡Cómo duda! Su posición se lo permite. Piensa demasiado. Son tupidas las vendas sobre sus ojos. En nuestro tiempo, cuando llegó la guerra, muchas mujeres hubo que debieron despertar, reconocer la desventaja de haber pasado tanto tiempo cultivando el ocio y la docilidad. Fui afortunada. Aunque mi madre se enfurecía, yo siempre tuve inclinación por los juegos de los muchachos, los arcos y las flechas. Ella no concebía que las mujeres pudieran guerrear, acompañar a los hombres. Aquella tarde cuando Yarince llegó con sus hombres a Taguzgalpa, el día que nuestros ojos quedaron engarzados para siempre, ella lo supo. Supo que al amanecer yo me iría con él a combatir contra los invasores. Me esperó al lado del fogón. Al acercarme, me miró, una mirada triste que le había aparecido desde que los combates con los españoles dejaron de ser noticias lejanas. Sus manos fuertes apelmazaban la masa del maíz, dándole forma redonda. “Has estado con los guerreros”, me dijo. Y su voz decía: cometiste falta, no es lugar de mujer, te alborotaron la

sangre. -Vienen de lejos -dije-, son caribes. Dicen que debemos alzarnos, luchar. De lo contrario, todo terminará. Los extranjeros nos matarán para quedarse con la tierra, los lagos, el oro, Destruirán nuestro pasado, nuestros dioses. Muchos de los nuestros se irán mañana a combatir. Saldaremos las viejas enemistades. Nos uniremos contra los hombres rubios. Yo también quiero ir. -Te he dicho que la batalla no es lugar para mujeres. Sabiamente ha sido dispuesto el mundo. Tu ombligo está enterrado debajo de las cenizas del fogón. Éste es tu lugar, aquí está tu poder. - Yarince, el jefe, dijo que me llevaría. -Sí- dijo mi madre- Vi cómo te miraba en la plaza. Te vi mirarlo. Bajé los ojos. Nada quedaba oculto al corazón de mi madre. -Es destino de mujer seguir al hombredijo- no es maldición. Si te ama, deberá arreglar ceremonia con tu padre. Hacer las ofrendas. Obtener la bendición de la tribu. -Estamos en guerra. Eso ahora ya no es posible. Debemos salir mañana al alba. Madre, no me maldigas. Dame tu bendición dije, arrodillándome en la tierra. -No te guía más que instinto Itzá, ¿será posible que me des más razones para maldecir a los españoles? -Sólo nos quedan dos caminos, madre

Gioconda Belli

dije, enderezándome maldecirlos o combatirlos. Es preciso que parta. No es sólo por Yarince. Yo sé usar el arco y la flecha. No soporto la placidez de los largos días, la espera de lo que habrá de sobrevenir. Siento muy dentro que es mi destino partir. Recuerdo que extendió las manos, las palmas blancas de batir la masa del maíz y redondear las tortillas. Las alzó y volvió a bajar. Inclinó la cabeza desistiendo de hablar más. Me hizo arrodillar e invocó a Tamagastad y Cipaltomal, nuestros creadores, a Quiote-Tláloc, dios de la lluvia, a quien yo había sido dedicada. Aún me parece verla, fuerte como un volcán al amanecer, con sus suaves líneas recortadas a contraluz en la puerta, esa última madrugada de mi partida, despidiéndome con la mano extendida, una mano cual rama seca y desesperada. Dejarla fue mi única duda. Dejarla a ella, la que me enseñó el amor.” …Itzá…Manuela…Elisa… Juana…Edith…Azucena…Eva


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Manuela decía que Bolívar no era un hombre del siglo XIX. Ella tampoco perteneció a ese siglo. En la Mañana de su vida, conoció desde muy niña el desprecio de su familia materna y de la pacata e hipócrita sociedad quiteña pues fue el fruto de la pasión prohibida que envolvió a Simón Saénz Vergara, su padre, hombre casado, y a Joaquina de Aispuru, su madre, soltera. Será la Bastarda, jamás Manuela. Sus grandes amigos son su hermano José María, con quien un día caminará embanderados ambos en la misma lucha, en los mismos sueños, y sus compañeros de juegos: los hijos de los esclavos y los peones que trabajan en la hacienda materna y quienes, le han enseñado a amar a los humildes y desposeídos, a las plantas, a toda la naturaleza, a montar a caballo a horcajadas y a fumar a escondidas. De ellos, sus preferidas son Jonathás y Nathán, ambas esclavas, negras, las que permanecerán a su lado hasta el final de sus días.

SEMBLANZA DE MANUELA SAÉNZ

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rece oyendo hablar de libertad, igualdad y fraternidad y de la "Declaración de los Derechos del Hombre y del Ciudadano", pues su madre ha abrazado la causa patriota y conspira activamente a favor de ella. A los doce años, mientras presencia el suplicio de los miembros de la Primera Junta de Gobierno de Quito, se promete a sí misma dedicar su vida a la causa de la independencia y fiel a su juramento, participa a los quince años, junto a su madre y el pueblo quiteño, en la defensa de la ciudad asediada por el ejército realista. Es una mujer de una gran cultura. Habla, lee y escribe en inglés y francés. Lee a los autores griegos y romanos en su propia lengua. Conoce las obras de los filósofos y pensadores de su época. Une a ello, una gran belleza y extraordinaria sensualidad, nervios de acero, manejo de pistolas y espadas. Su lema: "yo no vivo de los prejuicios

de la sociedad." Le gusta vestir de hombre y usa la varonil agua de verbena. No conoce términos medios ni grises. "Amo u odio" "Amiga de mis amigos, enemiga de mis enemigos" repite siempre. Camina siempre al borde del abismo. A los veinte años se casa con un comerciante inglés, James Thorne. No lo ama. Jamás lo amará. Vio en su matrimonio la posibilidad de alejarse de Quito, de dejar atrás la maledicencia y las burlas. Su matrimonio fracasa irremediablemente. En un intento desesperado por salvarlo, su esposo le propone mudarse a Lima. Manuela acepta encantada. Brilla en los salones de la Perricholi. Jonathás y Nathán le informan de los sentimientos del pueblo. Conspira activamente con los patriotas limeños y espía para ellos. De noche, vestida con sayo y manto, a veces de hombre, pega proclamas revolucionarias en las paredes de las casas, desafiando a la autoridad del virrey y burlando a los guardias enviados para prenderla. Se hizo leyenda. Nadie supo que era ella. Desembarcado el Ejército Libertador del

Sur al mando de San Martín en Perú, Manuela trabaja para él. Sus hermanos eran oficiales del Batallón Numancia, ala de élite del ejército español. Los oficios de Manuela dan resultado. El Batallón, con sus 996 hombres, se pasa a las filas patriotas. Más tarde, se convierte en amiga, confidente, colaboradora y espía de San Martín, quien, por los servicios prestados a la causa patriota, la condecora con la " “Orden de Caballeresa del Sol” y le encarga ultimar los preparativos para la reunión que mantendrá con Bolívar en Guayaquil. En el Mediodía de su vida, conocerá a Bolívar. Manuela llega a Quito en vísperas de la batalla de Pichincha. Colabora activamente con el ejército patriota. Se hace amiga de los oficiales de Bolívar. Por ser mujer, le es denegado su pedido de participar en el combate pero se le asigna la misión de cuidar a los heridos. El 16 de junio de 1822, Manuela y Bolívar se encuentran por primera vez y partir de esa noche sus vidas y destinos se encadenan para siempre. Amor de encuentros y desencuentros, de peleas y reconciliaciones, de huidas y fugas, de loca


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SEMBLANZA DE MANUELA SAÉNZ pasión y grandes tormentas. Manuela confunde en su amor a Bolívar, su amor a la causa de la independencia y la libertad. Juntos levantarán ejércitos y pueblos. Seguirá a Bolívar en su campaña libertadora. Por el coraje demostrado en combate, ascenderá a capitán en Junín y a coronel en Ayacucho, por pedido expreso de los oficiales del Libertador y de la tropa, que aunque a veces la ha maldecido, la respeta y la ama. En Bolivia conocerá a Simón Rodríguez, el maestro de Bolívar, y nacerá entre ambos una profunda y entrañable amistad. Verá el fracaso del Congreso de Panamá y el comienzo del fin del sueño de unidad. Y alejado Bolívar del Perú, será apresada y desterrada por los enemigos de su hombre. En la Tarde de su vida, se reencontrará con Bolívar en Bogotá. Lo encuentra enfermo, cansado, avejentado. Sólo sus ojos negros permanecen encendidos como siempre. El es Presidente de Colombia y Santander Vicepresidente. Pero la amistad entre ambos se ha roto para siempre. Manuela le da paz y alegría. Lo tranquiliza, lo calma, lo anima. Escucha sus confidencias. Es la compañera fiel. La amiga sincera y leal. Manuela y Bolívar asisten al triunfo del regionalismo y el provincialismo y a la disolución de la Convención de Ocaña. Ella sigue luchando por los ideales de ambos. El odio hacia Manuela se intensifica. Pero también el de ella hacia los enemigos de su hombre. Lanza en manos desbarata castillos de fuego artificiales con caricaturas de Bolívar y suyas, y, en ausencia del General, fusila en forma simbólica, a Santander por traidor. Salva dos veces la vida de Bolívar y muestra su ternura, porque era una mujer muy tierna, suplicando el perdón para los conjurados, ocultando en su casa a muchos de ellos y no dando testimonio durante el juicio. La Gran Colombia se ha roto. Pronto Ecuador y Perú se enfrentarán por Guayaquil. Cansado, muy cansado, enfermo, muy enfermo, Bolívar renuncia al mando supremo. Decide marcharse de Bogotá. Manuela se niega a acompañarlo. Siente que debe cuidarle las espaldas. ¡Demasiadas víboras han salido de sus nidos! Promete alcanzarlo pronto. Manuela lucha ferozmente contra sus enemigos. Sólo recados verbales unen a los amantes o

cartas que les alcanzan amigos. Ya no volverán a verse. El 17 de diciembre de 1830, la vida del Libertador se apaga. Manuela está sola para siempre. En la Noche de su vida, conocerá el destierro y elegirá para vivir sus últimos años, a Paita, un pequeño pueblito pesquero del norte peruano, cercano a la frontera con Ecuador. Allí todos la aman, respetan y veneran. Manuela está siempre junto a los que la necesitan: los enfermos, las prostitutas, los niños, los jóvenes en tiempos de leva, los marineros de los barcos balleneros sublevados contra sus crueles capitanes (uno de ellos, Herman Melville, futuro autor de "Moby Dick", de escasos veintiún años en 1841, la recordará años después en el ocaso de su vida). Recoge animales heridos y abandonados a los que bautiza con el nombre de los que ella cree no fueron fieles a Bolívar. Su compasión y ternura resaltan como nunca. Su Diario refleja su angustia, su desaliento, pero también su inmenso amor por Bolívar y su orgullo por ello. Mientras tanto continúa librando la batalla por la reivindicación de Bolívar. Y triunfa. Allí, en Paita, recibe el homenaje de quienes llegan para verla: Carlos Holguín, García Moreno, Ricardo Palma, José Joaquín Olmedo, el general Antonio de la Guerra, Andrés Melgar, Giuseppe

Garibaldi, entre tantos otros que la historia no registra. Muchos llegan por curiosidad. Manuela no habla del Libertador con ellos. "La Historia no se la cuenta ¡se la hace!". Y allí en Paita se reencontrará con Simón Rodríguez y la encontrará la muerte, disfrazada de difteria, un 23 de noviembre de 1856, a las seis de la tarde. Sus restos son arrojados a una fosa común. Su casa y cosas quemadas. Pero, el general Antonio de la Guerra logra salvar el baúl donde Manuela guardaba sus tesoros más preciados: las cartas, sus Diarios, su traje de coronel, su espada, pistolas y la orden de Caballeresa de Sol. A la muerte del general, los documentos son entregados al gobierno colombiano quien decide que que las cartas íntimas, Diarios y documentos de Manuela y Bolívar, permanezcan ocultos. Durante la guerra chilenoperuana, un incendio destruye la partida de defunción de Manuela. Se pierde todo indicio de la fosa común donde fue enterrada. Caen el silencio y el olvido sobre ella. Manuela desaparece. La historia oficial, escrita por los vencedores, la oculta, la niega, la ignora. Pero Manuela, aún muerta, da batalla. Se encuentra en el cementerio de Paita una placa con la leyenda grabada: "Aquí yacen los restos de Manuela Saénz". Se excava el lugar y aparece la fosa común. Sólo resta un paso: identificar los despojos mortales de Manuela y llevarlos junto a los del Libertador Simón Bolívar para que aquel pedido "ven para estar juntos, ven" y aquella promesa "te alcanzaré pronto mi amor" se cumplan y la justicia brille al fin.


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Edith Vera, la poesía en Villa María

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Cómo era Edith? A mí se me ocurre la magia de un calidoscopio como una buena manera de representarla. Porque así la conocí, como una sucesión de imágenes cambiantes, sorprendentes, atrapantes. Por momentos, Edith era esa mujer coqueta que recogía su cabello en un rodete cuidadosamente descuidado. Y para completar la estampa que parecía escapada de un cuadro se enredaba una flor en su pelo. Idea recurrente en su poesía: "Si encuentras a la que fue mi infanciale pones violetas en el pelo".

La trayectoria física de una persona se mide por fechas. La fecha de nacimiento. La fecha de muerte. Pero esa estricta cronología puede ser burlada por el recuerdo de quienes conocieron su vida o su obra. La evocación permite recuperar una imagen, una anécdota o una sonrisa. Por eso mientras haya quienes la conocieron no se cerrará definitivamente la puerta del olvido. Voy a intentar humildemente evocar la figura de esa gran escritora villamariense que fue Edith Vera.

Infantes, en la década del 60, cruzando el patio de la escuela, con afiches, apuntes y libros escapándosele de sus brazos. Y charlando con Aracilde, seguramente de ogros, enanos, princesas encantadas y madrastras malvadas. Otra giro del calidoscopio y aparece Edith en el patio, cerca del arenero, en el Jardín, como una tía cómplice con un montón de sobrinos de la vida que la tironean con sus manitas sucias solicitando su atención o para darle besos pegoteados de caramelos. Otra imagen totalmente diferente, Edith, correctora del Diario Noticias, a la caza de los duendes que corrieron los acentos de lugar o mezclaron las letras. O las horas compartidas en mesas de exámenes y Edith contando sus sueños surrealistas.

"La verde siempre tenía los cabellos llenos de algas". "La amarilla, en sus cabellos traía las mariposas que rondan el alfalfar". "La he visto de día trenzar su pelo con los azules linos y con el trébol". Los grandes ojos negros miraban con el asombro y la ingenuidad de un niño. Su sonrisa, casi un gesto acogedor que invitaba a la charla. En otros momentos, y haciendo girar el tubo del calidoscopio aparece la estudiante de Jardín de

Pero, antes y después de esa etapa hay otra Edith: la de la infancia, la de la adolescencia y la de los últimos años. Edith Vera nació un 27 de agosto de 1925. Fue la mayor de dos hermanas. Por línea materna, sus abuelos eran italianos. Su relación con el abuelo Pancho fue muy intensa.Aél le dedica un poema Mi abuelo nació en un mapa de tierras color de miel, con un mar inquieto y bravo y barquitos de papel. Un día salió en un barco diciendo: ¡Adiós, adiós! le despidieron dos gatos

un grillo y un ruiseñor. También hay un recuerdo para el otro abuelo, el argentino: El abuelo río, de barbas de musgo, cuenta a los peces leyendas del mar. Y los caracoles le dicen: ¡abuelo, no se mueva tanto que la garza blanca Se quiere peinar! La figura de las abuelas enriquecen otras dos poesías. Los patios, los árboles, las flores, el mar con un atractivo poderoso, en fin, la infancia toda asoma en diferentes poemas. Entre ese universo de adultos que la rodeaban, algunos eran cómplices de sus sueños mágicos que empezaban a asomar. Pero, una figura era la contracara: su madre, nunca satisfecha, opresora, más amiga de prohibir que de conceder, exigente del orden. El desorden de la casa de Edith ¿sería una rebelión tardía hacia aquella figura materna tan dominante? Así la recuerda la hija. Quizás no haya sido tan exigente ni tan opresora. Tal vez, solo una manera original de amar a los hijos, de querer lo mejor para ellos, de forjar el carácter con firmeza, sin concesiones y que chocaba con la gran sensibilidad de su hija. El padre, en cambio, fue un ser protector y generoso. En su adultez, la escritora, todavía se emocionaba ante las magnolias


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Edith...

porque era la flor que le traía de regalo cuando regresaba al hogar.

En la escuela primaria no fue muy feliz. Era muy callada, no había demasiada afinidad con sus compañeras porque no compartía sus travesuras. Del paso por la secundaria conservó un grupo de amigas. En especial una de ellas, con la misma vocación por la literatura infantil:Aracilde Sobral de Bixio. Terminado el secundario y con el flamante título de maestra-bachiller anduvo ejerciendo su profesión por diversas ciudades del interior, en Villa María, Villa Nueva, hasta recalar en Córdoba. Y aquí el calidoscopio sigue sorprendiéndonos con una vida intensa, llena de colores alegres y tristes. Y, como un atardecer, el devenir de su existencia se tiñe por momentos de rojos intensos, otras veces de ocres otoñales, de fríos grises o de dolorosos negros.

Hubo un casamiento, con el amor de su vida, el Dr. Mateo Abner. Pero también, una separación, una herida que no cicatrizó nunca. Cosechó premios y reconocimientos. Pero también soportó varios allanamientos de su casa durante el Proceso militar. Tenía dolores espirituales pero también físicos. Padeció enfermedades que la dejaban postrada por mucho tiempo. Viajó mucho por Argentina, por Alemania, Chile, Austria, Yugoslavia, Perú, Paraguay. Hizo amigos. Sintió la admiración de la gente. Y el reconocimiento de muchos. Una de las primeras que descubrió el valor de sus poesías fue la docente María Luisa Cresta de Leguizamón. Sin embargo, también recibió la humillación de ser separada de la dirección de Jardín de Infantes Dr. Antonio Sobral, simplemente por una disposición del mismo Proceso Militar. Estuvo rodeada de niños, pero la vida no le regaló ninguno propio. Los rumores decían que en los últimos años no atendía el teléfono, que no abría la

DIJERON DE MÍ A poco de morir Edith Vera, personas allegadas a ella la recordaron con sentidas palabras. “Frontal y generosa” El profesor Roberto Tais, quien compartió con Edith Vera la desventura de ser los dos primeros docentes de la Víctor Mercante en ser despedidos por la dictadura de Videla, la recordó como "una mujer que no se callaba sus ideas y las decía sin fijarse si molestaban o no; de todas maneras no tenía enemigos y demostraba un gran amor por los niños". "Lulo" Tais dijo asimismo que "en su vida, atravesó muchas situaciones angustiosas y en los últimos años tenía una marcada tendencia a aislarse". Por otra parte, el docente la recuerda también como poseedora de una gran generosidad: "Era muy gaucha y daba lo que tenía sin esperar nada a cambio". "Una de las más grandes" El poeta Eduardo Belloccio dijo a su vez que la ciudad "ha perdido a una de sus más grandes poetisas, no sólo por su obra, sino por su forma de vida bohemia". "Su legado es imborrable y trascenderá nuestra época", agregó. "Luminosa" Para Fabiana León, otra mujer cultora de la poesía, el recuerdo de Edith Vera es el de "una persona luminosa, con sus labios color carmín, el pelo recogido, flores en el pelo o en el aire, flores que traía ella en su espíritu". Edith Vera le dedicó un poema, en tiempos en que Fabiana esperaba a Delfina, su primera hija. "Ese poema y los recuerdos de su vida que me contó, son una de las herencias más valiosas que yo tengo para mis hijas". "Solíamos hablar de su no maternidad y recuerdo claramente una de sus respuestas: 'No me digas que es lo mismo, no me digas que los poemas son los hijos'. Edith no se va, pero tampoco estuvo del todo, siempre había una parte de ella en otro lado, seguirá con sus poemas de ingenuidad increíble. A todos nos queda el desafío de hacer conocer sus palabras a los más jóvenes", evocó la periodista, docente y escritora. "Un sentimiento contradictorio" Al referirse a la desaparición física de Edith Vera, Marisabel Demonte, quien llevó sus poemas y vivencias a la escena teatral, dijo que "para quienes somos sus amigos, este momento encierra un sentimiento muy contradictorio, ya que nadie quiere despedirse de alguien como ella, pero también somos conscientes de que estaba sufriendo muchísimo".

puerta de su casa, que se había aislado bajo un caparazón difícil de perforar. Tal vez su alma, no pudo tolerar tantas agresiones. En un reportaje concedido a Mario Moral dijo: “Soy una copa quebrada contra la tersa voluntad del tiempo”. Qué imagen tan desgarradora, cuánta desolación debía sentir en el alma para expresarla de esa manera. Una copa quebrada. Ya no tiene razón de ser, hay que desecharla. Ya no hay lugar para tanto dolor. Hemos abierto la puerta de su intimidad. Vayamos ahora a su producción, acerquémonos a la creadora.

Cultivó las diferentes manifestaciones del arte: poesía, cuentos, pintura, música. Cada uno de esos caminos se allanaron para expresar su creatividad. “Canción de cuna del monte”, “Sombrillita de hinojo”, “El galope del alazán” o “La paloma enferma”. Son algunas de las canciones cuya música pertenece, también, a Edith. La última de las poesías es de una gran ternura. Comienza así:


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Edith... Dicen que la paloma se ha resfriado, porque anoche soñando Se ha destapado. Algunas de ellas eran cantadas por los niños de Jardín de Infantes. “El galope del alazán” fue premiada en el Primer Encuentro de la Canción para Niños organizado por el Banco Ciudad de Buenos Aires. La pintura y el dibujo también la movilizaron. Hay acuarelas que dan testimonio de ello. Muchas veces le servía de inspiración nuestro río Ctalamochita. Como lo demuestra su participación en un Concurso Mural sobre temas de la ciudad, con una pintura frente a la Terminal de Ómnibus. Los dibujos de Edith acompañan sus creaciones, como en “La Casa Azul”. Hemos hablado de poemas y canciones. No olvidemos sus cuentos: “Ratita gris y ratita azul”, “De pata en pata, de pico en pico, de ala en ala”.

Naranja, niña de espuma, quiso bajar a la tierra Y en el oro se bañó. naranja, niña de oro, jugando a la ronda-ronda, en el azul se durmió. Un bello libro compuesto por setenta poemas, acompañados, como lo seguiría haciendo con otras obras, con ilustraciones de su autora. El libro está poblado por pequeños animalitos que no siempre deambulan por un poema. Conviven la hormiga con el perro o el gato. Las lombrices y los grillos. El conejo, la gallina o el ruiseñor. El trébol, la alfalfa o la luna enferma. El río y la vaca Eulalia. La naranja dorada y La naranja azul. La luz y la sombra. El sueño y la vigilia. La poesía está destinada a los más pequeños por eso el uso de

diminutivos, onomatopeyas, juegos de palabras. Tengo un pañuelito de papel muy fino y si yo lo quiero Él se hace barquito… Las presencias de la vida cotidiana como los números, las notas musicales, las letras se dan la mano en Las dos naranjas. El libro despierta la admiración del jurado que le otorga el primer premio. De los lectores que lo difunden en el país y fuera de él. De la crítica que le hace llegar sinceros elogios. El sendero de la escritura ha sido abierto. Hay que continuar ahondando la huella con nuevas creaciones.

Le apasionaba conservar diferentes objetos insignificantes, cotidianos, sin valor monetario. Convivían piedras y caracoles y bombillas y llaves. El Museo de la ciudad le debe su participación. “El Herbolario” es una colección de conocimientos sobre hierbas, plantas, flores, frutos, tallos, raíces, jarabes o jaleas.

Edith Vera participó en muchos concursos y obtuvo otras tantas distinciones. El Premio a Las dos naranjas fue el comienzo. Ya hablamos del que obtiene en el Primer Encuentro de la Canción para niños. Gana el primer premio con una acuarela presentada en la Escuela de Bellas Artes. Es distinguida por la Municipalidad de Córdoba en un concurso para celebrar la llegada de la primavera. La Municipalidad de Bell Ville la premia por una producción presentada en un concurso organizado por la Campaña de EducaciónAmbiental. La Municipalidad de Córdoba le otorga nuevamente el Primer Premio en el Concurso de Homenaje a Romilio Ribero. Los poemas se independizan de su autora y vuelan solos. Se los conoce en otros

países, van a enriquecer antologías, ganan premios, los cantan los pequeños o se hacen espacio en bibliotecas infantiles. A medida que ellos se dispersan, Edith se va aislando. Sus compañeras son la soledad, la tristeza y la amargura. Y un pedido de ayuda desesperado: No me dejen morir como una mariposa atravesada por un alfiler. deseo ver una vez más cómo la ardiente noche lucha contra la obsesiva realidad y volver a asistir al misterio de los días que se abren. Quiero deletrear cada nuevo libro escrito por la tierra en cantos pagaré la gracia concedida. Si seguimos haciendo girar el calidoscopio seguirán apareciendo distintas caras de la misma persona. En el mencionado reportaje que le hiciera Mario Moral dijo: “Y lo peor es que no florezco. Mi vida no es la vida; yo no tengo hijos, se deshizo mi hogar”. Personalmente conocí una Edith sonriente, alegre, misteriosa, sensible, mágica. Prefiero quedarme con esa imagen y con el colorido de esta estrofa: Con ovillitos de lana tejeré un bello chal. Rojos los primeros puntos. Azules los del final. Sobre el pecho será fuego; en la espada, pavo real, un arco iris dormido Un sol y granos de sal.


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Ana María Bracesco

Elisa Lynch, la compañera de Francisco Solano López Era una época de esas que hacen temblar la voz de quienes la narran, y que agitan como pájaros en la tormenta a quienes las protagonizan. Los países europeos buscaban nuevas formas, impulsados por el calor de los debates o de la metralla. Los pueblos latinoamericanos intentaban también saber cómo eran, o cómo podían llegar a ser. Llevada por su pasión por López, Elisa Alicia Lynch entretejió su vida con la del Paraguay, en su hora más gloriosa, y en la del dolor.

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lisa mira sus manos. Abatida, camina hacia el río. De rodillas, hunde sus manos en el agua. Agua fresca y transparente, que comienza a teñirse de rojo. Rojo de tierra paraguaya próxima a Brasil. Rojo de sangre, ya seca, diluida en pequeñas partículas que flotan en la corriente y se alejan. Elisa Lynch acaba de enterrar, con sus manos, a su hijo mayor, Panchito, y junto con él, al hombre de su historia y de la historia de un pueblo, Francisco Solano López. Cerro Corá, 1870. Con la muerte del Gran Mariscal, presidente de la República paraguaya y generalísimo de sus ejércitos caían los pocos combatientes -la mayoría viejos, o niños- que todavía pensaban que era preferible inmolarse a soportar la humillación de un Paraguay sometido a los intereses de las

potencias del norte, y a las apetencias de Argentina y Brasil. La guerra había comenzado hacía seis años, con la victoria inicial sobre las fuerzas del emperador de Brasil en Matto Grosso. Pero, la firma del tratado de la triple Alianza generó tanto una desproporción en los recursos humanos y bélicos que decidiría de antemano la guerra, volviendo insuficiente el heroísmo de los combatientes paraguayos, como la indignación de políticos, intelectuales y poblaciones enteras del continente americano ante los términos del tratado y la desmesura de las ambiciones y de las fuerzas de los contendientes. Elisa restriega las palmas de sus manos, los nudillos, las uñas desgastadas. Despliega sus recuerdos, como en una despedida. Una infancia gris, como era gris el pueblito de Irlanda donde había nacido, hacía treinta y cinco años. Dos

hermanos mayores, varones, limitaban su posibilidad de juegos. La muerte temprana del padre determinó la decisión materna de enviarla a un internado en Dublín. Educación esmerada, soledad ¿Qué sería de Eduvigis Strafford, la mejor amiga? Recordaba mejor su rostro que el de Carlos de Quatrefages, el marido elegido para dejar Irlanda, para ser adulta a los quince años. Un viento arenoso desgastaba los vidrios de su habitación, cubría con su niebla mineral la ciudad, allá, en Argelia. Las lenguas viperinas hablaron de amantes que se enfrentaban en un duelo, de una muerte. Elisa sólo recuerda el regreso a París, su enfermedad y los cuidados maternos. El matrimonio, que había durado un año, sería un estorbo en su destino.


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Elisa Lynch... Hacia 1950 en París revivía el esplendor y la frivolidad de la corte napoleónica en los salones, en los palacios. El nuevo emperador, Napoleón III, y Eugenia de Montijo recibían en Las Tullerías a viejos y nuevos nobles, a la alta burguesía f r a n c e s a , y, e n a l g u n a s oportunidades, a jóvenes americanos allegados al poder. Francisco Solano López, entre ellos. Enviado por su padre para completar su educación, y para comprar armas, recaló en la corte francesa. No sólo compró armas y un buque, el Tacuarí, sino que también, en esos salones, conoció a Elisa. Francisco y sus veintiséis años. Fue un golpe al corazón. Con qué entusiasmo hablaba de su padre, de su país. Recordaba a Rodríguez de Francia, el admirador de Roberpierre; cómo había creado un estado soberano, sin ingerencias de los ingleses, que estaban endeudando con sus empréstitos a los vecinos, Argentina y Brasil. De su padre, Carlos Solano López, destacaba un impulso modernizador, y, sobre todo, la confianza que depositaba en él. Elisa y Francisco, el amor y los proyectos los arrastraron hacia Paraguay. En barcos separados, en un gesto de prudencia, aunque en el vientre de Elisa ya latía el corazón de Panchito. Bajo el gobierno de Carlos Solano López la población casi había duplicado su volumen -de 220.000 a 400.000 hs., aproximadamente-. Carreteras, teléfono y un ferrocarril hacían rápidas las comunicaciones. Levantó cuatrocientas escuelas primarias, instituyó como estatal la enseñanza secundaria. Una fundición, industria metalúrgica, un arsenal, únicos en la región. Rompió con la política de aislamiento que caracterizó a Rodríguez de Francia, para solicitar el aporte de técnicos extranjeros. Y mediante la diplomacia, intentó proteger al Paraguay en el extranjero. Pero sus

intervenciones en la provincia de Corrientes, en la República Oriental del Uruguay, y las restricciones al comercio y las finanzas de Inglaterra y Francia, sembraban resquemores peligrosos. Los rivales hablaban de la necesidad de “libertad” .Eso no es cosa de los paraguayos, decía López. Un barniz de modernidad ocultaba prejuicios ancestrales. Qué escándalo. Que Francisco tuviera una querida, no era novedoso. Allí estaba Juanita Pesoa, con dos hijos que pronto s e r í a n t re s . P e ro e x t r a n j e r a , y divorciada…Elisa no sabía cuál de estos estigmas pesaba más. La familia López la obligó a vivir en otras casas, hasta la muerte de Carlos, el padre. Mientras tanto llegaban otros hijos: Corina, muerta muy pequeña; Carlos Federico, Enrique, Leopoldo. A puro impulso, ella construyó su lugar. Era “la Señora”. Excesiva influencia sobre Francisco, para unos; madre del pueblo, para otros. Una buena vida, con lujo y decorado francés; moda europea, bailes en el Club Nacional, tendencias recogidas por la burguesía paraguaya. Y el regalo de Francisco, miles de hectáreas en Paraguay y en el Matto Grosso , que la convertían en la hacendada más rica del país.

Llegó la Guerra Grande. Pocas victorias. Grandes derrotas. Muertes y enfermedades diezmaban al Paraguay; Elisa Lynch acompañó la larga marcha de su hombre, intentó morigerar sus obsesiones, pidiendo por la vida de condenados a muerte. Para Francisco, intentar negociar con el enemigo, o rendirse, era traición. Bajo esta acusación murieron dos hermanos, dos cuñados, gente de influencia, y simples soldados. Murió la mujer que había rechazado su acoso, Pancha Garmendia, idealizada por algunos, que miraron con sospechas a Elisa, quien acusó a la soldadesca imperial. La Señora dejó sus sedas, sus porcelanas. Curó a los heridos, consoló a los enfermos. Vio morir a un hijo recién nacido. Desde la Residencia, el refugio en Luque, protegió y dio comida a huérfanos y desamparados. Con su familia, acompañó a los últimos combatientes al último refugio, a Cerro Corá Ante la muerte de Francisco, intentó salvar a sus hijos y a los hijos menores de Juanita Pesoa; pero el carromato fue atacado por los soldados brasileros, descontrolados. Panchito, moreno de ojos azules, intentó la defensa. “Un coronel paraguayo no se rinde”, respondió desde sus quince años ante una intimación. Lo mataron, como a José Félix, uno de los hijos de Juana. “Soy inglesa” fue la fórmula que le permitió a Elisa sobrevivir, proteger a los suyos, recuperar los cuerpos amados para sepultarlos. Las manos ya están limpias. Elisa lava su rostro, borra sus lágrimas. Ahora, el destierro. Nuevamente Europa, e intentar recuperar su fortuna para sostener y educar a los jóvenes. Yergue su cuerpo, mira hacia el horizonte, más allá de la devastación.


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María Inés Bruzzi

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Parafraseando a José Pablo Feinmann, no hay posturas inocentes ante Evita; hay que elegir. Leamos un documento de Rodolfo Walsh, escrito a fines de l976 y comienzos de l977, donde señala: ”la principal falencia del pensamiento montonero es un déficit de historicidad. Este déficit no estaba en la mente de los compañeros que para darle un nombre a la organización acudieron a la historia argentina (y latinoamericana) que va de 1815 a 1870. Esa visión inicial, sin embargo, se agotó en sí misma”. Si bien no sé si Perón desconocía a Marx y a Lenin, coincido con Walsh en que conocía muy bien nuestra historia. Siguiendo el texto citado, la pregunta que va a guiar estas líneas es: ¿Cómo hizo Eva María Duarte para convertirse en una figura política de primera magnitud? A esta pregunta creo necesario aclarar que parto de la idea de considerar a las personalidades históricas como manifestación de sujetos colectivos, motores esenciales de la historia.

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xiste una creencia muy arraigada que atraviesa a los distintos sectores de la sociedad, de que un político tiene que tener cierto nivel de conocimientos, dados por títulos académicos: abogado/a, doctor/a, profesor/a, licenciado/a. Y es en este aspecto donde el triunfo electoral de Lula da Silva y Evo Morales, como presidentes, de Brasil y de Bolivia, respectivamente, resulta novedoso. Dos presidentes sin títulos universitarios y cuya formación política la realizaron a partir de la experiencia gremial. En el caso de Evita, sus estudios fueron escasos, apenas logró terminar la escuela primaria y seguramente hablaría mal. ¿Qué quiere decir mal?, a la manera de los habitantes de los pueblos de la provincia de Buenos Aires, que incluso, hoy en día, se mantiene. No pronuncian determinadas consonantes; en vez de decir técnico, dicen ténico, en vez de decir colectivo, dicen coletivo. Y así podríamos seguir enumerando... En l935, con 16 años de edad, Evita llega a Buenos Aires, y podemos suponer que no habrá faltado algún

porteño socarrón que la quisiese poner a prueba... a ver decí Las Heras....Y ella contestaría Laseras... Pero, Eva Duarte quería ser actriz, y para ello necesitaba corregir su manera de hablar. Durante diez años trabajó en el teatro, en el cine y en la radio. Cuando conoció a Perón, en el año 1944, Evita ya no hablaba como cuando recién había llegado de Junín, ciudad en la que vivió desde los 11 a los 16 años. Su pueblo natal fue Los Toldos, que se encuentra a 300 km de la Capital Federal y pertenece al partido de General Viamonte. Es el único pueblo de la zona cuyos primeros habitantes fueron mapuches. El cacique Ignacio Coliqueo había pactado en l862, con Bartolomé Mitre, en ese momento gobernador de la provincia, la entrega de tierras a cambio de su colaboración en el Ejército que luchó en Pavón contra la Confederación. Esas fértiles tierras que un sector del pueblo mapuche había recibido, las fueron perdiendo de diferentes maneras y pasaron a integrar las grandes estancias de la oligarquía. Apellidos ilustres se convirtieron, de manera dudosa, en los dueños de las tierras: los Pueyrredón, los Bullrich, los Luro, los Pereda. Y como

resultado los primeros dueños se transformaron en peones. Todos los partidos bonaerenses se dividen catrastalmente en cuarteles. En el caso de Los Toldos, el cuartel uno es el centro del pueblo, donde su ubicaron los descendientes de españoles e italianos, y en el cuartel dos se encuentra la Tribu, como aún hoy se dice. Evita nació el 7 de mayo de l919 en la estancia la Unión, frente a La Tribu, a 20 km. del cuartel uno Durante mucho tiempo, el pueblo “blanco” imaginó la amenaza de los “indios”, sosteniendo el desprecio a los mismos. Cuando Evita tenía 8 años, la familia se trasladó al pueblo. Pero gran parte de los habitantes de Los Toldos también despreciaban a las mujeres solteras y a sus hijos. La vida les resultó muy difícil debido a su situación económica, sumado a las habladurías de pueblo chico. La crisis de l930 aumentó la pobreza e impulsó a Juana Ibarguren a trasladarse a la ciudad de Junín con sus cinco hijos, en búsqueda de mejores oportunidades. Nunca más


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Evita volvería al lugar donde vivió once años y en su nueva partida de nacimiento figuraría como ciudad Junín. Pero, volvamos al momento del encuentro con Perón, un coronel viudo, que ocupaba el cargo de vicepresidente, Ministro de Guerra y Secretario de Trabajo y Previsión durante el gobierno del general Edelmiro Farrell. Poco tiempo después de aquel encuentro, se fueron a vivir juntos, transformándose en amantes. Este no era el problema, ya que ambos eran libres. Pero lo que provocó un profundo rechazo, sobre todo en los sectores del ejército, era que Perón no tuviese problemas en mostrarse públicamente con la joven actriz. Transgresión de Perón que podría haber sido obviada. Pero el dichoso Secretario de Trabajo y Previsión, había iniciado una política de acercamiento a los dirigentes gremiales, inédita hasta ese momento. Con el apoyo del Coronel Domingo Mercante, nombrado interventor en dos sindicatos

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ferroviarios y Director del Departamento de Trabajo dentro de la Secretaría, trabajarían de manera conjunta para convertir al movimiento obrero en una poderosa fuerza política. Y esto era lo insoportable. En esos dos años que vivieron en el departamento de la calle Posadas, Evita participó, en silencio, de las reuniones que Perón tuvo con funcionarios del gobierno, y con militares partidarios de la política del coronel. Evita incorporó nuevos términos, e intentó comprender las negociaciones características de la actividad política. A principios de octubre de l945, por la presión de un sector del Ejército, Perón es depuesto de sus cargos y enviado a la isla Martín García. En “La Razón de mi vida”, dice Evita: “El incendio seguía avanzando con nosotros. Los “hombres comunes” de la oligarquía cómoda y tranquila empezaron a pensar que era necesario acabar con el incendiario. Creían que con eso acabaría el incendio. Por fin se decidieron a realizar sus planes. Esto sucedió en la última hora de la Argentina oligárquica. ¡Después amaneció...! , Perón, Eva, La Razón de mi vida El 17 de octubre, se realiza una

inesperada movilización popular a Plaza de Mayo, los trabajadores por primera vez en nuestra historia ocupaban el centro de la orgullosa ciudad blanca. Los “cabecitas negras” se hacían oír: ¡Perón! ¡Libertad a Perón!. Escribía Raúl Scalabrini Ortiz, sobre este acontecimiento: “Inesperadamente, enormes columnas de obreros comenzaban a llegar. Venían con su t r a j e d e f a j i n a p o rq u e a c u d í a n directamente desde sus fábricas y talleres... Eran rostros atezados, brazos membrudos, torsos fornidos, con las greñas al aire y las vestiduras escasas cubiertas de pringues, de resto de brea, de grasas y aceites. Llegaban cantando y vociferando unidos en una sola fe...Un pujante palpitar sacudía la entraña de la ciudad....Venían de las usinas de Puerto Nuevo, de los talleres de Chacarita y Villa Crespo, de las manufacturas de San Martín y Vicente López, de las fundiciones y acerías del Riachuelo, de las hilanderías de Barracas. Brotaban de los pantanos de Gerli y Avellaneda, o descendían de las Lomas de Zamora... Era el subsuelo de la Patria sublevada”, Galasso, Norberto, Perón, Formación,Ascenso y Caída (1893-1955). En esas columnas estaba María Bernaviti de Roldán, delegada de los trabajadores del frigorífico “Swift”, en la localidad de Berisso a 80 km. al sur de la ciudad de BuenosAires. Este es su relato de ese día: “Acá salimos de Berisso con una banderita toda vieja, raída (.....) las mujeres estaban casi todas avisadas que había que estar en la Avenida Montevideo. Fuimos hasta Los Talas a pie. Los Talas viene a ser como a quince o veinte cuadras de acá, y de allá nos vinimos con la bandera, de allá nos traía la policía a caballo. La policía no nos dejó tan fácil como todo el mundo dice, no, hubo gases lacrimógenos, persecuciones, de todo un poco, livianamente, pero tampoco nos dejaron ni siquiera gritar “¡Viva Perón!” fuerte. Bueno, entonces fuimos caminando, caminando, y cuando llegamos al Sportsman, a dos cuadras de Swift, allí ya estaba la concentración, las calles tapadas de gente, éramos como siete mil almas, entonces en caravana, a pie. Algunas mujeres que ya no podían caminar las levantaba una camioneta, un camión, una moto, un auto. Llegamos a plaza San


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Martín. En plaza San Martín, en La Plata, estaba casi toda la provincia de Buenos Aires, estaba la plaza cubierta y todas las diagonales se veían, de allá arriba, desde donde hablé yo, que hablé en las escalinatas de la Casa de Gobierno, se veía más, estaba la gente en las calles adyacentes, todo lleno, arriba de los árboles, de los balcones. Fue la toma de la Bastilla argentina, yo no la vi a la Revolución Francesa, pero para mí fue la toma de la Bastilla argentina. La gente sentía alegría, la gente no se golpeaba, no se insultaba: ”La vamos a ganar, va a venir Peroncito”, James, Daniel, Doña María, Historia de vida, memoria e identidad política. Durante esos días tumultuosos de octubre, Evita recibió dos cartas de Perón, enviadas desde la isla Martín García. En una de ellas le decía: “Mi tesoro adorado: Sólo cuando nos alejamos de las personas queridas podemos medir el cariño. Desde el día que te dejé allí con el dolor más grande que puedas imaginar no he podido tranquilizar mi triste corazón. Hoy sé cuánto te quiero y que no puedo vivir sin vos. Esta inmensa soledad está llena de tu recuerdo. (...) En cuanto salga nos casamos y nos iremos a cualquier parte a vivir tranquilos. (...) Debes estar tranquila y cuidar tu salud mientras yo esté lejos para cuando vuelva. Yo estaría tranquilo si supiese que vos no estás en ningún peligro y te encuentras bien. (...) Viejita de mi alma, tengo tus retratitos en mi pieza y los miro todo el día, con lágrimas en los ojos. Que no te vaya a pasar nada porque entonces habrá terminado mi vida.(...)Tesoro mío, tené calma y aprendé a esperar. Esto terminará y la vida será nuestra. Con lo que yo he hecho estoy justificado ante la historia y sé que el tiempo me dará la razón.(...) Perón, Navarro, Marysa, Evita. Dice Felix Luna, “como ocurre en las grandes encrucijadas de la Historia, cada cual sentía que no estaba definiendo solamente el rumbo colectivo sino también su propio destino individual. Y efectivamente fue así. La Argentina ya no fue la misma después del 17 de octubre de l945. La transición que sobrevino ese día nos afectó a todos de una u otra manera.” Luna, Félix, El 45. El papel que Evita jugó en esas jornadas

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de octubre, fue mínimo. Ella en su autobiografía, llama a esos días: “Las horas de mi soledad”, Perón, Eva, ob.cit, pág. 37. Pero, la movilización de miles de hombres y mujeres, pidiendo por la libertad de Perón, pidiendo por otra Argentina, inevitablemente cambió su lugar personal y político. A los pocos días de las jornadas de octubre, el 22 del mismo mes, la pareja se dirigió a Junín para casarse en el registro Civil de dicha ciudad. María Eva Duarte y Juan Domingo Perón, formalizaron esa unión en la iglesia de San Francisco, en la noche del 10 de diciembre, en la ciudad de

Universitarias y otros nucleamientos organizaron una asamblea femenina en apoyo a la Fórmula Perón-Quijano, la que se efectuó en el Luna Park. Perón no se sentía bien (...).Por eso envió a María Eva con un mensaje justificatorio de su inasistencia, pero hubo en la multitud un grito unánime: “¡Queremos a Perón!”. El diario La Nación informó al otro día que los reclamos de silencio por parte de Evita no fueron escuchados, ya que “el público voceando el nombre del candidato seguía

La Plata. Eva Duarte se convierte en Eva Perón y al poco tiempo en la compañera Evita,Abanderada de los Descamisados. Pero para lograr esta transformación deberá hacer un gran esfuerzo. Es así, que empieza a participar públicamente en la campaña electoral, recorriendo el interior del país, Santiago del Estero, Santa Fé, Rosario, Resistencia, Corrientes, Paraná... Pero el estreno político de Evita fue el 8 de febrero de l946 y como era esperable tuvo dificultades: “Ocurrió que la Cruzada de la Mujer Argentina, el Centro de Mujeres

llamándolo”. No hubo, en realidad, proclamación, pero María Eva Duarte de Perón pudo decir con dificultad un discurso que, a duras penas, algunas pocas mujeres oyeron.” Chavez, Fermín, Eva Perón, sin mitos. El 24 de febrero de dicho año, triunfó la candidatura de Perón, y Evita siguió acompañando a su marido. Y al poco tiempo de aquella victoria, ella comenzó a realizar una actividad propia, visitando numerosas fábricas, donde el


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recibimiento de los trabajadores fue distinto a aquella primera experiencia con las mujeres. Siendo ya Perón presidente, Evita agregaría a sus tareas fuera del protocolo. En la Dirección de Correos y Comunicaciones, donde le habilitaron una oficina para ella, allí recibía a todos los que querían una entrevista con el Presidente. Al poco tiempo trasladó su oficina al Ministerio de Trabajo. Esto pasó prácticamente desapercibido, sin embargo “sus actividades en esta repartición adquirirían una importancia fundamental para el gobierno peronista (...) la presencia de Evita en esa casa, tenía sobre todo el propósito de oficializar la práctica que se había ido estableciendo poco a poco desde las elecciones de febrero: el contacto de los trabajadores con Perón debía hacerse ahora por intermedio de Evita pues ella era su representante personal en el Ministerio.” Navarro, Marysa, Evita. Hay muchas interpretaciones del porqué de esa tarea y pueden ser consultadas en las biografías sobre Evita. Pero si simplificamos la cuestión, cosa bastante arriesgada en el relato histórico, podemos recordar que pocos de los que ejercían el gobierno tenían experiencia política. Perón había sido militar hasta l943 y debía construir un partido político, u n m o v i m i e n t o y g o b e r n a r. Necesitaba gente de confianza en los cargos claves y a Evita le interesaba el contacto con los trabajadores. Desde ese lugar Eva Perón va cobrando seguridad y comienza a tener fama de eficiente. Los que concurren a verla sienten que sus reclamos son atendidos y resueltos. En l947 realiza su famoso viaje a Europa y al mes de su regreso, se promulga la Ley 13010, que concedía el voto a la mujer. Esa ley es la culminación de un proceso que se había iniciado en Europa a partir de la Revolución Francesa y en nuestro país desde principios del Siglo XX, pero va a quedar unido a las gestiones realizadas por Evita.

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Durante el año 48 continúa dándole mucha importancia a la actividad gremial y a mediados del año 49 se organiza el Partido Peronista Femenino, y Evita será proclamada presidenta del mismo. Fue la única mujer que formó parte del Consejo Superior Peronista; pero a su accionar en el orden gremial y en el orden político, Evita desempeña una importante labor para tratar de resolver los problemas inmediatos de los sectores más desprotegidos. En l948 se crea la Fundación Eva Perón, creación que es posible por la disolución de la Sociedad de Beneficencia. Dicha disolución, en la que Evita no participó, era un proyecto que se había planteado en el gobierno del general Ramirez en l943. Fueron seis años vertiginosos de formación y acumulación de poder político, hasta llegar a la culminación de su carrera cuando la CGT levanta su candidatura a la vicepresidencia en el año l951 y organiza, el 22 de agosto, una multitudinaria concentración en la avenida 9 de julio y Moreno. Pero la formación política y el poder que Evita logró, según mi entender, no alcanzan a explicar su transformación en una figura política de primera magnitud. Leamos, entonces, lo que dice María Roldán de Evita: “Evita visitó Berisso, repartió ropa, repartió máquinas de coser, repartió colchones, sábanas, pan dulce, sidra, paquetitos con dinero. Acá vino a la escuela 52. Había una huelga en la hilandería, los hizo volver a todos, porque no tenían razón, los muchachos no tenían razón de haber parado, la verdad no tenían razón, cobraban bien y todo, no sé que pasó, y le pararon al dueño de la hilandería. Hizo regalos, unos regalos tremendos, después cuando vinieron con

Perón para elegir el lugar para hacer el barrio obrero, caminaba a la par de él como un hombre, entre la tierra, entre los cascotes. Muy guapa. Ella era muy tratable(...) La gente aquí en Berisso, cuando ella estaba en la calle, se enloquecían. Era como un ídolo (...) Es importantísimo, importantísimo, el calor del pueblo que tuvo esa mujer, tenía como un imán, una cosa que la arrastraba a la multitud. Era algo difícil de explicar. Sobrenatural. Mire, Daniel, le digo la verdad, he visto pocos casos así, porque hubo un momento en la Nación Argentina en que casi lo superaba a Perón en sus hechos. O sea que la gente la amaba tanto que casi se olvidaba de su líder, porque ella hacía unas campañas tan esplendorosas, y todas humanitarias, y no quiso ser vicepresidenta ni presidenta, quería ser Evita, la protectora de los grasitas, de los negritos, de los sucios.(...) Era el sol de los pobres”(...)Ella vivió treinta y tres años, murió siendo casi una muchacha, entonces murió dejando una trayectoria tan luminosa, tan divina, tan excepcional, porque siendo la señora de un presidente que podía vivir entre oropeles, alhajas, paseos y todas las comodidades, dejó su vida(...) yo creo que en la periferia de todos los pueblos de la República Argentina no hay un rancho, no hay una casa humilde que no tenga un recuerdo de Eva, recuerdos valiosos, pensiones a la vejez, sillas de ruedas, camas, colchones, casillas, terrenos, hasta un lugar ambulante para las mujeres que no tenían dónde meterse, que andan haciendo la vida con los hombres, hasta en esas pensó, en las mujeres de la vida. “Son mujeres”, decía, “que dan su cuerpo y hay que ayudarlas a que no duerman en la calle”. Pensó hasta en esas mujeres. Dijo: ”Si Jesucristo no las despreció porqué las voy a despreciar yo” James, Daniel, ob.cit.


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IRINA SANT ESTEBAN

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LA MADRE, AZUCENA VILLAFLOR Las Madres de Plaza de Mayo la consideran su fundadora y primera presidenta. Ella, que fue arrojada al mar desde uno de los “vuelos de la muerte” a fines de 1977, fue quien impulsó a ese grupo de mujeres a llevar el reclamo por sus hijos desaparecidos desde las dependencias oficiales de la dictadura, adonde nadie las escuchaba, hacia la Plaza de Mayo. María A. Antokoletz y María Rosario Cerutti recuerdan a Azucena como la que comenzó a hablarles con claridad al grupo de madres que se juntaban diariamente en el Ministerio del Interior, en busca de datos sobre sus hijos secuestrados.“Tenemos que ir a Plaza de Mayo porque allí se produjeron, a través de los años, las más grandes concentraciones y los hechos políticos y sociales significativos”, dijo Azucena, un día que esperaban en la Iglesia Stella Maris, a que monseñor Graselli les diera alguna noticia sobre sus hijos. Así fue que decidieron verse un 30 de abril de 1977, para hacer una carta y entregarla en la Casa de Gobierno. Pero no se dieron cuenta que ese día, sábado, todas las oficinas públicas estaban cerradas.

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ueron catorce mujeres temerosas pero decididas a todo para saber el paradero de sus hijos, quienes estaban comenzando a escribir la historia de una organización que pondría en jaque a la mismísima dictadura de Videla. La semana siguiente se juntaron un viernes y finalmente, fue el jueves el día elegido para reunirse en la Plaza, el lugar emblemático de Buenos Aires, donde desde los comienzos de la independencia, como bien les había dicho Azucena, se habían convocado aquellos sectores que provocaron verdaderos cambios en la sociedad argentina. Los militares no les prestaron demasiada atención a ese grupo de mujeres que querían saber sobre sus hijos, pero al verlas reunidas mandaron policías para impedir que manifestaran, invocando el estado de sitio que impedía el derecho de reunión. “Circulen”, les dijeron los policías y ellas obedecieron. Desde entonces, todos los jueves, las Madres marcharon alrededor de la

Pirámide de Mayo, en una ceremonia silenciosa pero imponente, que recorrería el mundo a pesar del cerco de la dictadura. Azucena Villaflor había nacido en Avellaneda un 7 de abril de 1924, en el seno de una humilde familia. Su mamá, Emma Nitz, era una joven de 15 años de origen alemán, y su padre, Florentino Villaflor, un jornalero de 21 años. A los 15 años entró a trabajar como telefonista en Siam y se afilió a la Unión Obrera Metalúrgica. Diez años después se casó con Pedro Devicentis, un trabajador de la misma empresa, que como la mayoría de los obreros de esos años, era de filiación peronista. Con él tuvo a sus cuatro hijos: Pedro, Néstor,Adrián y Cecilia. La familia de Azucena la recuerda como una “madraza”, que como era habitual en las mujeres en esa época y clase social, se dedicaba de lleno a las tareas de la casa y la crianza de los hijos. Néstor, el segundo de sus hijos comenzó la Universidad, en la carrera de Arquitectura. Respondiendo al origen peronista familiar, y como tantos miles de

jóvenes que comenzaron a militar soñando con la Patria Socialista, ingresó a la Juventud Peronista. Él y su novia Raquel Mangin se comprometieron profundamente con una militancia revolucionaria. Con el golpe de Estado del 24 de marzo de 1976, los encuentros con Néstor se hicieron esporádicos. Finalmente, el 30 de noviembre de 1976, en Villa Dominico, Néstor, que entonces tenía 24 años, y Raquel son secuestrados por un grupo de tareas. Y ése fue el comienzo de la otra vida deAzucena. Cansada de hacer colas en ministerios, de averiguar infructuosamente en hospitales y cuarteles, para saber adónde se habían llevado a su hijo, Azucena fue casi sin quererlo la impulsora de aquella incipiente organización de mujeres, de entre 50 y 60 años, que dejaron la cocina y los quehaceres domésticos para reclamar a una dictadura temible por el paradero de sus hijos


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Recuerdos Carmen Lapacó

desaparecidos. Los primeros encuentros fueron tímidos, con mucho miedo, pues ninguna de ellas tenía militancia ni experiencia política, salvo algunas conversaciones y discusiones que habían presenciado en silencio cuando sus hijos hacían reuniones en sus casas. Como bien dice Hebe de Bonafini, la actual presidenta de la Asociación Madres de Plaza de Mayo, que sucedió en esa responsabilidad a Azucena, las madres fueron “hijas del pueblo”, la mayoría de extracción humilde o amas de casa de clase media, algunas eran maestras. En su afán por conocer el destino de sus hijos, fueron lentamente aprendiendo y probando diversas formas de organización: juntarse a tejer en los bancos de la plaza; simular festejar el cumpleaños de alguna de ellas en una confitería e intercambiar regalitos que en realidad ocultaban papeles con datos, trámites, cartas o petitorios, etc. Como Azucena no ocultaba su origen peronista, eso generó discusiones con otras madres que provenían de familias “gorilas”.

Pero ese movimiento, que estaba llamado a ser la pesadilla de la dictadura militar, no se dividió por esas discusiones, esas mujeres se unieron en el dolor y el afán por encontrar a sus hijos. Ya iniciado el camino en torno a los encuentros de los jueves, el grupo se fue engrosando con algunos militantes de derechos humanos, que se reunían en iglesias y parroquias. A medida que el grupo crecía, eso no pasó desapercibido para los servicios de inteligencia del gobierno militar, que decidió infiltrarlo para saber de sus líderes y planes. El marino Alfredo Astiz cumplió la abyecta tarea de introducirse en la organización, fingiendo ser hermano de un desaparecido, bajo el nombre de Gustavo Niño. No se equivocó cuando, desde el comienzo de su infiltración, se pegó a Azucena, intuyendo que ella era la líder natural de ese grupo de “locas”, como las había bautizado el gobierno militar. Para el Día de la Madre, se organizó una misa en la iglesia de San Nicolás de Bari, y fue allí adonde Astiz se acercó por primera vez a las Madres y a Azucena. Días antes, el 14 de octubre de 1977, ella y varios otros familiares de desaparecidos habían sido detenidos durante algunas horas, luego de la marcha en la Plaza.

Resulta dificil escribir una breve síntesis sobre una persona a la que se quiere y admira. Hay recuerdos y vivencias que no es fácil expresar. Azucena era una madraza, hablaba de sus hijos con mucho cariño pero se daba cuenta que en ese momento el que más la necesitaba era Néstor, su hijo detenido desaparecido y por el que luchaba. Tal vez ella no se percibía una dirigente. Cuando propuso que se fuera a la Plaza de Mayo, gestó lo que sería la organización Madres de Plaza de Mayo. Una vez se le dijo que no se expusiera tanto y contestó “nunca propondría algo si yo no estuviera dispuesta a estar junto a mis compañeras”. Personalmente recuerdo con la calidez que me recibió. En otra oportunidad en la que yo estaba llorando en soledad me consoló llorando conmigo. Esto lo hacía con todas. Cuando nos enteramos de su desaparición estábamos desoladas y decidimos con mucho miedo ir al jueves siguiente para que no creyeran que era nuestra lider, pero los milicos la tenían clara ya que se había introducido entre nosotras Alfredo Astiz. El, la marcó para que la secuestraran. El mar la devolvió y ahora sus cenizas estan en Plaza de Mayo, con una placa que la perpetua en el tiempo.

Azucena era conciente de los peligros que enfrentaba, pero confiaba que los militares no iban a animarse a reprimir a un grupo de madres, por ello desde el comienzo no permitieron que sus maridos las acompañaran en las rondas de los jueves. Pensaba que los varones sumarían peligros, perderían la paciencia, que no serían capaces de aguantar tanto como ellas y que a ellas les resultaba más fácil moverse así, en su condición de madres. Ellas lo soportaban todo, volvían, siempre volvían, y por eso los militares las llamaban “las locas”.


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Para el mes de diciembre de 1977, comenzaron a organizar la recolección de fondos y firmas para publicar una solicitada en el diario La Nación el 10 de ese mes, día Internacional de los Derechos Humanos. La dictadura militar intentó impedirlo montando un operativo el 8 de diciembre, Día de la Virgen, cuando salían de una reunión en la iglesia de la Santa Cruz. Ese día, en presencia del infiltrado Astiz, que los fue “marcando”, fueron secuestradas ocho personas: Angela Auad, Remo Berardo, Raquel Bulit, Horacio Elbert, Julio Fondovilla, Gabriel Horane, Patricia Oviedo y la monja francesaAlice Domon. Azucena no se encontraba en ese grupo, pero sólo había salvado su vida por escasas 48 horas. El secuestro de la Iglesia de la Santa Cruz fue un duro golpe para las Madres, pero a pesar del temor fue nuevamente Azucena la que insistió para que se publicara la solicitada y ése fue su triunfo, pues el mismo día de su secuestro, a toda página en el diario "La Nación", apareció por primera vez una denuncia con nombres de personas detenidas-desaparecidas, rompiendo el muro de silencio que las Madres buscaban quebrar desde el mes de abril de ese año. La solicitada tenía unas 2.500 firmas, en su enorme mayoría de mujeres que usaron sus apellidos de casadas para identificar a sus hijos, y entre ellas figuran algunas que luego alcanzaron trascendencia: Catalina Guagnini, Marta Vázquez, Graciela Fernández Meijide, Carmen Lapacó, María Adela de Antokolotez, Chela Mignone, Chicha de Mariani y Hebe de Bonafini. También, puede leerse el nombre de Gustavo Niño, el infiltrado marino Alfredo Astiz, quien luego seguiría mostrando su calaña, al rendirse en 1982 en las Islas Georgias frente a los ingleses. El texto de la solicitada había sido tipeado en cinco copias por el marido de Nora Cortiñas y quince madres debieron pedir certificado de domicilio a la policía para cumplir con las exigencias del diario para publicarla. El título de la publicación decía "Sólo pedimos la verdad", dirigido “al presidente, a los altos mandos de las fuerzas armadas, a las autoridades eclesiásticas y a la prensa”. En la ESMA Azucena fue brutalmente torturada, pero los sobrevivientes que pudieron verla, la recuerdan como una

mujer ávida por conocer y recordar los nombres de todos los que veía en ese campo de concentración, para luego poder informar a los familiares de aquellas personas a las que había podido ver con v i d a . Evidentemente Azucena creía que iba a ser liberada. Pero los militares no iban a permitir eso, y por ello, p r e s u m i b l emente a la semana de haber sido secuestrada, fue arrojada al mar en los tristemente célebres “vuelos de la muerte” que el ex represor Adolfo Scilingo denunció como la metodología de exterminio que utilizaba la Marina. Antes de fin de año, su cadáver fue hallado en las playas de Santa Teresita y fue enterrado como N.N. hasta que en 2005 el Equipo de Antropología Forense, pudo reconocer sus restos junto con los de Mary Ponce de Blanco y Esther Ballestrino de Careaga, las otras dos madres secuestradas ese 8 de diciembre en la Iglesia de la Santa Cruz. Para ese reconocimiento, fue concluyente la identificación de los restos de Angela Auad, la militante de Vanguardia Comunista que había sido secuestrada también en la Iglesia y que formaba parte del grupo de militantes de derechos humanos que acompañaba a las Madres. El secuestro de la Iglesia de la Santa Cruz, junto con el de Azucena Villaflor y las dos monjas francesas, Alice Domon y Leonie

Duquet, fue un durísimo golpe para el incipiente movimiento de derechos humanos que se conformaba a pesar de la represión de la dictadura. Pero quizás imbuidas del espíritu combativo y a la vez alegre y solidario de Azucena, las madres tuvieron fuerzas para seguir. Hoy, a 30 años de su secuestro, sus restos yacen en la Plaza de Mayo, la misma que la vio marchar durante aquellos duros meses de 1977, reclamando por sus hijos, enfrentando a los militares, con su pañuelo blanco y su dignidad sin límites. Y su rostro, junto a los de Mary y Esther, y las monjas Alice y Leonie, sonríen desde las gigantografías ubicadas a la derecha del altar de la Iglesia de la Santa Cruz.


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entada en la puerta de una humilde casa, en el barrio chuquisaqueño de Coripata, como burla del destino en el número 218 de la Calle España, se encuentra una anciana de casi 82 años. Sus vecinos señalan que es Juana Azurduy, nacida en Chuquisaca el 12 de julio de de 1780, pronta ante tanta banalidad, a dejarse ir el próximo 25 de mayo. Sus ojos y sus oídos gastados, su corazón galopante como en el momento mismo de la toma de conciencia. Su voz es todavía, un clarín capaz de subyugar a un pueblo sediento de sus proezas. Pero, Juana prefiere callar y evocar, sumergida en un silencio respetuoso, compinche y sincero. Sus manos, rugosas y maternales, se han convertido en suspicaces guardianas de una pequeña cajita, en la que atesora: algunas condecoraciones y los pliegos con las que el General Manuel Belgrano la nombrara Teniente Coronela. Mención que bien le cabe a esta mujer que adhiere tempranamente a la sabiduría jacobina: “el poder no se deshace con un desplante orillero”, para aprender muy pronto que: “los sueños que omiten sangre son de inasible belleza”. No obstante, su admiración por hombres de la talla de Castelli, Moreno y Monteagudo, se abre desprejuiciadamente paso al descubrimiento de una realidad más diversa y ecléctica, en la que habrá de moverse con soltura: “arribeños” y “abajeños” juntos; y con desenfado, a costa que la tilden de “reformista”: es un honor y un placer para ella compartir tareas con Belgrano. En agradecimiento, Belgrano le obsequia su espada preferida. Con intuición de mujer, ve en él, más allá de toda controversia, una virtud que no abunda entre sus pares: un general atento conocedor de la subjetividad del pueblo, de su pueblo. De ahí que Juana porta la celeste y blanca con una firmeza y una fidelidad, de las que ni siquiera su propio creador se

Juana: a pulso y a talero “Invariable en mi esperanza,/firme mi fidelidad,/cuando mi vida se acabe,/he de dejar de esperar./No me harán retroceder /ni las penas más altivas,/que alegre padeceré /mientras la esperanza viva”. Del Cancionero Popular. atreve a gozar, cuando el Triunvirato de Buenos Aires, a través de Rivadavia, lo intiman a abjurar de ella hasta hacerla desaparecer. Esa cajita, a la que se aferra, desnuda una vida de miseria, la que contrasta inmoralmente con un pasado de gloria y de riqueza. Pero, es también, un objeto que descubre una actitud personal de despojo en pos de un ideal de igualdad, libertad y justicia, al que dispensa todos los sacrificios y renunciamientos que le son, humana e inhumanamente, posibles. Administra con celo y rectitud los bienes colectivos, monedas y vituallas, los que defiende de codicias, en beneficio de sus tropas, y solidariamente de las de sus camaradas de armas. Al mismo tiempo, le es pillada su herencia familiar, la que su hermana Rosalía reclama como 'derecho de cuna', o aquella otra porción, confiscada por unos pocos inescrupulosos. De lo que es común, no toca un cobre y de lo propio, puede rescatar una pequeña parcela de tierra en Cullco, la que imposibilitada de m a n t e n e r, t i e n e q u e m a l v e n d e r inmediatamente. Presa de la burla de los niños y niñas de su

vecindario y de la indiferencia de sus conciudadanos y conciudadanas, mira pasar la historia cotidiana desde el llano de una vereda, estrecha y de tierra, de una Bolivia triunfante en manos de esquivos sobrevivientes de una gesta, a cuyo servicio estuvo y estará de por vida. Salvo excepciones, como la de su gran admirador: Bolívar, quién la visita en su última morada y le gestiona una mísera pensión -más tarde escasamente engrosada por Sucre- no recibe otros honores póstumos. Mujer satisfecha, confiere a la visita del


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Juana...

Las injusticias del olvido Libertador el valor simbólico que ésta merece. Ya no se deja retratar, despega una de sus manos de su tesoro para taparse la cara, en un gesto ligero. De inmediato sumerge su puño en el hueco mismo de sus recuerdos, extiende su brazo y deja flamear dos imágenes suyas. Anhelante, modesta y generosa, las expone a que hablen y cuenten sin vergüenzas, de las dos o más Juanas. Las que cautivan por diversas, de igual modo. Joven, bellísima, carismática. Abundante cabellera suelta, de amazona. Espada al hombro, como ella de doble filo, prolijo y vivaz uniforme, erguida, pronta al taconeo para lanzarse a cabalgar por los campos de batalla y desde allí arengar a sus ejércitos: de “Leales” y de “Húsares”, a arrollar a los 'tablacasacas'. Popular precursora de las montoneras y valiente combatiente en la “Guerra de Republiquetas”. Rasgos moros y cristianos, a quienes los descendientes de José Gabriel Condorcanqui y Micaela Bastidas, rinden culto: La “Pachamama”. Fiel amiga de criollos, cholos e indios, cumplida conocedora de sus lenguas y dialectos, tanto como del uso de las boleadoras. Confidente y cofrade del valiente guerrero y poeta: Juan Hualparrimachi, es la Juana compañera de Don Manuel Ascencio Padilla. Éste supo robarle el corazón con una historia de su niñez, tan bien contada, que dejo al descubierto la comunión de dos almas sensibles y rebeldes ante la arbitrariedad de los poderosos. Desde entonces parieron victorias y derrotas. También, cinco hijos. Andrógina, rostro y mirada de hielo. Hombros caídos, uniforme gris, en el pecho galardones. Dedos largos y finos que cruzan diestra sobre siniestra, delatan la identidad de esta mujer desensillada. La que otrora fue magnánima con sus enemigos, ahora es implacable. Clandestina sepulta cuatro hijos muertos por malaria. En el campo de batalla concibe su quinta hija, la desteta tempranamente; para que no corra la suerte de sus hermanos, la entrega a otros cuidados de mujer. Burla a la pica y ésta se burla de ella. Entierra sigilosamente la cabeza carancheada de su compañero, ve caer a los mejores de sus camaradas y la vileza de lo público, cuando los oportunistas optan por la mezquindad y

En el marco de ingratitudes caídas sobre nuestros revolucionarios, aquellos que nos dieron la libertad y produjeron la más grande de las revoluciones del mundo occidental del siglo XIX, no es de extrañar que Juana Azurduy, la mayor guerrera de América, 'Juana de América' -en un continente que hizo de la resistencia su identidad-, terminara sus días como una mendiga miserable en la calles de Chuquisaca habitando un rancho de paja. Juana Azurduy y su esposo el prócer americano Manuel Ascencio Padilla, son los máximos héroes de la libertad del Alto Perú y por ende de nuestra libertad como americanos y como provincia argentina de la gran nación americana. Sólo la ignominia que aún campea sobre nuestra historia y sobre sus mejores hijos, hace que la República de Bolivia -escindida de la gran nación rioplatense, por el elitismo sin par de los ejércitos porteños que desfilaron, saquearon, defeccionaron y abandonaron el Alto Perú, a excepción del general Belgrano y por las apetencias oligárquicas- no considere a Juana y a su esposo el Coronel Padilla, como sus máximos héroes, y sí rinda honores al mariscal Santa Cruz uno de los generales realistas que reprimió la Revolución de La Paz de 1809, y que se pasó a las filas patriotas al final de la guerra de la Independencia. Fue el propio Bolívar quien al visitar a Doña Juana -ya destruida por las muertes de los suyos, el olvido de sus conciudadanos y el saqueo de sus bienes- le expresara ante la sorpresa de sus compatriotas, que Bolivia no debía llevar su nombre sino el de Padilla, su mayor jefe revolucionario. Pero, los adulones destruyen las revoluciones.

no por la dignidad. Renuncia a los cargos y finalmente se pone al servicio de otro controvertido, esta vez el caudillo: Martín Miguel de Güemes. Muerto éste, vagabundea por el Chaco Boreal, renegada de una incomprensible guerra fraticida, como de absurdas fronteras, recala finalmente en sus orígenes. Desde este umbral, en 1862, con la sola compañía y ternura de otro diferente: el niño Indalecio Sandí murmura: “No me arrepiento de nada, solo dos cosas no desaprovecharía si la vida me diera otra oportunidad: no renunciaría por falsa modestia o pudor a hacerme cargo de las tropas que supimos conseguir con mi compañero, ante lo irremediable de su muerte, tampoco entregaría a Luisa a otros cuidados. Por gusto de preservarla, la perdí para el afecto y lo que es peor aún, le forje lo más necio de

un carácter: el resentimiento”.


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Leonardo Boff: “Hoy la sociedad mundial está en el ojo de una inmensa crisis de civilización, una crisis de sentido y de falta de rumbo histórico. No sabemos hacia dónde vamos y somos entregados a un sistema económico que absorbió lo político y que hace de todo mercancía”. Eduardo Mattio: “Puede que Boff no nos resulte riguroso, convincente o suficientemente eficaz. Todo eso es posible. No obstante, con su relato naturalista, no ayuda a mirar más lejos, hacia atrás, hacia delante, hacia arriba. Nos devuelve a la tarea siempre pendiente de construir el futuro”. Mónica Pinto: “La universidad pública argentina es una creación de una generación que apostó a la educación como un instrumento de desarrollo; que pensó en universalizar el acceso a la educación y que, por ello mismo, propició una educación laica y gratuita”. Coronel ( R ) Horacio P. Ballester: “La historia militar desde fines de la Primera Guerra Mundial, muestra con total claridad que la única misión que pueden y deben desarrollar la FF. AA. del Tercer Mundo es la capacitación de la propia población para la defensa de sus lugares de trabajo y de residencia, sin distinción alguna por razones de edad, sexo, religión, profesión, etc.”.


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Contenidos, continentes y fetichismo “Hoy hemos aprendido que la universidad es un templo de conocimiento puro y que debe estar por encima de las preocupaciones terrenales, tales como la liberación de la humanid a d ” ( P a u l o F re i re , parafraseando la canción de Tom Paxton “¿Qué has aprendido en la escuela hoy, querido niño?”).

Es difícil narrar el momento educativo actual, pero nos es dado reflexionar e indagar en los distintos relatos que se nos presentan a partir de una práctica educativa libre, seria, crítica y comprometida con su tiempo y el porvenir, profundamente humana y humanista. Lo que inevitablemente, pone en contradicción la contradicción del pesimismooptimista de Paulo. Los cambios o reformas curriculares que se han producido en los últimos tiempos en los distintos niveles de nuestro sistema se gestan y constituyen como herederos de experiencias políticas, sociales, culturales y económicas, históricas concretas. La incorporación de las cátedras libres en las universidades públicas argentinas de los años noventa es una valiente apuesta a la solidaria búsqueda de verdad y justicia, que por otra parte llenaron el vacío del resarcimiento moral, espiritual, cultural, generacional y hasta económico de una sociedad silenciada, pero presente. Se constituyen en si mismas como fuente de aprehensión histórica: a) personal la de los sujetos educandos (alumnos y profesores); b) la de los espacios y territorios educativos y c) la de la comunidad nacional e

internacional. Dichas cátedras son un antecedente invalorable, tanto como la tragedia que expresan, del Programa de Derechos Humanos lanzado por la Universidad de Buenos Aires en el segundo cuatrimestre del 2007. Una experiencia más lejana es la del Ciclo de Estudios Generales de la Universidad Nacional de Luján que incorporó una disciplina casi desconocida entonces (1972) para el mundo académico y el sentido común de los argentinos: la Ecología, y que coloca al lector frente al dilema de no tornar invisible el carácter relacional de lo social -que incluye obviamente lo político- y lo educativo. Justamente, en el centro mismo de este dilema, se encuentra la respuesta a la absurda historia truncada, para resurgir luego en democracia, de esta Casa de Altos Estudios. Entre otras cuestiones, esta novel disciplina, forjada al son de la “revolución verde” sucumbió a poco andar, junto al

proyecto curricular que la contenía, frente a la profunda crisis en que sumergió el autoritarismo y su política sistemática de endeudamiento económico, a nuestros pueblos. Regresamos entonces a nuestro planteo inicial, al pesimismo/optimista de Paulo, a la necesidad de que nuestros proyectos educativos y culturales caminen la cornisa, los bordes, los territorios de la realidad y acompañen con esperanza la búsqueda de transformación social. El pasado tan presto al engaño, el presente tan permeable a los manuales de autoayuda, presumen inútil la sana literatura. Pero ésta, tiene mucho aún para decir a los “contenidos y continentes”: “Al estudiar cualquier tragedia eterna, la primera pregunta que surge es la de qué parte de la tragedia es eterna. Si existe algún elemento en la obra del hombre que sea en algún sentido permanente, debe de tener esta característica, que censura una generación tras otra, pero que es una censura siempre en direcciones opuestas y por faltas diferentes. El mundo ideal es siempre perfecto. El mundo real está siempre loco; pero está loco cada vez acerca de cosas diferentes. Todas las cosas que han sido son cambiantes e inconstantes. La única cosa en la que se puede confiar de verdad es aquella que nunca ha sido”. Chesterton. Adelante entonces, en esta edición y la próxima nos adentraremos en algunos relatos para mantener alerta la esperanza y reconquistar la utopía.


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Leonardo Boff El tema es “Las humanidades hoy en América Latina”. Voy a tratar de alargar el tema, porque hoy América Latina es una pequeña provincia del gran complejo sistema de La Tierra.Y como todos sabemos, hoy la sociedad mundial está en el ojo de una inmensa crisis de civilización, una crisis de sentido y de falta de rumbo histórico. No sabemos hacia dónde vamos y somos entregados a un sistema económico que absorbió lo político y que hace de todo mercancía: desde el sexo hasta la Santísima Trinidad, con todo se puede ganar dinero.Y todo eso se rige por la competencia y no por la cooperación. Por eso hay tantos millones y millones de marginados y de excluidos.

Humanidades hoy en América Latina

Y

o veo dos pensadores trascendentales que nos ayudan a entender este momento histórico que son Max Weber y Frederick Nietzsche, que han intuido la raíz de la crisis que sufrimos, pero que empezó mucho antes. Max Weber mostró que la sociedad moderna se construye sobre el pensamiento funcionalista, sobre la burocracia, sobre la secularización que ha producido el desencantamiento del mundo. Vivimos desencantados: desencantados con el mundo, desencantados con la política, desencantados con nuestras personalidades políticas, desencantados con Bush, desencantados incluso con Lula y no en último l u g a r, d e s e n c a n t a d o s c o n Ronaldinho y Ronaldo, que nos han avergonzado en el último Campeonato Mundial. Vivimos en la era del desencanto y ¿cómo reencan-

tar a la humanidad?. Nietzsche nos trae otro elemento que es la muerte de Dios. No es que Dios murió, porque un Dios que muere no es Dios. Es que nosotros hemos matado a Dios, nos dice Nietzsche. ¿Qué significa esto?. Que Dios no tiene relevancia social, no se construye cohesión alrededor de la idea de trascendencia de Dios. Y por eso vivimos en el desamparo existencial. Ese anuncio de Nietzsche que Dios murió tiene consecuencias graves, porque ha creado una desaparición del horizonte utópico de la humanidad. Por millares de años, la humanidad encontraba en las religiones una referencia trascendente, la razón para estar juntos, para crear una comunidad y la cohesión social. Ahora eso ya no funciona. Eso no significa que impera el ateísmo, porque lo que se opone a la religión no es el ateísmo. Lo que se opone a la religión es la ruptura, la falta de un lazo que ligue y religue todas las cosas. Y hoy vivimos colectivamente rotos desde dentro y desamparados.

Es en ese contexto hay que entender la gravedad de la crisis actual, que tiene un agravante muy importante, porque hasta hoy se decía, vamos al encuentro de una gran crisis civilizacional, crisis del sistema de la vida, crisis del sistema de La Tierra. Un hecho importantísimo que para mí significa una ruptura en la conciencia colectiva de la humanidad. En los primeros días de febrero de este año en París, cuando el Panel Intergubernamental de los Cambios Climáticos que involucra a más de 2000 científicos de la ONU, nos ha dado los datos reales de la situación de La Tierra. Que estamos ya dentro de un cambio irrefrenable de La Tierra, que La Tierra va a calentarse entre 1,8 hasta 4 y en algunos sitios 6,4 grados Celsius y que eso va a significar en los próximos 30 o 40 años inmensas devastaciones en el sistema de la vida. Millones de personas pueden desaparecer. Según James Lovelock, el formulador de la Teoría Gaia de La Tierra como súper organismo vivo que acaba de lanzar el libro


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Humanidades hoy en América Latina La venganza de Gaia, hasta el año 2050 o 2060 -tal vez sea exagerado, pero tiene autoridad para decirlo- puede desaparecer cerca del 80% de la humanidad. Y cuando ha estado en Brasil en octubre dijo: “Brasil que ha tenido el privilegio de tener tanto sol, será su desgracia, prácticamente contará con dos tercios del país inhabitables por exceso de calor y habrá una sabanización acelerada, porque la Amazonia no aguanta esos niveles de calentamiento”. Esta realidad nos hace pensar. No basta solamente, como sugiere el documento de esos científicos, adaptarse a la nueva realidad, ni es suficiente aminorar los efectos dañinos del calentamiento global, sino que hay que ir a algo más profundo: hay que refundar el sentido de la vida, hay que recrear una nueva espiritualidad, es decir, un nuevo sentido más amplio de nuestro pasar por este mundo, de nuestra coexistencia como seres humanos, para hacer que la Tierra, la humanidad, puedan, sigan teniendo futuro. A la desesperación y al desencantamiento yo creo que hay que contrarrestarlos con motivos que nos hagan descubrir razones para seguir viviendo, con cambios, con adaptaciones, pero desde un nuevo paradigma de civilización. La cuestión de fondo es, ¿cómo salir de esta crisis?. Si la crisis es global, la solución también tiene que ser global. Y para eso hay que mirar lejos hacia atrás, mirar lejos hacia delante y mirar lejos hacia arriba, porque cuando entramos en crisis nos planteamos las cuestiones más fundamentales: quiénes somos nosotros, de dónde venimos, hacia dónde vamos, cuál es nuestro lugar en el conjunto de los seres de la naturaleza, cuál es nuestra misión en este mundo. En momentos de crisis esas son las cuestiones básicas que hay que contestar, personalmente cada uno y colectivamente las comunidades humanas, la humanidad que se encuentra globalizada. Tenemos que crear una especie de viático mínimo para poder caminar y dar sentido a nuestra existencia, bajo estas amenazas que pesan sobre nosotros. Yo quiero hablar acerca de mirar lejos hacia atrás, ¿de dónde venimos?. Yo veo que el ser humano tiene por lo menos cuatro enraizamientos: cósmico, biológico,

histórico-cultural y personal. To d o s n o s o t r o s venimos de una inmensa deflagración que ocurrió hace 13,7 mil millones de años. Venimos del BigBang. En un primer momento estábamos todos juntos, en aquel punto mínimo cargado de energía y materia condensada que explotó, y ahí empezó el proceso de evolución. Ese proceso se va expandiendo, creando las grandes estrellas rojas, dentro de las cuales se formaron todos los elementos físico-químicos que constituyen nuestra realidad, que es la realidad de todo el universo. Nosotros somos seres cósmicos por eso, porque tras el famoso isomorfismo del universo, tenemos los mismos elementos constituyentes. Somos hijos de ese inmenso proceso, cargamos en nuestra piel y en nuestro cuerpo todos esos elementos. También, cargamos las cuatro energías fundamentales que sustentan el universo y a cada uno de nosotros, que son la energía gravitacional, la electromagnética, la nuclear débil y la nuclear fuerte. Somos seres cósmicos y tenemos una dimensión cósmica que no hay que negar. No tenemos que sentir vergüenza de pertenecer a una realidad que nos desborda por todas partes. Pero, somos también seres vivos. Hace 3,8 mil millones de años irrumpió la vida desde una complejidad enorme del proceso de evolución. La vida es un capítulo de la evolución cósmica y la vida humana es un subcapítulo del capítulo de la evolución cósmica. Cuando se realizó una complejidad más alta, irrumpió la vida humana. Cuando hace 5 o 6 millones de años, nuestros ancestros antropoides salían a recolectar alimentos y a cazar para comer,

no comían como hacían los animales para sí, sino que lo traían todo para el grupo y lo repartían fraternalmente y cooperativamente entre ellos. Ese gesto de cooperación es fundador de la humanidad. Permitió el salto de la animalidad a la humanidad. Por eso es que la cooperación, la solidaridad, la interdependencia de unos y otros no es una ley entre otras; es la ley fundamental del universo y de la vida humana. Por eso es tan perverso el capitalismo que pone todo el acento en el individuo, en la competencia y no en la cooperación. Somos seres vivos, mejor dicho somos mamíferos vivos, mamíferos conscientes. ¿Por qué mamíferos?. Porque hace 125 millones de años, cuando emergieron los mamíferos, emergió algo único que no había antes en la historia: nació el afecto, el cuidado, el cariño, el amor que cada mamífero tiene por sus crías. Nosotros venimos de esta tradi-


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Humanidades hoy en América Latina ción, somos seres de cuidado, seres de sensibilidad, sensibilidad que hace falta en el mundo de hoy. Cuando en 1952 James D. Watson y Francis H. C. Crick, han decodificado el código genético, han hecho un hallazgo que es único en la

el camino. A todos ellos los llamaba con la dulce palabra de hermanos y hermanas. Él intuía algo que para nosotros es una experiencia empírica-científica, somos de hecho hermanos y hermanas. Entonces el ser humano tiene esa ancestralidad junto a otros seres vivos.

historia de la ciencia: se han dado cuenta que todos los seres vivos, desde la bacteria más originaria hasta los animales más grandes como los dinosaurios, pasando por los colibríes y llegando a nosotros, todos los seres vivos tienen fundamentalmente el mismo código genético, tienen los mismos 20 aminoácidos y las mismas cuatro bases fosfatales. Eso significa que todos los seres vivos son parientes, son hermanos y hermanas, son primos entre ellos, constituyen la gran comunidad de vida y nosotros somos una parte de esa comunidad de vida. Lo que Francisco de Asís no intuía en su mística cósmica cuando llamaba al hermano sol y hermana luna, y hermanos y hermanas al pájaro, al gusano que intenta cruzar

Somos seres cósmicos, somos seres vivos, pero también somos seres culturaleshistóricos. Todos los vivientes tienen órganos especializados que les garantizan la supervivencia y la vida, el ser humano no; biológicamente es un ser defraudado, no tenemos ningún órgano especializado. Tenemos que intervenir la naturaleza. Tenemos que crear nuestro hábitat, nuestro hogar. Y estamos obligados a hacer cultura, a hacer historia, a intervenir la realidad, crear el ámbito que protege nuestras vidas y defiende nuestra existencia. La acumulación de esas intervenciones significa la cultura y la historia. Nosotros somos seres culturales. La evolución posiblemente jamás iba a producir este micrófono o esas luces eléctricas, pero a través del ser humano ha producido una cultura, la tecnología, sin las

cuales nosotros no tendríamos condiciones de supervivencia. Lo ha hecho de mil formas diferentes, por eso hay tantas culturas, tanta diversidad de expresiones humanas. Podemos ser humanos de mil formas diferentes: podemos serlo como latinoamericanos, como guaraníes, como yanomamis, como chinos, como hindúes. Mil formas de estar presentes y de organizar el mundo, y mostrar la capacidad inagotable del capital del ser humano. Somos seres cósmicos, seres biológicos, seres culturales, pero también somos seres con la última irreductibilidad, que es la historia personal de cada uno. Cada uno es irrepetible en el universo, cada uno es uno y único. Por eso en cada persona humana, hombre o mujer, de alguna manera culmina el proceso de evolución, porque tenemos capacidad de decidir, de plasmar nuestro futuro. Por más condicionantes que tengamos, y más presiones que suframos de todas partes, hay un punto de decisión: cada persona tiene su singularidad, que el gran filósofo franciscano medieval Juan Dun's Escoto llamaba la “exeitas”, la “extidad”. Este ser humano aquí es irrepetible, es único en la historia pasada, será único en la historia futura. Pero, él tiene algo de sagrado, de único, porque es un proyecto infinito, que por su libertad puede dar un destino a su vida, feliz o infeliz, realizada o frustrada, desde el momento único de constitución de nuestra individualidad, de nuestra personalidad. Y eso hay que reconocerlo como un dato filosófico, ontológico, es decir irreductible del ser humano. Cada uno es único y tiene su destino y es responsable por ese destino, cada uno tiene la capacidad de ejercer su


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Humanidades hoy en América Latina libertad como decisión, es decir, algo que pone una realidad nueva en la historia. Si queremos salir de la crisis hay que mirar lejos hacia atrás. Hemos pasado tantos millones de años y hemos llegado aquí. ¿Cómo va el camino hacia delante? Hay que mirar lejos hacia delante. Yo creo que tenemos cuatro retos fundamentales para el futuro que nos toca vivir. PRIMERO. De cara a la crisis y al clamor ecológico, hay que garantizar el futuro de La Tierra, y ese futuro no está garantizado. Ese gran cosmólogo y científico, Carl Sagan, dijo en su testamento: las fuerzas directivas del universo ya no pueden garantizar el futuro de La Tierra, porque la hemos agredido y explotado a tal punto que ha sobrepasado el 25 por ciento de su capacidad de regeneración. Si queremos garantizar el futuro de La Tierra tenemos que poner un alto político, tenemos que querer que la tierra tenga futuro. Y es lo que nos piden los últimos datos que nos vienen de la ciencia de La Tierra de la ecología: tenemos que actuar porque si no actuamos en un espacio limitado de tiempo, vamos hacia la devastación. Incorporar la visión que los astronautas nos han transmitido de La Tierra, que desde sus naves espaciales, mirando desde sus ventanas decían, La Tierra es pequeña, cabe en la palma de mi mano, puedo esconderla por detrás de mi pulgar. Ahí en esa Tierra está todo lo que es sagrado, venerado, amado: mi familia, mis hijos, mi patria. Tenemos que incorporar esa visión, que es un planeta pequeño, el tercero del sistema solar. Un sol vagabundo de quinta categoría, que está a 27 mil kilómetros del centro de nuestra galaxia, al interior de la espiral de Orión. Galaxia nuestra que es mediana, pequeña, entre cien mil millones de otras galaxias.Ahí está nuestra Tierra, pequeñísima, un pálido punto azul, pero ahí estamos nosotros. El universo entero caminó para que llegáramos a este punto y hablar de esas cosas todos. Si hubiera otros cambios y otras relaciones, no estaríamos aquí para hablar de todo esto. Esta cosa pequeña, que los astronautas dicen muchas veces que desde las naves no hay diferencia entre tierra y humanidad. Es la misma gran unidad: tierra y humanidad. Por eso entendemos a ese gran cantante argentino indígena, Atahualpa Yupanqui,

decía que la tierra y el ser humano son una misma realidad, una misma cosa. El ser humano es la tierra que camina, la tierra que siente, que piensa, que ama, que cuida y hoy la tierra que entra en alarma. Nosotros somos tierra. Por eso es que hombre viene de “homo”-“humus”; la tierra fecunda, la tierra fértil. Por eso es que Adán significa Hijo de Adamá, la tierra madre, la tierra buena. Somos seres terrenales. Somos la misma tierra que en el momento de su evolución empezó a sentir, amar, pensar. Por eso no podemos negar nuestras raíces terrenales. Y esta tierra puede sucumbir debido a la irresponsabilidad sistemática de los seres humanos. Nuestra civilización hace ya trescientos años que se ha propuesto a esta insania; explotar en forma sistemática, continuada, todos los recursos de la tierra. El suelo, subsuelo, el aire. Esa tierra ya no aguanta, está bajo un “estrés” terrible y nosotros tenemos que garantizar el futuro de La Tierra. Como decía el profesor Ángel Ocampo: “debemos cuidar de La Tierra, porque ella

pertenece a nuestros hijos e hijas, pertenece a nuestros nietos y nietas”. Nosotros somos huéspedes de La Tierra y por amor a aquellos que todavía no han nacido, debemos aprender a amar lo invisible, respetar y cuidar de La Tierra. Porque ellos tienen derecho de habitarla, para que ella sea habitable, que tenga suficiente para todos, que tenga un aire respirable, que puedan pisar los suelos sin contaminarse. El gran reto que tenemos es cómo garantizar el futuro del sistema de La Tierra. Porque no es solamente el futuro de Costa Rica, de América Latina. No. De la totalidad, porque somos provincias y Costa Rica es una provincia bella, radiante, de este gran planeta Tierra. SEGUNDO PUNTO. Mirando hacia delante y mirando lejos, es garantizar la supervivencia de la humanidad. Y eso no es poco, porque de nuevo en nuestra insania hemos construido una máquina de muerte, con armas biológicas, químicas y nucleares que pueden destruir de 25 formas diferentes toda la humanidad, sin dejar ningún superviviente; eso ha creado el ser humano. Y hace poco en Le Monde Diplomatique, se daban estos datos: el 70 por ciento de la inteligencia mundial está metida en proyectos militares, en proyectos de guerra. Solamente una humanidad insana, solamente universidades que no tienen estudios generales, humanistas, como tiene esta Universidad, puede llegar a esta expresión de la demencia; alimentar la máquina de muerte. En uno de los encuentros en que participé sobre derechos humanos con Gorbachov, él decía que hoy por hoy se venden y se construyen más armas de muerte que en los tiempos de la Guerra Fría. Porque la construcción de armas exige inmensas inversiones de capital, investigación científica de punta; es el más grande mercado mundial junto con el mercado de las drogas. Hay que garantizar la superviven-


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Humanidades hoy en América Latina cia de la humanidad que no está garantizada. La cultura de la guerra hay que contrarrestarla con la cultura de la paz. A los héroes militares hay que contraponer los héroes de la paz, del amor a la humanidad, los que han servido a las causas buenas de la humanidad. TERCER RETO. Garantizar la unidad de la familia humana, porque el gran riesgo hoy es hacer la bifurcación de la familia humana. Por una parte aquellos que tienen acceso a todos los medios de vida, que pueden eventualmente vivir hasta 130 años, porque es la edad de nuestras células, y eso es solamente para 1,6 mil millones de personas. Pero, ocurre que nosotros somos 6,5 mil millones de personas. La otra parte de la humanidad vive como en la tradición, muriendo con 50 o 60 años; no es como aquí en Costa Rica donde las personas superan los 70 años. En Brasil yo estaría ya muerto, porque tengo 68 años, y la edad media es de 64 años. Yo estaría vencido por la usura del tiempo. Entonces, ¿cómo mantener la unidad, la no bifurcación de la vida humana?. Porque los ideales de igualdad, de unión, son muy débiles en la historia de la humanidad; es una historia de enfrentamientos y guerras. El gran riesgo es que ya no nos consideremos como semejantes, sino como desiguales, como diferentes, de otra especie que no sea la especie humana. Por eso es que los serbios castraban a los musulmanes de Yugoslavia. Por eso podemos torturarlos, matarlos, sin ofender la carta de los derechos humanos, porque ellos “no son humanos”. Tantos piensan así ahora. Y ese filósofo Richard Rorty, de los Estados Unidos, que escribió un bellísimo artículo sobre cómo la degradación de la cultura hace que nosotros no seamos solamente diferentes, sino que seamos tratados como desiguales, de otra especie que no sea la especie humana. Cómo mantener la familia humana sentada alrededor de la mesa, disfrutando de

la generosidad de la naturaleza, en casa como hermanos y hermanas. CUARTO RETO. Cómo garantizar la singularidad, la identidad de América Latina, de Costa Rica, porque el proceso de globalización a nivel cultural es una especie “hamburguerización” del mundo, de uniformación de hábitos, de música, de visiones del mundo. Sería una desgracia que en la naturaleza hubiera solamente cucarachas para desesperación de las mujeres, o solamente escorpiones para desesperación de los hombres. Lo importante es la biodiversidad. Cuántos más árboles, pájaros, peces mejor; porque la interdependencia de todos con todos hace que tengan futuro, que puedan sobrevivir. Entonces tenemos que defender la biodiversidad. Una parte de la globalización como la etapa nueva, la etapa planetaria de la humanidad. Que los pueblos que estaban perdidos por ahí en sus regiones, se encuentran todos juntos, se encuentran en un único lugar que es el planeta Tierra como casa común. Pero, traen la riqueza de sus experiencias históricas, de sus identidades nacionales, de sus experiencias espirituales, de su cultura, de su música; todo eso revela la riqueza. Cómo hacer el capital más grande. Inagotable es el capital humano que todavía no fue desarrollado plenamente, porque somos un proyecto infinito. Yo veo ahí que

hay que preservar y ofrecer a la humanidad este inmenso ensayo civilizatorio de magnitud histórica que hemos hecho aquí enAmérica Latina. Solamente a mi país vinieron representantes de 60 etnias, naciones y pueblos diferentes. De cada país de América Latina se puede decir lo mismo. De todas las partes del mundo vinieron inmigrantes que han constituido nuestros pueblos. Cómo guardar ese ensayo civilizatorio exitoso, porque con algunas excepciones, tenemos la convivencia en las diversidades, la aceptación de unos y otros. Segundo, en este continente esta la más grande biodiversidad de planeta. “La Pacha Mama”, la madre tierra, fue muy generosa en nuestro continente. Somos el continente más desigual de la tierra; más que África. África es más pobre, pero tiene más igualdad. Y a pesar de eso tenemos una riqueza de biodiversidad fantástica, porque aquí está la mayor superabundancia de agua dulce, que será dentro de poco el bien más escaso de la naturaleza. Aquí en América Latina tenemos más del 24% de toda el agua dulce del mundo, asequible al consumo humano. Aquí tenemos la más grande biodiversidad del planeta. Solamente en un espacio similar a un campo de fútbol, la flora y la fauna amazónica tiene más animales y especies vegetales que toda Europa junta. Esta es una propulsión


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Humanidades hoy en América Latina fantástica del misterio de la vida. Aquí en América Latina está el regulador del clima de todo el planeta. Los países amazónicos con las forestas húmedas que regulan todo el clima del planeta. El futuro de la humanidad en términos ecológicos, pasa por América Latina. Tenemos una responsabilidad inmensa de cuidar esas forestas de las partes verdes. Tenemos que rescatar nuestro pasado, las grandes sabidurías de los pueblos originarios, aztecas, incas, mayas quechuas, misquitos, y tantas culturas que aquí tenemos, de mucha sabiduría, con saber ecológico que debe ser preservado y continuamente revisado. Tenemos que superar el presente con tantas desigualdades y preparar el futuro para que América Latina pueda ofrecer lo que tiene no solo para su beneficio sino para la humanidad. VOY LLEGANDO AL FINAL. Necesitamos mirar lejos hacia arriba. Miramos lejos hacia atrás y hacia delante, pero ahora hay que mirar hacia arriba que es la otra dimensión del ser humano. Yo creo que hay que desarrollar una visión espiritual del mundo, como la manera más corta, más inmediata de encontrar una solución. Cuando yo hablo de encontrar una visión espiritual del mundo, no estoy hablando de una visión religiosa del mundo. Las religiones no tienen el monopolio de la espiritualidad. La espiritualidad es la dimensión de lo humano. Tenemos el cuerpo y somos parte del cosmos. Tenemos una psique que es parte de toda la vida interior de todos los seres vivos. Pero, tenemos también el espíritu, que es aquel momento de la conciencia por el cual nos sentimos parte de un todo, que nos desborda por todas partes. Por el espíritu captamos que las cosas no están puestas una al lado de la otra, sino que todo forma un inmenso sistema. Forma un cosmos ordenado. Que hay un velo que liga y religa todas las cosas, que el universo tiene un mensaje que decirnos la majestad de las estrellas, la grandeza de la complejidad, que todas las cosas tienen su otro lado, su dimensión que nos habla que el ser humano es aquel que puede escuchar, descifrar los mensajes que vienen de la realidad, que

puede escuchar su propio corazón y los llamados a la generosidad a la compasión, al amor, al cuidado por todo lo que vive y existe, porque lo que existe merece existir, y todo lo que vive merece vivir. Esa dimensión de la espiritualidad subyace en todas las iniciativas y alternativas posibles, en términos de paradigma, de esa civilización que nos ha llevado a esa crisis mundial. Porque mirar hacia arriba

nos hace mirar una percepción nueva del ser, de la última realidad, y del ser humano portador de esa realidad. Necesitamos una espiritualidad. Como decía el gran teólogo del siglo pasado, Karl Rahner, el siglo XXI será un siglo de espiritualidad, o no será. Espiritualidad en ese sentido profundo del ser humano, que es

capaz de vivir, aceptar, elaborar valores que no sean esos materiales del consumo, del utilitarismo, sino valores de la gratuidad, del amor, la amistad, y de la compasión de cara a los que sufren, de cuidado de la tierra y de nuestra vida y nuestro futuro. Quiero terminar con el texto de las escrituras judaico-cristianas. En un momento habla Dios así: “Hoy tomo el cielo y la tierra como testigo, yo les pongo la vida y la muerte, la bendición o la maldición. Elijan la vida para que tú y tus descendientes puedan vivir. Elijan la vida”. Nosotros hemos elegido la vida y estoy seguro que todos ustedes también han elegido la vida


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Eduardo Mattio

Diseñando el futuro

Leonardo Boff y la función de las Humanidades en América Latina

Pese a que Leonardo Boff es consciente de las condiciones epocales en las que vivimos tras la secularización moderna que ha redundado en el desencantamiento del mundo (Weber) y la desaparición de todo horizonte utópico a la que nos ha conducido la muerte de Dios (Nietzsche); pese a ello, el teólogo brasileño no renuncia al compromiso intelectual de ofrecer una narración que nos ayude a recuperar el vínculo vital perdido con el mundo, con el resto de las creaturas y con nuestros semejantes.

A

la manera de un relato naturalista, Boff nos invita a “refundar el sentir de la vida”, a “recrear una nueva espiritualidad”. Frente a la desesperación y el desencanto, ofrece una salida a la crisis actual que mira “lejos hacia atrás”, “lejos hacia delante” y “lejos hacia arriba”. En otras palabras, nos recuerda quiénes somos y de dónde venimos, nos sugiere una meta y un camino por recorrer, y nos propone un escenario “espiritual” desde donde acometer semejante tarea. Con ello, el autor nos ofrece más que una serie de sugerencias de cara a un futuro inhóspito e incierto; en algún sentido, Boff nos ayuda a repensar la función social de las Humanidades en las Universidades Latinoamericanas. Lejos del locus conservador en el que han sido colocadas; de espaldas al compromiso romántico, restaura-

dor o apocalíptico que se les suele asignar piénsese en el lugar que han tenido los estudios clásicos entre nosotros, las Humanidades son para Boff un lugar para pensar quiénes somos, o mejor, para diseñar qué queremos ser. Al redescribir lo que somos, Boff escapa de la tentación metafísica proclive a fosilizar vocabularios ya perimidos; en su lugar, nuestro teólogo recostruye , decíamos, en términos puramente naturales, una narración plausible acerca de cómo hemos llegado a ser quienes somos y a vincularnos del modo como lo estamos. Independientemente del rigor que su relato pueda tener, con él da

cuenta del “enraizamiento” cósmico, biológico, histórico-cultural y personal que, a su juicio, caracteriza al género humano. Si miramos lejos hacia atrás, no se nos puede escapar nuestro vínculo constitutivo con el universo todo, con la naturaleza viviente y con un medio cultural específico; en ese continuum natural ha de tomar forma nuestra propia individualidad no la individualidad de un átomo, sino la de un agente esencialmente vinculado. En esa historia natural cada sujeto no sólo ha de encontrar las razones para


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Diseñando el futuro... comulgar con el resto del universo; también hallará las motivaciones para construir su propia singularidad personal, para desarrollar ese proyecto infinito e irreductible que cada ser humano es. Ahora bien, concluida esta mirada “hacia atrás”, Boff acomete otro desafío tal vez más ambicioso. Luego, de rememorar el camino recorrido por la especie humana, el autor nos invita a responder a cuatro retos inaplazables. Lejos de quedar en el mero diagnóstico, incita a las Humanidades a diseñar un futuro sin inequidades y exclusiones en el que, abandonando la habitual fascinación por “lo antecedentemente real”, se responda a los desafíos que la misma realidad nos impone. Para ello, el autor brasileño cree que es preciso (a) garantizar el futuro de la tierra ecológicamente devastada, (b) asegurar la supervivencia de los seres humanos siempre expuestos al flagelo de la guerra, (c) resguardar la unidad de la familia humana, escandalosamente dividida entre quienes acceden sobradamente a los medios de subsistencia y quienes han sido excluidos de todo reparto, y (d) fomentar la singularidad la biodiversidad identitaria de América Latina y el Caribe. Como puede verse, el pensamiento de Boff es tan crítico como ambicioso. Sin amedrentarse por las limitaciones disciplinares que las Humanidades puedan exhibir tras el ocaso de la Modernidad, el mismo discurso de Boff pone en evidencia la plasticidad con que aún son capaces de configurar otros escenarios posibles. Contra las complicidades a las que nos reducen los “meros” diagnósticos, el teólogo va más lejos: se anima a imaginar un horizonte utópico que mira “lejos hacia arriba”. Cuando ya nadie se atrevería a diseñar un escenario semejante, Boff construye una usina capaz de potenciar semejante programa. Nos propone desarrollar una “visión espiritual del mundo”, no necesariamente religiosa. Una espiritualidad, una “fe común”, secular y humanista, que, pese al desencanto y a la intemperie, religue nuevamente a todas las criaturas en “un todo, que nos desborda por todas partes”. Es posible que no acordemos con la narración que Boff nos ofrece en estas páginas, que nuestra mirada no coincida con la que el autor nos propone. Es posible

Leonardo Boff

incluso que no reconozcamos como propios ni las metas del teólogo brasileño, ni los retos que lo desafían, ni el lugar desde el cual nos invita a mirar. Pese a ello, lo que Boff no propone no pierde nada de su relevancia. Nos hace cargo, al comienzo de una época nueva, signada no sólo por el nihilismo y la carencia de sentido, sino por la efectiva devastación del planeta, de la grave responsabilidad que pesa sobre los intelectuales, particularmente sobre los que nos dedicamos a las Humanidades. Nos retira de nuestra confortable torre de marfil, para devolvernos a la resolución de lo que John Dewey denominó “los problemas concretos de los hombres”. Según entiendo, nos conduce de la casta de mandarines a la que creemos pertenecer hacia el atalaya del que nunca deberíamos haber salido. Con su elocuente sencillez, el programa que Boff enuncia conmociona la insularidad de nuestros saberes enmohecidos para proponer otro lugar, otra tarea a las Humanidades enAmérica Latina. ¿Cuál es ese lugar que el discurso de Boff barrunta? No hace mucho tiempo, Maristella Svampa daba cuenta en un periódico cultural local de la situación en la que se encuentran los intelectuales dedicados a las Ciencias Sociales y por extrapolación a las Humanidades en la Argentina al momento de articular el saber académico y el compromiso político en esta primera década del siglo XXI. En las últimas dos décadas, afirmaba, proliferaron en nuestros medios académicos tres modelos de investigador-intelectual que a su modo expresaron el grave divorcio entre el mundo universitario y las exigencias de la esfera pública. Frente a la “sobreideologización” de los intelectuales de izquierda durante las décadas del '60 y del '70, en los '80 el rol de los intelectuales se configuró a la sombra de una deseable, pero excesiva profesionalización


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académica que finalmente habría de inhibir todo compromiso militante. Figuras intelectuales hegemónicas tales como las del experto, las del intérprete o las del ironista, al tiempo que legitimaron un determinado modo de producir conocimiento, ahondaron aún más la frecuente disociación entre la reflexión académica y la praxis política. Con el término “experto”, Svampa aludía a aquel modelo de intelectual, “desapasionado” y “neutral”, dedicado a la tarea autorreferencial de engrosar su propio curriculum por

l a e s c r i t u r a d e a r t í c u l o s h i p e respecializados en una lingua franca que sólo sus cultores conocen. Aunque esto último los vuelve poco proclives a establecer puentes con otras esferas de la realidad, muchos de estos intelectuales (economistas, politólogos, sociólogos, etc.) no fueron ajenos a la transformación del ámbito de lo público durante la década del '90. De hecho, algunos de estos “técnicos” y “expertos” pese a la supuesta “despolitización” que los asistía hicieron las veces de asesores y/o ejecutores de aquellas políticas públicas que nos llevaron a la debacle del 2001.

Con “intérprete”, la autora se refería a otra variante de la despolitización de las ciencias sociales acontecida en la Argentina durante las dos últimas décadas. La “modestia” del intelectual-intérprete no sólo concentra sus tareas en la comprensión de ciertos fenómenos sociales y en la comunicación de los saberes recogidos a partir de la misma subjetividad de los actores, si no que lo releva de cualquier pretensión normativa o legislativa orientada a la modificación del statu quo. Con la multiplicación de estudios de casos y la proliferación de diversos métodos cualitativos, este giro epistemológico en parte gracias a la “ilusión de transparencia” que hace del investigador un traductor de experiencias ajenas; en parte en virtud del “fatalismo pesimista” que oblitera cualquier posibilidad de intervención militante ha sido incapaz de salvar la brecha entre academia y sociedad produciendo un genuino pensamiento crítico y alternativo. Por último, Svampa llamaba “ironista” a aquellos intelectuales que, a una distancia irónica y provocativa de los procesos sociales que nos tocaron vivir en las últimas décadas, han negado toda posible articulación entre investigación académica y compromiso militante. En su lugar, han adoptado un narcisismo dañino en el que la convergencia de “escepticismo político, capacidad histriónica y palabra destituyente”, ha decantando en la flagrante incapacidad para construir cualquier tipo de solidaridad común. Ahora bien, en vista del “eclipse de lo público” abonado por estas figuras hegemónicas legitimadoras del saber académico, ¿cabe pensar alternativas sustentables que dejen atrás la modestia del intérprete, la falsa conciencia del experto y las veleidades del ironista? Svampa estimaba que en los últimos años se ha ido perfilando una figura novedosa tanto en el campo académico como en el de la militancia política: la figura del anfibio. Este “intelectual-anfibio”, de espaldas al esquema binario que separa la academia de la política, es fiel a ambas lógicas: “lejos de traicionar el habitus académico o de acantonarse en él, de lo que se trata aquí es de hacer uso de él, amplificándolo, politizándolo en el sentido genuino del término. Asimismo, lejos de abandonar el


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Diseñando el futuro... espacio militante, de lo que se trata es de buscar un lugar dentro de él, en tanto investigador-intelectual comprometido y a la vez crítico, no complaciente…”Amén de las numerosas fragmentaciones presentes, el intelectual anfibio tiene la capacidad de habitar varios mundos, generando vínculos diversos, solidaridades múltiples entre realidades diferentes. En pocas palabras, el anfibio acepta el desafío de construir puentes entre pensamiento y acción, entre teoría y praxis transformadora; de restablecer, en suma, la articulación interdependiente entre el mundo académico y la militancia política. ¿Dónde habremos de colocar a Boff según la taxonomía provista por Svampa? O mejor, ¿dónde ubica Boff a las Humanidades con la construcción de su utopía naturalista? Sin lugar a dudas, el intelectual brasileño está lejos de las figuras intelectuales hegemónicas descriptas por Svampa. No sólo toma distancia del mero intérprete, del experto neutral o del ironista descomprometido, sino que ha reproducido a lo largo de una extensa carrera intelectual el ideal del anfibio preconizado por la socióloga argentina. Pese al desconocimiento y a la persecución de los propios, Leonardo Boff ha encarnado sin ambages la condición del intelectual capaz de “establecer puentes” entre la práctica académica más rigurosa y una militancia política siempre comprometida con los pobres de la tierra. A su modo, el otrora franciscano hizo de su “opción por los pobres” una redescripción vigorosa del dictum marxiano: “Los filósofos se han limitado a interpretar el mundo de distintos modos; de lo que se trata es de transformarlo”. Aun a riesgo de traicionar sus convicciones más profundas, Boff no ha temido pensar hasta las últimas consecuencias. Como lo sugiere el texto kantiano acerca de la Ilustración, bien podemos decir que Leonardo Boff se ha animado a pensar por sí mismo. Y no por mero divismo; sino por amor a sus hermanos… ¿Qué supone en el texto que aquí comentamos pensar desde el lugar del anfibio? Según entiendo, el intelectual brasileño ofrece una imagen de las Humanidades en las que bien podría espejarse la construcción del conocimiento en las Universidades Latinoamericanas. La conferencia inaugural de Boff no sólo

condiciones de vida presentes, la reconstrucción de un horizonte futuro. Frente a la habitual tentación de quedarnos en la laboriosa deconstrucción de aquellas estructuras discursivas y no discursivas que son el origen o la causa de la dominación y de la inequidad, Boff “se arremanga” para pensar otros espacios posibles y así nos obliga a repensar, decíamos, la función social de la Humanidades en las Universidades de estos lugares del planeta. En su propia carne, Boff es un anfibio que reúne la consideración del pasado (lo que somos, lo que hemos llegado a ser) y la construcción del futuro (los desafíos que hay que atender), desde una mirada del presente (su consideración espiritual de la vida) que lo vincula todo en una narración potente capaz de devolver el orden, de reconstruirlo allí donde no está o se ha vuelto irreconocible. De eso nos habla el discurso del escritor brasileño: de alumbrar el orden. De pensarlo y de hacerlo. Un orden nuevo, más igualitario, más equitativo, más humano. No importa si ese orden nos espera allí fuera; lo interesante es poder parirlo, a fin de generar vida, o mejor, de garantizarla de un modo más universal. Reiteramos: puede que Boff no nos resulte riguroso, convincente o suficientemente eficaz. Todo eso es posible. No obstante, con su relato naturalista, nos ayuda a mirar más lejos, hacia atrás, hacia delante, hacia arriba. Nos devuelve a la tarea siempre pendiente de construir el futuro. Más allá de los clichés, más allá de las propias contradicciones, atendiendo a lo único importante: el dolor del mundo. ofrece una crítica sin concesiones del modus vivendi construido bajo las condiciones abiertas por el neoliberalismo de fines del siglo XX, sino que ensaya una salida reconstructiva orientada a restaurar los vínculos disueltos a lo largo de la Modernidad capitalista. En otras palabras, el teólogo ha sumado a la crítica de las


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Mónica Pinto

La UBA, como universidad pública y como universidad argentina Una universidad es bastante más que un centro de adquisición de conocimientos o de realización de investigaciones Una universidad es, también, un centro de estudio y debate sobre distintas concepciones del mundo y de las relaciones que en él se dan. El devenir de los tiempos ha conducido a distinguir las universidades públicas de las privadas. En ese hacer, las primeras responden a mandatos que expresan una directa relación con los objetivos sociales. La universidad pública argentina es una creación de una generación que apostó a la educación como un instrumento del desarrollo; que pensó en universalizar el acceso a la educación y que, por ello mismo, propició una educación laica y gratuita. Una educación pública que sólo tiene compromiso ideológico con la democracia y los valores que ella preserva.

L

a terminología “educación pública” es ilustrativa de una visión de la realidad. De este modo, la universidad pública, como señala el Estatuto Universitario, es una institución prescindente en materia ideológica, política y religiosa, pero que no se desentiende de los problemas sociales, políticos e ideológicos. La Argentina contemporánea es el resultado, no acabado, de éxitos y fracasos, de vidas fructíferas y de vidas sesgadas por una visión pequeña, perversa e intolerante de los mecanismos sociales y del poder. La Argentina del siglo XXI, del 2000 en adelante, no se comprende sin computar un pasado mediato de debilidad institucional, de desgaste de los liderazgos políticos, de desconfianza en la decisión del

“soberano” y un pasado reciente de violación sistemática de los derechos humanos y de actuación al margen del derecho. Si el mundo del siglo XX incorporó a los derechos humanos como uno de sus temas centrales, no es razonable pensar que la universidad pública argentina y, especialmente, la Universidad de Buenos Aires puedan prescindir de considerarlos. La UBA es, probablemente, una muestra válida del universo en el que se inserta: combativa en el terreno político y social y, por ello, con víctimas por millares.

Profesores, docentes, personal administrativo, estudiantes y graduados han engrosado las listas de bajas en los períodos de concentración del poder en pocas manos y de silencio del debate. Los DDHH y la UBA El restablecimiento democrático nacional permitió la regularización institucional de las universidades públicas y condujo a la adopción de planes de estudio acordes a la


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La UBA... situación. Allí los derechos humanos encontraron rápidamente un lugar. Todas las unidades académicas de la UBA hicieron suya la tarea de derechos humanos desde distintos lugares. En la enseñanza, la investigación y la extensión todas las facultades propusieron una oferta de derechos humanos que generó una masa crítica importante. Si el plan de estudios aprobado por resolución CS 809/1985 para la carrera de Abogacía incorporó la asignatura Derechos Humanos y Garantías con carácter obligatorio en el ciclo profesional común y planteó la Protección internacional de los derechos humanos como un seminario obligatorio para la orientación de derecho público en el ciclo profesional orientado, otras facultades fueron sumando a sus planes de estudios el conocimiento de los derechos humanos aunque, en general, como materias optativas o como obligatorias con contenidos específicos vinculados a la incumbencia profesional. Actualmente, en el ciclo de formación profesional, la Licenciatura en Psicología incluye como asignatura obligatoria Psicología, Ética y Derechos Humanos. En la Facultad de Ciencias Sociales, la cátedra de Cultura de la Paz y Derechos Humanos, cuyo titular es el premio Nobel de la Paz Adolfo Pérez Esquivel, ofrece cursos válidos para todas las carreras. En este contexto, en 1993, en el Rectorado de la UBA se creó el PROGRAMA DE DERECHOS HUMANOS a fin de articular y coordinar las iniciativas y experiencias en curso en el ámbito de la universidad, garantizando institucionalmente su efectivo impacto. Desde entonces la actividad universitaria se ha enriquecido notablemente en este campo. En 1994, en la Facultad de Filosofía y Letras, se creó la primera Cátedra Libre de Derechos Humanos bajo la dirección de Osvaldo Bayer, que hoy dirige Marcelo Ferreira y que ofrece cursos válidos para todas las carreras que allí se cursan. En 1999, en el marco de la Facultad de Ciencias Económicas, se constituyó la Cátedra Libre de Poder Económico y Derechos Humanos y se designó titular a Nora Cortiñas, de Madres de Plaza de Mayo Línea Fundadora. En el 2003, la Cátedra Libre Salud y Derechos Humanos se creó en la Facultad de Medicina aunque

el grupo fundador comenzó a trabajar en el año 2000 y se designó coordinador a Claudio Capuano. La Secretaría de Extensión de la Facultad de Arquitectura y Urbanismo fundó una Dirección de Derechos Humanos y cuenta también, con un Taller Libre de Proyecto Social y un Equipo de Voluntariado. También, en extensión se ubican los desarrollos en las facultades de agronomía y veterinaria sustancialmente en las cuestiones del medio ambiente y la de odontología con proyectos que llegan a la comunidad. La actividad de extensión llegó al área académica en algunos casos, así “Poder económico y derechos humanos” es materia optativa para la carrera de Economía, del mismo modo, en todas las carreras que se cursan en la Facultad de Filosofía y Letras se ofrece Derechos Humanos como optativa. Otras facultades organizaron su trabajo en derechos humanos en torno al eje de la Memoria. En este orden de ideas se inscriben las de Ingeniería y Ciencias Exactas y Naturales.

En el ciclo superior de la carrera de Bioquímica, Etica y Legislación, y en la de Farmacia, Legislación farmacéutica, al igual que Legislación Alimentaria en la Licenciatura en Ciencia y Tecnología de los Alimentos ilustran el tratamiento de cuestiones de derechos humanos a través de la óptica de la incumbencia profesional. La Educación en DDHH A fines de 2005, la Universidad de Buenos Aires y la Universidad Nacional de La Plata organizaron las “Primeras Jornadas Interdisciplinarias de Reflexión sobre Universidad y Derechos Humanos” y un “Foro sobre Derechos Humanos de los Refugiados”. Ello tuvo lugar en el marco de la AUGM Asociación de Universidades del Grupo Montevideo. El objetivo de las Jornadas fue el de


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abordar la pluralidad de relaciones entre la temática de los derechos humanos y las distintas áreas disciplinares así como avanzar en

una propuesta para una progresiva inclusión de la temática de los derechos humanos en la currícula de todas las carreras de las universidades participantes,

esto es, la UBAy la UNLP. Para ello, se trabajó en el análisis del grado de integración de los estudios sobre derechos humanos en la formación universitaria y en las posibles líneas de acción para el fortalecimiento y la expansión de la formación universitaria en derechos humanos. De ese encuentro participaron profesores, docentes de las Facultades de las trece unidades académicas de la UBA. Las conclusiones del encuentro fueron claras en cuanto a la voluntad de los participantes de encontrar una vía de expresión de los derechos humanos en el marco académico de sus respectivas carreras. En este sentido, a poco de asumir sus funciones, el Rector Rubén Hallú decidió encarar la tarea de incluir la enseñanza de los derechos humanos en todas las carreras de grado que se estudian en la Universidad. Así, el 24 de marzo de 2007 el Rector presentó el PROGRAMA DE DERECHOS HUMANOS DE LA UNIVERSIDAD DE BUENOS AIRES en acto público en el que disertó el Profesor Dr. Félix Schuster. El Programa, como se indicó en esa oportunidad y como fue publicado en el sitio web de la UBA, se propone que en un tiempo relativamente breve todas las carreras de la UBA tengan una oferta académica que permita la alfabetización en derechos humanos de los estudiantes. Este objetivo suma un elemento más al área de trabajo en derechos humanos de las distintas unidades académicas y no supone mengua para ninguno de los emprendimientos existentes. Así, son objetivos del Programa: a) Comprender y evaluar la evolución del fenómeno de los derechos humanos, su ubicación como uno de los objetos del orden jurídico-político mundial y las manifestaciones concretas que de él se dan. b) Contribuir a generar en los estudiantes una conciencia más integral de la noción de derechos humanos, más allá de la capacitación profesional que su área de trabajo exija. c) Promover la conciencia de los derechos humanos como un aspecto de responsabilidad profesional, ética y social en todos los campos de la investigación, el estudio, la enseñanza y el trabajo. d) Individualizar las relaciones de los derechos humanos con cada una de las


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La UBA... disciplinas que se trabajan en la UBA de modo de construir una agenda de trabajo respecto de ellas. e) Integrar los conocimientos básicos de la asignatura al quehacer cotidiano en cualquiera de sus manifestaciones. Sin perjuicio de las adaptaciones contextuales que resulten necesarias, inicialmente se previeron las siguientes etapas para la consecución del proyecto: La realización de un ciclo de conferencias-debate sobre distintos aspectos centrales de los derechos humanos enfocando su relación con la realidad nacional. La realización de un ciclo de actividades con formato taller que nucleen a distintas unidades académicas de modo de generar propuestas sobre inserción y trabajo curricular, definición de ejes temáticos. La convocatoria a un modelo universitario de Naciones Unidas con especial énfasis en las cuestiones de derechos humanos. La realización de una muestraespectáculo artístico en relación con la cuestión de los derechos humanos. El 2 de julio de 2007 tuvo lugar la Conferencia Lanzamiento del Programa, en la sede de la Facultad de Farmacia y Bioquímica. Se trató de una conferencia de Adolfo Pérez Esquivel, el Premio Nobel de la Paz, profesor de la UBA, titular del Servicio de Paz y Justicia (SERPAJ) y de Pedro Nikken, de Venezuela, juez de la Corte Interamericana de Derechos Humanos desde su primera integración en 1979 hasta 1989, ex -Presidente y Presidente honorario del Instituto Interamericano de Derechos Humanos. El Programa convocó a actividades abiertas como la conferencia del ex Juez Juan Guzmán Tapia, a cargo del expediente de Augusto Pinochet en Chile, el día 28 de agosto y del Dr. Eugenio Raúl Zaffaroni de la Corte Suprema Argentina, sobre Universidad y Derechos Humanos, el 6 de diciembre de 2007. La tarea por delante Desde el 30 de mayo de 2007, por decisión de las Decanas y Decanos de las distintas unidades académicas de la UBA, se reúne una mesa de integrantes de cada una de las facultades en la que se debaten los ejes de trabajo.

Estas reuniones evidenciaron y consolidaron el consenso en cuanto a que la alfabetización en derechos humanos supone al menos dos cuestiones sustantivas, la formación de ciudadanía a través del proceso de enseñanza-aprendizaje de contenidos mínimos troncales y la formación de profesionales sensibles a los derechos humanos en las distintas incumbencias. Ello así, la definición de los contenidos mínimos troncales de esa alfabetización es la cuestión prioritaria en la agenda 2008 del Programa. Por su parte, el Instituto Interamericano de Derechos Humanos, una institución internacional autónoma de carácter académico creada en 1980 en virtud de un convenio suscrito entre la Corte Interamericana de Derechos Humanos y la República de Costa Rica ha prestado su apoyo pedagógico y en educación al Programa de la UBA, sustancialmente a través del asesoramiento de la coordinadora del área Educación, Ana María Rodino, doctora en Educación por la Universidad de Harvard. El 2008 abre a la UBA el desafío de generar propuestas para que los órganos de gobierno de las distintas facultades consideren la oferta académica en derechos humanos para todas las carreras. Por ahora, como incentivo, cabe señalar que en el ámbito de la educación secundaria dependiente de la UBA se registraron avances importantes en la implementación del Programa de Derechos Humanos. Efectivamente, el 7 de diciembre, por resolución 616 en expediente 45782/07, la

Rectora del Colegio Nacional de Buenos Aires, Lic. Virginia González Gass, dispuso “crear en el marco del Instituto de Investigaciones en Humanidades 'Dr. Gerardo H. Pagés' la Cátedra Permanente de Derechos Humanos” y designó al frente de ella al Profesor Daniel Lenci, de esa casa de estudios. A modo de cierre La decisión política de las autoridades de la Universidad de Buenos Aires, de su Rector y de todas las Decanas y Decanos, de implementar la educación en derechos humanos en todas las carreras que en ella se cursan, expresa coherencia con una visión del mundo que respeta la dignidad y la libertad de todas las personas, en condiciones de igualdad en todos lados. Educar a los graduados universitarios en derechos humanos, supone contribuir a que el respeto de los derechos humanos no quede solo en el plano discursivo sino que devenga un hacer.


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Marzo 2008 Coronel ( R ) Horacio P. Ballester

Academia Militar de West Point Primero de la izquierda es Juan Carlos Onganía

Sean mis primeras palabras para agradecer a las autoridades de esta REVISTA, la distinción que me han otorgado al invitarme a escribir en sus prestigiosas páginas. Comencemos con una premisa original e irrefutable: la razón de la preparación de todo plan está en la necesidad de optimizar el funcionamiento futuro del organismo para cuyo servicio se prepara. Como consecuencia de lo expresado, además de esta introducción, el presente artículo constará de los siguientes acápites: Análisis de la posible misión de las Fuerzas Armadas Argentinas. Compromisos internacionales argentinos en el orden militar. Breves consideraciones generales sobre el plan de actualización del vigente sistema de formación militar argentino. Conclusiones.

Cambios implementados en el sistema de formación militar argentino, sus incompatibilidades

S

in lugar a dudas, es una sola: “Ser el elemento de disuasión contra enemigo exterior”. Si un país no tiene hipótesis de guerra externa, no necesita fuerzas armadas. Todas las otras tareas que suelen asignárseles como: Apoyo para paliar desastres naturales o producto de la acción humana; ejecución de

obras de bien público; represión del desorden social; etc., pueden ser cumplidas por organismos específicos que le resultarán al país mucho menos onerosos que emplear para ello a las F.A. La historia militar desde fines de la Primera Guerra Mundial, muestra con total claridad que la única misión que pueden y deben desarrollar las F.A. del tercer mundo es la capacitación de la propia población

para la defensa de sus lugares de trabajo y de residencia, sin distinción alguna por razones de edad, sexo, religión, profesión, etc. Solo se exceptuarán a los objetores de conciencia, a quienes, de cualquier manera se les asignarán tareas de apoyo, como por ejemplo construcción de caminos y funcionamiento de hospitales. Recientemente nuestras F.A. (en especial el ejército), han lanzado un encomiable Plan de Operaciones que les asigna como misión principal la defensa de los recursos naturales del país. Como contrapartida, en el mismo plan, objeto de este artículo, se dice: “La cuestión se torna más compleja en estos días; los escenarios internacionales donde la


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Argentina puede colaborar bajo el mandato de las Naciones Unidas, son horizontes operativos posibles en la medida en que desaparecen las hipótesis convencionales en aras de una bienvenida integración regional. Enhorabuena que ya no existan hipótesis de guerra con nuestros países vecinos, pero ello no puede llevarnos a formar F.A. que sirvan al imperialismo bajo el rótulo de “Misiones de Paz de las Naciones Unidas”, con las que estamos en el más absoluto desacuerdo, tal como se expresa en el apéndice del presente trabajo. Compromisos militares internacionales argentinos A través del SIAD (Sistema Interamericano de Defensa) y a pesar de cuanto dicen los gobernantes (no solo argentinos), la nefasta Doctrina de Seguridad Nacional (DSN) que tanto dolor trajera a nuestros países durante las últimas dictaduras militares, ha sido actualizada, y, mediante pequeños cambios cosméticos, mantiene su plena vigencia, luego de ser adaptada para satisfacer las necesidades represivas del nuevo orden mundial, ya que el injusto modelo socio-económico neoliberal globalizador que nos está destruyendo, sin represión no cierra. Dada la trascendencia y la confusión reinante sobre este tema, nos extenderemos un poco más en su tratamiento. Los organismos militares que le dieron vida a la Doctrina de Seguridad nacional, fueron: Junta Interamericana de Defensa (JID) 1942. Tratado Interamericano de Asistencia Recíproca (TIAR) 1947. Organización de Estados Americanos (OEA) 1948. Programas deAyuda Militar (PAM) 1951. Ejercicios Combinados Entre Fuerzas Militares de EE. UU. Con las de los países latinoamericanos y caribeños. Doctrina Militar Francesa de Guerra Contrarrevolucionaria o Antisubversiva (experiencias de ese país en sus guerras coloniales de Indochina y Argelia) circa 1960. Reuniones periódicas de Comandantes en Jefe de Ejércitos, Marinas y Fuerzas Aéreas Americanas 1960.

Misiones de Paz de la ONU Desde un punto de vista teórico, las Misiones de Paz de las Naciones Unidas implica una tarea honrosa y trascendente, ya que ¿qué puede enaltecer más a un militar que contribuir a evitar las guerras y permitir que los pueblos disfruten de los goces de la paz?. Pero en la realidad, una vez más, los presuntos nobles principios enunciados por el neoliberalismo, sólo sirven de encubrimiento a las acciones reales del imperialismo para mantener dominados a los países del Tercer Mundo. El ex Ministro de Defensa Argentino Oscar Camillon. Cuando aún era el Representante de las Naciones Unidas para la paz en Chipre, en un reportaje concedido al diario “La Nación” de Buenos Aires (12/03/1993) nos explicó en inglés que hay tres tipos de operaciones de paz: “peace keeping, peace making y peace enforcment” (¿será posible que gobernantes usen el inglés para explicarnos algo?), conceptos que podrían traducirse como “cuidar la paz, hacer la paz e imponer la paz”, ideas que podrían explicarse de la siguiente manera: Cuidar la paz: es algo así como hacer respetar los convenios internos o externos a que hubiesen llegado dos bandos en pugna, manteniéndolos separados para evitar nuevas acciones bélicas (ejemplo Chipre). Los militares actúan como “árbitros” y solo llevan armas para su defensa personal en caso de ser atacados. Hacer la paz: es ayudar a los países o bandos enfrentados a encontrar una solución para ambos y luego hacerla respetar. (ejemplo los intentos de EE. UU. por ahora infructuosos, para que llegue a haber paz entre israelíes y palestinos). Imponer la paz: es la invasión lisa y llana de un país para imponerle las condiciones políticas, sociales, económicas, etc. que más convengan a los intereses del poder hegemónico. (ejemplo Irak). En este último caso, producida la ocupación del país por la superpotencia y sus aliados, será seguida por la imposición de los planes por aplicar en el país “pacificado”, preparados por los organismos internacionales. Viene luego el retiro de las tropas imperiales que atacaron en la fase inicial de la misión y su reemplazo por las fuerzas de ocupación que habrán de proporcionar las naciones del tercer mundo y cuya principal tarea será la de mantener el orden interior en el país ocupado.(ejemplo Haití). Tanto en el primer caso (mantener separados a los contendientes) como en el tercero (mantenimiento del orden en el interior de un país) no son tareas militares sino policiales, (esto dicho sin ningún sentido despectivo). En el segundo caso, Argentina carece en absoluto del potencial necesario como para mediar entre dos países en pugna, presionándolos para que “hagan la paz”. Vale decir que es falsa la afirmación de que la participación de nuestras tropas en misiones de paz contribuya a su perfeccionamiento profesional. Para lo único que realmente sirven es para que las Jerarquías militares adquieran experiencia sobre la forma en que puede mantenerse el orden social en el interior de un país, para, llegado el caso, aplicarlo en el propio. Ello significa que se los capacita para defender militarmente a un gobierno autoritario en la propia nación. Como conclusión digamos que las naves de guerra argentinas que no sirvieron para combatir en nuestra “Guerra del Atlántico Sur” en el marco las Naciones Unidas, fueron aptas para bloquear a Cuba, Haití e Irak. La pregunta de cierre es obvia ¿al servicio de quién están entonces las fuerzas armadas cuyo costo paga el pueblo argentino?. En la Cumbre de Jefes de Estados Americanos, realizada en Miami (EE. UU.)

en 1994, se dispuso la realización de periódicas “Reuniones de Ministros


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Cambios...

de Defensa Americanos”, con la misión de formular las Políticas de Defensa Continentales. En la primera de tales reuniones, realizada en Williamsburg (EE: UU) los días 25 y 26 de julio de 1995, se creó como su órgano de trabajo el “Consejo de Seguridad Hemisférica” , se dio por finalizada la DSN y se la reemplazó por el SIAD. Como vemos, siguen existiendo todos los organismos militares que le dieron vida a la DSN, aunque le limita sus funciones al campo estrictamente militar, y coloca por encima de todos ellos, para la fijación de las políticas militares, al Consejo de Seguridad Hemisférico, compuesto casi exclusivamente por civiles, pero todos ellos formados o capacitados en el “ Centro de Estudios Hemisféricos de Defensa”, dependiente de la “National Defense U n i v e r s i t y ” d e Wa s h i n g t o n (EE.UU.); sus egresados ya se cuentan por miles, y algunos de ellos ya llegaron a altos cargos en los países latinoamericanoscaribeños. En extrema síntesis entonces, los cambios son : El enemigo para la DSN era el nunca bien definido “Movimiento Comunista Internacional”; para el SIAD lo es el “Terrorismo Internacional”, al que tampoco se define con claridad, al mismo tiempo en que EE.UU. presiona a nuestros países en el dictado de “leyes antiterroristas” cuya finalidad real es la criminalización de las luchas sociales. El ámbito de aplicación de SIAD, se amplió para incluir Canadá y todos los estados caribeños. La misión de nuestras Fuerzas Armadas, según el SIAD podría definirse así: Participar en las “Misiones de Paz de las Naciones Unidas”; proporcionar apoyo logístico y de inteligencia a las fuerzas policiales y de seguridad empeñadas en mantener el orden interno de cada país; luchar contra el terrorismo y el narcotráfico internacionales; estar en aptitud para

terminar con los estallidos sociales que sobrepasen la capacidad represiva de las fuerzas policiales y de seguridad. Todo ello, casi igual a las tareas vigentes en época de la DSN cuando la misión principal consistía en “combatir la intromisión del movimiento comunista internacional y el desorden social resultante”. Breves consideraciones sobre el plan de actualización del vigente sistema de formación militar argentino En términos generales, debemos expresar nuestro más absoluto acuerdo con lo que conocemos de este trabajo, por ejemplo la creación de “Escuela Superior de Guerra Conjunta”, en tal sentido, no podemos olvidar que una de las principales causas de la derrota en Malvinas en 1982, fue la ausencia de coordinación interfuerzas, cada una de ellas llevó en forma independiente el 33,33% de la guerra que creía corresponderle. Se han incorporado nuevas materias que hacen a la formación democrática del militar argentino y las estrategias previstas para alcanzar tales objetivos, también nos parecen acertadas. Conclusiones: Existe a nuestro juicio una grave y tremenda contradicción: Por un lado, encontramos una loable intención de democratizar definitivamente el pensamiento militar argentino, pero, por el otro, Argentina forma parte de un sistema militar internacional cuyas bases nada tienen que ver con la democracia ni con el principio de respeto al derecho de autodeterminación de los pueblos. En sus declaraciones y peor aún en sus acciones, el presidente Bush no deja dudas sobre su intención de establecer a nivel

planetario, un terrorismo de estado similar al aplicado en el interior de cada uno de nuestros países por las dictaduras militares que nos asolaron en las décadas 70 y 80 del siglo pasado: Guerras preventivas, presiones de todo tipo, asesinatos, torturas, detención y desaparición de personas, magnicidios, atentados múltiples y similares. Como ya dijéramos, todos los organismos que le dieron vida a la DSN siguen vigentes ¿es irrazonable pensar que, llegado el caso, podrían intentar repetir viejas experiencias?. Hasta sigue existiendo la “Escuela de las Américas”, la “academia” de dictadores como los generales Videla, Galtieri, Banzer (Bolivia), Noriega (Panamá), y miles más, donde se enseña -entre otras cosas- a torturar, extorsionar e interrogar, claro que algo cambió: su emplazamiento y su nombre, ya no está más en Panamá, funciona en el estado de Gergia (EE.UU.) y se llama “Instituto de Seguridad y Cooperación del Hemisferio Occidental”. ¿Cómo podría sentirse un militar democrático argentino que sea enviado a cursar la ex Escuela de las Américas o similar?. ¿Cuál sería su reacción si se viera obligado a materializar alguna de las acciones violatorias de los derechos humanos que hoy juzga el poder judicial argentino?. ¿Seguirá manteniendo sus principios democráticos o volverá a pensar que un golpe de estado militar sería lo mejor que podría ocurrir en nuestra querida y sufrida República?.


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Eduardo Jozami. “Es probable que la crisis de tantos paradigmas nos haga difícil imaginar hoy a Walsh en relación con alguna propuesta política más precisa. Hacerlo sería, por otra parte, limitar su significación como símbolo de lo popular y de la lucha por una sociedad más justa en el más amplio de los sentidos”. Alexis Oliva. “El recuerdo de Rodolfo Walsh funciona como un amuleto, como un exorcismo de los demonios que amenazan y a veces toman posesión de una profesión con un profundo sentido social y como tal atravesada por el poder”. Ana Tissera. “Borges ( Jorge Luis ) afirmaba que Irlanda es “un país de gente esencialmente buena, naturalmente cristiana, arrebatados por la curiosa pasión de ser irlandeses”. Desde otro ángulo, en el contexto argentino, estas notas se aplican a la figura de Rodolfo Walsh: memoria guerrera, religiosidad política, pasión por sus creencias”. Esther Díaz. “El eco de la obra musical y poética de Violeta Parra aún perdura, y lo que las generaciones posteriores reverencian en sus palabras resonaron en todos los oídos y llenaron todos los corazones del sentimiento incómodo de una injusticia de la que era responsable el conjunto de la sociedad”. Nora León “Lo que distinguió y sigue distinguiendo a Lola Mora a través del tiempo es su increíble capacidad de trabajo y su fidelidad a sí misma, su soledad.” Crónica de El Cairo, relato de Rosario Galarza. Torcida como estaba, un cuento de Shila Petroni. Carlos M. Lema, afirma que una poetisa, Violeta Parra, y un pensador, Martín Heidegger, “hablan de lo mismo y no lo dicen igual”.


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lsh Wa o f ol

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Pasión por la verdad En estos tiempos en que es cada vez más recordado, cabe preguntarse las razones de la actualidad de Walsh y la vigencia de sus escritos. La Carta a la Junta Militar ofrece una primera respuesta: alegato que documenta la más brutal represión de nuestra historia, la Carta es también un documento de actualidad, porque describe una transformación regresiva cuyas huellas siguen perdurando en la sociedad argentina.

E

sto no implica, sin embargo, negar cuánto han cambiado hoy las formas de hacer política y el modo como periodistas y escritores entienden su compromiso con la sociedad. A esta necesaria actualización del debate sobre el rol del intelectual, puede contribuir el hallazgo de un texto de Walsh aún no incluído en ninguna compilación, un reportaje publicado en el Nº 2 de la revista Nuevo Hombre, en julio de

1971. Allí se refiere a su experiencia en la CGT de los Argentinos y reflexiona sobre el rol posible de los intelectuales en el movimiento popular. La revista Nuevo Hombre congregaba entonces a intelectuales de i z q u i e r d a peronista y no peronista cuya convivencia no resultaba tan conflictiva como lo sería después de anunciarse el retorno de Perón. Este segundo número estaba dedicado en gran parte al reciente asesinato de Juan Pablo Maestre -(junto con su mujer, Mirta Misetich, una de las primeras víctimas de la represión ilegal)- y registraba, entre otras firmas, las de Eduardo Luis Duhalde, Rodolfo Ortega Peña, Nicolás Casullo, Vicente Zito Lema y Juana Bignozzi. En sus declaraciones, incluídas en la sección Testimonio, Walsh recuerda su presencia en Plaza de Mayo el 17 de octubre de 1945 dato que no habían podido confirmar quienes compartieron su

militancia nacionalista y manifiesta su optimismo sobre la posibilidad de entendimiento entre peronistas y marxistas.“Se está produciendo un proceso de síntesis histórica, que surge en circunstancias prerrevolucionarias, previas a la lucha definitiva”, afirma con llamativa seguridad, expresando una convicción entonces compartida por muchos militantes de la izquierda peronista. No son, sin embargo, estas afirmaciones las que nos llevan a rescatar el texto de Nuevo Hombre sino las reflexiones sobre el rol del intelectual que constituyen el cuerpo principal de la nota. La relación de los intelectuales con la política sigue siendo objeto de debates, pero estos se plantean en un terreno muy distinto al de mediados del siglo anterior. La tesis sartriana del compromiso difundida en los años 50 en nuestro país por los integrantes de Contorno presentaba a un intelectual situado en su época, pero libre de elegir y responsable, por lo tanto, de las consecuencias políticas de sus actos y omisiones. La tesis era tributaria tanto de la doctrina existencialista como de una tradición que asignaba un lugar eminente a los pensadores y se remontaba hasta Voltaire. Sin embargo, su vigencia tenía mucho que ver con una realidad mundial signada por el fin de los imperios coloniales, la emergencia del Tercer Mundo como actor político global, la creencia en un futuro socialista, perspectivas todas que no han resistido las transformaciones de las últimas décadas. La otra concepción entonces difundida, la doctrina gramsciana del “intelectual orgánico” de una clase social aunque ha sobrevivido mejor que otras formulaciones


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Pasión por la verdad a lo que se ha llamado la crisis del marxismo tampoco ejerce hoy la misma influencia que décadas atrás, como consecuencia del debilitamiento de los movimientos obreros y la crisis general de las izquierdas. De todos modos, Gramsci no ha dejado de ser importante tanto para analizar el rol de los intelectuales en la reproducción del sistema como para comprender la construcción de consensos desde una perspectiva de transformación. Esa concepción gramsciana subyace en las explicaciones de Walsh respecto a su actividad en la CGT de los Argentinos. Las notas sobre el episodio en que fue muerto Rosendo García ya no fueron una tarea meramente individual señala sino “parte de una campaña global del movimiento obrero contra la burocracia sindical” y “todo fue pensado, meditado y consultado con la CGT”. Luego de señalar las dificultades pero también las gratificaciones que supone abandonar la actitud individualista que caracterizaría al intelectual para ingresar en una acción colectiva, Walsh agrega, minimizando en exceso su aporte: “no enseñé nada, no dí cátedra. Fui a aprender mucho y aprendí casi todo, lo que aporté fue fundamentalmente un conocimiento técnico.” A mediados de 1971, la CGT de los Argentinos herida por la reunificación sindical que consagró el liderazgo de José Rucci había quedado severamente debilitada y su periódico ya no se publicaba. Pese a ello, un grupo que lideraban Raimundo Ongaro y Jorge Di Pasquale intentaba mantener la presencia de la CGTA como referencia para el activismo. Ello puede explicar también las afirmaciones de Walsh, en Nuevo Hombre, enfatizando la organicidad de aquella experiencia. Incorporado en 1973 a Montoneros, Walsh hubiera podido desempeñar más claramente ese rol de intelectual orgánico en el que se reconocía desde comienzos de su experiencia con el movimiento obrero. Sin embargo, podemos dudar que en el seno de esa organización haya sido siempre posible ese aporte teórico, esa reflexión sobre la práctica que se asocia en el pensamiento gramsciano a la contribución del intelectual. Este rol aparecerá más claramente en la última época, cuando critica el militarismo y propone otras

formas de resistencia. Walsh saca conclusiones lúcidas del avance de la represión, apunta los errores en la estrategia de la organización y ubica esas reflexiones en el marco más amplio de la teoría revolucionaria y la experiencia histórica argentina. Aunque Walsh no se haya preocupado por estas referencias, -en el reportaje manifiesta incluso cierta incomodidad con el término intelectual- es evidente que la tesis sartriana del “intelectual comprometido” nos ayuda para entender su trayectoria de escritor cada vez más requerido por la política y que el paso a la militancia puede leerse sin forzamientos desde la posición gramsciana. Por otra parte, no habría que aceptar, sin más, el anacronismo de la doctrina del compromiso: de hecho, no son pocos los escritores argentinos que actúan ese rol para denunciar los excesos del poder o apoyar las demandas populares. En cuanto al legado de Gramsci, se reconoce sin dificultad en la tarea de los intelectuales que hoy hacen su aporte a los movimientos sociales, como más de treinta años atrás lo hiciera Rodolfo Walsh intentando crear un periódico popular con los pobladores de la villa de Retiro. De todos modos, el contexto en que se plantean hoy al intelectual las demandas de la política se ha modificado radicalmente respecto de aquellos tiempos. “Entre la pluma y el fusil” es el título de un libro de

historia y no un dilema del presente. Además, el país, caracterizado desde el 76 por una inédita concentración de la riqueza y el debilitamiento estructural de los sectores populares, revela diferencias muy profundas con la Argentina previa a la dictadura. Por otra parte, si las transformaciones regresivas del peronismo de los '90 llevaron a pensar el campo del pueblo en términos más plurales, la visión binaria que simplificaba en exceso la historia, dividiéndola en dos campos claramente reconocibles en cada circunstancia, tampoco ha resistido todos los cuestionamientos. No por eso hoy nos sentimos menos convocados por la actitud militante de Scalabrini, la perspectiva nacional de Jauretche o la voluntad revolucionaria de John William


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Pasión por la verdad

Cooke. En este contexto tan severamente transformado, ¿cómo seguir el camino de Walsh? No parece razonable responder con una receta política y aunque siempre existe el modo de constituirse en un periodista independiente y de luchar por la verdad, tampoco es fácil señalar un modo de hacer periodismo en el marco de una transformación significativa de la realidad de los medios. En cuanto a la literatura, ya sabemos que es su marca personal lo que define a una escritura, no vale la pena entonces recomendar que se escriba como Walsh, basta con leerlo y releerlo con espíritu abierto para participar en el mundo maravilloso de todo gran escritor. Un hombre sensible El camino que lleva a Walsh hacia la política está marcado por tres rasgos, sensibilidad, ética personal y

pasión por la verdad. Sólo a partir de allí p u e d e explicarse el i n v o l u c r amiento del autor de Operación Masacre en una investigación que habrá de cambiar su vida. La revelación de que un fusilado vive es algo necesariamente conmocionante: en la Argentina de entonces no se conocía aún el m a c a b r o invento de los desaparecidos, los campos de la vida y de la m u e r t e aparecían rigurosamente separados. Pero, cuando se presenta ante Juan Carlos Livraga, no motiva al investigador sólo la curiosidad frente a ese hecho excepcional, hay más: “miro esa cara, el agujero en la mejilla, el agujero más grande en la garganta, la boca quebrada y los ojos opacos en que ha quedado flotando una sombra de muerte”. Walsh reacciona como un hombre sensible, a los atropellos, a las vejaciones, a las injusticias. “Me siento insultado…Livraga me cuenta su historia increíble; la creo en el acto”. Esa misma sensibilidad habrá de manifestar, años después, el periodista que visita al coronel responsable de haber secuestrado el cuerpo de Evita. Walsh irá tras el misterio de ese cuerpo oculto pero omnipresente, aunque nos advierte “ella no significa nada para mí”. Sin embargo, pocas líneas más adelante, el autor de Esa Mujer parece tan comprometido en el caso como el maníaco coronel. Este resistirá el despojo de ese cadáver que considera como suyo; el entrevistador, por su parte, advertirá la desmesura del misterio que se

oculta, capaz de generar, para quien lo resuelva, “poderosas y vengativas olas de cólera, miedo y frustrado amor”. Por eso, quiere encontrarla y así ya no habrá de estar solo, “no me sentiré nos dice Walsh como una arrastrada, amarga, olvidada sombra”. ¿Cómo se produjo esa transformación?. El entrevistador que visita al coronel en 1961, luego de su experiencia cubana es políticamente menos inocente que el periodista que inicia la investigación de Operación Masacre. Pero, el que concluye la redacción del cuento tres años después ya ha comprendido el verdadero misterio de Eva Perón. El coronel que no disimula su turbación cuando advierte que Eva estaba desnuda, desprecia a “esos roñosos”, a “la pobre gente” que considera a la muerta como una Diosa. La sensibilidad de Walsh, quien demorará aún varios años en considerarse peronista, comprende lo que Eva representa para sus seguidores, pero también hasta que punto la fascinación por esa mujer joven y bella está presente en el odio militante de sus enemigos. Esa misma sensibilidad explica su reacción frente a la muerte de Ernesto Guevara a quien Walsh había conocido en Cuba. Hace más de seis años que el escritor no ha vuelto a la isla, no está vinculado a ninguno de los grupos que se identifican con el Che ni se incluye en ninguna estrategia guerrillera. Pero, esa muerte lo golpea como habrá ocurrido a muchos, en todos los lugares de la tierra. Murió por nosotros, piensa Walsh, y, sin embargo, estaba rodeado por tan pocos. Entonces, siente vergüenza y ese sentimiento nos dice será para él un nuevo punto de partida. Pero, el hombre en cuya sensibilidad impacta el sacrificio de Guevara, también ha madurado políticamente. Escribe entonces su cuento Un Oscuro día de Justicia, una parábola de la revolución. Derrotado el tío justiciero por el celador mañoso que no respeta código alguno, los niños el pueblo, prefiere llamarlos el autor sabrán que ya no pueden confiar sino en sus propias fuerzas. Ni en el tío Malcom cuya figura se agigantaba en la imaginación de los escolares, ni en Guevara, que ya ha iniciado su camino para instalarse en la leyenda, ni tampoco en el mismo Perón. En una entrevista, tres años más tarde, Walsh explicita la evidente conclusión.


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Pasión por la verdad Esa sensibilidad que subyace en todos los episodios que signan la evolución política de Walsh supone un compromiso ético que ya se advierte en Daniel Hernández, el protagonista de muchos de sus primeros cuentos policiales. Se ha señalado en Hernández cierto talante conservador pues sus conclusiones apuntan a restaurar un equilibrio de la sociedad. No es por ello menos evidente que lo guía un profundo sentido de justicia. Esta vocación será aún más clara en el tardío alter ego del detective, el comisario Laurenzi, quien ya comprende que la misma legalidad puede entrar en contradicción con la justicia y que, en ese caso, uno puede mirar para el costado o cerrar los ojos frente a ciertas evidencias. Esa misma preocupación de Walsh por la justicia, por los ideales, por ciertos valores, se advierte en sus trabajos menos rescatables de entonces: los artículos de homenaje a los aviadores que combatieron por la “revolución libertadora”. Ese texto que nos irrita, no sólo por el tributo que rinde al golpe antipopular sino por ese lenguaje de ceremonia oficial que no se encuentra en otros escritos, muestra, sin embargo, la misma búsqueda, aunque valores como la lealtad o el coraje adopten un ropaje castrense que en la escritura de Walsh no habría de perdurar. Es sabido que en esa primera época la influencia de Borges es dominante. Pero en Walsh, que en sus primeros textos puede exaltarse defendiendo tanto el formato clásico del relato policial como el oficio de corrector de pruebas, no se encontrará nada parecido al escepticismo y el distanciamiento que crecientemente se manifiestan en los escritos de Borges. Este que ya no creía en grandes palabras y se reprochaba la “pedantería y el dogmatismo de mi juventud”, seguramente hubiera reprobado el tono solemne con el que Walsh en su Antología del Cuento Extraño defendía al autor de El Aleph, identificándolo con “los grandes temas del destino humano”. La búsqueda de Walsh también estará signada por esos “grandes temas”. Pero, no tardará en encontrar su propio camino. No porque desaparezcan las marcas borgianas que seguirán siendo importantes en su escritura, sino porque acierta en ubicar esas grandes cuestiones que hacen al destino del hombre en la acuciante realidad argentina

de la represión al pueblo y la injusticia social: en la cara de espanto de Livraga o en la ternura que ilumina la personalidad candorosa de Blajakis, el griego. Esta aproximación a la metafísica por vía de la crónica, se sustenta en una escrupulosa preocupación por la verdad. De Daniel Hernández al comisario Laurenzi, no bastará con la inteligencia deductiva, habrá que confiar en la experiencia, en los códigos de una cultura popular que a veces tiene su propia versión de la justicia. Más tarde, Operación Masacre enseñará a Walsh que la verdad se encuentra lejos del poder y muchas veces enfrentándolo. Además, para restablecer esa verdad, Walsh, escritor de ficciones, prefiere aferrarse tozudamente a la realidad de los hechos. No sólo porque el verosímil de la ficción empalidece frente a una crónica que sepa captar todos los matices, sino porque sus grandes textos de investigación Operación, Satanowsky, Rosendo están guiados por un propósito político. Walsh quería lograr la sanción de los culpables y, más tarde, cuando descubrió que esa pretensión era ilusoria, siguió creyendo que servía mejor a la comprensión política de sus lectores con esa obsesiva preocupación por la reconstrucción de los hechos. Esto no implica, por cierto, considerar que la relación entre la historia y la literatura es un camino de una sola mano, ni descartar tantas otras posibilidades de ficcionalización de los hechos del pasado: tampoco, como temía Juan José Saer, asimilar ficción y falsedad. Simplemente que cuando no se trata de recrear la figura de Cleopatra sino de reconstruir hechos recientes que nos siguen conmoviendo, el

escritor debe asumir su responsabilidad política. No parece que se contribuya a esclarecer la verdad, al necesario debate colectivo ni al éxito de las investigaciones judiciales, recreando a piacere personajes, combinando situaciones reales y ficticias, con el fin de satisfacer las demandas sensacionalistas de un mercado editorial menos abierto, muchas veces, a la interpretación razonada de la historia que a los registros novelescos de héroes y traidores. Por otra parte, no son pocos los escollos a vencer para llegar a la verdad. Habrá que investigar los hechos pero también estudiar, como hacía obsesivamente Walsh, para profundizar la comprensión de situaciones que no necesariamente se revelan en su apariencia. Pero, además, y éste es el rasgo que nos interesa destacar, es imprescindible escuchar a los otros. A los enemigos, para saber cómo habrán de perseguirnos Walsh se hará experto en la audición de comunicaciones policiales pero sobretodo a los propios, a los compañeros, a los que se intenta representar. En sus grandes textos testimoniales, Walsh ha


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Pasión por la verdad sabido escuchar -a los sobrevivientes de José León Suárez, a los militantes obreros compañeros de Domingo Blajakis- para mostrarnos ese mundo de los humildes cuya recreación exigía algo más que la pericia del investigador. En su paso por la prensa sindical, ese rasgo aparecerá aún más claramente. Por eso el periódico CGT insistirá en la necesidad tener corresponsales en las fábricas y el mismo Walsh, portando su grabador, aparecerá con frecuencia en las reuniones de agrupaciones sindicales. El testimonio No basta con descubrir la verdad, enseñaba Brecht. Cuando se ha resuelto todas las demás dificultades, hay que tener también el valor de escribirla. Cuando Walsh advierte que la noticia de los fusilamientos en José León Suárez es rechazada por los medios, que los funcionarios de Aramburu y Rojas comienzan a irritarse contra el periodista entrometido, decide dar un paso más. Avanza en la investigación, “se anima”, y escritor como es, se construye a sí mismo como personaje, un detective investigador que tiene algo de Philip Marlowe, por el talante despreocupado con que enfrenta los riesgos, pero que va más allá de cualquier protagonista de novela negra porque se identifica con las víctimas. El reconocimiento a la valentía, a quienes se atreven a enfrentar los riesgos, es -como se sabe- uno de los rasgos perdurables de la poética de Walsh. Interpretando de modo unilateral la carta dirigida a sus amigos, narrando la muerte de su hija en un combate con el Ejército, que vale recordarlo es escrita en los mismos días en que Walsh cuestiona el militarismo de la conducción montonera, algunos lo acusaron de pretender una estetización de la violencia. Olvidaron que el valor al que Walsh rinde tributo no se agota en el gesto de quien empuña un arma, se expresa en el “coraje civil” de los

que resisten, en el compromiso de dar testimonio en momentos difíciles que asume el mismo escritor. Un estudio sobre la suerte de la palabra testimonio en las últimas décadas nos diría mucho sobre la evolución de la política argentina. En los '90, en un contexto degradado que excluía cualquier posibilidad de transformación, sirvió para descalificar cualquier discurso incómodo que insistiera en la realidad de la injusticia social, cualquier intento de vincular la corrupción con los grandes intereses del poder económico, cualquier señalamiento sobre la odiosa perduración de las formas más aberrantes de la política. Hoy, cuando

el país trabajosamente se pone de pie y se atreve otra vez a pensar en un destino latinoamericano, cuando desde los más altos estrados se condena al genocidio y se reivindica a nuestros compañeros queridos, el testimonio debe recuperar ese rol privilegiado que Walsh le asignaba en la tarea intelectual. Esta jerarquización actual del testimonio tiene que ver con las declaraciones de testigos que hacen posible el castigo de los genocidas y contribuyen a recuperar la memoria de la época. No se trata como temen algunos de reemplazar la investigación histórica por estos relatos teñidos de subjetividad, pero estos testimonios tienen en la Argentina de hoy un profundo sentido ético y político y también constituyen un material insustituíble para el trabajo del historiador. De todos modos, más allá de ese imprescindible testimonio histórico, es razonable imaginar que Walsh -un testigo de su tiempoestaría hoy registrando y denunciando todo cuanto de injusto y autoritario persiste en nuestra sociedad: las marcas perdurables de la desigualdad y la exclusión o la inadmisible desaparición de Jorge Julio López. Es probable que la crisis de tantos paradigmas nos haga difícil imaginar hoy a Walsh en relación con alguna propuesta política más precisa. Hacerlo sería, por otra parte, limitar su significación como símbolo de lo popular y de la lucha por una sociedad más justa en el más amplio de los sentidos. También, es cierto que no resulta fácil, evocando a quien quedará como expresión más clara de un tiempo que reclamaba el compromiso político del intelectual, redefinir ese concepto hoy. Pero, estas complejidades no pueden hacernos dudar: Walsh acompaña hoy todo intento por construir una Argentina con justicia para todos, el mismo objetivo irrenunciable por el que entregó su vida.


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Ana Tissera

LA SOCIEDAD ADOLESCENTE EN RODOLFO Las páginas que siguen se acercan a la apuesta transformadora de la narrativa de Rodolfo Walsh. Mi lectura, tras sentir y pensar la fibra de la intención política que lo mueve, tiene dos interrogantes: pregunto sobre el modo en que la relación entre los jóvenes prefigura el orden de la sociedad adulta, y pregunto sobre el origen de los valores que determinan esos vínculos. Para desarrollar el primer punto sigo la trama de representaciones sugerida por lo que, dentro de su producción, se conoce como serie de los irlandeses; para el segundo me remitiré a la tradición religiosa de Irlanda como paradigma axiológico de estos cuentos.

R

epresentaciones. La zaga de los irlandeses en la narrativa de Rodolfo Walsh se compone de tres cuentos de tono autobiográfico: “Irlandeses detrás de un gato ”, 1965, “Los oficos terrestres”, 1966, y un relato final, “Un oscuro día de justicia”, 1973. Tienen algo en común: narran el comportamiento de niños adolescentes bajo la presión de determinadas estructuras sociales. El “estallido”, la confrontación de los elementos antagónicos en juego, nos lleva a interpretar los textos desde el ángulo de oposiciones que conjugan, pues,

suponemos, en ellas germina la contradicción entre las aspiraciones del individuo y los intereses del medio donde actúa. La historia de Irlandeses detrás de un gato se desarrolla en el ámbito de una escuela que alberga a ciento treinta internos de sangre irlandesa. Cabezas rojas, nombres como Bugnicourt, Mulligan, Carmody, Delaney, Murtagh, Cumming, Kierman, “chicos campesinos pecosos, de uñas y dientes sucios” se envuelven en largos guardapolvos grises con bolsillos abultados de bolitas, andan sobre “botines de punteras gastadas por la costumbre de patear piedras, latas, pelotas de futbol …. y hasta sus propias sombras”. Se trata de un colegio de curas. El filtro sanguíneo de ingreso, el silencio de la extensión patagónica arrullada por rezos y campanas, el peso de muros y arcadas, hacen de este sitio una especie de cárcel camuflada que, por efecto de presión, reproduce entre los alumnos el esquema de una sociedad adulta igualmente regida por la fuerza y el autoritarismo. Al lugar llega, casi sin ser visto, un pequeño indigente con huellas de tiña en su

cabeza, hijo de una prostituta cuyo cuello lleva un escapulario. El coraje de la confesión, “mi madre es una puta”, conmueve al lider del grupo quien vacila antes de someterlo al bautismo de rigor: la pelea. Pero este acto de debilidad, -el código del poder no admite sentimentalismos-, hace que el grupo desconozca al jefe y, ante el rechazo que provoca la pestilencia del reciénvenido, se lanzan, sin acuerdo previo, todos contra él. Por sus movimientos huidizos, por la astucia de sus saltos, trepadas, corridas y escondites, por los golpes que resiste, recibe el apodo de “el Gato”. “¡Fogoso Gato! -dice el narrador¡Tu terrible desafío aún vibra en mi memoria, porque yo era uno de ellos! ¡Pero qué fue más admirable, ese espantoso salto, o la serena determinación con que Irlanda mandó al frente a sus guerreros!”. La exclamación legitima la escena bélica; el narrador parece incluso inclinado a valorar la estrategia del enfrentamiento más que a juzgar la crueldad del hecho. En verdad, la guerra dura pocas horas, entre el final de la cena y


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LA SOCIEDAD...

Intenciones Dicotómicas La linealidad del binomio fuerza / vulnerabilidad se altera también si observamos los valores sémicos que proponen los cuentos : Tiempo/espacio valores sémicos Irlandeses detrás de Gato vs. pares internado guerra / masa Los oficios terrestres

Dashwood vs. Gato

1939, latifundios

terrestre / divino individuo

Un oscuro día de justicia

Collins vs. Guilty

liturgia

revolución / pueblo

la hora de dormir. El lector percibe, no obstante, una larga y sinuosa batalla en la que el Gato resulta, a pesar de todo, airoso, pues superar la tremenda prueba es el precio que exige el abandono de su pasado. El niño queda “con el alma sellada y llagada para siempre”; la reflexión se adjudica a un celador, el grotesco, Richard Enright, 23 años, “La Morsa”, -dos dientes incisivos siempre a la vistaquien intuye el esquivo futuro del Gato. Poco tiempo después se escribe el cuento que rotula el libro anterior, pero que entonces no se dejó escribir, Los oficios terrestres. Las relaciones de oposición están planteadas aquí entre los “oficios terrestres”, las tareas que realizan los internos irlandeses que viven de la caridad, trabajan la tierra y se someten a todo rito o norma institucional, y la voz altisonante de quienes ejercen “oficios divinos”, los terratenientes y sus redes eclesiásticas. Uno de los oficios divinos, la fiesta de Corpus Christi, es el macro tempo espacial del relato ocurrido en el año 1939; fin de la guerra civil española, comienzo de la segunda guerra mundial. Se celebra un encuentro del que participan los niños, las damas de beneficencia que mantienen la escuela y las autoridades. A una

comida faraónica que colma el estómago de los internos y provoca exaltados gestos de gratitud, sigue un estudiado montaje de actividades conducentes a demostrar la buena inversión de las damas; al atardecer se retiran dejando a los internos otra vez “desmadrados y grises, superfluos y promiscuos bajo la norma de hierro, bajo la mano de hierro”. Quedan los residuos de la fiesta: un gran cajón de basura con restos de comida que debe ser cargado, por primera vez, por el frágil y regordete Dashwood, cuarto grado, porque ninguno “nació en cuna de seda y cada hombre honrado debe aprender sus oficios terrestres”. Cigarro en mano el Gato, sexto grado, alto, delgado, siempre al acecho, burlón y rencoroso, se ofrece a compañarlo. El largo camino al basural dura toda la noche; tiene un doble tránsito, la senda que va, la de la humillación del niño que entre lágrimas, mocos y llagas se hunde impotente en el barro; y la senda que, viene, el llamado de la voz de su madre. Al arrojar la basura los corazones se alivian. Dashwood se aleja en dirección contraria a la escuela, con las manos libres. El encuentro con la naturaleza supone para el perdedor una recompensa espiritual; se acerca a sí mismo. El Gato, en vez, regresa a la oscuridad del alto edificio. La figura del Gato, eje ambiguo de los tres relatos, llega a Un oscuro día de justicia, fijas aún en él las marcas de su iniciación. Ha adquirido mecanismos

profesionales de trinchera: es ahora cómplice del preceptor, de la violencia que éste impone a los internos. De esta manera, observamos, la problemática se mantiene, sólo que los roles se han desplazado, quien antes era víctima “ha ascendido” a victimario. El enfrentamiento se da aquí entre la locura del celador Gielty y un niño enfermizo, el pequeño Collins. Gielty sostiene que el “ejercicio”, la pelea, es el camino de salvación; busca fortalecerlo “para que sobreviva entre ustedes, brutos, tramposos y asesinos”. El niño, aterrado, fabula la llegada de otro salvador, Malcolm, cuya descripción física coincide con las caricaturas del poder: alto, rubio, trajeado, con sombrero y bastón en mano, de gesto “optimista y desafiante”. No llega, empero, en aeroplano sino que aparece un día en la tranquera con los saludos de rigor. El pueblo, los ciento treinta pupilos, celebran la descontada victoria del duelo, pero, al borde del triunfo, un descuido protocolar derrumba la ilusión: “¿Qué necesidad tenía de saludar?”. Y la lección cae: El pueblo debe salvarse por sí mismo. Pues bien, salta a la vista que los relatos se construyen sobre una intención dicotómica: de un lado quienes detectan el poder, los fuertes, los astutos, los crueles narcisos poseedores de la verdad que no escatiman medios para alcanzar sus fines; de otro lado quienes lo padecen, los débiles, los vacilantes, los que por miedo o incertidum-


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LA SOCIEDAD...

bre contribuyen a legitimar el estado de perversión. Sin embargo, encuentro que hay matices que cuestionan la linealidad del esquema, en tanto los personajes evolucionan, no desempeñan, de un cuento a otro, el mismo rol. El Gato, por ejemplo, aparece como un niño pacífico, pelea sólo por mecanismos de sobrevivencia ante sus pares, pero, finalmente, opta por asociarse a la cúpula de mando. El celador, medianamente compasivo en el primer relato es, al cierre de la trilogía, un hombre posesionado por la locura mística. Del mismo modo los ciento treinta internos que al comienzo de la serie agreden masivamente, por puro instinto salvaje, al final merecen el nombre de pueblo, de comunidad que ha desarrollado alguna idea de solidaridad. El primer cuento enfrenta las leyes del grupo con los derechos del individuo; el desenlace, empero, deja en relación de pares a los contrincantes, pues tan temible es el rencor del agredido como la imprevisible reacción de las masas. El segundo abre una salida individual, la huída, la distancia de las estructuras opresoras. El tercero impone una consigna política: el levantamiento del pueblo. La evolución axiológica responde, sin duda, al proceso político del narrador, quien, a la hora del último relato, engrosaba ya las filas montoneras en la lucha armada. Se explica entonces que el sistema de valores se construya alrededor de la idea de guerra: lucha entre pares, lucha de clases, lucha de poderes, como si se tratara de un mismo conflicto social, de un mismo enemigo. Sólo el segundo cuento enciende una brecha alternativa: no es el orden social el que salva sino el coraje de escuchar nuestra propia voz. Por ello pensamos que, al revertir la imagen de la crueldad adolescente en causa política colectiva, la propuesta walshiana arriesga un dogma pero deja una fisura, la moral de los individuos que integrarán el mundo nuevo. Irlanda. Los cuentos afirman patrones culturales que delatan la ascendencia irlandesa del escritor. La historia de Irlanda como escena contestataria comienza en el siglo V, cuando su población celta se convierte a la religión católica. Inglaterrra

t r a t a d e reconquistarla entre los siglos XII y XVII, ensañándose c o n l o s católicos mediante la confiscación de sus tierras. El acta de la Unión Británica, 1800, sublevó a la resistencia nacionalista y campesina quienes no cesaron de manifestarse durante todo el siglo diecinueve. La oposición entre los sinn feinners y los unionistas protestantes llega a un acuerdo parcial cuando Irlanda acepta formar parte del Commonwealth británico, no del Reino Unido, en 1921. Se habla a partir de entonces de Irlanda del Norte, la zona de Ulster, la que aceptó ser británica, y de Irlanda, la porción mayor de la isla, la que defendió la fe cristiana adoptada en el siglo V. La imagen del combate es recogida por Rodolfo Walsh, hijo de inmigrantes irlandeses, quien suma a la pobreza de su raza la crisis económica de los años treinta. Sólo que en sus páginas el foco de ataque no es el Reino Unido ni el credo protestante sino las fuerzas opresoras de la Argentina del setenta. Más allá de los abundantes cuestionamientos religiosos, los personajes de estos cuentos integran también una comunidad de cerrada conciencia étnica que, con el mismo fervor, procura marcos de justicia social. Pero los rumbos, las estrategias de combate, llevan cursos distintos: luego de la independencia Irlanda, por la firmeza de sus tradiciones, permaneció al margen de ciertas corrientes modernizadoras, mantuvo políticas de identidad y núcleos sociales resistentes al desmoronamiento de valores que abrumó al siglo veinte,

mientras que la relación alegórica creada por Walsh queda truncada en pleno despertar adolescente. Borges afirma que Irlanda es “un país de gente esencialmente buena, naturalmente cristiana, arrebatados por la curiosa pasión de ser irlandeses”. Desde otro ángulo, en un contexto argentino, estas notas se aplican a la figura de Rodolfo Walsh: memoria guerrera, religiosidad política, pasión por sus creencias.


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Esther Díaz

UNA EXISTENCIA ENTRE DICHAS Y QUEBRANTOS “Contra el silencio y el bullicio invento la Palabra, libertad que se inventa y me inventa cada día” Octavio Paz El 5 de febrero de 2007 se cumplieron cuarenta años de la muerte de la cantante, compositora y artista chilena Violeta Parra. El eco de su obra poética y musical aún perdura, y lo que las generaciones posteriores reverencian es que sus palabras resonaron en todos los oídos y llenaron todos los corazones del sentimiento incómodo de una injusticia de la que era responsable el conjunto de la sociedad.

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onoció por experiencia propia el martirio de luchar con la pobreza, desde pequeña experimentó el sentimiento de inseguridad social y más tarde, sin revanchas, recurrió a la sensibilidad más que a la inteligencia para expresarse, poniendo en tela de juicio los objetivos y criterios de una sociedad en la que se profundizaban las asimetrías. Se convirtió así en una suerte de conciencia viviente que planteó las desigualdades de su época sin altisonancias ni solemnidades. El contacto con la música popular de bastas zonas rurales de su país le permitió recuperar una tradición hasta entonces oculta y se dedicó a la tarea de intentar revertir las visiones estereotipadas que se tenían de nuestro continente. Conocedora de las manifestaciones populares chilenas, echó además las simientes de la canción social latinoamericana. Esto le ayudó a encontrar un estilo

propio y su éxito en lo artístico significó no sólo el triunfo de un nuevo modo de hacer música sino la victoria del individuo sobre los convencionalismos. De su fecunda producción, rescatamos sus “Décimas” autobiografía en verso, compuesta en 1959, en la que cuenta y canta con sencillez los acontecimientos de su vida que transcurrió, ligada a la historia

de su pueblo, entre “dichas” y “quebrantos”. El interés en esta composición se debe a que en todo proyecto autobiográfico, el autor se plantea como su propio objeto de conocimiento y en esa búsqueda, cruza la frontera entre la interioridad del yo y la exterioridad del mundo. Jean P. Miraux (1996) afirma que, planteado el yo como


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UNA EXISTENCIA ENTRE DICHAS Y QUEBRANTOS objeto hermenéutico “debe ser interrogado a partir de lo que lo constituye: su infancia, su historia personal y también su inscripción en el sistema social.” Por lo tanto, la mirada de aquel que decide escribir sobre su vida debe volverse hacia el pasado, ya que hay una necesidad de reconstruir el yo pasado para comprender el yo que escribe, pero hay también una voluntad de mostrar y demostrar quién se es. En Décimas, Violeta Parra se propone una recapitulación de su existencia y aunque los recuerdos han pasado por el tamiz de la memoria y por la escritura como medio de expresión, centra su proyecto en la reconstrucción de una figura completa que se pueda explicar y desplegar para ofrecer una visión global de su yo. El texto presenta un universo construido por las realidades psíquicas de la protagonista, y en los diferentes episodios relatados encuentra las huellas de un pasado que la han hecho tal como es en el presente de la escritura. LA RECONSTRUCCIÓN DEL PASADO EN LA AUTOBIOGRAFÍA La autobiografía es un texto autorreferencial, cuyo objetivo es recuperar el pasado, y cuando alguien habla de sí mismo, está haciendo referencia a su identidad, a lo que él es y a lo que cree que es. Para Jerome Bruner (1998) hablar de uno mismo es lo más natural, porque de una forma u otra todos lo hacemos sin mayores esfuerzos. Sin embargo, y a pesar de lo natural, este hablar de uno mismo plantea la cuestión de la verdad en relación consigo mismo. Pero como señala Jean P. Miraux, el instrumento que es la escritura “transmuta la verdad en obra de arte” y entonces la autobiografía lejos de ser un ajuste con lo real, es un universo autónomo que responde a las obligaciones propias de la creación artística literaria. De esta manera, la escritura del yo está regulada por convenciones estilísticas y reglas que le impone el género en relación a “lo que se dice” y “cómo se lo dice”, ya que existen muchas técnicas para el realce de la propia imagen. Entre los requisitos considerados indispensables de una autobiografía hay acuerdo generalizado de que ésta cuenta la historia de una vida en forma retrospectiva, y se entiende esa vida individual como un proceso con núcleos de crisis. Sin embargo,

agrega Bruner los momentos más importantes de la vida que se destacan en todo autoinforme, no son provocados por el devenir de la realidad, sino por la apreciación subjetiva que de ellos se hace en el relato que se usa para contarlos. Por esto para él, en algún sentido, las vidas son textos que están sujetos a revisión, exégesis o interpretación, entendiendo como texto un informe narrativo conceptualmente formulado de lo que ha sido una vida. En este sentido, Jean Miraux afirma que la autobiografía “presenta la individualidad como si fuera un desfile”, porque le imprime un cierto orden a la existencia que se propone contar, entonces “la escritura de la existencia transforma la existencia en escritura.” Por otra parte, el rasgo más sobresaliente de la autobiografía es que es un relato retrospectivo en prosa que una persona real hace de su propia existencia, en el que la condición necesaria es que coincidan la identidad del autor, la del narrador y la del

personaje. Esa identidad queda establecida por el uso de la primera persona o narración autodiegética, según el modelo de Genette. Pero entre esa primera persona y su relato hay una disyunción entre el yo que está contando y el yo del pasado acerca de quien se cuenta. Como lo señala Emile Benveniste (1971) “el yo que habla o escribe vive en la instancia del discurso, en la que procura personificar a un yo creado a partir del recuerdo del pasado. El narrador y su objeto comparten el mismo nombre, pero no el mismo tiempo y espacio”. De todos modos, el presente de la escritura es el tiempo de la reflexión lúcida: la identidad autor-narrador-personaje, recubre un desdoblamiento que tiene por fundamento el ejercicio espiritual orientado a indagar el secreto de una existencia. (J.P. Miraux).


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UNA EXISTENCIA ENTRE DICHAS Y QUEBRANTOS Género, identidad, referencia son algunas de las cuestiones que giran en torno a lo autobiográfico, que tiene al yo como objeto hermenéutico. Sin embargo, más allá de estos aspectos teóricos y formales, para Bruner la función última de la autobiografía “es la ubicación de nosotros mismos en el mundo de la cultura, lo que produce una tensión, ya que cada acto autobiográfico incluye al individuo en su cultura, pero al mismo tiempo lo individualiza.” A partir de esta idea, establece un paralelismo entre la problemática textual que genera la autobiografía y la función social de la misma cuando afirma “Si la complejidad interna de la autobiografía está dada por la disyunción entre el yo como narrador y el yo como sujeto, la complejidad externa está causada por este doble requisito de proclamar a la vez nuestra adhesión cultural y nuestra independencia en el acto autobiográfico.” Surge entonces, la necesidad de identificación e individualización, proceso en el cual la memoria juega un papel fundamental ya que su función es precisamente la re-presentación del yo en el pasado. Es sabido que la memoria es uno de los tres modos en que se puede transmitir el pasado. Este mecanismo de transmisión cuenta con tres sistemas: los mecanismos del hábito, la memoria episódica y la memoria semántica. De ellos, nos interesa el segundo, o sistema por el cual “se adquieren, almacenan y recuperan determinados hechos e impresiones del pasado”; y el tercero, o sistema “que trafica en la memoria por significado y generalidad” y por ella podemos recordar “los resultados de la actividad de categorizar y hacer inferencias, más que los hechos concretos”. Según J. Bruner, éste sería uno de los mecanismos por el cual el individuo se siente integrado a su cultura, al tiempo que ésta a la inversa opera en él. Y agrega que “hacer una autobiografía es el acto sutil de poner una muestra de recuerdos episódicos en una densa

privado se presenta atravesado por la contingencia social, y puede ser leído como testimonio de una experiencia colectiva, pues el yo que habla, en algunos casos, es la expresión de todo un grupo. Jean Miraux, sostiene que cuando el escritor inscribe la historia en el relato de su vida, es porque ésta alcanza la intimidad del sujeto que está en la búsqueda del yo y del mundo, de la interioridad sensible y de la exterioridad catastrófica. Su emotividad, su gran capacidad de recepción, lo obligan a expresarse. Como sabe mirar mejor que los demás y tiene el maravilloso poder de la palabra “testimoniar pasa a ser la propia urgencia,(...) inscripto en su trayectoria vital, en el tiempo de los hombres y en su historia, escribe su vida porque ésta da testimonio, pero también da testimonio de su tiempo.” DÉCIMAS. ENTRE LO PERSONAL Y LO COMUNITARIO matriz de recuerdos semánticos organizados y culturalmente esquematizados.” En Décimas, los términos o frases que se refieren a la actividad mnemotécnica son numerosos y recurrentes. Un índice de frecuencia de ellos, nos daría como resultado que la palabra “recuerdo” y su etimología tan particular, es una de las más usadas para re-producir y re-presentar el yo en el pasado. Si bien los recuerdos son simples, cada imagen está ligada a sentimientos, emociones que van recuperando pasajes y personajes de su historia orientados a recomponer una figura completa, en un recorrido cronológico que abarca un tiempo real de casi toda su vida. En estos versos, se conjugan los hechos que Violeta Parra protagoniza, la historia familiar y la construcción personal con los acontecimientos histórico sociales de su época. La reconstrucción de su pasado remite a una doble experiencia. Por un lado, la experiencia de la pura y primaria existencia, los hechos directos de la vida y los problemas de la existencia humana. Por otro, la experiencia de la cultura, la tradición y el legado de las ideas y de las formas. En este sentido, si bien la autobiografía es un relato de lo privado, Décimas se sitúa entre dos direcciones que se entrecruzan: una línea hacia lo exterior, el entorno familiar y social y otro que refleja un estado interior. Así, el relato de lo

En el estudio sobre autobiografía de Hispanoamérica que hace S. Molloy (1996), uno de los objetivos es develar cuáles son las fabulaciones que el “yo” autobiográfico hace de sí mismo y cuáles son los modelos que guían la recuperación del pasado. Hay, según la investigadora, una especie de condicionamiento en la evocación pretérita que estaría dado por la autofiguración del sujeto en el presente. Si bien la imagen de uno mismo es la que impulsa el proyecto autobiográfico, no se agota ahí, porque esa imagen se proyecta a nivel social y puede poner al descubierto una cultura. ¿Con qué imagen trabaja Violeta Parra? ¿En torno a qué se organiza el autoinforme? ¿Cuál es la perspectiva o posición afectiva y epistémica que adopta con respecto a los sucesos comentados?, son algunos de los interrogantes que guiarán nuestra lectura de las Décimas. Los poco más de cuatro mil doscientos versos organizados en estrofas de diez octosílabos presentan un carácter compositivo que comparte rasgos de estilo de la tradición oral, por el ritmo yla impresión agonística en su expresión verbal, que luego gira hacia la interiorización propia del carácter reflexivo de la escritura. En Décimas, la trama general presenta tres momentos de la historia de su vida bien


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delimitados: su infancia, el inicio de su carrera de cantante en la capital chilena y su primer viaje a Europa. Preceden a la autobiografía propiamente dicha, quince estrofas a modo de introducción, en las que advierte que para un contrapunto, una improvisación “se requiere buen talento, memoria y entendimiento” y admite no estar en condiciones, ya que “no me da el sentido para finalizar con gloria”, porque “ya veo que mi cabeza no es capaz para este asunto”. El prefacio, en términos de Gennette, tiene aquí una doble función: por un lado anticipa la recepción, y por otro, y esto es lo notable, expresa una cierta angustia frente a la magnitud de la tarea, la abundancia existencial que debe reflejar en el escrito. La conciencia de la “falta de talento”, de la incapacidad para dar cuenta de la multiplicidad del yo implica que habrá que tomar el riesgo del desconocimiento del yo. Inmediatamente nos remite a su hermano Nicanor que la estimuló a “relatar tus penurias a lo poeta”. A pesar de sus preocupaciones “muy pobre está mi bolsillo, y tengo cuatro chiquillos a quienes dar el sustento” acepta el desafío y “tomé la pluma en la mano y fui llenando el papel”. Así desde ese presente, se dispone a reconstruir su pasado y al hacerlo descubre que al conjuro del canto y las palabras se desvanecen las penas: “Luego vine a comprender que la escritura da calma a los

tormentos del alma, y en la mía hay sobrantes...”. La escritura como instrumento lúdico y heurístico, es además, lo que le permite aclarar y organizar el camino recorrido. Animada por la creencia en el poder mágico de las palabras, empuña su guitarra y para “tejer el relato” vuelve en el tiempo y el espacio haciendo una genealogía familiar que la remonta a sus abuelos con descripciones que nos ilustran sobre las costumbres de sus mayores, a las que parece añorar, contrastándolas con el presente “Más van pasando los años, las cosas son muy distintas: lo que fue vino, hoy es tinta; lo que fue piel hoy es paño; lo que fue cierto, hoy engaño, todo es penuria y quebranto...” Estos versos del comienzo anticipan el carácter general de la obra: la alternancia entre el relato de los hechos de los que fue protagonista, el encuadre histórico-social a partir de lo cual se puede captar la tensión que se genera en la relación del yo con los otros y la valoración que desde el presente hace de esos hechos. La presencia de los términos “penuria” y “quebranto” y un grupo de palabras de significado semejante, recurrentes en el poema, ofrecen todas las variaciones del sentido contenidas en ellas y se tornan en cierto modo equivalen-

tes a la obra misma. El importante campo léxico que desarrolla el texto, plantea una cuestión crucial de su autobiografía. Estas palabras, como microcosmos de su conciencia, otorgan unidad y coherencia al relato pues condensan acabadamente la historia de su vida. El relato retrospectivo de su vida se basa más en una isotopía léxica, que en el recorrido cronológico de su existencia. La vida se describe y se resume en el universo de esas dos palabras. Mediante un movimiento retroactivo, traza la historia de su vida tratando de captar los episodios más importantes a partir de los cuales elabora su yo. El enunciado narrativo tiene cierta linealidad, la mayor parte del texto está dedicado a los recuerdos de su infancia y a pesar de algunos episodios negativos, predominan los felices. Décimas, es desde esta perspectiva, una escritura de la añoranza que opone las turbulencias del presente de la enunciación a la cosmogonía feliz de la infancia. El registro elegíaco en palabras de Jean Miraux desarrolla el mundo dichoso de la niñez desde un presente desdichado, degradado. Cuando introduce el yo en el relato, lo hace con términos como “la suerte mía fatal”, “batalla descomunal yo libro desde mi infancia” mediante los cuales hace referencia a su infancia plagada de enfermedades y a la partida junto a sus padres a Lautaro. A esta etapa se deben los más tiernos recuerdos de su niñez, sobretodo el afecto de su padre y su madre. Luego, dice “aquí principian mis penas” y parece un resumen del estado de cosas: a nivel individual recuerda el sobrenombre de “maleza” que sus compañeros le habían puesto por su rostro con cicatrices de la viruela y la imagen física que tiene de sí misma al verse como “una garrapata”; y a nivel familiar las vicisitudes económicas. La técnica de descripción de sí misma es lo que se denomina


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UNA EXISTENCIA ENTRE DICHAS Y QUEBRANTOS “etopeya” o retrato moral que se construye, a través de todo el relato y que en la mayoría de los casos pone en evidencia una aproximación filosófica del universo, la manera en que se vincula el yo con el mundo. Pertenecen a esta etapa además los recuerdos de su madre Clarisa que cosía para mantener a la familia, las travesuras infantiles con sus hermanos y el reconocimiento de que “en casa hallaba consuelo” cuando jugaba con trapos y su madre le enseñara las primeras puntadas. También los momentos felices en el verano y los lugares de paseo con imágenes brillantes y cargadas de afecto, o recuerdos puntuales como las mesas familiares y su amor por la guitarra que desplaza el interés por la escuela: “Y empiezo a amar la guitarra y adonde siento una farra allí aprendo una canción”. Si bien lo dice como al pasar, éste no es un episodio anecdótico, sino que demuestra que su inclinación por la música y el canto se hallaba anclada en lo más profundo de su yo. Hay una referencia explícita a la historia de Chile en la descripción de los cambios políticos, económicos, las cesantías, la falta de libertad, persecuciones y matanzas del gobierno de Ibáñez al que la depresión económica lo convirtió finalmente en un régimen duro y represivo: “concédanme la ocasión para decir crudamente, que Ibáñez, el presidente, era tan cruel como el león” y lo responsabiliza de la pobreza en que se encontrarán por haber quedado su padre sin trabajo: “por causa del dictador entramos en la pobreza”. Como observadora insobornable de la realidad social recuerda esa época como el momento en que impera “la sinrazón” en su tierra. Una nueva etapa en su vida se abre con los versos “salí de mi casa un día para nunca retroceder...”: el horizonte de comprensión de la familia queda atrás, ahora ya nada es conocido, cuando a los quince años viaja a Santiago para encontrarse con su hermano, quien según sus propias

palabras se transformará en padre y madre a la vez. El relato se centra en la búsqueda de trabajo: “pido con mucho rigor mi derecho a trabajar, yo quería ganar mi pan...”. En la capital conoce a su primer marido, que en sus palabras “condenó a la Violeta por diez años de infierno”. En muy pocos versos condensa diez años de su vida, período en el que nacen sus hijos Isabel y Angel a quienes curiosamente no nombra en el relato. Recuerda su trabajo de cantante en un bar donde ganaba cuarenta pesos por semana y puede ver los problemas sociales de las grandes ciudades. El continuum del tiempo se fragmenta, y como si fuera otro capítulo, y sin mencionar su segundo matrimonio y el nacimiento de sus hijas Carmen Luisa y Rosita Clara, ni el inicio de sus investigaciones de la música popular chilena, evoca ahora el viaje a Polonia que hizo en 1952 en representación de su país. Aquí, el carácter de los recuerdos es más dinámico, dibuja el itinerario por tierra y por mar y desborda de entusiasmo cuando llega a Varsovia donde “todo está allí en armonía” creyendo encontrar la sociedad que ella había imaginado y la posibilidad del cambio tan anhelado para la humanidad. De allí, París, donde vive con otros chilenos hasta que es llamada desde L´Escale, momento de gran importancia para su futura carrera.

Las intensas emociones vividas en Europa, contrastan con su regreso a Chile donde “no encuentro ni la raíz, de un árbol que yo dejara...”. Los últimos versos de este período mencionan el encuentro con sus hijos después de dos años de ausencia, el nacimiento de una nieta, hecho que toma como recompensa por la muerte de su hija Rosa Clara. Podría decirse que aquí termina el relato, pues las últimas estrofas bien pueden ser leídas como una elegía a su hija fallecida. Cierran la autobiografía cuatro estrofas que llevan el título “Verso por confesión”, en las que se refiere abiertamente a la muerte de su hija y al dolor y remordimiento que le causa el hecho de no haber estado presente. Concluye el relato con el verso: “ha de quedar en la historia mi pena y mi sufrimiento”. La memoria evoca algo en ausencia por medio de un recuerdoimagen. Décimas es una extraña mezcla de presencias y ausencias. Violeta Parra utiliza fragmentos del recuerdo para elaborarlos en un relato, y organiza su autoinforme en torno a sucesos de gran significación para la reconstrucción de su imagen en el pasado. Se coloca frente a él y se reconoce y reconoce que en él se encuentra la matriz de su manera de concebir el mundo. Los relatos de Décimas, son el relato de su vida, y la re-presentación que hace de su propia existencia queda expresada en dos palabras: dichas y quebrantos. La experiencia prematura con el dolor la ha convertido en más sabia y madura, el llanto y el sufrimiento han moldeado y fortalecido su carácter: “... que no hay mejor noviciado que el llanto y el sufrimiento”. Al mismo tiempo, las penurias han sido la principal materia de su canto: “Celebro que fuera así, porque de una u otra manera, yo hubiera sido ternera sin leche que dar aquí.” Y el canto y la poesía han dado calma a los tormentos de su alma.


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Carlos M. Lema

Martín Heidegger

Violeta

UNA POETISA Y UN PENSADOR Allá a lo lejos en el monte, dos figuras se ven en la puerta de un ranchito, una es mujer y la otra, hombre, una poetiza y un pensador. Conversando en la puerta del rancho son los encargados de cuidar lo que hay en él y al rancho mismo. Hablan de lo mismo y no lo dicen igual, escuchemos como lo hacen: “Toco vihuela, improviso, compongo melodías, las noches las hago días pensando si lo preciso, buscando el oro macizo salgo volando al camino, y el versear “a lo divino” es oro de gran quilate…” “Lo que la cosa llega a ser, ocurre en el eslabón del reflejo-juego del mundo […] cuando resplandece el anillo al que se anilla el eslabón de la tierra y el cielo, las divinidades y los mortales en el anillo de su unión sencilla.”

¿

Cómo pueden cuidar estos vigías diciendo lo que dicen?. Para que esto se nos aclare, pensemos que nuestros cuidadores son como una especie de farol o de llamita que alumbra en la noche o,

mejor todavía, que son como un refusilo que destella y que hace de las noches días, en medio de la tormenta. Pero preguntas surgen de aquí: ¿Cómo

consiguen estas llamitas alumbrar y de que manera lo hace cada una?; además ¿Qué es lo que hay en el rancho y que reúne el ranchito mismo para que lo anden cuidando tanto?; pero, aún más importante: ¿de quien es aquel lugar, pues los vigías no son sus dueños? Ya hemos dicho nosotros como cuidan nuestros cuidadores. Lo hacen alumbrando, es decir, como si fuesen la luz que deja ver lo que hay en el rancho y lo que el rancho es. Pero cuidado, tengamos en cuenta que ellos no alumbran todo, sino que solo lo hacen en la medida en que cerca de la luz queda la oscuridad, no para andar escondiendo de mala gana algo, sino que para albergarlo y resguardarlo de los peligros que puedan haber allá en el monte. La manera en que alumbran es doble, pues la luz aunque es una sola, tiene dos dones que la caracterizan; por un lado brilla y por otro deja ver a través del reflejo o el destello. Y así es que la poetiza alumbra con su poesía brillante buscando el oro macizo y el pensador refleja o desvela el ocurrir de la cosa en el


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UNA POETIZA Y UN PENSADOR reflejo-juego del que habla. Pero, en definitiva, aquí no estamos hablando más que del sentido original de una palabra, Verdad ('á-ëÞèåéá / des-velar), la cual se comprende como el aclarar lo que se esconde dejándolo escondido; entendiéndola como un aclarar brillante o bello y como un aclarar reflejante o des-velador, propios del hacer de la poetiza y el pensador. ¿Y que es lo que se alumbra brillando y reflejando en el rancho? Ellos mismos lo mencionan: adentro del ranchito, los mortales tomando mate y jugando al truco, al lado de la salamandra, en donde la pava calienta, arrodillada en la tierra, la chinita reza a una estampita colorada del gauchito Gil (los divinos) por los difuntos que están enterrados ahí no más, en el fondo, entre de las papas y los rabanitos con sus cruces apuntadas hacia el cielo. Y eso es revelado por la poetiza y el pensador. Por ellos, el ranchito puede ser o mejor dicho, por lo que ellos dicen en su refusilar que brilla y refleja, el rancho permanece en la presencia. Animémonos y digamos más: aquel rancho no es más que el habla y la luz bella y desveladora que reúne a los que juegan al truco y a la chinita que le reza al gaucho Gil en la tierra, pero también a los difuntos con sus cruces apuntadas hacia el cielo. Pero, ¿a quien le hablan nuestros cuidadores? Digamos que al dueño del rancho, que también esta ahí, pero que se queda en lo oscuro, al resguardo de los que hacen brillar y desvelan. Pero, ¿por qué el dueño se mantiene en la oscuridad? Desde allí Él deja que aparezcan los otros que son ahí, en el rancho, y lo hace llamando a los vigías que responden al llamado del Dueño hablando o iluminando como el refusilo en medio de la tormenta. ¿Podemos decir entonces que el dueño del rancho les dio a los que allí habitan el lugar o, como se sabe decir hoy, su mundo?

Eso mismo es así, el dueño del ranchito es el que da, como el Destino y como el que esta en todo lo que aparece, escondido con el nombre que tiene desde hace tiempo y que no es más que Es.


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LA FUENTE DE (ES) LOLA MORA Nora León

Breve historia de su nacimiento La fuente de Las Nereidas fue inaugurada a las cuatro de la tarde del jueves 21 de Mayo de 1903. El emplazamiento original había sido proyectado para hacerse en la Plaza de Mayo, en reemplazo de la pirámide frente a la Catedral. Sin embargo, la pacatería de la época y sectores ligados a la Iglesia no hicieron posible dicho emplazamiento por considerar a la fuente “una obrita obscena” (Sesión del 6 de Junio de 1902 del Consejo Deliberante de la Ciudad de Buenos Aires). El nuevo lugar para su inauguración había sido posible gracias a la intervención de Bartolomé Mitre quien alentó la iniciativa de llevar la fuente a un lugar céntrico, desestimando otras zonas semi-urbanizadas como Mataderos y Parque de los Patricios. El lugar elegido finalmente fue en la intersección del Paseo de Julio y Cangallo (actuales Alem y Perón) a cuya inauguración concurrieron una multitud de curiosos y vecinos de la ciudad para aclamar a la escultora. Sin embargo, ese no sería su destino final. En 1918 se decide su traslado a un nuevo lugar, el que ocupa actualmente, en la Costanera Sur frente al Río de la Plata. Este traslado surge como parte del proyecto de remodelación y urbanización de esa parte de la ciudad a cargo de un especialista. Al respecto dirá la propia escultora en un texto publicado en su momento por Caras y Caretas: “Yo colaboré con el francés Forrestier, el encargado de la urbanización. Como siempre, tuvo que ser un extranjero quién nos

“La fuente sufriría las mismas intranquilidades que yo. Recorrería lugares. Peregrinará como una paria por el pensamiento pusilánime de funcionarios que nunca la vieron con buenos ojos y al igual que mi espíritu, esas Nereidas, mujeres-mitos de la libertad, sufrieron las fisuras propias del manoseo humano” Lola Mora.

diese órdenes hasta para emplazar un monumento en Buenos Aires”. La obra es concebida en Roma en su taller de la calle Lungo Tevere Prati y cotizada en 25.000 pesos. Le prometen pagarle 5.000 al inicio, 10.000 al ser pasado a yeso y los restantes 10.000 a su completa terminación. El presupuesto no incluye los gastos de embalaje y traslado desde Roma. “Recién 14 años después de la mudanza se me abonó cuatro mil pesos”. 1. Análisis de la obra La propuesta de Lola Mora era realizar un homenaje a la mujer argentina. Para ello se inspira en la mitología greco-romana tomando como motivo el nacimiento de Venus de la espuma del mar. Sin embargo, no se atiene estrictamente al mito e introduce algunas variantes. Venus aparece como una bella mujer en todo su esplendor, sostenida por dos Nereidas de pie, las cuales presentan rasgos de pez no desde la cintura hacia abajo sino sólo a partir de las

piernas. En la base tres Tritones emergiendo de las aguas intentan sostener a tres briosos caballos. El conjunto está diseñado de modo que la fuerza centrífuga nace del agua , de los caballos y de las figuras masculinas, se levanta casi perpendicularmente en las Nereidas y culmina mansa y serena en la figura de mujer que a su vez se inclina sobre las aguas. ¿Metáfora del mar? ¿De la bravura de las olas que al levantarse con furia se corona en blancura de espuma? No lo sabemos, pero no hay duda que desde la estructura de su composición cónica hasta en la técnica utilizada para el modelado original de la arcilla que dio base al monumento, Lola Mora es dueña de una sólida técnica heredada del modelado italiano y de una concepción escultórica basada en la solidez de la estructura del dibujo y de la forma.


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LOLA MORA: LA ESCULTURA COMO DESTINO

Nora León

“No se enrole. No se acople a camarillas, grupos, cenáculos o escuelas. Trabaje para usted y contra todos, pues no le quepa duda que todos han de trabajar contra usted”. Carta de Florencio Sánchez a Lola Mora ( Turín 1909).

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stas palabras tal vez premonitorias perfilan de algún modo lo que distinguió y sigue distinguiendo a Lola Mora a través del tiempo: su increíble capacidad de trabajo y su fidelidad a sí misma, su soledad. Abarcarla íntegramente como mujer-escultora es una tarea difícil y dolorosa. Por la complejidad de los avatares de su vida, por la época que le tocó vivir y por el olvido al que fue condenada. Aquí habría que detenerse un instante y pensar ¿por qué condenada? y ¿por quiénes? ¿Qué resultaba más ofensivo en la sociedad de su época, los desnudos monumentales y sensuales de sus obras? ¿O la decisión férrea de dedicarse por entero a la escultura? ¿Una mujer escultora? ¿Y sola? ¿Sin marido ni padres que le abrieran y le facilitaran el paso?. Por otra parte en sectores opuestos al liberalismo y al roquismo tampoco encontró cabida por razones diametralmente opuestas. Las mujeres anarquistas la acusan de ostentar una vida de opulencia, se servir a los intereses de una sociedad degradada. Para ellas, sus hermanas de género, Lola ha muerto. Para otros es una “desconocida aventurera de un arte para hombres”. Vestida con cómodas bombachas salteñas y boina vasca, a la usanza campera, iba a provocar el rechazo y el escándalo. ¿Acaso es posible trepar a un andamio o subir a una escalera con polleras y enaguas largas sin poner en riesgo la propia

vida?. Capaz de ganarse el sustento en las calles cercanas al Coliseo romano, malvendiendo por unas pocas monedas témperas y retratos a turistas de vacaciones, en momentos en que el gobierno le suspendía la beca. ¿Es ésta la imagen de una mujer calculadora y opulenta o es la actitud de alguien que a cualquier precio permanece fiel a su deseo? Lola Mora permaneció acaso indiferente a las modas de la época que orientaban a los

artistas nacionales a viajar a Paris y conectarse con el movimiento impresionista (Yrurtia es ejemplo de ello) y se mantuvo fiel a su formación clásica, a su concepto de estructura. ¿Podría pensarse que en el estilo no estuvo a la vanguardia, aunque tuvo más oficio de escultora que otros colegas suyos renombrados, y que a la vanguardia estuvo en la vida? Si quisiéramos indagar sobre su obra plástica nos encontraríamos con la


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¿sorpresa? de que la única colección que la incluye en sus fascículos es la del Centro Editor de América Latina en 1982 sin que a la fecha ese material haya sido reeditado. Cualquier desprevenido podría pensar que no es negocio la edición de obras referidas a nuestros artistas nacionales, ya que el negocio editorial está en manos del monopolio extranjero; sin embargo, el Banco Velox desde hace unos pocos años, a través de su fundación edita una colección de maestros del Arte Argentino. Asombrosamente Lola Mora no figura.¿Error? ¿Omisión?. La única mujer escultora de la generación del 80, la que está viva en sus obras dispersas por Buenos Aires y el resto del país no ha merecido una sola reedición de textos que la incluyan y la destaquen en el patrimonio artístico nacional. Lola Mora: investigadora, minera e ingeniera. Como si fuera poco su labor como escultora, Lola en 1920 perfecciona en un galpón de la calle Rincón un sistema de proyección de películas a plena luz del día. Este ensayo y acercamiento del cine al pueblo y a la gente le vale menciones en los diarios de época. La tienda Harrods inicia un ciclo de cine utilizando su proyector. Pero esta investigación pone en riesgo el rédito económico de los dueños de salas de cine y de las empresas cinematográficas y la empresa fracasa. En 1926 publica el artículo: “Combustibles: problema resuelto” en el cual propone obtener petróleo de los esquistos bituminosos de las montañas salteñas. Dedica parte de sus últimos años a la exploración de metales preciosos en la Quebrada del Toro y realiza cateos en la Puna. Escribe: “¿Sabía Ud. que he dejado el arte? Pero no la naturaleza. Asómbrese, me ocupo de petróleo, de minas de oro, de esquistos, aquí en las montañas de Salta. He estudiado el asunto con seriedad. Trabajo mucho, con esperanzas y alegrías; a pesar de la indiferencia criminal de nuestros gobiernos para la explotación de las riquezas del suelo. He perfeccionado un procedimiento para extraer y elaborar aceites lubricantes de los esquistos

bituminosos. No todo ha de ser poesía, aunque Ud. no sospeche la poesía que yo hallo en todo esto. Siento en mi laboratorio, entre mis aceites minerales, la misma emoción que sentía en mi taller de escultura…”. Comenta el periodista Soiza Reilly con motivo de un encuentro con ella en 1930 en Salta: “con sus cuadrillas de peones, vivió durante muchos años en las cumbres, durmiendo al aire libre (…) cuando estaba a punto de sacarle provecho a las piedras el capital se agotó. Recurrió al crédito. Los obreros (…) quisieron regresar. (…)La dejaron solita, en su carpa de Robinson, sin más compañía que su perro y la piedra salvaje”. En 1932 elaboró un proyecto de ingeniería con detalle de planos que denominó “Proyecto de subterráneo y galería subfluvial de acceso al Balneario

Municipal de Costanera”. El proyecto consistía en un túnel que comunicaría el Balneario Municipal con la Plaza de Mayo. También, en esto fracasó. Sólo una mujer del talento y la capacidad de trabajo de Lola Mora pudo haber pensado y diseñado semejantes obras y emprendimientos. Sin embargo, no se la conoce por ninguna de estas iniciativas. Ella es famosa sólo por su Fuente, aunque su obra magnífica y con los años más sólida nos sorprenda dispersa frente al Congreso, en los Jardines del Zoológico, en la Casita de Tucumán, en la iglesia cordobesa de Santo Domingo. Y son y serán sus obras las que tengan la última palabra.


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Shila Petroni

Torcida como estaba

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n la penumbra del enorme cuarto, oyó los ruidos, metal contra metal, del paño que se descorría en el techo inclinado de grandes vidrios. Una suave luz entró poco a poco, a medida que el día iba naciendo. Torcida como estaba, le era difícil mirar a su alrededor, pero percibió el movimiento y el olor de quien andaba por ahí, trashumando y con un respirar de fuelle. Después, más allá de unos telones, el ruido de metal contra taza y la blandura del perfume del café. Torcida como estaba, vio los pies ligeros, con medias blancas muy nítidas sobre el ladrillo del piso y las puntillas sucias, con pelusas grises enruladas. Torcida como estaba, sintió, de pronto, esos dedos que le recorrían los pies y las pantorrillas y las rodillas y los muslos, aleteando en las formas. La bocanada del humo del tabaco la envolvió, Y ella justo alcanzó a paladearla, cuando sintió que las manos ya no estaban... El vacío le ocupó todo: el cuerpo, la tierra y el cosmos. Un desnudo absoluto, más que el de la piel vibrante, que el de las formas endurecidas de anhelo y más feroz que el desconsuelo que le cupo. Torcida como estaba, pudo ver que la puerta del fondo se había abierto unos centímetros, para dejar entrar unos zapatos brillantes y unas polainas blanquísimas que llegaron justo acá y se juntaron a las puntillas y las medias. El ruido de los besos le sublevó, otra vez, las formas y quiso

gemir, de ayuno. Torcida como estaba, pudo oírlos, claramente. Había un silencio que les daba eco y una luz difusa que caía del cielo de cristales, mientras el día nacía. Vio rodar un sombrero de copa, negro y caer, blandamente, una chalina de seda blanca. Con los ojos entrecerrados, vio que los pies se arrastraban zapatos hacia adelante, medias hacia atrás, hasta ese diván ancho, incómodo y mugriento de pana azul oscura, que solía aupar otros cuerpos entumecidos, ahora vuelto nido furtivo. Silencio. Vacío.Apagarse...

Torcida como estaba, obligada a testimoniar ese amor y este dolor que le trepaba, quiso escapar, pero solo pudo cerrarse. Tambaleó, aferrada a los pocos trapos que los dedos leves le habían otorgado... Se adormeció cuando ellos se aquietaron... Entumecimiento y reposo. La despertó el relámpago de una voz salida de quicio, que venía de más allá de la puerta, en oleadas de furia, rencor y despecho, mientras se oía caer las piezas de yeso y los pedestales, las roturas de vidrios y los golpes de las puertas zamarreadas por


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Torcida como estaba una tormenta de verano: - ¡P...! ¡Rep...! ¡Hija de mil p..., me las vas a pagar...! Torcida como estaba, vio entrar en el enorme cuarto en penumbra, una pollera negra, de gran envergadura. De tanto estar torcida, supo que quien entraba traía los ruidos y el llanto, pero también traía una sombra, cosida al ruedo que barría los ladrillos del piso y cocida en una sopa anterior a su propio destino... -¿Dónde están...? -el alarido no parecía humano, rebotaba en las paredes siempre tan blancas y tan alejadas de la vida cotidiana- ¡Carajo...! ¿Dónde están la p... ésa y mi marido...? Torcida como estaba, y asustada, vio deshacerse a sus pies, una mano de terracota, un torso de yeso, una cabeza de Afrodita soñada en cerámica verde, un c... de arcilla oscura, unas lavanderas de porcelana que reventaron como sal gruesa. Y en el huracán de su pasión rabiosa, el guante negro de la intrusa blandía la sombrilla, negra de afrenta, como si fuera una lanza huinca, que pasaba una y otra vez bajo esos ojos, para limpiar mi vida de tus p... inmundicias. Ojos entrecerrados de pavor, cómo huir, torcida como estaba y aferrada. Ultimo alarido: -¡Acá no te queremos, ladrona! ¡Acá somos decentes...! ¡Arrastrada...! ¡Artista...!¡Esta ciudad es de Dios!...¡Hereje...! Portazo. Silencio. De a poco, llega la noche, un bálsamo sobre tantas heridas y los pies con medias blancas pero sucias, entran sigilosos, y las puntillas van contoneando los pedazos esparcidos, con llanto de lágrimas que caen, caen, caen. Algunas estrellas asomadas al cielo de cristales. Y la oscuridad, afuera y adentro. Torcida como estaba, y aterida, al día siguiente oyó los ruidos metal sobre metal del paño que se descorría. Pero, no era en el techo. El cielo entero entraba con su luz y el paño la estaba cubriendo, qué felicidad, un calor tibio cubriéndole las desnudeces. Alcanzó a ver los pies de varios hombres y se sintió alzada y transportada. El chorro de sol le llegó a través del paño, pero no vio nada. Escuchaba órdenes y gritos de niños y sentía palmaditas contra sus formas y oyó, distinta y clara, la voz ronca de los pies

ligeros, metidos ahora en unos botines pequeños, llenos de cintas y moños. Sonaba imperiosa al aire libre. Y triunfante... Torcida como estaba, y expectante, sintió que la llevaban. Más tarde, le cruzaron unas sogas y la izaron. Inmóvil más allá de sí, ahogó los latidos hasta que se sintió depositada con suavidad. Envuelta en el paño, quiso ver en dónde estaba, pero sólo escuchaba órdenes, susurros, gente que la rondaba.Atardecía. La sacó del sueño abrigado, una fanfarria,

un arrastrar de sillas, multitud de pasos, crujido del pedregullo. Y el rumor del agua... ¿Un mar? ¿Un lago? ¿Una laguna, acaso?... Un olor de líquido fluyente, inconmensurable, un cielo puesto acá abajo...Y más cerca, casi a los pies, un goteo persistente, un encaje de gotas que la están rociando, aunque el paño aún la cubre... Se hace un hueco de silencio. Se acalla la fanfarria y el ruido del


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Torcida como estaba pedregullo. Más atrás, un llanto de niño acurrucado contra un pecho...Silencio... Una voz habla. Aplausos. Pocos. Unos pasos se acercan...Silencio... To r c i d a c o m o e s t a b a , y deprevenida, el tirón del paño la sorprendió. El sol la deslumbró y un refilón de luz plateada del mar de agua le dió en los ojos entrecerrados y la cegó... El encaje de gotitas golpeándole las formas la hace tiritar, imperceptiblemente, mientras ve a sus pies, peces rojos nadando en el fondo de la fuente que la sostiene, arriba... Por el rabillo ve los zapatos lustrosos y las polainas que conoce tan bien y, a su lado, el ruedo negro y la punta de la sombrilla negra, trazando cruces en las piedritas. No están las medias ni los botines pequeños de quien le tamborillea en las formas, con la levedad de las mariposas o las luciérnagas. Un raro silencio la circunda. Oye las sillas que se corren y ve alguna manito que se acerca a tocar el agua y a pescar un chorrito que salpique, pero hay como copos de algodón en sus oídos y percibe que todos se están yendo. Susurros enojados, medias palabras de reproche lanzadas a alguien que está por ahí, ella no sabe dónde...Una voz, más indignada que otras, arrastra al niño, brusca. Enseguida, los zapatos con polainas y el ruedo de la falda negra, sombrilla a un lado, se alejan quién escoltando a quién, cómo evitar un acercamiento peligroso, yo a vos te conozco, mirála la mosquita muerta, calláte, querés, no entendés nada, un día de éstos... Una espalda se acerca por detrás y ese cuerpo se sienta cerca de ella que, torcida como estaba, de pronto, reconoce los pies pequeños y los dedos de una mano que se hunden en el agua y la acarician... La espalda esta derecha y firme. No se mueve. Solo los dedos en el agua conocen su dolor. To r c i d a c o m o e s t a b a , y enternecida, un agobio de ternura le desborda los ojos entrecerrados,

pero no llega a la otra. Ensaya, entonces, un retorcimiento de las formas, a ver si puede expresarle cuánto la quiere. Pero no puede. Torcida como está, e inclinada, la vida le brota lágrimas que se confunden con el encaje que llueve sobre su mármol. Torcida como está, puja por estirarse y siente el golpe en la nuca. Y otro en los riñones y otro en las rodillas. Torcida como está, pero tranquila, conserva el equilibrio y resiste los golpes. Golpe tras golpe, torcida como está, resiste y resistirá vientos, tempestades, lluvia y revoluciones. - Moríte, moríte. La sombra de la sombrilla cae a sus pies y flota, en redondo, cuando la pollera grande y negra y el sombrero con plisados y puntillas negros y los guantes negros caen con un grito sordo, aferrados al borde de la

fuente, detenido el corazón en medio de su furia. La que se roba el corazón de los hombres, la Lola de los pies pequeños, se ha marchado, despacio, despacio, la espalda derecha y firme, a adornar esta ciudad con sus sueños. Metal contra metal, el paño de su taller se corre en el techo de vidrios inclinados. Es tiempo de iniciar el parto de los caballos... Torcida como está y solitaria, escucha un pájaro que canta, sobre la costanera...


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Rosario Galarza Fotografía: Clara I. Raschi

Crónica de El Cairo

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legir un buen café es todo un arte, entre todos los existentes hay que reconocer a ése, que propondrá una manera de estar única e irrepetible. Esta elección, no excluyente, dará la prioridad a uno solo; habilitándolo a hociquear su juventud y madurez con la prudencia y el recato del mejor amigo. No existe distancia que justifique una traición cuando uno ha elegido “su” café. Hace años que

vivo en la Córdoba Mediterránea, sin embargo, siempre regreso a "La Puerto Rico". En enero fuimos con mi hija Clara, a dar un paseo por Rosario. Sabíamos perfectamente cuál era el primer lugar para visitar. “¿Dónde queda “El Cairo”? preguntamos en la Oficina de Informes de la Terminal. Un muchacho nos juno entre pícaro y cómplice: "El Cairo es el lugar exacto por donde empezar a conocer Rosario". Llegamos a la mítica esquina de Santa Fe y Sarmiento. "El Cairo" no era por cierto aquello que habíamos imaginado. Precisamente su historia, a la que fuimos adentrándonos de a poco, nos reveló un espacio dialéctico y nos hizo jugar con toponimias y relieves: sus inicios en 1943;

su decadencia y repliegue por "descolado mueble viejo" en los noventa; su cierre absurdo y purificador incendio para resurgir a un mismo tiempo, en una Rosario más progresista y cosmopolita a las puertas del Siglo XXI. Eran los días de celebración del Tercer Congreso Internacional de la Lengua, momento en que su implacable correligionario, el "Negro" Fontanarrosa, disertara sobre "Las Malas Palabras". Precisamente él, que evaluaría los efectos de La Globalización sobre nuestra mancillada lengua. Cabría preguntarnos ahora ¿qué valor adquiere su mensaje para la inexpugnable tríada: palabras/cosas/


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Crónica de El Cairo respondió Clara. Ahora, viendo las fotos recreo la mesa de Los Galanes. Veo una mesa que cabalga sobre dos pares de piernas de mujer, calzada con botas. ¿Símil de la provincia que los vio nacer? ¿Venganza por el retraso con que las mujeres entramos en la historia, en su historia? Pienso que el "Negro" a esta altura ya la sabe lunga. No va a preocuparse por ello, menos él que fue agraciado y prohijado desde la cuna por una "cascada femenina".

experiencias?. “Obviamente, esos cambios de lenguaje han influido en nuestras costumbres, han cambiado nuestro aspecto, que ahora es mucho más moderno y elegante, es decir, más fashion”. Quiso la suerte que pasáramos frente al escenario vacío del salón principal en el preciso instante en el que dos hombres ingresaban con un gran bulto cubierto por un paño. Al toque, un parroquiano con cara de “socio pleno” se acercó a ellos y los condujo hacia el nuevo mostrador ubicado cual panóptico foucaultiano. Allí descubrieron la misteriosa carga: una amplia mesa cubierta de fotos, surcada por colores canallas y leprosos: La famosa “Mesa de los Galanes”. Aquella que inspirara por más de treinta años al “Negro” Fontanarrosa, la que compartiría ampliamente con compañeros, artistas y oportunistas. Una vez entronizada y que los trabajadores y el parroquiano receloso -con cara de derechos adquiridos- despejaran el área, Clara comenzó a capturar con su cámara los distintos ángulos del hallazgo. -¿Y esas patas? - interrogué. -Tienen forma de mujer -


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Nuestro exorcista comprobado, de armarse de sus propios medios de comunicación, fundó la mítica Agencia Clandestina de Noticias (ANCLA), rodeado por el terror y la opresión impuestos por la dictadura oligárquica-militar”. Pero, Walsh no fue sólo un valiente informador. Esa nota de Giuliani comienza así: “Cuando hace treinta años una patota de la ESMA lo acribilló a balazos en el barrio porteño de San Cristóbal, Rodolfo Jorge Walsh era “Neurus”, jefe de Inteligencia de Montoneros”. El dato revela que ser periodista no le impedía ser militante, sino todo lo contrario. Hoy periodismo y militancia están escindidos y en el mejor de los casos el sentido común que campea en las empresas periodísticas recomienda la neutralidad. El periodista con militancia sindical, social o genuinamente política carga con una suerte de estigma infamante. Incluso el periodista que le añade a su trabajo una impronta ideológica, lo que no está para nada reñido con la rigurosidad y la honestidad, también sufre la censura y la discriminación. El periodismo actual está lleno de demonios menos visibles que los que acechaban a Rodolfo Walsh, pero que si te descuidás te roban el alma. El trabajador de prensa que investiga se ve acosado por la persecución judicial, el silenciamiento por parte de la empresa, sea por decisión propia o de un anunciante que presiona con el retiro de la pauta publicitaria, la restricción de su acceso a la información o a fuentes oficiales; y también por otros demonios disfrazados de sirenas, como la seducción a través de regalos, viajes, fiestas, almuerzos de trabajo (dejo afuera a los que directamente reciben sobresueldos de otros patrones ocultos). El ejemplo de Walsh sirve para exorcizar esos demonios. Porque el periodista que se capacita y trabaja con rigurosidad, el que cree en la defensa colectiva de sus derechos laborales y profesionales, el que ejerce una permanente vigilancia

ética de su tarea, está más fortalecido para resistir la censura y pelear por su libre expresión. Y fundamentalmente el mensaje político de la obra de Rodolfo Walsh lo convierte en el mejor exorcista de la llamada “teoría de los dos demonios”, aquella idea que equipara el terrorismo de Estado a la violencia revolucionaria, plasmada lamentablemente en el prólogo del informe “Nunca Más” de la Conadep, donde Ernesto Sábato afirma: “Durante la década del 70 la Argentina fue convulsionada por un terror que provenía tanto desde la extrema derecha como de la extrema izquierda”. En la mayoría de sus investigaciones, pero sobre todo en la Carta Abierta que le costó la vida describe las dimensiones, la modalidad y los responsables directos e indirectos, pero sobre todo el objetivo político de la violencia represiva. Ese texto es el mejor antídoto contra la teoría de los dos demonios, tan cara al periodismo actual y tan útil para zafar de decir verdades incómodas, y no sólo las relativas a la década del 70. Por todo esto, como dijo su biógrafo Eduardo Jozami en un homenaje que se le hizo a Rodolfo en la Biblioteca Nacional, “Walsh acompaña hoy todo intento por construir una Argentina con justicia para todos, el mismo objetivo irrenunciable por el que entregó su vida”.


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Nuestro exorcista

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ábado 24 de marzo de 2007. Mediodía. Ex campo de concentración de La Perla. León Gieco canta La Memoria, encara el verso que dice “dignidad de Rodolfo Walsh” y la multitud estalla -estallamos- en una ovación y un brote colectivo de pieles de gallina y lágrimas que se confunden con la lluvia. ¿De quién es ese nombre que despierta tanta devoción? ¿Quién es ese muerto que engendra tanta vida? Seguramente, él se sentiría incomprendido o se volvería a morir pero de risa si lo convirtiéramos en un bronce, en una figura de cera, o en una estampita religiosa. Pero, debo confesar algo que suele ocurrirme. Cuando tengo miedo, pienso en él. Cuando me acosan los problemas económicos, pienso en él. Cuando envidio el éxito fácil de algunos, pienso en él. Cuando sufro crisis vocacionales, pienso en él. Cuando me siento viejo, pienso en él. Cuando me tienta la soberbia, pienso en él. Y hasta cuando me asalta el terror a la página en blanco, pienso en él. Walsh es o funciona en mi vida -y creo que en la de muchos- como un amuleto, como un exorcista de los demonios que amenazan y a veces toman posesión de una profesión con un profundo sentido social y como tal atravesada por el poder. Un año después del golpe de Estado que inauguró la dictadura más criminal de nuestra historia, Walsh publicó su Carta Abierta a la Junta Militar, donde desnudaba el terrorismo de Estado e informaba que “quince mil desaparecidos, diez mil presos, cuatro mil muertos, decenas de miles de desterrados son la cifra desnuda de ese terror”. Quince mil es exactamente la mitad de la cifra total de desaparecidos que dejó la dictadura en los siete años y medio que duró. También, revelaba Walsh en esa Carta que el terrorismo de Estado tenía como correlato una

El recuerdo de Rodolfo Walsh funciona como un amuleto, como un exorcismo de los demonios que amenazan y a veces toman posesión de una profesión con un profundo sentido social y como tal atravesada por el poder.

política económica que “sólo reconoce como beneficiarios a la vieja oligarquía ganadera, la nueva oligarquía especuladora y un grupo selecto de monopolios internacionales”. En medio de la censura explícita, la desinformación y la persecución, y con las limitaciones técnicas de la época, Walsh se las arregló para investigar y denunciar que en 1976, el año más duro de la dictadura, ya habían asesinado a la mitad de sus víctimas totales. Y por qué las habían asesinado. Walsh envió su carta el 24 de marzo de 1977, día del primer aniversario del golpe. Al día siguiente lo mataron. O sea, lo mataron en definitiva por la misma razón que hoy en nuestro país mueren cien niños por día a raíz de causas evitables. Justamente, una vez le pregunté a Patricia Walsh qué cosas escribiría su padre si

Alexis Oliva

viviera nuestros días. “Creo que escribiría sobre deuda externa, lavado de dinero, concentración de grupos económicos, distribución de la riqueza en la Argentina...”, conjeturó. -¿Sería un periodista “exitoso” si viviera hoy? -Mi viejo nunca tuvo un mango dijo Patricia entre risas-, porque no quiso tenerlo. Porque tener un mango hubiera significado aceptar cosas que le ofrecían muy insistentemente en la década del 60 y del 70, como ser jefe de redacción o director de alguna publicación que estuviera colaborando con el régimen de turno. Como nunca aceptó tener ese nivel de colaboración, siempre fue lo que se llama un periodista independiente, un periodista por la suya. El resultado fue que vivió siempre muy pobremente. Vivió pobre en dinero y pobre también de la fama superficial que suele ser el canto de sirena de nuestra profesión. Pero, en el poema donde enumeraba “Las cosas que amo”, declaraba: “Amo el oscuro trabajo que hago”. Una frase que trasunta la idea de que el periodismo es un oficio que se ejerce desde las sombras y no bajo las luces de las vidrieras mediáticas. Porque sólo desde las sombras se puede arrojar luz sobre lo que se debe revelar (eso que alguien quiere que no se sepa, como dice Horacio Verbitsky). Así de paradójico, así de indirectamente proporcional. Juan Carlos Giuliani, secretario de Comunicación de la CTA y de Organización del Cispren, escribió en una nota titulada “Un imprescindible”: “Además de ser un ejemplo de ética del compromiso, fue un adelantado. Cuando a nadie se le ocurría poner en tela de juicio a la prensa del régimen y detectar la necesidad que tiene el campo popular, como hoy está harto Pasa página 95 ISSN: 1669-0133 ISSN:1851-2976 (en línea)


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