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Mujer Inocente
Iii

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Me dirigí a casa de Agnes a toda prisa, quería ver cómo estaba después de lo ocurrido con su hija, ella fue una de mis compañeras en la universidad y de los pocos con los que llegué a socializar, aparte de que siempre he tenido sentimientos románticos por ella, pero el destino no nos quiso juntos, ella se casó con otro hombre y llegaron a tener una hija, si hubiera sido más valiente para hablarle de mis sentimientos puede que mi historia con ella hubiese sido diferente. Llego a casa de Agnes, llamo a la puerta varias veces pero nadie reponde, después de varios minutos dejo de insistir e iba a comienzar mi camino de regreso cuando la veo llegar, estaba toda vestida de negro.¡Pero claro, que torpe soy! ella acababa de salir del velorio de Marit, no lo pensé y me devolví donde ella.


-Agnes, cuanto tiempo-
-¿Antton? no esperaba verte por estos lugares ¿Qué haces aquí?- Me dice con los ojos rojos de tanto llorar.
-Hacia una importante compra-
-Café, supongo-

-¡Qué comes que adivinas!-
-Te conozco lo suficiente, además, puedo ver lo que llevas en tu bolsa-
-Jaja, sigues igual a como te conocí en la universidad-
-No me hagas reír, ¿gustas pasar? te invito a una taza de café-
-Pero claro, como decirle no a un caféEntré y la empecé a observar más detalladamente, ya no se veía como la desnutrida niñita de la universidad, ahora todo su ser había cambiado por completo, traía un vestido negro que dejaba ver sus bellas y largas piernas, sus hermosos ojos azules resplandecían como el zafiro más brillante, su cabello largo hasta la cintura, tan negro como la noche más oscura y tan brillante como el pelaje de una pantera negra bien alimentada, labios rojos como la sangre y tan delicados como el pétalo de una rosa, su flacuchento cuerpo ahora era esbelto y con curvas bien definidas, en fin, era otra o al menos físicamente, y a mi vista no le disgustaba. Mientras tomaba mi café comencé la conversación.

-Lamento lo de tu hijaElla no dice nada y solo asiente mientras tiene la mirada baja. No quería que el ambiente fuera incómodo así que cambio el tema.
-¿Y qué hay de Tom?-Él se fue hace más de dos meses con otra mujer¡Carajo! No quería echarle más sal a la herida…


-Maldito, como pudo dejarte-
-Está bien, de cualquier forma la relación entre nosotros murió hace mucho, llevaba años engañándome y yo ya no lo amaba, si no nos divorciamos antes fue por Marit y ahora con su muerte… estoy completamente sola…-
-Discutimos respecto a su padre, ella lo quería mucho… quería irse a vivir con él, furiosa sale corriendo de la casa por la mañana, yo me preocupé, tenía un mal presentimiento y fui a reportarla, ¡pero esos estúpidos policías no harían nada hasta que pasaran setenta y dos horas! ¡malditos inútiles!- reventó en llanto, la calmé y
-Por favor no te culpes, ella solo vio lo bueno de su padre y no fue consciente de lo mal que te hizo sentir, y nadie se espero que un animal salvaje super peligroso apareciese en el tranquilo bosque de Canterlot y se la cenaria- Definitivamente consolar no es lo mío, tragame tierra…



-Si no fueras tú ya te habría echado de mi casa, pero se que intentas consolarme a tu manera, nunca fuiste muy social… así que no digas nada más y solo hazme compañia…-Obedientemente cierro la boca y me siento a su lado mientras seguía bebiendo mi café.
-Gracias Antton- Agnes apoya su cabeza en mi hombro y llora silenciosamente.
Después de unas horas de varias tazas de café y palmaditas en el hombro rompo el silencio
-Me debo ir antes de que se haga más tarde-
-Siempre te vas cuando acabas tu café, no has cambiado nada Antton , y gracias por la visita- Tomo mi bolsa y ella me acompaña hasta la puerta.
-Sabes que me agrada tu compañía, también puedes venir a verme en el bosque, la vida de un escritor como yo es muy tranquila, una visita tuy… ¡digo! recibir una visita de vez en cuando no estaría mal, fue un placer verte- Sutil es mi segundo nombre.
-Jeje tal vez te haga una visita algún día, cuídate- Me da un beso en la mejilla y cierra la puerta.
Varios segundos después despierto de mi felicidad interior y voy caminoa casa.

