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Legendaria Ediciones, una nueva casa para el género

La fantasía y los estudios sobre Tolkien tienen un nuevo hogar. Se trata de Legendaria Ediciones, sello perteneciente al grupo editorial Entreacacias. El grupo, nacido en 2008, ha publicado más de 1.500 obras y cuenta con distribución en decenas de países de todo el mundo, especialmente de Europa (España, Portugal, Reino Unido, Alemania, Francia, Italia y Suecia, principalmente) y América (México, Colombia, Argentina, Uruguay, Perú, Bolivia, Chile, Ecuador, EEUU…). Legendaria Ediciones es el sello especializado en literatura fantástica que nace de la convicción de que aún hay mucho que decir de las grandes obras de fantasía, que son mucho más que cuentos y que ahora son más necesarios que nunca. Legendaria invita a los lectores a “conocer a los autores de los mundos mágicos más importantes, viajar por tierras legendarias y descubrir todos sus rincones.” Dentro de su catálogo cuentan con dos líneas de publicaciones que siguen esta línea editorial. En primer lugar, nos encontramos con su colección de Literatura Fantástica que bajo el lema de “Mundos a los que siempre volvemos y nuevos aún por descubrir” agrupa tanto a clásicos fundacionales del género como a nuevas plumas. Acá nos encontramos con títulos como El extraño misterioso de Karl von Wachsmann, Leyendas de Gustavo Adolfo Bécquer, La leyenda del jinete sin cabeza de Washington Irving y Rayos de un sol quebrado de Martin Simonson; solo por mencionar algunos títulos. La segunda colección de la editorial lleva por título Ensayos sobre literatura fantástica e invita a los lectores a “Redescubrir sus historias favoritas bajo un nuevo prisma.” La colección cuenta con dos líneas temáticas. La primera aborda temas referentes al fantástico en general e incluye títulos como De hombres y otros monstruos de Martin Simonson y Escrito por brujas de Antonio Ballesteros González. La segunda línea es de nuestro especial interés, pues en ella brilla Tolkien como tema de las obras publicadas. A hoy, estos son los títulos publicados en esta colección que tienen a Tolkien como tema principal: Tolkien, la Tradición y la Tierra Media (Martin Simonson, 2022)

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La presente colección contiene once ensayos sobre Tolkien y su legendarium, que tratan sobre asuntos tan variados como los vínculos entre la Tierra Media y los textos antiguos que la inspiraban, la poesía de la Gran Guerra, el trascendentalismo norteamericano, la idea del -coraje del Norte-, los acontecimientos históricos del siglo XX, y la peculiar relación entre Tolkien y los árboles. El tema que los une es la tradición. Adoptando un enfoque de literatura comparada, Simonson plantea la tradición de Tolkien de dos maneras: por un lado, las tradiciones culturales, mitológicas y narrativas de nuestro mundo real; los géneros literarios y pensamientos filosóficos del pasado que Tolkien integró y entretejió con efectos deslumbrantes en su propia obra. Por otro lado, la tradición intra-histórica en el legendarium de Tolkien, o de qué modo los relatos mitológicos y las leyendas de la Edad de

los Árboles y la Primera Edad quedan reflejados en épocas y obras posteriores situadas en la Tierra Media. J.R.R. Tolkien: Historia, Leyenda, Mito (Eduardo Segura, 2021)

La mitología inventada por J.R.R. Tolkien posee una cualidad intrínseca que la diferencia de otros mundos imaginarios: es profundamente verosímil. Tal coherencia hunde las raíces de su credibilidad última en los idiomas ideados por el autor desde sus años universitarios en Oxford. Pero hay algo incluso más profundo. El modo en que historia, leyenda y mito se funden en una síntesis luminosa, profundamente deseable, procede de algo que el propio Tolkien afirma en su ensayo «Sobre los cuentos de hadas»: que esas tres realidades están hechas de la misma materia, la verdad. Al proceso de imitación de esa verdad el autor lo llamó subcreación, la capacidad que el artista posee para otorgar a sus obras una profunda semejanza con el obrar creativo que es prebenda única de Dios. Eduardo Segura ha dedicado muchos años al estudio de la esencia del legendarium tolkieniano. En esa búsqueda ha encontrado una filosofía tan sólida como sugerente que cuestiona, tanto por la vía teórica como mediante la praxis artística, la validez de los preceptos empíricos como único modelo desde el que comprender nuestro mundo. La esencia de lo que llamamos «realidad» -a falta de una palabra más precisa-, resulta más comprensible en y a través del espejo del mito. Esta colección de ensayos contiene una explicación detallada de las claves que permiten entender más profundamente los logros literarios de uno de los escritores más importantes y peor comprendidos del siglo XX. De Beowulf a Bombadil (Martin Simonson, 2022)

El poder de la naturaleza ha sido un rasgo definitorio de la identidad humana a lo largo de la historia de todas las civilizaciones. Este ensayo se centra en la rica y sugerente tradición de la literatura fantástica británica de diferentes épocas. Las obras analizadas, entre ellas Beowulf, Sir Gawain y el Caballero Verde, El monje, La fuente del fin del mundo, la literatura infantil y de terror de las épocas victoriana y eduardiana, y la obra de J.R.R. Tolkien, sirven para mostrarnos cómo estas tradiciones narrativas han conservado un hilo conductor en su representación de la naturaleza: el del mundo natural como zona liminar, un lugar en el que tanto los personajes como los lectores se ven obligados a redefinir su propia relación con el entorno en el umbral de una realidad mítica y sobrenatural. Tolkien y el derecho a la fantasía (Alexis Louvet, 2022) Apostillas al poema «Mitopoeia» y otros ensayos sobre la obra de J. R. R. Tolkien. «Mitopoeia» de J.R.R. Tolkien es un poema sobre el arte subcreador, sobre el sentido de la «obsesión» humana por crear mitos. Una defensa de la

fantasía poética contra la visión materialista y nihilista del mundo. Puede considerarse el compendio de la teoría poética y la visión filosófico-teológica de su autor. Las apostillas a dicho poema que se presentan en este volumen intentan ser una aproximación a sus profundos tesoros. Las complementan algunos breves ensayos sobre otras obras de Tolkien. Historia de Númenor y la Tierra Media de la Segunda Edad (Martin Simonson & Bernard Torelló, 2022) En el legendarium de Tolkien no existe una obra que abarque todos los sucesos, personajes y lugares importantes de la Segunda Edad. Para hacerse una idea general de esta época, hasta ahora los lectores han tenido que recurrir a distintos relatos, casi siempre inacabados, dentro de muchos libros diferentes. En esta Historia de Númenor y la Tierra Media de la Segunda Edad, dos expertos en Tolkien —el investigador y traductor Martin Simonson y el novelista y divulgador Bernard Torelló (también conocido como Kai47)— unen sus fuerzas para explicar la Edad entera en una sola obra. A través de una sugerente y detallada crónica que abarca más de tres mil años, desde la fundación de Númenor y los Puertos Grises hasta la derrota de Sauron en la Guerra de la Última Alianza, la presente Historia recoge y comenta todo lo que Tolkien dijo sobre Númenor y la Tierra Media en esta fascinante época. El libro contiene más de sesenta ilustraciones (la gran mayoría en color) con motivos de la Segunda Edad, realizadas por reconocidos artistas internacionales, entre ellos Anke Eissmann y Christopher Rådlund. Además, cuenta con seis detallados mapas a color; una gran cantidad de tablas informativas acerca de las más variadas curiosidades de la Edad; cronologías completas y un diccionario original que recoge todos los términos relativos a la cultura númenóreana. Legendaria Ediciones es un espacio con una

fuerte vocación por encontrar un equilibrio entre el rigor y la accesibilidad, apostando siempre por ediciones cuidadas y avaladas por especialistas en la materia. Además, exhibe lo prolífico que son la fantasía y el campo de los estudios Tolkienianos y que llama a todos los lectores que disfrutan del género a reencontrarse con obras clásicas, descubrir nuevas voces y visitar sus obras favoritas desde otros puntos de vista. Muy seguramente, de seguir así, Legendaria se convertirá en un referente a nivel internacional para el género. En los próximos meses veremos nuevos títulos que explorarán temas como los viajes del joven Tolkien, la filosofía del lenguaje y la condición humana de Tolkien y C.S. Lewis, una novela satírica sobre el mundo de las adaptaciones de Tolkien, una nueva edición ilustrada de Beowulf y el dragón, un ensayo sobre los problemas del progreso en Tolkien y Ursula K. Le Guin. Hay Legendaria para rato y para todos los gustos.q

El mundo estaba habitado por elfos, orcos, Ents, criaturas que ya no vemos ni recordamos. En el mundo había algo más que nosotros y nuestra mirada era mítica. Pero todo cambió, el positivismo científico y la razón como única fuente de conocimiento, hicieron que la visión del ser humano se automatizara y el mundo se despobló de lo mágico, quedando una realidad solo de hombres. Esto lo vivió Tolkien, quien como respuesta, sub-creó una mitología. La Tierra Media puede parecer un mundo distinto al nuestro, pero es la misma tierra en un pasado remoto. Podemos decir que la obra de Tolkien nos muestra y nos recuerda ese pasado, el cual nos enseña parte de cómo llegamos a ser lo que somos. Además, la obra de Tolkien enseña el mundo desde sus orígenes, mostrando cómo, con el tiempo, se desarrolla el mundo y cómo éste se desmitifica, hasta llegar a un mundo de hombres. El despoblamiento del mundo y la remitificación que hace Tolkien a través de la mirada humana, al traer a la presencia y a la memoria aquello olvidado, será tratado en este ensayo. En los textos ocurre una desmitificación y re-mitificación a través de la palabra y en la palabra, la cual construye memoria y mundo. La obra, al interpelar al lector, es un medio para volver al mito.

Primero, se dará una definición de mito y algunos conceptos relacionados. Segundo, se abordará la desmitificación desde la relación de los seres humanos con los elfos. Tercero, la re-mitificación del mundo en Tolkien.

El mito según Tolkien:

El mito, su definición, es contingente y se relaciona con el contexto y la historia personal de quien define. Por esto, definir el mito basándonos en la propuesta de Tolkien es acertado y nos permitirá entender su obra como mito. Para Tolkien el mito es Palabra que nombra y trae a la presencia, que da ser a las cosas. El mundo toma forma cuando es mirado y nombrado por el ser humano. Arda se origina en la música y la palabra:

dijo Ilúvatar: —Del tema que os he comunicado, quiero ahora que hagáis, juntos y en armonía, una Gran Música. Y como os he inflamado con la

Llama Imperecedera, mostraréis vuestros poderes en el adorno de este tema mismo, cada cual con sus propios pensamientos y recursos, si así le place. (...) será de mi agrado que por medio de vosotros una gran belleza despierte en canción (Tolkien, El Silmarillion, 2002, pág. 15). La música crea y hace presente. El mito al ser palabra es creación y memoria. Trae a la mirada y al pensamiento lo olvidado, puebla el mundo, ya que este vuelve a ser habitado por seres que no recordábamos y que se hacen presentes en la mente y la memoria, en la lectura. El mito repuebla el mundo y afecta nuestra mirada de la realidad, la renueva. Por esto, la palabra en Tolkien es performativa, provee de ser y vida a aquello que designa. Su performatividad transforma la mirada de aquel con el que entra en relación. El ser humano puede sub-crear gracias a la palabra:

El hombre (...) aún lleva los harapos de su señorío,/ el dominio del mundo con actos creativos:/ y nunca adora al Gran Artefacto, / hombre, sub-creador, luz refractada/ a través de quien se separa en fragmentos de Blanco/ de numerosos matices y continuándose sin fin/ en formas vivas que van de mente en mente./ Aunque hayamos puesto en los agujeros del mundo elfos y duendes, aunque hayamos levantado/ dioses y casas de la oscuridad y de la luz,/ y sembrado la semilla del dragón, era nuestro derecho (Tolkien,

Árbol y hoja, y el poema Mitopoeia, 2007, pág. 137). El sub-creador es el artista, el escritor, que no crea ex – nihilo, sino que crea a partir de lo ya existente. Con ese acto, hace ante todo dos cosas: dominar el mundo mediante una obra artística en la cual interpreta el entorno en el que vive y la historia (tanto su contexto histórico presente como el pasado y el futuro); y poblar el mundo de lo que le apetezca, por ejemplo, las deidades y criaturas fantásticas. Gracias a la palabra y en ella, el hombre subcrea mitos que son visiones que intentan dar un sentido y una historia, sagrada, al mundo.

Por lo tanto, el mito para Tolkien es palabra que crea, performativa, y es un acto creativo del ser humano, porque la creación artística le es propia. Igualmente, el mito es un artefacto de la memoria y del conocer pues es un acto creativo que rememora tiempos desconocidos u olvidados. También, es una forma de dar sentido a las preguntas del ser humano. Además, el mito al afectar la mirada, genera una nueva relación con la realidad. Lo último a tratar es el concepto de mitema. Para Durand es un rasgo o tema que se repite en el mito: “En la elección del mitema importa antes que nada partir no de una palabra sino de un grupo de palabras o —lo que es lo mismo— de un emblema en donde está condensado, resumido, todo un fraseo significativo” (Durand, 2003, pág. 165). En Tolkien la desmitificación está presente en el mitema de la partida de los elfos y la llegada de la Cuarta Edad.

La desmitificación de la Tierra Media:

Algo transversal en El Silmarillion, El hobbit y El Señor de los Anillos es la presencia de los elfos, la cual comienza siendo crucial, ya que Tolkien cuenta la historia de los elfos y de su primacía primordial sobre la Tierra Media, y su partida hacia Valinor, lo que da inicio al reino de los hombres. Esta partida la llamamos desmitificación o despoblamiento. Aunque en un principio parece que incluye sólo a los elfos, en realidad cobija también a los Ents, los enanos y a toda criatura que recuerde al ser humano un tiempo más primigenio o mítico, un tiempo de no solo hombres. En este apartado abordaremos la desmitificación a partir de la relación entre hombres y elfos. Dos diferencias entre los hijos de Ilúvatar (los elfos y los humanos) son la muerte y la memoria. Elementos transversales a la forma de vida de cada pueblo y a su comprensión del mundo. Los elfos, atados a los círculos de Arda, son inmortales. Si mueren, abandonan su cuerpo y parten a las Tierras de Aman. Los hombres son mortales y mueren sin saber su destino. Sin embargo, los númenóreanos viven más que un hombre promedio, porque su estirpe viene de Lúthien (elfa) y Berén (hombre), de quienes proceden aquellos que podían elegir bajo cuál linaje querían vivir. La diferencia entre el destino de los elfos y de los hombres genera una relación distinta con la muerte y con la vivencia de la memoria en cada pueblo. Los elfos cantan y recuerdan todo lo que ha pasado en el mundo, lo que les provoca tristeza y nostalgia, porque anhelan un pasado al que no pueden retornar. Los hombres, al contrario, están marcados por el olvido desde siempre, pues cuando se encuentran con los elfos, dicen no recordar sus orígenes. Esa marca, hará que la función de la memoria sea distinta en los seres humanos, si bien, también recuerda y hace presente, es la manera de pasar de generación en generación los hechos que si no fueran cantados o escritos serían olvidados, porque la memoria de los hombres es pasajera y muere con ellos. Los hombres olvidarán a los elfos cuando el mundo de los seres humanos se haya instaurado, prueba de esto es la muerte de Arwen:

Y allí por fin (...) se acostó a descansar en lo alto de Cerin Amroth; y allí estará la tumba verde, hasta que el mundo cambie, y los días de la vida de Arwen se hayan borrado para siempre de la memoria de los hombres que vendrán luego (Tolkien, El Señor de los Anillos, 2001, pág. 885). Contrario al destino de Arwen y de su pueblo, está el de Aragorn, quien al morir está radiante y vivirá en la memoria de los hombres por un largo tiempo. Los elfos parten de la Tierra Media y de la memoria de los humanos. En relación con la memoria y la muerte, está la forma de vivir el tiempo de cada pueblo. Los hombres no están atados al mundo, su paso por la Tierra Media es corto para las criaturas que viven por largos períodos, como los ents, o que son inmortales, como los elfos. La conciencia del tiempo es distinta a la de los elfos, quienes preferirían que el mundo no cambiara, como en Valinor. Los lugares más cercanos a ese ideal de no cambio eran Rivendel y Lórien.

Aunque Frodo caminaba y respiraba y el viento que le tocaba la cara era el mismo que movía las hojas y las flores de alrededor, tenía la impresión de encontrarse en un país fuera del tiempo, un país que no languidecía, no cambiaba, no caía en el olvido (Tolkien, El Señor de los Anillos, 2001, págs. 295-296). El tiempo no pasa en Lórien y todo allí pareciera estar en un estado primordial, recién creado. A los elfos les pesa el paso del tiempo porque algunos, como Galadriel, vivieron en Valinor, y porque no comprenden la mortalidad y la muerte de los hombres. Podemos decir que era necesario que los elfos partieran y regresaran a un lugar en el cual el tiempo no entristeciera sus corazones, para que la Tierra Media pudiera asumir por completo el paso del tiempo y la mortalidad, un mundo atado a la temporalidad del hombre. Al partir los elfos, el mal también cambia. Antes provenía de lo divino, no de Ilúvatar, pero Melkor y Sauron estaban relacionados directamente con el principio del mundo y la divinidad. Eran poderes que se habían corrompido, que trajeron el mal a Arda y que afectaron sus cambios geológicos. Ahora, el mal es humano, surge de él. Un ejemplo es un cuento sobre la Cuarta Edad en el que los

jóvenes de Gondor se empiezan a reunir en sectas para convocar al mal. El mal como figura distinta al ser humano no está presente, ahora solo el hombre puede corromperse y crearlo o convocarlo, elemento decisivo para que surja un mundo completamente humano.

Asimismo, la desmitificación también se da en la mirada del ser humano. Quien ya no va a ver su entorno poblado por elfos, Ents y enanos, quienes estarán ocultos a su mirada, habrán perdido su vitalidad o partido. La mirada del ser humano contemplará un mundo habitado sólo por él mismo.

Re-mitificar la mirada:

Para Tolkien una de las funciones del mito y de otros actos creativos es repoblar el mundo: generar un cambio en la mirada y en la realidad que posibilite que veamos el mundo no tal como es, sino atravesado por la vitalidad y habitado por seres distintos a nosotros, que llamaríamos, en muchos casos, fantásticos. Con esta transformación de nosotros y del mundo, se encuentra:

La Renovación (que incluye una mejoría y el retorno de la salud) es un volver a ganar: volver a ganar la visión prístina. (...) «ver las cosas como se supone o se suponía que debíamos hacerlo», como objetos ajenos a nosotros. (Tolkien, Árbol y hoja, y el poema Mitopoeia, 2007, pág. 72). La Renovación de la mirada implica el actuar, la comprensión y el conocer de quien mira. Para Tolkien esa renovación puede darse a partir de la literatura y, en este artículo, del mito. Es necesario, para crear una historia que transforme al hombre, renovar los materiales que se van a utilizar, pues el cambio debe atravesar la mirada de quien escribe, la obra y los elementos que hay en ella.

Antes de una nueva mezcla de los viejos materiales resultaba imprescindible una renovación “interior” de los mismos. Se trataba de nombrar las cosas de nuevo, de volver a darles vida, (…) nombrarlas de nuevo para así recuperarles su verdadero sentido…el sentido que habían perdido (Fernández Biggs, 2003, pág. 75). Es decir, Tolkien no solo toma los materiales de las mitologías que actúan como intertextos y las teje para crear, sino que se apropia de esos elementos y les da una nueva vida. Con esa nueva vitalidad construye un mundo que nos habla de lo olvidado. También, podemos hablar del papel de la fantasía en la creación y la transformación. “El efecto de la Fantasía es liberar las cosas de sus ataduras falsas, sacarlas del encierro en que nosotros mismos las hemos puesto” (Fernández Biggs, 2003, pág. 75). El mito, que en Tolkien es literatura de fantasía, libera a las cosas y al ser humano de los sentidos y las relaciones inamovibles que hemos impuesto y posibilita que las cosas hablen y se presenten con múltiples matices y formas. Se puede decir entonces, que la obra de Tolkien re-mitifica el mundo porque renueva nuestra mirada y relación con él. La mirada mitificada del escritor sub-crea un mundo que vuelve a poblar la realidad al traer a la memoria lo olvidado. Recobrar el pasado permite renovar nuestras formas de relacionarnos con el mundo y de comprenderlo, para volver a una vida más plena. La presencia de otras criaturas nos recuerda que no somos solamente humanos, que lo divino también hace parte de cada uno y que hay esperanza hasta en los tiempos más oscuros. Asimismo, “El reencantamiento del mundo no es un acontecimiento externo que irrumpirá inesperadamente algún día sobre el mundo primario: es el reencantamiento individual de personas corrientes” (Fernández Biggs, 2003, pág. 99). La re-mitificación se da individualmente y puede ocurrir en la lectura. Sin embargo, si el ser humano no está dispuesto a mirar, a permitir y a trabajar en su renovación, el texto no lo transformará. Es un proceso individual dado en la relación entre el hombre y el mito, en este caso, la obra de Tolkien. Por último, los mitos deben ser contados para permanecer en la memoria. Por lo cual es necesario narrarlos y renovarlos, sea de forma oral o escrita. El mito tenía la función de mantener vivo el pasado y el presente. El canto y la palabra pueblan el mundo y lo renuevan. Podemos decir que la obra de Tolkien es una canción, un mito cantado por las criaturas de Arda y los hombres de antaño que busca que recordemos, no para mirar nostálgicos el pasado, sino para repoblar el mundo. Así, quizás, una noche estrellada, escuchemos a los elfos cantar bajo las estrellas.

bibliografía:

Durand, G. (2003). Mitos y sociedades, Introducción a la mitodología. Buenos Aires: Editorial Biblos.

Fernández Biggs, B. (2003). Tolkien y el reencantamiento del mundo. Santiago: Ediciones Universidad Católica de Chile.

Tolkien, J. R. (2001). El Señor de los Anillos. Barcelona: Círculo de lectores, S. A.

Tolkien, J. R. (2002). El Silmarillion. (C. Tolkien, Ed.) Barcelona: Ediciones Minotauro, S. A.

Tolkien, J. R. (2007). Árbol y hoja, y el poema Mitopoeia. Buenos Aires: Grupo Editorial Planeta/ Minotauro.q