
3 minute read
MAURICIO SIQUEFF MOISÉS
Siempre he sido deportista y por el tipo de deporte que practico los dolores musculares o de tendones eran muy frecuentes y nada ajenos a mi cuerpo. A finales del año 2014 y principios de 2015, empecé a tener problemas y entumecimiento en mi pierna derecha, al principio perdía sensibilidad parcial, pero ya después fue aumentando hasta que se convirtió en total y cuando la recuperaba me regresaba con un dolor insoportable en mi ciática que no me permitía sentarme o acostarme; tenía que estar parado y en movimiento. Estuve aproximadamente 7 meses sin poder dormir 2 horas continuas ya que al acostarme el dolor agudizaba y era insoportable. Sabía que algo no andaba bien con mi cuerpo. Cuando me detectaron el Tumor, un Liposarcoma de tejido blando y células redondas, media 16 cm. de largo por 8.5 cm. de espesor y 6 cm. de ancho, alojado en la zona pélvica de mi lado derecho, en pocas palabras inoperable. Cuando escuchas cáncer te asustas, en lo primero que piensas es en tu familia, nunca te imaginas que eres tú a quien le tocó enfrentarse a esta batalla. Sientes que se te acaba la vida, fue algo muy impactante, piensas en tu esposa e hijos, el dolor que les causa una noticia como esa. A mis 42 años sentía que se me acababa la vida y con mis hijos chicos obviamente me ponía a llorar como bebé. Esto me abrió la oportunidad de decir “tengo que luchar y buscar soluciones”
Mi primer diagnóstico en Houston, no fue nada favorable desgraciadamente después de una sesiones de quimioterapias y radiaciones el panorama de cirugía para extirpar el tumor era pésimo y catastrófico ya que el Cirujano Oncólogo me dijo que me tenían que amputar la pierna para poder recupérame. ¡Imposible! jamás hubiera aceptado algo como eso, por eso es importantísimo buscar segundas opiniones. Recordé que un Doctor en la Ciudad de México me había recomendado unos doctores que se especializaban en el tipo de tumor que tenía, así lo hice y buscando otras opiniones dimos con un Oncólogo en el Hospital Memorial en Nueva York; el Dr. Samuel Singer que su panorama era completamente diferente a mi primer resultado, tanto así que me asusté, no sólo me operaría sino que no existía riesgo alguno de perder mi pierna. Al principio de mi tratamiento recibí 6 quimioterapias, en ciclos de 4 semanas, donde en la primera semana me aplicaban 2 venenos; uno me lo conectaban durante 4 días continuos y el otro me lo conectaban 2 horas al día por 5 días. Al terminar el diagnóstico no fue favorable, por lo que el oncólogo me indicó que tenía que recibir radioterapia durante 45 días seguidos, descansando sólo sábados y domingos. Los resultados fueron positivos para mi curación, ya que el tumor redujo significativamente de tamaño y espesor, tanto que mi pierna está intacta y mi vida es completamente normal como lo era antes de mi enfermedad.
Advertisement
Batallé dos años con la enfermedad, me sometieron a una sola cirugía, que fue cuando me extrajeron el tumor. Hoy gracias a Dios puedo decir que lo detecté a tiempo, ya que mi tumor en etapa 2 estaba invadiendo ya la zona de mi riñón derecho y mutando a etapa 3.
La vida te cambia, hoy puedo decir que el apoyo de mi familia lo califico como algo indescriptible, son el motivo principal para luchar y ganar la batalla, el apoyo de mis amigos fue y ha sido hasta hoy incondicional, vivo y viviré eternamente agradecido con cada uno de ellos. El apoyo de la gente es algo maravilloso, te hacen valorar muchas cosas que ni creías que estaban ahí, un mensajito, un saludo por redes sociales, saber que te dicen que estás en sus oraciones, que ofrecen misas y comuniones por tu salud, que te dan todo su apoyo incondicional, que recibes información de curaciones alternas, que te dan ánimos y esperanza de vida, lo valoras muchísimo. Los amigos son sin duda la familia que escogemos y los he escogido muy bien, estuvieron desde el día de mi diagnóstico hasta el día que libre la cirugía con éxito; valen oro puro y tengo amistades que los considero mis hermanos.
Este caminar no fue fácil para mi, mucho menos para mi esposa; Nashla es una mujer con personalidad y determinación, que no se deja vencer y sabe afrontar las dificultades. Muchas veces lloramos juntos pero nunca nos dejamos vencer. Su apoyo fue incondicional, y le agradezco infinitamente que estuviera conmigo y que a mis hijos nunca los dejó en todo momento de atenderlos, procurarlos y jamás bajo la guardia ante esta adversidad.
Mi vida es otra, me he vuelto más sensible, aprecias los detalles, somos humanos quizás cometes nuevamente errores pero esta vez te das cuenta y rectificas. Dios siempre ha sido lo más importante de mi vida, mi cura se la debo a él y a las manos de los doctores intervenidas también por Él.
Me llevo de toda esta experiencia muchos aprendizajes, hay que valorar lo mucho o poco que tenemos, estar siempre agradecidos con Dios y la Virgen, que la familia y los amigos son todo.
Mi consejo para todas esas personas que están atravesando por alguna enfermedad en su vida sería, recen mucho eso a mi me dió mucha fortaleza, agradézcanle a Dios en todo momento, que lo tengan siempre presente, que piensen siempre en positivo y que nunca se dejen vence a pesar del dolor. Hay que vivir disfrutando el día a día.