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3. FUNDAMENTOS PSICOPEDAGÓGICOS
3.1. El constructivismo
Las teorías constructivistas tienen como fundamento las investigaciones de Jean Piaget, Lev Vygotsky, y los psicólogos, Frederic Bartlett y Jerome Bruner, así como del filósofo de la educación John Dewey, entre otros. Entendiendo que no solo hay una teoría constructivista para el proceso de enseñanza – aprendizaje.
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Algunas corrientes constructivistas destacan la influencia del contexto en la construcción del conocimiento; otras al contrario restan importancia a lo social como eje del aprendizaje.
Dos corrientes preponderaron en el proceso educativo: a) Que el conocimiento es innato se encuentra dentro del ser humano y b) el pensamiento que se considera necesario impregnar en el cerebro humano se ubica afuera (empirismo). Precisamente, el constructivismo toma de ambas, innatismo y empirismo hacen un equilibrio bajo la influencia del cognoscitivismo de Piaget.
Las teorías constructivistas del aprendizaje y la enseñanza no sólo provienen del campo de la psicología, sino también de la filosofía, la antropología, la enseñanza de las ciencias y las matemáticas y la tecnología educativa. Las posturas constructivistas del aprendizaje tienen implicaciones decisivas para la enseñanza.
Analizando los elementos del planteamiento constructivista vemos que muchas ideas de Piaget y Vygotsky recomiendan:
Entornos complejos que impliquen un desafío para el aprendizaje y tareas auténticas,
Acuerdos sociales y responsabilidad compartida como parte del aprendizaje y tareas auténticas,
Representaciones múltiples del contenido,
Comprensión de que el conocimiento se elabora con la instrucción centrada en el estudiante.
En la actualidad las teorías constructivistas evolucionistas sobre el aprendizaje fomentan el interés en la colaboración y el aprendizaje cooperativo.
3.2. Aprendizaje significativo
De acuerdo con Pimienta (2005) el aprendizaje significativo, desde la perspectiva propuesta por Vygotsky, tiene sus raíces en la actividad social. Se preocupa más por el sentido de las palabras que por su significado. Un significado es más una acción mediada e interiorizada que una idea o representación codificada en palabras. Es entonces preciso recuperar el sentido y no sólo el significado de los conceptos, valores, habilidades, destrezas y hábitos que se construyen en la escuela.
Completa esta visión la teoría de la asimilación cognoscitiva del aprendizaje humano en la que Ausubel critica la aplicación mecánica del aprendizaje en el salón. El especialista manifiesta la importancia que tienen el conocimiento y la integración de los nuevos contenidos en las estructuras cognoscitivas previas del estudiante y su carácter referido a las situaciones socialmente significativas, en donde el lenguaje es el sistema básico de comunicación y transmisión de conocimientos.
Ausubel, como otros teóricos cognitivistas, postula que el aprendizaje implica una reestructuración activa de las percepciones, ideas, conceptos, y esquemas que el aprendiz posee en su estructura cognitiva. Podríamos caracterizar a su postura como constructivista (el aprendizaje no es una simple asimilación pasiva de la información literal, el sujeto la transforma y estructura) e interaccionista (los materiales de estudio y la información exterior se interrelacionan e interactúan con los esquemas de conocimiento previo y las características personales del aprendiz).
Concibe al estudiante como un procesador activo de la información, a través de un aprendizaje sistemático y organizado, pues es un fenómeno complejo que no se reduce a simples asociaciones memorísticas. Inicia con un aprendizaje por descubrimiento (dado que el estudiante reiteradamente descubre nuevos hechos, forma conceptos, infiere relaciones, generar productos, etc.) hasta llegar a un conflicto cognitivo con los conocimientos adquiridos en el aula a través de la guía del profesor.
3.3. Estilos de aprendizaje
La frase “estilo de aprendizaje” se relaciona con la utilización de un propio método o cúmulo de estrategias cuando queremos adquirir nuevos conocimientos. Aunque las estrategias concretas que utilizamos difieren según nuestro aprendizaje, cada persona tiene una tendencia a desarrollar unas preferencias globales. Esas preferencias o tendencias a utilizar determinadas maneras de aprender constituyen un estilo de aprendizaje.
Esas diferencias en el aprendizaje son el resultado de diversos factores como la motivación, el contexto local y la edad. Pero esos factores no explican porque con frecuencia nos encontramos con estudiantes con la misma motivación, edad y bagaje cultural aprenden de distinta manera, mientras unos redactan eficientemente, a otros les resultan facilísimos los ejercicios de matemática. Esas diferencias podrían relacionarse con las distintas maneras de afrontar el aprendizaje.
Tanto desde el punto de vista del estudiante y del profesor los estilos de aprendizaje nos ofrecen grandes posibilidades de planteamiento de estrategias para conseguir un aprendizaje más efectivo. Ya que se relaciona con la concepción del aprendizaje como un proceso activo, dejando de lado la idea que el aprendizaje equivale a recibir información de manera pasiva y lo que el estudiante haga o piense no es muy importante, pero si entendemos el aprendizaje como la elaboración por parte del receptor de la información recibida es evidente que cada uno de nosotros construirá su propio aprendizaje y relacionará los datos recibidos en función de sus propias características.
Los distintas modelos y teorías existentes sobre estilos de nos ayudan a entender los comportamientos que observamos en una sesión de aprendizaje, como se relacionan esos comportamientos con la forma en que está aprendiendo nuestros estudiantes y el tipo de actuaciones que pueden resultar más eficaces en un momento dado.
Siempre es más compleja que cualquier teoría la forma en que elaboramos la información y la aprendemos ya que ella variará en función del contexto, es decir, de lo que estemos tratando de aprender, de tal forma que nuestra manera de aprender puede variar significativamente de una materia a otra. Es importante no utilizar los estilos de aprendizaje como una herramienta para clasificar a los estudiantes en categorías cerradas. Nuestra manera de aprender evoluciona y cambia constantemente, como nosotros mismos.
3.4. Aprendizaje experiencial o de Kolb
“Es la construcción, adquisición y descubrimiento de nuevos conocimientos, habilidades y valores, a través de vivencias reflexionadas de manera sistémica” (Cisne, 2007, p. 54). El aprendizaje tiene lugar gracias a un ciclo de experiencias que tiene como consecuencia brindar situaciones oportunas de carácter individual para lograr la construcción de su saber hacer fruto de su propio entorno. Se inspira en diferentes perspectivas psicológicas:
Lewin, teoría del medio ambiente en el aprendizaje.
Dewey, al concebir al aprendizaje como un proceso dialéctico que integra experiencia y conceptos, observación y acción.
Piaget, al asumir la descripción de las etapas del desarrollo cognitivo y el papel de la adaptación.
Bruner, al retomar los conceptos de logro, retención y transformación de la información. (Vielma; Salas, 2020, p. 34)
Los estilos de aprendizaje no son estables, se modifican a lo largo del conocimiento que se adquiere en la vida. A medida que avanza el proceso de aprender los estudiantes descubren la forma de aprender más adecuada para ellos, “Dependiendo de condiciones como las circunstancias, contextos o tiempos de aprendizaje” (Legorreta, s.f. p. 2). Se resalta más el proceso que el resultado, construido sobre la experiencia con un enfoque holístico creador de conocimiento y el efecto en la resolución de problemas.
Clases
Una experiencia directa y concreta: el estudiante activo. Se involucra directamente con el aprendizaje participando de su adquisición de conocimiento.
Una experiencia abstracta: el estudiante teórico. Cuando adquiere el conocimiento transmitido por otro es decir el docente o cuando hace la lectura de un texto.
Las experiencias concretas y abstractas de la que somos partícipes, evolucionan en conocimiento en el momento que las asumimos en relación a dos estrategias:
Concientizando e infiriendo sobre ellas: el estudiante que reflexiona. Cuando su pensamiento está dirigido hacia el conocimiento de sus propios procesos de aprendizaje.
Poniendo en práctica (Experimentación) de una manera activa con los datos recibidos: el estudiante en contexto. Cuando ha sido capaz de aplicar su aprendizaje a situaciones concretas.
Las distintas teorías y su relacionan entre sí
El aprendizaje parte siempre de la recepción de algún tipo de información que recibimos y seleccionamos en parte. Cuando analizamos y seleccionamos podemos distinguir entre estudiantes visuales, auditivos y Kinestésicos. La información que seleccionamos la organizamos y relacionamos con nuestros contextos. El modelo de los hemisferios cerebrales nos da información sobre las distintas maneras que tenemos de organizar la información que recibimos.
Una vez organizada esa información la utilizamos de una manera o de otra. El aprendizaje basado en la experiencia de Kolb distingue entre estudiantes activos, teóricos, reflexivos y pragmáticos. Esta separación en fases es ficticia, en la práctica esos tres procesos se confunden entre sí encontrándose relacionados. El hecho de tener una tendencia a seleccionar la información visual, por ejemplo, afecta nuestra manera de seleccionar, organizar y trabajar con la información, de tal manera que nuestro estilo de aprendizaje está directamente relacionado con las estrategias que utilizamos para aprender
La teoría de las inteligencias múltiples de Howard Gardner define la inteligencia como el conjunto de capacidades que nos permite resolver problemas o fabricar productos valiosos de nuestra cultura. Gardner define 8 grandes tipos de capacidades o inteligencias según el contexto de producción (la inteligencia lingüística, lógico –matemática, corporal kinestésica, musical, espacial, naturalista, interpersonal e intrapersonal).
Todos desarrollamos las ocho inteligencias en distinto grado. Aunque parte de la base común de que no todos aprendemos de la misma manera, Gardner rechaza el concepto de estilos de aprendizaje y dice que la manera de aprender del mismo individuo puede variar de una inteligencia a otra, de tal forma que un individuo puede tener, por ejemplo, una percepción holística en la inteligencia lógico – matemática y secuencial cuando trabaja con la inteligencia musical.
Gardner entiende (y rechaza) la noción de los estilos de aprendizaje como algo fijo e inmutable para cada individuo. Pero si entendemos el estilo de aprendizaje como las tendencias globales de un individuo a la hora de aprender y si partimos de la base de que esas tendencias globales no son algo fijo e inmutable, sino que están en continua evolución, vemos que no hay contraposición real entre la teoría de las inteligencias múltiples y las teorías sobre los estilos de aprendizaje.
Referencias recomendadas para esta sección:
Carretero, M. (1993). Constructivismo y Educación. Luis Vives
Cisne (2007). El porqué del aprendizaje experiencial. Desarrollo pedagógico, investigación, aprendizaje y gestión organizacional. http://www.cisne.org/Aprendizajeexperiencial/ Coll, C., Mauri, T., Miras, T., Onrubia, J., Solé, L. ZaBala, A. (1999). El constructivismo en el aula. Graó
Gardner, H. (1987). Estructuras de la mente: la teoría de las múltiples inteligencias.
Fondo de cultura económica
Legorreta, F. (s.f.). La experiencia en el aprendizaje. Editorial Studium.
Pimienta, J. (2005). Estrategias de enseñanza y aprendizaje. Editorial Pearson
Rivera, C. (2020). Aplicación del programa REDA para mejorar la competencia de expresión escrita argumentativa. (Tesis doctoral. UCSM). Alicia.
Tecnológico de Monterrey (2022) Manual del curso.
Vielma, E; & Salas, M. (2000). Aportes de las teorías de Vygotsky, Piaget, Bandura y Bruner. Paralelismo en sus posiciones en relación con el desarrollo. Educere, ISSN: 1316-4910. 3, núm.9, 30-37.
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