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Irracional Militarización Fronteriza

Síntoma de un gobierno incapaz de controlar la crisis humanitaria que atraviesa

Por Camilo Sánchez

Desde el triunfo electoral de Donald Trump y aún más desde su toma de posesión presidencial, el 20 de enero, nos hemos dado una idea de lo que es y va a ser su periodo al mando del país más poderoso del mundo, con políticas migratorias cada vez más restrictivas respecto al paso a través de las fronteras, su militarización, la negativa a las peticiones de asilo, deportaciones masivas y la cancelación de cualquier prerrogativa concedida por su predecesor Joe Biden.

 Tan solo empezando, declaró emergencia nacional en toda la frontera sur, retomó la construcción del muro, reforzó la seguridad fronteriza con mayor presencia de fuerzas de defensa pública y eliminó la CBP One, (aplicación móvil gratuita de la Oficina de Aduanas y Protección Fronteriza de Estados Unidos) que permitía concretar citas en línea para iniciar el proceso de ingreso legal en ocho distintos puntos fronterizos, y que fue una de las políticas migratorias de su antecesor.

 El refuerzo de seguridad en la frontera con México termina por ser preocupante cuando hace poco Trump incorporó a personal militar del Pentágono a tareas migratorias, que el mes pasado desplegó alrededor de 3 mil nuevos elementos, buques destructores, aviones militares y vehículos especializados en operaciones terrestres o tanquetas cerca de la frontera, permitiéndoles a los soldados realizar detenciones.

 A pesar de que el enfoque de políticas migratorias tiene cierta continuidad con las del gobierno anterior, actualmente podemos ver la como la ultra militarización de la frontera ya no solo pasa por las fronteras del país vecino, sino que México ha tenido que utilizar también a la Guardia Nacional de patrulla migratoria para cumplir con los requisitos estadounidenses de control fronterizo para evitar la tan temida imposición de aranceles.

 A menos de tres meses en el poder, Trump continúa sus políticas aplanadoras de derechos, entre la que rescatamos tres que afectan de manera inmediata a miles de personas dentro y en la frontera del país: La Ley Laken Riley, la revocación oficial del parole humanitario (1) y la cancelación de contratos con diferentes organizaciones que se dedicaban al asesoramiento legal a menores no acompañados que buscan cruzar la frontera.

 Pero vayamos por partes, primero con la Ley Laken Riley.

 Desde su promulgación el 29 enero de este 2025, impone la detención obligatoria de inmigrantes indocumentados que hayan sido arrestados o acusados de cualquier delito (sin importar que esté sea menor), y permitir a los fiscales generales de los Estados tener herramientas legales para contraponerse las políticas del Gobierno Federal en materia migratoria.

 Esta ley ha sido denunciada por diferentes organizaciones de derechos humanos por tener un contenido xenófobo, que llevaría a una serie de detenciones masivas que no necesariamente permitan a las personas acusadas tener acceso a un debido proceso, además que una vez trasladada a la realidad, la cantidad de recursos que se necesitarían para verdaderamente desplegar un operativo de tal magnitud sería inviable.

 En marzo se anunció el fin del Parole Humanitario que funcionaba como asilo para gente de diferentes países en una situación de riesgo que en este momento tienen que abandonar el patrimonio de toda una vida en Estados Unidos, afectando a más de 500 mil inmigrantes de países como Cuba, Haití, Nicaragua y Venezuela, que a pesar de haber obtenido su estancia legal en el país, ahora ya han sido instigados por oficiales del Departamento de Seguridad Nacional (DHS) para salir del país, dándoles información sobre el proceso de autodeportación a través de la aplicación móvil CBP Home.

 Esta ofensiva ha sido trabajada desde el gobierno estadounidense para también eliminar para los migrantes la posibilidad de contar con asistencia legal para sus procesos legales. Como lo demuestra la cancelación de contratos de defensa y asesoría legal a menores migrantes que viajan sin compañía, antes brindada por diferentes organizaciones, obligándolos a enfrentar una situación tan adversa sin el mínimo apoyo para siquiera entender la situación.

 Venimos de un 2024 clasificado como el año más mortal para migrantes, y desde antes de empezar este 2025 se sabía que por lo menos la crisis humanitaria en la frontera México Estados Unidos podría recrudecerse durante el mandato de Trump, cosa que ha dejado en claro convirtiéndola prácticamente en una zona de guerra y creando leyes que de a poco nutren a una cultura antiinmigrante que ya se ha estado agrupando para actuar como grupos de choque, que acosan y promueven el odio contra toda persona que ellos consideren por fuera de su concepción de estadounidense.

 

https://issuu.com/sextacircunscripcion/docs/desde_la_sexta_circunscripci_n_no_a7cef9258727bb/12?fr=sYmEzNjg0MjYyNTk

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