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EDITORIAL
El tabaco y los derechos de los niños I. Hernández del Rey Unidad de Tabaquismo. Servicio de Neumología. Hospital Sagrat Cor de Barcelona. Grupo de Trabajo de la Tobacco Free Initiative de la OMS para España
La pandemia del Tabaco es una enfermedad contagiosa. Es contagiosa a través de los anuncios, a través del ejemplo de los fumadores y a través del humo al que los no fumadores, especialmente los niños, están expuestos. Nuestro trabajo consiste en inmunizar a la gente contra esta pandemia. Gro Harlem Brundtland Directora-General World Health Organization, 19991 En el mes de Noviembre de 1989 la Asamblea General de las Naciones Unidas aprobó la Convención de los Derechos de los Niños. La interpretación de los artículos de la Convención por el Comité de expertos y la práctica de los Estados demuestra que el tabaco es, sin duda, una cuestión de derechos humanos. Es una obligación legal de la Convención, ratificada por los Estados, el asegurar que los niños puedan disfrutar de todos los derechos garantizados por la Convención, incluyendo la protección frente al tabaco2. Según datos recientes de la Organización Mundial de la Salud (OMS), alrededor de 4.000.000 millones de personas mueren prematuramente cada año a causa de las enfermedades relacionadas con el tabaco. Estas muertes, se prevé que aumentarán a 10 millones anuales en el año 2030. Muchas de estas víctimas son en la actualidad niños. Generalmente el uso del tabaco empieza en la adolescencia y continúa hasta la edad adulta debido a la naturaleza adictiva de la nicotina. Correspondencia: Irene Hernández del Rey. Unidad de Tabaquismo. Servicio de Neumología. Hospital Sagrat Cor. C/ Viladomat 288. 08029 Barcelona. 10150ihd@comb.es Recibido: 15 de enero de 2003. Aceptado: 22 de enero de 2003 [Prev Tab 2003; 5(1): 1-2]
PREVENCIÓN DEL TABAQUISMO vol. 5 nº 1, Enero-Marzo 2003
A pesar de las evidencias científicas que demuestran que el uso del tabaco es causa de muerte y enfermedad irremediablemente, el tabaquismo va en aumento entre los jóvenes debido a la agresividad con que la industria del tabaco promociona sus productos entre las nuevas generaciones de potenciales fumadores. Uno de los aspectos que afecta a los niños es el de la exposición al humo del tabaco ambiental (HTA). La OMS estima que casi 700 millones, o sea aproximadamente la mitad de los niños del mundo, respiran aire contaminado por el humo del tabaco, particularmente en el hogar. No hay un nivel seguro de exposición al HTA debido a los efectos adversos para la salud asociados incluso con niveles bajos de exposición. La gravedad de este problema es motivo de análisis en el trabajo realizado por Muñoz y colaboradores que se publica en este mismo número de la Revista. Ellos demuestran que la mayor fuente de exposición al humo del tabaco ambiental en niños se da en el hogar, y que se relaciona en primer lugar con el hábito tabáquico de los padres y en ocasiones de otros miembros de la familia. No deja de ser alarmante que entre los padres que fumaban a diario, más del 90% reconocieron fumar dentro de casa, y la mitad de ellos en presencia de sus hijos. Por otro lado han podido constatar cómo la mayoría de los padres se daban cuenta de las consecuencias negativas que este hecho tenía en la salud de sus hijos3. El tabaco causa unos elevados costes económicos y sociales en las familias y en los estados. En los países más pobres, lo que se gasta en los hogares en tabaco repercute en una merma de los recursos destinados a necesidades básicas como los alimentos, la ropa o la educación, lo que atenta contra el derecho de los niños a una adecuada calidad de vida. Por otro lado, el empleo de niños trabajadores en la industria del tabaco infringe las garantías de protección
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