Áreas Marinas Protegidas Por: Dra. Michelle T. Schärer-Umpierre
Las áreas marinas protegidas (AMP) constituyen una herramienta de planificación que permite designar y proteger zonas de gran valor ecológico, cultural y/o histórico ubicadas en nuestros mares. Mediante la creación de estas áreas, se zonifican distintos espacios marinos y se designan usos. Este proceso contribuye a minimizar los conflictos de uso, proteger los recursos y procurar el uso sustentable de los mismos.
Puerto Rico posee una amplia gama de recursos naturales y ecosistemas en sus áreas costeras y marinas. Igualmente extensa es la cantidad de usos que los seres humanos les damos a los recursos que nos proveen estas zonas (ej. pesca comercial, defensa, buceo, observación de la naturaleza, transportación, pesca recreativa y desarrollos turísticos, entre otros). Es por ello que resulta necesaria la búsqueda de mecanismos que nos permitan regular estos usos al tiempo en que conservamos los recursos y los utilizamos sustentablemente. Actualmente, Puerto Rico cuenta con 30 áreas marinas protegidas distribuidas alrededor de todo el archipiélago (véase Figura 1).
Cuando se designa un AMP, se persigue resaltar las características especiales de un segmento del mar. Las AMP son utilizadas como una herramienta para mejorar la calidad de los ecosistemas marinos y costeros. Al crear un AMP, se le puede brindar mejor atención o protección que al resto del mar porque se ha 6
identificado que tiene un valor ambiental, económico, cultural o histórico especial. En teoría, esto se hace para mantener un balance entre los diversos usos e intereses de las personas, los requisitos ambientales y los requisitos legales y de política pública del gobierno. Designadas a tiempo y con los recursos apropiados (ej. presupuesto y recursos humanos asignados para la educación, el manejo y la vigilancia del lugar), las AMP constituyen una herramienta valiosa en los esfuerzos de conservación y uso sustentable de los recursos marinos y costeros.
Un AMP puede mejorar el estado de unas especies particulares que se ven amenazadas por las actividades humanas que se realizan en un lugar determinado. Por ejemplo, si hay un área de praderas de hierbas marinas donde los manatíes antillanos descansan y se alimentan pero, actualmente, dicha zona es transitada por muchos botes que anclan en el lugar y pasan a altas velocidades, esto puede estar afectando a estos mamífero marinos. Si el área se designa como un AMP y se prohíbe el tránsito de los botes o se regula la velocidad a la que las personas pueden navegarlos, estamos mejorando el ecosistema y al mismo tiempo estamos protegiendo las praderas de yerbas y al manatí, una especie caribeña que se encuentra en peligro de extinción y que es distintiva del lugar. Existen varios tipos o clases de AMP. A estas clases, se les conoce con los términos de