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El coyote y el conejo
Estaba un conejo sentado en un montón de carrizo, cuando llegó el Coyote —¿Qué haces ahí? —preguntó el Coyote. El Conejo contestó: —Estoy esperando a todos los conejos y conejas que vendrán. Van a venir muchos. Habrá una gran fiesta. «Aquí voy a comer de todo, conejas y conejos», pensó el Coyote. —Pero ¿sabes? —dijo el Conejo—. Tengo que irme para traer a toda la familia, para traerlos a la fiesta. Vendrá una banda de música y toda la cosa, habrá cuetes, chiflidos y de todo. Tú quédate aquí a esperarlos.
Entonces el Conejo se alejó y empezó a quemar el carrizo que rodeaba al Coyote. Prendió el fuego y escapó. El Coyote escuchó un sonido y se alegró pues pensó que era la banda sonando. Sonaba y sonaba, mientras el Coyote bailaba y bailaba sobre el carrizo. ¡Era la lumbre!, la lumbre lo fue rodeando. El Coyote tuvo que escapar también. Es por eso que los coyotes se ven como chamuscados. Nuevamente el Coyote fue engañado.
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