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La seguridad de un automóvil depende de muchos factores, pero el sistema de frenos, el cual nos permite reducir la velocidad de un vehículo en movimiento y detenerlo cuando es preciso, resulta fundamental y va más allá de lo que la mayoría de nosotros conoce: un pedal y una palanca. En ellos, las balatas son una pieza clave.
Tipos y Durabilidad de las Balatas
Los diferentes tipos de balatas que podemos encontrar son: Balatas orgánicas Son las balatas sin contenido metálico, generalmente son más suaves y menos durables; son las que se fatigan más rápido cuando les exiges de más; tienen buen coeficiente de fricción y son silenciosas. Se recomiendan para un uso moderado, ya que con uso intenso se desgastan con gran facilidad.
Balatas metálicas En alguna ocasión se usaron en los autos de carreras. Están formadas por una variedad y mezcla de metales unidos a presión. Actualmente, gracias a los avances en la composición de balatas orgánicas y semimetálicas, las pastillas de freno metálicas son casi obsoletas.
Balatas semimetálicas Tienen mayor carga de partículas metálicas y permiten estabilizar el coeficiente de fricción a altas temperaturas, lo que consigue un mejor frenado. Son apropiadas para un uso más intenso que las orgánicas, pero son más ruidosas.
Balatas cerámicas Como su nombre lo indica, tienen compuestos cerámicos y usan partículas metálicas de cobre, lo que les permite mejor comportamiento a altas temperaturas, menor desgaste tanto de la balata como del disco, así como menor ruido.
Balatas de carbono Se usan en vehículos de competencia y funcionan muy bien a altas temperaturas; su funcionamiento a baja temperatura es muy malo y es necesario calentarlas antes de usarlas.
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