EDITORIAL DIRECTOR
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COLOMBIA AGUANTA TODO Por: Edgar Polanco Monje Director Revista Transporte & Turismo
Las redes sociales se han convertido en instrumentos fundamentales para que, nosotros, los colombianos nos comuniquemos y comentemos hechos que ocurren en el devenir de esta patria que pareciera no tener dolientes ante las tantas barbaridades que se presentan y todo el mundo callado. Las justificaciones del Gobierno Nacional sobre sus decisiones de vender empresas no son claras y con cortinas de humo tapa errores o simplemente se dedica a calificar a sus detractores de apátridas que no quieren al país y que se oponen al desarrollo. Las protestas del Procurador General de la Nación, Alejandro Ordoñez o del expresidente Álvaro Uribe Vélez, ante la venta de ISAGEN, por ejemplo, han pasado desapercibidas y obstaculizadas desde el Palacio de Nariño con argumentos enredados a la opinión pública que observa impávida como la Nación queda sin activos, y los recursos, supuestamente obtenidos en ese negocio en particular, no se ven. Dice la Casa de Nariño que esa billonaria suma se invertirá en obras de infraestructura, como vías de cuarta generación, pero la incertidumbre se acentúa porqué un Estado como el colombiano, con crecimiento constante de su economía, a través de su reciente historia, hablemos de solo diez años atrás, no tiene el suficiente dinero o respaldo financiero para emprender la construcción de carreteras, si no vendiendo lo poco que le queda, para supuestamente costear esas obras. Las explicaciones del Presidente de la República y del Ministro de Hacienda, para la generalidad del pueblo colombiano, en el caso concreto de la venta de ISAGEN, no han sido claras. Por el contrario, han sido evasivas con argumentos genéricos que supuestamente, en un futuro lejano, vamos a ahorrar y la economía va a mejorar para todo el mundo, “porque esta es una de la formas de redistribuir riqueza”. En las facultades de economía, cuando se comienza a estudiar esta profesión, la cátedra indica que una empresa rentable no se vende, pero en el caso de ISAGEN fue todo lo contrario. Es una compañía rentable vendida a una trasnacional que no desaprovechó la oportunidad y la compró a precio de huevo, porque a precios de hoy la generadora de energía cuesta más del doble. Como este ejemplo descrito, hay varios en Colombia y de la platica, como dice en la costa, nada. Todos quedamos esperando obras que sacarían del subdesarrollo al país, pero a través del tiempo hemos visto que no ha pasado nada. Ojalá que en esta oportunidad se disipen las dudas y los recursos se inviertan, verdaderamente, en carreteras de cuarta generación. Partidos de oposición no afectos al Gobierno Nacional como el Polo Democrático y el Centro Democrático a través de sus más importantes representantes, también han criticado los supuestos sobrecostos en la construcción de la Refinería de Cartagena, que de acuerdo con investigaciones de la Contra-
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loría General la Nación, sobre pasan los cuatro mil millones de dólares. El Ejecutivo tampoco ha dado respuestas claras sobre el tema, a pesar de algunos debates en el Congreso. Las investigaciones siguen, pero muy lentas, y en Colombia no pasa nada.
TRANSPORTE EN BOGOTÁ
La Administración en la Alcaldía Mayor de Bogotá, ha sido poco afortunada en sus primeros tres meses de gobierno en lo que se refiere a solución de problemas de transporte que padece la ciudad, primordialmente por la creciente demanda que desborda la oferta de buses en el Distrito Capital. A la falta de capacidad de la flota, articulados, biarticulados de Transmilenio, buses azules del Sistema Integrado de Transporte y las pocas unidades del anterior modelo que aun circulan por las vías de la ciudad, se suma el desorden en las rutas del SITP, pues millares de usuarios se quejan por incumplimiento en recorridos y pocas frecuencias, además de que algunos conductores de buses azules, en muchas ocasiones, no recogen pasajeros y pasan de largo frente a los paraderos. De acuerdo con datos obtenidos por la Revista Transporte & Turismo, la mayoría de las Operadoras de Transporte de esta ciudad, presentan estados financieros preocupantes que implican desatenciones en la prestación del servicio con afectación al usuario y con pocas fórmulas de solución a la vista. La preocupación aumenta, pues muchos de los buses articulados de TransMilenio ya cumplieron su vida útil y aun circulan por las troncales. Esos automotores ya presentan altos niveles de deterioro que afectan el medio ambiente y su confiabilidad es de riesgo para el usuario. Sabemos que los contratos de la Primera Fase de TransMilenio, los prorrogó el gobierno de Gustavo Petro, evadiendo la norma que ordenaba la apertura de licitación. Ahora los perjudicados son los usuarios pues tienen que seguir utilizando estos buses viejos cuya reposición, parece que se demora. El alcalde, Enrique Peñalosa, por ahora, no se ha pronunciado, pero la gente exige resultados, que no son fáciles para el burgomaestre, pero que debe actuar para tratar de solucionar este grave problema. El desorden del transporte en Bogotá implica la aparición de múltiples “sistemas de transporte pirata en la ciudad”. Moto taxis, bicitaxis, carros particulares, Uber y toda clase de modelos han surgido en la metrópoli, especialmente en barrios ubicados en sitios lejanos, pues automotores de alimentadores o del SITP no llegan hasta allá por inseguridad o porque las vías no lo permiten y la gente tiene que pagar doble transporte. Por el momento no hay horizonte claro….En conclusión, decimos que por ahora sigue la corrupción. Ella no se acaba a pesar de las múltiples medidas que anuncian e imponen las autoridades.
/ Edición 47 / marzo - abril, 2016 / ADITT Asociación para el Desarrollo Integral del Transporte Terrestre Intermunicipal