Revista Sapo 07

Page 49

El paseo consiste en recorrer los 50 kilómetros que la laguna tiene de largo, parando solo lo justo y necesario para comer, ir al baño y comprar algunas provisiones. El resto del tiempo se pasa a menos de un metro sobre el agua, a merced del viento que durante las horas del mediodía escasea. Como los veleros que ocupan en Bacalar no tienen motor, solo queda esperar abordo, en compañía de los otros 3 tripulantes, quienes luego de unos minutos, ya cansados de mirarse las caras, se quedan en silencio. Observan. Escuchan. Sienten. Si bien podría parecer tedioso el hecho de no avanzar, la vegetación que rodea a la laguna y la tibia temperatura del agua hacen de estas horas muertas un espacio para

disfrutar nadando y observando las distintas tonalidades de verdes que entrega la selva de palmeras y árboles tropicales que rodean la laguna. El panorama nocturno recuerda a los náufragos: tres personas flotando en una base muy pequeña, a escasos centímetros sobre el agua y ocupando a las estrellas como guía. Sin ningún GPS o brújula para al menos saber para dónde uno se dirige. Sólo dos posibilidades en kilómetros a la redonda: selva o agua. Esto podría alarmar a algunos, pero como a esa altura parece ya no haber escapatoria pues no se puede prender el motor y partir a casa, no queda más que tomar un respiro profundo y relajarse. www.revistasapo.com 49


Issuu converts static files into: digital portfolios, online yearbooks, online catalogs, digital photo albums and more. Sign up and create your flipbook.