Arqueolizándonos, Vol 01, N°3

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Editorial

¡Juntos desenterraremos los secretos de nuestro pasado!

Edición 3

Diciembre 2024

Cláusula de Responsabilidad

Sumario

Editorial Créditos

1.

desigualdad emergente

Surgimiento temprano de élites durante el periodo Salinar en la costa norte del Perú

Dra. Jordi Prince

2. Descubriendo Cerro Talale

Un tesoro arqueológico escondido en Ayacucho

Lic. Oliver Zea Zamora

3. los campos de batalla y el arte de descifrar el pasado

Mg. Patricia Milena Vega-Centeno Alzamora

4. Proyecto de investigación arqueologica

Bahía seca de casma

Primera temporada

Lic. Miguel Valqui Güimak

5. Fragmentos que cuentan historias (6) (7) (10) (15) (17)

Investigando el pasado de la zona monumental de la ciudad de Trujillo a través de la cultura material

Lic. Jerry Solano Calderon & Mg. Juan Castañeda Murga

PALABRAS CLAVE: HUANCHACO, SALINAR, DESIGUALDAD SOCIAL, ARQUEOLOGÍA, PERÚ, CIVILIZACIÓN ANDINA, ÉLITES LOCALES, BIOARQUEOLOGÍA, HORIZONTE TEMPRANO TARDÍO, ENTIERROS DIFERENCIADOS, RESTOS HUMANOS.

DESIGUALDAD EMERGENTE:

SURGIMIENTO TEMPRANO DE ÉLITES

DURANTE EL PERIODO SALINAR EN LA COSTA NORTE DEL PERÚ.

La desigualdad social, un fenómeno que parece intrínseco a las sociedades humanas, no es exclusivo de las épocas modernas. Recientes investigaciones en el sitio arqueológico José-Olaya-La Iglesia (JO-IG) en Huanchaco, Perú, están desvelando cómo las divisiones sociales comenzaron a tomar forma en comunidades costeras hace más de dos mil años. Este estudio ofrece una nueva mirada sobre la manera en que las primeras élites locales consolidaron su poder en un entorno que hasta ahora se creía más igualitario. Durante la época Salinar del Horizonte Temprano Tardío (aproximadamente entre 400 y 200 a.C.), el mundo andino experimentaba grandes transformaciones. La caída de grandes centros ceremoniales como Chavín de Huántar o Huaca de los Reyes, que habían dominado la escena religiosa y política en la costa y sierra central y norte del Perú, marcó un cambio significativo en la distribución del poder. Este vacío fue llenado por nuevas élites que surgieron en comunidades más pequeñas, como las ubicadas en la costa norte del Perú. Huanchaco, conocido hoy por su rica tradición pesquera, fue en su momento un centro clave para la investigación de estas transformaciones sociales. El sitio JO-IG, el cementerio más grande del Horizonte Temprano Tardío, ha proporcionado una abundante cantidad de restos humanos que permiten a los investigadores explorar cómo las diferencias sociales comenzaron a solidificarse en la región.

La Dra. Jordi A. Rivera Prince, de la Universidad de Florida, lidera un equipo que ha aplicado métodos bioarqueológicos y mortuorios avanzados para analizar 112 entierros del sitio JO-IG. Entre estos encontramos:

1. Análisis de restos óseos humanos: Este método permitió evaluar la salud, nutrición, y condiciones de vida de los individuos. A

través del estudio de los huesos, la autora pudo identificar signos de estrés físico, como cribra orbitalia (indicador de anemia), caries dentales y enfermedades articulares, además de marcadores de estrés nutricional y desarrollo, como líneas de Harris e hipoplasia del esmalte dental. Esto incluyó también la clasificación de fracturas y marcas en los huesos para distinguir entre traumas accidentales, interpersonales o relacionados con conflictos. Todo esto interpretando el contexto de cada

Igualdad en evidencia bioarqueológica

entierro para comprender el significado social y cultural de las lesiones en función de su ubicación, gravedad y patrones de sanación.

2. Análisis funerario: La autora examinó la disposición y características de los entierros, incluyendo la orientación de los cuerpos, la presencia de objetos funerarios y la estructura de las tumbas. Este análisis permitió identificar diferencias en las prácticas funerarias entre distintos individuos, lo que sugirió la existencia de élites locales.

Desigualdad en evidencia bioarqueológica

Igualdad en evidencia funeraria

Desigualdad en evidencia funeraria

Caso 1: Una sociedad con instituciones efectivamente igualitarias.

Coherencia

Caso 3: Una sociedad donde las prácticas funerarias están exagerando la desigualdad

Disonancia

3. Estudio de objetos asociados a los entierros: Se incluyó el análisis de artefactos como objetos de oro, cerámica, textiles y herramientas, encontrados en algunos entierros, que fueron interpretados como indicadores de estatus social.

4. Comparación bioarqueológica entre sexos y edades: La autora realizó comparaciones entre hombres, mujeres y niños en cuanto a indicadores de salud y vida cotidiana, lo que permitió detectar variaciones significativas que sugieren diferencias en el acceso a recursos y experiencias vividas.

5. Modelos de coherencia y disonancia social: Se aplicaron modelos teóricos que permiten analizar la relación entre la evidencia bioarqueológica (estado de salud) y la evidencia funeraria (prácticas mortuorias), para

Caso 2: Una sociedad donde las prácticas funerarias oscurecen la desigualdad incipiente en la sociedad.

Disonancia

Caso 4: Una sociedad con una desigualdad totalmente institucionalizada

Coherencia

identificar si había coherencia o disonancia en la manifestación de la desigualdad social.

6. Análisis de trauma esquelético: Este análisis permitió identificar lesiones y determinar si estaban relacionadas con violencia interpersonal o accidentes, proporcionando información sobre las condiciones de vida y los posibles conflictos en la comunidad.

Este enfoque multidimensional ha permitido descubrir cómo la desigualdad se manifestaba en varios aspectos de la vida cotidiana, desde la salud y el acceso a recursos, hasta las prácticas funerarias.

Uno de los hallazgos más significativos es la evidencia de entierros diferenciados entre individuos, lo que sugiere la existencia de una élite local que, aunque aún no tan poderosa como las de épocas posteriores, ya empe-

zaba a marcar su presencia. Estos entierros, que incluían objetos de prestigio como artefactos de oro y cerámica fina, contrastan con los de la mayoría de la población, que carecía de estos bienes.

Además, el análisis de los restos óseos reveló diferencias notables en el estado de salud entre distintos grupos de la comunidad. Por ejemplo, algunos individuos mostraban signos de mejor nutrición y menor estrés físico, indicadores que podrían estar relacionados con su estatus social.

Este estudio desafía la creencia común de que las sociedades preestatales andinas eran relativamente igualitarias. A menudo se ha pensado que las diferencias sociales marcadas surgieron principalmente con la aparición de grandes estados como los Moche o los Tiwanaku, pero la evidencia de Huanchaco sugiere que estas diferencias ya estaban en proceso de formación mucho antes.

Al examinar tanto la evidencia bioarqueológica como la funeraria, el estudio ofrece una visión más matizada de cómo la desigualdad social no solo se reflejaba en la distribución de bienes materiales, sino también en la calidad de vida y las experiencias individuales de las personas.

1. La investigación sugiere que ya existía desigualdad social en las comunidades de pequeña escala durante el Horizonte Temprano Tardío (500-200 a.C.). Esto se refleja en las diferencias en el acceso a bienes, poder e información entre los individuos de la comunidad.

2. La autora identifica la presencia de élites locales en el sitio JO-IG de Huanchaco. Estas élites eran responsables de una distribución desigual de recursos y poder, lo que se evidencia en los entierros diferenciados y los objetos de prestigio asociados a ciertos individuos.

3. La desigualdad social en Huanchaco se expresaba más explícitamente en el mundo material, como en la distribución de bienes funerarios, en lugar de estar profundamente arraigada y amplificada en las diferencias biológicas o de salud entre los individuos.

4. Al analizar la desigualdad social, la autora encontró una disonancia entre la evidencia funeraria (los objetos y prácticas asociados con los entierros) y la evidencia bioarqueológica (el estado de salud y las condiciones de vida de los individuos). Esto indica que la desigualdad social no siempre se reflejaba de manera

coherente en todos los aspectos de la vida.

5. La investigación desafía las nociones previas de que la desigualdad social en los Andes solo se consolidó con el surgimiento de grandes estados. En cambio, muestra que estas diferencias comenzaron a manifestarse en comunidades más pequeñas y menos complejas mucho antes.

6. La autora enfatiza que aún queda trabajo por hacer para comprender cabalmente la naturaleza de la desigualdad en JO-IG y en otras comunidades contemporáneas.

Se sugiere que futuros estudios deberían seguir explorando el papel del sitio de Salinar y su influencia en la historia más amplia de los Andes Centrales.

Los hallazgos de Huanchaco no solo enriquecen nuestro conocimiento de las antiguas civilizaciones andinas, sino que también tienen implicaciones para entender la naturaleza universal de la desigualdad social. La historia de Huanchaco nos muestra que la lucha por el poder y el acceso a recursos es una constante en las sociedades humanas, un proceso que puede comenzar en pequeñas comunidades y que, con el tiempo, puede llevar a la formación de estructuras de poder complejas.

Si quieres más información de este artículo o referencias bibliográficas, puedes encontrar la tesis en: https://ufdc. ufl.edu/en/UFE0060102/00001/pdf

Autor: Jordi A. Rivera Prince Edición: Grupo Arqueolizándonos

PALABRAS CLAVE: CERRO TALALE, SITIO ARQUEOLÓGICO AYACUCHO, PERIODO INTERMEDIO TARDÍO, CULTURA CHANKA, ETNIA LARAMATI, ARQUEOLOGÍA EN PERÚ, CULTURA WARI, TUMBAS FUNERARIAS AYACUCHO, PATRIMONIO CULTURAL AYACUCHO.

DESCUBRIENDO EL CERRO TALALE: UN TESORO ARQUEOLÓGICO ESCONDIDO EN AYACUCHO

Ubicado en la región Ayacucho, a solo 5 km del distrito de Ocaña, el Cerro Talale emerge como un sitio arqueológico clave del Periodo Intermedio Tardío. Este sitio, situado a 3,035 metros sobre el nivel del mar, revela vestigios de una ocupación que podría pertenecer a la etnia Chanka, específicamente a la comunidad Laramati, con evidencias de estructuras superpuestas a restos de la cultura Wari.

El acceso al Cerro Talale no es sencillo, lo que lo convierte en un lugar de difícil visibilidad desde la parte baja, típico de la época, ya que su ubicación estratégica lo protegía de posibles ataques. Este sitio, rodeado por cerros como Cruzilla y Morcollo al norte, y el Valle de Seuca al oeste, ofrece una vista impresionante y un sentido de conexión con otras sociedades antiguas de la región, como Ñaupallaqta y Cerro La Cruz.

Vestigios de una Cultura Antigua

En el Cerro Talale se han identificado dos sectores principales, ambos ricos en restos arqueológicos.

En el primer sector, se encuentran estructuras semicirculares que podrían haber sido recintos domésticos, asociados a batanes, morteros y una gran cantidad de cerámica. Este sector también cuenta con un área ceremonial, donde se halló un monolito con incisiones en alto y bajo relieve, y 27 tumbas funerarias orientadas al este.

El segundo sector destaca por sus caminos intersectoriales, accesos trabajados y una posible cantera con bloques de piedra. Aquí, las estructuras arquitectónicas incluyen muros de hasta 2.5 metros de altura y observatorios que permitían vigilar los valles circundantes. Las tumbas funerarias encontradas en este sector, algunas con restos óseos visibles, son testimonio de la importancia ritual del lugar.

Un Patrimonio por Descubrir

El Cerro Talale no solo es un sitio arqueológico de gran valor, sino también un lugar

que ofrece una conexión única con la historia prehispánica de la región. Los hallazgos de puntas de proyectil de obsidiana, cerámica del Horizonte Medio y material lítico trabajado sugieren que este sitio fue un punto clave en la red cultural y comercial de la época. La identificación de este lugar como un punto estratégico ocupado por la etnia Chanka, con conexiones arquitectónicas a la cultura Wari, añade un valor significativo. Además, la presencia de tumbas funerarias, estructuras defensivas y materiales líticos y cerámicos dispersos, refuerzan la idea de que el Cerro Talale fue un sitio de gran importancia ritual y defensiva, lo que puede despertar el interés tanto de arqueólogos como de entusiastas de la historia.

Este descubrimiento, aún en etapas iniciales de exploración, ofrece la promesa de desenterrar una riqueza cultural y arqueológica que

puede reescribir parte de la historia de la región. La posibilidad de que el sitio albergue conexiones inéditas con otras culturas cercanas lo convierte en un hallazgo con un potencial de descubrimiento que atrae tanto por su misterio como por su valor histórico. Si necesitas más información del artículo o referencias bibliográficas puedes comunicarte al correo: danielzealml@outlook.es

Autor: Oliver Zea Zamora Edición: Arqueolizándonos

EVIDENCIAS ARQUEOLÓGICAS

MG. PATRICIA MILENA VEGA-CENTENO ALZAMORA

ENTREVISTA

LOS CAMPOS DE BATALLA Y EL ARTE DE DESCIFRAR EL PASADO

Explorar una de las facetas más fascinantes de la arqueología histórica, como el estudio de los vestigios bélicos para reconstruir eventos clave en la historia, no es una tarea sencilla. A través del análisis de los restos materiales y humanos encontrados en los campos de batalla, se puede descifrar relatos desconocidos de guerras y conflictos que han dejado una huella profunda en las sociedades del pasado. Desde artefactos y armamentos hasta los cuerpos de los combatientes, cada fragmento descubierto ofrece valiosas pistas sobre las estrategias, motivaciones y sufrimientos de aquellos que vivieron estos episodios dramáticos. En este contexto, se destaca el trabajo pionero de la arqueóloga Patricia Milena Vega-Centeno Alzamora, quien estudió en la Universidad Nacional San Antonio Abad, obtuvo su maestría en el Centro de Altos Estudios Nacionales y realizó estudios de maestría en la Pontificia Universidad Católica del Perú. Ha dirigido investigaciones sobre sitios de arte rupestre al sur del país, la arqueología de campos de batalla de la Guerra del Pacífico y la arqueología histórica peruana, entre otros temas. Actualmente, lidera una investigación sobre los campos de batalla de la Independencia peruana. Su principal interés de investigación radica en comprender los procesos de formación de sitios de conflicto y el patrimonio histórico militar. A lo largo de su carrera, ha publicado artículos en diversas revistas y participado como expositora en eventos académicos, dedicando su trabajo al estudio de los campos de batalla en Perú. Su labor demuestra cómo el arte de interpretar el pasado puede transformar nuestra comprensión de la historia, ofreciendo un testimonio fiel sobre la resistencia y el valor de quienes participaron en estos enfrentamientos.

1 ¿Qué fue lo que te atrajo al estudio de la arqueología de campos de batalla, especialmente en el contexto de la Guerra del Pacífico? Lo que me atrajo de este estudio en el contexto de la Guerra del Pacífico, fue la posibilidad de humanizar y entender la guerra a través del análisis material y el paisaje cultural. Los campos de batalla no son solo escenarios de enfrentamientos; son lugares cargados de historias humanas. Cada artefacto encontrado, desde fragmentos de uniformes y armas rotas hasta objetos personales como medallas, botones o pertenencias que lleva consigo el testimonio de las personas que vivieron esos momentos duros y críticos. Estos vestigios permiten acercarnos a la experiencia de los soldados y civiles, revelando aspectos personales, las adversidades que enfrentaron y su cotidianidad. Ya sea durante la vida en el campamento o en la guerra.

En el caso específico de la Guerra del Pacífico, el análisis arqueológico tiene un potencial único para iluminar un periodo crucial en la historia regional y nacional, permitiéndonos ir más allá de los documentos históricos y explorar los matices humanos del conflicto. Lo que más me motiva es la idea de conectar estos fragmentos materiales con las experiencias humanas, rescatando no solo las narrativas de los líderes o estrategias militares, sino también la de los individuos anónimos, aquellos que no aparecen en los libros de historia, pero cuyas vidas quedaron marcadas o se extinguieron por este conflicto. Esto no solo enriquece nuestro conocimiento histórico sino cómo impacta la guerra en los seres humanos y cómo las memorias colectivas que se construyen posteriormente, pueden ayudarnos a construir una cultura de paz.

2 ¿Qué fue lo que te llevó a dedicarte a la arqueología? ¿Hubo algún momento o experiencia en particular que marcara tu decisión? Mi decisión de dedicarme a la arqueología nació de un momento muy especial durante mi etapa escolar. Un día, cayó en mis manos Asesinato en Mesopotamia de Agatha Christie, y al recorrer sus páginas, descubrí una conexión inesperada entre la arqueología, el desentrañar enigmas y la investigación. Me fascinó cómo cada sitio arqueológico se convierte en un rompecabezas que debe ser armado o entendido con paciencia y atención a los detalles. Ese libro me abrió los ojos a un mundo donde los fragmentos del pasado pueden contarnos historias complejas y

donde podemos encontrar respuestas a las muchas interrogantes que tenemos. Por esa época, una arqueóloga que influyó profundamente en mí fue Lilian Vázquez. Ella se convirtió en una gran inspiración para mí, por su dedicación y perseverancia logró salir adelante con determinación y éxito. En ese momento pensé que, si ella podía hacerlo, no había nada que pudiera impedirme estudiar arqueología.

3. En tu día a día como investigadora, ¿qué es lo que más disfrutas de tu trabajo? ¿Hay algún momento que te haga sentir que todo el esfuerzo vale la pena?

Lo que más disfruto es ese momento de conexión con la investigación, es cuando, después de horas de trabajo intenso dictando clases o gestionando proyectos, puedo sentarme en mi escritorio y dedicarme plenamente a leer y redactar los resultados de mis investigaciones. Es un instante donde todo parece cobrar sentido, un espacio de reflexión y creatividad que me permite ordenar mis ideas y plasmarlas en papel. Además, hay algo especialmente fascinante en llegar al gabinete de trabajo y observar las piezas o evidencias producto de la excavación. Es como ver cómo los fragmentos de una historia toman forma, y cada detalle aporta algo único al panorama general. Aunque este trabajo puede ser agotador y, en ocasiones, demandar recursos y tiempo significativos, la satisfacción que genera es incomparable.

4.En tus investigaciones, se mencionan los desafíos para acceder a información y materiales debido al saqueo de los campos de batalla. ¿Cómo han influido estas limitaciones en tu enfoque y qué estrategias has desarrollado para superarlas?

El saqueo de los campos de batalla plantea desafíos significativos para la investigación, ya que muchas evidencias cruciales han sido destruidas, afectando nuestra capacidad para explicar el pasado con precisión. Sin embargo, estas limitaciones también han influido positivamente en mi enfoque, empujándome a desarrollar estrategias más creativas y colaborativas. Primero, he adoptado un enfoque interdisciplinario que combina fuentes arqueológicas, documentales y etnográficas para compensar las lagunas de información. Por ejemplo, los registros históricos y testimonios orales han sido fundamentales para contextualizar lo que no puede recuperarse físicamente en el campo de batalla de Ayacucho. Además,

priorizo técnicas no invasivas, como el uso de tecnologías como drones y georradar, para identificar estructuras o evidencias en los campos de batalla sin necesidad de depender exclusivamente de hallazgos materiales. Esto me permite trabajar incluso en contextos donde el saqueo ha sido severo.

5. Tu trabajo pone el foco en los aspectos sociales y humanitarios de la guerra, temas que a menudo pasan desapercibidos en las historias militares tradicionales. ¿Por qué es importante explorar estas dimensiones y qué nos revelan sobre la experiencia humana en los conflictos?

Explorar los aspectos sociales y humanitarios de la guerra, en estos tiempos donde escuchamos de conflictos en otros países, es crucial. Solo con este tipo de conocimientos podemos ser conscientes de lo que realmente significa vivir en medio de una contienda. Además de ello también podremos comprender cómo estos eventos transforman profundamente a las personas, las comunidades y en conjunto a la sociedad, no sin dejar de lado su impacto en los paisajes donde se desarrollan.

Las investigaciones en arqueología de campos de batalla han demostrado que detrás de cada proyectil, trinchera o resto material, hay historias humanas: el sufrimiento de quienes combatieron, las pérdidas

irreparables para las familias y el impacto duradero en las sociedades de cada país. Estas dimensiones son esenciales para comprender que la guerra no solo puede verse como un evento heroico idealizado, sino como un fenómeno real cargado de dolor, sacrifico cuyo legado trasciende generaciones. Reflexionar sobre esto no solo nos ayuda a interpretar el pasado de manera más completa, sino que también fomenta una mayor empatía y comprensión sobre el impacto de los conflictos en la actualidad. En un mundo que aún enfrenta guerras y divisiones, recordar la dimensión humana puede ser un poderoso llamado a construir una cultura de paz y reconciliación.

6. En tus estudios, haces hincapié en reconciliar los relatos históricos con la evidencia arqueológica. ¿Podrías compartir algún descubrimiento que haya desafiado las versiones históricas más conocidas o que aporte nueva luz sobre los eventos de la Guerra del Pacífico o de la Independencia peruana?

En la Guerra del Pacífico, donde excavaciones han revelado datos sobre la vida cotidiana de los soldados que no se describen en los documentos históricos. Esto incluye hallazgos de utensilios, alimentos y objetos personales que muestran una realidad más humana y compleja mostrando aspectos que no se suelen referir en los documentos o partes de guerra. Estos descubrimientos no solo complementan la historia escrita, sino que también permiten dar voz a quienes participaron directamente en estos eventos, desde los soldados hasta las comunidades afectadas.

Uno de los casos más interesantes que he encontrado es el análisis arqueológico en los campos de batalla de la independencia peruana, como Ayacucho. Los hallazgos de municiones, restos materiales, la configuración geográfica como las zanjas o “Yaguar zanjas” en el campo de batalla y patrones de distribución de tropas han permitido reinterpretar algunos aspectos de la estrategia militar que no están claramente reflejados en los relatos históricos tradicionales. Por ejemplo, la evidencia sugiere que las posiciones defensivas y los movimientos de las tropas patriotas fueron más dinámicos y adaptativos de lo que se registra en las narrativas oficiales, las cuales tienden a simplificar las tácticas empleadas.

7. Tus publicaciones mencionan las consideraciones éticas en la excavación y análisis de restos humanos en campos de batalla. ¿Cómo manejas estas sensibilidades y aseguras el respeto hacia quienes perdieron la vida en el conflicto?

Siempre procuro abordar la excavación y el análisis de restos humanos en campos de batalla desde un enfoque profundamente respetuoso y ético. Entiendo que estos restos proporcionan evidencias arqueológicas, pero principalmente son los vestigios de vidas humanas que se extinguieron en contextos de conflicto, en circunstancias trágicas. Por ello, priorizo la dignidad póstuma y la memoria de quienes participaron en estos eventos. Además, reconozco que uno de los retos principales es garantizar que estos restos no se conviertan en objetos más dentro de una colección institucional.

Por ello, abogo por el entierro digno de estos combatientes acorde a

las prácticas religiosas de la época, de esta forma también podemos sensibilizar y fomentar una reflexión sobre la memoria histórica, la cultura de la paz y las implicaciones del conflicto. Pienso que, con esta perspectiva, los trabajos de investigación futuros pueden contemplar una labor respetuosa y sostenible con las vidas de aquellos que lo dieron todo por el país que hoy vivimos. Además, destacó la importancia de buscar financiamiento y alianzas interinstitucionales que permitan realizar investigaciones respetuosas y sostenibles.

8. Más allá de identificar individuos o reconstruir eventos, ¿qué implicaciones sociales tiene tu investigación en la arqueología de campos de batalla? ¿Cómo contribuye a que el público entienda mejor la historia, la memoria y los legados de los conflictos? Creo que la investigación que se ha venido realizando, posee implicancias sociales que se orientan hacia la identidad colectiva. Más allá de identificar individuos o reconstruir eventos históricos, este enfoque permite explorar cómo los conflictos han modelado paisajes, memorias colectivas e identidades. A través del estudio de los restos materiales, los lugares y las marcas del pasado, podemos entender cómo las sociedades procesan la guerra y sus consecuencias, no solo en términos de pérdidas humanas, sino también en transformaciones culturales, políticas y económicas.

Un aspecto central de mi trabajo es fomentar una relación crítica entre las personas y su historia. Al presentar hallazgos arqueológicos en contextos educativos y museográficos, se logra que el público comprenda mejor no solo los eventos históricos, sino también sus legados duraderos. Esto contribuye a resignificar los campos de batalla como espacios de reflexión, promoviendo valores como la paz, la memoria digna de los caídos y el entendimiento de los conflictos como fenómenos que trascienden lo bélico. Por último, mi investigación también busca integrar a las comunidades locales en este proceso, reconociéndolas como custodios de este patrimonio como el caso de Tacna o Ayacucho. Esto no

solo fortalece el vínculo de las personas con su historia, sino que también impulsa el desarrollo de una memoria histórica inclusiva y sostenible, que sirva como herramienta para la difusión de la cultura de la paz.

9. ¿Cuáles han sido algunos de los descubrimientos más sorprendentes o inesperados que encontraste en tus investigaciones en el campo de batalla del Alto de la Alianza y el campo de batalla de Ayacucho? ¿Cómo han enriquecido tu comprensión de la batalla y sus consecuencias?

En el caso del campo de batalla del Alto de la Alianza, uno de los hallazgos que más me impactó emocionalmente fue el descubrimiento de restos humanos de combatientes. Este hallazgo no solo me sensibilizó profundamente al conectar de manera tangible con los sacrificios humanos de esa época, sino que también me permitió reflexionar sobre la dimensión humana de la guerra, más allá de las estrategias y las tácticas militares. Me recordó que cada fragmento hallado cuenta una historia personal que forma parte de una historia que no debe quedar en el olvido.

Por otro lado, en el campo de batalla de Ayacucho, uno de los descubrimientos más inesperados fue la identificación de numerosas zanjas conocidas localmente como “Yaguar zanjas”. Estas formaciones naturales no están documentadas en los textos clásicos de historia militar, pero su análisis revela una importancia estratégica significativa. Parecen haber jugado un papel crucial en el desarrollo y la progresión de la batalla, proporcionando evidencia de tácticas que no habían sido previamente consideradas en el estudio de este conflicto. Este hallazgo me llevó a reexaminar cómo los combatientes utilizaron el terreno y adaptaron sus estrategias a las condiciones locales, ofreciendo una nueva perspectiva sobre la creatividad militar y la complejidad del enfrentamiento. Estos descubrimientos han enriquecido mi comprensión de las batallas, mostrándome que los relatos históricos tradicionales muchas veces necesitan ser complementados y cuestionados con la

evidencia tangible del campo. También subrayan la importancia de la arqueología como una herramienta para desentrañar detalles que permanecen ocultos en los textos, contribuyendo a una visión más completa y humana de nuestra historia.

10. En tus publicaciones, tocas el concepto de “dignidad póstuma” al referirte a los restos no identificados de combatientes. ¿Podrías profundizar en esta idea y explicar su importancia en la forma en que honramos y recordamos a quienes se perdieron en la guerra?

El concepto de “dignidad póstuma” se refiere al reconocimiento y respeto que se debe otorgar a los restos humanos, especialmente a aquellos que no han sido identificados, independientemente del tiempo transcurrido o del contexto en el que fallecieron. En el caso de los combatientes, este principio es crucial porque va más allá de las diferencias políticas o ideológicas, centrándose en la humanidad compartida de quienes participaron en el conflicto, esto ha sido más ampliamente trabajado por Roberto Parra, quien es uno de los más destacados investigadores forenses peruanos.

Profundizando en la idea, la dignidad póstuma implica tratar los restos con respeto, garantizar su adecuada preservación y, cuando sea posible, promover su identificación para devolverles su identidad y memoria histórica. Este acto no solo honra a los fallecidos, sino que también alivia, en cierta medida, el dolor de sus descendientes y comunidades al reconocerlos como parte integral de nuestra historia. Es, en última instancia, un acto de justicia histórica y un mensaje poderoso para las futuras generaciones sobre el valor de la paz y la humanidad.

11. Más allá de tu trabajo en la arqueología de campos de batalla, ¿Hay alguna otra área de la arqueología o historia que te apasione y te gustaría explorar en el futuro? Sí, definitivamente. Más allá de mi trabajo en la arqueología de campos de batalla, me interesa mucho la arqueología colonial o histórica. Aunque he tenido pocas oportunidades de involucrarme en investigaciones o proyectos relacionados con esta área, considero que es una etapa fascinante de la historia peruana, cargada de transformaciones culturales, sociales y económicas que marcaron profundamente nuestra identidad. Me gustaría explorar más a fondo este periodo, sobre todo desde la perspectiva de cómo las dinámicas del contacto cultural y la resistencia indígena se reflejan en el registro arqueológico. Creo que hay un gran potencial para vincular esta área con enfoques interdisciplinarios y con una narrativa histórica que dialogue con el presente.

12. Cuando no estás investigando o trabajando en el campo, ¿Qué actividades disfrutas para desconectar o recargar energías?

Me encanta viajar, y ya he tenido la oportunidad de conocer parte de los 24 departamentos de Perú, descubriendo que cada lugar es fascinante e inspiran a seguir conociendo nuestro país. También disfruto mucho viendo películas, que me permiten explorar otras culturas e historias. Además, tengo una gran pasión por comprar libros, que siempre terminan ampliando mis perspectivas. Por último, valoro enormemente las conversaciones con mis colegas Jack Chávez, Angélica Gómez, con quienes han sido un apoyo emocional e inspiración fundamental en estos años de trabajo, su apoyo y aliento han sido invaluables.

13. Si tuvieras que dar un consejo a alguien que está pensando en dedicarse a la arqueología, especialmente en áreas sensibles como la arqueología de conflictos, ¿Cuál sería?

La arqueología es una disciplina fascinante y enriquecedora, pero también compleja y muy demandante. A quienes estén considerando dedicarse a este campo, especialmente en áreas sensibles como la

arqueología de conflictos, les diría que se preparen para un camino de aprendizaje continuo y multidisciplinario. Es crucial especializarse en varios campos, como la antropología física, la historia militar y las ciencias forenses, dependiendo de su área de interés. También deben ser conscientes de que esta profesión puede implicar una inversión significativa de tiempo, recursos y dinero, especialmente para llevar a cabo investigaciones de calidad.

En el caso de la arqueología de conflictos, un consejo fundamental es actuar con extrema sensibilidad y respeto al momento de encontrar restos humanos. La dignidad póstuma debe ser una prioridad, no solo en el manejo técnico de los hallazgos, sino también en la forma de comunicar los resultados a las comunidades involucradas. La arqueología no solo trata sobre el pasado, sino también sobre cómo ese pasado sigue impactando a las sociedades actuales. En este sentido, más allá del rigor académico, es esencial tener empatía y un compromiso ético profundo.

Grupo Arqueolizándonos agradece a la Mg. Milena Vega-Centeno Alzamora, por su compromiso con el patrimonio, además de su gentil disposición y colaboración en esta entrevista, deseamos siempre los mayores éxitos en todas las investigaciones venideras

BAHÍA SECA, CASMA

Proyecto de Investigación

La primera temporada de investigación arqueológica en Bahía Seca, ubicada en el valle de Casma, ha marcado un hito en el entendimiento de la ocupación y dinámica social de esta región durante el Formativo Temprano. Este proyecto, liderado por un equipo multidisciplinario de arqueólogos peruanos, se ha propuesto reconstruir aspectos fundamentales de la vida cotidiana, la organización social y el manejo de recursos por parte de sus antiguos habitantes. En esta entrevista, exploramos los objetivos, metodologías, resultados y planes futuros de esta iniciativa, resaltando su

impacto tanto a nivel académico como comunitario. Hablamos con el licenciado Miguel Valqui quién nos comentó sobre todo lo acontecido durante esta primera temporada.

1. ¿Cuáles fueron los objetivos específicos Proyecto Bahía Seca en Casma?

"Tuvimos tres objetivos principales:

A) Recuperar restos de especies zooarqueológicas y arqueobotánicas para reconstruir el inventario de flora y fauna aprovechada por la población. Estos datos serán complementados y comparados con otras fuentes de evidencia.

B) Analizar la cerámica para determi-

nar formas y estilos decorativos. Este análisis se complementará con estudios petrográficos de las pastas y de la procedencia de las arcillas.

C) Excavar arquitectura residencial y monumental para identificar el tipo de ocupación en el asentamiento. Estos objetivos nos ayudan a formular hipótesis sobre la dinámica social, política y económica de Bahía Seca."

2. ¿Qué periodos históricos se ha investigado en este nuevo proyecto?

"El sitio fue excavado anteriormente en 1989 por Shelia y Thomas Pozorski, quienes lo atribuyeron principalmente al Formativo Temprano (1800-1200 a.C.) y en menor medida al Formativo Inicial (3000-1200 a.C.). En nuestras excavaciones actuales, hemos encontrado evidencias que también se relacionan principalmente al Formativo Temprano."

3. ¿Qué metodología se utilizó para las excavaciones y estudios arqueológicos?

"Aplicamos excavaciones en área, respetando los niveles estratigráficos. Se establecieron cuatro unidades de excavación en zonas residenciales y monumentales. Utilizamos el método Harris para el registro en campo. Las muestras de tierra pasaron por zarandas de diferentes mallas para recolectar evidencias pequeñas. Además, extrajimos muestras para análisis de microrestos vegetales, macrorestos, faunísticos, fechados por C14 y otros estudios especializados."

4. ¿Cuáles fueron los resultados de las excavaciones arqueológicas en este sitio?

"Los resultados fueron variados y significativos:

Unidad 1: Se encontró una vasija de cerámica completa, apisonados, restos de moluscos y material botánico.

Unidad 2: Se halló una banqueta, restos de un poste, pisos, quemas, restos óseos de fauna, moluscos trabajados, herramientas líticas pigmentadas y utensilios cerámicos.

Unidad 3: Se excavaron tres recintos residenciales con fogones, contextos de quemas, basurales orgánicos, fragmentos de cerámica, un mate completo, un piruro de piedra y utensilios de pesca.

Unidad 4: Se registraron fogones circulares y ovalados, restos de moluscos y fauna en un recinto doméstico."

5. ¿Quiénes formaron parte del equipo de investigación y cuáles son sus áreas de especialización?

"El equipo estuvo compuesto por arqueólogos provenientes de diversas universidades del país, incluyendo la Universidad Nacional Mayor de San Marcos, Universidad Nacional Federico Villarreal, Universidad Nacional de San Antonio Abad de Cusco y Universidad Nacional Pedro Ruiz Gallo. Entre ellos destacan, José María Alva Nuñez (UNMSM), Daniel Mayta Campos (UNMSM), Gabriel Renee Cóndor Rojas (UNMSM, Rodrigo José Padilla Sinchi (UNFV), Valeria Rosa Merma (UNSAAC), Angélica Lexy López Ramos (UNPRG), Luis Jhordan Vallejos Martínez (UNPRG), Candy Tatiana Bautista Barrios (UNPRG), Vivian Elena De la Cruz Panta (UNPRG), Moisés Alexander Requena Córdova (UNPRG), Brayan Joel Llontop Chanamé (UNPRG), quién te habla ( Miguel Angel Valqui Güimack -UNMSM), cada uno con experiencia en excavaciones, análisis cerámico y estudios de fauna, entre otras áreas."

6. ¿Cómo se planea involucrar a la comunidad local en el desarrollo del proyecto?

Se contempla iniciar con los colegios de las zonas. Una de las actividades es invitar principalmente a los colegios, pero también al público en general a visitar las excavaciones para que disfruten de una visita guiado del sitio arqueológico. Asimismo, se ha conversado con algunos profesores, como, por ejemplo, el docente Gustavo Valencia Tello del I.E. N° 88104 “María Parado de Bellido” de Nivín - Casma, para realizar charlas en las aulas sobre la labor de los arqueólogos. Además, de realizar coordinaciones futuras para un programa pedagógico relacionado al patrimonio arqueológico, en beneficios de los alumnos y docentes. Esperamos realizar otras actividades con la comunidad, ya que nuestra estancia en Casma es muy corta.

7. ¿Existieron colaboraciones con universidades u otras instituciones en el marco de este proyecto?

"Actualmente, el proyecto se financia con recursos propios. Sin embargo, estamos en conversaciones con autoridades locales y empresas privadas para colaboraciones futuras."

8. ¿Qué medidas se implementaron para la conservación y protección de los sitios arqueológicos?

Por el momento no se cuenta con un presupuesto para la conservación del sitio arqueológico. Por tanto, lo que hicimos fue seguir las instrucciones del Ministerio de Cultura para estos casos, es decir, enterrar las excavaciones una vez culminada la temporada. Sin embargo, hay que resaltar que el sitio de Bahía Seca no presenta una poligonal ni una declaratorio como Patrimonio Cultural de la Nación, que ayude a salvaguardar su integridad como sitio arqueológico de importancia histórica, por ello, realizaremos las gestiones que estén en nuestro alcance para revertir esta realidad.

9. ¿Cómo se comunicará el progreso y los hallazgos del proyecto al público y a la comunidad científica?

El progreso y los hallazgos de esta temporada se comunicó al público general por medio de las redes sociales del PIA, pero a las poblaciones más cercanas, pensamos llegar por medio de charlas. Mientras que, a la comunidad científica, por medio de presentaciones en eventos nacionales e internacionales y en publicaciones científicas, por ejemplo: este año, en noviembre, nos presentamos con dos ponencias en el XI Congreso Nacional de Arqueología.

10. ¿Cuáles son las metas a largo plazo del Proyecto Bahía Seca en términos de investigación y educación?

Las metas a largo Plazo del equipo de arqueólogos del Proyecto Bahía Seca es integrarlo dentro de un Programa Arqueológico, que articule la investigación no solo de este sitio, si no, de otros sitios contemporáneos del valle de Casma, como es el caso de Pampa de las Llamas-Moxeke, cuya intervención arqueológica, por parte de nuestro equipo de arqueólogos, inició en el 2022, con el fin de tener una visión integral de la historia social de este valle, para dichos periodos. Por otro lado, la visión del equipo de investigación es que este futuro Programa, este enmarcado dentro de una forma de investigación basada en la colaboración de diversos arqueólogos, con el fin de poder establecer diversas líneas de investigación y sacar adelante el análisis de las distintas evidencias arqueológicas. De igual forma, el Programa prestará importancia a los futuros profesionales arqueólogos, dándoles la oportunidad y el acceso a los materiales recuperados, y a la información necesaria para que puedan realizar sus investigaciones como tesistas. En síntesis, pretendemos que el Programa se constituya como un lugar donde el arqueólogo investigador interesado en conformar el equipo pueda acceder a formar parte de esta, ya sea como miembro activo, colaborador, tesista u otro interés académico. Felicitamos a todos los integrantes y directoresdelproyectoarqueológicoBahía Seca, deseando los mejores éxitos y por supuesto que sigan más temporadas a favor del patrimonio arqueológico, así como a la investigación.Agradecemos al licenciado Miguel Valqui la disposición y colaboración en todo sentido además de nuestro agradecimiento a todos los arqueólogos dentro del proyecto por su gentil aporte dentro de la entrevista sin su consentimiento esta no habría sido posible.

Entrevista: Grupo Arqueolizándonos

FRAGMENTOS QUE NOS CUENTAN HISTORIAS

INVESTIGANDO EL PASADO DE LA ZONA

MONUMENTAL DE LA CIUDAD DE TRUJILLO A TRAVÉS DE LA CULTURA MATERIAL

En la ciudad de Trujillo se han ejecutado diversas modalidades de intervenciones arqueológicas, el cual ha generado un gran acervo cultural prehispánico e histórico, que pocos conocen de su existencia, y que es necesario su estudio para fortalecer el conocimiento en esta parte de los Andes centrales. En este sentido, el Proyecto de Investigación de Colecciones de Materiales Arqueológicas (PICMA) – Trujillo. Tiene como objetivo principal analizar y caracterizar el material arqueológico, con la finalidad de establecer una secuencia tipológica para la Zona Monumental de la Ciudad de Trujillo (Región La Libertad).

Estos primeros acercamientos se vienen dando con el estudio del acervo cultural registrado durante la remodelación de redes subterráneas e iluminación del casco histórico de la ciudad de Trujillo, ejecutadas entre los años 2017 – 2019 y de las excavaciones realizado en el solar de la institución educativa 81011 Antonio Raimondi en Trujillo en el año 2019. El estudio se basa en la cultura material, considerándolos elementos complejos conexas con las sapiencias interpersonales, dentro de los que cobran trascendencia las expresiones materiales producidas y utilizadas por la sociedad en determinadas líneas espacio-temporales (Landa y Ciarlo, 2020).

Estas actividades arqueológicas se vienen realizado dentro de la Universidad Nacional de Trujillo, en el “Laboratorio de Análisis de Materiales Arqueológicos” de la Escuela Profesional de Arqueología – Facultad de Ciencia Sociales. Dicho espacio es dirigido por el Docente Responsable Mag. Francisco Javier Seoane Peyón y la Lic. Evelyn Sue Ellen Flores Dávila Técnica de Laboratorio.

Es importante mencionar que, para esta segunda etapa de investigación contamos como investigador asociado al PICMA con el Dr. Brendan J.W Weaver, del Department of Art History - Florida State University de los Estados Unidos de América, quien se encuentra realizado una colaboración para los estudios con un enfoque especial en la cultura material afroperuana.

Los resultados han permitido definir y clasificar la materialidad cultural de tipo cerámica en dos grupos generales: prehispánico e históricos,

sobresaliendo algunos artefactos en particular, que a continuación a grosso modo pasaremos a detallar.

Respecto al primer grupo de la materialidad prehispánica, sobresale la alfarería, con un cántaro completo de filiación cultural Chimú (1000 –1476 d.C.), junto con bordes correspondiente a ollas, platos, cantaros y tinajas, en su mayoría de manufactura Chimú.

El segundo grupo corresponde a la cultura material histórica, sobresaliendo la categoría de cerámica, el cual se clasifico en las siguientes subcategorías: cerámica transicional, cerámica virreinal - sin vidriar, cerámica virreinal - vidriada, mayólica, loza, gres y porcelana.

Sobresaliendo en el registro de este conjunto de bienes muebles, una pipa afro de cerámica con huellas de uso e indicios de haber sido esmaltada, presentando motivos decorativos de tradición africana occidental, denomina “triángulos colgantes” y es muy posible que sea el primer reporte afro-artefactual reportado para la ciudad de Trujillo que evidencia la resistencia mediante la memoria estética plasmada en este tipo de artefacto.

Es relevante indicar que el fragmento que corresponde a un plato de mayólica atribuible por sus particularidades al Siglo XVII, de tipo azul cobalto sobre blanco, presenta tres campos decorativos en el interior del plato (labio, paredes y base interna) y ostenta un ornato fitomorfo a modo de diseño central del artefacto.

Por otro lado, sobresalen conjuntos de alfares utilitarios virreinales, con el acabado vidriados y no vidriados, como fueron las botijas, bacines, jarras, platos, entre otros artefactos de la época.

Asimismo, se identificaron fragmentos de loza republicana en su mayoría con la técnica impresa por transferencia y pitados a mano con diferentes diseños en su configuración (geométricos, florales, paisajísticos, bucólicos, arquitectónicos, etc.) y sin olvidar de la baja proporción registrada de fragmentos de porcelana oriental, gres y cerámica transicional

En este contexto las evidencias que reportamos son de suma importancia para ir construyendo una narrativa desde el estudio de la cultura material arqueológica para la Ciudad de Trujillo, pese que provienen de palimpsestos que nos dificulta tener una lectura idónea. Sin embargo, siguiendo uno de los fines de la arqueología, que es la difusión, el PICMA ha venido presentándose en distintos eventos académicos nacionales e internacional, sobre los estudios que se desglosan de este material arqueológico.

Además, el PICMA cuenta con la red social – Facebook, en donde paulatinamente se compartirá los avances de las investigaciones, además de contenido referente a las líneas de investigación del proyecto que nos pueden seguir en: https://www.facebook.com/profile. php?id=61559703266286

Para ampliar esta información pueden consultar el siguiente artículo publicado en las actas del IX Congreso Nacional de Arqueología: https://www.academia.edu/125581724/Solano_J_Casta%C3%B1eda_J_Monz%C3%B3n_N_Catal%C3%A1n_D_and_Rengifo_M_2024_Estudio_Preliminar_de_la_Cer%C3%A1mica_Registrada_en_el_Centro_Hist%C3%B3rico_de_la_Ciudad_de_Trujillo_Costa_Norte_del_Per%C3%BA Si te encuentras interesado en desarrollar una investigación en base a la materialidad de la ciudad de Trujillo, te puedes contactar al siguiente correo electrónico: picmatrujillo@gmail.com

Autores: Lic. Jerry Solano Calderon

Mg. Juan Castañeda Murga Edición: Grupo Arqueolizándonos

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