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Conoce su historia Anslie Aquino
Anslie Aquino Arias
Como muchas y muchos pertenecientes a la comunidad trans, Anslie sufre de discriminación. “Espero un futuro lleno de tolerancia en cuanto a la diversidad de género, donde tengamos una vida llena de oportunidades y aceptación laboral”, nos dice. “Ahora mismo trabajo en un salón spa, pero mi deseo es tener un puesto mejor, ya sea en una oficina, en el área de modelaje o alguna actividad que realce el arte”, agrega.
Para conocer la historia de Anslie, de 26 años, debemos remontarnos a su infancia, una muy dura según nos cuenta, entre otras cosas, debido a un descontrol hormonal que se descubrió ya en una edad adulta. “Venía creciendo con ademanes no muy normales en una persona nacida con una identidad sexual de niño, es decir, mi voz era de niña, mi cuerpo no era sinónimo de ser varón. A la edad de 5 años tuve un trágico accidente mientras sufría el yugo de mi madre, quien es irreverente a sensibilidades de atención sexual… siente intolerancia hacia la comunidad en sí”, apunta.
En medio de todo ello, se sumaba la situación de que no tenía las mismas oportunidades de divertirse que sus hermanos. “No salía si no era acompañada, así que me encerré en los estudios o en los quehaceres de la casa”.
A los 17 años decide ‘salir del clóset’ y actualmente no cuenta con el respaldo de su familia, “sigo en la constante lucha de saber si algún día su apoyo llegará”.
Anslie llegó a nosotros vía el fotógrafo y activista por los derechos LGTBIQ+, Carlos Rodríguez, pero quizá la conozcas por su participación en la tercera temporada de MasterChef República Dominicana. Allí se demostró a sí misma que puede obtener lo que se propone, además de poder explorar una de las formas artísticas que más le apasiona: la gastronomía.
TEXTO Airam Toribio FOTOS Carlos Rodríguez
P ¿Cómo ha sido tu experiencia como mujer trans en RD? Mi vida siendo mujer
trans es dura como todas, pero amo cada etapa y disfruto al máximo cada cambio. La cruel realidad es que en el país en el que vivimos nos catalogan como las prostitutas más finas, sin saber que hay tantas transexuales que día a día trabajan por ser y vivir feliz… Mi mayor miedo es que cada día las personas nos sigan viendo como las malas de la película; al final lo que deseamos es ser felices en un mundo donde somos radicadas.
P Debido a que el estado no reconoce las identidades transgénero, es decir, las
personas trans* no tienen acceso a cambio de nombre legal y sexo bajo la cédula de identidad, ¿qué haces cuando vas al banco, o en el caso de MasterChef que
usaste tu nombre legal? Al ir al banco o entidades donde es necesario presentar la cédula de identidad se nos complica, ya que no nos parecemos a la foto del documento. En mi caso, siempre tengo problemas al ir a cualquier establecimiento. En ocasiones me rechazan el turno por suplantación de identidad. En el caso de MasterChef, se me indicó cambiar mi nombre para no causar un choque de identidad a los televidentes, ya que mi apariencia no se identificaba con mi nombre real que es Luis Alberto, así que decidí cambiar mi nombre a Anslie, el cual me brindó una aceptación más afable con el televidente.
P ¿Ha afectado la discriminación
tu salud mental? ¡No, jamás! Mi salud mental es sagrada e intocable. Asisto cada seis meses donde un psicólogo, referido por mi endocrinóloga, que es como quien dice mi médico de cabecera. El ser transexual afecta de cierta manera mi salud mental, ya que el cuerpo sufre cambios que cansan y dan paso a indecisiones de no saber que uno quiere en la vida, por ejemplo. Pero siempre trato de mirarme al espejo y llorar conmigo, reírme conmigo y decirme a mí misma que yo puedo, que valgo la pena y que si existo es para algo hermoso. Las críticas no me afectan porque la seguridad con la que cuento es más fuerte que cualquier ofensa.
“MI GRAN SUEÑO ES SER ACEPTADA CON TOLERANCIA Y PODER CAMBIAR DEFINITIVAMENTE MI NOMBRE POR EL QUE SIENTO SE IDENTIFICA MÁS CONMIGO”.
APOYO INCONDICIONAL

Anslie ha encontrado apoyo en Transsa, una ONG que da soporte a la comunidad trans y vela porque se respeten sus derechos en el país.

P Durante tu primera intervención en la tercera
temporada de MasterChef República Dominicana, dijiste que no tienes apoyo de tu familia, solo de tu jefa, ¿te sientes sola? ¿La vida trans en
RD es sinónimo de soledad? Al mudarme a Santo
Domingo, Dios puso en mi vida a un ángel de la guarda: mi jefa, quien se ha convertido en una madre para mí. Tanto ella como su esposo me han permitido pertenecer a una familia grande y amorosa donde puedo ser yo. De hecho, las fuerzas para participar en MasterChef me las dios mi jefa. Recuerdo que al momento de llenar la solicitud me dijo: mi hija, si quieres hacerlo, yo te apoyo. Respondiendo la última pregunta, la vida transexual en el país no es sinónimo de soledad, es sinónimo se ser valiente y afrontar la vida con ganas de luchar.
P ¿Qué significó MasterChef para ti? MasterChef
fue un sueño hecho realidad. Gracias a mi participación conocí a buenos amigos y amigas, dos de las cuales considero hermanas: la ganadora de esa temporada, Noemí, y a Grismaldy. Participar allí y recibir tanto apoyo me demostró que valgo como persona y que nadie es perfecto… que hay que ser felices si se gana o se pierde. No gané, pero me siento triunfadora por tener amigos y una familia tan hermosa; conocer a los jueces es un privilegio que no cambiaré nunca por nada.
P ¿La cocina te ayudó a conectar contigo? ¿Ha sido un refugio en tu transición? La cocina para
mí es un arte no un refugio. Es una plataforma donde puedo ser yo, donde puedo explotar mi creatividad y la sed de hacer cosas nuevas a través de algo que amo.
P Ahora gracias a las redes sociales y la apertura en otros países, las personas trans tienen mayor visibilidad. Sin embargo, en el plano respeto o aceptación social es otra cosa, ¿a qué crees se
deba? Hay un dicho que dice que el respeto y la igualdad comienzan en casa. Si en casa no te inculcan eso, entonces no respetarás a nadie. Ser aceptadas en la sociedad va de la mano con el respeto, que se va perdiendo por personas, que por el hecho de una ser diferente, te catalogan como la mala del cuento. Ser transexual no es un delito, solo es ser feliz conmigo misma. P