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HASTA SIEMPRE A UN HOMBRE ESPECIAL, DE MENTE BRILLANTE Y VISIONARIO QUE REVOLUCIONÓ LA IDEA DE LA SALA DE CORTE

desconocidas en la industria textilconfección, impulsó a la GFT de Turín - que en ese momento era la mayor y más innovadora empresa de confección italiana-, a querer a este joven emprendedor a toda costa en su personal y que había sido entrevistado por pura casualidad, luego de que respondiera a un anuncio sin saber que se trataba de una empresa textil. Una señal del destino, porque a partir de ese momento Franco se trasladó con su familia a Turín, donde nació en 1971 su segundo hijo, Fabrizio, hoy Director General de Morgan Tecnica, y en donde Franco decidió dedicarse, con absoluta pasión y dedicación, al progreso organizativo y tecnológico para la Industria de la Confección, especialmente para la Sala de Corte.

De hecho, en seguida comprendió la enorme importancia estratégica de ese departamento, especialmente en la practica de extender la tela porque, como le encantaba decir:

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Franco Giachetti nació en Pisa el 5 de diciembre de 1939 y murió en Brescia el 19 de diciembre de 2022. Después de estudiar electrónica, una materia casi futurista en ese momento, en 1966 se casó con Graziella Taglioni también de Pisa y juntos se mudaron a Veneto, a Conegliano (TV), donde trabajó como el responsable de tiempos y métodos en Zoppas, una gran empresa italiana, líder en la producción de electrodomésticos.

Dos años más tarde nació su hija mayor, Federica, hoy Presidenta de Morgan Tecnica Spa. En aquel entonces, para Franco se dio un giro inesperado y fundamental en su vida y carrera. De hecho, su experiencia en técnicas organizativas de vanguardia para la optimización de la producción, aún

“una vez tendida la capa de tela, el consumo de tejido es definitivo, para bien o para mal. En las siguientes fases, a partir del corte, solo se logra mejorar la calidad y la eficiencia, pero no es posible controlar el consumo de la tela. ¡Y el costo de la misma impacta en promedio más del 50% del costo industrial total de la prenda”. Simplemente no podía superar el hecho de que, en ese momento, una fase tan importante como la información fuera tan subestimada e ignorada por el progreso tecnológico, al grado de quedar en manos de la autogestión de los trabajadores del departamento, sin las herramientas adecuadas y sin ningún tipo de tecnología y soporte, a lo sumo solo carros tendedores mecánicos básicos. Su misión se convirtió, entonces, en el diseño y construcción de máquinas y softwares para la organización eficiente e integrada de la Sala de Corte, la optimización del consumo de tejido, la automatización del tendido y de las fases anteriores y posteriores al mismo, hasta el corte automático, hecho años después. El primer proyecto tomó forma en Turín, a finales de los años 70, en el Ima Spa, fundado por él y posteriormente trasladado a Palazzolo (BS), donde se mudó con su familia en 1980. Pero fue a partir de 2008, cuando apoyó a sus hijos en la fundación de Morgan Tecnica Spa, y en donde por fin pudo dar rienda suelta a sus ideas más innovadoras y dar cuerpo a su visión de una Sala de Corte integrada, automatizada y verdaderamente optimizada, logrando la satisfacción personal y profesional que él siempre mereció.

En más de 4 décadas, adquirió una experiencia y conocimientos inigualables en el sector gracias, sobre todo, a su curiosidad mientras visitaba y estudiaba innumerables Salas de Corte en todo el mundo, lo que supuso para él una increíble oportunidad de aprendizaje de hábitos y costumbres siempre nuevos, diferentes y peculiaridades, gracias a la asesoría que a menudo brindaba a los clientes, buscando las mejores soluciones y configuraciones personalizadas para cada empresa.

El “saber hacer” de Franco Giachetti fue único e invaluable y le permitió inventar algunas de las innovaciones más importantes y populares del sector: la primera tendedora electrónica; la primera tendedora con sistema “libre de tensión” con barra bailarina electrónica; la primera tendedora automática sin pinzas, con programación incluso para escalones irregulares, vía encoder; la primera tendedora interconectada con PC a bordo; el primer sistema de alimentación de rollos automático y programable, de carrusel a tendedora y viceversa; el primer software de planificación de órdenes de corte… solo por nombrar algunos.

Franco Giachetti nos ha dejado un inmenso legado humano y profesional: de respeto, empatía y generosidad, de rigor moral, lealtad y apego a los valores fundamentales de la familia, el trabajo y la honestidad; pero también el de una persona emprendedora, visionaria, ingeniosa y de espíritu irreverente; amante de los desafíos y siempre a la vanguardia de las innovaciones tecnológicas y la modernidad.

Siempre le encantó rodearse de jóvenes, de los que siempre se inspiraba para nuevas ideas y soluciones y que al mismo tiempo se veían inspirados con su brillante ejemplo y su inmensa experiencia, en un intercambio que él, con su actitud informal, su sentido del humor y su humildad natural, los consideraba sus iguales. Exigió que todos sus colaboradores, incluso los recién llegados, se dirigieran a él personalmente y lo llamaran Franco, no señor Giachetti. A todos enseñó la diferencia entre ser y no autoritario, y que el respeto- a diferencia de la mera reverencia formal- no se puede imponer, sino que solo se puede ganar con hechos. Y prueba de ello, la enorme y conmovida asistencia a su funeral. Fue extraordinariamente querido y respetado por todos los que lo conocieron y que tuvieron el privilegio de pasar tiempo con él, tanto en el trabajo como en la vida privada.

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