Malas palabras nro 22

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En la legislatura contra el fracking El 18 de septiembre, se realizó en la Cámara de Diputados la jornada debate «Hacia una política energética no contaminante». Organizado por Rita Liempe (Unidad Popular), estuvieron presentes representantes del Observatorio Petrolero Sur, de la Asamblea de Concejales de la Cuenca Claromecó, de la secretaria de pueblos originarios de la CTA, del centro de Estudiantes de la Facultad de Ciencias Naturales de la UNLP, además del diputado provincial de Neuquén, Raúl Dobrusín (UP) y los legisladores de la provincia de Buenos Aires, Ricardo Vago y Ricardo Lissalde. «No hay claridad en la política energética de Scioli. Nuestra tarea es instalar el tema en la agenda de los bonaerenses, para no comernos un sapo posteriormente. Como en el caso de Neuquén, donde con más de 300 pozos no convencionales, encuentra la resistencia de todo el pueblo. No queremos trabajar sobre el hecho consumado, realicemos todos los estudios pertinentes antes de hacer una catástrofe», finalizó diciendo la diputada de Lincoln. El neuquino Dobrusín, un experto en un tema tan presente en su provincia, aseguró por su parte que «desde hace un año estamos discutiendo el tema en Neuquén y hoy la discusión sobre la explotación convencional de petróleo no está saldada. Lo primero que uno como ciudadano busca, es que el Estado responda y se haga cargo de controlar los pozos de producción. La Secretaría de Ambiente de la provincia de Neuquén cuenta con cuatro inspectores para los más de seis mil pozos que tiene la provincia. Como se imaginarán tan poco control no alcanza. Cuando la población empezó a discutir este tema, el gobierno neuquino en un gesto de preocupación compró siete camionetas. Ahora bien, son cuatro inspectores para siete camionetas: sobran tres camionetas». «La realidad -relata el legislador de la UP- es que existen diferentes recursos basados en aplicaciones tecnológicas, como el sistema satelital y ninguno de ellos se está utilizando en la provincia. No se mide ni el petróleo que se produce. Las empresas pagan regalías e impuestos en función de lo que ellos declaran que producen, tanto en el petróleo como en el gas». «En torno a esta problemática, en Neuquén hemos logrado que la legislatura discuta con nuestro pueblo, el convenio YPF-Chevron. Y no sólo porque es Chevron,

sino por lo que significa el método de fractura no convencional, que es realmente terrible. Este método traerá consecuencias irreparables para la provincia. Citando a la socióloga Svampa: Neuquén se ha transformado en una zona de sacrificio», añade. «Hubo una decisión política – prosigue- para que la provincia sea una ‘zona de sacrificio’ y así no tener que importar tanto gas. Los 13 mil millones de dólares por año que se van en importación de gas, han decidido que se produzcan allá, sin reparo en todo lo que se pierde en materia social y ambiental. Hay que sacar el gas y el petróleo como sea. Esa es la premisa que han definido». Para graficar la idea, explica que «en el departamento de Añelo, donde se han encontrado estas reservas no convencionales de petróleo, la primer gran obra que se hizo fue la construcción de un casino. No hubo ningún loteo nuevo, ni hoteles nuevos, sino que se construyó un casino. En Neuquén hay dos cosas que tienen beneficios impositivos. Actividades que mientras duren no se les pueden aumentar los impuestos: el petróleo y el casino. Son las dos cosas que van en comunión». «No solo es el ‘fracking’, sino también lo social, como se destruyen todas las estructuras sociales. El término es bastante amplio y requiere el análisis de muchas aristas. Necesitamos que el tema se instale en todo el país, porque los neuquinos solos no vamos a poder contra todos los intereses empresarios que existen», convocó Dobrusín para finalizar.

Raúl Dobrusín, diputado neuquino de la UP 27


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