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Abdón Ubidia
Por: Paula Báez Berni
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Abdón Ubidia, uno de los escritores más renombrados del Ecuador, dice de sí mismo que “no tiene personalidad al momento de escribir”, pues practica novela, cuento, teatro y, por supuesto, el ensayo, como en su última obra La Aventura amorosa y sus personajes (dos ediciones en tres meses), que trata sobre un hecho fundamental de la actualidad: el amor no siempre permanente.
Una emblemática obra de ensayo reflexivo sobre el amor que nace para morir, que nos hace entender el rol que tenemos dentro de la sociedad como personajes que aún, sin saberlo, son parte de una aventura amorosa.
Se basa en la literatura, con investigaciones que hacen referencia al tema y su evolución a través del tiempo.
Una de mis primeras intenciones al escribir este libro es identificar la relación entre literatura y vida: no hay novela que no trate de amor y, por otro lado, no hay otro saber humano que el literario que se ocupa específicamente de la vida humana, pues, como decían los posformalistas rusos: la literatura es la ciencia de la vida. Es así que todas las afirmaciones son mencionadas con ejemplos tomados de la literatura, empezando por El Quijote, pero también por Madame Bovary, Bella del Señor, Lolita, etc., obras que muestran en vivo y en directo todas las vicisitudes que pasan dentro de una aventura amorosa.
La aventura amorosa y sus personajes trata sobre un hecho fundamental de la actualidad: el amor no siempre permanente.
El tema de La aventura amorosa más bien reviste la condición de algo efímero que, en muchos casos, obedece al debilitamiento de las relaciones familiares, el rebajamiento del pater familias (padre de familia vertical) que ya es solamente un padre hermano, horizontal, que no tiene el peso autoritario que en épocas pasadas tenía; las migraciones también han cambiado el escenario familiar, existen muchas familias monoparentales o que incluso tienen padres delegados, abuelos, tíos, amigos, etc., a cargo de los niños. Y, por otro lado, también existe un nuevo tipo de relaciones las conocidas como GLBTI (gays, lesbianas, bisexuales, transexuales e intersexuales), uniones que afectan ese juego familiar que antes habíamos conocido.
Detrás de todo este escenario prolifera otro tipo de relaciones: La aventura amorosa, que no es más que una condición indispensable en muestra sociedad, además es suprahistórica, pues podemos tener muestras de ella en culturas tan distintas como la quechua, mestiza, japonesa, hindú y otras más. Mi interés básicamente ha sido el retorno a un humanismo fundamental donde se reconozcan personajes emblemáticos que han subsistido a lo largo de la historia y de las diversas culturas.
La aventura amorosa es una fase en la vida de muchas personas que luego terminará, ya sea formalmente en matrimonio o informalmente en la pasión amorosa: ese estado de embrujamiento, de hipnosis, en el cual se logra abolir las reglas propias del mundo, cuando los amantes se creen que son dos en uno y por otro lado que su amor va a ser eterno. También hay un inicio, desarrollo y un fin que casi siempre es trágico, o simplemente provoca el inicio de una nueva aventura con un sustituto del amante.
Caracterizo a estos personajes constantes que no siempre han sido identificados: el amante, quien busca amar; el amado, el oscuro objeto del deseo del amante; el engañado, quien ignora la aventura, puede ser un novio, pretendiente, esposa, etc.; el rival, que puede ser el mismo cónyuge celoso; el confidente, como un espectador de la aventura; el alcahuete, figura universal que facilita la relación; el coro social, el concierto de voces que murmura, todos quienes dicen que saben sobre la relación y finalmente el sustituto.

