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Perspectivas del Libro y la lectura Por: Fausto Segovia Baus
Perspectivas del libro y la lectura
Por: Fausto Segovia Baus Edyta Asociados
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Los nuevos lectores, las narrativas digitales y las opciones editoriales marcan nuevas vías a la industria editorial para reformular los procesos de producción y distribución. Está claro que la tendencia actual del libro y la lectura está signada por la inteligencia artificial, el big data y la realidad virtual, que cambiará el ecosistema del libro en los próximos años.
El libro es algo indefinible. Para el diccionario Larousse, el libro ‘es el conjunto de folios impresos y reunidos en un volumen encuadernado en rústica o pasta dura’. El libro es el pensamiento escrito. Por eso, no podría concebirse el conocimiento sin el libro, que vendría a ser la expre sión más elevada de la modernidad, y gracias a la imprenta, fue el camino por donde transitó la ciencia, el arte y la literatura en los últimos quinientos años. El libro se considera, hoy en día, como una expresión de la libertad humana.
ORÍGENES
Se cuenta que en la tierra de Elam -actual Irán- hace más de seis mil años apareció un sistema de símbolos impresos en ladrillos. Había nacido la escritura denominada cuneiforme, que fue desarrollada después por los sumerios, en Mesopotamia. En estos ladrillos se informaba, mediante cuñas, sobre la vida cotidiana, las cosechas, las guerras, la vida hogareña, etc.
Más tarde floreció la escritura pictográfica, es decir, las imágenes –de seres humanos, plantas y animales– que representaban situaciones de la sociedad y de la cultura de entonces. Esta escritura se halló en las pirámides de Egipto y sus alrededores. Pero con el tiempo surgió la escritura ideográfica que dio origen a la fonética y la silábica. Con la creación de la escritura se dio un salto cualitativo sobresaliente, que hizo posible la expresión de los pensamientos en signos con significados. Termi nó así la prehistoria y nació la historia.
REVOLUCIONES
Los historiógrafos registran que en la humanidad han existido tres revoluciones: la revolución del lenguaje, la revolución de la escritura y la revolución de la imprenta. Otros añaden la revolución del libro. El lenguaje significó el comienzo de la revolución cultural nunca antes conocida, al producirse, en el homínido más evolucionado, el pensamiento o capacidad cognitiva. La escritura, en cambio, implicó el registro del pensamiento en tablas y ladrillos, y la imprenta hizo posible la producción en serie de un invento maravilloso: el libro.
EL LIBRO EN EL ECUADOR
En la Colonia, Quito se destacó por sus bibliotecas con libros traídos del viejo mundo. Entre los primeros frailes franciscanos se encuentran los flamencos, Fray Jodoco Ricke, primo del emperador Carlos V, y Pedro Gosseal. Con los libros traídos por los eclesiásticos desde Europa se inicia la biblioteca del convento de San Francisco.
Las bibliotecas de los monasterios de Quito fueron provistas de libros de obras públicas en España, Francia e Italia. Después varios monasterios establecieron talleres caligráficos donde los frailes copiaban y adornaron manuscritos. A pesar que en Quito todavía no existía imprenta, las bibliotecas de esta ciudad atrajeron la admiración de los visitantes extranjeros del siglo XVIII, y no solamente la de los conventos, sino también las bibliotecas privadas. tipógrafo de esta imprenta fue Juan Adán Schwartz, nacido en Dilligen - Alemania, quien llegó a Ambato a fines de 1754. El jesuita José María Maugeri fue el iniciador de la primera imprenta en el territorio nacional. La razón de su establecimiento en Ambato y no en Quito fue porque el padre Maugeri fue nombrado Superior de la Resistencia y el colegio de la Compañía de Jesús en Ambato, y esta imprenta fue trasladada a esa ciudad el 22 de febrero de 1750, según Wilson Hallo (1992).
El primer bibliotecario fue Eugenio Espejo, prócer del Ecuador. La Biblioteca Nacional –que heredó el fondo editorial de los jesuitas– se constituyó en el sistema ecuatoriano que protege el acervo cultu ral más importante del país. En este contexto no puede dejar de mencionarse el Centro Cultural-Bi blioteca “Aurelio Espinosa Pólit”, en Cotocollao, que registra un archivo documental estimable.
DEL TEXTO AL HIPERTEXTO
Con 700 años de vida, aproximadamente, el libro tiene vida para rato, aunque los agoreros del desastre anuncian su muerte con la llegada del libro digital. La experiencia ha dado razón a los aman tes de los libros físicos, por lo que representan, por lo que contienen y los afectos que llevan a recuerdos de lecturas inolvidables.
La Cámara del Libro, Núcleo de Pichincha, es la entidad más prestigiosa del país, por su feria anual, por sus emprendimientos y actividades para for mar nuevos lectores, así como por el ISBN, que es el sistema de registro y certificación internacional de todas las publicaciones.
La democratización de la palabra es un proceso irreversible. El número de lectores y los libros publicados aumentan, pese a las dificultades burocráticas. Los nuevos lectores, las narrativas digitales y las opciones editoriales marcan nuevas vías a la industria editorial para reformular los procesos de producción y distribución. Está claro que la tendencia actual del libro y la lectura está signada por la inteligencia artificial, el big data y la realidad virtual, que cambiará el ecosistema del libro en los próximos años.