Desafíos
Las vitrinas pedagógicas, filtro de la calidad educativa L
a Asociación Ecuatoriana de Editores de Libros de Texto conjuntamente con el Ministerio de Educación en el año 2006 impulsó la planificación y ejecución del proyecto “Texto Gratuito” que va en beneficio de los sectores de la educación fiscal. Por Vicente Velásquez Guzmán Ex Presidente de la Asociación Ecuatoriana de Editores de Libros de Texto
En un trabajo conjunto con el Ministerio de Educación, se consideró que era indispensable la participación del maestro o docente, que es el verdadero actor en la educación de los niños y niñas, para la elección de los textos que en la actualidad son entregados a todos los sectores fiscales, municipales y fisco-misionales del país. En el año 2006 el Gobierno Nacional planteó su proyecto de dotar de textos gratuitos a los estudiantes de los diez años de la Escuela Básica. Para atender a este requerimiento, el Ministerio de Educación convocó a las Primeras “Vitrinas Pedagógicas” como recurso para la selección de textos en las áreas fundamentales de estudio, mecanismo que tuvo dos instancias: la evaluación pedagógica de una Comisión de técnicos del Ministerio y sobre los materiales preseleccionados, el escogitamiento por parte de comisiones de docentes. Terminado este proceso, el país entró en una nueva etapa donde era ya una realidad estudiar dignamente con materiales de calidad que el mercado editorial tuvo en esa época.
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Nuevo referente curricular
Al vencimiento del plazo derivado de las Primeras Vitrinas Pedagógicas, tres años después, el Ministerio de Educación puso en vigencia el documento Actualización y Fortalecimiento Curricular de la Educación General Básica, que supone un cambio importante en el enfoque, la metodología y la organización de los contenidos de las diversas áreas del currículo, en comparación con el referente vigente desde 1996. En paralelo, esa Secretaría de Estado convocó a una nueva licitación para seleccionar textos para las áreas básicas del Currículo, pero ajustados al nuevo referente curricular. Las bases establecían requerimientos pedagógicos, metodológicos y de diseño muy exigentes que debían tener los nuevos materiales. Se nos imponía a los editores de libros de texto un enorme desafío y responsabilidad frente a las necesidades del sistema educativo básico ecuatoriano. Para el sector editorial, el desafío implicó varias decisiones. En primer lugar, renovar el compromiso institucional de continuar contribuyendo a la mejora cualitativa de la educación ecuatoriana, sin otra garantía de éxito que un trabajo profesional y serio, en busca de contribuir con el país desde uno de los frentes más complejos y a la vez hermosos que tiene la sociedad: desde la educación.