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OKLAHOMA

ANGELES EN TULSA

Saciando la Necesidad

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Mientras el reloj marcaba las 3:45 de la tarde, el termómetro mostraba una temperatura superior a los 90 grados Fahrenheit. El domingo, 26 de julio, por una de las vías principales de la ciudad de Tulsa, Oklahoma, ya se había formado una larga fila de mas de 400 carros a la espera. Comenzarían a repartir 1,500 cajas de comida para ayudar a aliviar la crisis alimentícia causada por la pandemia del COVID-19.

Todo había comenzado varios meses atrás cuando muchos de los miembros de la iglesia se habían unido para trabajar en la remodelación de un local alquilado y ponerlo al servicio de la comunidad como el Centro Comunitario Adventista de Tulsa. Ahora queríamos que toda la ciudad supiera que la Iglesia Adventista ofrece esperanza y está presente cuando las personas más lo necesitan; las emisoras de radio locales y la cadena de televisión local se habían unido para promocionar este evento patrocinado por la Iglesia Adventista. Para muchos en la ciudad, por primera vez escuchaban el nombre de nuestra iglesia y mientras esperaban en la fila, tuvimos el privilegio de entregarles alguna literatura que contenía algo más valioso que la comida física y era el pan espiritual que sacia el hambre de la eternidad.

Más de 60 voluntarios se unieron para entregar, ordenadamente a cada familia, una provisión de alimento. Al final, mientras se dirigía el tráfico nuevamente hacia las vías de la ciudad, se podían observar las caras felices de los que habían recibido esta ayuda; las sonrisas de agradecimiento y las palabras de ánimo que nos reconfortan para seguir adelante con la tarea que el Señor nos ha encomendado.

No podré olvidar aquella anciana que desde la ventana de su auto nos dijo: “Ustedes son Ángeles. Nosotros no teníamos nada en nuestra despensa y ahora Dios ha provisto a través de ustedes el alimento para nuestra mesa”.

“En aquellos días, como había una gran multitud, y no tenían que comer, Jesús llamó a sus discípulos y les dijo: Tengo compasión de la gente…no tienen que comer”, Marcos 8:1-2.

Que Dios pueda seguir usando nuestras manos para compartir el pan, saciar esa necesidad y mostrar a cada persona que hay un Dios que provee para todas nuestras necesidades tanto físicas como espirituales.

Luis Prieto es el pastor del distrito Central de Tulsa en el estado de Oklahoma.