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TEXICO

ARDIENDO POR DIOS

Una Fe Creciente

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En el mes de marzo del 2020, en una noche oscura, Marisol Delgado fue despertada por alguien tocando su puerta. Era su hermana Claudia quien acababa de recibir la noticia de que la casa de Marisol en Farmington, N.M. estaba en llamas. Marisol y Claudia se encontraban actualmente en Carlsbad con sus familias durante un trabajo temporal para sus maridos. Marisol y su esposo Adrian partieron a Farmington tan pronto como pudieron y pidieron a los miembros de la Iglesia Adventista del Séptimo Día de Carlsbad que oraran por ellos. El viaje de ocho horas se sintió como una eternidad y su única esperanza era que el incendio no había sido severo. “Mientras estábamos en el camino, agradecimos a Dios que no había nadie en la casa,” dijo Marisol. “Mi hija solía quedarse allí mientras estábamos fuera.” Marisol y Adrian no estaban preparados para lo que vieron cuando llegaron a su casa. La casa donde criaron a sus hijos y habían compartido hermosos recuerdos prácticamente desapareció. Mientras estaban allí en estado de shock, un bombero les entregó algo.

Sentí que Dios me estaba tranquilizando...me estaba diciendo que estaba ahí con nosotros y que todo iba a estar bien.

“Me dijo que esta era una de las pocas cosas que había sobrevivido el incendio”, dijo Marisol. “Era la Biblia que mi esposo había recibido el día de su bautismo. En ese momento sentí que Dios me estaba tranquilizando, parecía que me estaba diciendo que estaba ahí con nosotros y que todo iba a estar bien”. Meses después de el incendio, Marisol y su familia se enteraron de que alguien había provocado el incendio intencionalmente. También descubrieron que su plan de seguro del hogar no cubría los daños a la propiedad personal. “Es difícil perderlo todo y tener que empezar de cero,” dijo Marisol. “Pero no teníamos ninguna duda de que Dios estaba con nosotros y que las cosas funcionan para bien para quienes lo aman.” La familia Delgado y la iglesia de Carlsbad continuaron orando por la situación y se emocionaron al saber en agosto que la compañía de seguros había revisado su caso y había decidido pagarles por la pérdida total. Juntos lloramos con gratitud por las oraciones contestadas y por las bendiciones de un Dios poderoso que se preocupa por los detalles de nuestras vidas. Aunque esta preciosa familia ha experimentado literalmente una prueba de fuego y desde entonces se ha visto afectada económicamente por la pandemia de COVID-19, su fe sigue creciendo con fuerza. Es una fe ardiente por Dios. “Las palabras no pueden expresar mi gratitud”, dijo Marisol, “Hemos vivido un año difícil, pero Dios mantiene el control. Él nos ama sin medida. No sé qué problema puedes estar enfrentando, pero créeme cuando te digo que Dios es bueno. Él nunca te dejará, todo lo que tienes que hacer es reclamar sus promesas.”

| Jonathan Gonzalez es el pastor de la Iglesia Adventista del Séptimo Día de Carlsbad en New México.