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El disfraz de mamá
Desde que una mujer se convierte en madre, comienza un camino por encontrarse con la mujer en la que se ha convertido. Atrás quedó lo que era, pues, aunque muchas tratan de recuperar su vida antes de ser madres, la realidad es que tener un hijo te cambia para siempre y jamás vuelves a ser la misma. Así que en el camino de encontrarte nuevamente o descubrir en quién te has convertido, ensayas toda clase de disfraces que a veces te quedan y a veces no.
A esos disfraces podemos llamarlos estilos, que reflejan facetas de la personalidad de cada mamá, pues responden a las circunstancias que cada día debe enfrentar. Hechos&Crónicas te trae algunos ejemplos de disfraces que muchas mamás se ponen, ilustrados con la Palabra de Dios.
La mayoría de mamás ensayan este disfraz cuando se convierten en madres. Quieren que todo en la crianza de sus hijos sea impecable, perfecto y establecen estándares muy altos.
Aunque su intención es buena, los estudios revelan que el perfeccionismo puede generar estrés, ansiedad, irritabilidad, problemas con los hijos y desencadenar el síndrome de burn out.
La psicóloga Brené Brown señala que “el perfeccionismo está vinculado con la percepción de no ser suficiente y puede obstaculizar la conexión auténtica con los demás”.
De hecho, este es un disfraz que muchas se prueban y terminan por quitarse, pues es insostenible a largo plazo.
En vez de querer que todo esté perfecto, la invitación es a confiar más en Dios y entregarle cada necesidad que los hijos tienen.
No se inquieten por nada; más bien, en toda ocasión, con oracióny ruego, presenten sus peticiones a Dios y denle gracias. Filipenses 4:6.
Mamá entregada
Pareciera ser una mamá 10. Es aquella que deja de lado sus propias necesidades para priorizar las de su familia. Y aunque su entrega es admirable, es frecuente que también deje de cuidarse a sí misma o postergue sus necesidades: es la última en comer, la que olvida ir al médico, la que no duerme lo suficiente, la que muchas veces se descuida sí misma para cuidar a los demás.
Pero la mamá que se prueba este disfraz necesita cuidar también de sí misma. Según la Asociación Americana de Psicología, “el autocuidado es fundamental para prevenir el agotamiento y mantener una salud mental óptima”.
Vengan a mí todos ustedes que están cansadosy agobiados,yyo les daré descanso. Mateo 11:28.
Mamá estricta
Este es un disfraz que muchas mamás se ponen cuando sus hijos comienzan a crecer y a tomar sus propias decisiones. Se trata de una madre que establece reglas estrictas y espera obediencia sin cuestionamientos. Aunque la disciplina es esencial, estudios indican que un enfoque autoritario puede afectar negativamente la autoestima de los niños y su capacidad para tomar decisiones independientes.
Padres, no exasperen a sus hijos, no sea que se desanimen. Colosenses 3:21.
Mamá relajada
Es esta mamá que toma un enfoque más flexible y menos estructurado en la crianza. Y aunque fomenta la independencia en sus hijos, muchas veces olvida equilibrar la libertad con límites claros, lo que podría llevarlos a tener demasiada libertad en aspectos de la vida para los que no están preparados. Diversas investigaciones sugieren que una crianza demasiado permisiva puede llevar a problemas de comportamiento en los niños. La psicóloga educativa, Michele Borba, asegura que hay que basarse en lo que un niño es capaz de hacer y debe haber una guía o “andamiaje”, para ayudarle a mantenerse seguro.
Corrige a tu hijo,y te traerá descanso; te dará muchas satisfacciones. Proverbios 29:17.
Mamá tranquila
Este es menos disfraz y es a lo que la mayoría de madres deberían aplicar. Se trata de una mamá que mantiene la calma incluso en situaciones estresantes, proporcionando un ambiente sereno para sus hijos. Según diferentes estudios científicos, es en la zona central del cerebro, concretamente en el Sistema Límbico, donde se crean las emociones que responden a las alegrías, tristeza o angustias. La capacidad de regular las emociones es crucial en la crianza, ya que los niños aprenden a manejar sus propias emociones observando a sus padres. No hay una mejor manera de regular las emociones que entregándoselas a Dios. Una mamá tranquila es aquella que mantiene su confianza en Dios, sin importar las circunstancias.
El que es paciente muestra gran discernimiento; el que es agresivo muestra mucha insensatez. Proverbios 14:29.
Hechos&Crónicas habló con Jana Carvajal, psicóloga con más de 20 años de experiencia, quien nos brindó la siguiente reflexión: “Cuando el Señor nos da el privilegio de ser mamás, son varias las cosas que llegan a la mente, sobre todo la pregunta de si lo haremos bien o no, y eso hace que muchas entremos a un estado de estrés que en nada ayuda a disfrutar el hermoso trabajo que Dios nos ha dado. Si el Señor decidió darte esta oportunidad, es porque Él sabe que puedes hacerlo de la mejor manera, como tus hijos lo necesitan.
En este mundo tan hiperconectado encuentras información de todo tipo y esto hace que puedas perderte en un sin número de maneras de ser y de hacer las cosas como mamá. Pero quiero decirte que tú eres única y eso es lo que tus hijos necesitan de ti. Querer cumplir con todas las exigencias hace que no conozcas la verdadera necesidad de tus hijos y que no disfrutes el descubrir juntos un mundo nuevo cada día. Para lograr cumplir este rol con éxito (ojo, no perfección) debes cuidar primero de ti, estableciendo rutinas claras, donde puedas ser asertiva contigo misma, entregando lo mejor de ti para ti y para los otros.
Recuerda que no eres perfecta, eres real. Esto hace que en algunos momentos no sepas qué hacer o te equivoques. No te culpes, recuerda que para tus hijos siempre serás la
mejor madre que podrían haber tenido. Relativiza los momentos emocionales que vives como mamá, este rol puede llevarte a un torbellino de emociones, es por eso que debes tomar distancia, gestionar lo que sientes y disfrutar cada momento porque es único y no volverá”. Cuando te pones un disfraz que no te queda, te sentirás cansada, perdida, desubicada… De hecho, puedes pasar por estos y por muchos otros tipos de “disfraces” de mamá dependiendo de la etapa de tus hijos y del momento que vivas. Cada fase de la maternidad es única y desafiante, pero también bella y llena de propósito. Dios camina con cada madre en cada etapa, sosteniéndola, guiándola e invitándola a vivir en un equilibrio saludable que traerá bienestar para mamá y para sus hijos.
Ella estávestida de fortalezay dignidad,y afronta segura el porvenir. Proverbios 31:25.