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MANIFIESTA CONTRA VIOLENCIA SEXUAL
Manifiesta contra Violencia Sexual / Género
50 Colectivo Ilé / Agosto 2021
Somos nosotras, nosotres. Convocadas por la urgencia de conversar y accionar en torno a las violencias que sufrimos a consecuencia del racismo anti negro, específicamente la violencia sexual; para unir fuerzas, tender puentes, colectividad y poderío hacia el mundo en el que queremos vivir. Anhelando sanación individual y colectiva desde el antirracismo, la decolonialidad y la diversidad y demandando visibilidad, dignidad, equidad, humanidad. Reconociendo y validando las realidades alarmantes que sufrimos, han sufrido y sufren nuestras compañeras y hermanas a causa de la violencia sexual y sus manifestaciones. Nos reafirmamos como: Mujeres negras y afrodescendientes, trans negras y negres femme. Negras sordas+. Negras viviendo con VIH. Negras con diversidad funcional. Negras. Negres. Afrodescendientes. Honrando y anclándonos en la fortaleza, la alegría, la bravura y la sabiduría de nuestras ancestras: Betsey, Anarcha, Lucy y Saartije Baartman, víctimas de crueles experimentaciones por hombres médicos blancos. Marsha P. Johnson, mujer trans negra puertorriqueña, activista por los derechos de las personas de la comunidad LGBTT. La comunidad ancestral que luchó para que se desarrollaran medicamentos para el VIH. Belén… y tantas otras… Desde este presente racista, patriarcal, capacitista, misógino, xenófobo, transmisógino, Denunciamos que: Como mujeres negras: nos arrebatan nuestra dignidad, nos hipersexualizan, nos hostigan, nos tratan como desechables, como servidumbre. Se atreven a responsabilizarnos por las violencias y violaciones que sufrimos. Como mujeres negras sordas+: intentan “arreglarnos”, juran que queremos escuchar, sin tomarnos en cuenta, sin preguntarnos. Insisten en que utilicemos la lengua de señas norteamericana, esa de los colonizadores, echando a un lado nuestra hermosa lengua de señas puertorriqueña y la lengua de señas del
pueblo de Orocovis. No somos salvajes, somos Sordas que nos defendemos ante la perspectiva patriarcal, patológica y paternalista. Como mujeres negras viviendo con VIH: NO somos portadoras, ni pacientes, ni enfermas. Estos términos perpetúan estigmas hacia nuestra población. Sufrimos violencia a causa del VIH y la propia violencia nos lleva al VIH. Como personas femme: los asesinatos de mujeres trans negras continúan aumentando de manera significativa. La sociedad insiste en rechazar la idea de que existen otres cuerpes, que hay un mundo más allá de posibilidades. Nuestras cuerpas feminizadas y racializadas siempre quieren ser acabadas, por un sistema represor creado por el opresor. Existimos. Desafiamos la tradición, la represión, la invisibilización y la exclusión con nuestra transición física, mental, emocional y espiritual. Nuestras vidas son transformación y nuestro amor sanación. Como mujeres con diversidad funcional y diversidad motora: nos degradan con sus prefijos históricamente utilizados para referirse a nosotras como discapacitadas, minusválidas, impedidas. Nos exigen o esperan alguna actividad sexual a cambio de ayuda, se aprovechan de nuestra debilidad física. Asumen que no tenemos deseo sexual y nos privan de educación sexual y reproductiva. La violencia sexual en Puerto Rico tiene cara y cuerpa de mujer, negra, trans, sorda, con VIH+, con diversidad funcional. Sin embargo, la inexistencia de estadísticas certeras, confiables y detalladas, la omisión de la variable raza, así como la de diversidad funcional en registros oficiales del Estado nos aleja de manera abismal de las verdaderas condiciones de las mujeres, niñas y trans femme visiblemente negras en nuestro archipiélago. La violencia sexual contra nosotras es por parte de nuestras parejas y miembros de la familia, nuestros cuidadores, proveedores de atención médica y sus asistentes, la Iglesia… No obstante, por falta de conocimiento, de acceso a educación sexual integral, no la reconocemos como tal y no la denunciamos; o no nos creen, o no hay un intérprete cualificado que pueda hacerles entender; o no nos atrevemos a denunciarle porque dependemos de esa persona para nuestros cuidados básicos; o incluso, las agencias y organizaciones a donde podríamos dirigirnos para denunciar y solicitar ayuda, nos impiden el acceso con sus barreras arquitectónicas. Reclamamos Al gobierno, A senadoras, representantes… Al personal de instituciones médicas, A colectivos y organizaciones de base política, A nuestras compañeras y compañeres feministas, A nuestras familias y comunidades: Que las mujeres negras sordas+ amamos nuestra identidad, la historia, cultura y lenguaje de nuestras comunidades. Nuestras cuerpas, nuestras manos, nuestra fuerza son capaces de comunicar perfecta y potencialmente… Mírennos a los ojos. Pregúntennos cuáles son NUESTRAS necesidades individuales y comunitarias. Intégrennos. Que se investiguen y se reconozcan nuestras lenguas de señas y se oficialice nuestra identidad de personas sordas como una comunidad en minoría lingüística. ¿Dónde están los servicios de apoyo a mujeres que viven con VIH que han sufrido violencia? Luego de preguntar si estamos activas sexualmente, la pregunta que debería seguir es si fue consentido o no. Hablemos de menstruación. Hablemos de la lactancia materna humana. Somos el territorio de Estados Unidos donde más fondos federales son asignados para nuestra población. ¿A los bolsillos de quiénes van a parar? (Es urgente o Necesitamos?) que las personas que nos brindan servicios y atenciones médicas y sociales humanicen sus tratos. Hace falta sensibilidad y compromiso hacia nuestras diversidades y particularidades. Necesitamos contar NUESTRAS historias. Que se centren las voces de las mujeres negras y afrodescendientes. Desarrollar ejes de acción concretos para procurar espacios sociales justos y dignos que propendan a la afrosanación y afroreparación, para nosotres. Necesitamos perspectiva de género, una que sea implantada en el currículo escolar, pero que no se limite a ese espacio, es preciso destruir el sistema patriarcal desde todos los frentes. Necesitamos que al crear programas y políticas públicas, se nos tome en cuenta, que sean culturalmente apropiados a cada una de las poblaciones vulnerabilizadas. Que se asegure el cumplimiento de las leyes existentes, y que se enmienden aquellas que no responden a nuestras realidades y reproducen el racismo institucional. Necesitamos redes de apoyo, de comprensión, de transformación y emancipación. Redes contestatarias a la necesidad de romper con las cadenas capacitistas, racistas y capitalistas que dictan cómo deben ser las cuerpas y cuánto valen y/o deben producir. Redes que se centren en nosotras, como la espina dorsal de la transformación social a la que históricamente hemos respondido. Como hemos dicho, Somos nosotras, nosotres. Uniendo nuestros reclamos, nuestro poderío y nuestras esperanzas. Comprometidas a transformar el hoy en un presente colectivx, antirracista y decolonial, intencionando y accionando hacia la afrosanación y afroliberación de quienes estamos hoy y quienes vendrán después.
Esta manifiesta se generó luego de una jornada de talleres de Colectivo Ilé, auspiciados por Vida Afrolatina y Collective Future Fund.
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