¿Quo Vadis, Roma?
Porque yo sé los planes que tengo para vosotros» —declara el Señor— «planes de bienestar y no de calamidad, para daros un futuro y una esperanza. Jeremías 29:11 (LBLA)
La Sana Palabra del Pueblo de Dios EC www.edificacioncristiana.com Nº 297 * Enero - Febrero 2021 Precio 3.90€ / PDF 1€
EDITORIAL
Cuando comenzó la pandemia y ya se veía el alcance global de ella, alguien nos escribió desde EE. UU. “Ya creí que a mi edad lo había visto todo en la vida, hasta este momento”. La realidad supera a la ficción. La verdad es que esta amenaza ha despertado a todos. La normalidad que vivíamos, al estilo de los tiempos de Noé, ha trastocado los planes de los grandes y los pequeños de este mundo. Ahora todo es incertidumbre y nadie ha quedado indiferente, aunque las reacciones y actitudes hayan sido tan amplias y variadas que es imposible catalogarlas. ¿Cuáles son nuestras sugerencias?
Es tiempo de gratitud. Aparte de que el “despertador” nos ha obligado a mirar más a Dios en nuestra vulnerabilidad, es importante darle gracias por su enorme y constante bondad. La salud se hecha de menos cuando llega la enfermedad. El Creador día tras día hace salir su sol sobre malos y buenos y hace llover sobre justos e injustos. Él controla tiempos y sazones de cada año para que los campos den su fruto para sustento y alegría de todos. Es él quien nos da energía para trabajar y oportunidades para hacerlo. Es hora de reparar en esto y dar gracias a Dios por todas sus bondades, y confesar que damos por otorgado lo que tenemos, como si tuviésemos derecho a la generosidad divina.
Es tiempo de confianza. Fácilmente podemos presumir que lo que está pasando es propio de un juicio de Dios, pero, aún admitiendo que esto sea así, nunca hemos de olvidar que la actividad de Dios siempre cuenta con todos sus atributos, y que jamás deja de tener propósitos que finalmente le den la gloria que merece. Y esto supone no solo destacar su soberanía sino hacer que su misericordia alcance al mayor número de personas; los que pasan de muerte a vida y se convierten en adoradores, son una fuente maravillosa de su gloria de redentor.
Es tiempo de respuesta. Salomón advierte al pueblo de Dios sobre lo que este debe hacer cuando hay “pestilencia” (¿pandemias?), y en su oración con ocasión de la consagración del templo añade los desastres económicos a causa de añublo, pulgón, langosta etc. Dice que el pueblo de Dios debe humillarse, orar y buscar su rostro, pero con la certeza que él oirá desde los cielos y sanará la tierra. Este es un llamamiento especial para los que son llamados por
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su nombre, o sea, en nuestro caso, la iglesia. 3 editorial 7 la Gran CoMisión 16 artíCulo : Para su Gloria 24 rePortaje : santiPonCe 29 salMo 133 35 Más libros, Más libres 44 rinCón PoétiCo Sumario 2 Minieditorial 4 serie : el esPíritu santo 13 artíCulo : ProbleMas aMbientales 21 doble CliCk 26 serie : la Gran CoMisión 33 la fe de jereMías 42 in MeMoriaM
¿QUO VADIS, ROMA?
O quizás mejor: ¿Adónde vas, Francisco? No es que nos afecte a los evangélicos lo que el Papa diga o deje de decir a “su rebaño”; sencillamente hay veces que nos asombra, y vamos a decir por qué. Hace poco fue una afirmación en la que mantuvo que una unión civil de personas homosexuales constituye una familia. Dejémoslo ahí; en definitiva fue solo un comentario, aunque pueda parecernos extraño o impropio de un papa.
Lo que más nos llama la atención es su reciente encíclica “Fratelli Tutti”, que traducido es: Todos hermanos. Los primeros extrañados han sido los católicos conservadores que la han leído a fondo con el interés que lógicamente ha de despertar una carta de quien consideran vicario de Cristo en la tierra.
El más grande de sus críticos, el cardenal Carlo María Viganò, ha dicho que “haría creer a cualquiera que esta ha sido escrita por un masón”. Y no debe ir muy desencaminado porque precisamente el Papa ha sido felicitado por la Gran Logia de España y, entre otros muchos, por el mismísimo Pedro Sánchez, quien se declara públicamente ateo.
El mismo prelado afirma que dicha encíclica “constituye el manifiesto ideológico de Bergoglio y su candidatura a la presidencia de la Religión Universal, esclava del Nuevo Orden Mundial”, palabras muy fuertes, especialmente por ser escritas por un alto miembro de la jerarquía católica.
Por el contrario, una de las reacciones más positivas y absolutamente favorable a la encíclica es la del Juez Mohamed Mahmoud Abdel, quien en la presentación oficial en el Vaticano dijo: “Como joven musulmán estudioso de la Sari`a, el Islam y sus ciencias, me encuentro con mucho amor y entusiasmo de acuerdo con el Papa y comparto cada palabra que ha escrito en la encíclica”. El Gran Imán de Al-Azhar, Ahmad Al-Tayyeb, el mismo que firmó con el papa Francisco el Documento sobre la Fraternidad Humana para la Paz Mundial y la Convivencia ha comentado que esta encíclica “devuelve a la humanidad su conciencia”.
Entonces, ¿qué es lo que ha escrito? Pues está claro, un manifiesto político que habla de fraternidad universal, de fronteras a derribar, de migrantes que hay que acoger, de la relativización de la propiedad privada, de los límites del liberalismo económico, de la gobernabilidad mundial y de un largo etcétera de cuestiones propias de una consideración sociológica, política o económica que legítimamente pueden tratarse o discutirse quizás en foros más apropiados.
Alguien podría decir: ¿Acaso un papa no puede denunciar la injusticia y hacer un llamamiento a la solidaridad? Los profetas lo hicieron. Ahí están las denuncias de Isaías, Amós o Miqueas por las injusticias hacia los débiles, o
Jeremías aconsejando al rey en política exterior pretendiendo un acuerdo con Babilonia. Los propios reformadores, Lutero, Calvino o Zuinglio tocaron temas como la usura o el comercio justo, incluso este último habla de la legítima participación política de los cristianos en beneficio de la comunidad. O su preocupación por la educación pública de niños y jóvenes. Conocidas son las ideas de Lutero en cuanto a su propuesta educativa, o de Melanchthon, considerado el padre de la pedagogía alemana; o Zuinglio, escribiendo un tratado “Sobre la educación y formación de la juventud”. ¿Dónde está entonces la diferencia? En que todos aquellos apelaron a la Palabra de Dios, no a las ideologías humanas.
El problema es que este manifiesto político de clara ideología humana Bergoglio lo convierte en encíclica, y por lo tanto, para justificar su argumentación, pretende derivarlo de principios evangélicos, de doctrina cristiana e incluso de la vocación misionera y evangelizadora de la iglesia. Lógicamente para ello ha de tergiversar, entre otras cosas, uno de los principios bíblicos sin el cual el mensaje del evangelio se desintegra: que somos hechos hijos de Dios solamente mediante la fe en Cristo.
Para Francisco todos los seres humanos, por el hecho de serlo, somos hermanos porque todos somos hijos de Dios, de ese “Dios padre de todos”, independientemente de que las personas se hayan arrepentido de sus pecados y hayan puesto su fe en Jesucristo como Señor y Salvador. El lector ya estará pensando en las implicaciones que tiene esta doctrina que, aunque no nueva, ahora sale de la mente de un papa. Podríamos derivar de sus palabras que Jesús es para ti y para mí muy importante porque somos cristianos, pero nada tiene que ver con los demás, según Francisco, tengan la religión que tengan e incluso si no tienen ninguna. ¿Podrá entonces anunciarlo como el Rey de reyes y Señor de señores, el Juez que juzgará a vivos y muertos, como la piedra angular sobre la que se levanta o derrumba el edificio de la vida o como Aquel delante de quien se doblará toda rodilla y toda lengua confesará que Jesucristo es el Señor? Nos tememos que no, que sería muy incoherente con sus propias afirmaciones. Si Francisco piensa así, “su Cristo” no es el Cristo de la Biblia.
Preparémonos entonces para dos cosas importantes. Una: la presión que recibiremos del entorno catolicorromano afín a Francisco, y de la sociedad en general, que no verá ninguna justificación para que no nos enganchemos a ese ecumenismo universal inclusivo que nos reconoce como hermanos, no ya como “hermanos separados” sino hermanos con todos los derechos. Para Francisco humanidad e iglesia son coincidentes. Dos: los efectos que esta ideología, sostenida por muchos de los que hoy detentan el poder, tendrá en una buena parte de los ciudadanos de todo el mundo, incluidos nosotros los cristianos, si es que es verdad lo del “nuevo orden mundial”. Si eres creyente, ¿te das cuenta de todo lo que hace en tu vida el Espíritu Santo?
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El Espíritu Santo en la vida de cada creyente
Por : Andrés Birch
Al igual que en otros aspectos de la persona y la obra del Espíritu Santo, en este también me da la impresión de que nos quedamos muy cortos en nuestro reconocimiento del maravilloso ministerio de la tercera persona de la Trinidad en nuestras vidas. Sin exagerar, sin el Espíritu Santo, nos sería totalmente imposible poder vivir la vida cristiana; pero con él, y gracias a su multiforme obra en nosotros, no solo podemos vivir la vida cristiana; podemos crecer espiritualmente, podemos servir al Señor y a los demás y podemos vivir nuestras vidas para la gloria de Dios.
En este artículo voy a resumir en nueve puntos la obra del Espíritu Santo en la vida de cada creyente.
1. El Espíritu Santo vive en cada creyente
Mientras hablaba con sus discípulos la noche antes de su muerte, Jesús les dijo: “Yo rogaré al Padre, y os dará otro Consolador, para que esté con vosotros para siempre: el Espíritu de verdad, al cual el mundo no puede recibir, porque no le ve, ni le conoce; pero vosotros le conocéis, porque mora con vosotros, y estará en vosotros” (Jn. 14:1617). Los discípulos del Señor ya conocían al Espíritu Santo; este moraba con ellos y estaría con ellos para siempre. El Espíritu Santo mora, vive, en cada creyente.
Y el apóstol Pablo dijo cosas muy parecidas: “Vosotros no vivís según la carne, sino según el Espíritu, si es que el Espíritu de Dios mora en vosotros. Y si alguno no tiene el Espíritu de Cristo, no es de él... Y si el Espíritu de aquel que levantó de los muertos a Jesús mora en vosotros, ...vivificará también vuestros cuerpos mortales por su Espíritu que mora en vosotros” (Ro. 8:9-11). “¿O ignoráis que vuestro cuerpo es templo del Espíritu Santo, el cual está en vosotros...?” (1 Co. 6:19). No era solo en los primeros discípulos en quienes moraba el Espíritu Santo, sino también en los creyentes en Roma y en Corinto, etc. –en todos los verdaderos creyentes.
Si eres creyente, ¡el Espíritu Santo vive en ti!
2. El Espíritu Santo testifica a cada creyente
En dos de sus cartas el apóstol Pablo hace referencia a este ministerio del Espíritu Santo como el que da testimonio al
espíritu del creyente: “El Espíritu mismo da testimonio a nuestro espíritu, de que somos hijos de Dios” (Ro. 8:16); “Dios envió a vuestros corazones el Espíritu de su Hijo, el cual clama: ¡Abba, Padre!” (Gá. 4:6).
Se trata del testimonio interno del Espíritu Santo, el cual testifica al creyente y le asegura de que es hijo/a de Dios. No es la única evidencia de que una persona es creyente, y sería peligroso sacar conclusiones solo de sentimientos subjetivos, pero ¡eso no quita nada de la maravillosa realidad del testimonio del Espíritu Santo de que somos hijos de Dios! ¿Cómo sabemos que somos hijos de Dios? Pues, una de las respuestas que da la Palabra de Dios es esta: lo sabemos por el testimonio del Espíritu Santo en lo más profundo de nuestro ser.
Si eres creyente, ¡el Espíritu Santo testifica a tu espíritu de que eres hijo/a de Dios!
3. El Espíritu Santo intercede por cada creyente
Sabemos que el Hijo de Dios intercede por los suyos, pero también lo hace la tercera persona de la Trinidad: “El Espíritu nos ayuda en nuestra debilidad; pues qué hemos de pedir como conviene, no lo sabemos, pero el Espíritu mismo intercede por nosotros con gemidos indecibles... conforme a la voluntad de Dios...” (Ro. 8:26-27).
En estas palabras de Pablo hay cinco preciosas verdades
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serie el esPíritu santo
sobre el ministerio de intercesión del Espíritu Santo:
1) El Espíritu Santo es un ser personal – “intercede...con gemidos indecibles”.
2) El Espíritu Santo es una persona distinta del Padre –“intercede por nosotros” ante el Padre.
3) El Espíritu Santo nos ama – por eso “intercede por nosotros”.
4) El Espíritu Santo “nos ayuda en nuestra debilidad”, y concretamente, en nuestra debilidad en el área de la oración.
5) El Espíritu Santo “intercede por nosotros...conforme a la voluntad de Dios”, lo cual nos asegura de que el Padre hace lo que el Espíritu Santo le pide cuando intercede por nosotros.
Si eres creyente, ¡tienes dos de las tres personas de la Trinidad intercediendo por ti ante la otra persona de la Trinidad!
4. El Espíritu Santo santifica a cada creyente
¿Qué es la santificación? Pues, es el proceso por medio del cual el creyente va siendo hecho cada vez más santo. ¿Quién hace esa obra de santificación? En un sentido la hace Dios (o sea, la Trinidad – 1 Ts. 5:23). En otro sentido
nos toca a nosotros mismos participar en nuestra propia santificación, aprovechando para ello todos los medios de gracia (Ro. 12:1-2; 2 Co. 7:1; Gá. 5:16 y ss.; Fil. 2:12-13; 1 P. 2:11-12; etc.).
Pero de una manera especial el que santifica a los creyentes es al Espíritu Santo: “Por el Espíritu hacéis morir las obras de la carne...” (Ro. 8:13); “la santificación por el Espíritu...” (2 Ts. 2:13); “elegidos según la presciencia de Dios Padre en santificación del Espíritu...” (1 P. 1:1-2).
El Espíritu Santo nos enseña lo que está bien y lo que está mal (según Dios) y nos ayuda a hacer lo bueno y a luchar contra lo malo. No solo vive en nosotros; desde el momento de nuestra justificación delante de Dios hasta ese maravilloso momento de nuestra glorificación, nos va santificando – nos va haciendo cada vez más santos.
Si eres creyente, ¡el Espíritu Santo te está santificando!
5. El Espíritu Santo llena a cada creyente
Es una pena que el tema de la plenitud del Espíritu Santo se haya convertido en un tema polémico que divide a los creyentes; debería ser un tema para regocijarse todos en él.
Yo entiendo que el Nuevo Testamento enseña tres diferentes plenitudes del Espíritu Santo:
1) El bautismo en el Espíritu Santo, como experiencia común a todos los verdaderos creyentes, como parte de la experiencia de la salvación (Jn. 7:37-39; Hch. 2:3839; 1 Co. 12:13; etc.).
2) El Espíritu Santo, de forma libre y soberana, llenando de manera especial a ciertos creyentes en particular en situaciones y momentos determinados (Hch. 4:8, 31; etc.).
3) Cada creyente como responsable delante del Señor de ir llenándose del Espíritu Santo de forma continua (Ef. 5:18; etc.).
Si eres creyente, ¡Jesús te ha bautizado en el Espíritu Santo y el Espíritu Santo te quiere llenar cada vez más!
6. El Espíritu Santo capacita a cada creyente
El Espíritu Santo da dones a todos los creyentes para que los puedan usar: (1) para la gloria de Dios; (2) para la edificación de otros creyentes; y (3) para la evangelización de personas no creyentes.
No hay ningún creyente que no tenga algún don del
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Espíritu Santo. El Espíritu da a cada creyente por lo menos un don y en muchos casos más de uno e incluso muchos. Es cuestión de averiguar cuáles son nuestros dones, trabajarlos y usarlos.
Volveremos a este tema cuando pensemos en el ministerio del Espíritu Santo en la vida de cada iglesia local (en el próximo artículo).
Si eres creyente, ¡el Espíritu Santo te ha dado por lo menos un don, para que lo uses!
7. El Espíritu Santo ilumina a cada creyente
En el artículo anterior vimos que el Espíritu ilumina a las personas que no son creyentes (pero que van a llegar a serlo), para que puedan entender el evangelio, creer en Jesús y ser salvas.
Pero la obra de iluminación del Espíritu Santo no termina con la conversión de la persona; ¡continúa durante el resto de su vida! Cada vez que cualquier creyente lee y estudia la Biblia, escucha una predicación o lee un buen libro cristiano, etc., ¡el Espíritu Santo sigue haciendo su obra de iluminación en su mente y en su corazón!
Jesús prometió a sus discípulos que el Consolador (el Espíritu Santo) les enseñaría y les guiaría a toda la verdad (Jn. 14:26; 16:13). Aunque esto tuviera un cumplimiento especial en los primeros discípulos del Señor, también es aplicable, aunque sea en otro sentido, a todos los creyentes.
Si eres creyente, ¡el Espíritu Santo ilumina tu mente y tu corazón, para que puedas entender la Biblia y el evangelio mejor y para que luego puedas ponerlo todo por obra!
8. El Espíritu Santo guía a cada creyente
El Espíritu Santo guía a cada creyente en tres sentidos diferentes:
1) Le guía “a toda la verdad” (Jn. 16:13) – o sea, le guía a un mayor conocimiento y comprensión de la Palabra de Dios.
2) Le guía en el sentido moral – le guía en todo ese proceso de santificación, para que luche contra todo lo que sea pecado y para que viva de acuerdo con la voluntad de Dios. “Si por el Espíritu hacéis morir las obras de la carne, viviréis. Porque todos los que son guiados por el Espíritu de Dios, estos son hijos de Dios” (Ro. 8:13-14).
3) Le guía en el sentido de guiar sus pasos, sus decisiones
y la dirección de su vida, como cuando guio al apóstol Pablo y a sus compañeros (Hch. 16:6-10).
Es importante que pensemos en estos tres tipos de dirección del Espíritu Santo y no solo en uno o dos de ellos, ¡para que nos demos cuenta qué Guía más maravilloso es el Espíritu Santo!
Si eres creyente, ¡el Espíritu Santo es tu Guía en esos tres sentidos!
9. El Espíritu Santo fortalece a cada creyente ¿Dónde lo enseña la Biblia?
No estoy pensando en ningún texto de la Biblia en particular. Estoy pensando en todo lo que nos enseña la Biblia sobre el fortalecimiento físico, moral y espiritual por parte del Espíritu Santo de muchos creyentes a lo largo de la historia bíblica.
Y estoy pensando en el significado del título del Espíritu Santo, “el Consolador” – incluye muchas ideas: acompañar, asistir, ayudar, animar, consolar, defender, etc., todo lo cual se puede resumir en la palabra fortalecer – ¡el Espíritu Santo fortalece al creyente!
Si eres creyente, ¡el Espíritu Santo te fortalece, te da fuerzas en todas las áreas de tu vida!
Conclusión
Con estos nueve puntos no pretendo haber agotado todo lo que hace el Espíritu Santo en la vida de cada creyente. Pero espero que nos sirvan para que nos hagamos una idea de todo lo que hace el Espíritu Santo en nuestras vidas.
Al igual que la salvación sería imposible sin el Espíritu Santo, sin su obra, la vida cristiana sería una vida imposible, ¡pero gracias a él y a su obra, es posible saber que somos hijos de Dios, crecer en santidad, en amor y en todo el fruto del Espíritu, conocer y comprender la Palabra de Dios cada vez más, tener dones que podemos poner al servicio del Señor y de los demás, ser enseñados, guiados y dirigidos por el Espíritu en todos los ámbitos de la vida, y recibir toda la ayuda y todas las fuerzas necesarias para poder vivir nuestras vidas para la gloria de Dios!
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La Gran Comisión: ¿Una cuestión suficiente?
Por : José Herrero
Tengo que daros las gracias por la confianza depositada en mí, para contribuir en la medida de mis posibilidades al desarrollo exitoso de este 150 aniversario que hoy nos reúne aquí. Espero que no se me noten los nervios y que con vuestra complicidad y simpatía pueda notar que ¡¡estoy en casa!!, que estoy en este hogar mutuo con hermanos y hermanas reflexionando juntos, mirando juntos hacia adelante.
Bajo este clima tan confortable que me brindáis, quiero deciros que lo que hablo, ya sean convicciones o explicaciones, lo hablo no para dar lecciones a nadie, pues asumo mi modesto papel en la interpretación de la realidad presente y, también mi modesta capacidad en la interpretación bíblica. Espero que mi sencillez y cercanía al hablar, no oculte o muestre erróneamente falta de profundidad.
Quiero reconocer, dar las gracias y dar crédito de algunas ideas que me han inspirado para hacer esta conferencia. Soy deudor de Autores como Eduardo Delás, Christian Giordano, Benjamín Angurell, José María Martínez y Steve Irvin, autores que han inspirado en diferente medida ideas que están presentes en esta conferencia que compartimos hoy para edificación mutua.
LA GRAN COMISIÓN; ¿UNA CUESTIÓN SUFICIENTE?
Es casi imposible, es muy difícil hablar hoy de lo que llamamos la Gran Comisión sin sentirnos incómodos, sin provocar algo de sentido de culpa en nosotros, e
incluso a veces, sin levantar ampollas y en muchos casos sentirnos heridos, porque dentro de nuestro círculo evangélico español, en general, y en particular en todas las denominaciones en España, la Gran Comisión se ha convertido en lo que muchos llaman: la Gran Omisión. Porque la Gran Comisión, parafraseando de la tesis en misiología del Dr. Christian Giordano Quintana (En busca de una misiología integral) “… en nuestro tiempo es una caminata fallida e incompleta, es un intento que aspira a un ideal.
No faltan los errores, las incoherencias vivimos con ellas y las contradicciones están a la vista. Siempre hay lugar para la evaluación crítica y el arrepentimiento”.
Fíjense, que luego de la muerte de Jesús, el libro de Hechos y la tradición oral cristiana, nos dicen que los apóstoles y discípulos fueron obedientes al mandato del Maestro llegando desde Jerusalén hasta Armenia, Capadocia, Egipto, España, Etiopia, Frigia, Grecia, Italia, India, Turquía, Ucrania y otras partes de Asia. ¡Y todo esto, antes del año 100 de nuestra era! Gracias a la visión, obediencia y trabajo de estos creyentes, de muchas mujeres y muchos hombres cuyos nombres no conocemos, el mensaje del Evangelio se extendió rápidamente.Tanto es así que para el año 180 d.C. había cristianos en todas las provincias el Imperio Romano.
En el año 300 d.C. , antes que el cristianismo se hiciera popular y se convirtiera en la religión oficial del Imperio Romano por imposición de Constantino en el 380 d.C., el 10% de la población del imperio era cristiana.
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Si este ritmo de crecimiento se hubiera mantenido, la Gran Comisión se habría cumplido hace ya tiempo. Hoy sabemos que es una tarea incompleta. Sabemos que al menos 1\3 del mundo no es que no conoce a Cristo, sino que no ha oído qué y quién es Cristo.
¿Qué pasó entonces? ¿Por qué no se completó la Gran Comisión? Ahora no es el momento, ni el tiempo para analizar y proponer respuestas a estas preguntas. Hoy estamos de celebración y dejaremos para otra ocasión las posibles respuestas, si hay lugar, y si ustedes quieren. Lo cierto es que la Gran Comisión es el último mandato de Jesús y que desde hace 2000 años es, o debería ser, entre otras, una de las tareas principales de la iglesia cristiana. Lo cierto es que vivimos en la generación que cuenta con los recursos humanos, tecnológicos y financiaros para al fin cumplir la Gran Comisión, y que, a pesar de eso, no la hemos finalizado.
Y quiero decirles (en forma sarcástica) que, en cierta forma es “lógico” que pase esto, es “lo natural, lo normal”. No nos cabe mucho lugar al optimismo al hablar de la Gran Comisión, porque ya el propio Señor, nos avisó que la labor de evangelización a los pueblos, a las naciones del mundo, iba a ser un proceso difícil, incompleto, e incluso fallido. ¿Recuerdan a Jesús contando la parábola del sembrador? Giordano nos recuerda que:
“El 70% de toda la semilla que el sembrador esparce no da fruto, no sale adelante, es fracasada, no condujo a nada”
¿Quién se apunta a esto? ¿Qué creyente, iglesia
o denominación quiere ser parte de un esfuerzo que parece que en su mayoría está abocado al fracaso…? Sin embargo, es el propio Jesús, el mismo que contó y explicó la parábola, quien nos dice seriamente “Alzad los ojos y ved los campos blancos listos para la cosecha”, es él mismo, quien no dice: ID, y nosotros todos deberíamos tomarnos la Gran Comisión tan en serio como Jesús la toma.
Conociendo esto, es tremendamente iluminador el amor por el Señor, la visión por España y los españoles, la obediencia y fe de nuestros hermanos del Reino Unido cuando desde el propio corazón de la Asambleas vienen como misioneros a la dura realidad de las aldeas de Orense, a los fríos parajes montañosos de Ávila, o a los secarrales páramos de los Jamuzes y Guzmanes… y esto nos lleva a hablar en este 150 aniversario de la importancia del pasado.
La importancia del pasado
Dice el pastor Eduardo Delás en su libro Jesús, la buena noticia del seguimiento, hablando sobre el pasado, que:
“…el recuerdo implica una apuesta a favor de lo recordado. Es una memoria convocante y provocante. No se trata de traer el pasado al presente como una realidad muda, sino como un desafío con voz suficiente para cambiar el presente y el futuro. Porque el futuro no se hereda; el futuro se crea y se construye paso a paso”.
Nosotros estamos celebrando 150 años de las AA HH ya pasados. ¿Por qué y para qué recordamos 150 años
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artíCulo
de Historia? Creo que para traer a la memoria a nosotros mismos el camino de aquellos que fundaron el movimiento de AA de HH en Gran Bretaña y España. ¿Cómo era este camino?
Era un MOVIMIENTO de unas iglesias renovadoras, militantes, activantes y misioneras, seguidoras de Jesús y sus discípulos. El Movimiento de Asambleas no fue solo un movimiento de renovación teológica o eclesiológica o teorético. No consistió en un convencimiento doctrinal seco, sino en una renovada experiencia de encuentro con Jesús y, en consecuencia, de respuesta a su llamado. Para ellos no existía otro modo de acreditar la fe en Jesús que no fuera la obediencia a sus palabras.
Y fue la excitante circulación de ideas, la actividad misionera, el pronunciamiento de las verdades del evangelio, la alteración del “status Quo”, y la conmoción producida, lo que atestigua la veracidad de la fe de nuestros hermanos, allí, en aquel tiempo, en Inglaterra, y aquí, en Arenas de San Pedro, en Taboadela, en Verín, en Gendive, La Illa, en Sotillo, Piedralaves, en los pueblos de Barcelona, en las aldeas y ciudades de Asturias y Castilla-León, y cómo no, aquí en Madrid.
Pero este 150 aniversario no sólo trata de misioneros ingleses que en un momento comenzaron la obra; gracias a Dios por ellos. Este 150 aniversario trata también de los miles de creyentes españoles, de las iglesias formadas a lo largo de este tiempo que, en frío, en calor, en casas o en templos, pasando por la cárcel, negando la escolarización a los niños, en hambre y persecución, en dictadura y democracia han sostenido la antorcha de la fe y han dado luz no sólo en iglesias locales, sino también más allá de sus fronteras regionales. Esto es lo que Hoy celebramos.
La mirada al futuro
Pero, no se me tome por un nostálgico del pasado, porque sería tanto como haber renunciado de manera voluntaria a que el presente es positivo y el futuro desafiante. Los tiempos pasados no fueron tan buenos como para que nuestra voluntad deba quedarse amarrada a ellos. El ayer es importante por la luz que desprende; y el ayer nos debe servir de referencia para situarnos correctamente en el hoy, e impulsarnos hacia un futuro renovado, positivo y esperanzador.
Recuerdan a Eduardo Delás cuando decía que “… el ayer … , Es una memoria convocante y provocante. Es un desafío con voz suficiente para cambiar el presente y el futuro. Porque el futuro no se hereda; el futuro se crea y se
construye paso a paso”.
Hoy no vamos a hablar sobre el presente; soy muy mal hermeneuta del presente, no lo sé interpretar correctamente, y ni siquiera tengo el don de comunicarlo de forma apropiada. Así que prefiero volver a la cuestión que nos une sobre “La gran Comisión, si es ¿Una cuestión suficiente?”
Vemos que desde el pasado hay una luz que nos ilumina a lo largo de estos 150 años. Ahora, creo que hemos de pensar en el futuro, en el futuro de este movimiento cristiano que comenzó con un poderoso ADN misionero dentro de sí.
Pensar en el futuro de un movimiento cristiano bíblico nos despierta muchas sensaciones, pero sobre todo es retador y a la vez nos infunde respeto, prudencia, y tal vez, temor a lo desconocido, porque hemos de ser conscientes de que un movimiento Cristiano y Bíblico, no es sedentario, es de acción activante, no es un seguro refugio para cobardes, sino un movimiento cristiano y bíblico como el nuestro es una catapulta para los valientes de Dios y esto nos evoca respeto y valor y prudencia.
Y como el futuro no nos es revelado, pidiendo la compañía de Dios, podemos juntos articular, planear, invertir, imaginar y accionar para el futuro. ¿Podéis imaginar conmigo…?
¿Podéis imaginar unas iglesias, un futuro del movimiento de Hermanos, tal y como fue en un principio?, ¿un futuro donde el movimiento de Asambleas y sus iglesias se las conozca por ser una iglesia profética, una iglesia misionera, una iglesia que no sólo tiene un mensaje, sino que vive el mensaje que tiene?
¿Podemos imaginar juntos Una iglesia futura que hecha de sí la pereza, la desidia, la abulia y la inconsciencia de la realidad de la perdición en que otros viven, al no conocer la buena nueva en Jesús, y se esmeran por comunicar las Buenas nuevas en todo tiempo y en toda forma? ¿una iglesia en el futuro que desecha el pecado de no estar mostrando las bendiciones de Dios a un mundo que lo necesita, que necesita la Buena Noticia, que solo es buena y noticia si se comparte? ¿una iglesia que dice: “Heme aquí”, yo tengo las llaves que abren los graneros de la bendición de Dios y sé cómo utilizarlas y las voy a usar? ¿Queréis imaginar conmigo?
Por supuesto no estoy diciendo que ahora los hermanos no hayan alcanzado todo esto; no que lo sea; estoy imaginando el futuro. (Soy mal hermeneuta). No sabemos qué va a ser el futuro, pero creo que lo mejor para
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construir el futuro es establecer un cimiento, una base firme sobre la que desarrollar nuestra vivencia cristiana común, nuestros anhelos, imaginaciones y visiones como grupo de iglesias.
Y como no, este cimiento, esta base sólida, solamente puede venir dada de quién se expresa bien y correctamente, de quién es meridianamente clara y de quién es nuestra guía: la Palabra y la acción del Espíritu Santo.
Así que os invito a ver brevemente unos versículos en Isaías, para considerar el llamamiento de Isaías, para considerar nuestro llamamiento grupal e individual, que comienza cuando entramos en la presencia de Dios.
Antes un poco de contexto: Isaías es un contemporáneo de Jonás, Amós, Oseas y Miqueas. Se cree que comenzó a predicar cuando tenía unos 15 años de edad y murió cuando tenía cerca de 84 años. La tradición judía dice que Manasés metió a Isaías en un tronco y le cortó en dos (Heb. 11:37). Sus profecías cubrieron el reinado entero o parcial de unos cuatro reyes de Judá.
Los primeros versículos de Isaías nos hablan de la dureza de su mensaje contra Judá (Is. 1: 1-3). Mensaje difícil dónde los haya. Leamos, pues, después de esta breve intro Isaías 6.1-8. Pueden terminar de leer este texto en casa para darse cuenta que, el mensaje que debe dar Isaías, no es ni bueno, ni bonito, ni agradable para el pueblo de Israel.
En este texto Isaías ve al Señor, entra en la presencia y se da cuenta de la gloria y la grandeza de Dios; Isaías ve a un Dios sublime. Isaías se percata de quién es este Dios grande y poderoso al que sirve.
Ve a un Dios majestuoso, sentado en el trono, gobernando, controlando la historia, dándose cuenta de que Dios no ha soltado las riendas de la historia para dárselas a alguien, sino que es Él mismo quien gobierna. Isaías ve quién es Dios.
Isaías, además, “escucha” a los serafines, seres ardientes delante de Dios que están cantando Su santidad: Santo, Santo, Santo.
El texto nos dice que a la vez que ve la visión de la Grandeza de Dios, ve la visión de sí mismo. Y esta visión propia le lleva a decir “Ay de mí”. En el capítulo 5 Isaías había pronunciado seis “ayes” sobre Judá. Ahora, se da cuenta de que él está en la misma condición que el pueblo de Judá, que Uzías, y pronuncia uno sobre sí mismo. Claro es muy fácil ver el fallo en los demás, pero cuando entra en la presencia de Dios, obviamente ve que él mismo tiene igual condición que el pueblo y el rey. En la presencia del Señor ¿Quién puede quedar de pie? Isaías no comienza
a cantar ni a bailar con los serafines, sino que, viendo al Señor en su trono, con toda su gloria y majestad dice: ¡Ay de mí!
Y ustedes conocen perfectamente esta historia, de cómo Isaías es purificado, y de cómo las cosas que salen de su boca, que son las que hay en su corazón, son limpiadas por el carbón ardiente. Verse a sí mismo tras ver la gloria y grandeza de Dios, provoca arrepentimiento con temor y temblor.
¿Cuándo ha sido la última vez que has entrado en la presencia de Dios para adorarle y tras verle a Él, al verte a ti mismo, has dicho “Ay de mí”? ¿Cuándo ha sido la última vez que Dios te ha limpiado, como a su siervo querido, y te ha dado nueva visión y fuerzas para lo que resta del camino, y te ha dicho: “esfuérzate y sé valiente porque aún queda mucho camino por andar”?
En esta escena, ahora viene la voz de Dios, porque Dios tiene un mensaje que dar a su pueblo, y no es un mensaje satisfactorio. Y la Trinidad se pregunta abiertamente a sí misma, casi retóricamente: ¿a quién enviaré? ¿quién irá por nosotros a dar el mensaje? La Biblia muestra que cuando Dios tiene un plan, un mensaje, algo que llevar a cabo, su forma de actuar, sus planes, casi siempre incluyen al hombre. Jesús mismo es Dios hecho carne, es Dios hecho hombre para llevar a cabo el plan de Dios hacia los hombres. Jesús mismo comisiona a los discípulos y a la iglesia para ser sus mensajeros a cada lengua, pueblo, linaje, tribu y nación.
Ene - Feb 2021 10 Edificación Cristiana
artíCulo
Dios no eligió a los ángeles para llevar su mensaje; su soberano plan es utilizar a hombres y mujeres, a la iglesia en nuestros días para llevar su mensaje. Podría utilizar a los serafines. Son puros, sin problemas, siempre están alabando, adorando y glorificando a Dios, pero Dios prefiere al hombre, al siervo, a la iglesia. Los serafines, con sus seis alas no necesitarían de aviones para llegar a otros lugares remotos del mundo; no necesitan tarjetas de residencia ni pasaportes ni visados para entrar a los países; los serafines no se ponen vacunas, ni toman antipalúdicos, ni medicamentos para las fiebres tifoideas, no se enferman, no se desaniman, no envejecen, no discuten ni se enfadan unos con otros, pero aun así, Dios prefiere utilizar a sus hombres y mujeres, a sus siervos, a su iglesia, para comunicar Su mensaje, para comunicar al mundo su plan y su oferta de salvación.
Dios no ha elegido a sus ángeles para llevar su plan de reconciliación a las naciones. Ha elegido a hombres y mujeres redimidos y llenos del Espíritu Santo para que se extienda el evangelio, para gloria de su nombre.
Ver exaltado a Jesús, adorado por todo pueblo y nación, es ver la gloria de Dios entre las naciones; ver a toda lengua confesar que “con tu sangre nos has redimido, y nos has hecho para ti reyes y sacerdotes” es ver la Gloria de Dios. Pero es difícil decir “heme aquí” sin antes haber visto a Dios en su grandeza y gloria, sin antes haber sido quebrantado delante de Él, sin antes haber sido como creyente limpiado y restaurado.
Pero quiero deciros que el encuentro con la Trinidad, como el encuentro de Isaías, no sólo es transmisor de doctrina, de teología, de alabanzas y adoración … sino que también y sobre todo, transmitirá exigencia y compromiso, como en el caso de Isaías.
¿Qué tenemos que hacer?, y consecuentemente ¿cómo hemos de vivir a la luz de esto? La respuesta a estas dos preguntas pasa por entender lo que Jesús anuncia a sus discípulos cuando les dijo que iba a morir en la cruz. Leemos que, llamando a la gente, los reunió y les dijo: “Si alguno quiere venir en pos de mi… “. Saben cómo continúa, ¿verdad? Dios no desea parte de nuestro tiempo, no desea nuestro dinero, ni nuestro trabajo. No nos equivoquemos, Jesús no vino para atormentar a los creyentes con la Gran Comisión. No vino a atormentar a nuestro “yo, a nuestro EGO”, sino a darle muerte. ¿Estamos dispuestos a que haga esto? Porque sólo quien está dispuesto a seguir a Jesús en el camino de la cruz se encuentra en condiciones de poder comprender el mensaje de Dios para todos los hombres.
Por eso en esta celebración del 150 aniversario,
creo que la mejor cosa que como iglesias podemos hacer, que la mejor base para el futuro, que el mejor cimiento sobre el que construir el futuro del movimiento de los Hermanos y la iglesia en España es entrar juntos a la presencia de Dios y renovar la visión de quién es Él. Llenarnos de una fresca visión de Dios. ¡Una visión fresca del Dios grande y poderoso al que servimos! Sólo así La Gran Comisión será una cuestión suficientemente importante para nosotros, para considerarla tan seriamente como Dios mismo la considera.
No estamos hablando de ver las necesidades del mundo. Es bastante obvio esta necesidad, no hace falta marcharse muy lejos de aquí para darse cuenta de cómo está el mundo y sus necesidades. Estamos hablando de buscar la Gloria de Dios, no la nuestra; no entramos a la presencia de Dios para buscar nuestro éxito en los estudios, en el trabajo, no para instalarnos en la comodidad de una vida con la calidad asegurada en Cristo Jesús, sino que entramos a la presencia del Señor para mirar Su rostro, y viendo Su corazón de amor por el hombre y las naciones, llegaremos a considerar suficiente la obediencia a Su palabra y con alegría podremos decir “heme aquí, envíame a mí”.
Este encuentro fresco con el Señor será suficiente para invertir nuestras vidas y las de nuestros hijos con alegría, suficiente para dar de lo nuestro sacrificialmente, ... suficiente para, viendo la Grandeza y la Gloria de Dios, dejar que el mundo y las cosas del mundo pierdan su atractivo, y podremos decir, “Señor de mi vida es Jesús”.
Hoy en el presente, para construir el futuro de la iglesia en España, de un movimiento como el de AA HH, os invito a considerar la experiencia de tener una visión fresca del Dios grande y poderoso al que servimos. Sin ella, creo que el futuro no se parecerá al pasado que hoy celebramos.
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la Gran CoMisión
No se me ocurre otra cosa que ir juntos a la Cruz, entrando por la sangre de Cristo a la presencia de Dios, para ver Su Grandeza, Su gloria, Su corazón de amor por los pueblos, por las naciones, por la humanidad, y responder a su llamado con un consagrado “Heme aquí, envíame a mí”. Quiero terminar esta conferencia haciendo 2 cosas:
La primera contándoles que siendo adolescente escuché una historia que ocurrió a la terraza de la iglesia de Trafalgar, una historia que me conmovió. ¿No sé si la conocéis? Un domingo por la tarde, Ernesto Trenchard subió al tejado de la iglesia de Trafalgar con algunos líderes y hermanos nacionales y juntos, viendo la ciudad de Madrid, al fondo las montañas, viendo todo el paisaje, oraron, soñaron y pidieron a Dios que algún día de entre los creyentes de las iglesias de España salieran hermanos y hermanas que fueran luz, sal y proclamadores del evangelio en muchos lugares del mundo, fuera de España, fuera de Madrid. Hoy también deseamos y soñamos que esta oración y visión que tuvieron estos hermanos en la terraza de esta iglesia se cumpla entre nosotros. Para que toda lengua, tribu, pueblo y nación confiese que Jesús es el Héroe de la Historia, el cordero de Dios, el salvador del mundo.
La segunda cosa, ya para terminar, es que, pudiéramos recordar unos versos de dos himnos que me gustan:
“Avívanos, Señor. Despierta más amor, Más celo y fe en tu pueblo aquí,
En bien del pecador”. Avívanos, Señor, con nueva bendición, Inflama el fuego de tu amor en cada corazón”.
“Iglesia de Cristo, Reanima el amor, Y alegre en la noche Espera al Señor. Levántate iglesia, sacude el sopor, que viene en las nubes, tu esposo y Señor”.
Con un gran agradecimiento al Señor por estos 150 años, con un gran Eben ezer –hasta aquí el Señor nos ayudó-, pedimos ahora ayuda al Señor, acompañamiento, esfuerzo, y visión, para que, cumpliendo Su palabra, nos use como iglesias para llevar Sus Buenas Noticias más allá de nosotros mismos, hasta lo último de la Tierra. Hagámoslo
Entremos juntos a Su presencia. Vayamos juntos a alcanzar un mundo que necesita desesperadamente a Jesús.
Conferencia impartida con motivo del 150 aniversario de las AA.HH. el 21 de noviembre en C/ Trafalgar, 32, Madrid. Disponible en youtube https://youtu.be/arT9y29jNy4
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Ene - Feb 2021 12 Edificación Cristiana
artíCulo
¿Cuáles son los principales problemas ambientales que enfrentamos hoy?
Dr. Martin J. Hodson (The John Ray Initiative)
Esta es la primera entrega de una serie de artículos, y asienta la base científica de la crisis medioambiental. Los que siguen abordarán las respuestas bíblicas y teológicas a las cuestiones que se plantean en el presente artículo
¿Cuáles son los problemas medioambientales que están afectando el mundo? La respuesta más reciente a esta pregunta ha sido facilitada en 2009 por Rockström y su equipo del Stockholm Resilience Centre. Sus investigaciones se centraban en buscar el ‘espacio operativo seguro para la humanidad’. Escudriñaron todos los temas medioambientales e identificaron cuáles podrían ser perjudiciales en algún momento futuro, y cuáles ya nos están causando problemas. Resulta que son cuatro áreas en las que ya estamos en dificultades: Los ciclos biogeoquímicos (particularmente el nitrógeno y el fósforo); los cambios de sistemas agrarios (la conversión de selvas tropicales y entornos naturales en suelo para la agricultura, y los terrenos agrícolas en suelo urbano); la pérdida de biodiversidad; y el cambio climático. Existen otros temas que no representan una amenaza importante en este momento, aunque podrían hacerlo en el futuro. El plástico es uno de ellos. Sir David Attenborough, conocido
en todo el mundo por su trabajo en la conservación de la naturaleza, alertó al público por medio de su serie televisiva ‘Planeta Azul II’ sobre los problemas del plástico, especialmente en los océanos. En muchos países, después de la emisión de estos programas, se pusieron en marcha medidas para reducir el uso del plástico aunque, tristemente, con la pandemia, ha subido de nuevo. El plástico es ciertamente un problema serio, pero no está al nivel del cambio climático, o la pérdida de biodiversidad, o, incluso, del nitrógeno.
¿Qué podemos decir acerca del nitrógeno? No figura mucho en las noticias. Sin embargo, es un problema y estriba en dos causas principales. La primera es que, al quemar gasolina o diésel en nuestros vehículos, también quemamos nitrógeno, lo cual conduce a la producción de óxidos de nitrógeno que funcionan como una suerte de fertilizante de nitrógeno en la atmósfera. Este llega a la tierra con la lluvia y fertiliza los suelos, incluso en lugares como reservas naturales. También cae en los océanos. Pero posiblemente el problema más importante viene por el uso de nitrógenos en los fertilizantes que se aplican a la tierra y que, luego, llegan a los ríos, acabando, finalmente, en los océanos. Como resultado, las algas crecen muy
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rápidamente, causando grandes extensiones de floraciones verdes. Al morir, las algas se pudren y consumen mucho oxígeno, con el resultado de que hay áreas del océano con tan bajo contenido de oxígeno que no sustentan la vida.
La pérdida de biodiversidad es otro problema serio. Diez mil años antes de Cristo, la mayoría de los animales en el mundo eran salvajes. Existían algunos seres humanos, pero aún no se había domesticado animales en aquel entonces. En 1900 la situación era muy diferente. La población de seres humanos era bastante grande y la de los animales domesticados también. Pero desde 1900 las poblaciones de animales salvajes han bajado notablemente, mientras que las de los animales domesticados han subido mucho, junto con la población humana que, en este año 2020, se sitúa en torno a los 7800 millones. Según datos recopilados por el WWF en 2020, se habrá perdido, entre 1970 y 2018, el 68% de los animales salvajes.
El principal causante del cambio climático – aunque no el único – son nuestras emisiones de dióxido de carbono. A partir de la Revolución Industrial hemos quemado cada vez más combustibles fósiles: carbón, petróleo y gas. Algunas recesiones económicas a nivel global han resultado en una reducción en el consumo de combustibles fósiles temporalmente, pero en general la tendencia ha ido en aumento. En los últimos años se ha visto una estabilización de las emisiones de carbono, de forma que, en 2019, los valores eran más o menos los mismos que en 2018. Esto se debe a que los países ricos en el mundo desarrollado han conseguido reducir sus emisiones, mientras que India y China las han aumentado. De manera que el efecto global es que estamos más o menos estable. Aun así, no hay margen para la complacencia. Es urgente reducir las
emisiones rápidamente.
Al quemar combustibles fósiles, el dióxido de carbono, que es el producto, se escapa a la atmósfera y desde allí va a acabar en tres sitios: puede ser absorbido por las plantas; o por los océanos; o puede acumularse en la atmósfera. De hecho, alrededor de la mitad se acumula en la atmósfera. La concentración de dióxido de carbono en la atmósfera en la época preindustrial fue aproximadamente 280 partes por millón (ppm). En 1960 alcanzó 315ppm y en 2020 aproximadamente 415pp. Es decir que se ha pasado de una concentración de 280 a la de 415, lo cual es un aumento muy grande. ¿Qué importancia tiene esto?
Es importante a causa del efecto invernadero. En un invernadero la radiación solar traspasa el cristal, toca el suelo y vuelve a radiarse como radiación térmica de onda larga, o calor. Una parte de ese calor se escapa a través del cristal del invernadero; otra parte rebota hacia dentro y mantiene una temperatura cálida en el interior. Es por eso que en un día soleado pero fresco, la temperatura dentro de un invernadero es cálida. Un efecto similar se produce en la atmósfera de la Tierra. La radiación solar entra, choca con el suelo y es radiada de nuevo como calor. Una parte bastante grande de ese calor escapa al espacio exterior, pero una parte es atrapada por los gases invernaderos y es lo que calienta nuestra atmósfera. Los gases invernaderos no son solamente dióxido de carbono, sino también metano, óxido nitroso, vapor de agua y unos pocos componentes más. Mucha gente tiene la idea de que estos gases no son buenos, pero la realidad es que los necesitamos. Gracias a los gases invernaderos en nuestra atmósfera, la temperatura media global del planeta es alrededor de 15ºC, que es una temperatura favorable para la vida en la Tierra.
Ene - Feb 2021 14 Edificación Cristiana artíCulo
Sin los gases la temperatura media sería de -15ºC. Es decir que la vida en la Tierra sería más o menos imposible sin los gases invernaderos. Pero lo que ha pasado es que, al quemar combustibles fósiles y echar dióxido de carbono a la atmósfera, se ha ido añadiendo a esa capa de gas, de la misma manera que echamos otra manta en la cama en invierno. Cuando esto sucede lo más probable es que la temperatura suba y, efectivamente, es lo que ha pasado. La temperatura media global ha subido en aproximadamente 1ºC durante el siglo pasado, lo cual es un incremento muy grande en relación con el lapso de tiempo; y se piensa que aumentará aun más en lo que queda de este siglo. Los diez años más calurosos, según los registros instrumentales, han sido todos desde el cambio del siglo. El año pasado – 2019 – era el segundo año más caluroso. El más caluroso fue 2016, pero a todas luces 2020 podría incluso superar 2016.
¿Qué va a suceder en el futuro? El Grupo Intergubernamental de Expertos sobre el Cambio Climático (IPCC – siglas en inglés) publicó su último informe importante en 2013. El siguiente debe salir al año que viene. Si continuamos produciendo las mismas emisiones como actualmente, alcanzaremos un valor de alrededor de 4ºC o 5ºC por encima de la temperatura preindustrial antes del final del siglo. Sería un desastre total para el planeta y para nosotros. Se considera que, como mucho, sería posible limitar la subida de temperatura a 1.5ºC por encima de la temperatura preindustrial. Esa cifra es solamente 0.5ºC más alta que nuestro nivel actual, y para conseguirla sería necesario conseguir unas reducciones de emisiones de gran envergadura.
se ha comentado, de seguir adelante en la misma tendencia resultaría en un aumento de 4º o 5ºC antes del final del siglo, con consecuencias terribles. Si se sigue lo que los gobiernos se comprometieron a hacer en 2015, entonces la subida será de 3 – 3.5ºC, que tampoco es muy bueno y, además, será necesario reducir las emisiones de manera más drástica y más rápida. Desde el encuentro de París se ha visto una disminución en el uso de combustibles fósiles, especialmente de carbón. Al mismo tiempo se ha visto un aumento importante en el uso de tecnologías de energía renovable: eólica y solar. En España, la producción de energía eólica y solar está actualmente en auge.
¿De qué maneras el cambio climático va a impactar nuestro mundo? Lo sorprendente es que muchos países han previsto una mayor producción agrícola antes de 2080. Hay dos razones para explicar esto. En primer lugar, el dióxido de carbono es un nutritivo y favorece el crecimiento de las plantas. En segundo lugar, en algunas áreas las temperaturas más altas tienen el mismo efecto. Se prevé que en Europa la producción agrícola global experimentará un aumento. Sin embargo, en muchas partes del mundo, este no es el caso. En estas regiones, sequías, olas de calor, inundaciones y otros eventos meteorológicos extremos compensarán con creces los efectos positivos del dióxido de carbono. Por lo tanto, se prevén reducciones importantes de la producción agrícola en estas regiones, especialmente en África. Muchos de los habitantes de África son nuestros hermanos cristianos, y parece que se abocan a tiempos muy, muy difíciles. Esta es una de las razones por la que considero que los cristianos debemos tomarnos más en serio el tema del cambio climático.
La convención Marco las Naciones Unidas sobre el cambio climático COP21, celebrada en París en 2015, fue sumamente significativa. De antemano los gobiernos participantes habían entregado cada uno sus planes para reducir las emisiones de dióxido de carbono en sus respectivos países. Se hizo el cómputo de todos estos planes individuales, para comprobar cuál podría ser el aumento de temperatura global en base a dichas predicciones. Como ya
El cambio climático conlleva una cuestión de justicia. Los más ricos, que representan el 10% de la población mundial, producen el 49% de las emisiones de dióxido de carbono y son también los menos afectados por el impacto del cambio climático. Mientras que los más pobres – el 50% de la población – son responsables tan solo por el 10% del total de las emisiones. Sin embargo, ya están sufriendo severas consecuencias del cambio climático. ¿Qué va a pasar con todos estos pobres? Muchos intentarán migrar si de alguna manera es posible. Norman Myers calculó que unos 200 millones de personas abandonarían sus hogares y migrarían a otros lugares antes de 2050. Claro, algunas personas lo tienen difícil para desplazarse. Se vio un ejemplo de esto cuando el huracán Katrina golpeó Nueva Orleans en los Estados Unidos. La gente pudiente subió a sus coches y se marchó rápidamente, antes de la llegada del huracán, dejando a los pobres en la ciudad para afrontarlo. Aun así, es muy probable que veamos un número cada vez mayor de personas que intentan partir del lugar donde están viviendo a causa del cambio climático.
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artíCulo
Para su Gloria (3ª parte)
Por : Daniel Pujol
III. LA GLORIA DE DIOS EN LA IGLESIA
Gloria (en griego: doxa) nos habla también del carácter y de los caminos de Dios exhibidos por medio de Cristo hacia los creyentes y a través de la iglesia. En Apocalipsis, Juan prosigue con la narración de lo que ve y llega un momento en que dice:
“Después de esto miré, y he aquí una gran multitud, de todas las naciones, que estaban delante del trono y en presencia del Cordero, vestidos de ropas blancas; y clamaban a gran voz, diciendo: La salvación pertenece a nuestro Dios que está sentado en el trono, y al Cordero. Y todos los ángeles se postraron sobre sus rostros delante del trono, y adoraron a Dios, diciendo: Amén. La bendición y la gloria y la sabiduría y la acción de gracias y la honra y el poder, sean a nuestro Dios por los siglos de los siglos. Amén.
Entonces uno de los ancianos habló, diciéndome: Estos que están vestidos de ropas blancas, ¿quiénes son, y de dónde han venido?...
Estos son los que han salido de la gran tribulación y han lavado sus ropas, y las han emblanquecido en la sangre del Cordero. Por esto están delante del trono de Dios, y le sirven día y noche en su templo…” (Ap 7:9-17).
1. La iglesia, exponente de la gloria de Dios
La carta del apóstol Pablo a los Efesios nos presenta un cuadro excelso acerca de la gloria de Dios en el que figura la iglesia como participante.
“Bendito sea el Dios y Padre de nuestro Señor Jesucristo (el Padre de gloria, v. 17), que nos bendijo con toda bendición espiritual en los lugares celestiales en Cristo para alabanza de la gloria de su gracia.
“En él (en Cristo, en quien tenemos redención por su sangre, el perdón de pecados según las riquezas de su gracia) asimismo tuvimos herencia a fin de que seamos para la alabanza de su gloria.
“En él también vosotros fuisteis sellados con el Espíritu Santo de la promesa, que es las arras de nuestra herencia hasta la redención de la posesión adquirida, para alabanza de su gloria.” (Ef 1:3-14).
Todo gira alrededor de la persona de Cristo y su obra de redención prevista desde antes de la fundación del mundo. De él sigue diciendo más adelante que Dios le dio todo
el honor y el poder, sometiéndolo todo bajo sus pies, “y lo dio por cabeza sobre todas las cosas a la iglesia, la cual es su cuerpo, la plenitud de Aquel que todo lo llena en todo” (v. 22-23). Son estas palabras de una amplitud y una profundidad difícilmente abarcables. Pero de una cosa podemos estar seguros: esto tiene que ver con nosotros, los creyentes.
Este caudal de riquezas de su gracia de la que somos beneficiarios, contrasta con cualquier pretensión humana de autosuficiencia para alcanzar la salvación, el perdón de pecados:
“… no por obras, para que nadie se jacte” (Ef 2:9 NVI).
El apóstol lo tenía bien claro:
“Lejos esté de mí gloriarme, sino en la cruz de nuestro Señor Jesucristo…” (Gal 6:14).
La misma gloria es fuente abundante de recursos para la iglesia, lo que revierte en gloria para Dios. Sigue Pablo escribiendo a los Efesios:
“…doblo mis rodillas… para que (el Padre) os dé, conforme a las riquezas de su gloria, el ser fortalecidos con poder en el hombre interior por su Espíritu; para que habite Cristo por la fe en vuestros corazones… A él sea gloria en
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la iglesia y en Cristo Jesús por todas las edades, por los siglos de los siglos. Amén” (Ef 3:14-21).
2.
La vida de la iglesia ha de glorificar a Dios
Todo lo dicho hasta aquí incluye una dimensión práctica que no podemos obviar, y que el mismo Jesús tuvo en consideración en su oración al Padre antes de ir a la cruz:
“Ruego también por los que han de creer en mí, para que todos sean uno. La gloria que me diste, yo les he dado, para que sean uno, así como nosotros somos uno para que el mundo conozca que tú me enviaste…” (Jn 17:20-23).
Expresión práctica de esta unidad la tenemos en las palabras de Pablo:
“Recibíos los unos a los otros, como también Cristo nos recibió, para gloria de Dios” (Ro 15:7)
Y en la comunión fraternal puesta de manifiesto en la ayuda material en casos de necesidad. Así se explaya escribiendo a los Corintios para poner en valor su generosidad:
“… glorifican a Dios por la obediencia que profesáis al evangelio de Cristo, y por la liberalidad de vuestra contribución para ellos y para todos” (2 Co 9:13).
3. El creyente ha de glorificar a Dios
3.1. En su testimonio
El testimonio de Pablo es muy impactante: de perseguidor acérrimo de los creyentes, tras su encuentro con Jesús en el camino a Damasco, se convierte en uno de ellos. Incluso, como testifica en algún otro lugar, llegando a ser objeto de dura persecución. Lo único que destaca de su experiencia es que Dios fuera glorificado en él.
“…Aquel que en otro tiempo nos perseguía, ahora predica la fe que en otro tiempo asolaba. Y glorificaban a Dios en mí” (Gal 1:23-24).
3.2. En su vida cotidiana
El creyente ha de vivir glorificando a Dios en todo lo que hace, en todo lugar y los siete días de la semana, y por una razón muy sencilla:
“Porque habéis sido comprados por precio; glorificad, pues, a Dios en vuestro cuerpo” (1 Co 6:20).
“Si, pues, coméis o bebéis, o hacéis otra cosa, hacedlo todo para la gloria de Dios” (1 Co 10:31; Col 3:17)
4. El ministerio cristiano ha de glorificar a Dios por medio de Jesucristo
No hay otro objetivo para el ministerio cristiano en la iglesia:
“Si alguno habla, conforme a las palabras de Dios; si alguno ministra, ministre conforme al poder que Dios da, para que en todo sea Dios glorificado por Jesucristo, a quien pertenecen la gloria y el imperio por los siglos de los siglos. Amén.” (1 P 4:11).
Perder esto de vista será en perjuicio para el propio ministerio.
5. El creyente glorifica a Dios en su muerte
En sintonía con el Salmo que dice que “estimada es a los ojos de Jehová la muerte de sus santos” (116:15), el evangelista Juan saca de las palabras de Jesús a Pedro en su encuentro tras su resurrección, la conclusión siguiente:
“Esto dijo, dando a entender con qué muerte había de glorificar a Dios” (Jn 21:19).
6. La iglesia glorificará a Cristo en su segunda venida
“… cuando (el Señor) venga en aquel día para ser
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glorificado en sus santos y ser admirado en todos los que creyeron… Para que el nombre de nuestro Señor Jesucristo sea glorificado en vosotros, y vosotros en él, por la gracia de nuestro Dios y del Señor Jesucristo” (2 Tes 1:10,12).
Ya hemos visto anteriormente que la segunda venida de Cristo será con una manifestación inimaginable de gloria. Lo impresionante es que en esta manifestación, la iglesia –es decir, nosotros- tendrá un papel no precisamente secundario.
7. Dios quiere hacernos participantes de su gloria
Hasta ahora hemos visto la gloria circunscrita a Dios, lo cual cabe dentro de lo que es de esperar, porque la gloria es coherente con su propio carácter. Dios no solamente es un Dios glorioso, sino que además todo lo que hace, lo hace para su gloria, es decir para conseguir más gloria. Lo que sorprende es que Dios quiera compartirla con seres humanos que para más carga le hemos ofendido. Ya lo hemos visto en la cita anterior. “Gracia y gloria dará Jehová” (Sal 84:11).
A lo largo de su ministerio en la tierra, este fue el deseo de Jesús (completado en su muerte en la cruz) tal como lo expresa en su oración al Padre:
“La gloria que me diste, yo les he dado” (Jn 17:22).
Y el proceso sigue:
“Por tanto, nosotros todos, a cara descubierta mirando como en un espejo la gloria del Señor, somos transformados (metamorfosis) de gloria en gloria en la misma imagen, como por el Espíritu del Señor” (2 Co 3:18).
IV. LA GLORIA QUE ESPERAMOS
Gloria (griego: doxa) habla también del estado de bienaventuranza o bendición al cual han de entrar los creyentes al ser hechos a la semejanza de Cristo. Como dice Pablo, son “cosas que ojo no vio, ni oído oyó, ni han subido en corazón de hombre, las que Dios ha preparado para los que le aman” (1 Co 2:9).
Veamos los antecedentes empezando desde la misma creación:
“Le has hecho (al hombre) poco menor que los ángeles, y lo coronaste de gloria y honra. Le hiciste señorear sobre las obras de tus manos; todo lo pusiste debajo de sus pies” (Sal 8:5,6).
Observamos que en un principio, en el diseño del Creador ya estaba el dotar al hombre de una corona de gloria y honra. Luego, y a pesar de la caída, cuando vamos hacia el final de la historia vemos que Dios no ha renunciado a su propósito al respecto. Son relevantes las palabras proféticas de Daniel corroboradas por el mismo Jesús:
“Y muchos de los que duermen en el polvo de la tierra serán despertados, unos para vida eterna, y los otros para vergüenza y confusión perpetua. Los entendidos resplandecerán como el resplandor del firmamento; y los que enseñan la justicia a la multitud, como las estrellas a perpetua eternidad” (Dn 12:2,3).
“Entonces los justos resplandecerán como el sol en el reino de su Padre” (Mt 13:43).
El final de la historia será tiempo de retribución para todos, lo cual es coherente con el carácter de Dios:
“(Dios) pagará a cada uno conforme a sus obras… gloria y honra y paz a todo el que hace lo bueno” (Ro 2:6,10).
1. La gloria es la meta del Evangelio
El apóstol Pablo identifica claramente cuál es el objetivo final del Evangelio para nosotros los que creemos, para lo cual Dios pone en marcha todo el operativo de elección para salvación y santificación por el Espíritu:
“(Dios) os llamó mediante nuestro evangelio para alcanzar
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la gloria de nuestro Señor Jesucristo” (2 Ts 2:14).
“A los que predestinó, a estos también llamó; y a los que llamó, a estos también justificó; y a los que justificó, a estos también glorificó” (Ro 8:30).
Se suman a estas palabras de Pablo el escritor de la carta a los Hebreos y el apóstol Pedro:
“Convenía a aquel por cuya causa son todas las cosas, y por quién todas las cosas subsisten, que habiendo de llevar muchos hijos a la gloria, perfeccionase por aflicciones al autor de la salvación de ellos” (Hb 2:10).
“Mas el Dios de toda gracia, que nos llamó a su gloria eterna en Jesucristo…” (1 P 5:10).
2. Dios ha dispuesto que participemos también de la misma gloria de Cristo
Que el Hijo sea heredero universal del Padre no nos parece extraordinario. Lo realmente extraordinario es que Dios quiera que participemos también de esta misma herencia. Ahora bien, las condiciones son las mismas para nosotros que lo fueron para el Hijo: quizás tengamos que padecer como Él también padeció.
“Si hijos también herederos; herederos de Dios, y coherederos con Cristo, si es que padecemos juntamente con él, para que juntamente con él seamos glorificados. Pues tengo por cierto que las aflicciones del tiempo
presente no son comparables con la gloria venidera que en nosotros ha de manifestarse” (Ro 8:17-18).
“Porque esta leve tribulación momentánea produce en nosotros un cada vez más excelente peso de gloria; no mirando las cosas que se ven, sino las que no se ven; pues las cosas que se ven son temporales, pero las que no se ven son eternas” (2 Co 4:17,18).
Lo realmente aleccionador es que lo que esperamos tiene tal peso específico que lo temporal palidece aunque sea una terrible persecución.
“Alumbrando los ojos de vuestro entendimiento, para que sepáis cuál es la esperanza a que él os ha llamado, y cuáles las riquezas de la gloria de su herencia en los santos” (Ef 1:18).
La iluminación de los ojos de nuestro entendimiento nos permitirá ver que estas riquezas de gloria no son sólo para el futuro; están ya disponibles ahora como fuente de recursos para la iglesia, es decir para todos nosotros los que creemos como ya hemos apuntado más arriba (Ef 3:16).
3. El momento: La gloria tiene que ver con cómo nos mostraremos cuando Cristo venga
Como hemos ido viendo habrá un momento álgido que es cuando Jesús vendrá por segunda vez, momento que por cierto todavía no ha llegado. Es el que Cristo está esperando; es el que estamos esperando también nosotros.
“Cuando Cristo, vuestra vida, se manifieste, entonces vosotros también seréis manifestados con él en gloria” (Col 3:4; 1 Jn 3:2).
“… para que sometida a prueba vuestra fe, mucho más preciosa que el oro, el cual aunque perecedero se prueba con fuego, sea hallada en alabanza, gloria y honra cuando sea manifestado Jesucristo” (1 P 1:7).
4. El ministerio cristiano tendrá también su parte en este momento.
En aquel momento, el Señor no se olvidará de los que han trabajado para él durante su ausencia.
“… yo anciano… que soy participante de la gloria que será revelada…
Y cuando aparezca el Príncipe de los pastores, vosotros recibiréis la corona incorruptible de gloria” (1 P 5:1, 4).
5. Cuadro final
“… me mostró la ciudad santa de Jerusalén… teniendo
Nº 297 19 Edificación Cristiana
Para su Gloria
la gloria de Dios. Y su fulgor era semejante al de una piedra preciosísima.
La ciudad no tiene necesidad de sol ni de luna que brillen en ella; porque la gloria de Dios la ilumina, y el Cordero es su lumbrera.
Y las naciones que hubieren sido salvas andarán a la luz de ella; y los reyes de la tierra traerán su gloria y honor a ella… Y llevarán la gloria y la honra de las naciones a ella.” Ap 21: 10-11, 23, 24, 26
V. DOXOLOGÍAS Y CONCLUSIÓN
El término doxología deriva de doxa. Las doxologías son expresiones de alabanza a Dios. He aquí unas cuantas; en todas ellas se hace mención de la gloria como no podía ser de otra manera:
“Al que puede confirmaros según mi evangelio y la predicación de Jesucristo… al único y sabio Dios, sea gloria mediante Jesucristo para siempre. Amén” (Ro 16:25, 27).
“Y al Dios de paz que resucitó de los muertos a nuestro Señor Jesucristo os haga aptos en toda buena obra para que hagáis su voluntad al cual sea la gloria por los siglos de los siglos. Amén” (Hb 13:20, 21).
“Mas el Dios de toda gracia, que nos llamó a su gloria eterna en Jesucristo, después que hayáis padecido un poco de tiempo, él mismo os perfeccionará. A él sea la gloria y el imperio por los siglos de los siglos. Amén” (1 P 5:10, 11).
“Y a aquel que es poderoso para guardaros sin caída, y presentaros sin mancha delante de su gloria con gran alegría, al único y sabio Dios, nuestro Salvador, sea gloria y majestad, imperio y potencia, ahora y por todos los siglos. Amén” (Jd 24, 25).
Creo que con lo visto podemos responder a las preguntas iniciales para aseverar que hay un propósito claro en todo lo que existe, una razón para todo lo que sucede, y que Dios no es ajeno a nada, pues todo es para su gloria.
Nota : “Por error este estudio debió ser publicado en el número anterior. Pedimos disculpas al autor y a los lectores”
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Ene - Feb 2021 20 Edificación Cristiana
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artíCulo
Predicadores el nuevo orden mundial
Por : Julio Martínez
La velocidad a la que cambia este mundo es algo que da miedo. Es normal. Los cambios nos aterran. Este año 2020 ha sido particularmente complicado, y ha sido un hervidero de información, desinformación y tergiversación. Desde esta sección intento analizar cómo Internet está afectando nuestra visión del mundo. Las discusiones online, la opinión de personas relevantes nos están afectando y están afectando nuestra cosmovisión cristiana. Lo preocupante es que sea Internet, y no la Biblia, la que esté modelando nuestro pensamiento. Si los vídeos de influencias “cristianos” están alimentando nuevos miedos, vamos por mal camino. Si las teorías conspirativas están cambiando el énfasis de nuestras iglesias locales, estamos fracasando y desobedeciendo al Señor de la Iglesia.
Pero antes de entrar en la cuestión me van a permitir iniciarles en una serie de términos que son muy populares en la Red. Estos términos constituyen la nueva doctrina que alimenta por igual a cristianos y no cristianos, haciendo que ambos acepten como dogmas lo que brevemente voy a exponer.
Hagamos un glosario:
Agenda 2030 según la web oficial la Agenda 2030 es el compromiso de los 193 países que forman parte de Naciones Unidas para alcanzar 17 objetivos que tienen que ver con reducir las desigualdades, cuidar del medio ambiente y traer prosperidad a los países. La interpretación de los teóricos de las conspiraciones es que se trata de un plan del globalista George Soros y del papa Francisco para debilitar la soberanía de las naciones, acelerar la ideología de género, reducir la población, y favorecer la migración ilegal. Por cierto, la encíclica “Fratelli tutti” del obispo de Roma apoyando esta agenda no ha tranquilizado para nada a los recelosos teóricos de las conspiraciones.
George Soros, es un magnate financiero de origen húngaro y judío y naturalizado estadounidense. Es también conocido por ser el hombre que llevó a cabo una operación financiera que provocó la quiebra del Banco de Inglaterra en 1992, asegurándose unas ganancias de mil millones de dólares. Para muchos, Soros es un generoso filantropo que ha donado más de ocho mil millones de dólares en proyectos de educación, salud y derechos humanos. Para otros es alguien que está impulsando legalización del aborto, la destrucción de los valores cristianos en occidente y favoreciendo grandes movimientos migratorios como arma
para desestabilizar países.
El gran reseteo (o el gran reinicio) es un término que apareció por primera vez en el año 2010 que fue cuando se publicó el libro “The Great reset” del autor Richard Florida, investigador de asuntos urbanos. Este término ha sido usado por el Foro Económico mundial, junto con el príncipe Carlos de Inglaterra y el Fondo Monetario Internacional, para llevar a cabo una agenda que cambie profundamente la economía, la ecología y nuestras vidas. Lo cierto es que a pesar de declaraciones grandilocuentes con promesas de prosperidad y un mundo más justo, cuando llegamos al asunto de las políticas concretas no está del todo claro. Los que ven con recelo el gran reseteo del FMI y la Agenda 2030 aseguran que impondrán una moneda digital, la eliminación de los derechos de propiedad, la vacunación obligatoria, la privatización del agua potable y la eliminación de los ejércitos nacionales, ya que establecerán un gobierno mundial.
Nuevo orden mundial, después de la Primera Guerra Mundial el presidente de los EEUU Woodrow Wilson en un documento de 14 puntos habló de la necesidad de un nuevo orden mundial. Tras la Segunda Guerra Mundial se creó la Liga de Naciones que dio lugar a la ONU, por cierto, esta misma ONU ha sido vista por muchos conspiracionistas y cristianos como un signo de la gran Babilonia de Apocalipsis. Una buena parte de los presidentes de Occidentes han hablado a favor del NOM (nuevo orden mundial) lo cual, como es de esperar ha despertado la rumorología, para muchos el NOM no es más que una especie de socialismo soviético donde la familia, la propiedad y la religión van a ser eliminadas para dar paso a la intromisión del estado.
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Predicadores, influencers y conspiracionistas
Estos son una serie de temas que han salido de los círculos más conspiracionistas y que gracias a Internet se han popularizado. El pueblo cristiano ha sido particularmente permeable a estos temas, en algunos casos incluso integrándolos en su teología. Varios comunicadores evangélicos populares con una gran base de seguidores en Youtube y en podcast recurren una y otra vez a estos temas. Basta con leer los títulos de los vídeos para saber que estos temas son los que más visualizaciones tienen. Personas como César Vidal y el irlandés Will Graham han construido legiones de seguidores enardeciéndolos con estos temas. En el caso de César Vidal su deriva ha sido particularmente notable. En su canal de Youtube y en su programa “La voz” (ahora una plataforma de pago por 7 dólares al mes) podemos verlo dando series de conferencias en auditorios cristianos sobre los temas mencionados. En el caso de Will Graham su crecimiento se ha debido a las denuncias a los liberales evangélicos y a la agenda LGTB. Como he mencionado en artículos pasados los evangélicos cerramos filas cuando se trata de combatir el aborto y la propaganda homosexual, y el hermano Graham es buena muestra de ello.
Si buscamos en Internet a populares teóricos de la conspiración como Rafael Palacios (expulsado de Youtube por sus arengas anti vacunas), el canal “Mundo desconocido” de Youtube (conocido como JL), o el delirante canal de “Contra periodismo Matrix” del periodista Luis Carlos Campos veremos que en los referido a los temas mencionados en el glosario, la unanimidad con el escritor cristiano César Vidal y con el pastor Will Graham son casi totales. Es decir, cuando se trata de Soros, el globalismo,
el NOM, la Agenda 2030, las preocupaciones de cristianos conspirativos y de los teóricos de la conspiración seculares son exactamente las mismas. Es más, pareciera que muchos cristianos “beben” de esos canales para terminar integrando estas teorías en sus púlpitos virtuales, y eso es lo preocupante, esta mezcla del evangelio con otras doctrinas.
Algunas aclaraciones. Por supuesto, los teóricos seculares de la conspiración también hablan de antiguos dioses extraterrestres, de los hombres reptil que están detrás de las casas reales europeas y de viajes astrales, por mencionar sólo algunos de sus temas disparatados. No dudo de que, en cuanto a la fe en Jesucristo los hermanos Vidal y Graham son personas que aman al Señor, conocen la Palabra de Dios y obran con sinceridad. Es más, yo mismo, a nivel personal tengo las mismas opiniones sobre Soros, el NOM y otros temas.
¿Qué es lo que me preocupa entonces? Son varias las cosas.
1. La Biblia tiene un sólo tema: Jesucristo. Él es la “descendencia de la mujer” prometida en Génesis, en los albores de la humanidad. Es la esperanza prometida por los profetas, el verdadero sacrificio al que apunta el Levítico. Esta suprema centralidad de Jesús puede quedar cubierta y apartada en el momento en el que George Soros aparece en el púlpito al ser mencionado por el predicador. Hermanos, el pueblo de Dios ha sufrido a tiranos como Nabucodonosor, a la maldad de los emperadores romanos. Los tiranos pasarán, la conspiración de los enemigos de Dios pasará. Quizás no deberíamos dar tanto protagonismo a personajes tan secundarios. No tienen importancia. Carecen de relevancia, en cambio Jesucristo es eterno, su victoria en la cruz es absoluta, el poder manifestado en su resurrección es imparable.
Hace unos meses un hombre recién convertido me explicaba con entusiasmo que como cristianos teníamos que dedicar más tiempo a estudiar y explicar las artimañas del diablo porque así podremos combatirle con más eficacia. Supongo que él esperaba que mi reacción fuera de apoyo entusiasmado, por eso afloró su cara de decepción cuando no pude menos que contradecirle. Le expliqué que la Biblia nos anima a poner a Dios en nuestro foco, “someteos a Dios” es el mandamiento y “resistid al diablo”. Nuestra mente debe estar ocupada en todo aquello que es verdadero, lo justo y lo puro: en Dios mismo. De hecho, todos los creyentes que conozco que se han obsesionado con la deontología han terminado mentalmente trastornados, la Palabra de Dios nos advierte del tipo de pensamientos con los que debemos llenar la mente.
El libro de Apocalipsis no es un libro que hable de las distintas familias imperiales y de sus intrigas. Apocalipsis habla de Jesucristo, Quien aplastará al diablo y hará que sus
Ene - Feb 2021 22 Edificación Cristiana doble CliCk
enemigos doblen sus rodillas ante Él.
2. Dios está al control. Este mundo no está en manos de hombres poderosos. Por encima de ellos hay alguien que tras resucitar reina por encima de todo reinado, república, organismo internacional y club Bilderberg (Ef 1:21) Los que predicamos debemos ser muy cuidadosos, si yo dedico 40 minutos de mi mensaje a hablar de los oscuros entramados de poder y de cómo los poderosos del NOM van a martirizarnos, y luego dedico 5 minutos a concluir que, bueno, al fin y al cabo, Dios está al control, entonces no estoy estimulando la fe de mis hermanos. Se irán a casa más temerosos que seguros.
3. No nos volvamos a las fábulas. Si como predicador (en internet o en la iglesia) te dedicas a hablar de la Agenda 2030, y de estos temas te puedo asegurar que tendrás a tu audiencia cautiva de cada una de tus palabras. Si les hablas
que van a implantar la monedas digitales para comprar y vender y cómo esto se relaciona con las profecías bíblicas (o al menos con tu interpretación de las mismas) harán fila para felicitarte. Pero Cristo no se habrá llevado nada de gloria.
Las fábulas entretienen a las cabras, pero no alimentan a las ovejas (permitidme la cita de Spurgeon). Muchas congregaciones llenarán los locales para oír hablar de Soros y su poder. Pero eso no es predicar, eso es entretener. Quiera el Señor que nuestros corazones estén de tal manera afectados por una visión del Hijo de Dios en su trono que podamos predicar impulsados por el Espíritu Santo en poder y convicción para edificación del Pueblo de Dios.
Enlaces:
https://www.agenda2030.gob.es/objetivos/home.htm
https://www.protestantedigital.com/multimedia/audio/56413/enciclica-fratelli-tutti-y-la-agenda-globalista
Comida para llevar. Devocional diario
Autor : Luis Cano.
Publicado por : Editorial Peregrino. Moral de Calatrava, 2020.
Reseña por : David Vergara
Luis Cano, hijo de un reconocido poeta manchego, sirve al Señor como pastor en la iglesia evangélica de Ciudad Real, donde reside junto a su esposa Pilar Herrera. Estudió teología en la School of Biblical and Theological Studies of de European Mission Fellowship (EMF) en Welwyn, Inglaterra. Tras más de cuarenta años de relación con el Señor, ha decidido plasmar su diálogo con el Maestro en un devocional o más bien, compartir su diario de forma devocional.
Luis lee toda la Biblia cada año de forma personal y junto a su esposa, también su vida se ha enriquecido con la lectura de libros y preparación de sermones, siendo un predicador con un estilo claro, directo y un gracejo propio, que lo convierten en un hermano cercano y reconocible por su facilidad en la comunicación.
El autor sabe que cuando se conoce la Biblia a veces es difícil ser concreto porque un pasaje te lleva a otro y también que es fácil caer en la rutina dando lugar a una lectura un tanto ritualista. Por tal motivo, ha escogido un método, escoger un texto bíblico para orar y aplicarlo de forma personal en su lectura diaria que tantas veces se traslada al
papel. Su método es leer la Biblia en un año con este orden: Pentateuco – Evangelio de Mateo – Históricos – Evangelio de Marcos – Poéticos – Evangelio de Lucas – Proféticos –Evangelio de Juan – resto del Nuevo Testamento. Explicar su meditación y su método, de una forma amena y breve, es como escoger cada día una especia, o un elemento del guiso, hasta completar un menú completo que evita la anemia espiritual. Lo más importante es que la Biblia sea el fundamento de nuestra dieta, y no una excusa para hablar de nosotros mismos, otro peligro que siempre está presente en los predicadores.
El formato es el de un cuaderno con espiral, que puede quedar sobre la mesa porque tiene una excelente consistencia y es muy atractivo en el diseño. Por otro lado, es inmejorable la calidad del papel. Es decir las hojas no se van a caer sin hacer nada, como ocurre hoy con muchos libros. Rogamos al Señor que estos manjares estén en la mesa de muchos hambrientos y sedientos de la Palabra de Dios.
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PrediCadores el nuevo orden Mundial
El Ayuntamiento de Santiponce y el Consejo Evangélico de Andalucía colocan
un busto en memoria de Casiodoro de Reyna
Por : Miguel Ángel Prado.
Entrando en Sevilla por la antigua Ruta de la Plata, (Ahora N-5), se contempla la fachada del Monasterio de san Isidoro del Campo; se ve la torre y la espadaña del viejo monasterio fortaleza.
La inmensa mayoría de la gente no sabe qué es aquello; se preguntarán ¿eso qué es?
Cuando hace siglos hicieron la calzada de la Ruta de la Plata (Gijón-Cádiz) emplearon piedras, mármoles y restos de Itálica, Sevilla la Vieja, aquella ciudad romana donde nacieron emperadores y que hoy es candidata a patrimonio de UNESCO. Valga este triste dato como ilustración de cuán poco se valora nuestra historia y patrimonio intelectual y material.
Llegando a Santiponce (pueblo que acoge Itálica y al monasterio) desde Sevilla, apenas entrando está el desvío para el Monasterio. Allí mismo, en un lugar de privilegio, el 23 de Octubre de 2020 se ha levantado un busto en memoria de Casiodoro de Reina, quien realizó la
primera traducción de la Biblia completa desde las lenguas originales al castellano. Ahora es prácticamente imposible entrar en Santiponce sin ver a Casiodoro.
Al acto asistieron autoridades de la Junta de Andalucía, Diputación de Sevilla y medios de comunicación.
El Ayuntamiento de Santiponce y el Consejo Evangélico de Andalucía han hecho posible que se dé honra a quien tanto bien hizo para que podamos leer la Palabra de Dios en la lengua en la que nos comunicamos entre nosotros. No ha sido fácil ni rápido: unos años de empeño y convencimiento para recuperar del olvido e ignorancia general a este hombre de Dios.
Nacido sobre 1520 en Montemolín, Extremadura, antes en el reino de Sevilla, Reina estudió en Sevilla, ingresó como monje en la orden Jerónima en San Isidoro del Campo, donde junto a otros se entregó al estudio de la Palabra de Dios. Aquel claustro se transformó en centro de
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rePortaje
conocimiento Bíblico. Las horas de rezos y vigilias pasaron a ser encuentros con Dios por medio de la Palabra divina. Compañeros de Casiodoro en el Monasterio fueron Cipriano de Valera, Antonio del Corro, el maestro García Arias y otros monjes. Unos doce. Tuvieron que huir en 1557 de San Isidoro a la Europa libre para poder vivir conforme a su conciencia bajo la guía de la Palabra de Dios.
Casiodoro de Reina fue quemado en estatua, esfinge, como ausente, condenado como hereje luterano por la Inquisición española en el auto de fe celebrado en Sevilla el 26 de Abril de 1562.
Doce años le llevó traducir la Biblia al castellano, en situaciones muy precarias y bajo las amenazas de los espías de Felipe II que le buscaban para acabar con él e impedir que su obra cumbre fuese realizada. Fue extranjero y peregrino por más de media Europa: Suiza, Alemania, Francia, Inglaterra; su familia, sus amigos y compañeros le prestaron apoyo y el Señor le guardó y sostuvo hasta acabar su obra. En 1569 la impresión de la Biblia del Oso vio la luz y casi tres mil ejemplares salieron del taller del impresor Thomas Guarin.
Hoy es la Biblia más publicada y la más admirada en lengua castellana.
Este busto que recuerda a Casiodoro es un caso raro y excepcional en España.
Hay algunas preguntas que podemos hacernos en estos tiempos; sólo un par de ellas.
¿Están cambiando las cosas?
Donativos
Al menos gozamos de lo que por muchos siglos han estado orando y clamando otros: Libertad para leer, estudiar, vivir conforme a la Palabra de Dios y predicar el evangelio de Jesucristo.
¿Estamos respondiendo a estos tiempos los cristianos? Quizás estemos ensimismados en nuestros propios conflictos y enredados con nuestros proyectos sin cumplir la tarea encomendada por el Señor Jesucristo, al menos no en la medida que la libertad y los medios nos permitirían si nos dedicáramos en ello.
Valga como estímulo y ánimo ocasiones como esta, en la que Ayuntamiento y evangélicos recuperan del olvido y las cenizas el testimonio y la labor de Casiodoro de Reina, traductor de la Biblia del Oso.
Hay tanto que hacer en esta España que, como tierra sin semilla de vida, necesita recibir la palabra de Dios para que muchos puedan pasar de muerte a vida, de las tinieblas a la luz.
El Ayuntamiento de Santiponce y la Diputación provincial de Sevilla han publicado una revista monográfica sobre Casiodoro de Reina con motivo de la colocación del busto. El Ayuntamiento y el Consejo Evangélico pidieron al Fondo Histórico del Evangelio en Sevilla que elaborara el contenido de esta revista con más de 70 páginas a todo color en A-4.
Si deseas recibir una de estas revistas escribe a fhesevilla@gmail.com
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Agradecemos los donativos recibidos de las siguientes Iglesias y Personas. Iglesia Trafalgar Anónimo JorgeSaborido Abdrés Rabadán Fidel Ginés Francisco Sánchez Carlos Filguera Anónimo Iglesia Duque de Sesto Madrid 200€ Madrid 20€ A Coruña 13€ Tarragona 52.4€ Suiza 15€ Marbella 62€ Madrid 50€ Madrid 28€ Madrid 100€ santiPonCe
Las exigencias de la Gran Comisión
Por : David Robles
Uno de los propósitos de la iglesia de Cristo, junto con la exaltación de Dios y la edificación de los creyentes, es la evangelización de los perdidos. Este mandato quedó establecido por el mismo Señor Jesucristo tras su resurrección y antes de su ascensión. La gran comisión la encontramos en Mateo 28:18-20. En ella, vemos el encargo que Jesús hizo a sus seguidores de hacer discípulos de todas las naciones. Para cumplir este mandato debían ir, bautizar y enseñar. La promesa de Jesús es que Él estaría con ellos, y no sólo con ellos, sino con todos aquellos verdaderos seguidores que llevarían a cabo su encomienda, hasta el fin del mundo.
Pero mientras la gran mayoría de los cristianos están familiarizados con lo que es conocido como la gran comisión, muchos desconocen las exigencias de esta. Creo que se ha escrito mucho sobre la gran comisión, pero apenas se ha reparado en las exigencias que preceden a su cumplimiento. Estas exigencias se encuentran justo antes de la archiconocida comisión, en su contexto inmediato, en los dos versículos precedentes en Mateo 28:16-17. ¿Cuáles son las exigencias de la gran comisión?
La gran comisión exige obediencia a Cristo (Mateo 28:16)
La primera exigencia la observamos en el versículo 16. La gran comisión exige obediencia a Cristo. Los primeros versículos del capitulo nos relatan la resurrección de Jesús. Cuando el Señor Jesucristo se apareció a María Magdalena y la otra María, les dijo que avisaran al resto que fueran a Galilea para verle (Mateo 28:10). ¿Qué hicieron Marta y María? Obedecieron, y se lo dijeron a los discípulos. ¿Y qué hicieron los discípulos? Obedecieron, y se fueron a Galilea: “Pero los once discípulos se fueron a Galilea” (Mateo 28:16a).
¿Cuándo se fueron los discípulos a Galilea? La continuidad del relato nos puede dar a entender que todo sucedió en el mismo día, pero es poco probable. Al armonizar cronológicamente los distintos pasajes que narran el tiempo entre la resurrección de Jesús y su ascensión, se podría concluir que este pasaje tiene lugar entre los días veinte y treinta, de los cuarenta que pasaron entre dicha resurrección y ascensión (Hechos 1:3) (Ver lista
de apariciones más adelante). En realidad, esta hipótesis es coherente con el texto que nos ocupa, porque no da ninguna indicación temporal, sino sólo el hecho de que los discípulos fueron a Galilea.
Aunque este texto no nos indica el momento en el que sucedió, sin embargo, sí nos muestra claramente la disposición de los discípulos de obedecer a Jesús. Los discípulos no fueron a Galilea por su propia voluntad, sino porque recibieron la instrucción de encontrarse allí con Él. El mismo texto afirma, “al monte que Jesús les había señalado” (Mateo 28:16b). Entre la primera aparición a las Marías y este momento los discípulos ya habían visto a Jesús, quien les había citado en este monte. Jesús les había señalado este lugar (tasso, verbo utilizado para señalizaciones, que en este caso alude al lugar concreto al que Jesús les mandó ir). Si armonizamos este relato de Mateo con el pasaje de Pablo en 1 Corintios 15:6, veremos que, junto a los discípulos, había más de quinientas personas congregadas en ese lugar concreto por mandato del Señor.
Sólo con su presencia allí, los discípulos estaban transmitiendo su disposición a obedecer. Y no es casualidad que, acto seguido, fueran comisionados con una tarea más grande de obediencia: “haced discípulos de todas las naciones” (28:19), junto con la promesa de la continua presencia y ayuda del mismo Jesucristo en tal misión (28:20). La gran comisión comienza con la disposición a obedecer al Señor en lo poco, que demuestra un carácter que está dispuesto a someterse al que tiene toda autoridad y poder (Mateo 28:18).
Ene - Feb 2021 26 Edificación Cristiana
serie la Gran CoMisión
En una ocasión, le preguntaron a un misionero en África si le gustaba lo que hacía. Su respuesta fue impactante: “¿Que si me gusta lo que hago? No. Ni a mi mujer ni a mí nos gusta el polvo. Tenemos una razonable sensibilidad y refinamiento. ¿Pero acaso los hombres no han de hacer nada por Cristo que no les guste? ¡Que Dios se apiade de esas personas! Que nos guste o no, no es el asunto. Tenemos órdenes de parte de Dios y nuestra responsabilidad es obedecerlas.”
La gran comisión no responde a una emoción, ni a un gusto preferencial; tampoco es una idea platónica o algo que hacemos para sentirnos bien; no es un medio por el que acallar nuestra conciencia. La gran comisión es un mandato de Dios y exige obediencia. Unos serán llamados al campo misionero, otros apoyarán orando y ofrendando. Pero todos los creyentes hemos de obedecer este mandato allí donde el Señor nos ha colocado, concretamente en el contexto de la iglesia local, ya que es uno de sus propósitos principales cuyo cumplimiento estamos llamados a llevar a cabo. ¿Lo estamos haciendo? ¿Estamos siendo obedientes?
Los discípulos respondieron a la exigencia de obedecer, estando dispuestos a cumplir la gran comisión. Pero, además, cumplieron con una segunda exigencia.
La gran comisión exige adoración a Cristo (Mateo 28:17)
La segunda exigencia de la gran comisión es adorar a Cristo.
El versículo 17 comienza con el encuentro visual de Jesús
con sus discípulos: “cuando le vieron” (Mateo 28:17a). Si combinamos los cuatro evangelios y el relato de Pablo en 1 Corintios 15:1-8, encontramos recogidas 10 apariciones de Jesús entre su resurrección y ascensión. Sus apariciones fueron las siguientes, posiblemente en este orden:
• A María Magdalena (Marcos 16:9; Juan 20:11-18).
• A las mujeres (Mateo 28:9-10).
• A Cleofás y su compañero (Lucas 24:13-35).
• A Simón Pedro (Lucas 24:34; 1 Corintios 15:15).
• A los discípulos, excepto a Tomás (Juan 20:19-23).
• A los discípulos, con Tomás presente (Juan 20:24-29) (Todas hasta el momento en Jerusalén).
• A los siete, junto al mar de Tiberias (Galilea) (Juan 21:1-14).
• A los discípulos en una montaña en Galilea (Mateo 28:16-20), probablemente con los 500 presentes (1 Corintios 15:6).
• A Santiago, el hermano del Señor (1 Corintios 15:17).
• Y una vez de vuelta en Jerusalén, en el Monte de los Olivos, antes de su ascensión (Hechos 1:4-11) y Lucas 24:50, 51).
¿Cuál fue la respuesta de los discípulos al ver a Jesús? Mateo 28:17b continúa diciendo que “le adoraron” . La adoración que describe aquí se refiere a la que se rinde a un rey, tal es el uso general de esta palabra (prosekunesan). Por ejemplo, es el caso de los magos de oriente que iban buscando al rey de los judíos, como vemos en Mateo 2:2, “¿Dónde está el rey de los judíos, que ha nacido? Porque su estrella hemos visto en el oriente, y venimos a adorarle” . Pero esta adoración también es fruto de la convicción de la divinidad de Jesús, la segunda persona de la Trinidad, como vemos en esa ocasión en la que los discípulos presenciaron a Jesús andando sobre las aguas, en Mateo 14:33, “le adoraron diciendo: En verdad es el Hijo de Dios”. La adoración de los discípulos en nuestro pasaje estaba centrada en Cristo, en un Cristo glorioso que reconocían como Dios hecho hombre, y que había vencido al pecado y a la muerte. Era una adoración que le reconocía como el Mesías.
La verdadera adoración está centrada en Dios y su persona, en este caso en el Dios encarnado. Nace del reconocimiento de que Cristo venció al pecado y a la muerte. Nace de un profundo amor a Él como Dios hecho hombre, el Salvador del mundo. Pero, además, esta adoración no se queda sólo entre nosotros, sino que nos ha de mover a proclamarlo entre todos los que están a nuestro alrededor.
Cuando Hudson Taylor era director de la China Inland Mission, a menudo entrevistaba a candidatos para salir al campo misionero. En una ocasión se reunió con un grupo de solicitantes para determinar sus motivaciones para ir a
Nº 297 27 Edificación Cristiana las exiGenCias de la Gran CoM isión
las misiones.
— “¿Y por qué deseas salir como misionero?” Preguntó.
—“Quiero porque Cristo nos ha mandado ir por todo el mundo y predicar el evangelio a toda criatura”, uno de ellos respondió.
— Otro contestó, “quiero ir porque millones están perdidos sin Cristo”, mientras el resto daba respuestas similares.
—Entonces, Hudson Taylor les dijo, “todos estos motivos, aunque buenos, fallarán en los tiempos de dificultades, pruebas, tribulaciones e incluso el peligro de muerte. Sólo hay un motivo que os sostendrá en medio de las pruebas: vuestra adoración a Cristo”.
había vuelto a la vida. Por el relato de Mateo, podríamos suponer que todavía había algunos entre los 11 discípulos que dudaban, algo que no es de extrañar si tenemos en cuenta que necesitaron repetidas apariciones y evidencias para convencerse de su resurrección. Pero si consideramos que los 500 también estaban presentes, y tenemos en cuenta la cronología de apariciones previas, probablemente las dudas a las que se refiere este versículo nacieron en aquellos que vieron a Jesús por primera vez con sus propios ojos, tal como le sucedió a Tomás su primera vez. Sean quienes sean los que dudaron, sus dudas serían disipadas por las palabras que a continuación escucharían, por la ascensión que posteriormente testificarían y por la experiencia que el día de Pentecostés vivirían.
Sólo cuando conozcamos a Cristo verdadera y profundamente por quién es Él y lo que ha hecho en nuestras vidas, podremos amarle reconociendo que Él nos amó primero. Y cuando le amemos, le adoraremos verdaderamente, no como el fruto de una obligación sino como algo que sale espontáneamente de lo profundo de nuestro ser en gratitud a su obra y reconocimiento a su persona.
Así es como les sucedió a los discípulos. Hasta que no le conocieron y reconocieron como Dios, a aquel Jesús al que amaban, no pudieron adorarle. Esta adoración es parte de las exigencias de la gran comisión. Sólo podremos llevar a cabo la gran comisión si conocemos a Cristo verdaderamente y le adoramos
Sin embargo, somos débiles y podemos identificarnos con lo que dice el texto al final del versículo 17:“algunos todavía dudaban” . Esta frase insertada por Mateo nos muestra la integridad del relato que presenta. No trató de ocultar las dudas de algunos, sino que retrató la perfección de Jesús resucitado y la imperfección humana de sus seguidores.
El objeto de la duda era si éste era realmente su Señor, y
En ocasiones nos puede suceder lo mismo. Las dudas nos embargan. A veces, son dudas intelectuales al leer la Palabra; otras, son dudas emocionales, cuestiones personales que no entendemos desde un punto de vista humano; incluso podemos llegar a vacilar cuando las pruebas de la vida y sus complicaciones ponen a prueba nuestra fe. Los seguidores dudaban porque no estaban seguros de que fuera Cristo, pero cuando volvieron sus ojos a Él sus dudas se disiparon, cambiaron el mundo como consecuencia de la adoración que le ofrecían. De igual manera, cuando nos entran las dudas a nosotros, hemos de venir a Cristo, recordar quién es Él, adorarle por su persona y su obra. Eso disipará esas dudas que por un momento desean anidar en nuestra cabeza. Y cuando estas dudas desaparezcan, estaremos dispuestos a pagar gustosamente el precio que conlleva obedecer a Cristo y adorarle, entregados a predicar el evangelio allí dónde el Señor nos llame como parte de su Iglesia.
¿Quiénes cumplieron la gran comisión? Los que estaban dispuestos a obedecerle. Allí, en ese monte, aparecieron los seguidores de Jesús con sus debilidades, confusiones, dudas, recelos y miedos. Pero estaban exactamente donde su Señor les había convocado; habían obedecido a su llamado, a pesar de no ser los más preparados, inteligentes, capaces, poderosos o influyentes. Como Isaías tras su visión en el templo, dijeron con su respuesta en obediencia y en adoración al Cristo resucitado: “Heme aquí. Envíame a mí” (Isaías 6:8) ¿Cuál fue el precio que pagaron? Lágrimas, e incluso sus propias vidas. Pero lo que les movió fue su verdadera adoración a Cristo.
¿Estamos dispuestos a pagar las exigencias de la gran comisión para ver el fruto de la cosecha? La obediencia y la adoración son el combustible necesario para hacer discípulos de todas las naciones, confiados en que de Dios es la obra de salvación, y nuestra es la encomienda de la proclamación de Cristo y su Evangelio.
Ene - Feb 2021 28 Edificación Cristiana
serie la Gran CoMisión
La Belleza de la Armonía (2ª Parte)
Por : Antonio Ruiz
LA NECESIDAD DE LA UNIDAD
Ya hemos hablado del atractivo de la unidad mediante la figura del aceite que consagraba todo servicio, y ningún servicio podía rendirse sin ello, como ocurre con la gracia de la unidad; y la figura del rocío que hacía posible la fertilidad y belleza de la tierra, que, de otro modo, hubiera quedado baldía y estéril, y así ocurre con la gracia de la unidad. Donde reine esta unidad será hermosa a la vista y atraerá a los que quieran estar asociados e identificados con ella. Esta unidad rendirá gloria a Dios y será para bendición de los hombres.
Se ensalza la unidad porque la acechan peligros conocidos Algunas lecciones y principios del Antiguo Testamento Una lección permanente
Se ensalza la unidad porque la acechan peligros conocidos
Dentro de las relaciones familiares pueden producirse roturas que acaben con el ideal de la unidad y amarguen la vida.
a) Riñas familiares que llevan a la división: Abraham y Lot (Génesis 13:6ss.); Jacob y Esaú (Génesis 27:41ss.; 26:7)
b) Familias que no se comprenden, dadas a la disensión, inclinadas a la hostilidad; problemas de venganzas entre familias que buscan la desaparición del otro. Esto es un infierno. Nada que ver con un colectivo saludable y reconciliado.
c) En el contexto de los Salmos Graduales cuando las
familias se reunían para el peregrinaje, este Salmo despierta el realismo respecto al conflicto que podría generarse:
1. Tensiones familiares tendrían más de una ocasión para hallar expresión
2. Competición por recursos escasos tales como lugares para acampar, coger los mejores sitios, provisión de agua
3. Rivalidad entre clanes
d) No siempre se vive “como uno” porque los problemas entre hermanos, grupos, iglesias o varias iglesias, producen ruptura, “multiplicación” en vez de unidad y armonía. Problemas con los bienes, engaños, envidias, espíritu implacable nada dado al amor que cubre multitud de pecados y perdona las ofensas (Génesis 4:5ss; Lucas 12:13; 15:11-32; Filipenses 4:2; Hechos 15:36-39).
Algunas lecciones y principios del Antiguo Testamento “Habitar los hermanos juntos” es una frase que se repite de Deuteronomio 25:5 en relación con las leyes que definen y regulan el matrimonio levirato. En este contexto se refiere al arreglo en una cultura donde hijos y nietos de un padre siguen viviendo como unidad social ocupando y atendiendo a la misma herencia. ¿Qué cosas imaginamos como necesarias? ¿Qué podía darse?
a) Protección de la vida. Si forajidos hiciesen incursión en el territorio, todo el clan se reuniría para defensa común.
b) Apoyo. Si las fieras atacasen el rebaño de uno, todos los parientes podrían suministrarle ganado para
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comenzar de nuevo
c) Llevar las cargas los unos de los otros
d) Simpatía y ayuda. Ante la tristeza y la muerte todo el grupo acudiría. La vida era apoyada por la comunión de interés y ayuda
e) En un dicho de instrucción sobre la vida (como es este, verso 1) se reconoce que la familia no siempre vive ensalzando la solidaridad. Cuando los hermanos obran por interés propio en lugar de interés por el conjunto, esto produce muerte. Pero cuando la vida de todos es entrelazada en un tejido de unidad, esto significa tener un lugar honorable en la vida de la comunidad, como el huésped honrado con el mejor aceite (aceite sobre la cabeza es un tema de hospedaje y anfitriones, 23:5; 92:10; 141:5; Lucas 7:46) que tiene el placer de saber que su anfitrión quiere otorgarle el mayor honor Así de bueno es cuando los hermanos están juntos.
Una lección permanente
El tema del dicho es la relación entre interdependencia y vida humana, e inversamente, la relación entre egoísmo y muerte humana. La vida es muy valiosa, así que, el mismo hecho de la vida obliga. Las acciones disminuyen o aumentan la vida de otros. Solo puede vivirse la vida por la unidad, que se compone de conciencia del otro y compromiso con el otro. Sus pretensiones amenazan aún al Caín de todos nosotros. El interés de la vida como “bueno” está implícito en la primera línea del Salmo y espera la declaración de la última línea: “porque allí mandó el SEÑOR la bendición, la vida para siempre” (3).
BENDICIÓN EN Y PARA LA UNIDAD
La estructura es reveladora. Las diversas ilustraciones remarcan la idea de hermosura y encanto, así que, sirven sobre todo para ilustrar verso 1. Pero se usa en tres ocasiones la palabra “desciende” (yörëd) y en esto hay otro punto de comparación que mira a verso 3b, indicando el descenso de la bendición divina sobre la “familia” cuyos miembros habitan en armonía. Las ilustraciones convienen muy bien con la bendición divina, así que, miran arriba y abajo (verso 1 y 3b), y con este doble movimiento de las ilustraciones suelda el centro del Salmo en una unidad artística. La fuerza y paz de una “familia” que vive en armonía son el fruto de la bendición de Dios y el cumplimiento de su promesa (verso 3b).
El contexto de las bendiciones es el peregrinaje
Con la imaginación uno puede oír el Salmo sonando a lo largo de los montes alrededor de Jerusalén en tiempo festivo, posiblemente tabernáculos, cuando los peregrinos construían tiendas y habitaban juntos mientras duraba la fiesta. Es un pueblo emparentado por su relación
con el Señor que comían y habitaban juntos.
A) El peregrinaje encuentra su identidad en la salvación de Dios (Deuteronomio 33:29; Tito 2:11-14; 1 Pedro 2:9-10)
B) La unidad representa dicha identidad. El contexto es el lugar donde se hace visible el movimiento hacia la promesa de Dios de la unidad requerida para la vida. El tejido de interdependencia que envuelve identidad con y responsabilidad por, el otro, rebasa las antiguas fronteras que definen y limitan la vida. No basta con ser pariente o vecino o conciudadano de un reino. Las fuerzas centrífugas siempre obrando con su mortalidad los apartan, ponen a tribu contra tribu, ricos contra pobres, residentes contra extranjeros, fuertes sobre débiles. Por eso han de acudir a la presencia del Señor.
C) En el peregrinaje se genera una tensión de futuro. Hay un movimiento hacia el lugar donde aparecerá la familia de la humanidad redimida. El Salmo es un testimonio de que Dios está obrando, edificando una familia que transciende todas las barreras dadas o instituidas que separan y merman la vida. En Hebreos 12:22-23 un nuevo pueblo peregrino va de camino y gozan en parte de los beneficios por cuanto, aún ahora, se reúnen (Hebreos 10:25; 12:22-24; 13:14-16, comp. Gálatas 4:26; Apocalipsis 14:1). Los creyentes hoy tienen una unidad en Cristo cuando hacen su camino a la ciudad del Dios viviente.
El lugar de la bendición es la presencia de Dios (Salmo 16:11)
A) Dios es el poder que retiene la vida frente al rechazo de la interdependencia, y la fuente que provee vida como bendición cuando las personas dejan que el propósito de Dios las una. Si entendemos este Salmo la conciencia se centra en la necesidad e innato anhelo, por
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la unidad de las personas, equivalente a las demandas de la vida.
En la presencia del Señor: a) Oyen Deuteronomio 6:4, b) Atraen el poder que los junta contra toda fragmentación, c) Aprenden las instrucciones para vivir unidos en la exhortación “el camino que el Señor vuestro Dios os ha mandado, para que viváis …” (Deuteronomio 5:33) Es solo desde su presencia que viene la vida abundante que solo puede ser recibida en la unidad. Y esta vida que Dios da a su pueblo es el supremo valor familiar. La gracia de la unidad es como este aceite y rocío – una bendición para cada uno y para todos; para todo nuestro servicio y ministerio, para toda clase de personas. La unidad remueve toda la riña y promueve la vida de fe (Esdras 3:1; Nehemías 8:1 “como un solo hombre” para el culto y la Palabra). Supone dependencia de arriba.
Estar en Sión es la clave para la conjunción o unidad de la que habla el Salmo. La unidad de los hermanos cuando se reúnen delante del Señor forma parte del inicio de la bendición. Los hermanos que viven juntos en armonía son un medio de bendición. Pero la bendición es también una imagen de la excelencia de la fraternidad unida en armonía. No puede haber satisfacción ni disfrute donde hay conflicto familiar. El Salmo quiere hacernos reflexionar en el gozo de la bendición que supone la armonía de la iglesia o pueblo de Dios. Esto no es algo que se da por otorgado sino algo que apreciar y salvaguardar en vez de hacerlo peligrar. En 1 Juan 1:14 tenemos, como en este Salmo, el doble acento de vida y gozo.
B) El canalizador de la bendición es el sumo sacerdote. El pueblo viene para encontrar gracia divina. Y Dios es la fuente permanente de bendición que derrama por medio de la mediación del sacerdocio. Es como el rocío de vida abundante (Salmo 36:9). Las ropas de
Aarón (plural) sugieren vestimentas litúrgicas propias de una ceremonia de bendición (Números 6:23-26). La verdadera fraternidad descansa en el derramamiento de la efectiva bendición de Dios. El Cristo resucitado pronuncia el triple anuncio de paz (Juan 20:19,21,26). Con su Espíritu conjunta a la iglesia, pone armonía en la diversidad, derrama los recursos para que todos “tengamos el mismo sentir que hubo en Cristo Jesús” con las preciosas consecuencias de vida en amor, servicio y unidad.
La sustancia y meta de la bendición es la vida
La bendición es como el “rocío”:
a) La bendición de Isaac (Génesis 27:28) y de Moisés (Deuteronomio 33:13,18), hablan del rocío de los cielos. Especialmente significativo es la relación con la vocación del pueblo: Será lo que Dios quiso que fuese “bendición a otros” (comp. Génesis 27:29; Zacarías 8:12).
b) El rocío se asocia con nueva vida de resurrección (Isaías 26:29)
c) El SEÑOR mismo es como rocío para su pueblo (Oseas 14:5), asociado al perdón, la obra de la gracia y la restauración plena de vitalidad que le devuelve su identidad. La iglesia tenía una gran vitalidad en sus comienzos y el resultado era conjunción interna y expansión externa.
d) La falta de rocío es síntoma de juicio, sequedad espiritual y frustración (2 Samuel 1:21; 1 Reyes 17:1; especialmente Hageo 1:10 como causa del olvido de la casa de Dios y de que cada uno vaya a lo suyo en vez de un esfuerzo unido para engrandecer a Dios).
La bendición tiene condiciones importantes:
1.- El amor crea la armonía y el deseo de juntarse y hacer cosas juntos. Se coincide en la presencia de Dios, como las diferentes tribus se encontraban en Sión. El amor es como el aceite santo perfumado con especias, precioso, que fluye hasta el borde; los más lejanos y los más cercanos impregnados del amor, de un mismo espíritu y unidos de forma visible.
El mismo Jesús que desea la unidad de su pueblo (Juan 17:20,23) es el que nos da un nuevo mandamiento (Juan 13:34-35; 15:12,17; comp. 1 Juan 3:23; 5:2; 2 Juan 5), es decir, amar como Cristo nos amó:
a) La fuente del amor es Dios (1 Juan 4:7)
b) A causa del amor de Dios debo amar a mis hermanos (1 Juan 3:11; 4:11)
c) El que no ama a su hermano no puede amar a Dios (1 Juan 4:20)
d) Es por el fruto del amor que guardamos la unidad del Espíritu (Efesios 4:2-3)
e) Hemos de amar a los creyentes (1 Corintios 16:24; 2 Corintios 2:4; 11:11; 12:15):
i) fervientemente (Romanos 12:10; 1 Pedro 2:21;
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4:8)
ii) Pacientemente (Efesios 4:2)
iii) Mutuamente (Gálatas 5:13)
iv) Disfrutar cuando vemos u oímos del amor de unos por otros (Efesios 1:15; Colosenses 1:4; 2 Tesalonicenses 1:3; Filemón 5, comp. Hebreos 6:10), mientras hacemos bien a la familia de la fe (Gálatas 6:10)
2.- La obediencia a la Palabra es una apuesta por la vida. Las palabras “envía o manda”, “bendición” y “vida” coinciden en un pasaje con temas interdependientes (Deuteronomio 30:15-20). Característico de Deuteronomio es relacionar la vida con la obediencia a la revelación de Dios. ¿Cómo debe ser cumplida esta unidad “buena y agradable”, que es tanto manifestación como experiencia de vida, por esta familia amplia y diversa? “Mira, yo he puesto delante de ti la vida y la prosperidad … escoge la vida para que tú y tus descendientes vivan amando al Señor tu Dios, obedeciendo a su voz … porque esto es vida para vosotros …”.
La revelación de Dios es su provisión de un eje y una conducta, una base de vida y una manera de vivir para una familia conflictiva de “hermanos”.
2) Contra una comunidad religiosa que puede ser seria respecto a la fe / doctrina, pero que es contenciosa y fraccionada, contradiciendo de este modo su razón de ser. Este mismo pensamiento lo tenemos en 1 Juan 3:14 (“Nosotros sabemos que hemos pasado de muerte a vida porque amamos a los hermanos. El que no ama (una variante añade ‘a su hermano’) permanece en muerte”). De manera concreta y práctica nuestro Salmo anticipa la trasposición de resurrección en genuina comunidad en Juan.
No puede haber prosperidad sin esto; habrá apariencia, pero no realidad. Cualidades humanas pueden mandar a grandes congregaciones, hacer grandes contribuciones y dar buenas premisas. Pero sin la unidad que Dios requiere de su pueblo no habrá bendición divina, faltará la comunicación de la “vida para siempre”, la vida eterna que nace de su Espíritu.
Nadie puede sobrestimar el valor del espíritu de unidad en la iglesia de Cristo. Ninguna entrega de lo más querido o preferido por nosotros puede ser demasiado grande para asegurarla. Por nada deberíamos orar más fervientemente que por la paz: Jesús mismo pidió “que todos sean uno”. Lo que muchos no pueden lograr con declaraciones u organización, pueden conseguirlo al respirar y difundir un espíritu pacífico, al promover la unidad que es la condición invariable de todo éxito verdadero.
¿En qué unidad estamos pensando? Algunas ideas son:
1.- Unidad en la verdad. Esto supone la aceptación cordial de doctrinas fundamentales. Y no supone coincidir en todos los detalles de la verdad cristiana o insistir en las mismas formas de hacer las cosas.
CONCLUSIÓN
La audaz afirmación del Salmo es que la comunidad armoniosa es en sí misma una experiencia de la vida que Dios quiere. Tal relación entre el espíritu participativo en la comunidad con la vida es una advertencia:
1) Contra el individualismo religioso, de una iglesia o persona que pueda imaginar tener todas las bendiciones solo.
2.- Unidad en diversidad. Unidad no es lo mismo que uniformidad. Un montón de arena es repetición, una orquesta es armonía. Se trata de armonizar la variedad. A menudo los cuadros de una pinacoteca se colocan en colores contrastados. El otoño es bonito por su variedad de colores. Puede haber diversidad de pensamientos, pero unidad en el corazón. Una unidad de los extremos – de la cabeza al filo de los vestidos, de los altos del Hermón, al humilde monte de Sión.
3.- La unidad es en amor. El amor es cooperativo. Une sus fuerzas a otros lo que supone hacer concesiones a otros. “Considerad a los demás como superiores …” Reconocer lo que es mejor en otras personas. El amor es asociativo; no hay unidad en soledad, no hay separatismo; el amor favorece el estar juntos.
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La fe de Jeremías
Por : José Luis Fernández Carnicero
Hace unos meses tuve la oportunidad de compartir el evangelio con un buen amigo. Me comentó su opinión sobre la veracidad de la Biblia. No me gustó su tesis, sin embargo me dijo que quería leer el libro de Jeremías, ya que había escuchado algunos comentarios de escritores de reconocido prestigio, que afirmaban que era un libro profético de mucha calidad literaria. Le contesté con algunos episodios de la vida de Jeremías y la labor del profeta en su tiempo. No olvidé confirmarle que sigue siendo un libro actual, pues Dios no cambia, y le hablé del libro de las lamentaciones de Jeremías, el cual le da el título vulgar de “profeta llorón”. Poco más.
A raíz de este episodio comencé a leer y estudiar con cuidado el libro del profeta Jeremías, buscando paralelismos, no forzados, con la etapa actual que nos ha tocado vivir. Como la Palabra de Dios es eterna y los comportamientos del hombre son muy semejantes a lo largo de la historia, las coincidencias no son tales, es decir, la praxis de la Biblia es válida. La razón o prueba objetiva de que esto es una realidad, se debe a la elección de seguir a Dios o de ejercer nuestra supuesta libertad sin su control. Digo, supuesta libertad, porque sólo podemos ser libres en Cristo, de lo contrario somos esclavos del pecado. De este modo, lo que va a condicionar los comportamientos individuales son las sociedades en las que éstos están inmersos y las circunstancias que surjan en cada época. Este libro de Jeremías describe puntualmente los acontecimientos que iban suceder años después; todo como consecuencia del pecado de Israel. Por el profeta fiel, sabemos que la paciencia y misericordia de Dios es limitada con los que no temen su nombre. Y no debe asustarnos la palabra “limitar”, pues no limita a Dios en ningún caso. Tal como expresa el salmo 103, su misericordia es desde la eternidad y hasta la eternidad, sobre los que le temen. Sobre los demás, esa misericordia se transforma en justicia. ¿y es que para los creyentes no ejerce su justicia?. Como diría Pablo, en ninguna manera, antes bien nos ve a través de su Hijo, que pagó el precio de nuestro pecado. Por eso el concepto de justicia en la Biblia es diferente a la definición que emana de este mundo. La justicia es la fidelidad de Dios ante un Pacto que ha hecho con el hombre y que en Jesucristo ha pagado el precio.
A través de Jeremías observamos el dolor de
corazón y el sufrimiento del Señor con su pueblo. Los actos idólatras de Israel fueron determinantes para su castigo, pero mayor era el desprecio hacia su Dios. “¿Acaso alguna nación ha cambiado sus dioses, aunque ellos no son dioses?. Sin embargo, mi pueblo ha trocado su gloria por lo que no aprovecha. Espantaos cielos, sobre todo, y horrorizaos; desolaos en gran manera, dijo Jehová. Porque dos males ha hecho mi pueblo: me dejaron a mí, agua viva, y cavaron para sí cisternas, cisternas rotas que no retienen agua” (Jeremías 2:11-13). Es impresionante ver que al ponernos en el papel de Dios y decidir qué hacer si en un Pacto nos pasara algo así, podríamos errar fácilmente. Es decir, si la otra parte no cumpliese nada de lo acordado. Recordemos el ejemplo de Jacobo y Juan cuando en una aldea samaritana despreciaron a Jesús. “¿quieres que mandemos que descienda fuego del cielo, como hizo Elías, y los consuma? (Lucas 9:54). Cuanto antes asumamos que la mente de Dios es tan inmensa y distinta a la nuestra, mejor podremos seguir su voluntad y aceptar que no existe otro camino mejor, ni otro Dios vivo y que en ningún otro hay vida eterna. Sin embargo el pecado tiene sus consecuencias y en Jeremías 5:7 / 5:9 / 5:29-30-31 tenemos unas preguntas retóricas que intentan hacer que Israel tome conciencia de su declive: ¿cómo te he de perdonar por esto?, ¿No había de castigar esto?, ¿no se debía vengar mi alma?. Cuando el Padre que nos ama, nos castiga, es que siempre nos ha advertido antes cual es el fruto del pecado, y no quiere que suframos al estar apartardos sistemáticamente de nuestra santificación. Recordemos que al salvarnos, el Señor nos hizo santos (pero todavía estamos en un mundo de pecado y pecamos); Pero el hombre, los pueblos, Israel y también el Israel de Dios, extendido a los gentiles a su debido tiempo, no quiere escuchar la voz de Dios. Una y otra vez se olvidaron, desde el antiguo, del primer pacto con Abraham y a día de hoy el pacto de Dios con su pueblo, a través de su gracia, es pisoteado una y otra vez por un sinfín de intereses económicos, políticos y de control sobre los demás. El
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Evangelio puede perder su mensaje esencial si no cuidamos que las formas de trasmitirlo interactúen en el mensaje. Por eso sigue siendo preocupante la politización del mensaje. Me explicaré mejor. Si comenzamos a rebajar el tono de algunas palabras, con eufemismos absurdos en los que el pecado no es denunciado, y la solución del Señor está más oculta que patente: “el que no toma su cruz y sigue en pos de mí, no es digno de mí” (Mt 10:38), nos estamos conformando a este mundo y perdemos en calidad y autenticidad. Si nos enfrascamos en discusiones, en definir palabras clave como “arrepentimiento”, “creer”, “gracia” (por poner algunos ejemplos) corremos el riesgo de generar otro evangelio o una nueva denominación protestante no conocida. Eso mismo les pasaba a los contemporáneos de Jeremías. Pasur hijo de Imer, que presidía como príncipe de la casa de Jehová y por tanto era un alto cargo dentro de los sacerdotes, escuchó lo que había profetizado Jeremías y no le gustó. Era consciente que, como diríamos hoy, su profecía no era “políticamente correcta” y ponía en peligro el sistema religioso del momento. El pueblo, sometido a los discursos proféticos que querían oír, era mucho más sencillo de gobernar que si en realidad le decían lo que Dios demandaba de ellos. Y es que en demasiadas ocasiones nos creemos las imaginaciones de nuestros corazones, las cuales se hallan sometidas a los intereses más espurios que pueda haber, razonando con premisas falsas de que en esta vida hay que ser prácticos y que una cosa es la teoría y otra es la vida real. Así, en ese punto se hallaba el remanente fiel que quedó en Judá.
El remanente fiel
¿Cuántas veces nos hemos identificado con el grupo fiel que sigue la doctrina? También en ese razonamiento hay que ser cautos. La dependencia del Señor comienza a deteriorase cuando nuestra fortaleza somos nosotros. Pablo lo expresó con claridad cuando habla de ser débil (2ª Corintios 11:30). Pero profundicemos un poco más. En el capítulo 40 del libro del profeta Jeremías la historia de los judíos al mando de Gedalías comienza. No pretendo contar la historia que allí se nos relata, simplemente observo que el proyecto de Nabucodonosor de mantenerlo en Judá como jefe de los que no fueron deportados, no gustó a algunos y éstos conspiraron contra Gedalías. Lo que no estaba previsto es que el supuesto remanente no siguiese los caminos de Jehová, en plena crisis de dolor y separación. Seguían sin aprender la lección de que el éxito está en la dependencia de Dios. Quisieron, eso sí, quedar bien con Dios. Intentaron jugar con él, en el sentido siguiente: yo te consulto a través del profeta Jeremías, pero ya tengo tomada la decisión de lo que voy a hacer. Dios tiene mucha paciencia pero al fin se burlará de ellos (Salmo 2:2-4). Quizás fuese comprensible la huída a Egipto, pues temían que Nabucodonosor vengara la muerte de Gadalías. Jehová les había prometido protección, pero ellos no creyeron a su Palabra. Así, cerca de la entrada a Egipto, pidieron a Jeremías “.. que Jehová tu Dios nos enseñe el camino por donde vayamos, y lo que hemos de hacer.” (Jeremías 42:3), pensando que, estando tan cerca de su refugio, Dios les diría: Adelante, habéis hecho bien en llegar hasta ahí. Sin embargo, Dios no necesita de nuestras iniciativas. Él es capaz de hacer lo que quiere, incluso de enemigos como Nabucodonosor, al que en alguna ocasión llama “mi siervo”. En el libro de Daniel encontramos cómo el rey de Babilonia es humillado “a su tiempo”. Daniel 4:29-31 “Al cabo de doce meses, paseando en el palacio real de Babilonia, habló el rey y dijo: ¿No es ésta la gran Babilonia que yo edifiqué para casa real con la fuerza de mi poder, y para gloria de mi majestad? Aún estaba la palabra en la boca del rey, cuando vino una voz del cielo: A ti se te dice, rey Nabucodonosor: El reino ha sido quitado de ti;”. Si nuestro Dios hace y deshace según sus tiempos y en su voluntad, ¿quienes somos nosotros para discutir cualquiera de sus decisiones?. Israel había recibido el pago de su pecado, pero el remanente fiel, se había quedado reducido a un puñado de hombres hasta la llegada del tiempo de la restauración en otra generación.
La promesa cumplida
En el último capítulo del libro de Jeremías encontramos que algunas de las promesas de Jehová comienzan a cumplirse. El hecho de que se sometiesen al imperio Babilónico tendría como recompensa ser tolerados, pudiendo mejorar las condiciones de vida. Joaquin (Conías o Jeconías), rey
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artíCulo
Rembrandt van Rijn, Jeremías lamentando la destrucción de Jerusalén, c. 1630
de Judá que se sometió a Nabucodonosor siendo deportado, fue liberado de la prisión en la que permaneció 37 años. Los que quedaron en Jerusalem bajo el rey Sedequías se opusieron al nuevo imperio y el desastre fue total. Todavía queda la memoria del año 586 a C en que Jerusalem quedó arrasada y el templo destruído. Además el oro, la plata y hasta el bronce fue llevado a Babilonia, junto con todos los objetos consagrados a Jehová. Sedequías no pudo ver el cautiverio, pero sí sufrirlo en sus carnes y en sus emociones, al ver como toda su familia era aniquilada delante de él, sin poder hacer nada.
Años posteriores, en tiempos del rey Ciro, llegaría el cumplimiento de los tiempos. Israel tampoco aprovecharía esta nueva oportunidad, esperando a que Mesías le diese la independencia. Y el Mesías llegó: “A lo suyo vino y los suyos no le recibieron, mas a todos los que le recibieron, a
los que creen en su nombre les dio potestad de ser hechos hijos de Dios” (Jn 1:11-12). Sin embargo Jesucristo tenía su plan bien diseñado por el Padre, (puso su tiendatabernaculizó entre nosotros) para redimirnos y así alcanzar también a los gentiles (entre los que nos encontramos). Luego, hecha la Obra resucitó. Levantó su tienda y subió al cielo. Allí está sentado a la diestra del Padre, llevando aún las huellas de la Cruz.
Las promesas de Dios y sus planes son insuperables e inmejorables para nosotros que creemos en su nombre. Quizás no entendamos muchas cosas que nos suceden, pero si sabemos en quién hemos creído ( 2ª Timoteo 1:12) e imitamos la fe de los profetas fieles como Jeremías, seremos más que vencedores en este mundo, en el que somos peregrinos hacia una Patria Eterna que vamos a disfrutar.
Autora : Emily Owen.
Publicado por : Centro Evangélico de Formación Bíblica, 2020.
Reseña por : Marta Gómez
Podemos quedarnos con esta idea sin leer el libro y pensar que ya nos sabemos esa lección (o no). Sí, la vida es valiosa por quién eres, no por lo que puedes o no hacer. Muchos ya lo sabemos. Emily también lo sabía. Pero no es lo mismo “saberlo” que descubrirlo en carne propia.
¿Quién le iba a decir a Emily que a sus 16 años su vida daría un vuelco? La mayor de 4 hermanas, una familia sólida, creyente, unida,… Una vida por delante y un futuro prometedor. ¿Dónde estaba el valor de esa Emily adolescente? ¿En sus aptitudes para el estudio? ¿En su interés por la literatura? ¿En su gran capacidad para la música? ¿En su forma física? ¿En su sonrisa? Emily tenía todo eso y más, pero una desagradable enfermedad se cebó con cada una de esas cualidades, hasta despojarla como a Job…
Ella nos lo cuenta en primera persona, en una absorbente autobiografía. Al principio, no eran más que dolores de cabeza, que fueron ignorados. Después alteraciones del equilibrio y unas cefaleas cada vez más intensas que
obligaron a buscar ayuda médica. Y a partir de ahí, todo se vuelve patas arriba. Y pensando que no sería nada serio, se encuentra con un duro diagnóstico: Neurofibromatosis tipo 2 (NF2). Una condición genética, incurable, en la que aparecen tumores “benignos” en los nervios de todo el cuerpo, pero especialmente en el nervio acústico y en el cerebro. Emily se debe someter a una cirugía cerebral para
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“La misma Emily” o cómo encontrar el valor de la propia vida a pesar de la enfermedad
la fe de jereMías
Más libros, Más libres
salvar su vida y no es consciente de que lo peor no será la cirugía, sino las secuelas que quedan tras la intervención.
Aprender a respirar, aprender a comer, aprender a caminar, aprender a aceptarse en el espejo cuando te han robado la mitad de la sonrisa. No querer que nadie te vea porque ya no eres “la misma Emily”. Y cuando se consigue todo eso con mucho esfuerzo, otro nuevo tumor que amenaza con robarte el oído y dejarte en el silencio absoluto. Para siempre. Consentir porque es o la sordera o la muerte. Y estar en tierra de nadie, sin ser aceptada completamente en la comunidad de sordos (porque ella ha sido oyente y sabe hablar) y sin ser parte de los oyentes, porque es sorda. Combinar la sordera con una afectación grave de los ojos que obligue a taparlos durante semanas y semanas equivale a vivir en un mundo de absoluta dependencia. ¿Dónde reside el valor? ¿Dónde está Dios en medio de todo esto? ¿Dónde está aquella Emily llena de ilusiones?
Y sin embargo Él está. Nos lo cuenta ella, desde la madurez alcanzada, desde su imperfección. Nos cuenta sus momentos de enfado, su frustración, su negación, sus preguntas. Nos cuenta cómo Dios no la abandona en medio de todo eso, cómo en ese cuerpo enfermo sigue estando “la misma Emily”. Ya nos lo sabíamos todos (o casi todos) pero
Josúe
Autor : Matthew Henry
hace falta recordarlo: “No mires su apariencia ni lo alto de su estatura, pues yo lo he rechazado. Porque el Señor no mira lo que mira el hombre: El hombre mira lo que está delante de sus ojos, pero el Señor mira el corazón.” (1Sa 16:7). Pero no es lo mismo sabérselo que vivirlo.
Hay un “arcoíris” en cada situación, en medio de cada tormenta. Emily aprende a descubrirlos y sabe que no está sola. Al principio fue un gran arcoíris de verdad, en el cielo. Luego fueron cientos de cosas, muchas de ellas pequeñas, pero que como pequeños rayos de luz iluminan el camino. ¿Cuántos arcoíris tenemos en nuestras vidas y no somos capaces de ver?
Emily, a través de su vida nos hace pensar y nos hace vibrar. ¿Dónde está el valor de tu vida? ¿Y de mi vida? ¿Es mi salud? ¿Mi dinero? ¿Mi familia? ¿Mi trabajo? ¿Mis estudios? Todo eso tiene mucho valor, sin duda. Pero el sentido de la existencia es mucho más que eso, es algo que una enfermedad puede robarte, pero sólo si le dejas…
Os lo podría seguir explicando, pero es mucho mejor leerlo de la propia Emily, que con su media sonrisa os cuente cómo es el camino que le ha tocado vivir. Y que podría tocarnos a cualquiera.
Publicado por : Editorial Peregrino. Moral de Calatrava, 2020.
Reseña por : David Vergara
Desde el libro de Josué hasta Ester, se contiene la historia de Israel en sus inicios, detallada cuando los acontecimientos estaban en la memoria reciente como nación y en su tradición oral. Como explica Henry, en el caso de Josué como general de los ejércitos, contemplamos la entrada y conquistas en Canaán, la distribución de la tierra entre las tribus y el asentamiento conforme a la Palabra de Dios, donde se hacen evidentes la providencia y gracia de Dios.
Moisés ha muerto pero la obra de Dios debe continuar, “el llanto no debe obstaculizar la siembra… Moisés ha muerto, pero Dios el Señor no, él vive para siempre” (pág. 52). Los hombres que nos dejan deben servirnos de estímulo para imitarles y ser más diligentes en la labor a desarrollar, cada generación debe terminar lo que la anterior comenzó. La vida de Moisés sirvió como preparación a Josué y al pueblo. Del mismo modo, “la ley es un ayo para llevarnos a Cristo (Gá. 3:24); la muerte de Moisés abrió camino a Josué; así hemos muerto a la ley, nuestro primer marido,
para desposarnos con Cristo” (Ro. 7:4, pág. 53). Josué es un tipo de Cristo y por tanto, las jornadas de su vida se convierte en un relato apasionante con aquellas conquistas llenas de victorias y fracasos, pero donde finalmente Dios y sus promesas les permitieron alcanzar y establecerse en la tierra de reposo, como haremos nosotros siendo peregrinos hasta llegar al hogar celestial.
Josué es un libro donde la presencia de Dios se hace
Ene - Feb 2021 36 Edificación Cristiana
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patente a cada paso con el fin de avanzar en cada jornada y conquista; sin Dios, todo se desmorona, con él, la victoria es segura. La realidad era que el Señor había entregado la tierra en sus manos, pero el pueblo tenía que ser consecuente en obediencia a su Señor con fe y valentía, así “los temores de los pecadores son, a veces, presagios seguros de sus caídas. Si resistimos a nuestros enemigos espirituales, estos huirán delante de nosotros (Stg. 4:7), lo cual nos animará a esperar que, a su debido tiempo, seremos más que vencedores” (Ro. 8:37, pág. 80).
Tierra y parentela, posesión y herencia, algo demasiado valioso como para contemporizar y vivir relajadamente. Dios ya había advertido al pueblo de lo que significaría dejar de lado sus obligaciones desobedeciendo y el libro de Josué también lo relata a causa del pecado de Acán.
La Navidad de Jesús
Los cananeos y sus prácticas tampoco debían debilitarles con su seducción, era preciso un pueblo íntegro y esto también es una llamada de atención para la Iglesia de hoy. Hasta Josué Israel había sido liberado de la esclavitud, ahora tocaba disfrutar de la bendición. Del mismo modo, hemos sido libertados de la esclavitud del pecado como ejemplifica Henry, y ha llegado el momento de vivir conforme a nuestro llamamiento y herencia, tomar posesión de aquello que nuestro Dios ha preparado de antemano. El Mar Rojo fue una salida, el Jordán, una entrada, dejamos una vida anterior, y vivimos una nueva vida en Cristo nuestro capitán y Salvador.
Deseamos que este comentario bíblico excepcional sirva de estímulo a todo el pueblo de Dios porque su lectura es de mucha edificación.
Explora el increíble plan de Dios para la Navidad
Autora : Barbara Reaoch.
Publicado por : Andamio Kids. Andamio Editorial. Barcelona, 2020.
Reseña por : David Vergara
Este libro es un conjunto de devocionales para todas las edades, ideal para hacer en familia como devocional de Adviento. Se trata de un trabajo lleno de creatividad tanto en su presentación tan atractiva, como en su desarrollo por medio de una estructura muy fácil de memorizar.
Nos encontramos ante un reto, donde conviene prepararnos delante de Dios desde nuestro corazón con sencillez, esperando a que hable a toda la familia. La oración antes de empezar es fundamental, rogando sabiduría a la hora de entablar el diálogo ante las preguntas que se plantean.
La estructura de cada devocional es la misma, son cuatro secciones: Explora, Explica, Participa e Implícate para terminar con un recuadro donde se dan ideas para dibujar y colorear con el fin de incentivar la imaginación.
En la sección de “Explora”, hay que leer juntos el pasaje bíblico y contestar a algunas preguntas clave. Después en la parte de “Explica” se dará una breve explicación junto a las mentiras de la serpiente que deberán ser refutadas
con la verdad de Jesús, esto irá entrelazando los distintos devocionales con el paso del tiempo. En “Participa”, llegaremos a la aplicación mediante preguntas, así los más jóvenes encontrarán sentido al texto bíblico. Por último, en “Implícate”, hay una pequeña oración en sintonía con la lección principal del pasaje bíblico. De este modo, todo cobra sentido y de alguna manera da una sensación de llegar a la meta de una forma completa, dejando que Dios nos hable por medio de su Espíritu.
Esta idea es muy original y necesaria, se trata de un material excepcional para las familias con hijos pequeños o jóvenes que merece la pena utilizar.
Nº 297 37 Edificación Cristiana
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Construir Puentes La Apologética cristiana eficaz
Autor : Alister McGrath
Publicado por : Andamio Editorial. Barcelona, 2020. Reseña por : Daniel Benítez Vega
“…una cosa está clara: la idea de que el cristianismo está obsoleto, se ha vuelto obsoleta… una reliquia de una era pasada…La persona que repite mecánicamente como un loro las proclamas de las generaciones anteriores (“la ciencia ha desbancado al cristianismo” “El cristianismo es irrelevante en un mundo mayor de edad”) se ha quedado atascada en un tiempo que ya quedó atrás.”
Como viene a decirnos el propio Alister McGrath, cualquier crítica al cristianismo se encontrará que sus esfuerzos son bastante inútiles. Según algunos, el ateísmo está en claro retroceso porque ve que sus expectativas no se están cumpliendo. Y los cristianos debemos aprovechar este momento. La lectura, meditación y aplicación del contenido de este libro puede ser una herramienta muy buena para ello. Veamos algunas ideas claves y algunos puntos de valor para animar a su lectura.
OBJETIVO
Como el propio título de la obra indica el autor pretende levantar puentes que nos permitan llegar a las personas a los que queremos impactar con el Evangelio. Para ello es fundamental hallar los puntos “en los que existe separación entre el evangelio y los individuos y comunidades de este mundo e identificar los mejores lugares en los que construir un puente para que se pueda establecer contacto entre ambas partes”. Esos puntos nos permitirán edificar los vínculos necesarios que nos lleven a los incrédulos.
IDEAS CLAVES
La primera idea que el autor enfatiza es que la apologética es tanto una ciencia como un arte. Es una disciplina con un contenido serio en la que hay que trabajar poniendo la teología como su fundamento para poder defender la veracidad del cristianismo. Pero también es un arte que requiere de creatividad para que “la proclamación del Evangelio se combine todo lo estrechamente que sea posible con las necesidades y los intereses de la existencia humana”.
La apologética como “ciencia”, aprovechando el contenido de la teología, nos muestra cuáles son los fundamentos necesarios para construir los puentes (creación, redención, revelación). Después tendremos que identificar los puntos
concretos de contacto (anhelos insatisfechos, racionalidad, ordenamiento del mundo, moralidad humana etc).
Posteriormente la apologética como “arte” nos dará herramientas para acercarnos a la realidad de la fe y para identificar los distintos tipos de barreras que se pueden levantar para rechazar el Evangelio. El autor se centra más en las barreras intelectuales para la fe porque si somos capaces de eliminar éstas, las demás irán cayendo con más facilidad allanando así el camino hacia la fe.
PUNTOS DE VALOR
Resumamos algunos puntos de valor destacables de esta obra. Es un libro PRÁCTICO porque
• nos proporciona una información muy valiosa (cómo abrir camino para la fe);
• nos equipa con herramientas concretas para la tarea apologética (cómo superar las barreras para la fe);
• nos orienta muy bien a la hora de aplicar los contenidos de los puntos de contacto y a trasmitirlos de manera eficaz.
• nos propone preguntas que nos ayudan a “desenmascarar” los verdaderos problemas que impiden acudir al Evangelio;
• nos aporta claves concretas que nos permiten enfocar las conversaciones que podamos tener con personas con cosmovisiones distintas a las nuestras;
• nos orienta con acercamientos muy prácticos, pero bien fundamentados a las principales barreras intelectuales para la fe como pueden ser el sufrimiento, el pluralismo religioso o la resurrección de Cristo;
• nos aconseja cómo introducir material apologético en nuestras predicaciones habituales, previendo dificultades, explicando ideas y conceptos básicos de la fe y reconfortando a los cristianos sobre las credenciales
Ene - Feb 2021 38 Edificación Cristiana
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de la misma.
Es un libro ESTIMULANTE porque nos proporciona argumentos serios para creer que la apologética es provechosa, que da resultados. Hay posibilidad cierta de tender puentes reales para llegar a la mente y al corazón de los incrédulos (lo que Alister denomina el paradigma creativo).
En este mismo sentido, el autor es “combativo” porque echa mano de la lógica, de la filosofía para apuntalar argumentos que dejan a las claras lo ilógico de los argumentos de los oponentes al Evangelio, descubriendo al mismo tiempo la incoherencia lógica de algunas de las posturas que se toman a priori en contra de las realidades cristianas, aunque no se las haya estudiado.
Es un libro DESAFIANTE porque nos coloca en la “línea de salida” de una labor que a muchos se nos antoja excesivamente complicada pero que finalmente podrá ser muy bendecida por el Señor a través del Espíritu Santo. Este desafío tiene que ver también con el hecho de que todas las incursiones que realiza el autor en el campo de la filosofía y de las ciencias hacen que en algunas secciones de la obra
se requiera del lector un esfuerzo intelectual importante para poder seguir el hilo de la argumentación. En palabras de Pedro deberemos “ceñir los lomos del entendimiento”. No podemos soslayar esta realidad a los futuros lectores, pero esto nos debe animar a seguir adelante porque estamos ante un libro que hace un gran despliegue de erudición y de un conocimiento amplio en distintos campos.
CONCLUSIÓN
“Una vez el filo de esta cuña apologética haya penetrado en la ciudadela postmoderna, las pretensiones de veracidad inherentes a la fe cristiana pueden empezar a dejarse sentir y se evidenciará su validez” (pág. 351).
Alister McGrath es realista porque reconoce que la apologética no actúa como una varita mágica que convierte los incrédulos en creyentes con un simple toque. El autor admite que la apologética tiene sus límites, pero también defiende que hay posibilidades reales de tener éxito al compartir el Evangelio de forma eficaz. Esto debe animarnos a la lectura y al compromiso de “crear puentes”.
La Gran Egolatría Encontrar verdadero significado en una cultura de la autoestima.
Autor : Glynn Harrison.
Publicado por : Andamio Editorial. Barcelona, 2020.
Reseña por : Alberto Arjona
“Glynn Harrison es un conferenciante a nivel internacional sobre temas relacionados con fe cristiana, psicología, neurociencia y psiquiatría, así como con cuestiones que relacionan la cultura y la cosmovisión cristiana”. Así reza la presentación que del autor se hace en la contraportada del libro, a la vez que menciona que fue profesor y jefe del departamento de psiquiatría de la Universidad de Bristol.
Desde las primeras páginas vemos que la intención del libro tiene que ver con una preocupación del autor, apoyada por personas significativas dentro del liderazgo cristiano, sobre una corriente ideológica que, según ellos, se ha colado en la iglesia: el mito de la autoestima.
El verdadero clímax del libro se encuentra en los últimos cuatro capítulos en los que trata, después de poner en claro las consecuencias del pecado, de la acción de la gracia de Dios en la vida del creyente cuando verdaderamente se entiende y se vive la verdadera naturaleza de dicha gracia. Son capítulos liberadores en los que se destruyen falsas ideas que desgraciadamente esclavizan a muchos cristianos sin que sean conscientes de ello. Se acabó el pasarnos la
vida valorándonos a nosotros mismos y como consecuencia aceptándonos o rechazándonos. Dios nos ama porque quiere amarnos, no por lo que somos. Hay una oportuna llamada de atención para que reparemos en la maravillosas implicaciones del hecho de “estar en Cristo”; también para dejar de considerar como imbatibles las opiniones
Nº 297 39 Edificación Cristiana
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que tenemos sobre nosotros mismos que consideramos incuestionables. Nos abre los ojos posiblemente a una cuestión que nunca o raramente hemos considerado, mostrar sobre nosotros mismos la misma bondad y comprensión que Dios nos muestra, algo muy distinto de la autojustificación.
Ahora bien, para llegar a esto Glynn Harrison dedica ocho capítulos para desmontar lo que él califica como ideología, corriente o mito de la autoestima que, según su criterio, ha calado en la sociedad, reflejo de lo cual es la multitud de libros de “autoayuda”; ha calado en el sistema educativo y ha calado, como era de esperar, en el mensaje cristiano, en la consejería o en el apoyo pastoral.
Comienza el primer capítulo identificando la autoestima con el orgullo propio y la egolatría. Y uno se pregunta al leerlo: ¿Estará el autor entendiendo el concepto de autoestima como lo entiendo yo, como lo hemos estudiado en las facultades de Psicología o Pedagogía? ¿Por qué no empieza hablando con cierta rigurosidad del autoconcepto y de la autoestima como dos conceptos muy importantes, avalados por la ciencia y que tienen gran importancia para los psicólogos profesionales, tanto para diagnosticar como para tratar al paciente? Esta es una crítica que se le podría hacer al libro porque se corre el riesgo de que el lector poco avisado pueda sacar una visión muy negativa de la Psicología, de la científica, de la de verdad, de la que se construye en gran parte como el resto de las ciencias, a través del método científico.
La respuesta está en que Glynn Harrison pretende crear conciencia respecto a todo este movimiento o ideología de un falso entendimiento de la autoestima y desmontarlo. Como pasa siempre, una cosa es el conocimiento científico y otra lo que se divulga. Nadie puede poner en duda que el autor no tenga un sobradísimo conocimiento científico sino que está luchando contra esta corriente típica de la llamada “autoayuda” que ha penetrado en tantos rincones y que casi
Cristo y La Cultura
Autor : Donald A. Carson.
Publicado por : Andamio Editorial. Barcelona, 2020.
Reseña por : Alberto Arjona
Se insiste mucho en los talleres de predicación que esta ha de sostenerse sobre tres pilares fundamentales: fidelidad a la Palabra, claridad y relevancia. De esto último va la intención de la serie Ágora de la Editorial Andamio. Si el mensaje del evangelio no es relevante para quien lo escucha, el desinterés por el mismo está garantizado. La relevancia, el hacer el mensaje entendible y lleno de
todos conocemos: “Eres especial, persigue tus sueños, con desearlo ya lo tienes, siempre pensamiento positivo, tener éxito es siempre sobresalir en todo lugar, tienes tantos talentos como los demás, y si no te salen las cosas tú eres el único responsable de todo lo que te pase”.
Afortunadamente no tenemos en España movimientos involucrados en la educación como la Fundación Internacional del Poder de los Estudiantes Positivos (POPS) ni una Asociación Nacional de la Autoestima (NASE), que el autor cita, pero eso no quiere decir que esas ideas no se filtren en todos los estamentos, incluido el educativo. Su influencia en las iglesias que predican el llamado evangelio de la prosperidad es bastante evidente: “Eres un hijo del Rey, alguien muy importante para Dios y tienes derecho a que te sea concedido todo lo que le pides”. O aquella otra muy en boga: “Si tú no te amas a ti mismo, no podrás amar a los demás; empieza a amarte a ti mismo”. Entendemos que cuando Glynn Harrison habla del amor a sí mismo como otro de los síntomas de esta corriente, no está diciendo que hemos de aborrecernos, eso sería muy alarmante, sino que se está refiriendo a una manera perversa de entender el amor a sí mismo tal y como lo predica esta diabólica ideología: “La primera prioridad en mi vida, lo más importante, soy yo mismo”.
No cabe duda que leído el libro con esa precaución señalada anteriormente, para no ser erróneamente vacunados contra todo lo que huela a psicología, que no es ni mucho menos la intención del autor, nos va a aportar bastante claridad para entender lo que pasa por la mente de la gente atrapada por esta corriente ideológica, y nosotros mismos podremos contrastar nuestras ideas a la luz del pensamiento bíblico.
significado, no es una opción sino una obligación, es parte de nuestra responsabilidad. El propio apóstol Pablo, sin cambiar la esencia del evangelio, no lo predicó igual en las sinagogas que en el Areópago, donde no hubieran entendido ni una sola palabra si lo hubiera hecho desde la base de las Escrituras.
Cristo y la cultura tiene que ver con esto.
Ene - Feb 2021 40 Edificación Cristiana
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Los cristianos vivimos desde hace dos mil años en circunstancias muy diversas, y todos dentro de cada cultura específica con la que podemos entrar en conflicto, apoyar en determinados aspectos, intentar influenciarla, etc.
Para desarrollar este tema Carson dedica casi la mitad del libro a comentar y criticar las opciones que H. Richard Niebuhr ofreció acerca de la relación entre Cristo y la cultura en su ya clasico “Cristo y la cultura” publicado en 1951. Niebuhr es considerado como uno de los teólogos de la ética cristiana más influyentes en la América del siglo XX. Fue profesor durante décadas en la Escuela de Teología de Yale e influido por la llamada neo-ortodoxia de Barth.
El hecho de que Carson dedique tanta extensión a la obra de Niebuhr, tanto para exponer su pensamiento como para hacer crítica del mismo está justificado porque nos ayuda a poner en orden las ideas que hemos de considerar sobre las relaciones entre Cristo y la cultura. Son cinco puntos de vista predominantes los expuestos por Niebuhr y que se toman como base para nuestra propia reflexión o debate grupal: Cristo contra la cultura, que tiene que ver con una actitud de resuelto rechazo ante la exigencia de la cultura que nos demanda fidelidad a ella; el Cristo de la cultura, o sea la aceptación de Cristo como guía de las personas en la tarea de poner por obra y conservar sus valores, pero entendiendo a Cristo con los parámetros de la propia cultura; Cristo por encima de la cultura, postura mayoritaria a lo largo de la historia de la Iglesia que intenta sintetizar la ética de la cultura con la ética del evangelio; Cristo y la cultura en paradoja, entendiendo que todo el ámbito de la cultura humana está sin Dios y padece una enfermedad mortal; y por último Cristo como transformador de la cultura, insistiendo en la conversión, no del individuo sino de la cultura, ya que la historia es el relato de los hechos poderosos de Dios y de las respuestas humanas a ellos.
Una vez que Carson ha expuesto el pensamiento de Nieburh necesariamente ha de someterlo a la crítica, lo cual nos esclarece mucho cuál ha de ser la actitud de un cristiano que mantiene una cosmogonía acorde con la revelación. Es lo que Carson llama “los innegociables de la teología bíblica”. La reflexión sobre Cristo y la cultura no puede salirse del marco bíblico, de lo que podríamos llamar las grandes doctrinas de la Biblia: la grandeza de la Creación, la realidad de la Caída y todas sus consecuencias, la historia y el propósito de Israel hasta llevarnos a Cristo y el nuevo pacto, incluyendo que hay salvación o condenación para los seres humanos.
No podríamos hablar de Cristo y la cultura sin tener en cuenta la realidad del llamado posmodernismo, que Carson se atreve a redefinir, así como de esa enorme
presión secularista que está llevando a las sociedades actuales a asumir sin discusión que lo religioso ha de quedarse exclusivamente en el ámbito privado, una realidad que ya sufrimos de manera más que evidente. Y dentro del mismo capítulo, estrechamente relacionados con el secularismo, también encontramos reflexiones sobre la democracia, la libertad y el poder.
Y si creemos tener ideas claras sobre las relaciones Iglesia-Estado, aunque con cierta profusión de la historia americana y su constitución, encontramos paralelismos no demasiado distantes de nuestras diversas maneras de pensar al respecto
Pues partiendo de aquí ya tenemos material para pensar, compartir o debatir. Nada de recetas ni de caminos elaborados, como corresponde a un material que ha de incidir en un mundo estudiantil universitario. Quizás hay que subrayar lo de “universitario”. No es un libro fácil de leer, hay que advertirlo. Constantemente Carson va abriendo ventanas citando autores y sus respectivas ideas sobre los temas que va tratando, autores no siempre conocidos fuera del mundo académico pero siempre interesantes. Era de esperar, y a la vez cumple las expectativas de quien quiera profundizar en este tema, al tratarse de Carson, un hombre de amplísima cultura y formación académica, licenciado en Química y Matemáticas en la Universidad McGill de Montreal, en Teología en el Seminario Bautista Central de Toronto y doctorado en estudios del Nuevo Testamento en la Universidad de Cambridge, sin que por ello renuncie a sus convicciones conservadoras y reformadas.
Nº 297 41 Edificación Cristiana
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Carlos Morris 1935-2020
Agradecemos la información aportada por las siguientes personas: la viuda de Don Carlos Morris, Doña Cristina Jamarlli y su familia; La Iglesia Evangélica de Calle Salta 950 en Argentina; Emilio Carmona Ballesteros; hermanos en Gales, Reino Unido; y los hermanos José y Ramona Márquez en Paraguay y Carlos Dubón en Honduras.
cursos de capacitación cristiana. Después de fundar el Instituto Bíblico Jorge Müller donde ejerció su docencia, durante el conflicto sobre las Malvinas, la familia estuvo en el Reino Unido, de visita en el país de sus padres en Gales, recibiendo nueva encomendación para un traslado a Sevilla, España, en 1985.
Sevilla
Carlos Morris ayudó a guiar la amada congregación de Betania, Sevilla (como él se refirió hasta sus últimos días en Argentina durante 22 años (1985-2005). Expuso toda la Palabra de Dios y todos los puntos de la teología sistemática tanto en predicaciones, instituto y estudios bíblicos, notas, libros (algunos premiados internacionalmente) y otras contribuciones. Gracias a él recibimos una importante ofrenda para el local actual (anteriormente había uno mucho más pequeño, escondido en un rincón, y con problemas de ruido, columnas etc.) Fundó la biblioteca “Jorge Muller”, a la que aportó más de la mitad de los ejemplares. Tras muchos años y con el deterioro de salud de su primera esposa Gloria (antes de fallecer, ella impulsó la obra entre mujeres y la revista “Caminemos Juntas”) fueron encomendados para continuar su labor misionera en el continente americano, donde ya habían trabajado anteriormente. Siempre se interesó por el bienestar de la iglesia en Sevilla aun después de su partida.
Argentina
Sentimos la pérdida de uno de los hombres claves en la formación de jóvenes para una vida espiritual más profunda y activa. En la madrugada del 8 de diciembre nos ha dejado el amado hermano Don Carlos Morris. Nacido en Tucumán de padres misioneros 17 de mayo de 1935, se había educado en Argentina y en el Reino Unido. Al sentir el llamado a la obra evangélica en Argentina, regresó y en 1956 se casó con Gloria Quiroga y tuvieron dos hijos, Elizabeth y William. Estuvo trabajando en la Banca y cuidar de la venta y relaciones públicas de un grupo de empresas, hasta ser encomendado a la obra misionera en 1965.
Trabajó con jóvenes como director nacional de Juventud para Cristo (1960-1969); fue fundador y director del Centro Juvenil Cristiano (1969-1973) y director asociado de Palabra Viva (1976-1980). Asimismo, fundó y dirigió el Instituto Bíblico Jorge Müller de Buenos Aires (197582). No detuvo su tarea como obrero, maestro, estudioso didacta de las Sagradas Escrituras y en la preparación de
Fundó el IBEA (Instituto Bíblico Evangélico de Andalucia), fue profesor de hermenéutica en varios seminarios y colaboró en diversas radios y medios cristianos. De estas actividades didácticas constantes surgieron libros muy conocidos, de tipo comentario bíblico, incluyendo su participación en el Comentario Bíblico del Continente Nuevo sobre San Marcos con Unilit en 1992, otros sobre los Profetas Menores y luego Isaías publicado por la Fundación Cristiana de Evangelización en Argentina en 2011.
Trabajo de nuevo en Latinoamérica
El hermano Carlos Morris, dictó seminarios de capacitación misionera en varios países de Latinoamérica. Publicamos solo dos breves semblanzas de los últimos años para ilustrar la abundante labor en las Américas.
Paraguay
A lo largo de los años hemos recibido varias visitas de parte de Carlos y Goria, tanto en USA como en Paraguay. Con
Ene - Feb 2021 42 Edificación Cristiana in MeMoriaM
mucha fidelidad llevaban reunions, participaban en mesas redondas y se entregaban a la communion con personas en una variedad de ámbitos sociales. Más tarde Carlos iba solo y, puesto que Gloria no podia acompañarle, aceptaba llevar reuniones de mujeres, para que nadie se llevara un chasco. Después de la partida de Gloria, en 2013, Carlos continuó viajando y enseñando la Palabra fielmente. En una occasion le llevé a un punto de mission en el interior de Paraguay, con una congregación de unas 20 personas que se reunieron un sábado por la noche. Carlos les habló con la misma elocuencia con la que yo le había visto dirigirse a una conferencia de 5.000 personas en Argentina. Hace unos dos años estuvimos en la primera conferencia para hombres de la comunidad Ache. Esta tribu solo empezó a tener contacto con el mundo más allá de sus límites territoriales hace 40 años. Carlos y Cristina, su segunda esposa, habían venido a pasar el fin de semana, para recoger una maleta de materiales, pero, en la voluntad del Señor, Carlos acabó siendo uno de los conferenciantes. En un momento, durante las canciones, una de las niñas indias se le acercó y se subió a sus rodillas. Carlos no se inmutó, sino que canto junto con ella. Hubo muchos momentos preciosos como este, que ilustraron su versatilidad.
Carlos Dubón nos cuenta: Particularmente le conocí en Tegucigalpa, Honduras al final de los años 90, cuando viajó por primera vez con su esposa, la hermana Gloria. Después nos visitó otras dos o tres veces más.
Visitó Honduras varias veces, ministró la Palabra de Dios
en las conferencias generales que se realizan en la Sala Evangélica en Barrio Guadalupe, Tegucigalpa y Valle de Ángeles. También enseñó en reuniones especiales en el Campamento Elim, Trujillo, Colón, en enseñanza y capacitación de Ancianos y líderes de las iglesias.
Tuve el privilegio de establecer amistad y comunión con el hermano Carlos Morris y, por mi parte, me hubiese gustado tenerle más seguido en nuestro país, ya que, como expositor de la Palabra de Dios, lo hizo como un verdadero maestro. Nos deja un legado literario, tales como el curso de formación ministerial “Los Mensajes Mayores de los Profetas Menores”. Exaltando así el mensaje de aquellos profetas que por ser cortas sus Escrituras les llamamos los Profetas Menores, también viene a mi mente el libro “Traspaso Generacional”. Mostrando a través de esta obra la necesidad de capacitar a los hermanos para cuando los mayores ya no estén haya quien o quienes tomen liderazgo en la dirección del Espíritu en las iglesias. Solo menciono dos entre otros libros de su autoría>>.
El Señor lo promovió a la Patria Celestial el pasado 8 de diciembre, aparentemente de un infarto porque según lo que sabemos se encontraba bien de salud en su apariencia. Podemos dar gracias al Señor por su brillante vida de servicio y dedicación en su obra, quien será siempre recordado por sus obras de amor. Terminó sus días en el país que lo vio nacer y haciendo lo que más amaba…como él quiso, ¡con las botas puestas!
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RINCÓN POÉTICO
Hace muchos años, allá en el siglo XVI, un joven bien dotado, un humanista en el sentido renacentista del término, conoció a Cristo, y antes de sus veinte años ya estaba traduciendo al castellano el Nuevo Testamento, deseando que también en España todos pudieran escuchar a Dios, leyendo Su Palabra en la lengua materna. Cuando lo terminó, le presentó al emperador Carlos V lo que sería el primer Nuevo Testamento completo en castellano, traducido desde el griego. Lo apresaron por ello, y moriría a los 34 años, llevado a casa por su Señor, a través de la peste que padeció en Estrasburgo. La versión “ReinaValera” tiene una enorme deuda con su trabajo. Y es que a veces, al sembrar, es posible que la semilla germine generaciones más tarde. Siglos más tarde.
Fue Francisco de Enzinas. Él lo deja claro en este poema que está en la introducción al N.T.: Cristo nos habla en su Palabra. ¿Nos sentaremos a escuchar para cambiar?
Cristo habla con los hombres mortales
No es mi heredero el que no quiere leer
El mi testamento que yo he dejado
Será lo muy menos si no quiere hacer Lo que por escrito yo mismo he mandado.
Mas lo uno y lo otro bien considerado Quiero más pocos que hagan de hecho Lo que con mi sangre dejé yo notado Que muchos que lean con poco provecho Si crees pues, oh hombre que andabas errado
Que yo soy aquel que por ti padecí Que estoy a la diestra de Dios asentado, Rogando a mi padre contigo por ti
En mi testamento contempla en el suelo Leyendo y obrando mi justo mandado
Si quieres volar derecho hasta el cielo Dejado a este mundo traidor y malvado
Francisco de Enzinas (1518-1552)
Presentado por Orlando Enríquez
Debemos y agradecemos a la Sociedad Bíblica la edición de este Nuevo Testamento en el momento presente.