Revista Internacional Disidentes No. 20 Agosto 2023

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Ocho poetas españoles

D is id en t es

Gotas de rocío

Joros

Retratos en la calle

Maribel Suárez

El salto

Humberto Rosales Pastor

64 casillas

Guillermo Ruíz

Agosto 2023. Año 2. Número 20 Publicación mensual / Gratuita
Revista Disidentes – YouTube

D is id en t es

Ha circulado principalmente en México, España y Estados Unidos, y ocasionalmente hemos tenido lectores en Suecia, Irlanda, Colombia, Alemania, Chile, Reino Unido, Honduras, Filipinas, Argentina, Portugal, Puerto Rico, Venezuela, Francia, Perú, Italia, Haití, República Checa, La India, Kenia, Argelia, Eslovenia, Arabia Saudita, Nicaragua, Ecuador, Vietnam y Guatemala.

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G r a c i a s

Si los extraterrestres nos llegan a visitar, creo que el resultado sería muy parecido a como cuando Cristóbal Colón llegó a América, lo que no terminó muy bien para los indígenas. Imagino que habiendo utilizado todos los recursos en su planeta natal, esas civilizaciones extraterrestres avanzadas se volverían nómadas, buscando conquistar y colonizar cualquier planeta que pudieran alcanzar.

Portada: Imagen de la serie fotográfica Retratos en la calle, de Maribel Suárez, que presenta en la galería de esta edición de la revista Disidentes.

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Contenido
2.20 2023
Editorial Lanza un salvavidas a Disidentes Antes de abrir la luz y deshojarla Marian Raméntol Galería Retratos en la calle Maribel Suárez Llegas Lucía Ruíz Bernal Tinder y mad men Almudena López Podcast / Juglares de la revista Disidentes
de estrellas José Julio Cabanillas En el nombre del padre Víctor Jiménez Las cosas pequeñas Charo Prados 64 casillas Guillermo Ruíz Salto Humberto Rosales Pastor Un toque de música Néstor Torres Nocturno urbano Enrique Baltanás Para hablar de mis hijos Carmen Ramos Gotas de rocío Joros 2 3 4 8 9 14 17 19 22 26 29 30 32 34 38 41
Niño, ladrón

Arrancamos D is id en t es del mes de agosto de 2023 presentando ocho maravillosas voces de la poesía española, y en la galería tenemos la fortuna de contar por primera vez con la fotógrafa Maribel Suárez, quien nos da un bosquejo de su calidad artística a través de su trabajo Retratos en la calle. Como ya es habitual en nuestras ediciones, disfruten la narrativa de Humberto Rosales, la sugerencia literaria de Joros y los ejercicios de ajedrez del MF Guillermo Ruíz. Esperamos seguir contando con su preferencia por nuestras publicaciones, y como siempre, bienvenidos y no se pierdan nuestra posdata.

Posdata

Los “evaporados” de Japón: ¿por qué algunas personas eligen desaparecer?

https://youtu.be/wYY9FjwotTs

Las “hermanas de alquiler” que ayudan a los hikikomori, los jóvenes que viven encerrados en Japón

https://youtu.be/VtZC2ETz-Mk

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Contáctenos en DISIDENTES, Año 2, No. 20, Agosto 2023, es una publicación digital de circulación mensual, producida bajo el sello Editorial Zaraguato. Calle 8 Poniente Sur No. 1239, Barrio Guadalupe, Berriozábal, Chiapas, México, C.P. 29130, Tel. 9616590342, Telegram 5561466587 y mail revistadisidentes@gmail.com

Editor responsable: José Ignacio Juárez Morales, inscrito en el Padrón Nacional de Editores con el dígito identificador 978-60799740. Reservas de Derechos al Uso Exclusivo EN TRÁMITE. ISSN EN TRÁMITE, ambos tramitados ante el Instituto Nacional de Derechos de Autor.

Año 2, No. 20 Agosto 2023

Coordinación: José Juárez

Consejo editorial:

Rosa Isela Lamadrid Humberto Rosales Pastor Ana Isabel Alvea Sánchez

Administración: Esperanza López Martínez

Editorial
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México, MMXXIII
es
D is id en t

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Salvoconductoshacialasprimaveras , LN Ediciones, 2022.

Llego tarde. Voy a remendar la mirada antes de abrir la luz y deshojarla.

Debo preguntar a la derrota dónde dejó las llaves de la nostalgia. Dar de comer al cerdo y recoger los trozos de piedad que guardo en el armario antes de abrir la luz y deshojarla.

Y precisamente ahora recuerdo que a la blusa dolorida le faltaba un botón de bendiciones y que el pespunte deshilado por el que se le escapaba el pecho sigue tirando de los puntos cardinales y llego tarde. No encuentro la libreta donde anoté la dirección de las nubes ni los nombres de la lluvia y aún tengo que ordenar la sombra antes abrir la luz y deshojarla.

Dónde estarán esas llaves. Por dónde habrán escapado los sueños si los tenía maniatados entre dos pausas y los malentendidos que dejé en la bombonera están ahora bien mustios, faltos de palabras enemigas. Qué le daré de comer al gallo. Tendré que buscar otro modo de sobornar al guarda de seguridad de la primavera para que abra la luz y la deshoje, para que resuma los peldaños y me deje meter la nariz en el archivo de las caricias, buscar la temperatura del beso, incendiar el vientre del crepúsculo y mandarlo a hacer la calle.

Probablemente deberé herirme para no llegar tarde antes de abrir la luz y deshojarla.

A tes de abrir la luz y deshojarla
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Poemas de Marian Raméntol

E rostro del anonimato

Con su cabellera de neón, la noche sella el paréntesis entre las piernas, la disculpa de las nubes en mis labios, kilómetros de bocas que susurran esbozos de última hora como quien se lanza a la ruleta rusa y vomita besos azules en el fondo del mar.

Cuando ella habla, y la lluvia se hace abrevadero, la luz conduce a toda leche un par de iniciales por la arquitectura del poema, crece el desafío en los zapatos, los pajarillos se posan en esa soledad por donde se cuelan coros boreales, y se calla más el silencio de colores.

Los signos de clausura que alfiletean la existencia se vuelven galaxia, crece el verde feliz en los fogones encendidos de pétalos, y crece la masa de ese bizcocho capaz de reiniciar el verbo, su capital, su provincia, su hábitat y el encuentro húmedo con el mar.

Y a pesar de sabernos tan dentro, en cada minuto obsoleto de la madrugada morimos abrazados al rostro del anonimato de toque duro y vestimenta casual.

5 Poemas de Marian Raméntol

L techumbre de mis sueños

Tengo deshilado el horizonte que me regalaste. Las fronteras de ese futuro de colores se han subido a la noria de los días, giran para abrumarme de felicidad, sobrealimentarme de ojos primaverales, hacer crecer un par de centímetros mi locura, y abrillantar con el índice la cabellera vanidosa de mi noche.

Sí, he procurado recortar los flecos de la blasfemia para que el sol pudiera hacer turismo por todas mis esquinas, olvidar las frustraciones que cuelgan de la boca de las nubes, invitar a la luna desenfocada al baile de fin de curso, y preparar galletitas de buenas intenciones para todos los espectros que se cuelan por la techumbre de mis sueños. He ordenado las sombras y he planchado cuidadosamente los abrazos, así que todo está listo para que se desmorone la ciudad sobre mi vientre, y el río bambolee la colcha y su vaivén sea crujiente, lunático, vicioso.

No taparé la grieta del techo. Sería absurdo cortar el itinerario por donde paseo mis nombres. Basta con girar la página y proclamar un nuevo bautizo.

Músico

y

cortometrajes, poeta, traductora y

de la revista cultural La Náusea Ha publicado 19 poemarios y ha sido incluida en 16 antologías

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D is id en t es

Se edita mensualmente y es gratuita. Además, cuenta con el suplemento E carte y en diciembre lanza su edición de aniversario.

Publica creación literaria y produce entrevistas y artículos actuales, en un formato con ilustraciones de fotógrafos y dibujantes que la hacen visualmente atractiva y de lectura ágil.

Su diseño de revista impresa le permite hojearla en la comodidad de su computadora, tablet o teléfono celular, y disfrutar nuestro podcast, y noticias y musicales que le sugerimos abriendo sólo una ventana.

Es una publicación digital escrita en castellano que ha tenido aceptación internacional.

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tratos en la calle D i

Cabe decir, de entrada, que la fotografía no es eso que está más allá de lo visible, sino lo visible mismo, cogido al vuelo, con el tino y aciertos posibles, mediante la forma que es luz. La poética de la seducción fotográfica procede de la superficie visible: la nitidez, la fuerza y el gusto por la toma. Las exigencias de este arte imponen la estructura y la dinámica de lo que la piel esconde, porque nada hay en la piel que no esté en los huesos…

Retratos en la calle www.maribelsuarez.org

Maribel Suárez

Ha desarrollado una sólida carrera como fotógrafa independiente desde el 2012. Sus imágenes buscan capturar la esencia única de cada individuo y su interacción con el entorno

Serie fotográfica R
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Ll gas Llegas pones mi vida del revés tu mirada delata nostalgia.

Perturbas mi universo retienes el vuelo de mis labios imploras en silencio que acaricie tus manos cargadas de soledad.

Eterno fue el tiempo de tu ausencia.

Llegas sin avisar y no sé nombrarte he de aprender tu lenguaje borrar tu forma antigua mirar con otros ojos y olvidar.

He de buscar un lugar para gritar mi dolor negro sangrar mis venas viejas cansadas de esperar.

Besarte en la intemperie sentir el frío y la escarcha la crudeza del tiempo que no se recupera sostener tus deseos y combatir el naufragio.

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Poemas de Lucía Ruíz Bernal

T camino

No decides sobre tu sombra decides sobre la luz

dejar que los otros prodiguen las palabras para contar la vida es impedir que tu herida se revele y en esa revelación encuentres tu camino.

A as

Hay alas que no se ven son las alas de los que entregan en cada abrazo sus armas y su coraza de los que aceptan la desnudez de su patria el silencio y el olvido.

Son las alas de los aventureros de los que siempre viajan como si fuera el último vuelo

de quienes firmaron el manifiesto de la ternura de los que surcan la hondura del incendio.

Estas alas

alguna vez me habitan.

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Poemas de Lucía Ruíz Bernal

L trayectoria del amor

Todo comenzó con un beso furtivo y el cálido deleite de un cruce de miradas despacito fueron tanteando la piel del amor sintiendo el vértigo de ir acariciando los sueños.

En cada encuentro se fueron arrancando la piel a jirones buscando el calor para sus labios heridos de frío.

Fue la lluvia la tormenta imprevista atajo que creó el abismo y la grieta.

Lucía Ruíz Bernal Licenciada en Filosofía por la Universidad de Sevilla. Es coautora de los libros La mujer en la poesía hispanomarroquí y Versos para derribar muros. Es autora de El territorio de la luz.
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¿Escribes cuento, poesía o microrrelato? ¿Eres fotógrafo o ilustrador? Envía tu colaboración al correo electrónico revistadisidentes@gmail.com D is id en t es Es un espacio para nuevas voces de la creación literaria e ilustradores que deseen publicar en nuestras páginas. 12

R tratos en la calle

13 Serie fotográfica

T nder y mad men

Pues ha de ser la hembra dócil, con seso suficiente para entender su obligación de atender a los deseos que se le expresan, viva para adelantarse a la expresión de esos deseos. Y en nuestra mano está la correcta instrucción de la criatura, que ha de saber sin duda lo que se espera de ella. Se cortejará con dulzura para que aprenda la lectura en las flores de papel, en los bombones de ceniza y dientes podridos, en las manos blandas para entregarse, firmes para corregir, entrelazadas como el sino que las ha marcado ya, pero siempre, siempre, cerradas. Porque tratamos según el trato que ansiamos recibir. Se enfrentarán los desplantes de ella, si existieran, con autoridad para imponer la voz propia, por ser más válida, y de ello ha de ser prueba el volumen del sonido y de nuestro cuerpo. Porque no sobrará un grito o un portazo, un gesto agrio si es necesario, abandonando en el espacio que le es propio a la doncella, que ha de comprender que esa es la cárcel que queda cuando no se comporta como debe porque debe: cocina que fregar y ropa que lavar

Poemas inéditos de Almudena
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López

y camas que vestir, arrebatado como castigo el cariño de aquel que quizá busca descanso en otras camas deshechas y vajillas sucias donde apagar el cigarrillo de un deseo inexplicable, que no ha de tener freno, porque «no» significa solo aquello que nosotros queramos, porque «no» puede ser parte del juego. Y no es malo exhibir al mundo la fuerza de la virilidad. Por eso, escójase hembra de cadera ancha para buen parir y muslo robusto para agarrar y sostener el dolor del desgarro de la criatura, hombro vencido y cabeza gacha, por ser síntoma de una humildad aprendida en la infancia, que no se puede fingir, brazos torneados que hablarán de salud y cepillos contra el suelo y puntillas de encaje adornando las mangas, ojos pequeños y apagados, de los que no guardan sueños, y boca cerrada, de las que solo se abren, estrecha herida, para confortarnos como merecemos y susurrar «sí», mejillas coloradas.

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Poemas inéditos de Almudena López

L ceremonia

Es conducida por el propietario, varón, ante el altar de celebraciones, cubierta por una tela blanca para ocultar sus ojos de cordero al borde del degüello, asida por un miembro, eslabón preparado para anclar la cadena, porque la víctima propiciatoria es inocente, como los niños de mano inocente en los sorteos, como las bestias que no tienen entendimiento ni voluntad. Es conducida por el propietario, varón, para ser entregada a otro hombre, al que deberá sacrificarse en pago de su deuda. Entrega y sacrificio de sangre corriendo río abajo por los muslos, para ofrecer un cachorro, varón, porque ese es el fin de la ceremonia.

Almudena López

Escritora y guionista. Su novela Cómo encender un fuego fue preseleccionada para el LIII Premio de Novela Ateneo de Sevilla y resultó finalista del Premio Nadal 2022.

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Foto: Bernabé Bulnes

El Podcast de la revista Disidentes

Escuche los artículos y los poemas que publicamos en la vozdesuspropiosautores.

Hospitalidad / Joros

https://youtu.be/S55CYJ 4Gc

Cantar, sí cantar / Joros

https://youtu.be/wHSKeqfvIj0

El vino / Blanca Sánchez

https://youtu.be/5lQykazN6jw

Viaje al futuro / Blanca Sánchez

https://youtu.be/irgPp9mmuvs

La felicidad es un pez difícil de atrapar / José Juárez

https://youtu.be/HLUhI_j0Qjc

https://youtu.be/TrnBfNTlMfo

https://youtu.be/kPhG1mHqWY4

https://youtu.be/nqdY-jAzWXc

https://youtu.be/F0QkwRCAZbo

Revista Disidentes – YouTube
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R tratos en la calle

18 Serie fotográfica

N ño, ladrón de estrellas

Niño, ladrón de estrellas, ¿a qué vienes ahora con tu ojos tan grandes Por donde Dios se cuela como en casa?

Han hecho falta años, que envejezca, Para volver a vernos.

Los años no son más que un zig zag en el aire Y un piar impaciente

Cuando a la tarde bajan los vencejos al patio.

Está el portón abierto por donde un día salí. Por donde habré de entrar cuando la muerte ciega A tientas me deslumbre.

Está el portón abierto y, más adentro, el patio Con su rosal alzando las frescas rosas blancas Que la dicha te ofrece A ti, niño, que quieren con locura. Niño bajo la parra, donde luces y sombras Juegan en el tablero de las horas. Niño que va diciendo, de memoria, los nombres De cuanto aquí se alza a la luz, bajo el cielo.

Cuántos años, de pronto, para volver a vernos. Está cerca mi hora: iremos de la mano Porque ya no habrá angustia sino luz perdonada. La que habrá de llevarnos hacia los días más ciertos. El desterrado vuelve a su casa, contigo.

Poemas inéditos de José Julio Cabanillas 19

D nde la casa

1 Me has dejado la primavera verde, repentina, jaulones con sus gallos vocingleros, las nubes en un corro, alborotadas. Me has dejado el viento que se acerca de muy lejos, muy lejos, el viento que te trae de los olivos.

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Para subir hasta las bardas blancas. Para ver derramarse jazmines en el aire. Para bajar la luna a la ventana. Para que los luceros tiriten en el patio. Para que el grillo cante, tú levantas la mano, señalas con un dedo.

Empieza el día

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Las mañanas tuvieron el candor de un domingo. Eran las nubes blancas y los cielos azules y los soles de oro. Era que tú venías a asomarte en el brocal del pozo. ¿Qué escuchabas?

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Madre, yo sé que tienes al final del camino un pozo alegre. Madre, tú que alborotas el sol y un remolino de pelo ensortijado te tiembla por la frente. No dejes que me vaya. Tenme aquí.

Aquí en la orilla blanca del verano.

5

Nunca te vi, y estabas a mi lado. Me dejaste la risa blanca de aquel patio, tu bordador redondo, el temblor de las parras y la hora limpia y fresca que marcan los veranos. Estabas junto a mí, aunque no lo sabía. Ahora que todo fue, me coges de la mano. No diré nada más. Yo, de tu mano.

Poemas inéditos de José Julio Cabanillas
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Para inventar el mundo

En las errantes sílabas de un niño Qu un día fue y hoy me habla

Con voz queda, debajo de estos versos

Que como nieve virgen

Alzan un lienzo limpio en medio de la noche.

Oh mañanas que visteis

un pañuelito blanco tendido en la azotea

Mientras un sol de oro dijo: “¡Basta!

Aquí no entrará noche de rumores vacíos.”

Para inventar el mundo

Te asomas a mis ojos

Y pones en mis labios palabras y palabras y palabras.

Y yo sé a qué has venido, niño, ahora:

Para darme la cinta menuda de tu dicha

Oreada en el viento que viene y se reclina

Contigo y no se marcha,

Porque a dónde irá el viento que esté mejor sin ti.

Para inventar el mundo

Con un Dios muy pequeño, a eso has venido.

Autor de los libros de poemas

Palabras de demora, En lugar del mundo y Poemas descalzos

Ha publicado la novela Benzelá y numerosos artículos en periódicos y revistas

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P ra inventar el mundo

E el nombre del padre

Diecinueve de marzo y desaliento. Has vuelto solo al fin al piso en sombra, el que, en verdad, no fue jamás el tuyo (era tu hogar la casa junto al puente del cálido arrabal donde naciste, la que sus puertas abre, todavía, de par en par al sol de tus recuerdos). Has entrado lo mismo que un extraño, lentamente, observando los objetos que en soledad te miran a los ojos. El piso está vacío. Sin latidos que den calor a las habitaciones, las dueñas de las llaves son las cosas: los antiguos violines restaurados, los pinceles y el viejo caballete, los óleos y acuarelas y las armas que decoran las pálidas paredes, el busto de San Juan en simple barro, la colección de sellos… y el reloj que marca, ya parado, en la mesilla, la pena en punto en que acabó su vida. Y por él les preguntas en voz baja esperando que te hablen, en silencio, de todo cuanto saben, si lo han visto de noche, en alma o sueño, en sus asuntos, si tienen para darte algún recado… Y esperas, impaciente, las respuestas y una señal o un gesto que te diga que está contigo ahora, aquí presente. Porque no puede nadie ser buen hijo si no siente el aliento de su padre.

22 Poemas de Víctor Jiménez

Y ú no lo comprendes

Nunca mi soledad, mis sombras, mis silencios se te escapan. Ni consigo engañarte disfrazando de gozo mi amargura con alguna sonrisa, con amables palabras, con esas buenas caras que le pongo al mal viento. Y tú no lo comprendes. Y a veces me preguntas qué me falta en la vida para hablar, para hablarte de la pena como de alguien que fuera de la casa, para tanto nombrarla. Mas sabiendo que hay preguntas que se contestan solas, me callo la respuesta mientras pienso que acaso hubiera sido feliz toda la vida si fueras tú, y no yo, quien ahora sabe que es difícil vivir, que es muy fácil vivir donde tú vives a salvo del dolor, en ese cuarto al fondo de mis sueños.

Poemas de Víctor Jiménez
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Tangoparaengañaralatristeza , 2003.

Lascosasporsusombra , 1999.

P edra en el agua

Emigraron los años lo mismo que las aves. De aquellos días tibios, serenos de la infancia, como vagos esbozos sobre lienzo de niebla apenas han quedado, suaves, en mi memoria algunas pinceladas de leve veladura. Así la primavera pasó dejando sólo alguna que otra flor, un guijarro en el río, un aroma de lluvia, unos labios de agua. Hoy, sentado en el íntimo umbral de cada tarde bajo el cielo aterido y tordo de noviembre, para olvidar que el tiempo también tiene su prisa, en las cálidas olas de ayer mis ojos hundo como en los de una niña morena y misteriosa.

Tabernainglesa , 2006.

P labras en el viento

Conversas con la soledad. Paseas con ella por la calle. Últimamente pasas de largo, huyes de la gente, vienes y vas igual que las mareas. Te veo hablando solo. Merodeas por las habitaciones. Como ausente te sientas. Callas, piensas, tu alma siente que no le importa nada ya quien seas. Y vuelven a decirte los espejos que todo pasará como las aves, que todo quedará mañana lejos, que es tan sólo el amor literatura, palabras en el viento. Mas tú sabes que amar acaba siempre en amargura.

Con todas las de perder.
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tratos en la calle

Serie fotográfica R
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L s cosas pequeñas

Vivo en la urdimbre amable de los días de limpio y en la leve textura de las cosas pequeñas: mi jazmín amarillo, el temblor del naranjo con sus primeros brotes al aire azul de marzo, la dulzura, chiquita, de las tardes tranquilas. La piel, como un tambor, tensada y palpitante, abierta al tacto tenue del agua y los gorriones. Y el corazón, humilde, quieto y agazapado.

U monte y otro monte

A Ana Ajmátova

Yo contigo como un monte y otro monte, un río y otro río, una ola y otra ola. Como un viento del este y un viento del oeste, como una rosa roja y otra blanca.

Yo contigo como una lluvia y otra lluvia, como el aire y el aire, como el fuego y el fuego. Como una tierra roja y otra blanca.

Yo contigo como una cordillera, omo un valle regado, como el mar, como el viento. Tú y yo como un racimo prieto, como lluvia en otoño.

Yo contigo fundida y confundida, tú un brazo y yo otro brazo, yo un pecho y tú otro pecho. Yo contigo en tu brasa demorada.

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Poemas de Charo Prados
Tanaltasoledad , Sevilla, Fundación José Manuel Lara, 2004.

L lava

Con la libertad del desvalido, del que ya nada pierde, porque aquello que tuvo, unas cuantas monedas, esparció en los caminos paso a paso como si fuese arena, amaso la palabra mas esquiva.

No grito, como el viento o la corneja, ni siquiera hablo alto como campana audaz, ni susurro como brisa secreta, avergonzada.

Pero tampoco callo. Vuelta árbol o piedra alzo mi cuerpo y bailo al son de la vihuela y el tambor, silbo como la flauta ante tus ojos.

Pero tampoco callo aunque a veces, cansada, al borde del silencio me detenga.

La lava sigue ahí demorando esperando fermentando hasta el día preciso en que, vuelta ya pan, vengas tú y me mastiques, vengas tú, el desvalido, mendigando la breve libertad que ahora te brindo.

Poemas de Charo Prados
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Todos los fuegos, Talavera de la Reina, Colección Melibea, 2010.

G ietas

Vertical. Escondido y secreto, al borde del barranco, germinando. En su fondo, este río que serpentea las rocas milenarias.

Amarillo solar, tu corazón abierto.

De hojas rojizas. como espadas de sangre y savia nueva, mi corazón tendido y esperando.

Que pase la tormenta. Así rogué, y los dioses me escucharon. Desconozco sus nombres, su patria, a sus profetas. Por qué esperaron tanto, por qué ahora. No sé si olvidarán esta plegaria.

Que para siempre sepamos guarecernos, rebuscar en las grietas la semilla secreta y abrigada.

Y sonrío, quedamente. A pesar de los que huyen, a pesar de los que gritan o se apartan.

Charo Prados

Es autora de los poemarios El aire detenido, Tan alta soledad, Todos los fuegos y Cartografía del frío; y del libro de relatos La carpa de oro.

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Cartografíadelfrío , Valencia, Pre-textos, 2021.

6 casillas de Guillermo Ruíz

Guillermo Ruíz

Maestro FIDE (Federación Internacional de Ajedrez). Ha ganado torneos como el Abierto de Arkansas USA 1989 y el World Open Filadelfia USA 1999.

Solución al ejercicio de la revista del mes de julio:

1 - Dg1 ! Amenaza Dh2++

Si ahora:

1….., Cge4 2 -Cd3++

2….., Cfe4 2 -Ce2++

3….., Cg4 2.-g3++

4….., Re5 2 -Dh2++

Busque la solución en la revista Disidentes No. 21, Septiembre 2023.

“Un jugador de ajedrez es primordialmente un actor. Se presenta en el escenario preguntándose qué jugada le va a agradar más a la concurrencia”
Mihail Tal
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L nea base

Humberto Rosales Pastor

Salto

Traspasar esa división física entre el bien y el mal me ha traído a este mundo del que todos hablan como la frontera tentadora de lo irreal.

No es algo escrupulosamente onírico, sino un escenario absurdo en abandono y se equipara con lo surrealista.

Además, la cantidad de los despojos y desechos le dan un aura de malignidad que justifica el espanto de quien recorre por pura necesidad este camino.

Pienso ya en la malsana curiosidad de aventurarme a pesar de toda recomendación de mis conocidos y las prohibiciones familiares para hacerme desistir al intento de internarme en este paraje dantesco.

Apenas pones un pie acá y puedes caer en charcos de materia pútrida de los que más tarde dará cuenta algún carroñero.

Hiperventilo y sudo a chorros pero no he reaccionado todavía a un plan para recorrer sin pausa todo el terreno extendido ante mis ojos.

Sienes hinchadas y garganta reseca completan ese ritmo estridente de latidos y visión alterada a la par de mi razonamiento estulto. Entro en alerta, pues escucho el primer ruido de mal augurio. Me fui a agazapar y acto seguido noté el avance de gente en busca de lío. La inmovilidad me hizo indetectable. Eso me salvó de unirme a las víctimas en la refriega. Un hilo de orines en mi pantalón me anunció una nutrida balacera.

Peste a pólvora y sangre me rodearon, en clara referencia al riesgo de asomarme por segundos para intentar un brinco de regreso a la seguridad, que necio de soberbia desdeñé hace rato.

Jamás tomé en cuenta el temblor generalizado y la incapacidad para mover uno solo de mis músculos. Eso me mantuvo expiando mi osadía.

Pienso ya en la malsana curiosidad de aventurarme a pesar de toda recomendación de mis conocidos y las prohibiciones familiares para hacerme desistir al intento de internarme en este paraje dantesco.

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Los ruegos fueron automáticos ante la sinrazón de mi permanencia allí. Y el rápido examen de conciencia me gritó culpable, sin vacilar ni aceptar atenuantes.

Es que al interior de casa se escucha distinto. Aquí el pánico se apodera de ti. Te repites mentalmente la promesa de no volver si logras salir ileso.

No sé cuánto transcurrió entre mi atrevimiento inicial y este momento, pero ya no escuché lamentos ni desplazamiento de acechanzas.

Tímido ensayé unos pasos hacia la barda para escalar y emprender la carrera de regreso.

A pesar de haberme alejado pocos metros, el retorno me pareció eterno.

Y ahora pesados fardos han sido lanzados desde el otro lado. Me apresuro a ocultarme bajo esos sacos que ofrecían un asqueroso refugio temporal.

Para mi suerte nada más que ruido de motores en desbandada siguieron al miedo de ser descubierto. Tengo la certeza de ser testigo involuntario de aquella prisa de homicidas deshaciéndose de toda evidencia.

El pánico venció a mi acendrado ateísmo. Simplemente puse la mano en mi muñequera con esa roquilla recogida en el reciente paseo a la costa e imploré por el

Para mi suerte nada más que ruido de motores en desbandada siguieron al miedo de ser descubierto. Tengo la certeza de ser testigo involuntario de aquella prisa de homicidas deshaciéndose de toda evidencia.

final de aquello tan enfermizo. Regresar ya con apagados gemidos después de haber quedado petrificado por todo lo vivido ahí, me exigía como única secuencia lógica la purificación. Retirar de rostro, torso y extremidades la inmundicia. Incinerar todo rastro aunque eso resultara en desnudez. Quizás así obtendría de manera más sensata la oportunidad de reencuadrar mi perspectiva, de emparentarme con la paz y salud mental. No volveré a intentar el salto.

Psicólogo. Ha trabajado en la Mesa de Redacción de diarios nacionales, publicación de páginas web y medios digitales.

Humberto Rosales Pastor
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Néstor Torres - Treasures Of The Heart (1999) Album

https://youtu.be/xefIOLkfmwI

Néstor U toque de Música

https://youtu.be/TGSDfmJ6ur8

Nestor Torres - This Side Of Paradise (2005) Album

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Hungry Kisses

https://youtu.be/2o7fv_sPZJ0

Néstor Torres (Mayagüez, Puerto Rico, 25 de abril de 1957) es un flautista puertorriqueño de jazz ganador del premio Grammy Latino Mejor álbum de música instrumental pop por su trabajo This Side of Paradise en el año 2000.

Fuente: Néstor Torres - Wikipedia, la enciclopedia libre

Torres

https://youtu.be/dYTG6ZRPrxU

Mi Alma Latina with Néstor Torres and Gino Castillo

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N cturno urbano

CUANDO avanza la noche por su túnel de niebla, las calles dialogan en el silencio gris de su firme desierto. Estrechos callejones le cuentan su leyenda a calles sin historia y a anchas avenidas que son recién llegadas a la ciudad que duerme. Cuando avanza la noche, las calles se despiertan, con nostalgia de pasos y olvido de las ruedas. Del día hacen memoria, recuentan la jornada con sus ojos atónitos, y con su lengua muda. “Hoy pasó por aquí…”

“He visto a dos besarse…”

“Un anciano cayó…”

“Qué molestia, las obras…” “Me abrieron nueva tienda…”

Cuando avanza la noche las calles dialogan y miran de reojo al noctámbulo insólito que camina perdido por su dédalo oscuro. Los hombres del camión de la limpieza frotan sus lomos de adoquines, su lámina de asfalto.

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Poemas de Enrique Baltanás

Una ambulancia avanza, un momento inquietando sus duros pavimentos, y cortando su diálogo a las nocturnas calles. Pero pasa veloz por el filo del alba camino a los quirófanos.

Ya se callan las calles. Ya presienten el día. Ya la luz las sorprende, limpias y silenciosas, como la alfombra mágica de la ciudad despierta, que en ellas deposita su simiente de sueños.

P ano de ciudad

VIVO en una ciudad que desconozco. Nunca logré memorizar sus calles. Sólo el salón, los cuartos de mi casa, puedo saber adónde me conducen. Y para andar por la ciudad que habito siempre llevo mi plano con las marcas de donde quiero ir y nunca llego.

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tratos en la calle

Serie fotográfica R
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L s hormigas

LAS hormigas emulan el tráfico rodado, las filas de automóviles que recorren las calles. Pero se saben sabias y jamás del atasco padecen los fastidios. Su empresa de transportes, aunque lenta, no falla. Ellas van por su senda pequeña y marginal en que nadie se fija, como no sea un niño, que el niño es el amigo de la hormiga pequeña, tal vez sólo por eso, porque es también pequeña. Las hormigas emulan el pasar de las gentes en hileras nutridas por las calles repletas de la ciudad que bulle en día laborable. Nadie sabe qué piensan las hormigas del hombre. Lo verán como extraño gigante peligroso, pensarán que es hormiga rebelde a su destino, crecida y monstruosa. Por grietas y rendijas, sosteniendo su carga de briznas y de migas, ellas van a lo suyo, que es también lo de siempre, en hileras, sensatas, formales, laboriosas, sin salir de la senda que Dios les ha marcado. Campestres y rurales, en la ciudad parecen vivir en el destierro. Que el infierno comparten ―pero ellas, a lo suyo― del hombre el hormiguero gigantesco y caótico. Un ejemplo nos dan, una lección callada. El rastro de la hormiga absorto lo contemplo. Y no logro saber lo que quiere decirme.

Ha publicado nueve libros de poesía, todos ellos recogidos en Antología completa (2021), además de numerosos ensayos y un libro de aforismos.

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P ra hablar de mis hijos

dibujas monigotes en el aire y me los paseas por la cara.

Que a los hijos de papel no se les amamanta, me dices. Y señalas tu teta derecha, astro sol que ilumina tu pecho, vaca madre que olías cada mañana a perfume agrio, leche de tus ubres.

Para hablar de mis hijos te digo, quítate primero esa rabia de la comisura de la boca.

H y un ruido

Hay un ruido de pelo erizado o quizás la contractura de la cerviz.

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El miedo se mueve despacio, demasiado despacio.

iii

La huella de una serpiente en la arena.

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Poemas de Carmen Ramos Inédito
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Lasrealidadesefímeras , Maclein y Parker (2021).

Lasrealidadesefímeras , Maclein y Parker (2021).

Yo no fui en la batalla el vencedor: perdí la flor pero gané la espina.

las batallas que pierdo, el capitán del escuadrón y el enemigo, el jinete que cabalga glorioso por un camino de cadáveres y el cadáver con la boca llena de lodo y gusanos. Yo soy el que desfila orgulloso con las vísceras del muerto en mis manos, con las vísceras del muerto dentro, con el pendón raído y deshilachado tras todas las batallas que pierdo.

Foto:

José Gestoso

Economista de profesión Es titular de la columna Cerca de la Lettera (Diario Huelva Ya) y de la newsletter de poesía ¡Por fin es viernes!

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E todas

en la calle

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tratos

G tas de rocío Joros

Sutiles cual gotas de rocío que empapan la flor y cumplen la función de energizar las plantas, los sentidos y los sentimientos de, no solo el cuerpo, sino también el alma, por el espíritu del deseo, el ímpetu de dejar huella en la persona “vehemenciada” a través de engrandecer su ser de sensaciones sexuales que vigoricen su entidad, su holgura de forma apasionada

–estos versos, estos poemas , al rozar la piel con una intensa mirada, un olor peculiar, de las formas corpóreas, del desprendimiento de darse al otro con holgura, satisfactoriamente, con deleite esencial y casi con devoción en un ritual carnal y de los sentidos no sólo externos, sino también internos, del alma que siente y del espíritu en el gozo elocuente que deja huella, que fertiliza la esencia fundamental de la existencia humana, en el poemario de Rocío Biedma, poeta giennense, por excelencia; y su contrario, por desgracia, la posesión indebida del cuerpo, a veces. Gotas de rocío, como ráfagas certeras a lo más hondo de nosotros mismos, a lo profundo de lo vivido, a lo más propio de nosotros mismos, nuestra esencia primordial, nuestra idiosincrasia más íntima. Gotas de rocío, que cumplen la función de vivificar nuestros tejidos al caer las gotas –entiéndase, también, de sudor o semen en nuestras vivencias existenciales, de la forma más natural que pueda existir, a través de la formación del rocío por el relente de la noche, por

presentaLa
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reseña D is id en t es

la humedad contenida en el aire que respiramos en ciertos lugares, y nos impregnan con sus lubricaciones, vivificándonos en el atanor de la carne hasta llegar a destilar vida. Ráfagas sublimes del existir, que nos elevan al paraíso, al gozo, a la plenitud, bellamente; elevándonos y expandiéndonos desde lo más “jondo” de nuestra verdadera interioridad sagrada, nuestro punto culminante que se explaya llegado el momento con un gusto y un regusto inigualables. Gotas de rocío, que invitan, que empapan de vida nuestro ser vegetativo, subliminar, que yace medio dormido, latente en nuestra alma, y que despiertan la vitalidad incólume de nuestra virtud por el espíritu, por la conexión de dos seres integrados en un vasto universo… renovándote por dentro, agitándote como aguas caudalosas, hasta llegar a calmarte en la quietud, por la relajación posterior. Cuando la persona amada se llena por el agua pura de los sentimientos que se expresan en todo acto amoroso o sólo de deseo. Siempre subyace un apropiarse del objeto amado por el anhelo que nos impulsa a poseerlo, a hacerlo nuestro, a darle nuestra impronta, nuestro sello, nuestra identidad, al dejar o no, huella en la otra persona. Gotas de rocío, que nos vivifican por las sensaciones que nos provocan… innegablemente, un fluir de concomitancias en el acto carnal –o sea, amoroso .

Cuando la persona amada se llena por el agua pura de los sentimientos que se expresan en todo acto amoroso o sólo de deseo.

Siempre subyace un apropiarse del objeto amado por el anhelo que nos impulsa a poseerlo, a hacerlo nuestro, a darle nuestra impronta, nuestro sello, nuestra identidad, al dejar o no, huella en la otra persona.

Quien más entrega es el que más ama, porque el amor intenta proteger y revitalizar al ser amado, incondicionalmente; quien ama se da con toda su capacidad protectora, como las gotas fertilizan con sus vivencias a la persona objeto del cariño, de nuestra devoción, de nuestro vigor.

Ejemplos claros, de esto que decimos son estas muestras: En “Todo el amor del mundo” nos cuenta: “En una gota de rocío /puede caber / todo el amor del mundo”.//

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En “Nitidez”, nos conmina a decir con ella: “Solo tengo intacto mi mañana. / Por favor, / que nadie venga a mancharlo”.

En “Madre Luna” nos comunica: “Tu redondez blanca / de Luna en su maresía, / abraza con amor de madre / el tintinear de las estrellas / que son lágrimas vertidas en el mar. //

En “Besos de rocío” nos acerca: “Empaparse en su enigma, / y sentir que te crecen los pétalos / como alas en el corazón para iniciar el vuelo”. //

En “Luego”, nos hace respirar: “No sé si el viento, / tu mirada o tu boca, / sacuden más el junco / tembloroso de mi pecho”.

En “Tu flor” nos invita: “Cierra después los ojos / y contempla la sinfonía / que deja esta tempestad / en la luz de las cornisas / la ternura al fin, / que alienta sus sueños”. //

Un libro sencillo, no exento de carisma, nítido, abierto, comunicante. Que expresa cual gotas del líquido elemento, que son origen de la existencia, incondicionalmente. Un libro sentido desde la emotividad de la existencia de nuestra poeta, por lo demás, giennense, Rocío Biedma, de lo profundo de una de nuestras regiones más fecundas: ¡gracias, mil gracias, bella flor!

Poeta tradicional, pintor, mailartista y poeta experimental Ha participado en exposiciones colectivas a nivel internacional y ha ganado premios de poesía

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Joros (Juan Orozco Ocaña)
Un libro sencillo, no exento de carisma, nítido, abierto, comunicante. Que expresa cual gotas del líquido elemento, que son origen de la existencia…

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Porsinoteenteraste…
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