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Una mirada al interior
¿Qué podría ser más familiar para ti que tu propia persona? A menudo podemos sentirnos inquietos por la forma en la que pensamos o actuamos.
Hay quienes llegan a referir que sienten sus propios pensamientos o impulsos como ajenos. Desde otro lugar el pensar que algunas de nuestras ideas más que constructivas son saboteadoras. Por el contrario, hay personas a las que pareciera no inquietarles el hecho de no conocerse.
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A otros les angustia descubrir que existen pensamientos, sentimientos y comportamientos de los que no son necesariamente conscientes y el hecho de sentir que no tienen un control sobre ellos, les asusta, entonces a veces queremos cambiar esas partes de nuestra personalidad y no podemos. Es ahí donde una terapia profunda se convierte en una herramienta que invita al autoconocimiento y al descubrimiento de lo que pasa en nuestro mundo interior. Todas las personas funcionamos en tres niveles de consciencia, que en conjunto dan cuenta del 100% de nuestro comportamiento.
Lo interesante es que solo entre un 5% y un 10% de lo que hacemos y decimos, lo hacemos de manera consciente, es decir, con conocimiento de causa y “control” (por decirlo de alguna manera), y el resto es dictado por el inconsciente. Suena fuerte, ¿verdad?, sin embargo, es una realidad.
Tan es así que la mercadotecnia ha dirigido sus esfuerzos en el estudio de los aspectos inconscientes