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¿Sabías qué?
Cuando se elige un colegio para los hijos hay datos importantes que se pueden tomar en cuenta. Conviene pensar que el colegio es como la segunda casa para los pequeños; pues pasarán ahí casi la mitad del día y compartirán momentos inolvidables con compañeros y profesores.
Algunos aspectos importantes que se pueden considerar para tomar la decisión correcta respecto al colegio para tus pequeños son: el plan de estudios, el enfoque de aprendizaje, las certificaciones y la ubicación. Sin embargo, los valores y la cultura serán determinantes para saber si empatan o no con las costumbres familiares.
Este último hará que se genere un buen sentido de pertenencia y que tu hijo y tú articipen activamente en la educación integral.
Me siento extraña, como que no encajo en el círculo social en el cual me desenvuelvo. Cada vez que estoy en ese lugar donde no me gusta estar, me encuentro particularmente alerta a las miradas y comentarios sobre mí. ¿Por qué me tendría que importar lo que esa gente piensa de mí? ¿Por qué buscar la aprobación de los demás?
Nunca me he sentido “normal” o que encajo en la norma. Desde pequeña me caractericé por ser muy callada y observadora. No era popular, sin embargo, nunca quise serlo. Tenía mi grupo de “raritos”: el niño que creía que venía de Marte, el niño que amaba todos los reptiles, la niña que era tan tímida que no podía decir ni una palabra a alguien, la nerd que le encantaba leer en el recreo, etc. Esa era mi banda, los incomprendidos, los que no encajaban en un estereotipo de belleza.
Siempre traté de defender mi “unicidad”, mi forma “rara” de ser. Pero a veces es tan complicado; hay tanta presión en todos lados para que encajes en un molde preestablecido. Aunque trato de resistir la presión, a veces simplemente me siento derrotada.
Hace poco fuimos a un restaurante, y al llevar al baño a mis hijas, me di cuenta de que había una libélula pegándose por todos lados, tratando de escapar del lugar. Pedí ayuda a los meseros para que la sacaran, pero solo me miraron extraño y me ignoraron. Así que decidí sacarla por cuenta propia. Como pude, la seguí alrededor de las mesas y por fin la atrapé. Salí corriendo del restaurante con la libélula en mis manos para liberarla en la planta más cercana. Salió volando, y al verla alejarse del lugar, sentí una satisfacción indescriptible.
Fue entonces cuando me di cuenta de que mis dos hijas me habían seguido hasta estar fuera del restaurante. La pequeña me gritaba que la habíamos salvado, y la mayor me miraba horrorizada, después de unos momentos me dijo: “Mamá, todo el restaurante se te quedó viendo, ¿te diste cuenta?”. La verdad es que no me percaté de nada; estaba tan concentrada en atrapar a la libélula no me fijé en nada más. Le respondí: “No me di cuenta y la verdad me tiene sin cuidado; era mucho más importante salvar a la libélula”.
Aunque cuando regresé a mi asiento, ahora sí noté las miradas y el cuchicheo de la gente, lo cual fue algo incómodo. Sentí mucha tristeza por mi hija mayor, quien ya está muy alerta del estereotipo y de la presión social. Esa presión que no te deja expresar quién eres en realidad.
Para mí, no hay nada más increíble que ser tú mismo, con tus gustos diferentes y tus peculiaridades. Aplaudo las diferencias, pero estar en esa posición te hace no encajar y sentir que no hay un lugar para ti.
En las ocasiones que me encuentro sintiéndome extraña, alejada del resto, un poco incomprendida. Me ayuda conectarme con mi “gente extraña” mis amigas que celebran su individualidad, mis hermanos que hacen bromas, mis hijas con sus ocurrencias, incluso mi esposo con su particular forma de ser. A veces quisiera ser más fuerte, y que no me afectara lo que la gente opine de mí, pero creo que eso es lo que me hace ser un ser humano social, que al fin y al cabo formo parte de la cultura en la cual vivo.
Sin embargo, trato y seguiré tratando de proteger mi individualidad y la de los míos, porque no hay nada más lindo que ser uno mismo.
En las ocasiones en que me siento alejada del resto y un poco incomprendida, me ayuda conectarme con mi “gente extraña”: mis amigas que celebran su individualidad, mis hermanos con sus bromas, mis hijas con sus ocurrencias e incluso mi esposo con su particular forma de ser. A veces quisiera ser más fuerte y que no me afectara lo que la gente opine de mí, pero creo que eso es lo que me hace ser un ser humano social, que al fin y al cabo forma parte de la cultura en la cual vive.
Sin embargo, trato y seguiré tratando de proteger mi individualidad y la de los míos, porque no hay nada más lindo que ser uno mismo.
“La recompense por la conformidad es gustarle a todo el mundo excepto a ti” – Rita Mae Brown
MIRIAM FLORES DÍAZ Coach y consultor Miyim.fd@gmail.com
PSICOANÁLISIS
PSICOLOGÍA DEL DESARROLLO
EL ADULTO MAYOR Y EL DUELO
El tema del duelo no es sencillo y no muchas personas están listas para hablar de ello. Sin embargo, es necesario para poder entender y si en algún momento es usted quien lo vive, comprenda que no debe retener la emoción no es tan malo como parece, pues es parte de la vida.
Está mayormente asociado a la pérdida de un ser querido, en donde el sufrimiento está presente y produce sentimientos apagados o tristes, desencadenando la depresión en caso de ser patológico, es decir, cuando ya es prolongado y comienza a afectar la vida cotidiana en todo sentido. Muchas veces se puede sentir perdido al no saber como manejarlo y que incluso sino lo trata a tiempo podría consumirlo, por ello nunca olvide buscar ayuda profesional.
Y si nos enfocamos a una población especifica, también notaremos sus formas de lidiar o adaptarse al duelo, como nuestros adultos mayores. Tomando en cuenta que son personas con mas experiencias de vida, podremos comprender que sus pérdidas son en mayor cantidad, inclusive ellos podrían dejarte grandes enseñanzas a través de sus aprendizajes; sin embargo, eso no implica que sean inmunes, cada duelo lleva su propio proceso.
La viudez, es uno de sus mayores desconsuelos, puesto que hablamos de un compañero de vida, aunque no señalamos el resto de batallas como menores. No solo se trata de perder un ser querido, ya que enfrentan varios cambios en su vida y eso incluye una rutina diferente, por ejemplo, la jubilación de su trabajo; el papel desempeñado por años dentro de su familia ahora dará un giro y todos sabemos el temor de algo nuevo, son más conscientes de la ausencia de sus hijos porque probablemente ya están haciendo sus vidas. Cuando solían ser quienes sustentaban el hogar ahora de alguna forma son dependientes y ese es otro dato a tratar.
Recalcando lo ultimo mencionado, es donde entran las pérdidas de capacidades sensoriales y cognitivas o la disminución de actividad sexual.
Obligadamente con el pasar del tiempo las personas nos deterioramos, es difícil aceptar y entender
que somos diferentes, mas no inservibles. Con esto también asecha la idea de la propia muerte o posibles enfermedades, les genera incertidumbre el no saber lo que podría ocurrir o si necesitarán de una institución para ancianos o ser hospitalizados, volviendo a notar el golpe de realidad.
En algún momento todos vamos a recorrer el mismo camino, seamos empáticos y cuidemos de nuestros adultos mayores. Brindemos ese apoyo, escucha y cariño, porque aunque ellos no lo pidan e incluso no siempre lo muestren, saber que aún tienen un propósito de vida, que son personas amadas, puede contrarrestar parte del dolor de todos sus duelos.
PSIC. GRECIA MEJORADA Psic.gremej@gmail.com
EL AULA
COMO UN ESTADO MENTAL
Desde la perspectiva de la psicología profunda y sobre todo del psicoanálisis, se considera que toda la aparente realidad es un reflejo de nuestro más profundo estado emocional; dicho sitio recibe el nombre de “estado interno”, el cual es capaz de colorear al mundo con sus propios matices. El salón de clases no es la excepción, pues resulta ser un riquísimo espacio en donde complejas y múltiples proyecciones e identificaciones (provenientes de los docentes y del alumnado) tienen lugar.
¿Qué es un aula? Tradicionalmente se respondería que es un conjunto de objetos académicos agrupados ordenadamente en un espacio preferentemente cuadrado, listos para ser usados en la transmisión de informaciones por un facilitador hacia una pequeña audiencia. No obstante, los que ejercen la filosofía se ven invitados a cuestionar lo tradicional, por lo que la respuesta sobre lo que el aula es, sería muy distinta. Fueron los griegos quienes consolidaron la enseñanza como un valor fundamental, sin embargo, la educación estaba concentrada en habilidades específicas, por lo que el navegante iba al puerto, el soldado al campo de entrenamiento y el filósofo a la vida pública para después sumergirse en una profunda reflexión individual. ¿Es el mar abierto un aula? ¿es el campo de batalla un espacio para aprender? Los antiguos atenienses lo afirmarían con entusiasmo.
Sócrates enseñaba en las calles, en tabernas, en casas, en fiestas y en ceremonias solemnes, ¡incluso cuando fue llevado a juicio (y encerrado en prisión) no dejo de enseñar! Para el filósofo el valor del aula no radica en el espacio que le rodea sino en la conversación que se mantente con el otro, esto permite que todo lugar -en tanto sea pensado por dos o más- será un aula abierta. Los sofistas por otro lado, con alarmante retórica, se detenían en las plazas y mercados enunciando interesantes discursos, ésta era su forma de buscar alumnos para posteriormente enseñar (y cobrar) en sus respectivas casas. Sin embargo, el peso de su labor filosófica estaba “físicamente afuera” y no “físicamente adentro” de un espacio cerrado. Todo en la Grecia antigua era hecho para ser visto.
Llegada la época de los monasterios y los claustros (nótese la relación entre las palabras clase y claustro) sólo el clero y la nobleza tenían acceso a la educación de calidad, si alguien lograba adquirir conocimiento (muchas veces mal aprehendido, lo que dio lugar a prejuicios y supersticiones) simplemente era juzgado por la inquisición.
El conocimiento fue hermenéutico y otorgado a muy pocos. La imagen de las brujas, por ejemplo, encierra signos de liberación femenina, el libro mágico representa la educación negada a las mujeres, la vestimenta negra implica el sometimiento de su sexualidad, el caldero y la escoba reflejan las tareas domésticas impuestas al género femenino, por ello, si una mujer se “revelabaemancipaba” de dicho rol, era “purificada” con un mortal fuego. Paradójico; las clases educadas matando hombres y mujeres analfabetos.
Con el surgimiento del renacimiento y de la ilustración las aulas se convirtieron en un lugar de prestigio, pues sólo los “grandes” accedían a los misteriosos saberes concentrados en las facultades y academias. El aula simbolizó ahora un privilegio clasista, marginal y, por ende, excluyente. Sin embargo, el arte callejero (que siempre ha existido) junto con los filósofos hechos de antigua madera, formaban parte de la resistencia intelectual, una que siempre ha buscado “ilustrar” verdaderamente al pueblo. El concepto de educación quedó escindido, pues por un lado se defendía la preparación académica de altura, misma que sólo era recibida en suntuosos espacios físicos, por otro, la idea de una educación más libre y exenta de la burocracia política, pugnaba por consolidarse.
Hoy el concepto de aula ya ha sido deconstruido, la filosofía contemporánea ha rescatado la posibilidad de hacer cualquier espacio abierto uno de divulgación y enriquecimiento, empero, el motor de dicha transformación será el docente, quien hará con su estado mental un rígido sistema de evaluación, o un espacio abierto para pensar con libertad.
RUBÉN ABDALLAH.
Filosofía y psicoanálisis. 5529048071.
PAPÁ también cría y cuida a sus hijos e hijas (PARTE 2)
En colaboración con “mamarama” compartimos una entrevista realizada al Dr. Manuel Hernández, respecto a la paternidad.
Les compartimos la segunda parte de la entrevista al Dr. Manuel Hernández, en colaboración con “Mamarama”: “Papá también cría y educa a sus hijos e hijas”
Su acompañamiento en las diferentes etapas de vida de sus hijos e hijas
En México hay alrededor de 21 millones de hombres que son padres, de acuerdo con los datos más recientes del INEGI. ¿Todos participan activamente en la crianza y cuidados de sus hijas e hijos? Definitivamente, no.
En el ideal de una crianza en el que la figura paterna
también es protagonista. El Dr. Manuel Hernández sugiere cómo podría ser la participación del hombre en las diferentes etapas de la vida de sus hijos e hijas:
En el embarazo: Asistir a todas las consultas médicas, informarse de las cosas que van a ir pasando durante este proceso, pensar con la mamá el nombre de su futuro hijo o hija, estar ahí para darle soporte y acompañamiento emocional como una forma de vivir y compartir juntos el embarazo.
“En esta etapa se vive algo llamado ‘ambivalencia preconceptiva’, la cual hace referencia a sentimientos, emociones y pensamientos que surgen en torno al proceso de convertirse en padres, es decir, por un lado puede haber ilusión, felicidad, ganas de tener en brazos al bebé e imaginar las cosas que podrían
hacer juntos; pero, por otro lado, se experimenta miedo, angustia, duda respecto a si será un buen padre, si podrá con la responsabilidad, entre otras cosas. Compartir todos estos sentimientos es algo que les puede ayudar mucho a fortalecer el vínculo como pareja parental”, agrega el experto.
Primeros meses y años de vida: Poner límites –tarea que no es exclusiva de papá, sino también de mamá– y ser sostén emocional. Esto implica aprender a identificar las sensaciones y necesidades que tiene su hijo para brindarle la cobertura de esas necesidades, con ternura, para que el pequeño reciba el alivio y la contención emocional que necesita para recuperar la calma.
Primera infancia: Enseñar modales y códigos de conducta, así como la gestión de emociones. En este periodo, enfatiza el experto Manuel Hernández, una de las cosas más importantes es ayudar a los hijos a construir una autoestima sólida: “Pensemos que en este momento de sus vida los niños aprenden a respetar las reglas de un juego, a tolerar y a perder. La forma en la que se le enseñe a adaptarse y manejar este tipo de situaciones será clave para que desarrolle confianza en sí mismo”.
El reto más grande en la educación de un hijo es saber cuándo hay que guiar, cuándo acompañar y cuándo soltar.
Etapa escolar: En la infancia, el pensamiento de un niño es concreto y funcional, lo que significa que todo lo que los adultos le enseñan, lo toman como ‘ley de vida’. Partiendo de esto, “la meta en estas edades es asegurarnos de que obtengan los mejores aprendizajes posibles”.
En la adolescencia: Hay que ser tolerantes y pacientes con los chicos y chicas, así como entender que “este proceso implica que cuestione, rete, sea crítico y tenga ‘un sentido justiciero’, porque de ahí va a definir quién quiere ser y hacia dónde va a dirigir su vida”. Ser figuras de autoridad que contengan y encaucen, en lugar de ser autoritarios e impositivos facilitará este proceso.
COLABORACIÓN CON MAMARAMA, NONATZIN MARTÍNEZ
DR. MANUEL HERNÁNDEZ
“EL RETO MÁS GRANDE EN LA EDUCACIÓN DE UN HIJO ES SABER CUÁNDO HAY QUE GUIAR, CUÁNDO ACOMPAÑAR Y CUÁNDO SOLTAR.”
NIÑOS CON BABEO O PROBLEMAS DE HABLA, ¿POR QUÉ LA EQUINOTERAPIA?
El bajo tono muscular o hipotonía significa disminución del tono muscular. El tono muscular es la energía potencial de un músculo. Incluso cuando están relajados, los músculos presentan una ligera contracción que limita su elasticidad y ofrece cierta resistencia al movimiento pasivo. Así, el tono muscular está íntimamente relacionado con la movilidad voluntaria y la postura.
Existen diferentes factores que condicionan el tono muscular de los niños como la edad y el ejercicio que realizaron desde recién nacidos. Estos pueden ser:
Hipotonía: se refiere a bajo tono muscular que se refiere a que el menor es “mas blandito”. Tiene mayor elasticidad que el resto de sus pares por lo que se aprecie flacidez y movimiento amplio en las articulaciones.
Hipertonía: en un exceso de tono muscular que produce que las articulaciones del menor estén fijas por más tiempo y si se intentan mover se nota resistencia.
Es por eso que para niño con bajo tono muscular o hipotonía es ampliamente recomendable la equinoterapia porque el movimiento del caballo genera que l@s niñ@s vayan fortaleciendo sus músculos y ayuda a regular el tono muscular a través de un impulso más fuerte como lo es el trote o galope en el caballo, además de todos los ejercicios neuromotores que se realizan arriba del equino.
Por todo lo anterior, además de abordar problemas de tono muscular directamente en las articulaciones de l@s niñ@s, podemos abordar otros dos:
1. Problemas en el habla de los niños, que actualmente se conocen como problemas de articulación o coloquialmente nombrados como problemas de lenguaje.
2. Problemas de babeo excesivo en niñ@s.
Lo anterior puede ser adecuadamente abordado con los menores que prestan estos
signos y síntomas debido a que la base de estos dos problemas es muscular a nivel de la cavidad oral.
En el caso de los problemas del habla, la mayoría de las veces los menores presentan falta de fuerza, asimetría en la mandíbula, falta de movilidad en su lengua, asi que trabajando desde la parte motriz global, se va a trabajando la motricidad más fina, que es la que tenemos en la boca. Y a la larga, además de ejercicios específicos orofaciales, el montar ayuda a regular de manera más rápida y puntual los músculos orales.
En el caso del babeo, la mayoría de las veces se debe a que falta fuerza en diversas estructuras como lo es los labios para cerrarlos adecuadamente, en la lengua para retraerla y pasar la saliva, en las mejilla para succionar. Asi que de igual manera, trabajando la motricidad gruesa, se trabaja de manera indirecta la motricidad fina.
ALINE MONTIEL aline.montiel@gmail.com
Maestros que dejan huella
“U
no recuerda con aprecio a sus maestros brillantes, pero con gratitud a aquellos que tocaron nuestros sentimientos.” Carl Jung
La labor docente se dice que es una tarea fácil, que no se tiene que tener mucha experiencia para llevarla a cabo, inclusive es una profesión que tiende a ser denigrada por múltiples estereotipos que desafortunadamente hoy en día se mantienen vigentes; sin embargo, hasta que uno no está involucrado en el ámbito de la educación y tienes el placer de estar frente a tus alumnos, sabes del gran reto que es tener en tus manos la educación no solo académica sino emocional de cada uno de ellos.
A pesar de los estereotipos que se tienen en torno al rol del maestro, cada vez se observan más docentes con un mayor profesionalismo y compromiso en su labor día a día en el aula. Lo cual impacta de manera directa en el desempeño académico y personal de los alumnos, ayudándolos a enfrentarse a situaciones de vida con conocimientos y valores. Ahora bien, la pregunta que nos hacemos es ¿Qué características tienen los maestros que dejan huella en sus alumnos y que son recordados con el transcurso de los años?
Para poder mencionar dichas características, me puse a pensar como docente en aquellos aspectos que considero me caracterizan y sobre todo en la percepción que tienen mis alumnos de los maestros que a lo largo de los años aun los recuerdan con cariño y amor. La primero y desde mi punto de vista más importante es el amor a los estudiantes, el amor es el motor de toda motivación para hacer las cosas, el cual va acompañado de un espíritu de servicio que te lleva no solo a pararte frente a un grupo y transmitirles tus conocimientos en la materia sino en ver a cada uno de tus alumnos como un ser independiente, visualizándolo muchas veces como un hijo o hija, a quien buscas guiarlos por el mejor camino y sobre todo que más allá que te preocupe su desarrollo académico, tu principal objetivo es verlos felices.
De la mano del amor hacia tus alumnos, viene la pasión por la labor docente, cuando observamos a un maestro que se ve que le gusta enseñar, lo podemos notar en el empeño y dedicación que le
“EL AMOR ES EL MOTOR DE TODA MOTIVACIÓN
PARA HACER LAS COSAS...”
pone a sus clases. En la satisfacción que le genera poder transmitir sus conocimientos a los demás, logrando que el otro se interese en ellos pero sobre todo en el hecho que a pesar de las adversidades por las cuales puede pasar a lo largo de su labor docente, nunca se da por vencido hasta alcanzar las metas que plantea junto con sus alumnos.
Otra característica muy importante es la paciencia, como dicen, el ser paciente es un don y concuerdo al mil con esta frase. La paciencia implica saber esperar, escuchar, mantener siempre una línea de respeto entre alumno y profesor; estar disponible cuando tus alumnos necesitan que los ayuden. Es importante que el alumno perciba que a pesar del trabajo que conlleva planear una clase, tenemos el tiempo para detenernos a escucharlos y buscar una solución a sus problemas.
De la mano de la paciencia está el no darse por vencido, es decir, la tenacidad. Lo cual implica no conformarse con cualquier cosa, siempre buscar generar en los alumnos la perseverancia para seguir trabajando en alcanzar sus metas, sin importar el esfuerzo que tengan que hacer para alcanzarlas. En
la medida que el alumno percibe que el maestro siempre está dando de sí para lograr sus objetivos como docente, lo inspira para que él también luche por sus propias metas y busque en el maestro la escucha y el apoyo para llevarlas a cabo.
Por último, estaría la responsabilidad. Un valor que desde mi punto de vista se gesta en casa a través de las figuras parentales. El maestro en su labor diaria, debe transmitir a sus alumnos el valor de la responsabilidad y no hay mejor manera que predicando con el ejemplo. El maestro se prepara, lee, estudia y se actualiza para enseñar y mejorar su docencia; lo más importante es que cuando en verdad ama su trabajo en el aula, no se le diiculta hacer cada una de estas actividades, al contrario, las disfruta y pone todo su empeño en llevarlas a cabo, por lo cual termina por transmitirle dicha sensación de satisfacción a sus alumnos.
Mencionar qué caracteriza a un maestro
que deja huella, no es una tarea sencilla; los que previamente menciono son los que considero que sobresalen más que otros; sin embargo, hay muchos factores que impactan en que esto se lleve a cabo.
Creo que hay un aspecto que tambièn interviene en la percecpión que el alumno crea de su maestro y es su personalidad. Algo innato e irrepetible que le va a dar el toque final a la manera en la que el docente lleva a cabo su labor, esas características tan particulares que logran que los alumnos conecten con él y se forme un vínculo tan estrecho y significativo para ambas partes.
MTRA.
MARISOL ARIANA AGUILAR ROSALES
Primer día de clases: El Reencuentro.
¿Hace cuánto tiempo que no nos vemos?
¡Qué gusto verte! ¡Nuevo ciclo, nuevos proyectos!
Después de las vacaciones de verano hay un ciclo escolar que se avecina. Nuevos compañeros de clase, nuevos profesores, nuevos útiles, amigos y un salón distinto. La emoción por tener un comienzo distinto lleno de aventuras. Seguro los libros “huelen a nuevo” y uno, como niño, se pregunta si verá de nuevo a sus amigos más cercanos o si estará con la profesora que tanto admiras.
Definitivamente vienen todas esas preguntas y temas a la cabeza. Los papás, por ejemplo, nos preguntamos cómo será el desarrollo de nuestros hijos al retomar el ciclo escolar. Es difícil no preguntarse cuánto crecerán o cuánto avanzarán. ¿Estarán contentos? Algo que tranquiliza mucho es saber que estarán acompañados de gente conocida. Algo que, definitivamente da paz, es saber que se reencontrarán con profesoras que los quieren y se preocupan. Los amigos también juegan un papel importante para adaptarse al nuevo reto.
En la mente, algunas veces, el “reencuentro” funciona como una especie de isla segura en medio del mar. Un reencuentro implica más que solo la alegría de ver a alguien que se extrañó. En la mente, después de haber pasado un tiempo en “distancia” se modifican diversas fantasías y creencias; inclusive sentimientos. Pues, en este espacio, se revive una etapa muy importante de la vida infantil en cuanto a la distancia óptima entre madre e hijo (la relación más importante para la mente humana). El ir y venir en las relaciones humanas puede causar emoción, pero también cierta angustia o un total desapego y desilusión. Todo depende de la historia personal y emocional. El tipo de apego individual se pone en juego y permitirá o no, un lindo reencuentro con personas queridas.
Te invito papá y mamá, a observar a tu pequeño en este periodo de vacaciones. Te invito también a alimentar los vínculos con sus compañeros o amigos más cercanos a pesar de la distancia física en el colegio. Este espacio de descanso también es un buen momento para enseñar a los pequeños a que las relaciones interpersonales se pueden alimentar a pesar de no estar físicamente disponibles. El esfuerzo por construir y mantener un vínculo de amistad es más que sólo estar presente en el mismo espacio.
“Solo se extraña lo que se ama o se quiere; lo que se construye entre dos”
PSIC. ANA GABRIELA LEÓN
Psicoterapeuta, orientadora y consultora en el ámbito escolar. algdc.psic@gmail.com
RUNNING: ¿FINES TERAPÉUTICOS?
En una época donde cada vez se difunden más los múltiples beneficios de realizar actividad física como la mejora en el estado de ánimo, una mayor vitalidad cotidiana, mejora en la calidad de sueño y mayor sentido de autoconfianza, resulta necesario cuestionarnos los fines terapéuticos que se le atribuye a un deporte como el running.
Es interesante pensar la manera en que cada uno se relaciona con dicha actividad poniendo de manifiesto cuestiones psíquicas en las que se revelan tanto aspectos positivos, como otros que pueden tornarse difíciles de manejar si se utiliza este deporte, así como sucede con alguna otra actividad, como único recurso para hacer frente a situaciones personales y emocionales, pero ¿cómo es que algo que resulta benéfico puede tornarse adictivo o potencialmente dañino?
Aun cuando en la actualidad exista una gran
cantidad de grupos y clubes de corredores que se reúnen para compartir kilómetros, correr es un deporte que se caracteriza por dos cosas: es una actividad que se realiza en solitario y requiere de una disposición psíquica para realizarlo y poner en marcha no solo al cuerpo, sino a la mente en el sentido de que al correr se plasma al propio psiquismo, pues se ven reflejados en los entrenamientos y carreras los ideales, las motivaciones y el sentido de competencia, de pertenencia, de confianza en sí mismo, entre otros.
La actividad física que una persona decida para poder cuidar de su salud física y mental es inicialmente elegida por razones positivas, sin embargo, puede tornarse negativa cuando encubre algunos malestares psíquicos y emocionales que la persona ha venido presentando por cierto tiempo y ante los cuales no ha encontrado otras formas
de hacerles frente. Las situaciones en las que se ve reflejado un malestar psíquico encubierto por esta actividad deportiva las podemos pensar en distintas esferas: en relación con el propio cuerpo, en relación con los pares/compañeros/amigos con quienes se comparte el deporte y en la relación con un entrenador o coach.
Cuando el deporte o actividad física como el running se utiliza como único sostén emocionalpsíquico para descargar mediante éste tensiones, ansiedades, rivalidades puestas en juego con otros pares y competencia mal sana, puede resultar tortuoso psíquica y físicamente, llevando a la persona a un desencuentro con su cuerpo al exponerlo no solo a lesiones físicas por no saber reconocer su propio límite, sino también emocionalmente al no lograr el rendimiento mental que cree que debería, pues bajo la premisa de que “la mente lo puede todo”, no se dibuja con claridad un freno que posibilite retornar a la actividad deportiva desde lo lúdico y placentero.
Actualmente se ha popularizado la idea de que los clubes de corredores son una excelente manera de conocer personas, socializar y hasta conocer a posibles parejas teniendo esta actividad en común. Si bien el running puede ser
una actividad individual, puede ser también tan colectiva y compartida como uno prefiera. Sin embargo, puede tornarse difícil para alguien no poder manejar de manera sana la competencia y pueden detonarse sentimientos de rivalidad y de poca estima personal, al no poder manejar el éxito y fracaso, si lo que se prevalece va más en sentido de una comparación constante con otros, que aleja a la persona de reconocer que cada uno posee necesidades y capacidades psíquicas y físicas distintas, que llevan a que el desempeño en el deporte sea diferente, aun cuando se comparta un mismo plan de entrenamiento para una meta en particular.
También es interesante pensar en la relación que se establece con un entrenador, pues éste puede fungir como un puente importante para la relación con otros. El entrenador puede permitirle a la persona integrar aspectos de su psique muy positivos, como la cooperación, el trabajo en equipo y puede fungir como ideal a alcanzar, dando
estructura y un marco seguro al entrenamiento individualizado, pero también puede potenciar en la persona aspectos negativos, como cuando en cualquier otra relación, sea laboral, con un jefe, o en una relación de pareja alguien cede toda su confianza en esa persona, sin cuestionar la forma en que se están eligiendo ciertos criterios que podrían estar llevando a la persona a alguna situación donde se esté exponiendo a un mal innecesario.
Con todo lo anterior, es fundamental pensar la forma en que cada uno se relaciona con el deporte o la actividad física que decida para su bienestar, teniendo presente que así como puede ser elegida desde las más benéficas intenciones, puede verse reflejado ahí alguna situación emocional que sea necesario atender de otra manera. Aunque en muchos sentidos, correr puede resultar terapéutico, también es cierto que puede fungir como distractor, como también puede pasar con otras actividades que funjan como escape de algo complejo de manejar emocionalmente.
Si la forma en que el deporte te permite vivir los éxitos y los fracasos, las ansiedades y las alegrías, la agresión y el compañerismo deriva en una experiencia gratificante podemos decir que el deporte ha proporcionado una salida psíquica segura y favorable. De lo contrario, será conveniente cuestionar si la actividad física es suficiente para poder hacer frente a los malestares emocionales o si es momento de pensar en tomar una psicoterapia para poder atender lo que no logra acomodarse en la pista o en un long run.
PSIC. MARÍA MACÍAS espaciopsyche@gmail.com
TEATRO DE LA SOMBRA
Al interior del Teatro de La Sombra se encuentra Alejandra sentada en primera fila, al lado de la columna que deslinda la mitad del auditorio. Su mirada pierde en la peculiar forma del escenario. En el proscenio observa una escalera direccionada al centro del teatro, la cual no recuerda haber visto durante los ensayos.
Le toma tiempo salir de su ensoñación, concluye que le dio demasiada importancia a una nimiedad y sacude su cabeza. Rápidamente llena su mente con otra orden de pensamientos: el juicio de su primer proyecto actuado en un teatro de gran repercusión. En esta ocasión la trama envuelve su propia vida y la emplea como sustrato para erguir su guión.
Alejandra proyecta en su rostro una sutil sonrisa en el momento que el telón se abre, sus manos temblorosas se unen a la marea de ovación que inunda la sala. El elenco camina por detrás del telón y el narrador presenta a los distintos personajes, aunque todos comparten el nombre de su autora, cada uno posee una vestimenta única que empata con su respectivo antifaz.
Las escenas y actos avanzan a la par del tiempo, el orgullo y la emoción invade el rostro de la autora, quien desde una perspectiva ajena presencia la narración de su vida siendo contemplada ante la multitud. La actriz que interpreta a la faceta estudiantil de Alejandra domina el escenario con una
actuación tan elevada que por instantes, la autora sentía que observaba un vistoso espejo. El público embelesado por la obra contrasta con el profuso sentimiento de incomprensión que irrumpe en Alejandra en ese momento.
Una persona de atuendo sombrío ajena a la obra se asoma por detrás del telón y vaga hasta llegar al frente de la estudiante, la desconocida aprieta las manos y embiste a la actriz, ambas caen hacia el centro del escenario, posicionándose frente a la escalera. El antifaz de la desconocida se desprende de su rostro aunque su identidad se resguarda tras la capucha de su abrigo. El cuerpo de la joven intenta ponerse de pie, aunque su fuerza no es suficiente para apartar a su agresora. La atacante carga sus puños y descarga una ráfaga de ira con sus nudillos en la vetusta madera del escenario.
Alejandra irrumpe en la escena a través de las escalera del proscenio y toma del hombro a la intrusa, quien la enfrenta con lágrimas en sus mejillas. “Esta obra no nos representa, Alejandra; solo tú puedes actuar tu vida y lo haces fuera o dentro de este teatro, me incluyas en el guión o no, aunque me intentes ocultar de ti y del público sigo aquí y ellos también” señala la mujer hacia la audiencia, todos proyectando una sombra debido a las farolas de la tramoya.