Hacia el hoy- 12 de diciembre de 2019

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Hacia el hoy 12 de diciembre de 2019


12 de diciembre de 2019

12 de diciembre de 2019 Hacia el hoy

Junta Editora: Alexandra Pagán Vélez { Directora Anto Gamunev Sonia Cabanillas Martín Cruz Santos María José Moreno Caros A. García Rodríguez Juan C. Quiñones Santiago Hugo Viera { Consultor, lector externo

Junta Asesora: Roxanna D. Domenech { Presidenta Sugelenia Cotto

Portada y contraportada: Ernesto Robles (ernestorobles.com) 2


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índice Retro actual Carlos Ortiz Burgos 5 La construcción de una identidad criolla en Infortunios de Alonso Ramírez de Don Carlos de Sigüenza y Góngora (1645-1700) Daniel Torres 13 Dicen que los dormidos o la pérdida irremediable:

pequeña cuasi reseña para compar-

tir un texto

Limary Ruiz-Aponte 23 Manuel Martínez Maldonado: BREVE ES EL AMOR Mercedes López-Baralt 26 Se venden islas Laurie Garriga 34 El cuerpo como concepto limitante Edjangadivendu Jones Ndjoli 37 Imágenes de Argentina Ernesto Robles 48 Zugzwang Eïrïc Rïchter Durändal Stormcrow 56

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Nueva fecha de en trega

Convocatoria: La educación superior revisitada Dedicaremos una edición impresa a reflexionar sobre la educación superior en contexto con Puerto Rico, otros países del mundo; y por supuesto, con las Ciencias Sociales, Humanidades y Comunicaciones. Además, atenderemos la historia de las mujeres en la educación superior. Convocamos a toda nuestra comunidad lectora y colaboradores a que exploren temas sobre la educación superior desde distintas disciplinas. Estos temas sirven de guía, pero también aceptaremos textos o piezas creativas afines: Política y sociedad: acercamientos sociopolíticos a la educación postsecundaria en Puerto Rico y el mundo la educación superior en la economía las prácticas sociales, político-económicas que fomenta la academia feminismos y educación superior las humanidades y su rol en la educación superior la tecnología como herramienta las respuestas del Estado hacia los proyectos universitarios y postsecundarios del país perspectivas históricas en el desarrollo de la educación superior acción social de las instituciones postsecundarias en los contextos sociales y políticos en Puerto Rico y el mundo • historia de las mujeres en la educación • • • • • • • • •

Arte: expresiones escritas y piezas plásticas que partan o se instalen en el eje temático en cuestión • rol de la educación postsecundaria en el desarrollo de las artes • problemáticas entre la academia y las diversas artes • foto-ensayos o documentación relativos •

Letras: • •

literatura y la academia recopilación de crónicas, microhistorias y testimonios que partan o se instalen en el eje temático en cuestión

Cine: •

reseñas de películas alusivas

El plazo para someter las colaboraciones es hasta el 16 de enero de 2020. Invitamos a todxs lxs interesadxs en participar en esta convocatoria a enviarnos sus manuscritos y piezas.


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Retro actual Carlos Ortiz Burgos “Todos los niños son artistas, lo difícil es seguir siendo artistas cuando crecemos.” -Pablo Diego José Francisco de Paula Nepomuceno María de los Remedios Cipriano de la Santísima Trinidad Ruiz y Picasso

Mundo en proceso, 2009

El arte secuencial, a pesar de gozar de un gran público y de haber sido traído al campo de las artes plásticas por grandes artistas como Andy Warhol y Roy Lichtenstein, aún hoy es despachado por muchos como mera ilustración sin carácter artístico propio o, en el mejor de los casos, como un arte menor. Sin embargo, la fuerza del dibujo que caracteriza este género continúa

teniendo ecos en las galerías de arte de todo el mundo, y la plástica puertorriqueña no es la excepción. La artista Margosa Rodríguez aprovecha esta relación dual para hacer eco de su propia propuesta de carácter socio/cultural, presentada en su más reciente exhibición en la Sala FAR, de la Fundación Ángel Ramos.

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Entertainment Nation, 2006

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Sin duda alguna, el boom de las películas de superhéroes que romper record de taquillas en los cines a nivel mundial tiene su génesis en la nostalgia de las generaciones que crecieron leyendo historietas (“comic books”) y novelas gráficas en la segunda mitad del siglo pasado. Quienes en su niñez leían estas historias fantásticas hoy día son los profesionales que dirigen muchos aspectos de nuestra sociedad actual, lo cual explica por qué se le han dado giros tan serios y hasta filosóficos a estos personajes; ya no se tratan de productos para niños. Al haber crecido con estos híbridos entre literatura y artes visuales, Margosa Rodríguez conoce bien

el funcionamiento de su lenguaje gráfico; los conoce suficientemente bien como para deconstruirlo, reconfigurarlo y cargarlo de un sentido tan fuerte que nadie pueda dudar de su carácter artístico. Tanto por el formato, más bien pequeño, como por las imágenes coloridas y sus composiciones barrocas, a primera vista las pinturas de Rodríguez pueden llegar a parecer decorativas y sin mucho sentido. Están repletas de dibujos caricaturescos, las palabras abundan y aunque no establecen diálogos entre personajes, plantean una conversación con el espectador. Una segunda mirada de inmediato descarta 6


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Mind of God, Mind of Man, 2006

esta aparente frivolidad al identificarse un aire inquietante en la exhibición; algo inexacto sucede en cada pintura. Algo que nos compele a seguir mirando porque nos sentimos identificados en mayor o menor medida: ese cuento que de niños creamos sobre quienes debíamos ser hoy. Esta seudo-narrativa basada en el colapso del tiempo para hacer de pasado y presente una sola cosa, unifica las obras de la muestra titulada Retro, aunque cada una trata un tema individual.

época, en particular el “hard edge”, para luego dedicarse al paisajismo y otras formas de pintura, hasta llegar a su estilo actual que se inclina más hacia el simbolismo. Estilo en el que aprovecha elementos de distintas escuelas y movimientos pictóricos solapando unos con otros de acuerdo con la exploración que se encuentre realizando en el momento. En este caso reúne principios del arte pop, la caricatura, el comic y el paisajismo, en obras de varios años que contemplan temas e intenciones similares, que además nos permite tener un atisbo de su trayectoria. Es importante señalar que la vida de Rodríguez transcurre entre dos localidades: Puerto Rico y Maine,

La artista nos explica que, habiendo estudiado en los años 60, trabajó con las tendencias abstractas que imperaban en la 7


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La ley del garrote, 2013 8


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entornos sumamente distintos entre si que la imbuyen en una dualidad cultural de la cual se nutre su práctica artística. Así, el contraste entre estilos pictóricos en sus composiciones fluye con la naturalidad de la hipérbole en el realismo mágico literario. Según la artista, sus pinturas son meditaciones personales abiertas a la percepción individual de cada espectador. Sin embargo, las metáforas visuales que crea en obras como Entertaiment Nation (2006), son de un claro timbre social/ político. En este acrílico sobre tabla, la artista hace referencia a las películas 3D de Disney, aunque las cuatro viñetas de las esquinas en las que aparecen relámpagos, una palma y una osamenta de toro sugieren una relación extraña con el trópico. Esto, en conjunto con el título de la pieza, nos lleva a considerar la relación turística que tienen muchas familias puertorriqueñas con Disney World, es decir, conciben los Estados Unidos como destino de entretenimiento o escape, en el caso de quienes emigran, un tema que nos toca fuertemente en la actualidad. La doble localidad de la artista es un asunto recurrente en las piezas de la muestra, así que podemos contrastarle con artistas puertorriqueños radicados en Estados Unidos permanentemente y también con los que viven y trabajan en Puerto Rico. A pesar de tratar temas similares y de utilizar recursos análogos, la obra de Rodríguez es muy distinta a la de Miguel Luciano, por ejemplo. La sátira y las referencias directas que Luciano emplea en su obra Pelea de Gallos (2002), no se hallarán a flor de piel en las pinturas de Rodríguez. En Pelea de Gallos (2002), Luciano crea una escena evidente: el Pollo Picú (representando a Puerto Rico) le ha caído a tiros al Gallo de Kellogs (representando a los Estados Unidos) y en el resto de los elementos de la composición son redundancias del mismo mensaje. Por otro lado, en Entertainment Nation, Rodríguez, narra una tormentosa 9


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relación entre estos dos países, mediante escenas individuales. Aunque la secuencia es imprecisa, intercambiable, y no tan evidentes como en la obra de Luciano, la pieza de Rodríguez es igualmente política. Curiosamente, hay palabras escritas pero las burbujas de texto se cortan, haciendo imposible comprender la comunicación entre las partes; como los muchos nombres de Pablo Picasso, los textos en las obras de Rodríguez proporcionan un contexto, aunque parezcan absurdos.

creándoles sombras de plástico, muy largas, a figurillas de superhéroes reconocidos. De este modo, se hace evidente que la figura detrás de la sombra es, en realidad, minúscula y para nada extraordinaria. De modo contrario, Rodríguez utiliza uno de los fantásticos super-poderes de Súper Ratón, la capacidad de retrocede en el tiempo, para tratar un asunto histórico que sigue afectando a Puerto Rico: el colonialismo.

En una pintura más reciente, La ley del garrote (2013), Margosa Rodríguez aborda las relaciones de poder nuevamente recurriendo a imágenes reconocibles que apelan a un pasado cercano. En la pintura, un pequeño ratón ha dejado su vulnerabilidad para convertirse en el personaje de caricaturas animadas Súper Ratón, quien en pleno vuelo sostiene una cadena suelta, símbolo de libertad. Detrás de él un barco antiguo le da a la pintura una cronología que llega hasta nuestros días con la aparición de un misil surcando una oscuridad onírica. En esta ocasión, a pesar de ser un tema tan denso, la artista decide incluir una nota cómica al incluir un pequeño extraterrestre ahogándose en el mar, a la izquierda del cuadro, que grita “linearity sucks, try intuition”. Entretanto una pluma roja, encendida en fuego, divide la composición por la mitad, diagonalmente, lo cual podría sugerir la falta de continuidad de la palabra escrita en sus obras, que les quita el significado a los significantes. Lo cierto es que esta sentencia explica las composiciones de la artista, las cuales — sin abandonar la narrativa— tampoco son lineales.

Con todo, al pasearnos por la Sala FAR y detenernos a contemplar cada pieza, en algún lugar de nuestra mente comienza a sonar la canción Los Superhéroes (1996), de Fiel a la Vega e incluso tarareamos uno de los versos finales “…y superhéroe que venga... lo vamo’ a esfumar… porque aquí en Puerto Rico… te vamo’… te vamo’ a tumbar.” De este modo concretamos la lectura socio/política de la muestra tomando en cuenta la experiencia de vida de la artista. Aunque hoy día las nuevas generaciones tenemos por común y corriente el ser ‘fans’ de superhéroes a través de franquicias cinematográficas, series animadas, comics, mangas y animé, al punto de hacer ‘cosplay’ en el Comic Con de cada año, esta no era la situación de las generaciones de Margosa Rodríguez y los otros artistas con quienes hemos comparado su obra. Rodríguez representa esa relación compleja de los puertorriqueños con la necesidad de emigrar, siendo consientes de la situación política desigual entre nuestra Isla y la metrópolis. Y al hacerlo mediante obras no secuenciales, captura esos fragmentos de memorias, eventos y situaciones sentimentales que tenemos que confrontar de algún modo, a veces a través de la risa o del llanto.

En un contrapunto, otro artista que ha incorporado superhéroes a su obra en los últimos años, es Melquiades Rosario Sastre, escultor con base en la Isla. En una serie de esculturas de pequeño formato, Rosario Sastre desdobla la metáfora de la larga sombra de los héroes haciéndola literal:

Con una trayectoria tan larga como la de Margosa Rodríguez, con sus dos talleres en Puerto Rico y Maine, y su sentir multicultural, le entusiasma mucho y considera que es un logro grande poder exhibir en su país de origen. Abordando temas que interpelan al espectador sin la condescendencia de 10


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Where are we 2017

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con el desarrollo que ha experimentado la sociedad puertorriqueña, desde la mirada de una Isleña que ha tomado distancia para observar su pueblo y realizar una radiografía pictórica de lo que en buen puertorriqueño llamamos el “big picture”.

Subiendo escaleras, 1984

pretender explicarle lo que debe entender, la artista nos invita a traer nuestro bagaje visual y experiencias personales para relacionarnos con sus piezas. Aunque cada pintura toque un tema individual abierto a la interpretación, como proyecto curatorial de la Dra. Irene Esteves, Retro nos confronta

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La construcción de una identidad criolla en Infortunios

de Alonso Ramírez de Don Carlos de Sigüenza y Góngora (1645-1700) Daniel Torres

Publicada en 1690, esta obra cuenta el viaje de un puertorriqueño desde la isla caribeña hasta la tierra firme de la Nueva España buscando mejores condiciones de vida. En palabras del protagonista: “determiné hurtarle el cuerpo a mi misma patria para buscar en las ajenas más conveniencia” (96). Este sujeto colonial se exilia y se lanza a la aventura de recorrer distintas partes de Asia como comerciante. Luego de ser cautivo de piratas, naufragar en las costas de Yucatán y viajar por tierra hasta la capital virreinal, le cuenta su relato al letrado criollo Don Carlos de Sigüenza y Góngora. En la dedicatoria “Al Excelentísimo Señor Don Gaspar de Sandoval... Virrey, Gobernador y Capitán General de la Nueva España” (89), le comenta lo siguiente: “Cerró Alonso Ramírez en México el círculo de trabajos, con que apresado de ingleses piratas en Filipinas, varando en las costas de Yucatán en esta América dio vuelta al mundo...” (89). Este “círculo de trabajos” ha sido catalogado como novela picaresca, relación, crónica, autobiografía o hasta se ha dicho que es un texto responsable de inaugurar la escritura testimonial en Hispanoamérica, como ha sugerido Kimberle S. López (253). Con respecto a 13


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estas clasificaciones, Katheleen Ann Ross hace una contextualización con toda la obra histórica del cronista:

Oriental planeta evangélico insistía que “no hay que mendigarle a Grecia perfecciones” y en las Glorias de Querétaro que tampoco “hay que solicitar las perfecciones de Europa” (29). Este proyecto cultural es lo que Ramón Iglesia (131) y Josefina Muriel (67) han llamado una “mexicanidad” o lo que ha sido designado “un deliberado proyecto colectivo de formación de la conciencia criolla mexicana” por Antonio Lorente Medina (201) o un acto de “fabricating identity in Spanish America” por Anthony Pagden (55). Anne Moore se ha referido a la importancia del término “patria”, para nuestro autor en cuestión, como una metáfora estructurante en toda su obra: “the term ‘patria’ appears with such obsessive frequency. Not simply a figure or trope of affect for his birthplace, it was the structuring metaphor for his project as a whole” (27).

Infortunios, al igual que todos los escritos de Sigüenza, también invoca la particular visión histórica de la elite criolla de finales del siglo XVII, una visión por cierto multidimensional. La representación del presente criollo, contempla siempre hacia el pasado, con el deseo de recuperarlo. Y reclamar el pasado significa para Sigüenza y Góngora, reescribirlo, tal y como [se ve] en el diálogo entablado por Infortunios de Alonso Ramírez con las vidas y las crónicas. (595) Se presenta al marginado exiliado identificándose con la óptica del criollo del siglo XVII mexicano en el contexto de las otras vidas y crónicas escritas por nuestro autor, presentando así de primera mano, en Infortunios, la situación del náufrago y cautivo Alonso Ramírez.

La tarea de Sigüenza y Góngora es, pues, la de redactor y representante del personaje que le ha hurtado el cuerpo a su patria: “ahora que en relación más difusa se los presento a los ojos” (89) del Virrey, quien es el primer destinatario del relato, de manera que pueda concederle los dones pertinentes a Alonso Ramírez para restituir su justo lugar en el mundo colonial en que le tocó vivir. Este memorial de desagravios, a su vez, le permitirá al sabio criollo mostrar “la hidrografía y geografía del mundo” a través de la descripción de una “peregrinación lastimosa” (90). De modo que los Infortunios del personaje central son un medio para que el letrado criollo barroco pueda mostrar sus conocimientos cartográficos, matemáticos y geográficos siendo el conocimiento científico uno de los propósitos principales en las obras de nuestro sabio autor. Piénsese en su testamento, donde se dice que dona su cuerpo a los médicos para que se le practique una autopsia y se sepa la causa real de su muerte y beneficiar así a otros enfermos que padecieran los mismos cálculos renales que él padeció. Esto no quita que se apiade

En este ensayo se exploran los alcances poscolonial es de la construcción de una identidad criolla para reflexionar acerca de la constitución de esa “patria criolla” a la que se refiere David Brading (12). En este sentido, podemos hacer una lectura del corpus sigüencista tomando en cuenta su condición subalterna de criollo letrado, definiéndola según los postulados de Ranajit Guha: “the word subaltern [is] a name of the general attribute of subordination… whether this is expressed in terms of class, caste, age, gender and office or in any other way” (35). John Beverly amplía: “the subaltern is an identity constructed precisely in difference, rather than an ontological destiny” (47). En el caso específico de Sigüenza, podemos identificarlo como un intelectual de la colonia española en territorio mexicano, quien además en su 14


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de ingleses piratas que lo apresaron en las Islas Filipinas como navegando por sí solo, y sin derrota, hasta varar en la costa de Yucatán: Consiguiendo por este medio dar vuelta al Mundo descríbelos D. Carlos de Sigüenza y Góngora...” (87). Para rematar esta idea de que la palabra escrita es del Catedrático y no de Alonso, el censor explica: “lo que traía sobreescrito de estudiosa tarea” (91). Y con este acertado comentario declara que se trata de un palimpsesto o sobreescritura superpuesta de discursos entrelazados: la voz del náufrago que nos cuenta su relato a través de la “estudiosa tarea”, por un lado, y por el otro, una voz superpuesta por el erudito, quien construye e interpreta los alcances de una identidad criolla. Como comenta el mismo Ayerra en su “Aprobación”: “Bastóle tener cuerpo la materia, para que la excediese con su lima la obra” (92). Ese acto de limar o pulir la historia es tambien el acto deliberado de la construcción de una identidad criolla a finales del siglo XVII en la Colonia; en una relación especular entre letrado y náufrago. Sobre todo, en el momento final de la narración cuando se encuentran narrador y personaje a la manera de La lozana andaluza de Francisco Delicado o Niebla de Miguel de Unamuno:

de los “trabajos” de Alonso y que por medio de su tratado construya una identidad del sujeto criollo exiliado y desvalido como una denuncia velada ante la incapacidad de la corona española de proteger los límites de su imperio de ultramar de los ataques frecuentes de piratas. O como ha dicho Beatriz González: “el texto representa en términos ficcionales la imagen de un poder imperial que ya no se sostiene” (40). En la aprobación del licenciado Don Francisco de Ayerra y Santa María (quien fuera “el primer poeta puertorriqueño de nombre conocido” (48) según Josefina Rivera de Álvarez) encontramos la censura de esta crónica, y su respectiva aprobación, declarando que Alonso Ramírez era “mi compatriota” (91). Ayerra y Santa María hace hincapié en que la obra está “descrita por Don Carlos de Sigüenza y Góngora, Cosmógrafo del Rey nuestro Señor y su Catedrático de Matemáticas en la Real Universidad” (91). Así reza la página titular de esta relación barroca: Infortunios que Alonso Ramírez natural de la ciudad de San Juan de Puerto Rico padeció, así en poder

El viernes siguiente besé la mano a su Excelencia... Mandóme... fuese a visitar a D. Carlos de Sigüenza y Góngora... Compadecido de mis trabajos, no solo formó esta relación en que se contienen, sino que me consiguió con la intercesión y súplicas que en mi presencia hizo al Excelentísimo Sr. Virrey, decreto para que D. Sebastián 15


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de Guzmán y Córdoba... proveedor de las Cajas Reales me socorriese, como se hizo. Otro para que se me entretenga en la Real Armada de Barlovento hasta acomodarme... (148-49)

de la obra y ubicarla así en los límites del momento crucial de la emergencia de una conciencia criolla a finales del siglo XVII. Antonio Lorente Medina liquida el asunto de si existió o no el protagonista, de la siguiente manera: ...resulta imposible negar que Infortunios fuera redactado sobre unos hechos históricos, realmente acaecidos a Alonso Ramírez... no es creíble que don Carlos comprometiera en una relación ficticia a tantas personas reales y de tan dispar relevancia social. (176)

El narrador se encarga no solo de darle forma al relato, sino también de socorrer a su personaje e influenciar al Virrey de la Nueva España para que “acomode” a Alonso Ramírez, sujeto empírico, y eventualmente se le concedan varios dones que le permitan mejorar su situación en calidad de oficial de la Real Armada de Barlovento. La crítica se ha ocupado mucho más de esta obra que de ninguna otra del autor y en los últimos años se ha movido más allá del hecho de probar si se trata o no de la primera novela picaresca escrita en “esta América” (89); para ver las especificidades literarias

Asegura además que: Infortunios continúa la pauta de las autobiografías de la época, Alonso (y/o Sigüenza) elige los rasgos que, piensa, 16


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favorecen su caracterización como católico y como leal vasallo, con el fin de ‘solicitar lástimas’ en el lector y mover el corazón del piadoso virrey. (180)

to take a step beyond Lascasian legacy by attempting to endow the Creole subject with an image of universal validity that would outshine the prevalent notion of the Creole as inept and inferior to the European. (131)

Carmen de Mora ha dicho que: “Infortunios… es una muestra más del patriotismo que venía manifestando [Sigüenza] en todos sus escritos” (332). Y no debemos olvidar que el primer mapa general de lo que hoy es México fue elaborado por Don Carlos y “copiado por los cosmógrafos europeos de [su] siglo” (22), como apunta Miguel A. Sánchez Lamego. Por su parte, José F. Buscaglia Salgado se ha referido a la ideología sigüencista, más allá del legado lascasiano:

Buscaglia Salgado ha editado tal vez la mejor edición crítica contemporánea de Infortunios, hasta el momento, publicada por el Consejo Superior de Investigaciones Científicas en Madrid. En ella, el crítico boricua no solo fija el texto, sino también prueba la historicidad del personaje Alonso Ramírez y finiquita la discusión de si es una novela picaresca o no. En todas estas citas críticas podemos tomarle el pulso a la condición poscolonial

...the first American ideologue 18


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de Infortunios de Alonso Ramírez. Se trata del relato de un naufragio, de la descripción de los “infortunios”, como bien refiere el título, de un puertorriqueño desplazado del Caribe y forzado a trotar el mundo. En este viaje intenta lograr mejores opciones de vida hasta dar con la promesa de un puesto en la Real Armada de Barlovento. Esto como pago a las cuitas y pesares por mediación del cosmógrafo del rey, don Carlos de Sigüenza y Góngora, quien se vale, a su vez, de la riqueza de la historia para componer un pequeño tratado hidrográfico y geográfico de las distintas regiones por donde pasa Alonso Ramírez: desde la isla de San Juan Bautista de Puerto Rico a la Nueva España y desde las Islas Filipinas hasta las costas de Yucatán. Todo este espacio híbrido de la Colonia, atacada por piratas ingleses, es el espacio idóneo para la construcción de la identidad criolla de Alonso Ramírez, quien en todo momento se resiste a renunciar a su condición de súbdito católico de la Corona Española aun cuando los piratas le piden que los acompañe en el resto de sus viajes:

estos “herejes piratas” le hacen desnudarse y, en ese mundo de machos de mar, pavonear su masculinidad en una escena de bondage y sadomasoquismo que raya en lo pornográfico, donde el protagonista padece “la vergüenza y el dolor”: Era para nosotros el día del lunes el más temido, porque haciendo un círculo de bejuco en torno de la mesana [el mástil], y amarrándonos a él las manos siniestras, nos ponían en las derechas unos rebenques [látigos de cuero], y habiéndonos desnudado, nos obligaban con puñales y pistola a los pechos a que unos a otros nos azotásemos. Era igual la vergüenza y el dolor que en ello teníamos al regocijo y aplauso con que lo festejaban. (123) Ante el horror de estos “trabajos”, protagonista se refugia, en medio su cautiverio y suplicio, en la fe y en devoción a ultranza a la criolla Virgen Guadalupe:

Propusiéronme entonces como ya otras veces me lo habían dicho, el que jurase de acompañarlos siempre y me darían armas. Agradecíles la merced, y haciendo refleja a las obligaciones con que nací, respondí con afectada humildad el que más me acomodaba a servirlos a ellos que a pelear con otros, por ser grande el temor que les tenía a las balas, tratándome de español cobarde y gallina, y por eso indigno de estar en su compañía, que me honrara y valiera mucho, no me instaron más. (116)

el de su de

Creo que hubiera sido imposible mi libertad si continuamente no hubiera ocupado la memoria y afectos en María Santísima de Guadalupe de México, de quien siempre protesto viviré esclavo por lo que le debo. He traído siempre conmigo un retrato suyo y temiendo no le profanaran los herejes piratas cuando me apresaron, supuesto que entonces quitándonos los rosarios de los cuellos y reprendiéndonos como a impíos y supersticiosos, los arrojaron al mar, como mejor pude se lo quité a la vista y la vez primera que subí al tope lo escondí allí. (121)

Alonso se resiste a sucumbir ante los piratas ingleses hasta en los momentos de una alta tensión homoerótica, cuando 19


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para agradecérselo, beneficio tanto. Bien sabéis, Madre y Señora mía amantísima, el que así pasó. (134-135) Acabando la súplica y oración, cae “un aguacero tan copioso” que les da “provisión bastante” de agua (135). El milagro guadalupano le permite al sujeto criollo volver sobre su identidad como vasallo católico del reino que no ha sido debidamente socorrido por las autoridades ante los embates de los piratas, en los que se encuentran los límites del reino de ultramar. La construcción de una identidad ciolla en Infortunios de Alonso Ramírez es afín con el proyecto sigüencista de declarar la condición del indiano que mira deícticamente hacia “esta América” (89) y ve la diferencia amerindia e híbrida que la compone. Un buen ejemplo de esto es la diversidad racial o “galería de castas” de “los que consiguieron” la libertad junto al protagonista en el capítulo cuarto de la relación:

Curiosa posición de mando y de dirección espiritual para un retrato de La Guadalupana subido a lo alto de un navío de piratas. Más adelante, al llegar a las costas de Yucatán y dar con “los yucatecos” (139) que dudan si serían a su vez Alonso y sus compañeros de naufragio también piratas, reaparece la imagen de la virgen morena como proveedora de aguas ante la sed de los “postrados” (134):

...Juan de Casas, español, natural de la Puebla de los Ángeles en la Nueva España, Juan Pinto y Marcos de la Cruz, indios pangasinán [de Filipinas] aquél, y éste pampango [de otra provincia de Filipinas], Francisco de la Cruz, y Antonio González, sangleyes [indios chinos]; Juan Díaz, malabar [de Malabar, región del Indostán], y Pedro, negro de Mozambique... (121)

A la noche del quinto día, postrados todos en tierra, y más con los afectos que con las voces, por sernos imposible el articularlas, le pedimos a la Santísima Virgen de Guadalupe el que, pues era fuente de aguas vivas para sus devotos, compadeciéndose de lo que ya casi agonizábamos con la muerte, nos socorriese como a hijos, protestando no apartar jamás de nuestra memoria,

También en su poema Primavera indiana, Don Carlos de Sigüenza y Góngora utilizó la écfrasis del manto guadalupano para ver en ese manto de estrellas la devoción de todos los mexicanos como una “patria criolla” que le permitía diferenciarse de la metrópoli. Así mismo es La Guadalupana un signo de 20


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distanciamento colonial ante los centros del poder europeo. Se ve claramente una identidad criolla al margen, construida precisamente en la diferencia del mexicano, del yucateco, del puertorriqueño, del subalterno criollo en relación con el gachupín español, en lugar de verse como parte de un destino ontológico de servidumbre. Para el escritor novohispano es obvia su posición de subalternidad frente al centro del poder, ya que también se siente tanto fiel vasallo católico de la corona española como ciudadano de las Indias, de la Nueva España, es decir, de las tierras de ultramar amenazadas por piratas. Se hace evidente la negativa del protagonista a negociar su identidad criolla, en medio de ese “círculo de trabajos” que es su vida de náufrago y trotamundos allende las tierras coloniales españolas de su isla natal o del virreinato. Sigüenza se vale de este sujeto criollo para describir y denunciar veladamente la crisis de la Colonia a fines del siglo XVII.

Guha, Ranajit. “Preface”. En: Selected Subaltern Studies. R. Guha y G. Spivak, eds. Nueva York: Oxford University Press, 1988. 35-36. Iglesia, Ramón. “La mexicanidad de Don Carlos de Sigüenza y Góngora”. En su El hombre Colón y otros ensayos. México: El Colegio de México, 1944. 117-143. López, Kimberle S. “Identity and Alterity in the Emergence Creole Discourse: Sigüenza y Góngora’s Infortunios de Alonso Ramírez”. Colonial Latin American Review 5.2 (1996): 253-276. Lorente Medina, Antonio. La prosa de Sigüenza y Góngora y la formación de la conciencia criolla mexicana. México/ Madrid: Fondo de Cultura Económica/ Universidad Nacional de Educación a Distancia, 1996. Moore, Anne. Colonial Baroque: Carlos de Sigüenza y Góngora and the Postcolonization of New Spain, Tesis de la Universidad de California, Berkeley, 2003.

Obras citadas Beverly, John. “On the Subject of ‘Studies’: Subaltern, Poscolonial, Cultural, Women’s, Ethnic, etc.” Journal of Iberian and Latin American Studies 5 .2 (1999): 45-63.

Muriel, Josefina. “La mexicanidad de Don Carlos de Sigüenza y Góngora manifiesta en su Paraíso occidental”. En Carlos de Sigüenza y Góngora (Homenaje 1700-2000), editado por Alicia Mayer. Volumen I. México: UNAM, 2000. 67-77.

Brading, David. Orbe indiano: de la monarquía católica a la república criolla, 1492-1867. México: Fonde de Cultura Económica, 1991.

Pagden Anthony. “Identity Formation in Spanish America”. En Pagden, Anthony y Canry, Nancy, eds. Colonial Identity in the Atlantic World, 1500-1800. Princeton: Princeton U P, 1987. 51-93.

Buscaglia-Salgado, José F. Undoing Empire: Race and Nation in the Mulatto Caribbean. Minneapolis/Londres: University of Minnesaota P, 2003.

Rivera de Álvarez, Josefina. “Ayerra Santa María: Primer poeta puertorriqueño de nombre conocido”. En su Literatura puertorriqueña: Su proceso en el tiempo. Madrid: Partenón, 1983. 48-50.

González, Beatriz. “Narrativa de la ‘estabilización’ colonial: Peregrinación de Bartolomé Lorenzo (1586) de José de Acosta, Infortunios de Alonso Ramírez (1690) de Carlos de Sigüenza y Góngora”. Ideologies and Literature: Journal of Hispanic and Lusophone Discourse Analysis 2.1 (primavera del 1987): 7-52. 21


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Ross, Katheleen Ann. “Cuestiones de género en Infortunios de Alonso Ramírez”. Revista Iberoamericana 61 (julio-diciembre del 1995): 591-603.

---. Infortunios de Alonso Ramírez. Edición de Estelle Irizarry. Río Piedras: Cultural, 1990. ---. Infortunios de Alonso Ramírez (1690). Edición crítica de José Francisco Buscaglia Salgado. Madrid: Consejo Superior de Investigaciones Científicas, 2011.

Sánchez Lamego, Miguel A. El primer mapa general de México elaborado por un mexicano. México: Instituto Panamericano de Geografía e Historia, 1955.

---. Poemas. Recopilados y ordenados por Irving A. Leonard, estudio de Ermilo Abreu Gómez. Madrid: Biblioteca de Historia Hispano Americana, 1931.

Sigüenza y Góngora, Carlos de. “Dulce canoro cisne mexicano”: La poesía completa de Carlos de Sigüenza y Góngora. Barcelona: Paso de Barca, 2012.

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Dicen que los dormidos o la pérdida irremediable: pequeña cuasi reseña para compartir un texto Limary Ruiz-Aponte

Hace años ya, y puedo decir que me gusta este pasar del tiempo, tuve una estudiante maravillosa que hizo un informe sobre la novela Palacio (2011) de Sergio Gutiérrez Negrón. Como no conocía el texto, antes de su trabajo le pedí que me la prestara para poder leerla y así evaluarla correctamente. Confieso que tenía pocas expectativas, pero quedé atrapada en el mundo de los pájaros, los ruidos y los espacios que el autor lograba. Fue de este modo como conocí el trabajo de Gutiérrez y llegué a su segunda novela Dicen que los dormidos (2014). Creo que fue en Ponce donde la compré, vi su nombre y rápido quise leerla. Me sorprendió ese narrador en segunda persona que le hablaba a su ausente apóstrofe sobre un pasado accidente: un hombre era baleado por confusión en el expreso desde un Honda Civic negro. Así un hijo, novio y hermano quedó perdido cuatro años en el mundo de los sueños, en el coma, y al despertar fue carcomido por la violencia que desató el incidente. A pesar de que trata de buscar sentido a lo que le sucedió, sus acciones lo que dejan es más estrago: la destrucción de su familia, de sus relaciones, de la hermandad. 23


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La novela habla sobre la violencia porque como dice en su último capítulo: “La violencia hace violencia hace violencia hace violencia” (Gutiérrez 105). Es un entramado donde lo onírico y el mundo despierto no conocen límites, en donde todo se contamina de lodo y de esa violencia que los padres del protagonista encuentran tan inmerecida, tan generosa para con ellos que lo habían hecho todo bien.

La novela tiene un epígrafe maravilloso de Sylvia Plath: “Nunca habré podido/ recomponerte enteramente/ juntarte, pegarte, y articularte/ como se supone. / Gritos de mula, quejas de cerdo/ y obscenas carcajadas/ provienen de tus grandes labios. / Peor que en un corral” (9); que es muy bien utilizado por el autor en el cierre del texto: Sabré entonces que pasaran años, décadas, y por más que intente, por más que te hable de nosotros, que te cuente del antes y el después de la violencia, nunca habré podido recomponernos enteramente; juntarnos, pegarnos y articularnos como lo que alguna vez fuimos: hermanos. (118)

En el desarrollo de la historia los sueños conectan a los personajes que estuvieron íntimamente relacionados desde su niñez: Laurita, la novia del protagonista; Luis, el narrador o hermano menor y, claro, al propio protagonista o el hermano mayor. En las diferentes retrospectivas y prolepsis que nos da el narrador la novela va construyéndose desde un futuro vacío del tú que desemboca en la separación de los hermanos. Los detalles sobre la niñez, la unión de esos hermanos, la relación entre Laurita permite entrar a ese mundo donde la única manera de no seguir contaminado es irse o despegarse de allí, como decide Laurita quien al final ni el recuerdo quiere evocar o la decisión del mismo protagonista.

De este modo, en un final conmovedor el narrador establece la derrota por la violencia: la pérdida de su hermano, su ser más cercano quien lo enseñó a guiar, con quien estaba acompañado a pesar de la soledad de la vida misma. La novela habla de ese quiebre irreparable después de sufrir un estrago mayor. La novela habla de una hermandad añorada.

El hermano protagonista cuando despierta del coma, a pesar de los esfuerzos de su hermano y de su novia, no puede reconciliarse consigo mismo ni con la realidad y lo único que desea es poder vengarse. Así al crear una atmósfera de suspenso nos vamos enterando de lo que el hermano hace para acercarse a los responsables de su tragedia; sin embargo, va encontrando que solo queda el carro.

Una de las partes más logradas de Dicen que los dormidos es cuando destruyen el Honda, no por lo obvio de la consumación de la venganza, que de hecho no es lograda, sino porque mientras se va reconstruyendo la acción y pasando esta, va entrando música típica de Ramito que crean sinestesia macabramente bella y una imagen cinematográfica muy efectiva en esa despedida de los hermanos.

Este objeto, el Honda Civic negro, desde el cual fue disparado se convierte en el recipiente de la venganza, lo destruyen, lo queman en la última complicidad violenta de los hermanos, pero esta acción no sirve para apaciguar o sanar la herida que la injusticia del accidente dejó: el hermano mayor no puede componerse nunca más.

Hace ya un tiempo que trabajo Dicen que los dormidos en mis cursos de ESPA 3101 y mis estudiantes la leen con entusiasmo. El Honda Civic lxs atrapa, la atmósfera cuasi detectivesca surreal (que me recuerda a Mario Levrero) lxs cautiva. Hablamos sobre la violencia, reflexionamos sobre 24


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si podremos escaparnos de esta o si podremos bregar con las pérdidas. En un país donde la lluvia sobre lodo mojado no para y en donde nos comen los ojos las termitas, esta novela permite reflexionar y pensar críticamente. Es una novela cautivante que deja un aire de tristeza en la boca casi como de barro… una novela bien escrita y trabajada, que debe ser leída sin pausa. Como docente siempre que puedo la comparto con mis estudiantes para que pensamos sobre la violencia y sus estragos. Agradezco esta profesión que hace que una sea aprendiz eterna y por la magia de lxs estudiantes. Entonces, ¿cómo nos compondremos después de la violencia?

Referencia Gutiérrez Negrón, Sergio. Dicen que los dormidos. 3ra Ed. San Juan: Instituto de Cultura Puertorriqueña, 2017.

Sergio Gutiérrez Negrón

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Manuel Martínez Maldonado: BREVE ES EL AMOR Mercedes López-Baralt Librería Norberto, 13 de noviembre 2019

“El amor se acaba”, dice el bolero. Y aún el que llega a la plenitud se convierte en predecible con los años; recordemos que Unamuno nombraba en sus versos a Concha, su mujer, como “mi costumbre”. Petrarca, enamorado de su Laura otoñal, recordaba con nostalgia el fuego de su juventud. No en balde la poesía amorosa se funda en la ausencia, y, por ende, en el deseo y el recuerdo. De ahí este hermoso libro llamado Breve es el amor (Publicaciones Gaviota, San Juan, 2019). Porque la fugacidad de la pasión tiene su fuente en los mismos enamorados, sujetos al tiempo. Con intertextos que van desde el bolero “Olas y arena” de Silvia Rexach, hasta las transformaciones de Ovidio y las Coplas de Jorge Manrique, el poemario de Manuel Martínez Maldonado presenta a sus dos protagonistas como arquetipos innominados continuamente cambiantes: son el mar y la arena, serpientes trenzadas, Ulises y la sirena, barcos a la deriva, la Venus de Milo y su escultor... Siempre aspirando a la inmortalidad de El beso de Rodin. Pero cuando la rozan, retroceden atemorizados. El precio es muy alto: convertirse en piedra. Este poemario les ofrece un camino más amable, también fundador de eternidades: el de la palabra.

amor, el gran tema de la poesía universal. Fugacidad que atenta no solo contra la vida, sino contra la belleza, la juventud y el amor. De ahí el frenesí clásico por “agarrar el día” (carpe diem), revivido en el renacimiento y el barroco en los famosos sonetos que truecan a la mujer en flor. Desde su melancólica serenidad, Garcilaso anima dulcemente a las doncellas a tomar los frutos (de ahí la palabra “disfrutar”) de su “alegre primavera”; lo cito: En tanto que de rosa y de azucena se muestra la color en vuestro gesto, y que vuestro mirar ardiente, honesto, con clara luz la tempestad serena; y en tanto que el cabello, que en la vena del oro se escogió, con vuelo presto por el hermoso cuello blanco, enhiesto, el viento mueve, esparce y desordena: coged de vuestra alegre primavera el dulce fruto antes que el tiempo airado cubra de nieve la hermosa cumbre. Marchitará la rosa el viento helado, todo lo mudará la edad ligera por no hacer mudanza en su costumbre.

La fugacidad de la vida ha sido, junto al 26


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Mientras, con erizada ira, Góngora urge a la mujer a tomar el gozo por asalto, so pena de muerte:

no sólo en plata o viola troncada se vuelva, mas tú y ello juntamente en tierra, en humo, en polvo, en sombra, en nada.

Mientras por competir con tu cabello, oro bruñido el sol relumbra en vano; mientras con menosprecio en medio el llano mira tu blanca frente el lilio bello;

El libro que presentamos hoy honra cabalmente la tradición clásica que lo nutre, buceando —literalmente— en las aguas de la precariedad amorosa, también henchida de plenitudes presentes. Su autor, Manuel Martínez Maldonado, es un hombre renacentista allá donde los haya: nefrólogo distinguido internacionalmente, poeta, novelista, ensayista, y como si todo ello fuera poco, cineasta. Breve es el amor es su sexto poemario, dividido en tres partes —Tiempo de amor, Amor

mientras a cada labio, por cogello, siguen más ojos que al clavel temprano; y mientras triunfa con desdén lozano del luciente cristal tu gentil cuello: goza cuello, cabello, labio y frente, antes que lo que fue en tu edad dorada oro, lilio, clavel, cristal luciente, 27


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perdido y Amor distante— y engalanado en la portada con una pintura del laureado pintor puertorriqueño Rafael Trelles. Interesantemente, los tres acápites que dividen el poemario reiteran la caducidad del amor, anunciada en el título del libro. Las palabras clave son: tiempo, perdido y distante, adjetivos adjudicados al amor. Acápites que también pueden fundirse como un fluir ininterrumpido de la conciencia, en el que se abrazan presente, pasado y futuro, y en el que proliferan las ambigüedades y contradicciones inherentes a lo que Lévi-Strauss nombró, para oponerlo al pensamiento domesticado o racional, como la pensée sauvage (el pensamiento salvaje): libre, contradictorio, pletórico de imágenes, y que desde luego, abarca la poesía.

ni cantar el tesoro que se oculta en el aposento de la sirena. Quiere en su alcoba aplacar su gula, concebir un príncipe de las olas. Sostener el deseo azul del amor escondiendo en sus rocas y cavernas la espesa bruma que unta la vida.

El homenaje a Silvia Rexach está servido, con su bolero “Olas y arena” como intertexto erótico; vale citarlo: Soy la arena, que en la playa está tendida envidiando otras arenas, que le quedan cerca al mar, eres tú la inmensa ola que al venir casi me toca, pero luego te devuelves hacia atrás.

El libro comienza con un poema de ribetes míticos, titulado “La breve tempestad”. Con dos sujetos innominados arquetípicos, masculino y femenino, transformados en un mar erotizado, haciendo alarde de cresta, espuma y deseo (el poeta, el amante) y en la arena (la musa como orilla y sirena que lo espera). Interesantemente, el deseo se bifurca: primero es sexual, pero al final se convierte en “el deseo azul del amor”, es decir, en poesía. Desde el romanticismo, pasando por el parnasianismo y el simbolismo hasta llegar al modernismo dariano, el azul es el emblema lírico por excelencia. Ya lo dijo Pedreira en su primer libro, Aristas: “Por toda una época, el velo de Rubén ha arropado a los poetas que ven las cosas a través de un zafiro”. Cito ahora el poema inicial de Breve es el amor:

Las veces, que te derramas sobre arena humedecida ya creyendo que otra vez me tocarás, al llegarme tan cerquita pero luego te me escondes y te pierdes en la inmensidad del mar. Soy la arena que la ola nunca toca y que en la playa tendida vive sola su penar. Eres ola, que te envuelves en la bruma y te disuelves en la espuma alejándoteme más...

Pero hay otro intertexto, esta vez oculto: Jorge Manrique, quien en las Coplas a la muerte de su padre nos regaló esta inolvidable sentencia: “Nuestras vidas son los ríos/ que van a dar en la mar/ que es el morir”. El amor es breve porque la vida conduce a la muerte. Como bien lo dice un antiguo romance de Zamora: “Más vale vivir con honra/ que no vivir deshonrado,/ que el morir es una cosa/ que a cualquier nacido es dado”.

El mar huye de la furia del viento. Ha alcanzado más allá de la orilla con su cresta llena de espuma. Viene buscando un deseo perdido. Su salvaje insistencia lo delata. Con su turbia tromba de bruscos besos no quiere violar el sutil secreto de la bahía que de un salto cruza,

Quisiera detenerme ahora en los hechizos 28


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que el poemario ejerce en mí. El primero, el vaivén genérico del mar, ondulante como las olas. El primer verso del poemario lo nombra, en la tradición de “El contemplado” de Pedro Salinas, como masculino: “El mar huye de la furia del viento”. Pero en el poema “Alma” el poeta, como Jorge Manrique, designa al mar como hembra: “Escucha la mar que arrulla”. Visión femenina del mar que abunda en la poesía y sobre todo en los cantares marineros de antaño, anónimos, como el siguiente, santanderino, que juega con los géneros que asume el mar: “A la mar fui por naranjas, /cosa que la mar no tiene/, ay mi dulce amor,/ esa mar que ves tan bella/es muy traidor”. El segundo hechizo honra la tradición de Ovidio, cuya lección reside en la esencia del mito como transformación constante. Así sucede con los protagonistas del poemario, el poeta y su musa, siempre cambiantes, como ya hemos apuntado. Quisiera detenerme en la única transformación que los une. En “Buscando el tiempo perdido” y “Noche en la playa” ambos se convierten en arena. El primero de los dos poemas lo explica, haciendo referencia al reloj de arena: “somos un grano del tiempo”. A lo que valdría añadir un dato: la arena es una hechura del mar, que pulveriza la piedra. Entonces mar y arena no son solo polos opuestos que se alejan y se encuentran, sino una fusión que evoca el abrazo del amor, siempre en búsqueda del intercambio de las almas de los enamorados, para decirlo en clave neoplatónica. El tercer hechizo es el de las contradicciones estupendas que engendra nuestra patética especie humana, que limitada por el tiempo y el espacio, siempre aspira a la eternidad y al infinito. Más allá del entrevero constante entre presente, pasado y futuro, veamos otro ejemplo. Me refiero a la afirmación y la negación del “siempre”. En “Ha sido el viento”, el poeta eterniza la imagen de la amada, acariciada por el viento fugaz, y apuesta al siempre, al afirmar, rotundo: 30


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“en mi mente se grabó,/ la belleza de tu rostro para siempre”. Un “Siempre” que quedará pronto desmentido por el próximo “siempre”. El poema “En dos sentidos” lo prueba, cuando el poeta confiesa que sabe que el camino que llevó a la amada a su corazón, “será el que nos separe para siempre”. Por cierto, que el lector que haya leído como Dios manda el poemario amoroso de Miguel Hernández, El rayo que no cesa, sabe que la musa puede ser plural, en el sentido de que puede fundir a más de una mujer, lo que bien puede pasar en Breve es el amor. Pero la diversidad de identidades no se marca en ninguno de estos dos libros, pues en ambos sus protagonistas se han esencializado en dos arquetipos poderosos e indivisibles: el yo y el tú. Y ya vamos por el cuarto hechizo: las sorpresa que nos da el poema “Química de los cuerpos”, pues bajo la premisa implícita de que la vida surge en el mar, el médico que es Manuel Martínez Maldonado asoma en versos de un intenso lirismo, personalizando el elemento científico del ion, átomo cargado eléctricamente por exceso o defecto de electrones. Lo cito: Ion. ¿A dónde vas con tanta prisa? ¿Qué pareja te acompaña? ¿Qué oscura enzima depende de tu ida? Endoplásmico duende que atraviesas las crestas de mitocondrias dormidas, mas llenas de energía. Ion, chispa encendida. Mi sangre te clama, la mueves, la haces líquida y en flujos violentos a mis pensamientos les das vida. Llévame contigo en tu travesía al líquido de mis ojos, a la savia que comparto con mi amada, a la prístina lágrima en que te perderás un día.

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Y termino con el quinto hechizo: el collar de imágenes alucinantes que nos ofrece el poemario. Aquí van algunas de sus perlas. La imagen del alma como “la elipsis del vuelo”; la metáfora apoteósica para el orgasmo: “hasta que se derramó el vino/ y se hicieron meteoros las estrellas” y “El tiempo fue un grito/ en la garganta de los ruiseñores”; las puertas y ventanas que “cantan/ una melodía hueca/ en la pared del balcón”; el paisaje marino nocturno como un estreno teatral: “Descorro la cortina./ Tendida sobre el mar: la noche”; la reciprocidad amorosa cuyo júbilo transforma el pensamiento del poeta en “un cometa sobre el océano” que perfora el universo; el efecto del recuerdo del amor: “Sombras de la noche anterior/ reposan sobre tu cuerpo/ mientras, las estrellas pálidas/ caminan aún sobre la nieve”; el mundo “columpiado” “al borde del faro”; los ocasos guardados en una botella; la amada que no se rinde, “amurallada como Ávila” y queriendo entrar en Venecia a un cuadro de Tintoretto; y un posible título en inglés para el poemario que nos ocupa, puesto en boca de la escéptica musa como frase lapidaria pronunciada con una deliciosa e impaciente displicencia: “Dawn is not meant to last”.

y perforé el universo. Sentí tus manos posadas sobre mi cabello como pinceles trazando un lienzo al ritmo único que añora un artista desesperado. ¿Por qué te quiero ya? ¿Cómo causas mis recuerdos? Eres la única y voraz comandante de las fases de la luna. Como si la vida se escondiera en tus dulces curvas que me desesperan.

El segundo, titulado “Cuando termina”, evoca el pasado añorado: Era brusco el gris de aquella playa, la que negó el oleaje del alma. Me pareció distinto tu rostro. Te apreció de forma distinta mi cuerpo. El tuyo tallaba ilusiones en mi piel. Tu rostro venció los besos aspirados como el opio que adormece. Tu cabello cubría tus senos hasta que se derramó el vino y se hicieron meteoros las estrellas. Abrazamos el silencio con las sombras de la noche. El tiempo fue un grito en la garganta de los ruiseñores.

Ambos poemas dan fe del poderío de la palabra, vencedora del tiempo y capaz de abolir la fugacidad, eternizando el instante preñado de dicha. Y vale citar aquí a los dos devotos del instante en cúspide: el poeta español José Hierro y el mexicano Octavio Paz. Por algo han sido llamados por sus críticos “cazador de instantes” el primero, y “arquitecto del instante” el segundo. En su poema “Recuerdos”, del libro Alegría, de 1947, dice Hierro: Hay un instante que todo lo puede, que salta los días/ y vive presente en el cielo dorado de nuestra memoria./ ¿Por qué no ha de ser ese instante/ el que ya para siempre te colme las horas? Por su parte, en El arco y la lira, de 1956, Octavio Paz no solo incluye un ensayo titulado “La consagración del instante”, sino que, en otro, “Poesía y poema”, explica con una lucidez asombrosa por qué ha afirmado

Como broche de oro, quiero leer dos poemas que retan la melancolía del título del libro, celebrando el amor cumplido, aquél que crea recuerdos y centellea en el presente. Ambos celebran la pasión encendida del abrazo amoroso. El primero se titula “Reciprocidad”: ¿Por qué dejé mis recuerdos en tu oloroso y suave musgo? Necesité tu profunda boca para evitar que la duda escalara por mis bordes y el amor sucumbiera. Se hizo la luz al roce de mi mano, esa proximidad a tu centro unió los latidos a mis labios, hizo que mi pensamiento fuera un cometa sobre el océano, 32


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que la poesía se basa en la fusión de los contrarios:

Al tomar en sus manos Breve es el amor, el lector puede pensar que se trata de un poemario preñado de tristeza. Pero aunque la melancolía ronde muchos de sus versos —es de esperar— el libro también puede leerse en clave de júbilo, como acabamos de constatar. Gracias a la magia y al poder de la poesía. Y al hecho de que su autor también es perito en la consagración del instante, que convierte el pasado en presente.

...Hay un momento en que todo pacta. Los contrarios no desaparecen, pero se funden por un instante. [...] Cierto, pocos son capaces de alcanzar tal estado. Pero todos, alguna vez, así haya sido por una fracción de segundo, hemos vislumbrado algo semejante. No es necesario ser un místico para rozar esta certidumbre. Todos hemos sido niños. Todos hemos amado. [...] Ese instante contiene todos los instantes. Sin dejar de fluir, el tiempo se detiene, colmado de sí.

Dicho esto, solo me queda darle un enhorabuena entusiasta a Manuel Martínez Maldonado, y pedirle a todos los presentes un gran aplauso no solo para el poeta, que nos ha hecho el regalo de su libro, sino para su bellísima musa, Nivia. Sin ella, no estaríamos aquí hoy.

Acuarelas de Manel Plana

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Se venden islas Laurie Garriga

Hace unos meses se publicaban noticias sobre la posible transacción de compra y venta de Groenlandia. El presidente Trump, no se sabe bien si a nivel personal o en representación de su gobierno, había mostrado interés por la inmensa isla del Ártico, en principio, y según en su escueto comentario, porque se trata de una ganga inmobiliaria.

que el interés por comprar —o hacer el aguaje de— Groenlandia radica en los ricos depósitos de metales o tierras raros (“rare-earth metals”)1 que posee la isla y que son utilizados en computadoras, celulares y carros eléctricos. El gobierno estadounidense podría estar buscando otros suelos y otros suplidores de donde adquirir estos metales que hasta momento han sido provistos por empresas chinas (en la minería de su país) o por su explotación de suelos africanos.

Tratándose de Trump, la reacción general ha sido de burla o de darle pichón a sus comentarios. El premier de Groenlandia y la primera ministra de Dinamarca lo han despachado y han dicho que el interés del presidente es “absurdo”. La isla, región autónoma, pero ligada al reino de Dinamarca, “no está a la venta”.

El poder especulativo que ha levantado la riqueza de la minería groelandesa ha generado divisiones locales. Hace cinco años el parlamento de la isla levantó la prohibición de la minería de metales raros que había estado vigente por casi 30 años. En aquel momento, se justificaba la acción porque iba a generar empleos e impulsaría en una “economía verde local”. La premier de entonces arguyó que Groenlandia no debía ser una víctima pasiva del cambio climático, al cual es especialmente vulnerable.

Algunos medios nos recuerdan que la empresa de comprar territorios que “pertenecen” a otros países no es tan extraña para Estados Unidos. En su historia reciente el país “adquirió” a Louisiana (Francia) en 1803, a Alaska (Rusia) en 1867, y a las ‘Antillas Danesas’ (Dinamarca), renombradas U.S. Virgin Islands, en 1925. Las tierras invadidas no aparecen en la enumeración.

El censo indica que en Groenlandia habitan unas 50,000 personas, cuyos asentamientos 1 Que incluyen neodimio, praseodimio, disprosio, terbio y en menor cantidad uranio.

Las relaciones inestables entre China y Estados Unidos han llevado a especular 34


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se distribuyen en varios pueblos costeros. La mayoría son de origen inuit y un porciento menor, europeo. La isla, la segunda más grande del mundo luego de Australia, es, como Puerto Rico, un archipiélago. Tiene una red de islas circundantes, fauna, flora y glaciales directamente susceptibles al impacto del calentamiento global.

si ha generado un impacto laboral local beneficioso a largo plazo o si ha podido detener, en algún grado, el calentamiento global con este tipo de economía y empresarismo “verde”. No ha faltado tiempo para que en el área suroeste de la isla se iniciasen operaciones mineras por parte de compañías extranjeras.

El lenguaje periodístico me ha parecido escalofriante. Al recordarnos, sin querer queriendo, del expansionismo estadounidense y la disposición que han extendido los países poderosos del mundo para aplacar antojos suyos y de aquellos, parecen ahondar en la retórica del hambre implacable de los lobos feroces o tal vez de los buitres que andan sueltos y pisándose los talones. Si no es Trump, será otro autodenominado “desarrollador” que se aproveche. Groenlandia debilita leyes y se hace parte del juego queriendo tener agencia y protagonismo. Está por verse

¿Nos suena de algo? La historia reciente de Puerto Rico está plagada de laxitudes que han sabido seducir al buitre foráneo. Este tipo de actitud de ‘agarra y gana’ ha generado también una especie endémica de chupacabras que, por ejemplo, desde sus puestos públicos debilita el mapa de calificación o uso de terrenos y con su demagogia paternalista dice que es para nuestro bien, una oportunidad de crecimiento y de expansión económica. O en palabras de Trump, que se trata de una ganga. Pero en esta época pos936, de Armagedón climático, posMaría, posJunta, 35


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en una isla llena de ruinas, en esta época de desenmascarar las ramificaciones de la corrupción y sacar a gobernantes y sus gabinetes, ¿cuál es la ganga? ¿cuál es la ficción de desreglamentar más terrenos y costas sin apenas consultar a sus ciudadanos? Ya sin la ilusión del cemento o de la prosperidad de hace décadas, ¿se trata de un ‘repeat performance’ de fanáticos perdidos?

Hace poco leía un ensayo de una historiadora puertorriqueña cuyo epígrafe, atribuido a Ángel Rivero Méndez, viene a cuento. “Las islas en las grandes crisis de las guerras y cuando llega la hora de pagar indemnizaciones”, decía, “son el menudo, los nickels que llevan las grandes naciones en los bolsillos”. Me pregunto, ¿a cuáles Trumps locales o extranjeros nos debemos ahora? ¿En los bolsillos de quiénes estamos? ¿Cuál es el nuevo-viejo eslogan? ¿A cuál crisis venidera nos suscribimos? Una versión de esta nota fue publicada en el periódico Claridad.

http://greenarea.me/

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El cuerpo como concepto limitante Edjangadivendu Jones Ndjoli

Han pasado tres años desde que, en el Festival de la Palabra en Puerto Rico de 2016, participé en el panel de “El cuerpo humano como territorio utópico” con los escritores Ángel Antonio Ruiz Laboy, Norge Espinosa y la escritora Mercedes Abad. Tres grandes escritores y yo entre ellos, como uno más.

susurros: el cuerpo de nuevo. Coincidencias o no, mis ideas han eclosionado después de estos tres años, y salen de mi cabeza queriendo dar sentido a este recorrido. Puede ser que lo que voy a plantear resulte algo o un poco extraño e incluso superfluo. Quiero reflexionar sobre lo del concepto de la idea del “cuerpo” desde estas aportaciones. En el trasfondo subyace todo un inmanente de ideas confusas que son difíciles de describir una a una.

En ese momento yo me preguntaba, de qué coño iba a hablar con semejante título. José Manuel Fajardo, el director del programa, me daba consejos y me miraba hierático y sobrio como si supiera que era un tema que perfectamente podría desarrollar. Meses antes, estuve en la Casa encendida, en Madrid, en una conferencia sobre el Feminicidio: la política del asesinato de mujeres en el capitalismo y el colonialismo, organizado por la asociación Mujeres por Guatemala. Me impresionaron aquellas mujeres, su postura, voz y la claridad de sus ideas. Entre todo lo que dijeron se repetía una y otra vez la palabra “cuerpo”, los “cuerpos” llevados, secuestrados, asesinados…

La concreción del cuerpo como idea exacta, como objeto y visualidad tiene muchas vertientes y caminos hasta consensuar la idea de lo humano, lo universal, como algo evidentemente y reconocible que no admite conjeturas ambiguas. El cuerpo en su fisiología, en su manifestación más básica: en la segregación de fluidos corporales, excreción, asimilación de alimentos o en la copulación del sexo. De los mocos, babas, caca, mierda, semen, leche… Todo eso es el cuerpo.

Y meses más tarde, discutiendo con una amiga, no nos poníamos de acuerdo sobre ciertas ideas. Un día después me envío un artículo de un profesor camerunés, Achille Mbembe, y otra vez volvieron esos

Lo humano, indefectiblemente, es todo aquello que nace, es y se expresa dentro de un cuerpo o por extensión lo que produce. Por otra parte, al aludir a “lo humano”, encierro conceptualmente e 37


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diferencia: ndowe – ngwe -iwe1. Solo la equidistancia de un espacio entre cuerpo y cuerpo.

impongo fronteras a la misma complejidad del cuerpo. La visibilidad-invisilibidad de nuestra percepción, relación y cohabitación con aquello que no entendemos y nos forma, nos da un canal de percepción y estanquidad ante el entorno u existencia como experiencia. Pero sobre todo nos educa.

Motodu-mekuku2, ellos trasmitían por medio de este canal, un eslabón más, y el cuerpo se difuminaba con la voz y con la tierra. Siempre había algo anterior a nosotros que nos unía, con aquello que no se puede nombrar, no se conoce, o queda bajo la impronta o recelo de un silencio ancestral, que vacía los sentidos, que te deja sin saber que decir o hacer.

Hablar de “muntu”, mumu, mwado, moto y menombe, estas últimas palabras en lengua ndowe, son formas diferentes de expresar la relación de estanquidad con la que nosotros nos relacionamos. Nosotros, envueltos en esta piel, gases, sudor y carne, nos acercamos a lo que nos rodea por medio de nuestros cuerpos, hasta incluso concebir la relación grupal o con el otro, en una simbiosis porosa y perfecta donde a veces no existe o existía

Para llegar al “cuerpo” como concepto, no voy a desvelar el saber o el conocimiento que a mí todavía no se me ha confiado 1 Nosotros: iwe; ndo, cogido, we, nosotros. Ngwe, yo. 2 Los que estuvieron y están, y los mayores. 38


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dentro de los ndowe, aun reconociéndome parte de esta comunidad. El ser ndowe requiere más que la mera percepción, saber y reconocimiento: es todo un camino de obstáculos en el que se te pone a prueba tu fidelidad sucinta a la vida con “iwe”3. Sería pretencioso si intentara develar lo que significan las palabras que acabo de nombrar. Así que creo que lo mejor que puedo hacer es “jugar”4. Simplemente indagaré un poco a nivel teórico, sarcástico 3 Nosotros traducido del Ndowe, hay que tener en cuenta que en la percepción Ndowe el “nosotros” equivale también a las entidades que no se identifican con cuerpos como Mekuku. 4 En lengua la traducción de jugar sería Majóka. Pero en la percepción y conocimiento ndowe, Majóka es la unidad de significado del conocimiento, sabiduría, religión y espiritual ndowe.

y literario desde mi experiencia, de lo poco que creo que sé parafraseando a otros. ¿Qué es lo que nos condiciona y se nos intenta imponer en nuestras vidas desde esas relaciones maniqueas y estructurales epistemológicas que han manipulado la visión de lo que somos? El cuerpo como objeto, como algo concreto, limitado, clasificado e instrumentalizado desde el pensamiento occidental.

El cuerpo como voz Hay que decirlo, el cuerpo no existía, y no existía como la idea desde la cual lo entendemos ahora. La concreción del cuerpo como imaginario desde diferentes vertientes, desde el arte, la cultura, y la 39


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política y el género fue paulatina. Es la síntesis de la idea del hombre y mujer adulta la que hace dar pie a estas divisiones. La mujer en su sangrar cuando llega el periodo o engendrando vida y el hombre en su capacidad de eyacular y fuerza en su musculatura. Y aquel que imponía la vida y la muerte, y como esas huellas eran representadas a través de una forma, de un cuerpo.

miembros de la sociedad Ndowe estén iniciados, como Mboni por ejemplo, no serían considerados mumu7, pero tampoco mwado.

El cuerpo como autoridad Hobbes filosofo del siglo XVII, afirmó que: “la vida es solitaria, pobre, malévola, bruta y corta”. Para solucionar esta bruta situación en el enfrentamiento de los hombres contra hombres, justifica la existencia o construcción del Leviathan, aquel que posee el poder por encima del resto de los demás y marca la línea divisoria. Esta se materializa en el Estado y su cimentación, pero sobre todo en la autoridad y sus figuras representativas: los reyes. Este Leviathan que era el cuerpo del Estado con todos sus instrumentos coercitivos para mantener el equilibrio y la paz. Así el cuerpo también se legitimaba como autoridad y propiedad de la vida frente a los demás en su extensión política. Después llegaría Nietzsche y consagraría la idea del “superhombre”, el cuerpo por encima de sus posibilidades y limitaciones, por encima del resto de los hombres, ilimitado, y en constante crecimiento, limitado solo para poner límites aquellos que quedan por debajo, o por encima.

Pero fueron los griegos en Occidente los que asimilaron el cuerpo más allá de las funciones, para dotarles de rasgos de autoridad o de legitimidad con características entre lo femenino y lo masculino. Ellos entendían que la voz, la voz de un varón masculina, era sinónimo de autoridad, de fuerza y liderazgo. Por otra parte, la voz femenina5, debía estar silenciada y callada. Esa división binaria de los cuerpos a veces se fundía en una tercera, en un ser andrógino que preservaba las características masculinas, y por otra parte podía engendrar vida. Estos eran representados generalmente por los Dioses, los cuales no precisaban a las mujeres esencialmente. He observado en mi experiencia que esta idea binaria del cuerpo es difusa entre los ndowes. En el baile, en las tradiciones, existe una especie de travestismo donde, los cuerpos son y no son, ejercen y no ejercen, transmutan, tienen condiciones antropomórficas. Y en la visibilidad física de una edad adulta de los unos frentes a otros siempre está marcada por los ritos en cada edad6. Siendo así, sin que algunos

El cuerpo como unidad (o como la suma de los individuos) Antes de Hobbes, Bodino abogó por la soberanía y la unión, en una entidad soberana suprema. En esta relación con la autoridad también se concreta la suma o el control de aquellos que deben reconocer al Leviathan como ostentador de la jerarquía y poder. Esta correspondencia o binomio se

5 “… las voces de las mujeres son acalladas en la esfera pública. Es más, tal como lo plantea Homero, una parte integrante del desarrollo de un hombre hasta su plenitud consiste en aprender a controlar el discurso público y a silenciar a las hembras de su especie.” Mary Beard, Mujeres y poder: un manifiesto. (Barcelona: Planeta, 2018), 16. 6 Mwana, indiferentemente, niño, niña

7 Podríamos considerarlo como género masculino, pero el ser mumu, está marcado por la función de reconocimiento grupal en la comunidad. Mwado sería su equivalente femenino. 40


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establece desde un concepto fundamental: la propiedad. Es la propiedad otro concepto que se suma al cuerpo y el punto de partida de reconocimiento de unos cuerpos frente a otros y su relación con la misma en los inicios del capitalismo. Pero para estructurar estas relaciones había que establecer toda una serie de arbitrariedades que supondrían el asesinato, explotación y rapto de miles de cuerpos.

y eliminarlos. Eran objetivos en planteamientos bélicos (enemigos), y en la guerra, la identificación con el otro se fue construyendo frente una visualidad y territorialidad para su control una vez vencidos. El africano, árabe, latinoamericano (en Abya yala8) asiático, son la suma de una codificación sucinta que lo que intenta es la reubicación de estos grupos-individuos. La

Los mapas, la geografía, la reordenación de los territorios y la identificación de los unos y de los otros serían los elementos inequívocos frente a los demás o uno mismo: la raza y la clase.

8 Abya Yala, which in the Guna language means «land in its full maturity» or «land of vital blood», is the name used by the Native American nation Guna people, that used to inhabit near the Darién Gap (today North West Colombia and South East Panama) to refer to their section of the American continent since before the Columbus arrival.

Los cuerpos eran una suma arbitraria de ideas, con las que relacionarse para reubicarlos, transportarlos, desposeerlos

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desposesión frente a un derecho legítimo sobre la tierra (por nacer, crecer o vivir por un largo tiempo) y la de derecho al crear una validación de origen convertida en una vigilancia perpetua. Los cuerpos son sumas materiales, con marca y sello. Surgen de la desposesión, lo que llamamos orígenes, o deconstrucción de los orígenes es un debate interminable que no tiene fin. Los origines son el fusilamiento de los cuerpos, es encerrarlos, y hacer de ellos, peones en un juego de ajedrez, donde las casillas blancas y negras nunca se cruzan ni mezclan. La raza y sus efectos son que no nos movamos de donde estemos, que nos ubiquemos y nos reconozcamos en territorio enemigo, o a su vez que nos desubiquemos de donde vivimos en un juego de falacias. La construcción de una identidad racial surge de la desposesión, y renuncia del valor de origen o de la falsificación, sepultación y sustitución por otro. El valor de origen de unos cuerpos desubicados y arrancados es la falta de argumentos políticos para justificarse. Su situación desde los planteamientos de aquellos que los han objetivado como piezas en un tablero es que primero fuero derrotados, han perdido la guerra, y al perder la guerra ellos no cuentan. Sus razones, sus intereses deben estructurarse sobre un vacío que nunca se llenará9. Ya que circunstancialmente, la ubicación, organización sobre la que parten, es justamente lo que los estigmatizará.

proletariado10. El espacio de construcción donde se constituyen estas relaciones funciona como una asimilación de los unos frente a los otros. Algunos de estos cuerpos salvaguardan o mantienen unos rasgos “mínimos” (en síntesis, fenotípicos) distintivos que sigan siendo la guía sobre los que mantener su estigma11 (y ese estigma o señal será 10 Del latín procede de “proletarius” que puede traducirse “lo que pertenece a los hijos” o como su única propiedad “son sus hijos”. 11 Por esta razón, aquellos que constituyen la primera línea de la población negra — los ocho millones de habitantes de sangre negra en Estados Unidos— tienen que darse cuenta lo antes posible de que para ocupar su justo lugar en la vanguardia del pannegrismo su destino pasa por la

¿Para qué? para llegar a una renuncia y protesta sistemática sobre sus circunstancias, en una comparación con unos y con otros, aquellos cuerpos que se sienten libres, pero en realidad han pasado por un proceso mucho más longevo de deslegitimización: la clase media antes 9 Desde la instrumentalidad de las necesidades de “otros cuerpos” que los someten por ejemplo con el racismo. 42


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Coltán, en la frontera de México y Estados Unidos… Y finalmente los cuerpos “son juntados”12 (o nos juntan), revindican13, y surgen las mayorías y las minorías14. Pero estas minorías y mayorías siguen jugando a lo mismo. A la rueda que los manipula, y los pone a correr a unos frentes a otros. Las mayorías están diseñadas, para hacer sentir seguros a unos frente a otros, y determinar siempre el estatus quo de una sociedad que representativamente no cede espacio. Todo por una idea caduca, la búsqueda de la igualdad. ¿Igual a quien o quienes? Si todos somos diferentes, en la teorización de los cuerpos, el tótem de la igualdad es una prueba irrefutable en la piel. 12 “Paradójicamente, es también la época durante la cual los pueblos y las culturas comienzan a ser considerados como individualidades cerradas sobre si mismas. Cada comunidad —inclusive cada pueblo— está consolidado como un cuerpo colectivo único”. Achille Mbembe, Crítica de la razón negra: Ensayo sobre el racismo contemporáneo. (Barcelona: Ned, 2016), 665. 13 “Si examinamos con atención en qué consiste verdaderamente el pensamiento racial, nos encontramos a la luz de la historia con que éste no es más que la tensión entre diferentes grupos de población. Se trata de una discrepancia surgida en la relación con las aspiraciones, los sentimientos y los ideales de dos razas distintas.” La conservación de las razas. W. E. B. Dubois. Emmanuel Chukwudi Eze, ed. Pensamiento africano. Ética y política (Barcelona: Bellaterra, 2001), 205. 14 “Sin embargo, mirando las cosas sosegadamente hemos de reconocer que los seres humanos están divididos en razas; y que en este país se han reunido los dos tipos más pronunciados de razas que hay en el mundo”. La conservación de las razas. W. E. B. Dubois. Emmanuel Chukwudi Eze, ed. Pensamiento africano. Ética y política (Barcelona: Bellaterra, 2001), 199.

siempre la razón de la discriminación y argumentación) o la desaparición visual de sus cualidades en el proceso de coaptación. Fundiéndose en silencio, en una memoria mutilada. Y es esa misma memoria que contienen estos cuerpos como huella es la que equilibra la balanza en las sociedades occidentales hacia su construcción o destrucción. Se convierten, sin quererlo en el único eslabón con el que mirar los efectos devastadores del proceso de conquista y su mentalidad. Hablar de derechos humanos es desde Ceuta y Melilla en las vallas, el mar mediterráneo, los CIES, las guerras de no absorción por los blancos norteamericanos”. La conservación de las razas. W. E. B. Dubois. Emmanuel Chukwudi Eze, ed. Pensamiento africano. Ética y política (Barcelona: Bellaterra, 2001), 204. 43


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Somos como pequeñas ratas en jaulas doradas, dando vueltas en nuestra rueda. Perdidos en el laberinto, sudando, buscando donde está el alimento que nos han dejado. Experimentan con nosotros, modifican nuestros cuerpos y los manejan. A veces lo llaman salud, asepsia, higiene. Matar los gérmenes, las cosas minúsculas e invisibles que no ves, pero te dicen que están allí. Células, mitocondrias, neuronas, glándula parietal: alguien te debe decir que significa.

El cuerpo es el eje vertebrador en las sociedades europeas. Desde la propiedad material e inmaterial hasta la captación de los movimientos y en sí su transformación hacia nuevos horizontes (seres biónicos, más fuertes, más veloces, cero debilidades). El cuerpo como eje, figura, fetiche y como base resolutiva. Es el cuerpo la seña inequívoca, y por ello es el centro de todos los hechos reconocibles. Es una profunda asociación entre lo inmaterial y la “carne” y lo convierte en una reliquia sagrada en un idealismo de preservación en imagen. De alguna forma el “ser” debe prevalecer, si se ve contaminado tal vez pierda todas las cuestiones asociadas.

Y que decir tiene, es gracioso, que he llegado a la conclusión que puede, con todo esto que acabo de contar, puede ser, que nuestra reafirmación como africanos, como negros, sea la cosificación de nosotros mismos… Y me pregunto, ¿Qué es el cuerpo?...

El cuerpo es esencia del todo, máxima expresión de sus habilidades. 44


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En los idealismos del cuerpo fuera quedan los cuerpos viejos, débiles, gordos, malformados...

cuerpo la contaminación y pérdida. Si cuerpo es la base, la segregación o asimilación de otros cuerpos es la solución: la solución es siempre someter al cuerpo.

Y la raza es una “x” a despejar ya que el cuerpo en su pluralidad solo existe en un idealismo de raza asociado15 a la propiedad16.

¿Qué es lo que somos? Responder no nos dará más valor en una comparativa Blanco o Negro. Responderla es asumir el miedo que tienen ellos hacia el negro es fundado, responderla es que asumir que nuestra condición de sujetos es incompleta, pobre. Responder es asumir el marco que nos han relegado los cuerpos identificados como negros17.

El cuerpo fundido en la tierra, en los escenarios de vencedores, y vencidos, sabores y culturas. Y el racismo como un cerco más, regulador, un límite o frontera a tener en cuenta. El racismo simplemente reproduce las fronteras entre un cuerpo y otro. Y las posibilidades del imaginario de la destrucción del idealismo del cuerpo.

Es la construcción de un ideario visual, y físico lo que pone de manifiesto su existencia. Antes de todo este proceso eso no existía y por la tanto tampoco podía haber un concepto o tratamiento. No existíamos, éramos libres…

El cuerpo propietario de la sabiduría, de la tierra, de la cultura. La pérdida del cuerpo es la pérdida en sí misma de todo con lo que se lo relaciona. El racismo advierte en este imaginario del

Nosotros, los ndowes decimos metangani, Mutema, molema, menombe: las fronteras porosas, los ojos sellados, el tabú como remedio a las lenguas desilachadas.

15 “Por otra parte, el nombre de negro hace referencia también a un vínculo, a una relación de sujeción. En el fondo, sólo hay negro con la relación a un amo. El amo posee a su negro y el negro pertenece a su amo. Todo lo negro recibe su forma de su amo: el amo le da la forma a su negro y este último adopta está forma por medio de la destrucción y explosión de su forma anterior” Achille Mbembe, Crítica de la razón negra: Ensayo sobre el racismo contemporáneo. (Barcelona: Ned, 2016), 4508. 16 “Igualmente, para el desarrollo del genio, la literatura y el arte negros, del espíritu de los negros, sólo los negros obrando en común animados por un gran ideal podemos elaborar en su plenitud el gran mensaje que tenemos para la humanidad” La conservación de las razas. W. E. B. Dubois. Emmanuel Chukwudi Eze, ed. Pensamiento africano. Ética y política (Barcelona: Bellaterra, 2001), 204.

Lo espiritual no es concreto, es mutable, es polimórfico, no es un cuerpo, no puede ser visto, no puede ser representado. Igùlwama.18 17 “No nos engañemos sobre nuestra situación en este país. Cargados con una herencia e injusticia moral originada en nuestro pasado, duramente acosados en el mundo de la economía por los inmigrantes extranjeros y el prejuicio de los autóctonos, odiados aquí, despreciados allá y compadecidos en todas partes, sólo podemos refugiarnos en nosotros mismos” La conservación de las razas. W. E. B. Dubois. Emmanuel Chukwudi Eze, ed. Pensamiento africano. Ética y política (Barcelona: Bellaterra, 2001) 206. 18 Espacio de relación y relaciones en el mundo ndowe. 45


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¿Qué es el cuerpo? El control de las fronteras, la monitorización en la seguridad, terrorismo, es la segregación de los cuerpos una selección de los unos con los otros, manteniendo la pureza en sí misma del cuerpo. Ahora esto lo llaman “seguridad”: El cuerpo del musulmán, del árabe, del terrorista, su imagen, su piel, señales inequívocas. ¿De dónde viene y a dónde? El recorrido y la suma matemática. En sí mismo el propio sistema geopolítico busca que los cuerpos no entren en contactos los unos con los otros buscando su segregación. El consumo de los cuerpos por el sistema económico justifica su control. Los cuerpos negros son los así sancionados, por el posicionamiento hegemónico y mundial en el que se les ha relegado. Como pobres, como ignorante, como enfermos, como indecentes.

Los derechos del negro son los derechos de la absoluta carencia. Hay dos características del cuerpo que juegan de una manera fundamental: el cuerpo como origen y como frontera. La designación del origen nos sitúa de una forma indiscriminada en el espacio, el cuerpo y su origen establecen un recorrido. Nunca puedes salir de tu origen. El cuerpo como frontera establecer un lugar frente a otros. Los cuerpos no deben mezclarse, o más bien no pueden, las esencialidades son una parte fundamental del juego.

Europeos, africanos, asiáticos, árabes, latino americanos, indios, caucásicos, arios, negros, blancos, mestizos, para mí no existís y no por mí, sino porque no asumo este cuerpo….

El cuerpo como herramienta, como objeto, como idea. Como idea, porque antes nada de esto no existía, o mejor dicho no existían fronteras entre un cuerpo y otro.

“Imaginar que se hará cultura negra es olvidar singularmente que los negros están vías de desaparición. No habrá cultura 46


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negra porque ningún hombre político se imagina con vocación de engendrar repúblicas negras. El problema es saber el lugar que estos hombres quieren reservar a su pueblo, el tipo de relaciones sociales que han decidido instaurar, la concepción que se hacen del futuro de la humanidad. Eso es lo que cuenta. Todo lo demás es

literatura y engaño”. Frantz Fannon _____________

Todas las fotos son de Krysada Phounsiri (http://www.snappilots.com/).

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Imรกgenes de Argentina Ernesto Robles

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Zugzwang Eïrïc Rïchter Durändal Stormcrow

Han pasado varios días desde las masacres de Dayton, Ohio y en el festival de ajo de Gilroy, California. Te preguntas varias veces al día cuándo te tocará una tragedia así, y con sumo respeto y en silencio, le pides a tu salvador que nunca te llegue la hora. No les haces demasiado caso a las noticias de los tiroteos en escuelas, universidades, tiendas, centros comerciales… La prensa siempre tiende a exagerar. Tiene que hacerlo para vender. Y últimamente, la prensa está demasiado inclinada en favor de la izquierda liberal. No es real, te dices, aunque no sabes si te lo dices solo porque vives en Texas y esa es la única forma de vivir allí sin sentirte que traicionas todo lo que se es cuando se es latino o cuando convives con una. Pero El Paso es una ciudad distinta, te dices. Aquí hay muchísima de tu gente.

la parte trasera de tu cabeza te lo dicen, pero el programa está muy bueno y no le contestas, porque sabes que volverá. Juanita conduce durante 6 minutos exactos y se estaciona en el lote inmaculado del Wal-Mart que queda cerca de Cielo Vista, ese estacionamiento que representa la estética estadounidense, sobre todo la visión fría y cuadrada de los arquitectos de Florida. Todo debe tener su lugar angular y nadie debe colorear fuera de las líneas.

—Cariño, vuelvo ya —te dice tu esposa Juanita—. Tengo que comprar varias cosillas en Wal-Mart.

Dentro de la tienda, tu esposa de tres décadas saca su nota con la lista de provisiones que buscar: tomates, frutas, cereal, nueces, alguna carne en especial, arroz, habichuelas, bebidas remplazantes de comidas, agua… Luego termina por agarrar un carrito de comprar cuando le cuesta llevar la canasta. Se frustra porque las ruedas traseras del carrito son libres, y es difícil conducirlo con tracción sin que afecte el efecto 4x4.

—Ten cuidado, por favor —le contestas sin dejar de mirar el televisor. NBC Dateline está en la tele y presenta un morboso y jugoso operativo encubierto para atrapar a depredadores sexuales de menores. Ella te sopla un beso con una sonrisa, y sabes que lo hace, porque los ojos que tienes en

El problema de los Wal-Mart siempre es a la hora de pagar. Juanita se mete en una fila que aparenta avanzar, pero que realmente, se detiene. Tras ver que otras filas se mueven, Juanita deja su lugar en la línea y se mueve en su carrito hacia la próxima, que se queda congelada 56


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gracias a un cliente que decide rebatir en una multinacional. Entonces, la fila de la que se ha salido, se mueve por fin, y se da cuenda de que si se hubiera quedado, posiblemente ya estaría montándose en su guagua y conduciendo en dirección a su hogar contigo. El nido que vio hijos y nietos crecer, volar y desaparecerse del estado de Texas. El nido que ahora yace vacío.

partes involucradas en esta plaga típica de lentitud. No le había prestado a la música de la tienda, salvo en ese momento en que Juan Gabriel canta: “Tú eres la tristeza, ay, de mis ojos…” los latinos de la tienda de inmediato le siguen con “y lloran en silencio por tu amor”. Un blanquito entendido continúa el coro con su español masacrado: “me mirou en elle espejou y veo mi rostrou”… El terrorista entra en WalMart con su AR-17 justo cuando Juanga llega al coro. “Como quisiera…” tres ráfagas. “Que tú vivieras…” cuatro ráfagas, dos, tres más… “Que tus ojitos jamás se hubieran cerrado nunca…” cinco ráfagas, correteos

Juanita se resigna y se queda quieta en su fila. Ley de Murphy, se dice a sí misma una y otra vez, como si el mero hecho de repetirlo como mantra constituyese un hechizo ritual que lograría hacer avanzar a las 57


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de clientes, sollozos, gritos audibles, gritos silenciados por más tiros, el silencio de la voz del terrorista, ese silencio que solo puede llegar con una absoluta paz para la absoluta violencia… Los mariachis continúan su coro mientras el hombre cercena con sus balas los cordones vitales de las auras de los presentes, eso es, les corta el espíritu a tiro limpio, los despide, los hace ascender en cuestión de segundos, milisegundos, nanosegundos. Un abrir y cerrar de bocas que gimen por no entender. Bocas que tiemblan de pérdida. Boca que no comprenden lo inefable y repentino de la muerte. —Get down! —grita un asociado de electrodomésticos blanco, antes de que el terrorista lo rocíe con su automática. Juanita corre, se tira al suelo, gatea hasta el departamento de ropa de mujer y se esconde en uno de los probadores de ropa. Allí encerrada en el cubículo de madera, llama al 9-1-1 desde su celular y se sienta a esperar. Pero una ráfaga le cierra los ojos. Después de todo, la madera no es escudo contra el metal. ¿No lo aprendiste en la escuela? El papel le gana a la piedra, la piedra a la tijera y la tijera al papel. Esa es la verdad más terrible de este planeta.

lo deportaban a un país cuya lengua ni siquiera hubiera conocido. De inmediato, arriban las ambulancias, los paramédicos, los familiares de las víctimas, y por qué no, varios curiosos también se dan cita allí. El terrorista es identificado como Patrick Wood, último apellido Crusius o Brown, no se sabe, un joven de 21 años que había publicado su manifiesto de odio racial a los inmigrantes en 8chan. Paddy, como le llamaría su dulce abuelita, quien jamás hubiera sospechado que su nietecito querido saldría un día a cegar las vidas de 20 personas. Paddy el demonio blanco. Paddy el racista. Paddy el KKK. Paddy el lector de Mein Kampf. Paddy el robapanties del barrio, el silencioso, el aburrido, el perdedor, el solitario. Paddy el que quiso

La policía llega al minuto y medio, pero ya era tarde. Disparos y masacre. La prensa llega inmediatamente después. El tirador blanco sale, levanta las manos, los policías blancos se acercan, lo tratan con respeto, señor esto, señor lo otro, usted, tenga… si hubiera sido negro allí mismo lo hubieran acribillado. Si hubiese sido latino, allí mismo lo separaban de su familia y 58


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estar en el club de drama de su escuela y le vetaron la entrada. Paddy el torturador de los gatos y perros de los miembros del club de drama. Paddy el serio, el de los surcos de vejez que le marcan los pómulos, el de la eterna cara de aborrecido o drogado, el del recorte estilo Julio César, el violador de cerdos y yeguas. Paddy, de quien se sabe poco y se inventa mucho.

mementos y la comunidad lo llena de velas en vasos de cristal, fotos de las víctimas, peluches, siempre hay peluches, y más velas. Llegas al lugar y dejas un ramo de rosas rosadas, blancas y amarillas para el espíritu de quien fue tu compañera por más de cuatro décadas y que te arrebató un maldito mocoso e imberbe millenial. La periodista te ve llorar y maldices su nombre, que no conoces todavía, porque sabes que viene a entrevistarte.

Dos días después, los familiares entierran a sus víctimas. Juanita ya no está y no tienes a nadie. Ayer te entregaron su cuerpo y te dejaron a tu suerte. Nadie te preguntó si tienes una red de apoyo. No tienes. O si cuentas con amigos o familiares. Juanita era lo único que te quedaba. En la entrada del Wal-Mart cerca de Cielo Vista, alguien crea una suerte de capilla o lugar de

—¿Usted es familiar de alguna de las víctimas de la masacre? —te pregunta y solo quieres ahogarla. Otra maldita millenial que hace preguntas obvias. —Mi esposa Juanita. —¿Cuánto tiempo llevaban de casados? —47 años. 59


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—¿Tienen hijos? ¿Cómo han tomado la noticia? —Nuestros hijos murieron todos antes que nosotros. Ahora me mataron lo único que tenía. No tengo a más nadie. Me han dejado solo.

de todos: el margen que niega nuestra más básica necesidad de compañía. Unos mariachis llegan y comienzan a cantar: “Yo he sufrido mucho tu ausencia, desde ese día hasta hoy, no soy feliz”. Amor eterno, de Juan Gabriel, la canción que se volvió símbolo de esta masacre y que se escucha por la radio, las bocinas de las tiendas, el aire mismo de la ciudad de El Paso. Algunos voluntarios agarran el féretro que contiene lo que queda de Juanita y lo colocan con cuidado en el hoyo terrestre. Luego, la tierra se la traga mientras todos, incluyendo el cura, cantan con los mariachis. Y siguen cantando hasta que todos los funerales del área se unen en una sola voz. “Pero, como quisiera que tú vivieras, que tus ojitos jamás se hubieran cerrado”. La gente canta mientras marcha. Los mariachis llevan la delantera mientras la muchedumbre saca carteles y pancartas, quién sabe de dónde, con mensajes terribles como “si la víctima fuese tu hijito blanco, no te burlarías” o “un día los blancos se morirán de hambre sin inmigrantes que trabajen la tierra” y mensajes más destructivos como “zugzwang: llegó la hora de mover”.

Irrumpes en llanto. La reportera abandona su papel y te abraza. Te sientes culpable por haberla llamado maldita millenial. —¿Qué mensaje les envía a las familias que, como usted, perdieron a sus seres queridos en este incidente? —Zugzwang —respondes, para dar media vuelta e irte. Estás a punto de regresar a casa, ese lugar de madera de dos pisos y un sótano que compartiste por casi cinco décadas con el amor de tu vida y que ahora se te hace una mansión interminable y embrujada, los árboles que han retoñado durante el inicio del verano ya no te hacen gracia, aunque se cundan de intensas flores rosadas, o amarillas, o blancas. Nada tiene sentido sin Juanita. Al llegar y estacionarte, te reciben más periodistas. —¿Qué significa zugzwang para usted? —¿Ese es el mensaje que tiene para los más jóvenes? ¿Ojo por ojo y diente por diente? Entendieron mal. O tal vez entendieron bien, pero tergiversan para crear drama y controversia. Ya no tienes edad o energía para meterte en esos bretes. Entras por la puerta delantera y la cierras con seguro tras de ti.

El tiempo se divide y la muchedumbre llega con su música, sus pancartas y su duelo hasta la comisaría donde mantienen preso a Patrick Wood, Crisius of Brown, Paddy de cariño. Los policías blancos ven la masa de gente que viene. Uno de ellos se apresta a llamar a la Guardia Nacional o a la Fuerza de Choque de El Paso, pero otro compañero le baja la mano con suavidad y engancha el auricular. Los presentes se van metiendo en la comisaría mientras los oficiales quedan congelados y con la cabeza baja. La muchedumbre busca llaves, abre puertas y celdas, saca al prisionero y, sin parar de cantar, se lo lleva de allí.

Al día siguiente, más de 20,000 personas han llegado para despedir a Juanita contigo. Veteranos que lucharon contigo en Corea y Vietnam. Viejas amistades de universidad de Juanita. Vecinos. Pero en su mayoría, la gente igual de solitaria de este mundo salió de sus cuevas para dar la cara por uno de los suyos. La soledad, después de todo, es el último margen, el más terrible y oscuro

—Ojos que hayan derramado tantas lágrimas por penas de dolor… —cantan casi a gritos, mientras empujan a Paddy en dirección a un semáforo, le atan una soga 60


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al cuello y, cuando ya los mariachis están en el estribillo, que solo dice “amor eterno… amor eterno…”, lo dejan allí, colgando, linchado como desafío, como reto, como respuesta, como lo que sea que es este acto multitudinario.

Lista de pinturas: 1. Masacre de los Inocentes, Léon Cogniet 2. Guernica, Pablo Picasso 3. Helping Hands, Sally Chen

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ESCUELA DE CIENCIAS SOCIALES, HUMANIDADES Y COMUNICACIONES https://issuu.com/revistacruce revistacruce.com

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