El derecho a contarnos: expresiones boricuir (Edición especial - diciembre 2023)

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Arte en portada: Anto Gamunev

Montaje: Anto Gamunev

8 de diciembre de 2023:

El derecho a contarnos: expresiones boricuir

Junta Editora:

Roxanna D. Domenech { Directora

Anto Gamunev

Sonia Cabanillas

Martín Cruz Santos

Juan Carlos Fret-Alvira

Carlos García

Jorge Luis Torres

Alexandra Pagán Vélez { Lectora externa

Junta Asesora:

Evelyza Crespo

Luis Iturralde

Balbina Rojas

Sugelenia Cotto { Presidenta

Para colaborar:

En Cruce publicamos artículos de investigación; reflexión; reseñas; notas de opinión; comentarios de textos; fotoensayos o arte plástico; entrevistas; textos creativos; y otro tipo de escrito que suponga un análisis o mirada crítica a la sociedad contemporánea.

Toda persona que desee colaborar deberá enviar su artículo por correo electrónico, comprometiéndose a que dicho texto respeta las normas internacionales en materia de conflicto de intereses y normas éticas.

Los escritos se someterán a estricto arbitraje y proceso de edición y corrección, por lo que la colaboración puede sufrir alteraciones, a menos de que se trate de un texto literario.

Nos enfocamos en los siguientes temas:

Política y sociedad: Los escritos de crítica sociopolítica presuponen colaboraciones de los diferentes saberes de las Ciencias Sociales, las cuales a través de principios o esquemas conceptuales o teóricos analizan y explican los fenómenos y estructuras sociales.

Letras: Los escritos literarios de autor (poemas, cuentos, dramas, fragmentos de novela, prosa poética…) que muestran la sensibilidad humana e inspiran a la creación. Asimismo, reseñas, críticas

a textos literarios y otros acercamientos literarios o propiamente lingüísticos.

Arte: Los escritos dedicados al análisis, el estudio y la presentación de todo aquello que comprenda al mundo cultural. Abarca la gestión cultural, la autogestión, los estudios culturales, la música, el arte plástico, movimiento escénico, danza, la cultura popular y el arte urbano, vistos preferentemente desde el prisma de la cotidianidad. La fotografía como narrativa visual que sirve para retratar la cotidianidad y la realidad social, y los acercamientos a la obra fotográfica de algún autor.

Cine: Los escritos que analizan o reflexionan acerca del mundo cinematográfico y cómo se atiende desde lo visual los temas de relevancia contemporánea. Se aceptan formatos audiovisuales.

Los derechos de las publicaciones son exclusivas del autor. Sin embargo, la revista Cruce podrá utilizar su obra en futuras ediciones y proyectos relacionados. El autor acuerda que de volver a publicar su obra en cualquier otra revista o proyecto editorial indicará que inicialmente esta fue publicada en la revista Cruce.

Todas las colaboraciones y comunicaciones se harán al correo institucional de la revista editorescruce@uagm.edu

DIC 2023: EL DERECHO A CONTARNOS: EXPRESIONES BORICUIR / 3

Prólogo

Evelyza Crespo

Nota editorial

Roxana Domenech y Gary Bonilla-Latoni

Puntos de partida

Javier Laureano

Quimbamba

Yolanda Arroyo Pizarro

¿Del otro lao?: algunas de mis crónicas, testimonios y memorias boricuir

Lissette Rolón Collazo

4 / REVISTA CRUCE: CRÍTICA SOCIO-CULTURAL CONTEMPORÁNEA
p.07 p.08 p.12
p.12
p.22 p.28

p.34 p.42 p.44

Cowboy Motel

Emilio Peña Beltrán

Balada para la comunidad

José Ernesto Delgado

Busco oxígeno debajo de la epidermis por nacer…

Vicky Cristina Barcelona, Mayra R. Encarnación Meléndez y Bria Gaia

Barcelona

p.52 p.54 p.66

Su mirada

Gia N. Santiago Cruz

MANipulations (serie 7 y 8)

Anto Gamunev

De la metáfora silenciosa de Víctor Fragoso a la metáfora contagiosa de Manuel Ramos Otero y a la poética de la ira de Alfredo Villanueva

Collado

Daniel Torres

p.76

Voz a quien voz dio, Mila canta a Mercedes Sosa

Bryan Suárez

p.82

Campamentos de entrenamiento para la guerra poética: espacios de vulnerabilidad en la poesía puertorriqueña

Anthony Lee Medina Nieves

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Índice

La comunidad LGBTTIQ, sus derechos y los espacios sociales

José Javier Rivera Ortiz

We are here, we are queer, get used 2 it!

Ramleshka Ramos

Esa bomba / la libertad. la cuerpa. la expresión. la liberación...

Juan Javier De Los Santos

Reflexión sobre el derecho a contar hace cuatro decadas: La canción “Me dijeron” cumple cuarenta años.

Gary Bonilla-Latoni

Colaboradorxs

6 / REVISTA CRUCE: CRÍTICA SOCIO-CULTURAL CONTEMPORÁNEA Prólogo
p.88 p.96 p.102 p.110 p.120 p.22 p.76 p.34 p.88 p.44 p.110

La Universidad Ana G. Méndez tiene una Orden Ejecutiva que declara la Política de Diversidad, Equidad e Inclusión, aplicable al personal administrativo, facultad, estudiantes y la comunidad en general. Reconocemos que la diversidad es un componente esencial del futuro de la UAGM, toda vez, que, al fomentar un ambiente de inclusión se estimula el desarrollo profesional y la participación de la comunidad universitaria. Esto lo demostramos consistentemente en nuestra agenda de currículo implícito y en la vida estudiantil. Somos una institución de vanguardia y representativa de la realidad social de Puerto Rico.

A principios de año 2022 la Universidad Ana G. Méndez comenzó conversaciones con The Pato Project Foundation (TPP) para un acuerdo colaborativo entre nuestras organizaciones. ¿Qué aspiramos con el acuerdo? Primero, rescatar parte de la historia LGBTQIA+ y cuir puertorriqueña documentándola, para posteriormente ir integrándola en los planes de estudio académicos de Puerto Rico y EE. UU. Además, desarrollar plataformas de contenido que amplifiquen la historia queer y afirmen los valores y contribuciones de la comunidad y apoyar a organizaciones que fortalezcan el papel de las personas queer en la sociedad mejorando su calidad de vida.

Nuestras conversaciones fueron de un gran aprendizaje y reflexión y nos embarcamos en el proyecto, conversando acerca de la iniciativa, reuniendo a los distintos grupos e identificando aquellas personas dentro de nuestra facultad que estuvieran estudiando el tema desde algunos de los lentes de las Artes Liberales. Comenzamos conversaciones con el Centro de Estudios Puertorriqueños en Hunter College para coordinar un acuerdo colaborativo. Luego apoyamos los esfuerzos de reclutamiento para el primer taller de narración y compilación de historias LGBTQIA+ puertorriqueñas y estuvimos presente en el evento final en vivo el pasado 2 de marzo en la galería de Bar Cero Punto Dos. La edición que verán es el esfuerzo de muchos meses de convocatoria y búsqueda de trabajos. Este es producto de los artistas, pero también de trabajo arduo del equipo, principalmente de la Roxanna Domenech y de Gary Bonilla-Latoni. ¡Gracias por su resistencia!

Fomentar experiencias enriquecedoras de aprendizaje, respetando las diferencias, celebrando la diversidad en todas sus manifestaciones y los derechos de las personas es nuestro fin primordial. Ojalá y esta edición pueda ayudar a derrumbar muros, abrir caminos e iniciar conversaciones transformadoras, y eso se logra con educación. Espero que la disfruten.

Evelyza Crespo Rivera decana

División de Artes Liberales

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Prólogo

una conversa entre Gary y Roxanna sobre el lanzamiento de esta edición - El derecho a contarnos: expresiones boricuir.

Nota Editorial

Enmarcada dentro del día internacional de los derechos humanos 2023 y en celebración de nuestra alianza académica con The Pato Project Foundation, la revista Cruce lanza una edición especial dedicada a la memoria y recopilación de historias cuir (queer) puertorriqueñas. Esta nueva edición recopila textos que cuentan la(s) historia(s) puertorriqueña(s) a través del lente LGBTTQIA+ desde diversas experiencias isleñas, del exilio, así como desde la interseccionalidad. Afirmamos que el lanzamiento de este número es un acto de resistencia frente a tantas maneras en que los derechos humanos han sido y continúan siendo violentados a nivel local e internacional. De igual forma, sostenemos que lxs colaboradorxs que participan en esta ocasión forman parte de un grupo de héroxs y heroínas que narran, investigan, publican y presentan desde sus perspectivas, disciplinas y experiencias de vida, reclamos y luchas a favor de los derechos de todxs. Contamos con la colaboración de Gary Bonilla-Latoni, fundador de The Pato Project Foundation como co-editor y con el diseño y montaje de nuestrx talentosx artista gráficx, Anthony Gamunev.

El derecho a contarnos: expresiones boricuir reúne manifestaciones artísticas y literarias, al igual que reflexiones, ensayos críticos y de investigación, así como fotografías de parte de autorxs y artistas multidisciplinarixs, junto a aportaciones

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de estudiantes subgraduados y graduados. Comenzamos con un prólogo de parte de la Dra. Evelyza Crespo, decana de la División de Artes Liberales de la UAGM, que contextualiza esta edición especial dentro de una serie de iniciativas que se han llevado a cabo desde principios del 2023 con The Pato Project Foundation. (p. 7) The Pato Project Foundation se creó en el 2021 para rescatar, documentar y difundir la historia cuir de lxs puertorriqueñxs y estimular discusiones en nuestras universidades en torno a la búsqueda de soluciones concretas para la inclusión. Por ello, es un proyecto de legado histórico con un fin académico y social. Es por esta razón que este número incluye ensayos, textos y piezas artística que exploran temas y perspectivas afines a lo cuir, a los derechos humanos de las comunidades LGBTTQIA+, activismo político, así como manifestaciones artísticas y sociales, desde distintas miradas, disciplinas y experiencias de vida.

Como punto de partida, El derecho a contarnos inicia con un fragmento del importante libro San Juan Gay: Conquista de un espacio urbano de 1948 a 1991 escrito por el Dr. Javier Laureano y publicado por la Editorial del Instituto de Cultural Puertorriqueña en el 2016 (p. 12). En su ensayo, Laureano reflexiona sobre “la creación de la cultura gay en Puerto Rico” (p.13). Nos dice que esta, “descansa sobre un movimiento pendular que oscila entre la más cruda

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represión y la celebración” y que “el fenómeno se va tejiendo en el transcurso de la historia del país, en un proceso que tomó cientos de años.” (p.13). Cita diversas fuentes e investigaciones históricas como parte de su investigación y realiza planteamientos significativos e interesantes.

La edición continúa con un cuento magistral de parte de la reconocida escritora y activista a nivel local e internacional, Yolanda Arroyo Pizarro. En su cuento titulado “Quimbamba” (p.22), Arroyo Pizarro nos provoca una vez más con su astucia y habilidad literaria. Por otra parte, lxs doctorxs Lissette Rolón y Daniel Torres, al igual que Anthony Medina y José Javier Ortíz también participan en este número con ensayos críticos e investigativos muy valiosos. La Dra. Rolón presenta “¿Del otro lao?: algunas de mis crónicas, testimonios y memorias boricuir” (p. 28) donde testimonia su experiencia “… por un evento insólito del que fui parte desde el 2005 hasta el 2020 en Mayagüez (Puerto Rico) y que tuvo varios nombres, no por casualidad, siendo el más reciente, Coloquio ¿Del otro lao?: debates y perspectivas sobre lo cuir. (p. 30) La autora añade que en su ensayo articula “crónica, testimonio y memoria sin aspiración alguna a distinguirlas entre sí, aceptando con gusto sus porosidades e intercambios. Sin embargo, afirmo la huella de ese coloquio cuir, difícil de apalabrar y por ello perdurable mientras se siga recordando y contando”. (p.30)

El Dr. Torres colabora con un magnífico ensayo titulado “De la metáfora silenciosa de Víctor Fragoso a la metáfora contagiosa de Manuel Ramos Otero y a la poética de la ira de Alfredo Villanueva Collado” (p. 66). Este vincula “tres décadas de la literatura gay en Puerto Rico” y explora “cómo se desarrolla una estética de las escrituras del VIH y sida en las obras de los tres autores” (p. 68). Medina se integra con “Campamentos de entrenamiento para la guerra poética: espacios de vulnerabilidad en la poesía puertorriqueña” (p.82) donde explora cómo la vulnerabilidad humana “no es ajena a la poesía puertorriqueña, particularmente aquella gestada desde las experiencias otras y lo cuir” (p.85) y cómo esta puede ayudarnos a “identificarnos, organizarnos y construir comunidades en conjunto” (p. 87). Por otro lado, José Javier Ortíz contribuye con su ensayo “La comunidad LGBTTIQ, sus derechos y los espacios sociales” (p. 88). Según Ortíz, su texto “tiene como eje central la lucha por los derechos de la comunidad LGBTTIQ y su repercusión en la comunidad y sociedad puertorriqueña” (p.89). Añade que “es un trabajo de observación que ha traído consigo la situación de la salubridad” provocada por la pandemia más reciente e invita a que nos “despeguemos de la heterosexualidad obligatoria, los dogmas religiosos y las imposiciones científicas/ biológicas” y busquemos “nuevas formas justas e inclusivas para crear una nueva humanidad” (p.95).

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Entre los trabajos creativos tenemos dos colaboraciones de parte de Juan J. De los Santos, el poema “Esa bomba” (p.102) y un breve ensayo sobre la Laboratoria Boricua de Vogue donde se presentan algunos datos acompañados por fotografías de este importante movimiento sociopolítico que continúa en evolución (p.104). Bryan Suarez expone a la cantante Mila en su hermoso fotoensayo “Voz a quien dio voz” (p.76). Este incluye un código para poder escuchar su música (p.79). Anto Gamunev comparte una muestra de su serie titulada “MANipulations” (p. 54) utilizando el soft collage para construir una historia de imágenes y frases de películas y canciones que le sirven de inspiración. Asimismo, la Dra. Mayra Encarnación, escritora y colaboradora recurrente de Cruce, participa con “Busco oxígeno debajo de la epidermis por nacer…” trabajo colaborativo que integra los textos de Vicky Cristina Barcelona y Encarnación junto a las fotografías de Bria Gaia Barcelona (p. 44). El poeta José Ernesto se une nuevamente con “Balada para la comunidad” (p.42), la estudiante subgraduada de la Universidad de Puerto Rico, Gia N. Santiago se incorpora con el cuento “Su mirada” (p.52) y Ramleshka Ramos, estudiante del departamento de Comunicaciones del Recinto de Cupey, presenta su fotoensayo “We are here, we are queer get used to it!” (p.96). El artista y productor de cine, Emilio Peña Beltrán, también colabora con un fabuloso fotoensayo titulado“Cowboy Motel” (p.34).

Cerramos esta edición especial invitándoles a escuchar una entrevista que Gary Bonilla-Latoni le realizó al cantautor puertorriqueño, Glenn Monroig acompañada por la icónica canción “Me dijeron” youtube.com/watch?v=reW0IolGWU (p.110). En el texto titulado “Reflexión sobre el derecho a contarnos: la canción “Me dijeron” cumple cuarenta años” (p. 111) Bonilla narra cómo esta composición le “afirmó la existencia” la primera vez que la escuchó, cómo le generó esperanza de poder vivir una mejor vida y cómo pudo hacerle las “mil preguntas” que fue “acumulando por cuarenta años, hasta que finalmente [se] sentó a hablar con el compositor” (p. 119). Añade que, aunque Monroig y la canción hayan cambiado al pasar del tiempo, “el origen de este casi-himno nacional de hombres cuir vive intocable en su memoria” (p.119).

Gracias por su apoyo, colaboraciones y lecturas durante el 2023. ¡Continuemos accionando en el 2024! Pueden disfrutar de: El derecho a contarnos: expresiones boricuir en - https://issuu.com/revistacruce.

Roxanna Domenech Cruz y Gary Bonilla-Latoni

Revista Cruce y The Pato Project Foundation

editorescruce@uagm.edu

https://www.tpp-foundation.org

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Puntos Partida de

Política y sociedad * * * * * * * * * * *
Fragmento del libro San Juan Gay: Conquista de un espacio urbano de 1948 a 1991, San Juan: Editorial del Instituto de Cultura Puertorriqueña, 2016 Javier E. Laureano Investigador y escritor independiente

hubiese una cultura homoerótica en San Juan, conocida y tolerada hasta por el propio gobernador. El compañero César

Salcedo Chirinos y la compañera Ruth García Pantaleón también investigan la historia de la sexualidad durante el período colonial español, incluyendo las numerosas y diversas prácticas sexuales de nuestro clero colonizador.

Por otro lado, en el transcurso de la investigación para este texto, sale a relucir a inicios del siglo XX en el periódico El Imparcial un editorial para detener el baño de grupos de hombres desnudos:

Llamamos la atención a quien corresponda evitar que en “La Represa” no se bañen hombres desnudos, contraviniendo las leyes y dando muy feos espectáculos…desde los balcones de las casas…dominan con la vista el sitio no de baño, si no de relajo e inmoralidad.1

¿Qué actos “inmorales” realizaba un grupo de hombres desnudos en una represa, “dando muy feos espectáculos”?. La desnudez en sí misma no parece haber sido el detonante de la denuncia del periódico. En el contexto del Caribe hispano el “relajo” entre hombres tiende a estar cargado de juegos homosociales caracterizados por fuertes elementos de homoerotismo, como evidencia el género testimonial caribeño, específicamente el caso de Esteban Montejo en Memorias de un Cimarrón (Laureano “Intersexiones”).

En otra ocasión, también del 1912, un lector denuncia en una carta al mismo periódico la descarada tolerancia que demostraron los y las asistentes a un baile en el municipio de Bayamón ante un hombre a todas luces homosexual:

Pues bien, en ese baile se admitió a un degenerado ente, a uno de esos. . . que sólo como estiércol pueden ser utilizados, a uno de esos que manchan con el contacto leve de su ropa. . . porque su feminismo repugna y hace daño. . . . Si hubieras observado la tolerancia que con él observaban los caballeros asistentes, habrías exclamado ¡degeneración social! Hay pobres tontos que dicen: ¿Y qué tiene ese hombre diferente a otros? ¡Pobres ciegos!2

Es posible suponer que en el primer cuarto del siglo XX había diferentes manifestaciones de la homosexualidad y que incluso había cierto grado de tolerancia, a la que el periódico llama “degeneración social”. La carta termina indicando que Bayamón se encuentra en un retroceso moral, debido a la inclusión de personas como este aparente homosexual en las actividades sociales, y pidiendo la iluminación de Dios para sus compueblanos. El periódico amarillista El Imparcial se convirtió durante gran parte del transcurso del siglo XX en un motor discursivo homófobo, por lo que vale la pena verlo con detenimiento al estudiar la historia de la homosexualidad en Puerto Rico.

2 Ver: “Degeneración social” en El Imparcial del 19 de abril de 1912.

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Política
1 Ver: “Los Baños” en El Imparcial del 25 de febrero de 1912.

Como ilustran estos breves ejemplos que ofrezco, aunque en el transcurso de la historia de Puerto Rico hubo sin duda espacios importantes de tolerancia social a la homosexualidad, no es hasta al menos el final de la Segunda Guerra Mundial que comienza a articularse en la zona metropolitana de Puerto Rico una cultura gay más afincada y que busca proporcionarse un espacio más seguro y amplio. Es este un libro sobre el duro, casi épico proceso de conquista gay de un espacio urbano y de la creación de una comunidad en San Juan. Se trata de un grupo de personas vinculadas por un interés común (una comunidad), que genera un aparato visual, corporal y lingüístico de reconocimiento mutuo (una cultura).

En continua resistencia a múltiples manifestaciones del poder, la gente gay comenzó a producirse un espacio en la ciudad logrado a base de conquista y negociación, sobre todo a partir del final de la década de 1940, en los albores del Estado Libre Asociado.

Mi propuesta fundamental es que el proceso de creación de la cultura gay y de la constitución de circuitos urbanos homeróticos ocurre en el transcurso de cinco etapas en el tiempo. Este proceso está a su vez atravesado por varios fenómenos que le dan estructura a los capítulos y anclan el libro: la creación de una cultura transformista, un circuito de barras y discotecas gay, la consolidación del movimiento político, la epidemia del SIDA y los asesinatos en serie de Ángel Colón Maldonado. El trabajo no pretende

crear una ilusión de continuidad y concreción homogénea. En su lugar, la periodización busca fijar ciertas fronteras que permitan identificar los límites del proceso y los puntos de inflexión. Por definición, la historia gay hasta finales del siglo XX es dislocada, marginal, límite y silenciosa.

La primera etapa comienza en 1948 y cubre la década de los cincuenta. El final de la Segunda Guerra Mundial produjo grandes espacios gays en las metrópolis de EEUU, que a su vez eran puertos militares. A esto se le añade el advenimiento de la época dorada del capitalismo norteamericano. En la isla, el proceso lo marca la elección de Luis Muñoz Marín como gobernador de Puerto Rico, la fundación del Estado Libre Asociado (ELA), la emigración de fuerza trabajadora local a Nueva York y la puesta en marcha de un discurso y un proyecto de modernización.3 Estos procesos provocaron una transformación en la vida urbana de San Juan, en la percepción del cuerpo mismo, con nuevas políticas de higienización y de control de la natalidad. Comienza también una revolución en los medios de comunicación, la televisión y la multiplicación de las emisoras de radio. Los productores de programas de televisión crearon, desde casi el primer día de esta industria en Puerto Rico, a personajes “afeminados” o “amanerados” como Floripondia, Cuquita Sabrosura, Serafín Sin Fin y Ramoneta Cienfuegos y de la O, que fijan en la imaginación la idea y el espacio de un tipo —o más bien un estereotipo— de una masculinidad particular: el homosexual. La televisión no ocurre en un vacío. Estos

3 Ver los trabajos de Silvia Álvarez Curbelo y María Elena Rodríguez Castro, Ángel Quintero Rivera, Leonardo Santana Rabell y Henry Wells en la bibliografía. Sobre la puesta en marcha del discurso de la modernidad en Puerto Rico, ver el de Álvarez Curbelo, Un país del porvenir: El afán de modernidad en Puerto Rico (siglo XIX)

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y sociedad * * * * * * * * * * *
Política

personajes corresponden a una tensión social o relevancia del tema en el entorno que genera a su vez estas imágenes televisivas.

Por otro lado, es en esta misma década de los cincuenta, donde documento por primera vez una red de lugares de encuentro en San Juan para tener relaciones entre varones. El cruising o ligue público es uno de los puntos de partida de la vida gay urbana de San Juan más difíciles de historiar. Por un lado, muy pocas personas ofrecen detalles de su vida íntima a este nivel; por otro, los casos de ligue público tienden a catalogarse por la Policía como prostitución o exposición deshonesta. También está el hecho de la intermitencia; se realiza en distintos puntos de la ciudad para así esquivar los arrestos. Sin embargo, hay unos lugares fijos, conocidos por todos y todas, que llevan décadas como espacios de ligue. El cruising o ligue público es una frontera importante para la historia urbana y a la vez es un gran reto. Dónde están estos lugares y desde cuándo existen son preguntas válidas para historiar el proceso. Sin embargo, hay que tomar en cuenta hasta qué punto, como investigadores de la disciplina, nos interesa revelar demasiado, crear un mapa para los arrestos, poner al descubierto unos espacios que se caracterizan por no serlo, lo cual podría ser dañino. Es la cuestión de la visibilidad, de preguntarse hasta qué punto queremos ser visibles.

Un caso que muestra la encrucijada entre la visibilidad y la invisibilidad es el del transformista Baby Martell. Ella proviene

de una familia burguesa de Ponce, que ante su evidente homosexualidad, decide borrarla del panorama ponceño y enviarla a Nueva York, donde, para desgracia de su familia, entra en la compañía de la transformista Jules Josephine y llega a París un tiempo después para trabajar en Le Carrousell (formaba parte del Folies-Bergére) como transformista y en la década de los cincuenta pasa a formar parte de la orquesta de Tito Puente como rumbera de coro. Baby Martell llega a ser, pues, un transformista muy visible.4

La segunda etapa en esta investigación ocurre en la década de los sesenta, años caracterizados por la lucha por los derechos civiles, el triunfo de la Revolución cubana5 y años que culminan con la Revolución de Stonewall. Los arrestos, el abuso policíaco y el cierre de barras eran frecuentes tanto en San Juan como en otras capitales del mundo. Esto fue así hasta que ocurre la resistencia en cadena que provoca el arresto de los clientes homosexuales de la barra Stonewall Inn en Nueva York la madrugada del 27 de junio de 1969. El acto constituye un marco de referencia sobre la rebelión homosexual urbana. Este gesto de rebelión, que fue reseñado durante dos días en The New York Times, tiene unas repercusiones claras en San Juan debido al intercambio continuo de puertorriqueños entre Nueva York y la isla. En Puerto Rico, Cristina Hayworth reclama ser una de las transformistas que participó en Stonewall.6

4 Entrevista de Javier E. Laureano a Gilo Rosa, 11 de noviembre de 2002, Salón de Belleza Beautiful Hair, Puerto Nuevo.

5 Dos textos fundamentales sobre los gays en la Revolución cubana son el de Ian Lumsden, Machos, Maricones and Gays: Cuba and Homosexuality y el de Emilio Bejel, Gay Cuban Nation. En una entrevista reciente con la periodista Carmen Lira Saade, Fidel Castro admitió su responsabilidad y la existencia misma de la persecución de los homosexuales en Cuba hasta hace algunas décadas.

6 Un texto importante, basado en fuentes de historia oral, es el libro Stonewall de

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En la historiografía, varios textos medulares cuestionan los eventos del 27 de junio de 1969 en Stonewall como el punto de partida; de nuevo sale a relucir el problema de la búsqueda de los orígenes. El peligro reside en caer en un análisis histórico que, al intentar marcar un punto de partida, borra toda la cultura homosexual anterior al 1969, no solo en Nueva York sino en Estados Unidos y prácticamente todo el Occidente. Uno de los exponentes más importantes del rescate del mundo gay antes de Stonewall en Estados Unidos es George Chauncey con su libro Gay New York: Gender, Urban Culture and the Making of the Gay Male World 1890-1940.

Según la Oficina del Censo de Estados Unidos, a finales de la década de 1960 vivían en Nueva York casi un millón de puertorriqueños y la población de la isla para esa misma fecha era de 2.7 millones de personas. La relación de intercambio entre Puerto Rico y la Ciudad era (y es) continua. A pesar de esta realidad, en el movimiento político LGBTTQ+ local existen líderes que muestran resistencia a aceptar la importancia del intercambio diaspórico homosexual puertorriqueño. La intersección entre migración y homosexualidad entre Puerto Rico y Nueva York es uno de los temas de investigación de Lawrence La Fountain-Stokes (Queer Ricans…).

Como parte de esta segunda etapa, a finales de esta década de 1960 Johnny Rodríguez, el compositor y hermano del cantante Tito Rodríguez, crea el club nocturno de espectáculos transformistas

Martin Duberman. También ver Stonewall: The Riots that Sparked the Gay Revolution de David Carter.

llamado El Cotorrito. El club logró ser un fenómeno urbano en Santurce, recibía una clientela mayormente heterosexual y era frecuentado por políticos como el gobernador Luis Muñoz Marín y la alcaldesa de la ciudad capital, Felisa Rincón de Gautier.

La tercera etapa corre de la década de los setenta a 1981. Es un momento en el que ocurre una consolidación de un circuito homoerótico en San Juan y casi todas las grandes capitales de Occidente, con nudos/ nodos importantes en el Viejo San Juan, Santurce y el Condado.

Antonio Pantojas, una de las primeras personas que desde un lugar identitario gay ocupa la esfera pública, comienza su carrera profesional y marca la década de 1970. Pantojas es una persona con educación universitaria, articulada, con una inteligencia aguda, que trabaja vestido de mujer y que comienza a llevar al “mainstream”, a través de salas de teatro y barras, lo que unos años antes ocurría en el clandestinaje, bajo la amenaza constante de la persecución policíaca. A partir de Pantojas, el transformismo deja de ser un show de variedades centrado en el éxito mimético de la transformación de un género a otro para convertirse en un comentario social complejo y humorístico sobre el género en sí, sobre la idea misma de qué es y cómo se construye lo femenino en la cultura. Pantojas es un performero del género y durante su extensa carrera experimentará con el transformismo de hombre a mujer en sus más diversas manifestaciones, incluyendo conductas irreverentes que ponen en duda las convenciones y a veces

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Política

estrictas regulaciones del acto de vestirse de mujer. Pantojas trabajó también fuera de Puerto Rico, sobre todo en la República Dominicana.

Los setenta se caracterizan por el establecimiento de grandes barras y discotecas (como Boccaccio y Bachelor) que sirven de lugares de encuentro entre personas del mismo sexo en San Juan y la zona metropolitana de Puerto Rico. La década estuvo marcada también por una gran explosión sexual, el mercado multiplicó los lugares de encuentros eróticos, la oferta sexual para varones gay era continua y permanente con saunas, cines que presentaban películas pornográficas, barras con “dark rooms” y discotecas, entre otros espacios, incluyendo barras para lesbianas. Fue una década de organización política con la creación de la Comunidad de Orgullo Gay, de acceso nunca antes visto a espacios homosexuales, pero también de aumento en la persecución por parte de los sectores más conservadores del país.

La cuarta etapa, que va de 1981 a 1992, los ochenta, está marcada ineludiblemente por el advenimiento de la epidemia del SIDA, que azotó a la población gay de Puerto Rico radicalmente. En el 1986, ocurre también el revés en el caso de Bowers vs. Hardwick, cuando el Tribunal Supremo de Estados Unidos decide defender el estado de Georgia y declarar constitucionales las leyes antisodomía de los estados e incluso el arresto de personas del mismo sexo que de forma consensual mantengan relaciones sexuales; dichas leyes, en algunas jurisdicciones, incluyen

el sexo oral y anal entre parejas heterosexuales (Eskridge).

Según los mitos urbanos locales, fue en hoteles gay del Condado y de Ocean Park, como el Atlantic Beach, en la calle Vendig, o el desaparecido Arcos Blancos, en la calle Carrión, frecuentados por turistas mayormente norteamericanos, que muchas personas creen que “entró” la infección del VIH a la isla.

Una de las consecuencias sociales que tuvo la epidemia en Puerto Rico fue la identificación de la minoría gay como la causante del virus. El SIDA ofreció una muy indeseable visibilidad a la población gay, sobre todo de varones. A su vez, el estar en el ojo del huracán de la epidemia, en los años ochenta se registró la consolidación de grupos de lucha política en contra de la estigmatización de los homosexuales en sus lugares de empleo y en la vida cotidiana. Esta década también marcó un período de persecución de parte de los grupos conservadores religiosos que interpretan la epidemia como un “castigo de Dios”. En los años ochenta ocurre también el caso de Ángel Colón Maldonado, conocido como “El Ángel de los Solteros”, quien presumiblemente llegó a asesinar a veintisiete varones gay, lo que lo convierte en el matón en serie hispano más acérrimo de la historia de Estados Unidos.

La última etapa va de 1992 en adelante, con el comienzo de la Parada de Orgullo LGBTTQ+ (Parada Gay) en San Juan, la revolución de los medicamentos para tratar el VIH, la decisión del Tribunal

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Supremo de Estados Unidos de revocar en 2003 Bowers vs. Harwick y, posteriormente, su decisión en 2015 de reconocer los matrimonios entre personas del mismo sexo.

La Parada de Orgullo LGBTTQ+ brinda espacios de discusión, debate y una cobertura asombrosa de la prensa local, que incluye al menos una primera plana anual en casi todos los periódicos de Puerto Rico e incluso del exterior. No siempre fue así. En los primeros años de la marcha el periódico de circulación masiva que ofrecía cobertura al evento era, curiosamente, The San Juan Star, el único periódico publicado en inglés en Puerto Rico. Entre 2009 y 2010 el asesinato del transgénero Jorge Steven López Mercado y la aceptación de parte de Ricky Martin de su homosexualidad marcan un momento coyuntural en la historia LGBTTQ+ de Puerto Rico, coyuntura que genera cientos de artículos periodísticos a nivel mundial sobre estos dos casos.

El ligue público no tiene un capítulo aparte ni está caracterizado en este libro como un fenómeno con una temporalidad específica porque ocurre en todo momento. No significa que el cruising o ligue sea transhistórico, todo lo contrario, siempre está enmarcado en un proceso temporal y en lugares muy específicos. De hecho, las primeras evidencias anecdóticas de la existencia de unos circuitos de encuentro entre personas del mismo sexo se remontan a los años 1940 y 1950 en zonas cerca de las áreas militares como El Escambrón y Bajamar, además de los baños de la Universidad de Puerto Rico y varias playas.

Incluso la información periodística mencionada anteriormente sobre “Los Baños” publicada en el 1912 sugiere una posibilidad de ligue público a comienzos del siglo XX.

Mark Turner, en su libro Backward Glances: Cruising in the Streets of New York and London, entiende el ligue público como el momento en que ocurre un intercambio visual entre personas capaz de crear un tipo de reconocimiento entre ellas que las saca de la circulación anónima de la ciudad. Este reconocimiento o transacción ocurre por medio de un lenguaje visual y corporal, caracterizado por gestos que sirven de contraseñas y negociación para llegar a un encuentro sexual. El tópico del ligue lo caracterizo en varios capítulos donde trabajo el fenómeno de forma contextualizada al tema estudiado, como el de la cultura de las barras y su relación con las calles o de las hospederías localizadas en las playas de mayor tránsito gay. El libro que marca de forma cruda y contundente estos espacios es el de David Caleb Acevedo, Diario de una puta humilde. Nos encontramos en un momento decisivamente coyuntural; el 26 de junio de 2015 la Corte Suprema de los Estados Unidos reconoció el matrimonio entre personas del mismo sexo con su decisión de Obergefell et al. v. Hodges, director, Ohio Department of Health, et al. 7 En diciembre de 2010 el Senado de ese mismo país eliminó la prohibición de reclutar homosexuales en el ejército8 y consecuentemente el 30 de

7 La decisión se encuentra en su totalidad en el siguiente enlace: http://www. supremecourt.gov/opinions/14pdf/14-556_3204.pdf Consultado en diciembre 2015.

8 La noticia fue reseñada en la prensa de Estados Unidos y del mundo: http://

sociedad
Política y

septiembre de 2011, el Departamento de Defensa eliminó la “conducta homosexual” de sus listas de causas para separación de las fuerzas armadas. En el 2003 la Corte Suprema anuló la decisión de 1986 de Bowers v. Hardwick resolviendo en el caso de Lawrence vs. Texas a favor del derecho a la privacidad de las personas. En ambos casos, unos agentes de la policía allanan la casa de un varón por asuntos no relacionados con la homosexualidad, lo encuentran teniendo sexo con otro hombre y lo arrestan por violación a las leyes que penalizaban la sodomía consensual en sus respectivos estados. Incluso el sexo oral entre adultos estaba prohibido en estas jurisdicciones.9

Hasta cierto punto, estos primeros quince años del siglo XXI equivalen a la década de 1960 para los derechos civiles y a la de 1970 en el ámbito de la política pública ambiental en Estados Unidos. Sin embargo, estas políticas no están ajenas al pensamiento crítico y la problematización; por ejemplo, hay que pensar en los efectos de normalizar y domesticar la homosexualidad. Si queríamos casarnos y servir en el ejército, dos instituciones tradicionales, ya lo tenemos. No obstante, no debemos ignorar el hecho de que la comunidad LGBTTQ+ es ciertamente distinta a la familia tradicional heterosexual. Nos ha costado mucho trabajo llegar a acceder a aquellos beneficios; sin embargo, de cara al futuro hay que pensar hasta dónde queremos llevar estos ejercicios de normalización de nuestra comunidad, ahora visible, en el ojo mismo del Estado. ¿Queremos ser tan visibles?

www.nytimes.com/2010/12/19/us/politics/19cong.html?pagewanted=all&_r=0 Consultado en diciembre 2015.

9 Ver el artículo de Summers sobre estas decisiones en: http://www.glbtqarchive. com/ssh/bowers_v_hardwick_S.pdf Consultado en diciembre 2015.

* * * * * * * * * * *
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A los caídos en la masacre de Pulse, en Orlando A Gary Bonilla-Latoni y su maravilloso The Pato Project Foundation I.

La pura verdad es que la perra se llama así: Quimbamba. Mi hermano llegó a la casa una tarde explicando que su ex novia le había regalado la mascota. Lo miramos con incredulidad, pero en silencio. Desde hace un tiempo desconfiamos de las historias de mi hermano, por parecernos inventadas, en especial aquellas que incluyen novias imaginarias. Pero por varias razones que no vienen al caso, ni decimos nada ni le llevamos la contraria. Reaccionamos con falso asombro, cosa que a él no le dé vergüenza ni pudor. Le tenemos pena y lo dejamos hacer, en especial después de la paliza que recibió en la escuela.

Ahora bien, yo sabía una verdad irrefutable que mis padres desconocían. La perra era realenga, callejera, sata. Mi antiguo grupo de amigos y yo le habíamos quemado el rabo no una, sino dos veces. Y aunque de eso había pasado algún tiempo, si se le miraba con cuidado todavía podía notarse la punta de la cola chamuscada de la pobre. Mi gemelo, tan distinto a mí en lo débil y humanitario, tan allegado a la poesía que le llaman palesiana, y tan fanático del culipandeo y de los sandungueros

Quimbamba

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Yolanda Arroyo Pizarro EDP
University

movimientos de cadera de Jennifer López — a quien cuando mis padres no miraban él imitaba, — anunció celebratorio que el nombre de la perra era Quimbamba. Yo por poco escupo por la nariz el refresco carbonatado que me bebía, pero ante esta, su nueva invención, no dije ni ji.

Papá y mamá, que ya coordinaban la mudanza criolla creativa, se opusieron en principio a que él tuviera mascota. Y digo lo de la mudanza como quien decide bautizar un proceso poco ordinario como aquel. Mudarse de la Isla debía ser en sí tarea fácil, pero mudarse de la manera en que tantos boricuas lo estaban haciendo, era otro cantar. Algunos le llamaban el proyectazo. El procedimiento debía seguirse de la siguiente manera: uno, empacar en cantidades mínimas ropa, calzado y tereques, como si fuéramos a regresar a la isla de unas largas vacaciones; dos, dejar de hacer los pagos de la hipoteca de la casa (mientras más meses, mejor); tres, dejar de hacer el pagaré del único auto que nos quedaba — luego de la venta relámpago de la guagua de mamá, — (y lo mismo, mientras más meses, mejor); cuatro, al final permitir que te cortaran los servicios de Cable TV, la electricidad, la prestación de agua y cualquier otro servicio mensual. Tener mal crédito es lo de menos, le escuché decir hace meses a unas tías que ya se habían ido del país. Alegan que en Estados Unidos te dan casa, carro y utilities aunque tu crédito esté por el piso. Finalmente, usar el poco dinero que llegaba para comprar lo necesario, adquirir los pasajes aéreos y ahorrar para nuestra nueva vida. Aunque mis padres habían sido despedidos debido a la crisis fiscal, los cheques de desempleo, de los cupones y de los trabajos que papá y mamá realizaban por debajo de la mesa seguían generando algunos ingresos.

Iríamos a vivir a la casa del cabrón del tío Félix en principio, y luego, cuando empezáramos a tener la pequeña fortuna que papá se jactaba que amasaría, compraríamos una casa propia con piscina americana y varios autos. Porque en los niuyores todo es mejor y Orlando es, sin lugar a dudas, la mejor parte de esos niuyores. Lo del cabrón del tío Félix lo digo y me quedo corta en la descripción, porque ya mi gemelo hace unos años lo acusó de toqueteo indebido. Entonces, que ahora tengamos que irnos a vivir a la cueva del lobo, es surreal. Pero para eso está la familia, siempre dice papá, para ayudarnos en los peores momentos. Acto seguido todos nos mordemos la lengua y callamos. Todos menos Quimbamba que decide ladrar inusitada e inesperadamente, como si mi gemelo le hubiera contado y ella hubiera entendido, y esta fuera parte de su protesta.

Mi gemelo cuida de Quimbamba todo el día, en otro lugar que no es nuestra casa. Cuando vuelve en la tarde o en la noche, regresa con ella, que ya ha comido, bebido y realizado sus necesidades. Ambos duermen juntos en el mismo colchón. La perra posee un collar que mi hermano alega le ha regalado otra ex novia. Tiene los colores del arcoíris y dice en letras grandes Quimbamba. La pendeja perra no se ha olvidado de mí. Me detesta. Me ladra a cada rato, me gruñe, me espeta los colmillos cada vez que nadie observa y yo de

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inmediato estiro la pierna y le doy una patada, a lo que ella responde chillando y se va.

Parte de los procedimientos de la mudanza criolla creativa —ordenamientos que ya han perfeccionado otros de nuestros vecinos y que nosotros copiamos porque esa es la que hay— , implica ir vendiendo los enseres y muebles de la casa poco a poco, aunque estos aún se deban a la mueblería o a las casas financieras. Lo vital de todo, le escuché decir a mamá, es que lo último que se debe vender es la nevera y la lavadora, por razones obvias. Y digo lo último como quienes ya han pasado semanas enteras, sentados en el suelo de una sala sin sofá, sin butacas, sin taburetes o cuadros en las paredes, sin floreros ni mesas de centro y sin televisión. La estufa, el microondas, la secadora y los juegos de dormitorio ya no están. Dormimos sobre un colchón en el suelo que nos tiene las espaldas lastimadas y calentamos espaguetis de lata en una hornillita de gas que utilizamos durante apagones, sea que venga o no un huracán. Y aunque nuestros padres nos exigen que asistamos a la escuela para no levantar sospechas, la realidad es que mi gemelo y yo vamos si nos da la gana y si no, no. Casi siempre él se va todo el día para la casa de su amigo y yo me la paso en el centro comercial sentadita en una esquina sin molestar a nadie, viendo desde mi celular Kill Bill o Django, películas que me fascinan. Además, ya casi es verano y poco importa la asistencia a clases.

II.

El día que finalmente nos vamos a mudar, ponemos la alarma del reloj para que nos levante muy temprano, así salimos al aeropuerto con tiempo suficiente y seguimos las instrucciones de la mudanza criolla creativa. El sol está apenas saliendo con sus tonos de naranja y rosado, cuando notificamos al guardia de seguridad de nuestra urbanización de control de acceso que ya no regresaremos. Él llama por teléfono a unos primos que tienen una pick up y que se encargarán de sacar lo que quede adentro de la casa y la marquesina para revenderlo. Dependiendo del dinero que logren recaudar de aquella venta, nos enviarán alguna comisión a la nueva dirección, así todos nos ayudamos. Cuando los oficiales del banco, la financiera o la mueblería lleguen a intentar re-poseer alguna de las propiedades o activos, se darán con la sorpresa de que queda poco o casi nada, apenas la estructura solitaria. Aunque ni tanta será la sorpresa, supongo. Nosotros tan solo nos hemos sumado a un mecanismo que ha venido sucediendo del mismo modo por los pasados años.

En el auto, mi gemelo y yo vamos en el asiento de atrás en silencio, parecemos molestos. La perra se encuentra a su lado, metida en un bulto-equipaje especializado que le ha regalado otra novia. Él abre la boca y susurra para que solo yo lo escuche: A la primera que me haga ese cabrón, le rebano la garganta con un cuchillo. Lo dice y baja el rostro. Casi puedo notar la lágrima que no le cae del ojo derecho. Le tomo de la mano y contesto: Y yo lo estasajo con unas tijeras si nos vuelve a manosear.

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LETRAS

El carro se deja en el estacionamiento del aeropuerto, con una hoja de papel violeta que papá coloca sobre el cristal frontal. Aquella marca servirá para hacer saber a los empleados “involucrados” que el auto se va a quedar allí sin dueño. Cualquiera podrá disponer de él sin devolverlo al banco, que esos burgueses bastante dinero que ya tienen. Algún caco contratado habrá de recogerlo, luego de buscar las llaves colocadas secretamente en uno de los neumáticos. Lo venderá en piezas o le cambiará la chapa para cometer algún atraco.

III. No logro hacer amistades en ese pequeño vecindario en el que todos hablan boricua. Me siento muy sola. Soy una nena rara, introvertida, que se entretenía quemando los rabos de los perros vagabundos y que muy pronto descubre que en este estado de la gran nación americana no hay. Ni perros, ni amigos, ni vagabundos. Las calles

26 / REVISTA CRUCE: CRÍTICA SOCIO-CULTURAL CONTEMPORÁNEA

están limpias de basura y de gente. Los autos no se dejan estacionados en frente de las casas, sino adentro de las cocheras. Los patios tienen sus gramas debidamente cortadas y arregladas. Aunque es junio, he comenzado a asistir a una nueva escuela superior para tomar tutorías de inglés. Mi gemelo, contrario a mí, ya ha hecho grandes amistades que parecen entenderlo y aceptarlo sin novia. No se vislumbra en su futuro cercano ninguna paliza. A escondidas de papá y mamá asiste con sus amigos a fiestas de pelucas coloridas en discotecas. Por eso a todos nos toma por sorpresa la noticia. Por eso sentimos tanta desolación y confusión ante el acontecimiento.

Nadie nos prepara para ello.

IV.

Es la celebración de la Noche Latina. A papá y a mamá les explican que se escoge un bar nocturno, a veces una cervecería al aire libre, y algunas orquestas o DJ’s amenizan toda la noche con música de Marc Anthony, Celia Cruz, Gloria Estefan o Shakira. Y hasta de Ricky Martin. Esa noche la festividad es en el Club Pulse.

Entonces los balazos. Entonces el corre y corre. Los gritos. Los amigos que intentan salvarse unos a otros. Las madres que sirven de escudo humano para que los disparos no alcancen a sus hijos. Los padres que dejan a tantas y tantos huérfanos. El sonido de una ametralladora y la policía, el FBI, los helicópteros. Las estaciones de televisión y radio transmiten el suceso en vivo. Algunos ya hablan de masacre, de decenas y decenas de muertos y heridos. Se narran las peripecias de unos por escapar; los llantos, las súplicas, los insultos de otros. El conteo de cuerpos caídos: veinticinco, treinta y dos, cuarenta y nueve… Yo no estoy presente. De todo me entero por una transmisión en tiempo real desde mi teléfono celular. Absorta, estupefacta, inmovilizada miro a la pantalla. Luego atestiguo la llamada telefónica a nuestro hogar por personal del hospital. Más tarde veo a mis padres contestando las llamadas que siguen desde la morgue.

En nuestra casa, hasta el cabrón del tío Félix estalla en llanto.

Yo miro a Quimbamba y a su collar con los colores del arcoíris. La pendeja perra sigue sin olvidarse de mí. Me detesta. Me ladra, me gruñe, me espeta los colmillos como preguntando por mi hermano. ¿Qué hacer ahora si el ente con el que vienes al mundo ya no está? ¿Qué se hace con ese abismo que convierte a la distancia en eterna? ¿Cómo se consuela una al saber que ya no existirá el corazón que palpitó tan pegado al tuyo adentro de un vientre? Quimbamba ladra. Gruñe. Me muerde y brota la sangre. Acto seguido estiro la mano y la agarro. La abrazo demasiado fuerte. Casi la asfixio. Tanto que ella aúlla y justo en ese momento me doy cuenta de que somos las dos quienes estamos chillando.

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y

¿Del otro lao?: algunas de mis crónicas, memorias testimonios boricuir

Lissette

Universidad de Puerto Rico, Recinto de Mayagüez

28 / REVISTA CRUCE: CRÍTICA SOCIO-CULTURAL CONTEMPORÁNEA Política y sociedad

A mi madre, Dilia Esther Collazo Matos, porque siempre está, de mi lado.

(In memoriam)

Desafiando

¿Cuándo es urgente testimoniar? ¿Qué relevancia tiene para el devenir la distinción entre testimonio y crónica? ¿Cómo se puede contar lo vivido para que no sea un ejercicio de futilidad centrado en la tiranía de lo propio? Ninguna de esas preguntas tiene respuesta sencilla. Empiezo por reconocerlo.

Las memorias, que atraviesan crónica y testimonio, son las sustancias orgánicas del recuerdo. En el caso de la narracióntestigo –en la cual quien cuenta, la cronista, está inmersa en la inmediatez del evento–, las memorias son frescas, tienen la elusiva apariencia de lo actual como cercano y más preciso. Pero bien sabemos del engaño de las certezas que atraviesan nuestra subjetividad impresionada.

Así, los testimonios en primera persona, cuyo tapiz memorioso suele ser algo más remoto, se articulan con voz propia, desde una sutil distancia, desde los acechos del recuerdo, desde ese cernido de

los hechos, articulado y enredado con su escenario histórico más amplio y ajeno.

En estos relatos, cuya autoridad reside en ese yo partícipe, también se cuela inadvertidamente el equívoco.

En consecuencia, memorias, crónicas y testimonios, a pesar de tener en común recuerdos verdaderos para quien narra o cuenta, sostienen una relación ambigua, sinuosa y, por qué no, caprichosa con lo recordado, así como con cierto imperativo de certidumbres. Tengamos esa salvedad en cuenta al leer lo que procedo a narrar, necesariamente desde mi ínfima localidad de parte y testigo. Téngase por seguro que no aspiro a una narración de totalidad. Reconozco que lo narrado es más que mi experiencia y que mis vivencias son menos que lo acontecido.

Invito a aproximarse a la siguiente relación boricuir en desafío de nombres y

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Política y sociedad

categorías del contar mnemónico, como lo hace el impulso mismo de “lo cuir,” y con la rebeldía indómita de lo bori-cuá-cuá-cuá.1

No renunciemos al derecho a contarnos con nominaciones propias, por modestas que parezcan, incluso reconociendo su insuficiencia y parcialidad. Tampoco ostentemos nuestra experiencia como norma. Esa ruta ha sido nuestra opresión por siglos y bien lo sabemos.

Testimonio mi experiencia por un evento insólito del que fui parte desde el 2005 hasta el 2020 en Mayagüez (Puerto Rico) y que tuvo varios nombres,2 no por casualidad, siendo el más reciente, Coloquio ¿Del otro lao?: debates y perspectivas sobre lo cuir. 3 Modestamente, articulo crónica, testimonio y memoria sin aspiración alguna a distinguirlas entre sí, aceptando con gusto sus porosidades e intercambios. Sin embargo, afirmo la huella de ese coloquio cuir, difícil de apalabrar y por ello perdurable mientras se siga recordando y contando.

Contando 1

Es imposible saber cuántas existencias se vieron tras-tocadas por el Coloquio ¿Del

1 Para un desarrollo de mi concepto y concepción de lo “boricuir” ver, En fuga: Florencio Pla Meseguer, memoria, poder y resistencia. Cabo Rojo: Editora Educación Emergente, 2021. El uso de la onomatopeya cuá-cuá-cuá, canto de patos, ha sido insulto en nuestro archipiélago, pero en este caso es homenaje, afirmación y celebración de la patería boricuir de antes y de ahora siguiendo el acento apalabrado hace años por Ángel Lozada en La patografía

2 Para una reflexión propia sobre el nombre de este coloquio remito a Borrador de auto-ayuda queer y otros ensayos raritos. Cabo Rojo: Editora Educación Emergente, 2015.

3 El primer Coloquio ¿Del otro lao? se comenzó a organizar desde la biblioteca del Departamento de Humanidades de la Facultad de Artes y Ciencias del Recinto Universitario de Mayagüez en el 2005. En ese entonces me desempeñaba como directora de ese departamento. El esfuerzo fue catalizado por la inspiración que tuvo un estudiante de Ciencias Sociales (Johnny Miranda) tras participar en el V Coloquio Nacional de Mujeres que se celebró en nuestra universidad en primavera de 2005 y de cuyo equipo organizador fui parte como coordinadora del Comité de Programa.

otro lao? a partir del 28 de marzo de 2006. No pretendo contarlas. No sabría. Pero puedo afirmar que fueron cientos, miles, incontables, quienes en ese breve espacio de dos o tres días cada dos años pudieron verse en espejos. Ese instante les salvó de abismos.

No lo digo por decir. Me lo dijeron infinidad de estudiantes. Para algunxs fue un asunto de vida. La muerte les acechaba, cada día, fuera de esas jornadas. Lo que supuso para quienes participamos en esas ocho ediciones que coordiné –con la imprescindible asistencia de un equipo de estudiantes, colegas y personal de apoyo a la docencia solidarixs, aguerridxs y puntuales– tampoco llegaré a imaginarlo. No hace falta.

Pero es preciso consignar que por esos años la Universidad de Puerto Rico en su Recinto Universitario de Mayagüez cumplió su deber, fue pertinente y atendió un asunto de urgencia social impostergable. Hizo vivible, por momentos, la trayectoria universitaria para cientxs de estudiantes cuir sin necesidad de responder a políticas federales exógenas a cambio de fondosmigajas en esta añeja colonia. Fue impertinente a los ojos de conservadores y tradicionales cuirfóbicos. Fue rebelde, aun a regañadientes. Eso, quizá, la hizo otra y fue bueno.

Cuando hoy algunxs se preguntan con desconcierto por qué la Junta innombrable y sus acólitos se han ensañado contra la UPR y la han postrado hasta la humillación, habría que mirar más allá de su impronta

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crítica, libre pensadora e independentista. En la universidad pública de este archipiélago saqueado se forjan otras vidas soberanas, dignas e insobornables frente al patriarcado vil y homicida y contra la cis-hetero-norma en todos sus perfiles. No hay que olvidar que la agenda imperial-colonial atraviesa cuerpxs de mujeres, feminizadxs y rarxs de toda ralea para ejecutar su control y afán de dominio, para ejercer su dueñidad como bien ha declarado Rita Laura Segato y tantas otras pensadoras de nuestros lares. Si quieres dominar, controla cuerpxs, vidas y haciendas. Aduéñate de las riquezas comunes y despoja de posibilidades materiales a las mayorías; pero, sobre todo, a las rebeldías. Esa parece ser la consigna del imperialismo en todas sus variantes a través del tiempo.

2

La lucha por las condiciones materiales para llevar a cabo el Coloquio ¿Del otro lao? fue una de mis tareas principales desde esa primera edición. Pese a formar parte del liderato universitario de entonces, tuve que educar y renunciar a posiciones para conseguir un mínimo de sustento para el evento. Esa fue mi salida del clóset en la universidad. Nada espectacular; sencillamente, me planté y reclamé al decano de la facultad y al rector del momento un mínimo de coherencia, equidad y justicia. Me parece haber dicho: “Si soy buena para ser una profesora, investigadora y directora lesbiana, lo soy también para coordinar el Coloquio ¿Del otro lao? con los mismos apoyos que recibo para mis otras gestiones.”

Reclamar financiamiento institucional

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y sociedad
Política

para el Coloquio ¿Del otro lao? fue un asunto determinante para poner a prueba la cacareada política de no discriminación de la UPR que, en general, es letra muerta. Evidencia de ello es que nunca fue fácil lograr los apoyos institucionales necesarios, aunque hubo contadas y apreciadas excepciones.

Terminé renunciando a la coordinación del Coloquio ¿Del otro lao? en 2020 precisamente porque después de quince años en esa lucha, me topé con otro decano que parecía encarnar lo que Hannah Arendt llamó la banalidad del mal. Ese acólito del podercito de turno parecía derivar placer al ejecutar en su pequeño dominio universitario los designios de la Junta referida y afirmó con desparpajo que “se habían acabado las dádivas y las vacas gordas.” Para ese señor no pasaba nada porque la UPR sólo se iba a “poner más flaquita” y eso no estaba nada mal.

De ese modo tan frívolo, llano e insensible, ese otro innombrable despachaba los recortes a la universidad pública de Puerto Rico y a toda gestión que se hacía al amparo de un financiamiento gubernamental mínimamente justo. Así acabó mi paciencia y desbordó mi cansancio. Así demostró que, pese a las numerosas existencias tras-tocadas por el Coloquio ¿Del otro lao?, a las múltiples formas de evidencia de su éxito, pertinencia y alcance a nivel local e internacional –incluyendo elevar el nombre del recinto mayagüezano de la UPR como lugar de avanzada–, había personas en el liderato de la universidad que nunca pasaron por sus aulas ni hicieron la tarea más mínima por defender y proteger nuestra universidad

pública y asegurar que fuera un espacio justo y seguro para todxs.4

3 Pese a esos pesares, y a que el poder nunca descansa, el VIII Coloquio ¿Del otro lao? fue la mejor despedida posible de esta andadura5 Las denuncias al proceder institucional movilizaron apoyos sobrados para la celebración de la novena edición, que se llevó a cabo, bajo un nuevo liderato e incluso con los significativos cambios requeridos por la pandemia del COVID-19, en la primavera de 2022.

Escribo en mayo de 2023 después de tanto y de todo. Hoy el asedio gubernamental e institucional a las sexualidades, cuerpxs y deseos cuir anda suelto en Puerto Rico y otras latitudes. Que lo sepan: nosotrxs tampoco descansaremos hasta que su proceder sea letra muerta. Esa es nuestra cuir-promesa.

Ahí quedan las existencias rescatadas del discrimen como testimonio. Ahí quedan las vidas dignas de ser vividas en su más bella rareza como crónica cotidiana de la calle y de la universidad de hoy. Ahí quedan lxs espléndidxs cuerpxs boricuir como memoria ineludible. Cuá-cuá-cuá.

4 Para algunas referencias imprescindibles sobre el evento ver: https://www.caribbeansexualities.org/2017/07/11/activismo-academico-politico-en-puerto-rico/ y “Del otro la’o: Boricuir Praxis from Mayagüez: An Interview with Lissette Rolón Collazo and Beatriz Llenín Figueroa,” Christopher Powers and Jocelyn A. Géliga Vargas. CENTRO: Journal of the Center for Puerto Rican Studies Volume XXX, Number 2 (Summer 2018).

5 Ver las Actas del evento a partir de la tercera en: https://www.editoraemergente. com/index.php?id_category=12&controller=category&id_lang=1

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ARTE

Cowboy motel

Emilio Peña Beltrán Artista gráfico y director de arte, México

the hours away Yarn

ARTE

Ace-high

38 / REVISTA CRUCE: CRÍTICA SOCIO-CULTURAL CONTEMPORÁNEA
ARTE
Owl

Owl headed

Ace-high

DIC 2023: EL DERECHO A CONTARNOS: EXPRESIONES BORICUIR / 39

Yippee-Ki-Yay-MoFo

ARTE

A lick and a promise

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la noche del 12 de junio del 2016 en la discoteca Pulse en Orlando, Florida ocurrió una de las peores masacres contra la comunidad LGBTIQ+. Para ellos, esta balada.

para la comunidad Balada

José Ernesto Delgado Universidad Ana G. Méndez, Recinto de Cupey

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comunidad

La noche avanzó callada del otro lado de la vida el espanto afilaba sus colmillos no hubo advertencia antes de la muerte cuando el estruendo nos despertó y…

una ráfaga de odio

llegó queriendo silenciar la vida

la noche marchaba en silencio nosotros dormíamos la pequeña paz que ofrecen las calles de la colonia pero del otro lado de la moneda un hijo se despedía de su madre cuando…

una ráfaga de odio

llegó queriendo silenciar la vida y sonaron las sirenas y estallaron los gritos la sangre bailaba con los casquillos todavía humeantes todavía frescos la noche no se detuvo tampoco las balas una lágrima deambulaba por las avenidas cuando…

una ráfaga de odio

llegó queriendo silenciar la vida

esa noche una comunidad se abrazaba un largo sigilo recorrió los mares y el pulso detenido de los inocentes latía en las gargantas adoloridas y rabiosas de quienes jamás permitirán que otra ráfaga de odio quiera silenciar la vida…

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44 / REVISTA CRUCE: CRÍTICA SOCIO-CULTURAL CONTEMPORÁNEA LETRAS

Nómada ingénito

Mayra R. Encarnación Durante mi niñez, nunca me sentí encantador. Me refugié en los héroes de Hollywood para fortalecerme y rebuscar mis súper poderes. Descubrí que no podía volar ni escalar edificios, mucho menos lanzar bolas de fuegos. Mis ojos no centelleaban ni despedían algún comando portentoso. Simplemente era un niño debilucho y desencarnado que anidaba en su cueva de clase media en la zona metropolitana.

Todos los días recurría a un invento nuevo para experimentar mis capacidades de superhombre. Pero el resultado era el mismo: descubrir mi pobreza de espíritu. Esto me llevó a no tener amigos y a sentirme apartado de mis compañeros de clase. Siempre fui considerado el niño extraño de la escuela.

Desfilaron los años sin enterarme, hasta que comencé a estudiar en la universidad y asistí a la primera protesta en contra del aumento de la matrícula.

Por cada zarpada, desligué mis albores y declaré mi visión sobre la falta de identidad…

P.D. Emprendí mi vuelo.

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Trabajo colaborativo Vicky Cristina Barcelona
46 / REVISTA CRUCE: CRÍTICA SOCIO-CULTURAL CONTEMPORÁNEA LETRAS

Ablución en la calle del Cristo

Ella vendía su amor impuro en las calles. Necesitaba borrar la huella del tío, el abuelo y el padre. En cada encuentro sexual vengaba el rastro del dolor… Cuando finalizaba el recorrido nocturno, encendía una fogata en la parte trasera de su patio y quemaba la ropa. Mientras se desnudaba, repetía como un mantra: “Desarticulo todo tacto, apropiación o violación a mi ser. Convierto en cenizas la voluntad de poseer bajo el sello del dominio”. Enjuga sus lágrimas y toma un baño de luna.

No obstante, llegaron las lluvias de mayo. Con el nuevo amanecer, abrió la puerta de su casa e inició la fogata… no progresaba. Al séptimo día, las lluvias no cesaron. Se encerró en su cuarto. Comenzó a desprenderse de la ropa, incineró las cortinas, los muebles y se arrojó a la cama, adoptando una posición de manos y piernas abiertas.

P. D. “Un lío amoroso terminó en tragedia”. — leyó el locutor de radio en las noticias de la mañana.

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Busco oxígeno debajo de la epidermis por nacer…

LETRAS

Ir y venir

Marcho tras el rastro de la noche

zumbido perpetrador de nostalgias vientos cortantes de sigilos

suspiro náufrago del olvido el silencio corrompe mi espíritu

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Abandoné mi personificación de mártir… Regresé con los mortales.

50 / REVISTA CRUCE: CRÍTICA SOCIO-CULTURAL CONTEMPORÁNEA
LETRAS

Violento los crucifijos rotos caminos deshechos espejos contraídos Sueños de baúl abierto al olvido…

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SU MIRADA

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Gia N. Santiago Cruz Universidad de Puerto Rico, Recinto de Río Piedras

MIRADA

Él cree que no me doy cuenta de cómo me mira, a pesar de estar casado y siempre tenerla a su lado, comoquiera su mirada siempre está en mi cuerpo. Sé cómo le compra todo lo que ella desee, cómo cumple todos sus anhelos y necesidades. Siempre me pregunto por qué no se queda con ella y se olvida de mí. Él siempre paga el mantenimiento de su cabello rizado, sus trajes sutiles con decoraciones florales que complementan su piel delicada y los zapatos brillantes que diariamente lleva puestos como una segunda piel. Sin embargo, aunque su dinero esté en ella, su mirada solo me la reserva a mí. Ya no puedo soportarlo más. Es aterrador que este hombre, que nunca me mira de la misma manera con que yo lo miro a él, me siga acosando. Hoy decidí que es el día para detener sus avances.

Así que, después de mi visita diaria con ella, descubrí que él iría por la tarde al río detrás de su casa. Lo seguí sigilosamente, caminando por los senderos hasta llegar al río, donde lo encontré reposando con sus piernas sumergidas en el agua. Al escucharme, se volteó sorprendido y después de unos segundos me sonrió. Yo le respondí a su mirada con una sonrisa, mientras me empecé a quitar la ropa, pero cuando se volteó para darme privacidad, rápidamente tomé una piedra y le golpeé la cabeza. Al momento que su cuerpo quedó sumergido en el río, arreglé mi vestido y corrí hacia su casa. Solo para por fin estar libre en los brazos de ella.

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MANipulations

Anto Gamunev

Universidad Ana G. Méndez, Recinto de Cupey

Serie 7

Choice - Who we were - So fast - Aurora Borealis - Relaxing thoughts

Serie 8

Found the answer - In two - Tunnel of you - Ghosts - Paralyzed

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Daniel Torres Ohio University Manuel Ramos Otero Alfredo villanueva collado

¿Cómo puede la poesía dejar de conmoverse temática y estilísticamente, cuando tanto cadáver la circunda, mientras merodea por ese mausoleo que no es solo el letrado…?

En este ensayo se comparan los poemarios El reino de la espiga: Canto al coraje de Walt y Federico (1973) y Being Islands / Ser islas (1976) de Víctor Fragoso con El libro de la muerte (1985) e Invitación al polvo (1991) de Manuel Ramos Otero y Pato salvaje (1991) de Alfredo Villanueva Collado. Este análisis no sigue una progresión cronológica, sino que parte de una elipsis de la metáfora contagiosa elaborada por Manuel Ramos Otero en un poema del mismo título, “Metáfora contagiosa”, que aparece en Invitación al polvo. Este concepto nos permite conectar tres décadas de literatura gay en Puerto Rico y explorar cómo se desarrolla una estética de las escrituras del VIH y sida en las obras de los tres autores. Víctor Fragoso, primer poeta gay boricua, elabora una metáfora silenciosa que no devela del todo su deseo homoerótico y sólo sugiere, mientras Ramos Otero y Villanueva Collado llevan el discurso poético queer a esa metáfora contagiosa y a la poética de la ira que denuncia, combate y lidia con la infección por VIH y sus efectos en los cuerpos y en los verbos de los poetas.

La elipsis de una metáfora contagiosa, según el final del poema del mismo título de Ramos Otero, es:

Como el cangrejo canceroso de mi corazón la historia camina hacia atrás, sube arriba y baja abajo. Es un crustáceo enfermo que confunde las metáforas y nunca es invitado a recitar poemas. Y sabe (sobre todo) porque siempre ha vivido en un hoyo en la arena, que su otro yo son las estrellas y que la muerte no es para otra cosa que un pasaje hacia un sobrepoblado Cuarto Mundo. (51)

Esta metáfora contagiosa es antes, en el texto del mismo título, como el cáncer: “es un tumor maligno duro / arcano calamar de tinta negra / que estrangula el burdel de las arterias” (50). A lo largo de las tres partes de Invitación al polvo, Ramos Otero va develando la infección por VIH en varios tropos hasta llegar a “Nobleza de sangre”,

LETRAS

poema por excelencia de su escritura seropositiva. Pero antes va preparando esa metáfora contagiosa, como lo hiciera en El libro de la muerte cinco años antes de Invitación al polvo, donde nos habla de “la tumba del tumor de moda” (50) refiriéndose al mal del sida tal como lo hace “la solipsista Susan Sontag” (50), quien escribió un ensayo emblemático sobre el tema titulado AIDS and Its Metaphors (1989) y según el poeta, cree que “solo existe aquello de lo que es consciente el propio yo” (DRAE). Verdad de la muerte segura porque “todos llegamos al mismo laberinto” (50), pero su condición de “crustáceo enfermo” (51) está más relacionada a la infección por VIH que al cáncer que tanto se repite en sus poemas. Justo después de “Nobleza de sangre”, en el orden de los poemas de la segunda parte titulada “La víspera del polvo”, que se refiere al antes de la llegada de la muerte, está “La rosa” y en este texto tan vallejiano declara la ruta de la triste vuelta de su viaje a la semilla, al San Juan de sus desvelos en un día aciago, sin mala suerte, al volver a los elementos isleños que lo conforman: “El martes que viene voy de viaje. / No es necesario hablar de mal agüero. / Regreso al pan, al mar y al aguacero. / A humedecer con polvos mi homenaje” (64).

Este punto de hablada de esa metáfora contagiosa es el mismo que podemos reconocer mucho antes en los 70 en la poesía enigmática de Fragoso y su metáfora silenciosa, y posteriormente en la poética de la ira de los 90 de Villanueva Collado en dos registros distintos, pero que constituyen una misma poética de las escrituras seropositivas que luego se re-contextualizará, según sus propias constantes, en Moisés Agosto-Rosario, Eïrïc R. Durändal StormCrow y Ángel Lozada. Pasemos, entonces, a comentar los poemarios

Being Islands / Ser islas, El reino de la espiga: Canto al coraje de Walt y Federico y Pato salvaje, como parte del continuum de los páramos del amor de las escrituras del VIH y sida en la poesía puertorriqueña.

Víctor Fernández Fragoso, quien firmó sus obras como Víctor Fragoso, es el primer poeta boricua abiertamente gay que publica dos libros de poemas en Nueva York, en los que explora su identidad sexual y política desde esa urbe neoyorquina donde le tocó sexiliarse tras terminar sus estudios universitarios en la isla. Pedro López-Adorno en su antología de la poesía puertorriqueña en Nueva York titulada Papiros de papel ha dicho lo siguiente sobre su obra poética: “Cuidadoso artífice del discurrir de la imagen, del fluir de las imágenes… es la suya una vivencia que intenta desentrañar su ser interno partiendo de observaciones tanto cotidianas como metapoéticas” (234). Ángel Antonio Ruiz Laboy, editor de Poesía reunida, caracteriza la poesía de Fragoso como “un tesoro escondido de nuestra literatura” (3) y nos dice que: “En su voz poética, pionera la mayor de las veces, convergen distintos registros y marginalidades, entre ellas lo puertorriqueño, la diáspora, lo gay y el discurso nacionalista” (3). En el análisis que aquí nos ocupa añadiremos a estos “registros y marginalidades” que enumera Ruiz Laboy, la tentativa de una posible escritura seropositiva asordinada desde su disidencia sexual. Consuelo Martínez-Reyes ha

estudiado el teatro de Fragoso a partir de: el género, la homosexualidad, la experiencia diaspórica, y otros temas clave en su obra, y nos confirma la dimensión homoerótica en su discurso literario:

Born in 1944 in San Juan, Puerto Rico, Víctor Fernández Fragoso, who opted to write under the name Víctor Fragoso, was amongst the first Puerto Rican poets to focus on openly gay themes, an unusual accomplishment during his time in the face of homophobia and social oppression. Despite the hostile environment, he was recognized early on as a promising poet… In the U.S., Fragoso became the first openly gay Puerto Rican playwright to become key in New York City’s theater scene. (105)

David Tenorio en la reseña de Not the Time to Stay: The Unpublished Plays of Víctor Fragoso, editadas por Consuelo Martínez Reyes para Centro Press en 2018 expande los límites del estudio de la obra de este autor como parte de las contradicciones de la heterosexualidad: “Aware of his condition as a gay Puerto Rican, Fragoso’s plays tackle the contradictions of heterosexuality as a mode of belonging, especially when depicting a double standard that binds women to violent mistreatment in the name of religious mores” (157). Mucho antes en 1974, en la única reseña de El reino de la espiga…, hecha por Efraín Barradas para Ventana, una de las revistas de la generación de 1970 en la isla, ya aclaraba: “su lirismo confesional habla de un amor homosexual” (37).

Doris Sommer, por su parte, ha descrito la poesía de Fragoso, en el comentario de contraportada de su Poesía reunida, de la siguiente manera:

Desde el sexilio de Nueva York, la poesía de Víctor Fragoso es cuña que abre paso en la marginalidad para dinamizar un amplio espacio de creación. Con su precisión matemática (había llegado como maestro de ciencias) y una generosidad de legendaria discreción, Fragoso arropa al lector en una legitimidad pasional que se vive como hogar.

La aparente ausencia de una escritura del VIH y sida en la poesía de Fragoso en esa “legitimidad pasional” de la que habla Sommer, puede ser parte de una metáfora silenciosa que tal vez se dilucidaría en el análisis de sus poemarios inéditos depositados como regalo de la Familia Fragoso en el Center for Puerto Rican Studies’ Archives of the Diaspora: Mar (1968), Ciclo de las palomas y los ángulos, Notas para un acorde (1971), Las lecciones del agua (1975), y sobre todo en el manuscrito más cercano a la fecha de su muerte, Nuevas crónicas (1977-1980). Un hombre gay que fallece el 12 de enero de 1982, a los 38 años, y en Nueva York, justo en la década en que otros hombres infectados de VIH

LETRAS

sucumben a los primeros estertores de la epidemia, ha sido lamentablemente vencido por el mal del sida. Sólo se puede sospechar la causa de su muerte en su obra, pero hasta donde ha sido posible indagar se ha corroborado un diagnóstico del mal llamado cáncer gay o GRID (Gay-related Immune Defficiency) porque nuestro poeta fue uno de los primeros artistas puertorriqueños en ser víctima inocente de esa otra pandemia de los 80 que ha sido representada en todo su horror en la última temporada de la famosa serie American Horror Story: New York City (2022). Como confirma Consuelo MartínezReyes: “Thought to suffer cancer at an advanced stage, it was later discovered that Víctor Fragoso was one of the first people to die of AIDS” (106). Sin embargo, la lectura de El reino de la espiga… y Being Islands / Ser islas atisba, sugiere, nos cuenta y pareciera nombrar ese VIH y sida, sin decirlo directamente, en versos como los que abren su segundo poemario:

al mar vuelve la gente cuando muere envases son de agua prisionera imágenes que veo deshacerse no existen la realidad es un ángulo dado en un momento dado (sin número de página)

Como declaraba Manuel Ramos Otero escatológicamente, al final del poema “Invitación al polvo”, concluyendo su discurso poético:

Me cago en el amor y apenas resucito. Me bebo la verdad y caigo enfermo. Me avisan que me muero y como polvo.

Me tuercen los embustes y me amigo. Al fin y al cabo no hay tragedia pura. (57)

Víctor Fragoso

Esta ausencia de una “tragedia pura”, a la que alude Ramos Otero al final de su poética, es la misma que elabora Villanueva Collado en Pato salvaje. En la “Carta a manera de prólogo” del 11 de junio de 1991 que abre este poemario, Carlos A. Rodríguez Matos declara: “Ya te había transmitido el comentario de un compañero poeta sobre la dificultad si no la imposibilidad de componer un buen poema sobre o relacionado con el sida” (8). Y resuelve este enigma aceptando que “[e]n estos momentos… necesitamos la poesía, con o sin ironía –que no tiene un solo pomo-, el testimonio desde la orilla o desde el fondo, el teatro y todas las artes de la supervivencia” (8). Porque Pato salvaje, como gesto poético del acto de sobrevivir tras la muerte del amado, en sus dos partes: “Pequeña misa de difuntos” y “Pato salvaje”, es un libro que busca desde su primer poema “Autorretrato al desnudo”:

derramar con la mano un dolor

con los nombres de todos los muertos… con el nombre del atrevido

esqueleto de sabio fantasma de poeta

palabreando un sudario este cuerpo y los otros. (15-16)

El tono elegíaco permea los versos como un último homenaje a Víctor Amador, compañero de vida de Alfredo Villanueva Collado por 17 años, quien escribe el epígrafe del texto: “En el país de los patos domésticos / deseo ser pato salvaje” (11), y aparece en la foto de Benjamín Nistal, de la contraportada del libro, junto al autor en la playa de Fajardo en 1971. Rodríguez Matos, en el prólogo antes citado, comenta lo siguiente sobre este “pato salvaje”:

Anotaba que tú, Manuel Ramos Otero y yo nos apropiamos poéticamente del vocablo que otros puertorriqueños emplean como insulto: pato en boricua = homosexual. Los tres rechazamos la domestic/idad/ación y optamos por el salvaje = libre. Una diferencia en el caso de los poemas de Ramos Otero, que sólo conozco por referencia, y de los tuyos es que esta remetaforización del vocablo “pato” se produce ante la presencia de la muerte (Mr. Aids, doña Sida). A la represión social (inventora del insulto) se ha añadido la biomédica. (8)

Y añade que: “La poesía es una forma / arma /artimaña / estratagema de resistencia: arte y maña: hoy para / con mañana” (8-9). Esa domesticidad/domesticación que rechazan los “patos salvajes” poetas de la isla es una expresión total de la poética de la ira de Villanueva Collado explicada en su carta que sirve de prólogo por Rodríguez Matos.

LETRAS

En todo Pato salvaje, al hablante lírico le duele la muerte inevitable de su amado Víctor Amador porque no sólo prefigura la suya sino que a lo largo de los poemas va recurriendo a varios mitos e historias sagradas y blasfemas como en el relato bíblico de “Jacobo y el ángel” (“Jacobo sin el ángel, / se agita y suda en su cama de piedra”, 21) que cuentan parte de su relación con su “Beato Víctor” (“¿Quién es este extraño / dormido a mi lado / con boca entreabierta, el gesto cansado…”, 57) hasta llegar al poema final que tiene el mismo título del poemario, “Pato salvaje”, y constituye tanto una liberación como una preparación para lo que será muchos años después su propia muerte, en la soledad, sin su amado Víctor, motivo de esta poética de la ira de casi toda la obra final de Villanueva Collado.

Volviendo a la ausencia de una tragedia pura como dictaba Ramos Otero al acabar su Invitación al polvo, en Pato salvaje el hablante lírico erotiza magistralmente las escrituras del VIH y sida en el poema “Regalo / cumpleaños”, cuando se tiende seductoramente desnudo en la cama al lado de su amado enfermo y nos dice:

Me quité la ropa mientras me miraba.

Sus ojos dolientes me dibujaron.

Me tendí en la cama a cierta distancia para que la luz me desnudara. (69)

En este relato que cuenta el poema se describe la escena sexual de un Alfredo desnudo dibujado por la mirada de su bienamado Víctor, ya enfermo, para satisfacerse mientras el amado lo ve masturbarse: “para que me observes jugar con mis miembros / mi mano tu boca mis manos tus manos / mis manos tu cuerpo sobre el mío en uno” (69). Los espacios entre cada verso simulan la distancia de los cuerpos uno al lado del otro como un hemistiquio del deseo y van marcando las pausas en la lentitud de la seducción

Manuel Ramos Otero

a través de la mirada de un cuerpo hasta el otro (miembros, manos, bocas, manos) uno sobre el otro. Ese acercamiento a la enfermedad desde lo erótico en un último intento de recuperar la intimidad con la pareja justo antes de su muerte, en los poemas finales de Pato salvaje, va marcado por otros textos que van cerrando la brecha entre la vida y la muerte confirmando este momento: “Desnudo en blanco y negro” (“El placer en el contorno de la pose”, 71), “Hierosgamos” (“el cuerpo del amado retornado”, 75), “Muerte posmoderna” (“ni se trata / de mear copular”, 77), “Fluidos” (“El amor ratificado / líquido que traspasa cuerpos”, 78), hasta llegar a “El último suspiro de Víctor Amador” (“Como el cuerpo que se reparte en pétalos”, 80). En todos estos versos se ve la progresión hasta el momento del deceso y la liberación en el poema de cierre que da título al libro, en “Pato salvaje”, donde: “Sobre los techos saldrá el sol para el adiós / cuando partas. En mi bandada al fin. Pato salvaje” (85). Y con la descripción poética de ese vuelo se entrega al dolor absoluto, a esa ausencia de tragedia pura que pedía Ramos Otero, al ver el triunfo de su Víctor Amador sobre la muerte, en su título de “Pato salvaje” no domesticado, volando sobre los techos al salir el sol para decir su adiós ante la partida, en su bandada al fin. En todo momento la voz poética acompaña al amado hasta la esperanza de unirse a él, muchos años después, un 20 de septiembre de 2020, a los 75 años. Y aquí se cierra la obra monumental de poeta queer boricua con libros como: Las transformaciones del vidrio (1985), Antología, Pliego de Murmurios (1987), Grimorio (1988), En el imperio de la papa frita (1989), La voz de la mujer que llevo dentro (1990), Pato salvaje (1991), Entre la inocencia y la manzana (1996), La voz de su dueño (1999) y Pan errante (2005). En los últimos años, ante la imposibilidad de seguir publicando su poesía, trabajó en una serie de poemas llamados “Polaroids”, como instantáneas líricas, que compartía con sus amistades vía correo electrónico y en su página de Facebook.

LETRAS
Alfredo Villanueva Collado

De la metáfora silenciosa de Víctor Fragoso a la metáfora contagiosa de Manuel Ramos Otero y a la poética de la ira de Alfredo Villanueva Collado hemos visto el circuito poético de una poesía puertorriqueña que aborda por primera vez los páramos o desiertos del amor en las escrituras del VIH y sida desde la disidencia sexual. El dolor se instala en todos los poemas comentados a través del silencio, el contagio y la rabia. Tanto Fragoso como Ramos Otero, en una primera instancia, callan el mal de la infección en su poesía y se escudan en una metáfora silenciosa que se hace contagiosa cuando se atisba apenas en Fragoso y se devela en el segundo poemario de Ramos Otero, pero en Villanueva Collado se transforma en la ira de no tener al amado, de perderlo sabiendo en latencia que su propia muerte, la de Alberto, se prefigura en la de Víctor. Así, los páramos del amor de las escrituras del VIH y sida en nuestra poesía tienen en estos poetas a los tres primeros tres representantes de este corpus de la poesía puertorriqueña de 1970 a 1990.

Referencias:

Barradas, E. (1975). Fragoso, Víctor. El reino de la espiga: Canto al coraje de Walt y Federico. Ventana, 12, 35–40.

Diccionario de la lengua española. (2020). Recuperado de https://dle.rae.es/

Fragoso, V. (1973). El reino de la espiga: Canto al coraje de Walt y Federico. Nueva Sangre.

Fragoso, V. (1976). Being Islands / Ser islas. (Paul Orbuch, Trad.) El Libro Viaje.

Fragoso, V. (2013). De la noche a la muchedumbre: los cantos épicos de Pedro Mir, C. Vicioso (Ed), Ediciones Cielonaranja, 2013.

Fragoso, V. (2012). Poesía reunida. A. A. Ruiz Laboy (Ed.) Erizo Editorial.

López-Adorno, P. (1991). Papiros de papel: Antología de la poesía puertorriqueña en Nueva York. Editorial de la Universidad de Puerto Rico.

Martínez-Reyes, C. (2017). Gender, Homosexuality, the Diasporic Experience, and Other Key Themes in Víctor Fragoso’s Theater. Centro Journal, 29(2), 104-133.

Ramos Otero, M. (1985). El libro de la muerte. Cultural/Waterfront.

Ramos Otero, M. (1991). Invitación al polvo. Editorial Plaza Mayor.

Sontag, S. (1989). AIDS and Its Metaphors. Farrar, Strauss and Giroux.

Tenorio, D. (2020). Reseña de Not the Time to Stay: The Umpublished Plays of Víctor Fragoso. Latin American Theatre Review, 54(1), 156-157.

Villanueva Collado, A. (1991). Pato salvaje. Arcas.

Bryan Suárez

Mila canta a Mercedes Sosa

Universidad Ana G. Méndez, Recinto de Cupey

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ARTE

LETRAS

Campamentos de entrenamiento para la guerra poética: espacios de vulnerabilidad en la poesía puertorriqueña

Anthony Lee Medina Nieves Universidad Complutense de Madrid

“Un creador no es un ser que trabaja por placer. Un creador no hace más que aquello de lo que tiene absoluta necesidad”. -Deleuze

Hoy escribo desde un globo de tierra que siento que se abre para devorarme sin compasión. Escribo porque vi a mis hermanxs de celda caer por el precipicio tan violento de esta sociedad cisheteronormativa y patriarcal, que intenta borrar nuestra existencia y acallar nuestro dolor. Escribo porque soy animal colectivo y triste, pero a la vez muy esperanzado. Sobretodo, escribo porque nos sostuvimos de la mano, clavamos las paredes del abismo y escalamos en colectivo, más fuertes que nunca.

Hay muchas guerras que nos esperan en la superficie. Desde luego, la razón moderna occidental impera en nuestro archipiélago y crea desastres sociales infinitos. Para eso tendremos nuestras armas ensambladas con la razón poética y resistiremos hasta la victoria. Posteriormente, nos quedará declararle la guerra a las palabras que recónditamente hacen invisible la colonialidad del poder. Sin embargo, mientras subimos agarradxs de manos, entrenamos comunitariamente abrazándonos de la vulnerabilidad. Solo así

podremos construir una nueva vida, una que de verdad valga la pena vivir.

Demasiadas veces me veo tentado a reunir las voces de teóricos y filósofos para crear un altavoz que permita que la mía se escuche. No obstante, hoy asumo igualmente una vulnerabilidad teórica y me limito a presentar solo un concepto de Judith Butler, como punto de partida para describir la imagen de nuestro campamento de entrenamiento para la guerra poética. Tal vez hable bajito, pero voy por lo alto y derramando un llanto colectivo que inunda el precipicio para hacernos flotar a la superficie, porque también nos hemos cansado de escalar.

Por lo pronto, es preciso destacar las aportaciones de Butler (2006) en torno a la vulnerabilidad y el duelo como condiciones que potencian las bases para una comunidad:

Esto significa que en parte cada uno de nosotros se constituye políticamente en virtud de la vulnerabilidad social

de nuestros cuerpos -como lugar de deseo y de vulnerabilidad física, como lugar público de afirmación y de exposición-. La pérdida y la vulnerabilidad parecen ser la consecuencia de nuestros cuerpos socialmente constituidos, sujetos a otros, amenazados por la pérdida, expuestos a otros y susceptibles de violencia a causa de esta exposición. (p. 46).

Entonces, la vulnerabilidad puede asumirse también como herramienta política para la resistencia. Ya no hay necesidad de temer a la exposición de nuestras vulnerabilidades. Desde allí hacemos posibles nuestros lazos de cuidado colectivo y autocuidado, y no hay propuesta más anticapitalista que esa. Interrumpimos el individualismo rampante de nuestro sistema neoliberal, nos pensamos y sufrimos juntxs, y le gritamos al mundo que estamos llorando porque somos tan débiles que devenimos fuertes y esperanzadxs.

Esta idea no es ajena a la poesía puertorriqueña, particularmente aquella gestada desde las experiencias otras y lo cuir. A propósito de esto, es pertinente explorar cómo esa vulnerabilidad humana se plasma en un poema y se convierte en un espacio en común que se puede habitar desde la empatía y la responsabilidad de acompañamiento que tenemos unxs con otrxs. Ahora bien, la vulnerabilidad está sujeta a su reconocimiento como tal. “La vulnerabilidad adquiere otro sentido desde el momento en que se le reconoce, y el reconocimiento tiene el poder de reconstituir la vulnerabilidad” (Butler, 2006, p. 71).

En vista de lo anterior, analizaré poemas publicados en el siglo XXI que tratan temas donde la vulnerabilidad juega un rol significativo para lograr concretarlos. Si bien fueron publicados durante este siglo, sería deshonesto situarlos únicamente como producto directo de estos tiempos. Sabemos desde el psicoanálisis que el inconsciente y las experiencias

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tempranas de la vida son relevantes para entender la personalidad y cosmovisión de un sujeto. Más allá del desarrollo particular de cada uno, también están en contacto relacional con otros que, a su vez, se vieron influenciados por sucesos ocurridos en el siglo XX, lo que puede llevar a ciertos patrones de pensamientos y comportamientos que surgen en otra temporalidad y se ven reflejados así en la escritura. De este modo, encasillarlos de forma exclusiva en la contemporaneidad sería irresponsable de mi parte, por lo cual debo aclarar que lo escrito no es solo producto del tiempo en que se escribe, sino que carga consigo otras temporalidades que figuran dentro de la voz poética en los poemas. Dicho esto, reconozcamos ahora la vulnerabilidad en poemas como rescisión de Alejandro Álvarez Nieves (2018):

algo fresco hay en la renuncia, un soplo de aliento en nombrar la impotencia. prescindo del grito. confieso que me aterran las iniciativas. admito que me dan pánico las herencias, que he resuelto no romper huesos por despecho, ni remitirme a vivir en pedazos. que no hay que tragarse pueblos para saber que el falo es inservible, que el poder es una trampa de lenguas. (p. 30)

En general, Álvarez Nieves en su poemario

Quiebre de Armas (2018) expresa un distanciamiento de las masculinidades hegemónicas y evita, al mismo tiempo, reconfigurarlas como masculinidades cómplices. En los versos anteriores, hay una renuncia a la masculinidad como herramienta que potencia las violencias contra otras personas. Es decir, hay un quiebre de armas en la acción de cuestionar y rechazar los roles impuestos sobre su cuerpo que fue leído y, consecuentemente, construido como hombre. La voz poética se halla en un espacio de confesiones que ponen en relieve que puede ser vulnerada con

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mayor facilidad. Además, tiene la intención de despojarse del poder que se le confiere como hombre en la sociedad patriarcal y abraza la impotencia para coincidir con otrxs en la condición humana que nos une: la vulnerabilidad.

Por otra parte, Ángel Antonio Ruiz Laboy hace lo propio en su poemario Hemisferio de la sombra (2014):

taconear es volver la pierna otro gatillo es apostar al poder de una bala que se ahueca para marcar el tiempo en que se disparan las caricias y segmentar la piel de su fisura incontenible. (p. 75)

Taconear refleja lo redentor en el ejercicio de resistir la imposición del género sobre un cuerpo leído como hombre por sus genitales en el nacimiento. Salir a las calles y asumir la feminidad se convierte en un arma no-violenta contra el sistema, porque es un arma de defensa ante tanta violencia sistémica. Digamos que también hay un quiebre de armas, al transformar y ahuecar la bala que tanto dolor provoca en nuestro país. Asimismo, esto supone ahuecar el símbolo fálico para que deje de hacer daño, un tanto similar a la propuesta de Álvarez Nieves al declamar que sabe “que el falo es inservible”. No obstante, esto es resistir desde una vulnerabilidad absoluta, debido a que posiciona al sujeto en una desventaja en cuanto al poder y se arriesga a sufrir agresiones en la cotidianidad por el simple hecho de no ajustarse a la norma.

En suma, otras poetas y mujeres (separo arbitrariamente las identidades para no reducir las subjetividades a un oficio) han sido constructoras de espacios de vulnerabilidad en la poesía puertorriqueña. Allí encontramos a Iris Alejandra Maldonado con su poemario El abismo silba una canción de vaqueros (2021). Desde el inicio, reconoce su vulnerabilidad al compartir y reflejar su historia a través de la voz poética:

aquí comienza la caída todo o nada (p. 21)

A partir de esto, se anuncia el contenido y poética confesional que permea en su poemario. Lo vemos en detalle en versos como los siguientes:

qué más da si llueve aquí hay sudor adoración

una mujer y cicatrices que se ofrecen a un dios con los ojos abiertos (p. 37)

Por un lado, su género femenino es un marcador de cuerpos-territorios sujetos a violencias patriarcales, pero más allá, sus cicatrices marcan la vulnerabilidad en su existencia. Si alguna vez fue agredida, otros hombres pueden significar la cicatriz como un signo de su “debilidad”. Pese a esto, para mí nosotrxs es un símbolo resignificado, es la fortaleza que implica sobrevivir un acto violento, una marca que

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LETRAS

nos ayuda a identificarnos, organizarnos y construir comunidad en conjunto. ¡Una comunidad llena de cicatrices de poderes extraordinarios, vulnerables y solidarios! Debe aclararse que, aunque entendemos el poder sanador de la poesía, el lenguaje suscrito en los poemarios son de igual modo una denuncia tanto sobre el sujeto agresor, como para el Estado que perpetúa y crea las violencias. Carmen R. Marín refuerza ese reclamo en su poemario cosmogonías y otras sales (2019):

los suicidas no posamos. gestamos a la hija del dolor en un saquito de marsupial y saltamos. pero el estado no entiende. concede permisos de autoinmolación a los fraudulentos, a los nacionalistas libres y a los gays rabiosos, mas no a una víctima de violación correctiva. (p. 77)

La voz poética, ante tanta impotencia, aún conserva su poder denunciador. Resiste desde la vulnerabilidad y apuesta por visibilizar los estragos que la violencia dejó sobre su cuerpo. Precisamente, esto permite conectar con otrxs para construir una comunidad de cuidado colectivo. Quizás seamos animales tristes, pero siempre seremos colectivo.

En definitiva, para la razón moderna Occidental lo subjetivo, los afectos, los sentimientos y la humanidad son dignos de ser rechazado y desplazado al campo de lo irracional. En cambio, esas son nuestras armas de vulnerabilidad y ensambladas desde la razón poética. Que nuestros violadores y el Estado se preparen,

porque ya tampoco venimos flotando con el llanto de dolor solamente. Al llegar a la superficie, inundaremos con un mar de poesía el territorio que nos arrebataron y que hicieron suyo. Construiremos otra vida, otro archipiélago y otro mundo mejor para todxs. No declararemos la guerra conocida, porque ya está en curso. Declaramos otra en respuesta y defensa. Hoy, declaramos la guerra poética. ¡Arriba las armas poéticas! ¡Plantemos nuestras cicatrices como banderas!

Trabajos Citados

Álvarez Nieves, Alejandro. Quiebre de armas. Trabalis Editores, San Juan: 2018.

Butler, Judith. “Vida precaria.” El poder del duelo y la violencia (2006).

Maldonado, Iris Alejandra. El abismo silba una canción de vaqueros. Trabalis Editores, San Juan: 2021.

Marín, Carmen R. cosmogonías y otras sales. Editora Educación Emergente, Cabo Rojo: 2019.

Ruiz Laboy, Ángel Antonio. Hemisferio de la sombra. Instituto de Cultura Puertorriqueña, San Juan: 2014.

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La comunidad sus derechos y los

Las décadas de los sesenta y setenta fueron unas de mucha convulsión y efervescencia social. La lucha por los derechos civiles alrededor del mundo fue notable, especialmente en los Estados Unidos. La solicitud de igualdad, justicia y equidad para la población negra que reclamaba el Dr. Martin Luther King, Jr. junto a miles de manifestantes en la capital estadounidense, la liberación femenina y el llamado gay power (en inglés), fueron algunos de los movimientos destacados durante esos años. Este artículo tiene como eje central la lucha por los derechos de la comunidad LGBTTIQ y su repercusión en la comunidad y sociedad puertorriqueña. Es un trabajo de observación que ha traído consigo la situación de salubridad que vive el mundo por la pandemia del COVID-19. Estas crisis en muchas ocasiones destapan realidades interesantes que ya sabíamos, sin embargo,

las pandemias hacen que reconectemos con ellas.

El 28 de junio de 1969, un grupo de homosexuales, lesbianas, trasvestis, transgéneros, entre otras personas asiduas a un bar llamado Stonewall en la ciudad de New York, específicamente en el West Village, Manhattan se rebelan contra un grupo de policías de la ciudad. Ya se había hecho habitual las visitas de estos oficiales del orden público a este bar. Visitas sin previo aviso, ni orden de allanamiento, sino visitas que se tornaban un tanto hostiles para las personas que allí se reunían. El abuso de la fuerza física y los arrestos sin ninguna acusación eran perpetrados cada fin de semana. Hasta que ese día de verano, antes mencionado, un grupo de personas deciden poner fin a la persecución y se genera una serie

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Política y sociedad

comunidad LGBTTIQ, los espacios sociales

de hechos violentos que se extenderían hasta la madrugada, conocidos como los disturbios de Stonewall y consecuentemente unas protestas masivas que culminarían en la famosa marcha, que hoy día conocemos como la marcha de orgullo gay o Gay Pride, en inglés.

Ya han pasado poco más de 50 años y hemos visto los logros de esta comunidad. Desde la no discriminación en el empleo por la orientación sexual hasta lo que para muchos ha sido el gran logro de reconocimiento, el matrimonio entre personas del mismo sexo. Ahora bien, como dice Michel Foucault en su ensayo, El sujeto y el poder (pag.4,1986):

Son luchas que cuestionan el estatus del individuo: por una parte, sostienen el derecho a ser diferentes y subrayan todo lo que hace a

los individuos verdaderamente individuales. Por otra parte, atacan todo lo que puede aislar al individuo, hacerlo romper sus lazos con los otros, dividir la vida comunitaria, obligar al individuo a recogerse en sí mismo y atarlo a su propia identidad de un modo constrictivo.

Las luchas que se batallan día a día para mantener los derechos adquiridos del ser humano son intensas. El poder y el andamiaje gubernamental está creado para mantener al individuo en un cerco para que actúe y piense de manera en que el Estado quiere que piense y actúe, en beneficio de sí, pero desde el individuo. La subordinación de un pueblo siempre es positiva para el poder que emana de los gobiernos. Esto es así, cuando el propio Estado no respeta los derechos adquiridos

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del individuo, cuando es el individuo, en países democráticos como el nuestro, que coloca en el poder al jefe del Estado. He ahí la paradoja del asunto. Estamos muy de acuerdo con Foucault cuando dice:

No creo que el “Estado moderno” deba considerarse como una entidad que se desarrolló por encima de los individuos, ignorando lo que son e incluso su propia existencia, sino por el contrario, una estructura muy sofisticada en la que pueden integrarse los individuos, con una condición: que esta individualidad adquiera una nueva forma y se vea sometida a un conjunto de mecanismos específicos.

Es por esto, que el Estado como parte de la sociedad de un país debe ir creciendo y desarrollándose con ella y en ella. El Estado no debe impedir el desarrollo ni el crecimiento de ideas que surgen generación tras generación siempre y cuando estas emanen de la necesidad del pueblo. Ideas presentadas desde la justicia, equidad, inclusión, diversidad, no deben de pasar desapercibidas por el Estado y brindarles un espacio para su manifestación y más allá crear políticas públicas que definan y defiendan los derechos adquiridos del individuo. Un simple ejemplo: se ha comprobado que el cigarrillo puede causar daños graves a la persona que inhala el humo (fumador pasivo) en espacios cerrados donde hay personas fumando. El Estado creo política pública que estableció donde se fuma y donde no. No se eliminó el cigarrillo, ni se castigó severamente al fumador, sino que obligó a crear espacios para que la actividad del fumar se realice,

sin poner en riesgo la salud del individuo que no fuma. Con esto nos reafirmamos en crear espacios de convivencia saludables.

Entremos ya en la materia que nos ocupa en este ensayo, la comunidad LGBTTIQ, sus derechos y espacios sociales. Durante la pandemia que experimenta el mundo, los gobiernos han decretado una serie de ordenanzas con el fin de organizar a la gente con relación a la precaución y detención del coronavirus (COVID-19) y Puerto Rico no ha sido la excepción. Esta serie de medidas han hecho que muchos lugares cierren sus puertas porque han sido identificados como focos de infección por la cantidad de gente que suele aglutinar en sus espacios. Uno de estos espacios sociales son los llamados bares o barras, que solamente se sirven bebidas alcohólicas, en la comunidad LGBTTIQ

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sociedad
y

este tipo de negocios suelen ser bastantes populares. Esto ha ocasionado que muchas de las personas se muevan de lugar para compartir socialmente, velando las estrictas medidas de salubridad. Los restaurantes o bares que tienen espacios abiertos y que tienen una oferta gastronómica a la vez, son los espacios más frecuentados por la población en general. La mayoría de estos espacios en la isla son visitados por público que se autoidentifica como heterosexual, esto no determina que la entrada de la comunidad LGBTTIQ a estos espacios esté prohibida para ellos y ellas. Sin embargo, en ocasiones condiciona la manera de comportarse en el lugar. La sociedad occidental moderna está construida desde la heterosexualidad, cristiandad y los hombres blancos, esa es la normativa que reina en nuestro tiempo y desde hace mucho, a la hora de crear política pública en nuestros países. Judith

Butler, filósofa estadounidense, teorista del género, nos habla de una cultura, no sólo heterosexual, sino heterosexista que establece la coherencia de esas categorías para mantener un orden en que hombres y mujeres están llamados o incluso forzados a ser heterosexuales (El género en disputa, 1990). Además, se han creado una serie de características sociales que se les han impuesto a cada sexo, masculino y femenino, separándolo de lo que es el sexo “biológico” de la construcción de un “género”.

Estos lugares se prestan para la confraternización, el abrazo, la caricia, el beso y la conversación. Si estos elementos antes mencionados son representados por el mundo que se identifica con la heterosexualidad, están bien vistos, se acepta como una muestra de amor

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y compañerismo. Si, por el contrario, la representación afectuosa proviene del mundo que se identifica o se rotula como homosexual, entonces, comienza el juicio, la burla y la no aceptación. Dichos espacios que se construyen desde la masculinidad, son regidos por reglas que enfatizan que la heterosexualidad es la norma y que todo lo opuesto a la norma, es anormal. Entonces es aquí donde el dueño o la dueña del lugar coloca el letrero de que se deben dejar las caricias para la intimidad, sin embargo, el hombre y la mujer heterosexual las continúan manifestando, pero el hombre homosexual y la mujer lesbiana, las tienen prohibidas, so pena a ser expulsados del lugar, en ocasiones, o ver el rechazo del resto de la gente que visita el negocio. Como dato curioso, cabe señalar, que las muestras afectuosas entre féminas reciben el respaldo del público masculino heterosexual. Las mujeres pueden bailar entre sí, sin embargo, los hombres no pueden hacerlo, construcción de unas características dadas por el heteropatriarcado a cada sexo. Cuando la cultura pertinente que “construye” el género se entiende en función de dicha ley o conjunto de leyes, entonces parece que el género es tan preciso y fijo como lo era bajo la afirmación de que “biología es destino”. En tal caso, la cultura, y no la biología, se convierte en destino (Butler, pág. 57, El género en disputa). Es decir, si no nos apoderamos de nuestros cuerpos y los dejamos a la merced de la “cultura” seguiremos teniendo tantos problemas de identidad como problemas mentales y sociales tenemos.

“performance” en los espacios sociales que hoy llamamos “mixtos” nos lleva a pensar en la Teoría Queer de Butler y su acercamiento al drag o travesti. El drag parodia las características que socialmente se le han dado a la mujer, no caracteriza la escencia de la mujer en sí, es una actuación. Entonces, si dos hombres autoidentificados como homosexuales se demuestran afecto o bailan ante un público autodenominado heterosexual, regularmente son juzgados o mirados de manera negativa, simple y sencillamente por el hecho de que culturalmente se han identificado unos comportamientos con un género, masculino, en este caso. Pero, ¿y qué es el género, entonces? Para Judith Butler el género es el producto de una construcción social-histórica-cultural.

Carlos Duque en su artículo Judith Butler y la teoría de la performatividad del género, nos dice:

De esta forma, el género y el sexo son actuaciones, actos performativos que son modalidades del discurso autoritario; tal performatividad alude en el mismo sentido al poder del discurso para realizar (producir) aquello que enuncia, y por lo tanto permite reflexionar acerca de cómo el poder hegemónico heterocentrado actúa como discurso creador de realidades socioculturales.

Esta situación de lo performativo

El heteropatriarcado ha identificado social y culturalmente qué elementos de nuestra cultura le da poder al hombre y todo lo que no da poder es asignado a la

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Política y sociedad

mujer como ser subordinado. El baile te da poder siempre y cuando el hombre es el que lidera y lleva a la mujer durante la pieza. Sin embargo, el que dos varones bailen entre sí es una lucha de poder que desestabiliza al poder mismo, esto es así cuando uno de los hombres escoge bailar en la posición que bailaría una mujer, subordinado. Sin embargo, si son dos mujeres las que bailan, no derrumba el heteropatriarcado. Son dos seres subordinados jugando al poder y en ocasiones puede resultar sexualmente atractivo para el heterosexual que observa. Nos dice Judith Butler en su ensayo, El género en disputa:

La noción de que puede haber una «verdad» del sexo, como la denomina irónicamente Foucault, se crea justamente a través de las prácticas reguladoras que producen identidades coherentes a través de la matriz de reglas coherentes de género. La heterosexualización del deseo exige e instaura la producción de oposiciones discretas y asimétricas entre «femenino» y «masculino», entendidos estos conceptos como atributos que designan «hombre» y «mujer». La matriz cultural mediante la cual se ha hecho inteligible la identidad de género exige que algunos tipos de «identidades» no puedan «existir»: aquellas en las que el género no es consecuencia del sexo y otras en las que las prácticas del deseo no son «consecuencia» ni del sexo ni del género. En este contexto, «consecuencia» es una relación política de vinculación creada por las leyes

culturales, las cuales determinan y reglamentan la forma y el significado de la sexualidad. Precisamente porque algunos tipos de «identidades de género» no se adaptan a esas reglas de inteligibilidad cultural, dichas identidades se manifiestan únicamente como defectos en el desarrollo. ¿Nos devolvería esa explicación a otro marco totalizador en el que la heterosexualidad obligatoria simplemente ocupa el lugar del falogocentrismo como la causa monolítica de la opresión de género?

Por otro lado, las crisis, en este caso la pandemia del COVID-19 destapan manifestaciones esperadas o no esperadas de los individuos. En este caso que estudiamos, la “aceptación” de la comunidad LGBTTIQ en espacios autodenominados heterosexuales o mixtos surge del individuo como sujeto económico. Aunque a nivel mundial ya está probado el poder adquisitivo que tiene dicha comunidad en algunos lugares del mundo, en Puerto Rico aparentemente, no estaba del todo clara. Ahora que estos establecimientos (dueños/ as) ven el movimiento económico que generan las personas gays, la homophobia va cediendo poco a poco ante la ayuda económica que ha recibido este comercio azotado por la pandemia. Entonces esto nos hace recordar y señalar como ejemplo, la segregación negra de la que fue sujeto el afroamericano en Estados Unidos o el sudafricano negro. En aquella época la política pública del gobierno era de segregación, es decir, te concedimos

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la libertad, ya no eres más esclavo, pero no eres, ni serás parte de nosotros. Las personas afroamericanas tenían que tomar agua en otra fuente, no podían utilizar los mismos baños que utilizaban la gente blanca y se sentaban en la parte trasera del autobús rotulada para gente de color, entre muchos otros elementos discriminatorios. La comunidad LGBTTIQ no tiene que entrar por la puerta de atrás del negocio, ni se tiene que sentar en alguna zona restricta del lugar. Sin embargo, dentro del marco donde hay una intimidación para sentirse libre de actuar y comportarse con su identificación y orientación sexual se cumplen prácticamente las mismas reglas de la segregación. El imitar las construcciones heterosexuales dentro de las culturas sexuales gay,

redundan en una pobre construcción del género. La comunidad LGBTTIQ tiene sus propios comportamientos que pueden coincidir o no con el mundo heterosexual. La aprobación del matrimonio entre el mismo sexo desde la heteronormativa limita mucho la concepción real de lo que podría ser verdaderamente el matrimonio entre el mismo sexo. Comencemos con el hecho de que utilizar el vocablo matrimonio conlleva una regla ya construida y mira el acto desde el punto de vista heterosexual. Es la parodia que menciona la pensadora Judith Butler, es el mimetismo de una comunidad que se camufla entre la heterosexualidad. La identidad de género solo se podrá lograr cuando se respete la propia identidad del individuo, cuando se

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respete la individualidad del ser humano; las características que escogemos como persona para vivir, no las características que me impone el destino biológico o cultural. La libre expresión en los llamados espacios mixtos y la performatividad que allí se lleva a cabo, podría ser un paso más para la verdadera construcción e identidad de género. El planteamiento de aceptación y de respeto al comportamiento del individuo y no como sujeto del poder, va a pasos muy cortos, sin embargo, va caminando. En la medida que cada vez más nos despeguemos de la heterosexualidad obligatoria, los dogmas religiosos y las imposiciones científicas/ biológicas podremos tener espacios diversos para la performatividad sin juicio y para una verdadera identidad de género. No repitamos

patrones ya existentes busquemos nuevas formas justas e inclusivas para crear una nueva humanidad.

Bibliografía

Butler, Judith. El género en disputa. Paidós, Ibérica. Año de edición:2017.

Duque, Carlos A. Judith Butler y la teoría de la performatividad de género. Revista de educación y pensamiento, ISSN 16922697, Nº. 17, 2010, págs. 85-95

Foucault, Michel. El sujeto y el poder. Revista Mexicana de Sociología, Vol. 50, No. 3. (Jul. - Sep, 1988).

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get used 2 it!

You know, I have just as many feelings as you do
ARTE
Sweety... you couldn’t ignore us if you tried.

LETRAS ESABomba

102
Juan Javier De Los Santos Artista y escritor independiente

Esa bomba que te conecta, que te lleva, que trasciende… Ese movimiento que te envuelve y en San Mateo de Cangrejos se siente.

Un seis corrido que en Loíza resuena y que se mueve por tus venas. O un yubá que desmiente esos sentimientos que se invierten en lo más profundo de tu vientre.

Sicá, holandé, gracimá… Desde Mayagüez hasta San Juan. Unos Ayala que revierten lo que nuestros ancestros quieren sin miedo a quien no lo maneje.

Familia Cepeda, ¡qué legado nos han dejado! No dejemos que su encomienda sea en vano. Juntos de la mano, llegaremos a erradicar lo que tanto daño nos ha causado.

Manifestaciones, marchas, conversatorios…

Esa gesta nos compete a todos. No debemos desligarnos del: “¿Y tu agüela, aónde está?” porque de ahí debemos partir y conectar.

La bomba no es plena ni la plena es bomba. Ten cuidado con las confusiones, porque ahí es que nuestras raíces se asoman.

Desde Cataño hasta el sur la bomba sigue resonando y al ver a Sylvia Del Villard danzando, mi corazón sigue bombeando.

De norte a sur, de este a oeste, defenderé mi raza negra cueste lo que cueste.

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Bomba
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Juan Javier De Los Santos Artista y escritor independiente
la libertad. la cuerpa. la expresión. la liberación...
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La Laboratoria Boricua de Vogue:

Es un colectivo de personas queers y artistas del movimiento que buscan generar espacios de práctica donde se enseña el Vogue como una herramienta de liberación y justicia social.

Cuando hablamos de estos conceptos, LaBoriVogue debe estar presente rotundamente, ya que desde que se establecieron en julio de 2020, no han descansado en seguir propagando la importancia de desprendernos de aquello que nos ata. Por cierto, próximamente estarán festejando el haber dicho que “sí, vamos pa’lante con este proyecto de vida” EN GRANDE.

La pandemia impulsó al mundo del arte (expresión) a reiventarse y a modelar plataformas y modalidades que siempre han estado ahí, pero no se habían contemplado en nuestra nueva modalidad remota y virtual (híbrida). Es por eso que siempre han tenido como norte: generar espacios de práctica para el arte del Vogue y otras disciplinas de movimiento, centrados en la comunidad LGBTIQ+ de nuestra isla; a su vez, visionan poder generar una comunidad BallRoom, para que la misma sirva como un espacio sociopolítico y para la liberación colectiva, donde la gente se sienta satisfecha, cómoda, segura y empoderada en todos los aspectos.

Cuando hablamos de un hito para La Laboratoria, sin duda alguna hay que recordar el Lover’s Ball. Este evento les amplió el alcance con la audiencia y les dejó saber la gran necesidad que existe en Puerto Rico de espacios para poder ser y existir en plenitud y alegría; en fin, dejar a un lado los estereotipos con los cuales nos han encajonado desde infantes.

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Categoría: Sex Siren en el Lover’s Ball. Río Piedras, PR febrero 2021. De izquierda a derecha: Teresa Karolina y Joan de Liz. Foto por: Joshua Camacho. Artículo previamente publicado en The Hound Magazine issuu.com/hellohound/docs/2021_3 (junio 30, 2021)
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Juan Carlos Malavé. Edrimael Delgado y Tasha Rola. Foto por: Juan Carlos Malavé.

Categoría: Grupo posando con pancarta antes de una práctica pública. Muelle del Orgullo, Cataño, PR noviembre 2020. De izquierda a derecha: Melanie Escobar, Karina Domenech, Steph Mecha Corta, Edrimael Delgado, Roberta Acosta (abajo), Romii, Yamil Rodriguez, Shadiel O. Reyes. Foto por: Erika P. Rodriguez.

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LETRAS
Categoría: Práctica Pública y Manifestativa “Vivxs Nos Bailamos”, Muelle del Orgullo, Cataño, PR mayo 2021. De izquierda a derecha: Ale, Ane G, Armando Maymí, Juan Carlos Malavé, Carla Rebecca, Madeline Lamboy, Roberta Acosta, Ezequiel Diaz, Luisa Dominguez, Nishka. Foto por: Shadiel O. Reyes.

- Prácticas públicas: Estas consisten en poner en práctica lo aprendido junto con otras personas en diferentes espacios públicos de la isla.

- Clases presenciales y virtuales: Sirven para aprender y refinar técnicas y vocabulario de la disciplina del Vogue.

- Intervenciones performáticas: Siendo las mismas colaboraciones y piezas impromptu, de carácter improvisatorio en espacios públicos.

- Eventos BallRoom (Ball): Espacio de encuentro y competencia donde les participantes dejan salir su creatividad con lo aprendido.

Siempre emprendiendo...

El término “conformismo”, NO EXISTE; por lo que ya se contempla que su programa virtual, LaBoriVirtual, tenga de invitades en los próximos meses a artistas internacionales de la escena BallRoom.

Además, varies de les integrantes darán un viaje a la Ciudad de México en julio del 2021, para conectar y compartir con la comunidad BallRoom extranjera. Esto para seguir fomentando el valor de la danza y a la cuerpa como recursos que nos puedan guiar a la liberación personal y colectiva.

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“Strike a pose...”
Categoría: Pose grupal para el video “Con Urgencia”. Cataño PR, diciembre 2020. De izquierda a derecha: Edrimael Delgado, Shadiel O. Reyes, Maria Luisa Martinez, Joan de Liz Correa, Roberta Acosta, Yamil Rodriguez. Foto por: Juan Carlos Malavé.
“Me dijeron“
La canción cumple cuarenta años.
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Gary Bonilla-Latoni
LETRAS
Fundador The Pato Project Foundation

28 de noviembre de 2023

Cuando entré a la universidad, “me mudé de casa de mis viejos para estar más cerca de las clases.” Esa era la historia que contábamos. Pero mi salida de casa fue una premonición autoproclamada muchos años antes. Cuando decidí que allí, yo no cuadraba del todo. Como decía mi papá: yo “era diferente”. Él se refería a mis gustos por temas creativos, y en especial mi afinidad por el diseño y las letras. Cosas que, dicho sea de paso, él me celebraba en amplias ocasiones. Yo sabía que estos gustos míos eran una sola parte y la manifestación de un sentido de identidad distinto al que yo observaba en mis hermanos, atletas innatos, y unos primos, abusadores e ignorantes. A pesar de ser muy distinto a mi hermana, yo me veía reflejado en su disposición reflexiva y la vulnerabilidad que expresaba ante la belleza que la rodeaba.

No sorprendió a nadie que yo quisiera irme lejos en busca de personas afines en más de un sentido. Desde chico, todos mis esfuerzos estaban dirigidos a viabilizar esta futura mudanza: el sacar buenas notas, el participar en talleres de liderato y organizaciones de aprendizaje extracurricular, y hasta el cumplir con el insufrible entrenamiento deportivo, eran estrategias exclusivamente destinadas para conseguir admisión y becas que me permitieran el exilio a los dieciocho años. El plan funcionó.

DIC 2023: EL DERECHO A CONTARNOS: EXPRESIONES BORICUIR / 111 . . . . . .

Ya fuera de la casa decidí alejarme de muchas cosas que me sentí forzado a hacer para negociar mi sobrevivencia hogareña. Por ejemplo, dejé atrás, el deporte porque nunca me gustó. Abandoné las ciencias y las matemáticas, a pesar de haber recibido las mejores calificaciones en ambas materias. Mi habilidad matemática era conocida por todos. Porque desde tercer grado de escuela elemental, el principal me interceptaba a la hora de recreo y frente a todos, al aire libre, me hacía resolver ecuaciones sumamente complejas en voz alta. Lo que el principal y muchos no conocen, es que cuando él se iba, un grupo de guapetones me caían a puños. “¡Lambe ojo, maricón!” Susurraban con gusto en mi oído.

En la universidad me dediqué a estudiar idiomas, historia, arte – todos los temas tildados de menor utilidad en la escuela militar donde estuve por doce años. Me activé en el club de teatro. Los roles que logré obtener me servían de exorcismo. Por ahí salían los fantasmas de una vida rígida y hetero normativa en una urbanización cuadriculada donde todas las casas se parecían y sus habitantes deambulaban de manera idéntica, incoloros, del portón al carro y más tarde, al revés. Con cada puesta en escena en la universidad, el mundo alrededor de mi se transformaba con distintos colores (azul bígaro), música (Nina Simone) y argumentos filosóficos que duraban más que la botella de vodka que los acompañaba. La realización no se hizo esperar. Este espacio tan lejano de mi casa, escondido y abierto al mismo tiempo, era mi hogar. Mi nueva familia de amigos era una cornucopia harmoniosa. Todos nos

entendíamos y convivíamos regocijados por habernos hallado los unos a los otros.

Aún recuerdo sentir por primera vez el fuego de la felicidad en mi pecho. Me detuve por un nano segundo sobre extendido. Lo entendí y lo saboreé. Abrí los ojos, cuan sorpresa. Sonreí brevemente por dentro. El momento pasó. ¡Qué efímero! Me preguntaba si sería posible sentirse de esa manera por siempre.

El regreso a casa de los viejos durante las vacaciones servía como recordatorio que el mundo no era perfecto después de todo. En los años ochenta, la mayoría de los homosexuales en el archipiélago vivíamos en dos mundos: tu familia, donde eras un macho, y la calle, en casas ajenas, esquinas sin iluminación y bares con entradas discretas. Los más afortunados teníamos en esos escondites amigos decentes, apoyo y consuelo. Con los tres, yo me iba a “janguear” al Beach House en Punta Las Marías. Si salíamos tarde y hambrientos, parábamos por el Green House a tomar sopa de habichuelas negras y a escuchar a Glenn Monroig cantar.

Ese fue el año, 1983, cuando Glenn sacó la canción “Me dijeron”. La primera canción que hablaba a calzón “quitao” sobre hombres homosexuales, patos, maricones, hombres “gay”. En la canción, Glenn le reclamaba a su amigo el haberse enterado que era pato en la calle, por el qué dirán. El cantautor no entendía por qué su amigo no se lo dijo primero: “Te resiento por no haber sido más sincero, tú conmigo.”

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A pesar de tan injusto y desinformado reclamo, los homosexuales nos sentíamos vistos por primera vez. ¡Coño! No veíamos en cada verso. La melodía “in crescendo” le añadía un drama que paraba los pelos de punta. La composición se acercaba a las baladas “corta venas” tipo “torch song” que cantaban las divas musicales que muchos patos admirábamos – Judy Garland, Liza Minelli, Barbra Streisand, Sophie, Lucecita y Nydia Caro. Esta vez cantaba un hombre –un hombre nos cantaba a otros hombres.

Glenn publicó “Me dijeron” hace cuarenta años. A través de los años, esta canción ha fungido como puente entre generaciones. En muchos casos le dio la confianza a una niña a contar, a un padre a preguntar, a mis hermanos a tener empatía. Unió familias. Le ha servido de tema musical a un sinnúmero de celebraciones románticas. Ha sido grabada por varios artistas a nivel mundial. Tiene una segunda parte y una versión revisada, donde el resentimiento es compartido y el compositor está mejor informado sobre ambos lados de la moneda emocional.

Para muchos, “Me dijeron”, fue la primera reflexión cultural, sosegada y pública de la hasta entonces susurrada y todavía condenada patería boricua. Y para una nueva generación de activistas formó parte del arsenal de municiones usadas para combatir el abuso familiar, el discrimen social, la falta de visibilidad ante la epidemia mortal y rampante del SIDA, y las leyes que facilitaban estos comportamientos siniestros. Hoy, sin contexto histórico, estas historias y la canción que las acompañan no impresionan.

Así que permítanme ofrecerles de manera informal un posible diagrama: No es difícil trazar una línea que conecté esa época con eventos más recientes. Puerto Rico cuenta con una presidenta del Tribunal Supremo abiertamente lesbiana, La Honorable Maite Oronoz. La lucha que resumo arriba se dio durante su infancia. Le ofreció a su generación la posibilidad de reconocimiento y una plataforma desde donde presentarse. Esa generación y la que le sigue, continuan en pie de lucha, ya sin necesidad de tapujos y dicotomía.

En el verano de 1983, recuerdo escuchar “Me dijeron” incrédulo, boquiabierto y con lágrimas en los ojos. ¡Bien pato! Lo escribo con orgullo. Si la gente aceptaba esta canción, había esperanza de que mis dos mundos se juntaran en uno. La canción tendría el poder de abrir cuanta puerta de closet de una vez y por todas. ¡Jamás imaginado! Hasta entonces, el maltrato histórico nos había convencido de que éramos poca cosa. Vivíamos sin fe, hasta este año cuando ese tipo “estrei” saco la cara por los maricones.

“¿Con qué derecho canta este tipo? ¿Cómo es que él entiende tanto? ¿Será maricón? ¿Sobre quién cantaba? ¿Y ahora qué? ¿Besos en pantalla? ¿Pruebas de SIDA obligatorias? ¡Que susto! ¿Protección laboral, por favor?” Distintos nervios se activaron colectivamente. Siempre tuve mil preguntas. Las he ido acumulando por cuarenta años, hasta que finalmente me senté a hablar con el compositor. Su historia y la historia de este poema musical pertenecen en esta edición de Cruce. Una

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versión editada del audio de la entrevista acompaña este escrito.

Después de escuchar a Glenn, me parece que el cuento detrás de “Me dijeron” es tan importante como la canción. Es excepcional, no es blanco y negro, y los detalles se dejan a la imaginación. Esta historia se remonta a un período excepcional de inclusión a mediados de siglo XX dentro de la comunidad artística del país. Cada quien brillaba en la medida que su talento y contribución lo permitía. La historia viene auspiciada por la cortesía, la generosidad y la fama, un tanto controversial, del Frank Sinatra latino, Don Gilberto Monroig y su compañera de vida Helen, los padres del compositor. Esta historia trasciende décadas y está influenciada, entre otros, por Mirta Silva bajo la influencia del Champán de Carón. La canción se cantó por primera vez en la famosa discoteca gay boricua Bachelor y creó sendos “revolús” y “sal-pa-fueras” en las mismas fiestas patronales donde hoy se le rinde homenajes.

El tiempo le ha añadido nuevos matices tanto a la obra como al creador. A Glenn le toma esfuerzo hablar y más cantar a causa de una disfonía espasmódica – un gran reto al momento. Su voz es un instrumento de trabajo y, por ende, lo necesita para sobrevivir. La pasión e intensidad que lo llevó a escribir “Me dijeron”, siguen ahí. Y aún están enfiladas a defender a los más desprovistos. Glenn opina que la comunidad LGBTQ+ ya está encaminada. Y sugiere que debemos respetar de vuelta a los otros. Le preocupa la división que la lucha por la inclusión paradójicamente ha creado. Él, y

la canción han cambiado. Pero el origen de este casi-himno nacional de hombres cuir vive intocable en su memoria. Los invito a escucharle.

A mí, “Me dijeron” me afirmó la existencia la primera vez que la escuché. Yo tenía diecinueve años y estaba sentado atrás con un Marlboro en la mano derecha. Glenn la cantó. Yo chupé el cigarrillo con las mismas ganas que un bebé lleno de emoción ataca el “bobo”. Aún recuerdo sentir de nuevo el fuego de la felicidad en mi pecho. Me detuve por un nano segundo sobre extendido. Lo entendí y lo saboreé. Abrí los ojos, cuan sorpresa. Sonreí por dentro y por fuera. El momento pasó. Pero la sonrisa aún queda en mí.

Escuche la historia en las palabras de Glenn Monroig a través de este código QR. Abajo incluimos enlaces a varias versiones de la canción e imágenes que ilustran el relato del cantautor.

Enlace a versión original de Me Dijeron youtu.be/gP2qOvCAHP8?si=6I_IJinAF4PviG-b

Enlace a versión 2020 de Me Dijeron youtu.be/G4N_9Pwby8A?si=aMGZT8b65WB7ffAS

Enlace a Me Dijeron Parte 2 youtu.be/bmfT8kbRAGA?si=xPuK2XoJdv1vf83V

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Glenn con Gilberto - Glenn sintió en piel propia el rechazo de la sociedad. Su padre Gilberto era tan famoso por su voz melódica como por su adicción a la heroína.

Familia en TV con Mirta Silva y Gilberto - Glenn creció en un hogar donde se reunían ilustres boricuirs a mediados del siglo XX.

Champagne de Carón - Titi Mirta Silva usaba Champán de Carón. Glenn todavía percibe el aroma.

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Portada Maestra Vida - Rubén Blades confirma que la ópera de salsa intentó enfrentar el tema: “Que no me salga marica. Que no me salga ladrón.” Glenn atacó el tema de frente.

Periódico con Bailarines en portada – ¿Cómo salir en el periódico siendo Gay en los 80? El Mundo celebra a la bailarina María del Real y sugiere que Miguel Campañería es su novio. El afamado bailarín gay es hoy en día un reconocido activista.

Otros periódicos – Los titulares de la época: SIDA, la victoria del Macho Camacho y la investigación del caso Maravilla.

116 / REVISTA CRUCE: CRÍTICA SOCIO-CULTURAL CONTEMPORÁNEA LETRAS

Otros periódicos – Los titulares de la época: SIDA, la victoria del Macho Camacho y la investigación del caso Maravilla.

Otros periódicos –Los titulares de la época: SIDA, la victoria del Macho Camacho y la investigación del caso Maravilla.

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LETRAS

Glenn cantandoGlenn se popularizó cantando en vivo tarde en la noche en el Green House en Condado.

118 / REVISTA CRUCE: CRÍTICA SOCIO-CULTURAL CONTEMPORÁNEA

Glenn y Camille - Glenn iba con su esposa Camille a las discotecas gays en la Isla a promover “Me dijeron”, hasta que la radio se vio obligada a tocar “la canción de los patos”.

Carátula y disco“No Finjas”. Glenn crea su propia casa disquera, Mamoku, para cantar sin censura.

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Yolanda Arroyo Pizarro

Es investigadora, narradora, poeta y profesora. Es Catedrática Auxiliar y Escritora Residente de EDP University. En 2007 fue seleccionada por el Hay Festival como parte del grupo inaugural Bogotá39. Fue premiada por el Instituto de Cultura Puertorriqueña (ICP) en 2015 y 2012, y el Premio Nacional del Instituto de Literatura Puertorriqueña en 2008. Es fundadora y directora de la Cátedra de Mujeres Negras Ancestrales. Entre sus obras están: Las negras (2012), ganador del Premio Nacional de Cuento PEN Club de Puerto Rico en 2013, su libro Animales de apariencia inofensiva, Libro del año 2015 y su libro Ojos de luna, Libro del año 2007. Publicó con la Editorial Egales de España los libros lésbicos Caparazones (2010), Violeta (2014), Lesbianas en clave caribeña (2015) y TRANScaribenx (2017, premio PENClub de Puerto Rico 2018). En 2016 recibió el Premio Escritora del A~no en Literatura Queer del Centro Comuntario LGBT de Puerto Rico. En 2021 recibió el PEN Club Puerto Rico National Short Story Award y el Instituto de Literatura Puertorriqueña National Creative Award por Calle de la Resistencia. También recibió el galardón mayor por el PEN International por Afrofeministamente. Dirige las campañas educativas #PeloBueno, #SalasdeLecturaAntirracista y #EnnegreceTuProntuario.

Gary Bonilla-Latoni

Gary Bonilla-Latoni fundó The Pato Project Foundation en 2021. Esta fundación puertorriqueña, que rescató el otrora insulto callejero y lo devolvió a la comunidad boricuir, tiene la misión de documentar la historia de la comunidad y crear plataformas de representación positiva. La fundación busca progreso e integración social a través de la educación. Bonilla comenzó su carrera como periodista en Puerto Rico. Luego trabajo como publicista y estratega en EE. UU. y Europa. Durante esta última década, Bonilla ha afianzado su compromiso por las causas que apoya en la isla, sirviendo también en las juntas de varias entidades sin fines de lucro, incluyendo The Gay Center, Wavesahead y ConPRmetidos.

Evelyza Crespo Rivera

Evelyza Crespo Rivera tiene un Bachillerato en Artes con concentración en Trabajo Social, Universidad de Puerto Rico, Humacao. Tiene una maestría en trabajo social con énfasis en administración y supervisión y un doctorado en Trabajo Social de la Universidad de Puerto Rico, Río Piedras con énfasis en Políticas Públicas. Tiene la visión de trabajo social comunitario, rehabilitador, administrativo, protección infanto-juvenil y desde la educación superior. Dada su experiencia ve la capacidad de las

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COlaboradorxs

comunidades para evolucionar desde y para sus necesidades. A partir de la experiencia de rehabilitación, ve las necesidades de las instituciones de rehabilitación en la isla principalmente para niñez y juventud. Trabajó con el Programa Abrigo y luego con el Departamento de la Familia, comenzando como directora del Programa de Emergencias Sociales, Administradora Auxiliar de Protección Social y Administradora Auxiliar de Cuidado Sustituto y Adopción y directora ejecutiva. La Dra. Crespo perteneció a la Junta Examinadora de Profesionales de Trabajo Social en el Departamento de Estado, es miembro del Colegio de Profesionales de Trabajo Social, la Asociación de Educadores Latinos y Latinas en Trabajo Social (ALLSWE) y el Council on Social Work Education (CSWE). En este momento es parte de la Junta de directoras del Instituto de Educación Continua y Semillas de Bienestar. Desde 2009 es profesora universitaria en el campo de Trabajo Social. Bajo su liderazgo, los programas de trabajo social obtuvieron la acreditación del CSWE Social (CSWE). Como administradora académica fue directora de programa, directora de departamento, decana asociada y decana. Fue la directora del programa federal de becas HRSA que distribuyó más de dos millones de dólares en becas para estudiantes con necesidades económicas. Actualmente es la decana de la División de Artes Liberales y parte del grupo internacional de investigación Iceberg.

Juan J. De los Santos

Juan J. De Los Santos Calderón es una persona negra nacida, criada y desarrollada en San Mateo de los Cangrejos (Santurce). Actualmente, tiene 31 años de edad y lleva 9 años, aproximadamente, ejerciendo la pedagogía en la isla, tanto en el sistema privado como público. Desde temprana edad le ha interesado el arte en sus diversas expresiones, tanto así que ha experimentado el dibujo y la pintura, tomando clases en la Escuela de Artes Plásticas y Diseño. También, tuvo una inclinación por el baile desde muy pequeño, manifestándose en las noches de talento de sus escuelas y festividades en el G8 (comunidades aledañas al Caño Martín Peña). En este campo ha tenido la dicha de ejercerlo profesionalmente enfocándose en la bomba, plena y salsa, bailando en los grandes escenarios de Puerto Rico. Sin embargo, luego de la pandemia, quiso reinventarse y explorar nuevos horizontes, lanzándose como columnista colaborador en la revista local Hound donde ha publicado poemas y entrevistas a artistas emergentes locales, gracias a su gran amigo Anthony Gamunev. Adicional, en el mes de noviembre se publicó su segunda intervención en el podcast Proyecto 5, plan innovador de y para estudiantes de la UAGM-Cupey.

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José Ernesto Delgado

Caguas, Puerto Rico, 1981. Padre por vocación y poeta por hermoso accidente de la vida. Autor de los poemarios Bajo la sombra de las palabras (2011), Tatuajes del amor a la piel (2013). La brújula de los pájaros (2016), 1.9.2.3 (2019) y Rajuma: una historia Rohingya (2019). Es tallerista de escritura creativa para niños y jóvenes y gestor cultural. Próximamente publicará Ninguna patria bajo los pies, un poemario que recoge 10 años de viajes a distintos festivales y encuentros internacionales de poesía.

Roxana Domenech Cruz

Directora de la Revista Cruce e historiadora de las mujeres. La Dra. Roxanna Domenech Cruz es Catedrática Asociada de la División de Artes Liberales de la Universidad Ana G. Méndez, Recinto de Cupey. Estudió su bachillerato en Humanidades con concentración en Estudios de mujeres y de género en Smith College (1994), su maestría en Educación con especialidad en Diversidad cultural y desarrollo de currículo en la Universidad de Massachussets, en Amherst (1995) y su doctorado en Historia de Puerto Rico y el Caribe en el Centro de Estudios Avanzados de Puerto Rico y el Caribe (2011). Pertenece a la Asociación Puertorriqueña de Investigación de Historia de las Mujeres y presenta trabajos de investigación en los coloquios anuales de dicha asociación. Vive en Cupey Bajo con sus tres hijxs: Guillermo, Luna y Guillén.

Mayra Encarnación Meléndez

Es profesora, aprendiz de la escritura y cofundadora de la editorial Areté Boricua. Trabaja en la Universidad de Puerto Rico en Carolina. En octubre de 2014 participó en el 13° Encuentro Internacional de Poetas y Narradores de Las Dos Orillas, y el 3er Congreso Americano de Literatura, celebrado en Uruguay. En dicha ocasión, recibió la distinción de Visitante Ilustre en la ciudad de San Carlos. En mayo de 2015, presentó Metáforas del olvido en el Encuentro de Poetas del Mundo, la Isla en versos en Cuba. Obtuvo el primer premio en poesía en el Certamen de Microliteratura organizado por El Post Antillano, 2018. Participó en la publicación antológica titulada De Sur a Sur, España. Revista de Poesía y Artes Literarias que recibió el Premio especial FIS 2018. Ha publicado los siguientes libros: Deshilo del costado, 2003; El otro en mí, 2003; Tránsfuga, 2009; Metáfora del olvido, 2015; Brújula del tiempo, 2019; Violencia nuestra de cada día (Antología), 2020; El silencio del olvido. Antología literaria sobre el Alzheimer, 2022; Des(atar), 2022 y Aura y el mar, 2022. En el 2020, la antología Violencia nuestra de cada día obtuvo el Primer Premio Nacional

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por el PEN de Puerto Rico Internacional. Es coeditora del libro La era de la brevedad. Antología de microrrelatos y ensayos sobre el género, Premio Nacional Libro Híbrido por el PEN de Puerto Rico Internacional 2022.

Anto Gamunev

En el 1980 Anto nace en USA, pero se cría en Puerto Rico. Es profesor de comunicaciones, guionista, diseñador gráfico y trabaja en varias revistas digitales; entre ellas se encuentra TheHoundMagazine.com revista digital de arte emergente y cultura popular.

Javier Laureano

Obtuvo su doctorado en el Departamento de Historia de la Universidad de Puerto Rico (UPR) en el 2011. Su trabajo, titulado “Negociaciones especulares: creación de una cultura gay en San Juan de 1948 a 1992”, es la primera tesis doctoral sobre la historia LGBTQ+ de Puerto Rico y es la investigación que da paso a su libro, San Juan Gay, publicado bajo el sello de la Editorial del Instituto de Cultura Puertorriqueña (2016). El Dr. Laureano investiga y publica sobre temas como lo transgénero, el movimiento político gay, la historia del SIDA en nuestro país y asuntos relacionados a la historia de género, política pública e historia medioambiental. Participa activamente en múltiples conferencias y publica artículos sobre temas cuir en revistas arbitradas y medios de difusión pública. Desde 1995, Laureano trabaja en el campo medioambiental y desde el 2016 se mudó a la ciudad de Nueva York, donde labora en la Agencia de Protección Ambiental (EPA, por sus siglas en inglés). Ha ofrecido cursos universitarios como “Pensamiento Ambiental”, “Historia del HIV/ SIDA en Puerto Rico” y “Ciudad y Ecología” en la Universidad de Puerto Rico, Recinto de Río Piedras.

Anthony Medina

Estudió Psicología en la Universidad de Puerto Rico en Río Piedras. Luego obtuvo una maestría en Psicoanálisis y Teoría de la Cultura en la Universidad Complutense de Madrid, con su tesis titulada Los procesos defensivos en ‘Los perturbados entre lilas’: Una mirada psicoanalítica al teatro pizarnikiano. Le interesan áreas de investigación relacionadas a: psicoanálisis, literatura, políticas del cuerpo, éticas y estéticas de la existencia, resistencia cuir, y colonialidad del lenguaje. Desde una distancia reverente, disfruta acercarse a la poesía con la esperanza de reconciliarla con la filosofía.

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Emilio Peña Beltrán

Galardonado director creativo nacido en Guadalajara, Jalisco, México. A lo largo de más de 17 años de carrera ha brindado múltiples servicios que incluyen diseño, entretenimiento, arte, publicidad y marketing. Su carrera ha sido bastante variada, trabajando en diferentes campos como en la industria de la moda, cine y arquitectura. Su ojo para el detalle y estilo es equivalente a su capacidad para crear conceptos originales, gestionar y liderar equipos creativos.

José Javier Rivera Ortíz

El profesor Rivera se desempeña como director de producción para Sistema TV/ Canal 40. Además, se destacó como maestro del Sistema de Educación Pública por espacio de 20 años, enseñando las materias de danza y teatro desde kínder a duodécimo grado. Fue bailarín y actor profesional por más de 30 años, participando con artistas locales e internacionales. Ha viajado por diferentes países llevando su arte. Perteneció a la compañía Viva Danza de Madrid, donde fungió como maestro y bailarín y a la compañía de baile Ahora sí en Londres. Posee un Bachillerato en Educación en Drama de la Universidad de Puerto Rico y una maestría en Administración Pública, concentración en administración de las Bellas Artes. Es candidato al grado en el doctorado en Filosofía en Estudios Culturales. El tema de su tesis lleva por título: Hacia una nueva construcción de la masculinidad para fomentar una cultura de paz. Además, estudió en Laban Dance Centre of London, hoy Trinity Laban Conservatoire of Music and Dance. Posee un certificado en Estudios Afrolatinoamericanos de The Afro-Latin American Research Institute at the Hutchins Center, Harvard University. Actualmente, enseña en la maestría de Educación de las Bellas Artes que ofrece la UAGM Gurabo.

Ramleshka Ramos

Fotógrafa y estudiante de 22 años que reside en San Juan, Puerto Rico. Su pasión por capturar la belleza del mundo y las personas a través del lente de su cámara ha estado con ella desde la infancia. Es una fotógrafa dedicada y hábil que ha aprendido nuevas técnicas que le han permitido llevar su fotografía al siguiente nivel. Cursa un bachillerato en producción digital en la UAGM, Cupey donde combina su amor por la fotografía con su pasión por el cine. Le encanta escribir poemas de vez en cuando y leer libros. Se describe como una mujer joven talentosa y motivada, apasionada por su trabajo y comprometida con el logro de sus objetivos.

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Lissette Rolón Collazo

Lissette Rolón Collazo es catedrática de la UPR-Recinto Universitario de Mayagüez, Programa de Literatura Comparada. Ha publicado los libros: Figuraciones: Carmen Martín Gaite, revistas feministas y ¡Hola!, Historias que cuentan: el motín contra Esquilache y las mujeres según voces del XVIII, XIX y XX, ¿Quién le teme a la teoría?: manual de iniciación en prácticas críticas y culturales en colaboración con Beatriz Llenín Figueroa y Borrador de autoayuda queer y otros ensayos raritos. En 2021 publicó su libro En fuga: Florencio Pla Meseguer, memoria, poder y resistencia sobre subjetividad intersexual en la España franquista, que resistió la dictadura desde su cuerpo y desde la guerrilla maqui. Sus columnas y colaboraciones en la prensa digital de Puerto Rico, especialmente en 80 Grados y Cruce, son un punto clave de referencia en las discusiones feministas y LGBTQIA+ en el país. Ha dedicado buena parte de su vida profesional a proyectos de justicia social por lo cual cree y defiende el potencial liberador y revolucionario de la educación pública.

Gia N. Santiago

Estudiantx subgraduadx de la Universidad de Puerto Rico, Recinto de Río Piedras.

Bryan Suarez

Coordinador audiovisual egresado del Programa de Producción Digital del Departamento de Comunicaciones de la Universidad Ana G. Méndez, Recinto de Cupey.

Daniel Torres Rodríguez

Es catedrático de Español y Estudios Latinoamericanos en Ohio University desde 1990. Sus publicaciones incluyen dos novelas, Morirás si da una primavera (1993 y 2014), Premio Letras de Oro 1991-1992 de la Universidad de Miami, y Conversaciones con Aurelia (2007 y 2017); un libro de cuentos, Cabronerías: Historias de tres cuerpos (1995 y 2016); un libro de crónicas, cuento y poesía titulado Mariconerías: Escritos desde el margen (2006) y los diez poemarios reunidos en la compilación En (el) imperio de (los) sentidos: Poseía (in)completa 1981-2011 (2013). Fue Premio Nacional de Poesía del PEN Club de Puerto Rico en 2009 por su poemario debellaqueras. Sus poemas han sido incluidos en: El límite volcado: Antología de la generación de poetas de los ochenta (2000), Mariposas: A Modern Anthology of Queer Latino Poetry (2008) y Antología del Colectivo Literario Homoerótica (2012). Su más reciente libro de ensayos es Páramos del amor: escrituras del VIH y sida en la poesía puertorriqueña, publicado por Editora Educación Emergente.

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2024

El Proyecto Titulo V de la Universidad Ana G. Méndez del Recinto de Cupey, y las divisiones de Artes Liberales y Ciencias y Tecnología, les invitan a participar en la Semana de la Conciencia Social 2024, que en esta oportunidad abordará como tema principal: “La universidad ante los retos de la época 2”. La actividad se llevará a cabo del 9 al 11 de abril de 2024, de forma presencial, en el Anfiteatro Muñiz Souffront y en el Design Thinking Lab de la UAGM, Recinto de Cupey. Como parte de los trabajos de la Semana de la Conciencia Social se aceptarán reflexiones críticas, propuestas de investigación o investigaciones ya concluidas, poemas, cuentos, videos y cortometrajes. También se aceptarán dibujos, pinturas, artes gráficas y fotografías que estén relacionadas con el tema de la actividad. Los ponentes tendrán 10 minutos para presentar sus trabajos y una vez concluida la exposición se realizará una sesión de preguntas y respuestas con la audiencia. Cada panel tendrá una duración de una hora y media (45 minutos de presentación y 45 minutos de diálogo con el público).

En esta edición de la Semana de la Conciencia Social se proponen como posibles subtemas trabajos que aborden los ejes temáticos que aparecen a continuación:

La universidad y la construcción del conocimiento

La inter y la transdisciplinariedad en la construcción de nuevos conocimientos

Experiencias extra y cocurriculares entre instituciones académicas locales e internacionales

Propuestas curriculares ante realidades políticas, sociales y ecológicas

Visiones disciplinarias para el mejoramiento del lazo social y de las comunidades

La universidad ante las demandas neoliberales

La universidad ante las realidades de las poblaciones vulneradas

La universidad y los derechos humanos

Las discusiones académicas sobre los desastres naturales y los procesos de recuperación

La universidad y el sentido de pertenencia

La universidad que soñamos

Los(as) estudiantes deben enviar un resumen del trabajo que contenga entre 170 y 200 palabras. Deben incluir el título, una breve descripción y el formato que empleará para desarrollar su texto (reflexión, investigación, propuesta de investigación, video, cortometraje o texto creativo).

A su vez, deben escribir el nombre del/a autor/a o de los autores del trabajo, identificar la universidad, la carrera y el año que cursan. Cada estudiante debe tener un mentor/a que le oriente en la redacción y en la conceptualización de su trabajo. El nombre, título y lugar de trabajo del mentor/a debe aparecer en el resumen.

Los(as) interesados(as) en presentar su trabajo tendrán hasta el 1 de marzo de 2024 para enviar el resumen de sus propuestas a la dirección electrónica: https://forms.gle/vyuAsdbSQDR1GKVK7

Del mismo modo, deben indicar en el espacio que se les proporcionará en el forms si están interesados(as) en publicar sus textos en la Revista Cruce. El 8 de marzo de 2024 recibirán una comunicación que indicará si sus trabajos fueron o no aceptados para su presentación en el evento. Por ello, es de vital importancia que incluyan en el resumen su número de teléfono, dirección electrónica u otra forma de contacto.

Cualquier pregunta pueden escribir a la dirección electrónica proyectotv@uagm.edu o llamar al (787) 766-1717, ext. 7290

linktr.ee/revistacruce

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