Arte en portada:
Bryan Suárez - Mujeres en NY (serie)
Montaje:
Anto Gamunev
28 de agosto de 2023: Cruces nuevos
Junta Editora:
Roxanna D. Domenech { Directora
Anto Gamunev
Sonia Cabanillas
Martín Cruz Santos
Juan Carlos Fret-Alvira
Carlos García
Jorge Luis Torres
Alexandra Pagán Vélez { Lectora externa
Hugo R. Viera Vargas { Lector externo
Junta Asesora:
Evelyza Crespo
Luis Iturralde
Balbina Rojas
Sugelenia Cotto { Presidenta
2 / REVISTA
SOCIO-CULTURAL CONTEMPORÁNEA
CRUCE: CRÍTICA
Para colaborar:
En Cruce publicamos artículos de investigación; reflexión; reseñas; notas de opinión; comentarios de textos; fotoensayos o arte plástico; entrevistas; textos creativos; y otro tipo de escrito que suponga un análisis o mirada crítica a la sociedad contemporánea.
Toda persona que desee colaborar deberá enviar su artículo por correo electrónico, comprometiéndose a que dicho texto respeta las normas internacionales en materia de conflicto de intereses y normas éticas.
Los escritos se someterán a estricto arbitraje y proceso de edición y corrección, por lo que la colaboración puede sufrir alteraciones, a menos de que se trate de un texto literario.
Nos enfocamos en los siguientes temas:
Política y sociedad: Los escritos de crítica sociopolítica presuponen colaboraciones de los diferentes saberes de las Ciencias Sociales, las cuales a través de principios o esquemas conceptuales o teóricos analizan y explican los fenómenos y estructuras sociales.
Letras: Los escritos literarios de autor (poemas, cuentos, dramas, fragmentos de novela, prosa poética…) que muestran la sensibilidad humana e inspiran a la creación. Asimismo, reseñas, críticas a textos literarios y otros acercamientos literarios o propiamente lingüísticos.
Arte: Los escritos dedicados al análisis, el estudio y la presentación de todo aquello que comprenda al mundo cultural. Abarca la gestión cultural, la autogestión, los estudios culturales, la música, el arte plástico, movimiento escénico, danza, la cultura popular y el arte urbano, vistos preferentemente desde el prisma de la cotidianidad. La fotografía como narrativa visual que sirve para retratar la cotidianidad y la realidad social, y los acercamientos a la obra fotográfica de algún autor.
Cine: Los escritos que analizan o reflexionan acerca del mundo cinematográfico y cómo se atiende desde lo visual los temas de relevancia contemporánea. Se aceptan formatos audiovisuales.
Los derechos de las publicaciones son exclusivas del autor.
Todas las colaboraciones y comunicaciones se harán al correo institucional de la revista editorescruce@uagm.edu
AGO 2023: CRUCES NUEVOS / 3
Diálogo entre un poeta y su lectora
Diana Guemarez Cruz
Inexorable
Kristal Rivera González
p.08 p.26
Un gobernador anda por ahí
José Edgardo Cruz
El Aula María Zambrano de Estudios Transatlánticos en la UAGM, Recinto de Cupey
Balbina Rojas y Bryan Suarez
p.42
Resucitar
Ana María Fuster Lavín
“Myth Rights” Exposición de Gabriela Ajlesha en Casa Silvana
Casa Silvana
Comida
Rolando Revlagiatti
p.42 p.62 p.68
Usted es suya una novela de María Mercedes Benito
Juan Casillas Álvarez
p.38 p.48 Índice
4 / REVISTA
SOCIO-CULTURAL
CRUCE: CRÍTICA
CONTEMPORÁNEA
p.08 p.18 p.20 p.26 p.46
p.56 p.60 p.64 p.68 p.80
SISU
Manuel Martínez Maldonado
In Memoriam
Lizette Martínez
Cambio de rumbo
Martín Cruz Santos
Serafín: Iniciación de un novelista. Primera parte Óscar Castro García
Reseña del libro Panorama monetario y numismático de Puerto Rico (San Juan, 2017) de Jorge L. Crespo Armáiz Gregorio Villegas Cobián
p.56 p.64 p.80
AGO 2023: CRUCES NUEVOS / 5
Índice
Cruce inicia este semestre académico proponiendo nuevos cruces. En esta ocasión comenzamos con una fotografía de Bryan Suárez en la portada. Esta forma parte de su serie “Mujeres en NY”. Continuamos con un texto creativo de Diana Guemarez Cruz titulado “Diálogo entre un poeta y su lectora” (p. 8) donde la autora presenta una colección de poesías y sus reacciones o comentarios según ella escribió en la página de Facebook del poeta.
Cruces nuevos cuenta, además, con diversas expresiones artísticas y literarias, al igual que reflexiones, ensayos críticos y fotografías. Kristal Rivera González (p. 18), Ana María Fuster Lavín (p. 38) y Lizette Martínez (p. 60) colaboran con poemas muy conmovedores. Por otra parte, José Edgardo Cruz (p. 20) y Rolando Revagliatti (p. 46) nos comparten dos de sus cuentos y Martín Cruz Santos nos mantiene al tanto de su creación reflexiva con uno de los ensayos que forma parte de Reflexiones desde El Jardín. Este número integra la primera de estas reflexiones titulada “Cambio de rumbo” (p.64) acompañada por fotografías provistas por Cruz Santos.
Asimismo, esta edición presenta otros ensayos, reseñas e información sobre exposiciones artísticas. Óscar Castro García se une a nuestrxs colaboradorxs con su ensayo crítico “Serafín: Iniciación de un novelista. Primera Parte” (p. 68). Juan Casillas Álvarez, Manuel Martínez Maldonado y Gregorio Villegas Cobián exponen tres reseñas: “Usted es suya una novela de María Mercedes Benito” (p. 48), “SISU” (p. 56) y “Panorama monetario y numástico de Puerto Rico (San Juan, 2017) de Jorge Crespo Armáiz” (p. 80). Por otra parte, Casa Silvana nos convoca a disfrutar de su ciclo de exposiciones titulado “Serie Jóvenes Afro” inaugurando la exposición individual “Myth Rights” de la artista Gabriela Ajlesha.
“Myth Rights” busca ser un punto de encuentro entre la cultura visual, la narración oral y el mundo del reciclaje. En esencia, son ocho representaciones artísticas con propósito de educar y defender las prácticas espirituales caribeñas ante la sociedad de consumo de nuestra era global. En cada mito, Ajlesha narra y documenta desde su intimidad con lo divino, las prácticas espirituales Afrocaribeñas que la historia oficial del País se empeña en desacreditar para la implementación de un proyecto de modernización del siglo pasado. (p. 42)
Esta tirada también incluye una serie de fotografías tomadas por Bryan Suárez en la UAGM, Recinto de Cupey durante una visita reciente de los doctores Juan Antonio García Galindo, director del Aula María Zambrano de Estudios Transatlánticos (AMZET) y Diego José Vera Jurado, director general de la Fundación de la Universidad de Málaga (FUGMA). Sobre este encuentro Balbina Rojas nos dice
Esta visita tuvo como objetivo reafirmar el acuerdo colaborativo que tiene el Recinto de Cupey con la Universidad de Málaga mediante el cual se seguirán generando diversas iniciativas académicas, interuniversitarias y multidisciplinarias basadas en los estudios transatlánticos comparados. (p. 27).
Concluimos con una invitación a colaborar con nuestra revista este año académico (p. 83).
Pueden disfrutar de este nuevo número: Cruces nuevos en - https://issuu.com/revistacruce
Cordialmente,
Roxanna Domenech Cruz, directora Revista Cruce
División de Artes Liberales
editorescruce@uagm.edu
AGO 2023: CRUCES NUEVOS / 7 Nota editorial
Diálogo entre un poeta y su lectora
Diana Guemarez Cruz
Escritora independiente
8 / REVISTA CRUCE: CRÍTICA SOCIO-CULTURAL CONTEMPORÁNEA
LETRAS
“Hay puertas que me conectan con la noche; me siento que soy en ella un misterio que nunca sabré”.
Luis Gilberto Caraballo
“Creo que la poesía tiene una cosa extraordinaria: está hecha de palabras y aspira al silencio”,
Juan Manuel Roca
Luis Gilberto Caraballo y yo hemos dialogado por espacio de unos dos años y medio sobre el arte, la poesía, su poesía, su concepto poético y su lenguaje. De mi fructífera amistad con este gran escritor y pintor venezolano han surgido de mi parte 10 ensayos sobre su obra, tres prólogos y tres reseñas. Todo esto se ha publicado o está en vías de publicarse en revistas mexicanas, chilenas, españolas, argentinas y puertorriqueñas. Y también en un libro, La música callada, la soledad sonora: la poética de lo inefable de Luis Gilberto Caraballo, libro que saldrá en mayo bajo el sello editorial Grupo Ígneo de Perú.
Pero este autor y yo hemos compartido tanto en entrevistas, presentaciones de libros, en ferias virtuales, por WhatsApp y a través de su página en Facebook que concibo otro bello libro que recojan un poco de mis diálogos con el poeta. El libro tiene el título provisional de Diálogo entre un poeta y su lectora. Caraballo ha afirmado en uno de sus aforismos que el poema sin sus lectores está incompleto. Y puedo dejar constancia que cree en esta sentencia porque discute conmigo todo lo que escribo sobre él: sea un ensayo elaborado, una reseña, un prólogo, un comentario a uno de sus poemas en Facebook o un comentario en WhatsApp.
Aquí dejó constancia de mi diálogo de la última semana de abril con el poeta sobre su poesía de principios del siglo XXI y el símbolo de la noche en ella.
Empezamos una nueva conversación por WhatsApp el 27 de abril de 2023 o antes. Veo que has regresado a tu poesía de hace unos 20 años. Me envías este precioso poema que comento brevemente porque lo estás trabajando.
AGO 2023: CRUCES NUEVOS / 9 LETRAS
La lectora 1860, del pintor belga Alfred Stevens. Óleo sobre lienzo
Llegué a la sala y encontré un tigre plácido con ojos luminosos y garras encerradas, Era el hambre, el instinto con ansias en la sombra, bajo los poemas inciertos Yacía en aquel jardín perdido con el reloj preciso, los minutos más largos e intensos el pulso sobre la boca me salía del aire. En el solar había un arenal que se demarcaba con su tez linderos y tocaba lánguidamente el último libro con la pluma aún en tinta febril mientras el animal trepaba el árbol de las noches tristes espeja la intemperie, rostro que subía hasta el cenit del viaje la memoria era un círculo de luna que sobrepasa la puerta y va hasta su garganta con la suave luz de la marea moja los pies andados
Pienso que este precioso poema se une a la serie de esos poemas que leí ayer donde la noche y el mundo animal se entrelazan. ¡Me parece que aún en este estado es una gema!
¡Me recuerda a Kipling! Muy bello texto. Pero me parece superior a Kipling por la representación de animal y naturaleza en tus letras, por cómo describes la noche y porque el animal es visto de manera humanista y espiritual.
Quiero a luz de este envío comentar cuatro poemas publicados el 27 de abril en tu página de Facebook, aunque escritos en la primera década del siglo XXI, que atañen a la noche. Para que se vea cómo manejas los símbolos y el lenguaje. Y porque veo que en tu poesía la noche es un símbolo permutable como el mar.
10 / REVISTA CRUCE: CRÍTICA SOCIO-CULTURAL CONTEMPORÁNEA
LETRAS
Primer poema
Nos preceden versos en el hallazgo interno y seguiremos siendo poemas aún después de la muerte, LGC
Que la noche se agigante en esperanza si he de morir en medio, en su cava de teatros negros con sus lúnulas de azoteas blancas y un verso en el corazón azul del trapecio.
Que nadie pierda palabras, sangre, aliento en su espalda de mar trasiego, que nadie mueva su noche al río ondulante, ni que sucumba la alondra vidente en el vuelo azaroso. Lo inacabado quedará pendiente para mirarlo en la distancia como espiga sideral del pan en su torrencial áureo, que prosiga el poema, que se vista del verso infatigable.
La noche tiene en sus astros acantilados de espejos infinitos y unos ojos que miran igual a todos, para cuando los lobos orugan y se pasean con sus alas por las flores oliscando. que si he de caminar sin sombra en la horizontalidad, vertical en la oscuridad del boscaje mágico con el perfume ebrio en la garganta exhalando lunares amarillos en la piel inexistente, intentaré asirme al muelle anhelado del alcanfor antiguo, inédito, tinajero de la sinfonía solitaria y el silencio trágico, punto de encuentro de mitades filosas, voraces, (quien se va y quien se quedará)- los lobos yacen en la hondonada de coro fúnebre,
una ola suave que lleva a rastras el inagotable faro mundano lo irreal de una ciudad, el ilusorio muro de la bruma con su beso de boca ancha, y de antorcha húmeda inusitado temblor cae hendido en su piel. Pregúntale a su memoria,
AGO 2023: CRUCES NUEVOS / 11
a la hormiga que camina la aldeala tierra y el sueño, nos recuerda a las hojas del ancestro que lleva sobre su cabeza negra paulatina,
La noche atiende a sus magos que tras el atuendo dejan derruidas las columnas frente a si, unas nubes que jamás volverán,
que prosiga el vino, el poema precedente al existir con su verso infatigable
Dejé este comentario conciso sobre el texto anterior:
¡Qué maravilla! Un gran poema donde el poema se ve como cíclico en el devenir del tiempo. También se plasma en él el deseo de que el verbo se eternice. La noche y los elementos conectados con ella subrayan las emociones del poeta. Un poema impoluto de un escritor que ama su oficio.
Segundo poema
Estruja la noche
Estruja la noche para que regale un sueño, desde sus mantras; un manto tendido de amapolas gráciles sobre las cuales nos haga un cuento, una serranía de misterios. Una de sus voces se oiga adentro. en el cabalgar laxo del laberinto; del plexo preñado de los peldaños que suben al árbol de los gatos alejados por sus hábitos de exilio, aran las noches abrogadas de soledad, del que cede al silencio su maullido, sin nada que pedirles a esos soldados, que esconden sus rostros entre las ramas. Sobre el vientre del cuento en parto; el acordeón de voces se devanea como espejos del pez, que arde en su espuma, en la luna que sobreviene del agua y alza sus espadas al viento, tejiendo el tramo del oleaje, cosiendo el mar en la distancia, un manto de sales profundas unas extensas líneas del último párrafo donde campanean de cuerpo entero abierto, indicando el puerto, sobre las arenas silenciosas de las orillas donde enmudece el bramar de la noche que habita el cuento.
Luis Gilberto Caraballo, 2004
12 / REVISTA CRUCE: CRÍTICA SOCIO-CULTURAL CONTEMPORÁNEA
LETRAS
Comentario a “Estruja la noche”:
¡Muy profundo y hermoso poema! Me encanta el epígrafe que acompaña este texto. El poema abre muy bien con la relación entre noche y sueño, e incluso misterio. “Un sueño desde sus mantras”. Me gusta mucho el verso, “un manto tendido de amapolas gráciles”.
El sueño como un estadio muy profundo de la conciencia y como fuente de símbolos se ve en “Y así una de sus voces/se oye adentro./ en un cabalgar laxo muy adentro del laberinto;/ adentro del plexo preñado”.
Las metáforas como de un sueño y como alguno de tus lectores comentó de corte surrealista: “el silencio de los maullidos”, “los soldados que esconden los rostros en sus ramas”, “los escalones verdes suben al árbol de Los Gatos”, etc. hasta “cose el mar en la distancia”.
Y ya regresas del viaje que has emprendido por medio del sueño en “el bramar de la noche que habita el cuento”.
Las imágenes finales son hermosas: “un manto de sales”/unas extensas líneas/donde campanean de cuerpo entero/sobre el árbol abierto/indican el puerto”.
Bellísimo poema de ese libro tan maravilloso, Los caminos del tiempo del 2008 o 2009.
Tercer poema
La noche embruja noctámbula en su placenta luminosa y un llanto entre sus soles lejanos se oye que canta y nutre, llora la piel de calas blancas de la noche con sus aromas de luna gacelas lácteas y gestos arqueados de labios violetas picotean su útero, su manzana del bahobá, el surco primitivo sobre sus gargantas infinitas.
La tibieza de los gorriones atizados en sus nidos agotan sus ojos que caen sobre sus alas de pajas donde reposan absueltos silentes con la esperanza del vuelo, del llanto ebrio de la acabada oscura
El zorro escapa ligero entre los semblantes del pastizal, busca su luna blanca,
AGO 2023: CRUCES NUEVOS / 13
El poeta en sus cuarenta leyendo sus textos en Isla Negra, Chile.
mientras la tierra asombra con su portal azulado poemas empeñados en la cuesta de las laderas y la hierba brota fresca, en la ventisca que la roza y la hace humilde para las bocas sedientas de las mañanas, de esas noches están plantadas los arenales de tus playas tierra árida de noches, donde los mitos hidratan leyendas, cantos de catedrales de arenas, donde el gorrión atizado aparea su hembra donde el viento es azul y la noche embruja noctámbula el coito del útero, de sus labios violetas con olores a placenta láctea mientras el río se va haciendo nube y el mar tierra.
Comentario a “La Noche Embruja Noctámbula”:
¡Qué belleza! Toda una meditación y recreación en esa noche que embruja noctámbula y que nos hace ver la noche como la creación misma al ser “una placenta luminosa”.
Lo que conmueve de este poema aparte de la sexualidad que le confieres a la noche, es como recuerdas que la noche es luminosa y contrastas su oquedad u oscurana con lo brillante:
“La noche embruja noctámbula/en su placenta luminosa/y un llanto entre sus soles/lejanos/se oye que canta y nutre, llora/la piel de calas blancas de la noche con sus/aromas de luna/gacelas lácteas y gestos arqueados de labios/violetas/picotean su utero,/su manzana de bahoba/el surco primitivo/sobre sus gargantas infinitas”. Un hermoso cromatismo en estos versos: negro, blanco, violetas.
Muy interesante que asocias a la noche, una vez más, con los animales: los gorriones primero y luego con el zorro. Así que la noche es un símbolo que preñas de muchos valores y significados.
La noche la conectas con todo el cosmos: los astros, los animales y los arenales y la noche es además territorio propicio para el mito:
“De esas noches están plantadas/los arenales de tus playas tierra árida de noches/donde los mitos hidratan/leyendas, cantos de catedrales de arenas, donde el/gorrión atizado/aparea su hembra/donde el viento es azul/y la noche embruja noctámbula el coito/del útero, de sus labios violetas/con olores a placenta láctea/mientras el río se va haciendo nube/y el mar tierra”.
¡Bellísimo poema sobre esa noche es símbolo permutable en tu poesía y parece ser la poesía misma!
Cuarto poema
La noche aprende sola, porque no la miramos en sí misma. Porque nos morimos en cada parto del alma, y ese que partió no la ve.
14 / REVISTA CRUCE: CRÍTICA SOCIO-CULTURAL CONTEMPORÁNEA
Luis Gilberto Caraballo, 2006
LETRAS
Lo que alguna vez fue la noche. Ese se va con esa noche, se va con su oquedad azulada,
En que cada entre tejado, se estará viendo por sí solo. Pero nadie verá lo mismo, nadie tiene la misma oquedad en su lengua. Nadie oirá los pasos del felino, en la misma aldea de cuentos y duendes. Aunque suspendido en sus garras pernocta, con la luna a cuestas Con su silueta esbelta que acecha la sombra y derrumba el imperfecto silencio.
La noche del tejado ajeno tiene sus propios colores. Las ventanas serán de las cortinas que más se asemejen, con lo que cada quien ve Esos serán los cometas que podré ver desde esta cortina.
La noche está solitaria Arreando su destino
Con sus felinos; se resguardan, su sigiloso ensayo. Donde nadie los oye, sino su diálogo con el que entienden su oquedad, su muerte.
Comentario sobre “La noche aprende sola”:
Maravilloso poema a tu noche. Como señalastet, has escrito muchos poemas a la noche y la noche ha devenido en tus letras en ese espacio privilegiado en el cual piensas y creas tal como le comentaste en aquella entrevista a Pedro Pablo Pérez. Pero la noche es también el sueño y el sueño conecta con el motivo del viaje. La noche es la noche y también los astros y la noche se confunden con el mar en algunos de tus poemas y en tu espléndido libro, La Gruta del Ávila. La noche al ser sueño y creación es poesía. Es un símbolo de símbolos que se confunde con el mar y deja ver qué para ti cualquier símbolo se puede superponer a otro como en un mosaico.
Aquí la noche está asociada a la muerte, a esa muerte que siempre nos toma por sorpresa y el que muere la ve de forma especial. Esa oquedad azul está vinculada a la muerte en este precioso poema.
“La noche aprende sola/porque no la miramos en sí misma./Porque nos morimos en cada parto del alma,/y ese que partió no la ve./Lo que alguna vez fue la noche./Ese se va con esa noche./se va con la oquedad azulada”.
AGO 2023: CRUCES NUEVOS / 15
Luis Gilberto Caraballo, 2004
Estos símbolos que se amplifican, se conectan y se superponen es parte del lenguaje poético que has cifrado a lo largo de tanto esmero con la palabra. La noche y la oquedad aquí como un solo símbolo, aparecen en La Gruta del Ávila como dos símbolos con los que dialogas.
La imagen de la noche como un felino, aparte de bella, es apropiada. Me recuerda a Lorca. Porque la noche como en el felino viene sin que lo notemos.
“Nadie oirá los pasos del felino/en la misma aldea de Cuentos y duendes./Aunque suspendido/en sus garras pernocta/con la luna a cuestas/Con su silueta esbelta/que acecha la sombra/y derrumba el imperfecto silencio”.
Pero, así como cada uno tenemos nuestra vida, tenemos nuestra muerte y la oquedad de cada uno será única. Esto es verdadero filosóficamente: cada vida, cada muerte, cada oquedad que sentimos como humanos es única.
“En qué cada entretejado/se estará viendo por sí solo./Pero nadie verá lo mismo,/nadie tiene la misma oquedad en su lengua./Nadie oirá los pasos del felino,/en la misma aldea de cuentos y duendes”. Qué expresión tan hermosa y que imagen esa del felino para hablar de la muerte.
Noche/muerte/felino se constituye en un conjunto simbólico de gran capacidad expansiva. Como aquel maravilloso cuadro el arte de pensar la imagen acústica del poema se mueve espiral sugiriendo el infinito, allá con la imagen visual.
16 / REVISTA CRUCE:
SOCIO-CULTURAL CONTEMPORÁNEA
CRÍTICA
LETRAS
El arte de pensar
Me parece increíble que hayas redescubierto estos poemas de tanta valía, escritos cuando apenas tenías 40 años o menos. Ya eras el gran poeta de siempre. Este poema me emocionó y me pareció precioso.
Como se puede ver en estos poemas, has consolidado el vocablo noche como símbolo polisémico en tus letras. La noche es la noche factual, pero es imagen del poema eterno, de ese poema ancestral que se permuta de manera eterna. La noche es también, universo, creación, placenta, del cual sale todo y conecta con todo. La noche es la que te motiva a reflexionar sobre el mundo astral y el mundo animal, el mundo de lo salvaje. La noche es el sueño, la creación, el espacio propicio para la creación. Como en la poesía surrealista que admiras y conoces tan bien, la noche es la que te permite acceder a lo inasible, a lo trascendente. Entonces la noche es Logos. La noche es Mito.
Aquí ocurre algo maravilloso y es que la noche se parece a tu mar en valores semánticos y emotivos. Como en la poesía San Juan de la Cruz, un símbolo polisémico se transformó en otro. Has ensanchado el lenguaje poético, pero a la vez, como el ilustre poeta del siglo XVII, has anulado el lenguaje racional. Y, además, has puesto en práctica tu teoría del lenguaje contenida en ese bello ensayo, “El vacionismo”, que espero ver publicado próximamente.
Sacaste el vocablo “noche” de su eje racional donde noche=noche. Ahora en tu poesía habría que pensar en una ecuación que podría extenderse ad infinitum como en esta fórmula propuesta: noche=noche=poema ancestral=universo=placenta=creación=mundo astral=mundo animal=sueño=conocimiento=logos=mito. Noche=todo símbolo asignado por el poeta.
Me parece conmovedor que hace 20 años, más o menos, tu poesía alcanzara un nivel altísimo en términos del lenguaje y la imagen. Podrías como Rubén Darío decir, “Yo soy aquel que ayer no más decía”. Eres el mismo y otro gran poeta. Como lectora, gozo tanto al leer tu poesía de 2004 como la que escribes en 2023. Como lectora, me emocionan de igual manera tus letras fluidas en el devenir del tiempo que se parecen a esos relojes aldeanos de esa pintura tuya que queremos tanto.
AGO 2023: CRUCES NUEVOS / 17
*Poesía citada y pinturas expuestas de Luis Gilberto Caraballo.
inexorable
Kristal M. Rivera González
Universidad ana g. méndez, recinto de gurabo
LETRAS
18 / REVISTA
SOCIO-CULTURAL CONTEMPORÁNEA
CRUCE: CRÍTICA
Estoy cruelmente rota como una capilla que a penas recibe luz por algún vitral. Las multitudes han desgarrado mi inocencia. La soledad nocturna me ha atrapado.
Hay una demolición perene en la periferia de mi alma. Y la realidad me aborta en poesías. ¡Estoy a salvo!
Soy ambivalente, siento inteligentemente, el amor es el fallo de la modernidad.
Tú mi inexorable error de los treinta, el discurso predecible. Los besos crueles de la edad promedia.
Soy inevitable como la vida de un ave. Esquiva a toda piel y corazón que me impidan mi libertad. a toda ciencia, hombre, olor y al simulacro de vivir con un buen fin soy ineludible.
AGO 2023: CRUCES NUEVOS / 19 LETRAS
Un gobernador anda por ahí
José Edgardo Cruz University at Albany-SUNY
20 / REVISTA CRUCE:
SOCIO-CULTURAL CONTEMPORÁNEA
CRÍTICA
LETRAS
El gobernador de Puerto Rico anda por ahí promocionando al país, le dijo un colega por WhatsApp. El hombre se ve que le gusta Madrid y es obvio que conoce bien la ciudad. Parece un tipo sensato. Me recuerda a ti.
El comentario le llegó con seis horas de diferencia, pero aun así la experiencia fue simultánea. El tiempo en dos lugares distintos de la Tierra era a la misma vez futuro, presente y pasado.
La comparación le cayó a Arturo como una bomba. Rápido contestó que él no tenía nada en común con ese neoliberal de mierda que estaba arruinando el país.
Yo no tengo nada que ver con las élites puertorriqueñas que se derriten por Madrid, dijo Arturo, con una cara que parecía que quería explotar. Nosotros hemos llegado al mismo punto por caminos y razones bien diferentes.
El cosmopolitanismo de gente como el gobernador era vacuo, tipo Ada TorresToro, con sus haciendas en Ponce, los affairs de sus personajes en el Hotel Meliá, sus apartamentos en Montreal y Guadalajara, con sus viajes y estancias en villas fastuosas en los alrededores del lago de Como en Italia. Era un cosmopolitanismo de dinero, de herencias construidas en la ignominia de la explotación capitalista del trabajo esclavo o asalariado. La sofisticación de esas elites estaba cementada en una fundación de vinos de trescientos dólares la botella, de cenas en los restaurantes más caros, de ropa hecha a la medida por modistas europeos, y de viajes alrededor del mundo en primera clase.
Con eso Arturo no tenía la más remota conexión. Él no era hijo de jueces ni había estudiado en escuelas privadas. En la escuela superior por poco se cuelga y si no llega a ser por la epifanía que le reveló que o mejoraba las notas o no entraba a universidad, no se hubiera esmerado durante su último año para obtener un promedio de 4.0 que motivó a la principal Práxedes Rosa a escribirle una carta a su madre felicitándola por tener un hijo tan inteligente y dedicado. Inteligente y muy emprendedor, es cierto, pero con una desventaja de clase que le hizo dropearse de universidad después del primer año.
Las clases de humanidades y ciencias sociales le fascinaban, pero en las de física y química no daba pie con bola. En una clase de honor de inglés se quedó mudo de cara a sus compañeros bilingües y patidifuso tratando de entender A Portrait of the Artist as a Young Man. Estudiando a Rousseau y a Macchiavello se le salían las babas, discutiendo la Ilíada en clase se inspiraba y veía saetas donde otros veían flechas, pero de la clase de honor de inglés salió disparado al instante. Después se unió a la FUPI y se puso a tirar piedras y en menos de lo que una puta se quita las bragas se convirtió en revolucionario.
¿Dónde estaba el gobernador durante esa época? Arturo era un poco mayor que él, pero no por tanto. Así que, mientras Arturo se amanecía pasquinando o se le explotaban las piernas después de ocho horas vendiendo Claridad en la esquina de la Ponce de León y la Roberto H. Todd, el blanquito ese estaba en New Orleans estudiando para su bachillerato y luego en el Distrito de Columbia haciéndose abogado. Mientras Arturo comía churrascos con cerveza en la calle Loíza a las tantas de la noche después de pintar media docena de murales, el gobernador en ciernes se
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paseaba por las calles de New Orleans comiendo beignets con café o atragantándose de ostras con cerveza y escuchando jazz de Dixieland.
Él y Arturo coincidieron en Washington, D.C., él trabajando en la oficina del Comisionado Residente y Arturo como Fellow del Caucus congresional hispano. Él vistiendo bien y comiendo en los mejores restaurantes y Arturo poniéndose la misma chaqueta y corbata por todo un semestre y cuidándose de no poner las piernas sobre los muslos para que no se le vieran los rotos que tenía en los zapatos.
No mi pana, a ese tipo Arturo no se parecía en nada, no tenían nada en común, con la excepción de que en el 2008 ambos habían apoyado a Obama. En Puerto Rico era posible votar Demócrata y ser un tráfala.
El cosmopolitanismo de Arturo se había forjado como el de muchos de su época y de su clase, en círculos de estudio socialistas y en las calles. Había sido un tránsito desde lo más elemental a lo más complejo, empezando con el Marxismo de kindergarten de Marta Harnecker, el materialismo dialéctico de segundo grado de Georges Politzer, pasando por la bazofia rebuscada y ortodoxa de Althusser y Nicos Poulantzas, hasta la salsa dura de las fuentes originales: Hegel y Marx. De ahí había pasado a la teoría clásica, debatiéndose entre Platón y Aristóteles, ensimismado en San Agustín y retomando a Macchiavello y a Rousseau, fascinado por la visión y la vigencia de sus trabajos no en pece los defectos de sus métodos.
Su interés en España era de mucho tiempo. En la escuela pública lo habían expuesto a Cervantes y a Bécquer. Luego, por su cuenta, se interesó en Miguel Hernández. No se avergonzaba de admirar en conjunto a Raphael y a Joan Manuel Serrat. Ortega y Gasset le fascinaba y por supuesto era del montón en su predilección por Machado, pero también Lorca, y más tarde Goytisolo y muchos otros escritores contemporáneos.
Viajar fue bastante tarde, ya en el siglo veintiuno, y la motivación no había sido una predilección pueril por comida y bailes. Nunca viajaba como turista sino por períodos de tiempo relativamente largos para conocer el país y sus ciudades a fondo. Durante un viaje se pasó un mes en la Biblioteca Nacional. Mientras los turistas se montaban en el teleférico él visitaba la biblioteca Iván de Vargas. Vestía de negro durante los calores más fuertes hasta que un día en la Sala Clamores lo confundieron con un camarero. Le daba satisfacción que un español de Murcia de visita en Madrid le preguntara dónde era la calle Cruz o cómo llegar al Prado. Jamás anduvo por la calle con una gorra de beisbol portando el logo de los Yankees.
Le gustaban los toros porque disfrutaba de su pompa y circunstancia y porque los deportes de sangre le fascinaban. A los que decían que la muerte del toro estaba predestinada, que la corrida estaba diseñada para garantizar la victoria del torero, él les contestaba que se metieran al ruedo con un paño rojo y una espada para ver cómo hacían para que una bestia de más de mil libras, que corría hacia ellos con furia, no les desgarrara las entrañas. Sabía que algunos españoles miraban al rejoneo por encima del hombro, pero él no y era fanático (una palabra que a muchos allá no les gustaba) de Lea Vicens y Sergio Galán.
¿Cuál era el interés de gente como el gobernador en España? Él andaba por ahí buscando inversiones y promoviendo el turismo. Para lograr eso tenía que
22 / REVISTA CRUCE: CRÍTICA SOCIO-CULTURAL CONTEMPORÁNEA
LETRAS
mercadear una imagen de Puerto Rico que era falsa. Puerto Rico tenía buenos hoteles y magníficas playas. La comida era deliciosa pero no del todo saludable; eso había que obviarlo para enfatizar cosas como la langosta, los camarones y el pescado.
Ahí estaba también esa gran invención boricua: la piña colada, con una cherry marascino al tope que francamente solo podía ser un deleite en un sentido bien químico, con mucha azúcar y color artificial. La imagen de la isla presentada por él era banal o falsa no porque estuviese basada en mentiras sino porque era parcial. Pero esto era inevitable. La negatividad no es un aliciente para el turismo y algunas cosas sustantivas e interesantes no tenían atractivo de mercado. ¿Qué turista iba a venir a Puerto Rico para ir a los programas públicos de Beta-Local?
Por supuesto, para que los turistas se interesaran a venir a la isla no se les podía decir que en la carretera los puertorriqueños eran unos salvajes, que la isla era una alfombra de tapones, que si dejaban el carro alquilado abierto en un descuido o si lo cerraban con un artículo de valor a la vista se lo robaban o les rompían los cristales, ni tampoco se les podía decir que si ofendían a alguien mientras guiaban o en un evento cualquiera, el ofendido podía matarlos. No, lo que había que resaltar era el baile, la baraja y la botella y que no andaran de noche por las calles a menos que estuvieran en el Condado o el Viejo San Juan.
En el Viejo San Juan fue que Arturo conoció a la que había sido mujer del gobernador, que como él venía de una familia de la loza, con dinero y credenciales. Los giros de la vida son interesantes. Antes de irse de Puerto Rico sus caminos jamás se habrían cruzado. Ahora que él venía de afuera y que tenía cierto estatus fue posible no solo encontrarse si no también interaccionar. Antes de ser profesor era un tipo común de Barrio Obrero y jamás se topó con nadie de las familias Carrión o Fonalledas, excepto como recepcionista en las Tres Monjitas cuando era estudiante. Para ser profesor y poder siquiera hablar con una mujer como la exesposa del gobernador había tenido que emigrar.
Ella andaba triste por su fracaso matrimonial. Arturo también se estaba recuperando de un desastre romántico. En un bar de la calle San Sebastián ella se le sentó al lado. Su pelo era como una flama. Era un rojo tipo carro de bomberos que hacía que su cabeza pareciera que estaba en llamas. Lo llevaba frondoso y rizado y eso le daba un parecido a Michelle Brava. Era blanca y de ojos color castaño. Tenía un libro en la mano y Arturo registró eso como un dato atractivo e interesante. Era una edición de bolsillo de poemas de Roberto Salas Delgado, un poeta de Ceiba, desconocido y por ende intrigante.
Ella se interesó en Arturo al ver que se estaba tomando un Martini que no era una cosa común en ese bar y a ella le gustaban. Arturo no sabía que había sido la mujer del gobernador y no se enteró hasta después que salieron de la cama y se bañaron. Algunos giros de la vida son tan interesantes como inexplicables y es por eso que la ficción hace falta.
El descubrimiento de su relación con el blanquito de pelo corto y espejuelos de metal no le causó ningún agrado. Habían acordado verse como Marlon Brando y María Schneider, sin saber nada el uno del otro, ni siquiera sus nombres. En el cuarto no había mantequilla, pero como quiera se las arreglaron. Eso había estado muy bien, pero nombres, no.
AGO 2023: CRUCES NUEVOS / 23
Ella rompió la regla y quedó frustrada cuando Arturo no hizo lo mismo al ella preguntarle. ¿Cómo te llamas, de dónde eres? ella dijo y él miró hacia otra parte. Solo le había dicho que era profesor universitario. Pensó, me caso en la hostia, esto era lo que me faltaba. ¿Le había recordado al gobernador igual como le había pasado a su colega en España? Si ese era el caso, se trataba de una coincidencia doble y doblemente desagradable.
Me han dicho que tu exmarido anda promocionando a Puerto Rico en la madre patria y que yo me parezco a él, Arturo le dijo. Ella se puso trinca cuando escuchó lo de la madre patria. No físicamente, obvio, Arturo continuó, pero supuestamente porque él parece ser un hombre sensato a quien le gusta Madrid. No quiero entrar en detalles, pero la comparación es equivocada.
Ella se sonrió sin ganas. Tú no me haces pensar en él para nada, dijo. Fue bonito que lo primero que me preguntaste fue quién era Roberto Salas. Es mi poeta favorito. Mejor que Corretjer y todos los que compiten por el título de poeta nacional. Tienes buen sentido del humor y sabes escuchar. Eso para una mujer es importante. Pero mira, lo mejor es que contigo me he dado un buen gustazo.
Pues será la primera y la última, él respondió, pues con tu exmarido yo no quiero tener nada que ver. A través de ti me asocio con él, aunque sea de forma indirecta y aunque ya entre ustedes no haya nada. No lo tomes a mal por favor, es que la mera idea de un paralelo entre él y yo, de un vínculo entre nosotros, por más nimio que sea, me causa asco.
¿Qué carajo? Arturo no lo supo de inmediato, pero se había pasado de la raya. Usualmente era decisivo en sus cosas, pero no tan tajante. Fue una reacción visceral y una decisión desmesurada, como usar ácido sulfúrico para sacar una mancha.
Entre ella y él no había antecedente. Ni la fortuna ni la virtú de Macchiavello habían dictado que se entrecruzaran. En el abrir de sus caminos Eleguá no había dado ni un tajo. Juntarse había sido un evento inesperado. Tenían algo en común a pesar de venir de dos mundos bien diferentes; ella una blanquita de Miramar y él original de un barrio de clase baja. Hablando sobre Roberto Salas habían compartido su predilección por una lírica anclada en sentimientos patrios, pero como decía Hostos, usándolos como punto de partida de una proyección al universo. Arturo agradeció que ella no sustituyera patrio con matrio. Se habían dado un gustazo a varios niveles.
Mientras se abrochaba el brassiere, María Elena lo miró con una mezcla de ternura y pesar. Era esbelta y bien torneada, un poco más joven que él y bien conservada. Se puso un reloj de hombre en la mano izquierda y una sortija de plata en la derecha. Tenía varios brazaletes y unas pantallas con piedras de azabache. Cuando se iba a subir el zipper dirigió sus ojos hacía él como si le fuera a pedir que se lo ajustara, pero desistió al instante. Se puso las medias de nylon y los zapatos. Se miró en el espejo y se pintó los labios. Caminó hasta la ventana para asegurarse que afuera no había nadie. El gobernador no andaba por ahí. Estaba fuera de su vida y ahora se paseaba por España. Se acomodó el pelo detrás de una oreja y al notar ese gesto, Arturo se arrepintió de decir que no la iba a ver jamás.
24 / REVISTA CRUCE: CRÍTICA SOCIO-CULTURAL CONTEMPORÁNEA LETRAS
Proyecto 5 es un podcast donde hablamos de temas relacionados a las ciencias, matemáticas, tecnología, español, inglés, pero sobre todo la cultura popular. El tema de esta segunda temporada es la comunidad LGBTQ+.
Para más información de este podcast y otros proyectos que tenemos en Título 5, visita nuestro enlace
ActividadesTituloVCupey.com ó visita linktr.ee/pt5cupey
https://podcasters.spotify.com/pod/show/proyecto-titulo-v
El Aula María Zambrano de Estudios Transatlánticos en la UAGM, Recinto de Cupey
Balbina Rojas (texto)
Directora de la biblioteca UAGM
Bryan Suárez (Fotos)
Coordinador audiovisual
26 / REVISTA CRUCE: CRÍTICA SOCIO-CULTURAL CONTEMPORÁNEA
ARTE
Universidad de Málaga
Aula María Zambrano de Estudios Transatlánticos (AMZET)
Visita 30 de mayo de 2023
La Universidad Ana G. Méndez, recinto de Cupey recibió la visita del Dr. Juan Antonio García Galindo, director del Aula María Zambrano de Estudios Transatlánticos (AMZET) de la Universidad de Málaga y el Dr. Diego José Vera Jurado, director general de la Fundación de la Universidad de Málaga (FGUMA). Esta visita tuvo como objetivo reafirmar el acuerdo colaborativo que tiene el recinto de Cupey con la Universidad de Málaga mediante el cual se seguirán generando diversas iniciativas académicas, interuniversitarias y multidisciplinarias basadas en los estudios transatlánticos comparados.
El Design Thinking Laboratory fue el espacio donde se propició este encuentro, bajo el liderazgo del Dr. Carlos Padín, vicepresidente asociado interino de Investigación, Recursos Externos y Cumplimiento y con la presencia de la Dra. Roxanna Domenech, directora de la Revista Cruce, la Dra. Karen González, directora de Título V, la Dra. Balbina Rojas Sánchez, directora de la Biblioteca y enlace con el AMZET de la Universidad Ana G. Méndez, el Dr. Jorge Torres, Director del Programa Académico de Educación General, el profesor Anthony Gamunev del Programa de Comunicaciones, el estudiante Oscar Santiago y el egresado Bryan Suárez. Como parte de las actividades se visitó el Aula María Zambrano de Estudios Transatlánticos (AMZET) de la Universidad Ana G. Méndez, ubicado en la Biblioteca.
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ARTE
28 / REVISTA CRUCE: CRÍTICA SOCIO-CULTURAL CONTEMPORÁNEA ARTE
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CONTEMPORÁNEA
CRUCE: CRÍTICA SOCIO-CULTURAL
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ARTE
34 / REVISTA CRUCE: CRÍTICA SOCIO-CULTURAL CONTEMPORÁNEA ARTE
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Resucitar
Ana Maria Fuster Lavín
Escritora independiente
LETRAS
38 / REVISTA CRUCE: CRÍTICA SOCIO-CULTURAL CONTEMPORÁNEA
“La poesía es un cuerpo resucitado que habla en silencio y metáforas”
y si muero, en esta esquina de verbos filosos pero mudos que amputan pisadas puentes y manos deshojándome libro a libro hasta fragmentarme —sin nuestra fruta preferida sin sílabas ni personajes— en un torpe balbucear eclipsado de lágrimas página a página borradas desmembradas como mi propia piel de papel, pero no quiero dolerme ni llorarme ni implorar a esas voces que zigzaguean inquietas dentro de mí y si muero de pie como los árboles sin tiempo para huir ni para visitas claro, inevitablemente echaré de menos aquellos versos de mi memoria también de la nuestra mientras observo mi sangre caer al vacío entre mis sombras sin despedidas -o, tal vez, demasiadascomo ese ayer en el que desvestí mi isla y desiertas ambas resucitamos un rompecabezas de recuerdos hasta finalmente arrojarnos sin miedo al otro lado del silencio o de la poesía
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—Carlos Roberto Gómez Beras
y si ya he fallecido pero me resisto —invisible metáfora— inquebrantable como cuando sobreviví criando sola a mi hijo a veces, sin suficientes adjetivos, o al abandono y sus farsas al cáncer hambriento de mí a la muerte de mi hija mientras yo, sin saberlo, me refugiaba de mí misma frente al espejo de palabras que se resistían a ser simple registro de mis desgracias y pasiones
y si al morir río aliviada quizás reconozca que finalmente he alcanzado la fe de mis cicatrices sola y desnuda de lo vivido en esta inesperada paz —donde ya no permanece aquel vértigo y sus temores— donde aprendí a caminar minificciones como confeti al viento a escribir nuevas certezas que te quedaste que me quedé cuando ya todo estaba perdido pero permanece intacto en el sabor de las acerolas y sus raíces
y si solo renací de mi fortaleza de reescribir mi destino entre historias y metáforas como la poesía que nace, palpita crece desde nuestra fe en el misterio de sentir y luego fluye libre hacia el final de otro callejón y antes de perderlo de vista nos dice adiós
40 / REVISTA CRUCE:
SOCIO-CULTURAL CONTEMPORÁNEA
CRÍTICA
LETRAS
de la memoria
Cicatrices
Primera presentación:
Feria Internacional del Libro de Santo Domingo
SÁBADO 2 de septiembre
Pabellón Azul de la Poesía
Recinto ferial
10:00 a.m.
Presentación de los libros: Cicatrices de la memoria de Ana María Fuster-Lavín
Presentan-Conversan Alexéi Tellerías Díaz y Carlos Roberto Gómez Beras
AGO 2023: CRUCES NUEVOS / 41
“Myth Rights” exposición de Gabriela Ajlesha en Casa Silvana
CASA SILVANA
Espacio rural alternativo para el arte afropuertorriqueño
42 / REVISTA CRUCE: CRÍTICA SOCIO-CULTURAL CONTEMPORÁNEA
ARTE
Este proyecto es posible gracias al apoyo del programa Maniobra del Centro de Economía Creativa (CEC) y Mellon Foundation.
This project is possible thanks to the support of the Maniobra program of the Centro de Economía Creativa (CEC) and the Mellon Foundation.
CASA SILVANA
Espacio rural alternativo para el arte afropuertorriqueño.
DIRECTOR / Edwin Velázquez Collazo, artista y curador AICA/USA
TELÉFONOS / 787 -240 - 4603 / 787- 285 - 6053
CORREO ELECTRÓNICO / casasilvanapr@gmail.com
DIRECCIÓN FÍSICA / Camino Los Marcano
Barrio Mambiche Prieto, Humacao, Puerto Rico, 00791
DIRECCIÓN POSTAL / HC 3 BOX 6300, Humacao, PR 00791-9525
HORARIO / Escribir o llamar para más información.
BLOG/ casasilvanapr.blogspot.com
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AGO 2023: CRUCES NUEVOS / 43 ARTE
Casa Silvana continúa su ciclo de exposiciones titulado “Serie Jóvenes Afro” inaugurando la exposición individual “Myth Rights” de la artista Gabriela Ajlesha este próximo sábado 26 de agosto de 12:00 a 5:00pm.
“Myth Rights” busca ser un punto de encuentro entre la cultura visual, la narración oral y el mundo del reciclaje. En esencia, son ocho representaciones artísticas con propósito de educar y defender las prácticas espirituales caribeñas ante la sociedad de consumo de nuestra era global. En cada mito, Ajlesha narra y documenta desde su intimidad con lo divino, las prácticas espirituales Afrocaribeñas que la historia oficial del País se empeña en desacreditar para la implementación de un proyecto de modernización del siglo pasado.
Gabriela Ajlesha (San Juan, Puerto Rico, 1985-) es una artista transdisciplinaria e investigadora con un profundo vínculo con diversas expresiones artísticas, como el dibujo, pintura, arte digital, el videoarte, la escultura y el tejido. Gabriela obtuvo su B.A. en Bellas Artes con especialización en Pintura de la Universidad de Puerto Rico en el 2008 y un M.A. en Estudios Puertorriqueños en el Centro de Estudios Avanzados de Puerto Rico y el Caribe en 2016.
Sus obras exploran la búsqueda del poder y la conexión con lo divino, visibilizando prácticas mágico-religiosas caribeñas y comparando mitologías en busca de soluciones prácticas en la sociedad actual. Su técnica distintiva fusiona dibujo, collage y reciclaje textil con materiales naturales considerados sagrados.
Las creaciones de Ajlesha han sido exhibidas en lugares prominentes como el Museo Casa Escuté en Carolina, el Museo de Arte Francisco Oller en Bayamón, el Museo de Arte e Historia de Arecibo y el Museo de Arte de Caguas: todos en Puerto Rico. A través de su arte, teje conexiones entre lo espiritual, lo cultural y lo ambiental, estableciéndose como una artista que trasciende fronteras y disciplinas.
La exposición individual “Myth Rights” de la artista Gabriela Ajlesha estará en exhibición hasta el 9 de septiembre de 2023. La misma es posible gracias al apoyo del programa Maniobra del Centro de Economía Creativa (CEC), Mellon Foundation, Además de Máquina Simple por Beta Local y The Andy Warhol Foundation for the Visual Arts.
Casa Silvana está localizada en el Barrio Mambiche Prieto de Humacao. Para más información puede llamar al (787) 240-4603 / 285-6053 o escribir a casasilvanapr@gmail.com. Recomendamos utilizar Google Map para llegar, la entrada es libre de costo.
44 / REVISTA CRUCE: CRÍTICA SOCIO-CULTURAL CONTEMPORÁNEA ARTE
AGO 2023: CRUCES NUEVOS / 45
Foto 1- Mito VII: Seed the light (detalle) 2023, Pintura, medio mixto, 34” x 18”
Foto 2 - Mito VI: Notre Milpa Glocal 2022, Impresión digital, 18” x 14”
Foto 3 - Mito IV: Hábito de bosque 2018, 2023, Pintura, medio mixto, 17” x 18”
Foto 4 - Génesis 0:00 Aikikokokoro.org
1 3 2 4
2007, 2023, Pintura, medio mixto, 19” x 15”
comida
Rolando Revlagiatti
Escritor independiente
LETRAS
46 / REVISTA CRUCE: CRÍTICA SOCIO-CULTURAL CONTEMPORÁNEA
Mediodía. En el centro del comedor, una mesa de fórmica de dimensiones regulares. Una silla, un sillón de mimbre, un combinado. Se oyen discos de 78 R.P.M. de Alberto Margal e Ignacio Corsini. Entra un poco de sol por una ventana exigua, sin cortinado. En las paredes, un crucifijo de aleación incierta, fotos de un niño serio y sonrientes personas mayores, y un calendario que estipula una fecha del pasado. Adornos de cerámica y un cenicero de vidrio sobre el combinado, donde también se encuentra una lámpara sobre una carpetita de ñandutí.
Aparece el hombre desde la cocina. Viste una camisa blanca, de manga corta, con los dos botones superiores desabrochados y un pantalón beige demasiado grueso. Está calzado con chinelas y tiene colocado un delantal. Es flaco y alto en exceso, de nariz respingada y cabello castaño, largo y descuidado.
Trae un mantel celeste con el que cubre la tabla de la mesa y una servilleta haciendo juego, la cual acomoda. Se lo ve contento y en paz. Sale. Es pronunciado el aroma de una sopa especiosa.
Entra con una panera de plástico flexible con grisines malteados, manteca y sal que coloca sobre la mesa. Sale. Se lo oye silbar durante unos segundos.
Entra trayendo la frutera y un huevo duro sin descascarar en un platito. Sale. Entra con las angarillas (y sus frascos con aceite y vinagre) y los cubiertos. Ubica los elementos sobria y aplicadamente. Elige el mejor sitio para cada cosa. Sale. Entra con una mesita rodante sobre la que se halla una sopera con su cucharón, platos, una botella de un cuarto litro de vino blanco común, un sifón, una copa y un sacacorchos. Pone sobre la mesa el vino, la soda, la copa, el sacacorchos y un plato hondo. Sale.
Entra trayendo un plato con buñuelos de dulce de batata. Y una ensalada de apio y remolacha. Y hasta un platito con queso rayado. Sale.
Entra, ya sin el delantal, trayendo mostaza, pickles, escarbadientes. Los coloca y reordena. Acerca su silla y se sienta.
Descascara el huevo, lo sala. Unta con manteca un grisín. Echa sal sobre ese grisín. Prepara la ensalada. Lustra una manzana. Descorcha la botella de vino. Se sirve vino. Sin soda. Se sirve la humeante sopa. Sopla el humito. Le echa queso. Vuelve a soplar. Le echa pedacitos de uno de los grisines de la panera. Revuelve. Pincha trocitos de apio.
El tenedor llega cerca de su boca, pero no logra abrirla. Deja el tenedor en la ensaladera. Agrega un chorro de vinagre. Revuelve la ensalada.
Lleva el vaso de vino a sus labios. Estos no se entreabren. Se le vuelca vino. Deja el vaso en la mesa. Toma la servilleta, se limpia.
Toma el grisín con manteca y sal. Intenta morderlo. No puede. Se inquieta. Deja el grisín en la mesa.
Toma el huevo duro. Procura morderlo. No puede. Se le tensan los brazos y las manos y los dedos. Deja el huevo en el platito. Toma el cuchillo. Corta el huevo en rodajas sobre la ensalada.
Toma el vaso de vino. No logra beber. Lo deja en la mesa. Se contiene. Coloca el dedo mayor de su mano izquierda sobre la tapa agujereada del salero y lleva ese dedo, con algún grano de sal, hasta su lengua.
Procura que la cuchara con sopa se inserte en sus labios. Estos se abren, pero no sus dientes. Tira la cuchara en el plato. Vuelca cosas al suelo, se sube a la mesa, toma el sifón, apunta el pico del sifón a su sien derecha y vigorosamente se dispara un chorro de soda.
AGO 2023: CRUCES NUEVOS / 47 LETRAS
Ustedessuya una novela de María Mercedes Benito
Juan Casillas Álvarez
Escritor independiente
48 / REVISTA CRUCE: CRÍTICA SOCIO-CULTURAL CONTEMPORÁNEA
LETRAS
Usted es suya es una audaz novela en la que los lazos de gratitud y amor entre las mujeres entretejen un delicioso arte de contar una historia familiar de finales del siglo XIX en Puerto Rico. María Mercedes Benito es profesora de literatura, tiene mucha experiencia y conoce bien su territorio. Benito nos ofrece un banquete estelar del lenguaje que se aparta de la construcciones agresivas y pornográficas de muchas novelas de escritores noveles. Claro no son todos iguales, pero hay competencia entre ellos por ser el más atrevido e innovador con los contenidos de los géneros literarios urbanos.
En esta novela, Benito toma otra bitácora, le da vueltas a la isla y añade continuidad y lujo a la tradición novelística isleña. Benito se aproxima a la novela de época y manda a los infiernos el follón trillado de la literatura urbana de narrarlo todo: higiénico, cicatrizante. Hay mucha literatura gritona en cualquier foro mediático que apuntala que se debe escribir sin mirar atrás, que el canon se tira a la basura y que el análisis normativo ni se mire. Inventar, crear, innovar, esa es la bandera, son los nuevos cañones de la imaginación exterminadora.
Es que aquí se tiene por bueno que en la búsqueda obsesionada de originalidad estorbe lo que el patrimonio literario ha logrado. También es estorbo el diálogo del novelista con el tiempo que le tocó vivir. Aquí entre escritores y poetas isleños abunda una idolatría a la invención delirante y a la fantasía que se traduce en un culto a lo “novel”, a la genialidad mediática que con frecuencia produce una literatura afectada por las confrontaciones del “WOKE”, además de lo patético que resulta ser.
No se trata de leer por leer o de escribir por escribir tampoco. En los espacios urbanos académicos el protocolo tallerista es más importante que la vida para escribir. La resiliencia literaria es la nueva Atenas, que le ha dado un portazo a los que se salen de la cofradía de la polis literaria. Ellos nos obligan a leer ayunos narrativos y, de pasada, nos empotran con empoderamientos emocionales y subliminales que son culebrones de nuestra realidad. Por ahí andan muchas propuestas literarias del mañana y es lo que yo leo cotidianamente en las redes entre Santurce, “las city” y el Viejo San Juan.
Usted es suya me sorprende porque este libro que leí es mucho más que un canto de sirena urbano muestra mucho más que una literatura acelerada, mucho más que sanación o transparencia. Los protagonistas de esta novela, los conflictos, los escenarios, los episodios van a contratiempo y sin descansos asmáticos. Con muchos demonios la narración fluye a su destino estético. María nos ofrece una novela de madurez y deslumbramiento. Su lectura es exigente para un lector que tiene una relación con lo humano isleño y su historia. La novela toda es una descarga coherente de sucesos narrativos que se leen con arte y el afán de entrar al mundo, de cuerpo y alma, de la herencia canaria en nuestra isla. En las postrimerías del siglo XIX, hay una luz en el túnel de las luchas por la autonomía política y el progreso alcanzado en el interior de la isla que ha producido un buen sabor en las pequeñas y medianas propiedades cafetaleras y cañeras.
El éxodo de los agricultores isleños del archipiélago canario a Borinquen se extendió desde las primeras décadas de la conquista hasta el último día del cambio de soberanía en 1898. La novela comienza con el ciclón San Ciriaco de 1899, fenómeno que devastó la isla y ocasionó la muerte de más de cuatro mil puertorriqueños. Belén, la protagonista, se encuentra metida en una barraca o tormentera que protege a sus hijos, sus empleados y su señorío.
Con los personajes metidos en la barraca, la novelista enciende la máquina de la memoria que da paso a reflexionar sobre los orígenes familiares. Es ahí donde arranca la trama de Usted es suya. La autora retrata “la tormentera” como una alegoría donde Belén se siente atada, pero su tenacidad logra desatar los eslabones de la cadena en busca de la verdad y de la libertad personal.
Los orígenes y las conexiones entre islas son los detonadores en Usted es suya. Una extensa épica isleña se cava en el subsuelo de la novela. En nuestra historia habita el tema de la emigración de una
AGO 2023: CRUCES NUEVOS / 49 LETRAS
isla arrimada a África a otra isla atada a los trajines del Caribe. Belén nos informa que sus padres emigraron a Puerto Rico de Gran Canaria a mediados del siglo XIX. La exquisita Belén, nacida en cuna de oro entre la caña y el café, es de ascendencia canaria y puertorriqueña. La madre de Belén, Amalia Ortiz, es de Gran Canarias y allí se casó con un canario boricua, Vicente Fernández Monjardín, un generoso buscafortunas.
Estos datos no son extraños, los encontramos en cualquier libro de actas bautismales parroquiales de los pueblos. Como buenos isleños, la agricultura era el camino del progreso y los valores católicos, eran la pasión de la familia Ortiz y Fernández. Joaquín Ortiz, hermano de Amalia, es un mañoso y es el último pariente que llega a Puerto Rico entusiasmado por la prosperidad de su familia canaria en el Caribe. Este señor es un personaje oscuro que, metido en refugio de la tormentera, toca a la joven Belén.
El perfil narrativo que Benito le da a Joaquín se equipara con la tragedia bíblica cuando Caín mata a Abel. Es un personaje masculino de contrapeso, soberbio, cuyos artefactos cizañosos estaban resguardados en un cofre que cargó desde Gran Canaria para la maldición de la familia en Puerto Rico. Inmediatamente, Amalia, la faraona, lee el alma perversa y deshonesta de su hermano y la “jefa” no duda en enterrar el cajón para evitar las malas premoniciones que traen las malditas ofrendas. El cajón nos recuerda el mito de la Caja de Pandora.
Este recurso es genial para tensionar los dramas y los personajes de la novela. Cuando la caja de Joaquín se abre, se desatan tormentos y tragedias. Además, sirve de tramoya a la autora para crear un enigma a lo largo de la narración. Es un artefacto extraño que trastoca la cultura en la casa católica de Amalia, propiedad y valores que va a heredar la heroína Belén. Los artefactos de la caja misteriosa del tío son el tipo de artilugio que en apariencia es inofensivo. Sin embargo, Joaquín y su cofre están implicados en las muertes de Amalia, su hijo Antonio y del padre Vicente Fernández.
El cofre es una trastada, un nudo que desata locuras y desafíos para Belén, protagonista que tuvo una niñez dorada y una adolescencia entre la lectura y arte, persona feliz y protegida. La llegada del tío es un punto de inflexión en la novela, tanto que es el epicentro de las tragedias que se suceden en el texto y que alterarán profundamente la balanza de la prosperidad rural de la familia canaria en la isla. Mi lectura de Usted es suya me evoca al personaje de Heathcliff en Cumbres borrascosas de Emily Bronte.
Me apetece hablar de Candelaria, la andaluza contratada por don Vicente para que sacará de la angustia a su esposa Amalia Candelaria. También, es la cocinera salera de la familia. El personaje es la gracia, la audacia y el flamenco en la vida agraria de la familia Fernandez y Ortiz, es decir, de los canarios en la isla. Candelaria tiene una personalidad franca, sabrosa y percibe de inmediato errores, artimañas en contra de sus patronos. En la barraca de las reflexiones también se encuentra Candelaria, y es la que le tiene el ojo echado al bribón del tío Joaquín que pone su mano sobre la niña Belén. Candelaria no lo soporta, piensa que no es trigo limpio. Más tarde, en la narración Candelaria tiene muy claro la maldad en la piel que lleva el tío. Ella descubre sus crímenes y el infierno y la humillación que suscitó la presencia nefasta de Joaquín en la familia y en Belén.
Candelaria y Belén son como la uña y la carne. Entre ellas no hay secretos. Candelaria mantiene a Belén con los ojos abiertos ante la adversidad. Cuando Belén se casa con el militar don Mariano Calzada y Guerrero, este no tarda en traicionarla. Para colmo, apuesta en una pelea de gallos las propiedades de la familia y abusa de la noble Belén, y en ese punto Belén le exige el divorcio. Es ahí en la confusión cuándo interviene la sabiduría picante de Candelaria. Con el apoyo decidido de Candelaria, Belén saca fuerzas y se levanta de los golpes endemoniados de la vida. La vida de Belén es una verdadera tragedia, pero Candelaria no la abandona y le señala el camino para vencer las traiciones y agresiones.
50 / REVISTA CRUCE: CRÍTICA SOCIO-CULTURAL CONTEMPORÁNEA
LETRAS
Candelaria le limpia a Belén el estómago de mariposas, la reta a ponerse de pie, le grita que no está sola y la invita a caminar para reivindicar su familia canaria y boricua. Candelaria defiende al débil porque tiene un sentido elevado de la justicia y de lo propio. Justamente el título de la novela Usted es suya es una frase que Candelaria le dice a Belén para que despierte y ponga en orden la casa materna con el fin de que sea suya para tomar decisiones justas y que la favorezcan, para que recupere el brillo de su existencia, de su familia y sus leales empleados. La gitana cocinera ayuda a Belén a romper con la maldición del cofre de los “vampiros”. Candelaria es Sancho, el escudero de Don Quijote. La buena amiga evita que Belén se convierta en un desastre de la experiencia canaria. Candelaria evita que su patrona se convierta en un soliloquio desquiciado producto de la cultura de atontamientos en los trópicos.
Usted es suya es un llamado al amor, a la revelación de la auténtica Belén, la mujer que recorre y sufre todas las pérdidas de la buena memoria. Candelaria y Belén vencen. Fragilidad y fortaleza se unen y triunfan embistiendo la envidia, los fracasos. La novela en cuestión es la saga trágica de las familias canarias en nuestra isla. Mi lectura de Usted es suya me provocó una impresión de placer y extrañeza a la vez. Las novelas de memorias nos exigen preguntas elementales y el novelista no tiene por qué abordar las respuestas. La narrativa de Benito no es para turistas ni para la diáspora foránea.
Por el contrario, es una narrativa que se adentra a un hogar lleno de vida e historia isleñas. El hogar en el terruño tiene centralidad, aire y fuego. Tiene los elementos que un país debe conservar: la familia, la amistad y la soledad. El dominio de lo propio es fundamental para la sobrevivencia, es el espacio de la inquietud y las posibilidades de conservación en cualquier lugar. En Usted es suya se combina lo foráneo con lo autóctono, el arraigo con lo ligero, lo paisano con lo universal. Todo ello se convierte en una suerte de fuerzas diversas que nos hacen reflexionar en los orígenes de los pueblos.
En Usted es suya nos paseamos por interesantes temas isleños que proceden de un pasado difícil de imaginar, puesto que apenas somos conscientes que una familia canaria y puertorriqueña sea parte de nuestro mundo. La profesora Benito nos da esa sorpresa e indaga en la intimidad de ese encuentro en nuestro terruño. Estos personajes no pretenden buscar otra patria sino quedarse para transformarla, contrario a los novelistas noveles quienes crean personajes urbanos aislados que son forzados a genios literarios que buscan una patria nueva, agresiva y neoliberal. Stendhal dijo en una ocasión: “Una novela es un espejo que se pasea por un ancho camino”.
Usted es suya nos describe un mundo trágico, una experiencia rural de mitad del siglo XIX, que culmina con la invasión estadounidense y el huracán San Ciriaco. Sin embargo, no es una novela de los derrotados insulares sino de la trascendencia de mujeres peninsulares e insulares que no se derrumban a pesar de las desventuras y las desgracias. Los personajes femeninos se quedan en la campiña boricua y bucólica. El hecho narrativo que se valora es parte de aquella vieja máxima de que este mundo lo cambian los que luchan hasta el final. Benito pone sus palabras y su mensaje ético en las voces de las mujeres protagonistas. Es decir, las cosas en la ruralia boricua las enderezaron las mujeres que se afincaron en lo profundo de nuestra isla. Es una historia de isleños que valoran el lugar de origen.
Sumergirse en Usted es suya de principio a final trae mucha cafeína y trajines que nos hacen pensar en nuestro presente visto también dentro de una barraca. Es decir, hoy día los puertorriqueños vivimos en la metáfora de la barraca (la novela usa el término tormentera) del encierro, ansiosos y temerosos hemos creado una “sin salida” de un “sin futuro”. Sin embargo, las señas de identidad de Belén y Candelaria son más optimistas. Ellas no se sientan a esperar, la recuperación empieza inmediatamente que salen de la barraca. Ellas miran la recuperación y el futuro como lo hizo Amelia, el ejemplo pionero, que lo construyó décadas atrás sin pedir y sin lamentaciones. La madre es una mujer relevante en todo el entorno familiar que construye la novela. La muerte de Amalia, su matriarcado, va a embrujar los pasos de su hija.
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CONTEMPORÁNEA
CRUCE: CRÍTICA SOCIO-CULTURAL
Es decir, la novela revela una monumental interpretación literaria que nos habla de que los puertorriqueños no hemos salido aún de e nuestro refugio, que no hemos salido ni por curiosidad a inspeccionar qué está sobre el piso y qué está de pie. El mundo isleño de hoy, después de muchos desastres, aún está dentro de la imagen de la barraca, esperando a que algo poderoso nos saque de ahí. El desastre nos ha inmovilizado, pensamos en el ciclón eterno con eterna ansiedad, es decir, que nuestra incertidumbre no tiene final. La isla hoy día está en un atolladero. Esa es la paradoja, pero la barraca en Usted es suya, no tiene atolladero. En el desenlace de la narración, los personajes femeninos se unen y se suman en fuerza y vulnerabilidad, en afectos y crueldad. Como cantaba el poeta Miguel Hernández, “la vida, la muerte y el amor” son las tres heridas de los hombres.
Benito, en su primera novela, nos muestra una energía narrativa más optimista y agradable, que eleva la novela puertorriqueña actual a mirar lo sustancial de la realidad de un antes y un después. Creo que ese gancho apunta a una voluntad creativa que va a recorrer extensamente la reflexión sobre nuestra condición humana. En esa medida, nuestra imaginación, ya enamorada del conocimiento, será más universal. Usted es suya, está escrita con esmero y tenacidad. Benito tiene una conversación en voz baja con los personajes, a pesar de los excesos de ambiciones y errores. Son doscientas sesenta páginas que se leen sin agobios. El lector no siente cansancio, no tiene vértigos, porque Benito nos diseña un español bien tallado para nuestro deleite y nos narra el periplo de la experiencia canaria para disfrutar más la gesta de esta historia de isleños. El lenguaje y los personajes se cruzan en las islas de fondo donde se ama y se mata.
Es una novela limpia, cautivante, en la que el estilo tira cadenas que la claridad del español las une. Benito maneja un español con mano firme, no lo cambia por ningún anglicismo, no cae en la trampa de la moda. Es el lenguaje que pone todo en movimiento, es la máquina loca que conduce a Benito a meterse en camisas de once varas y a enfrentarse a una batalla tras otra. Está novela pone en el centro al español en Puerto Rico y lo valora como debe hacerlo un novelista isleño. Un novelista isleño con los pies en su tierra no infravalora su suelo ni su herramienta de trabajo, el idioma nacional.
La biografía de un país la escriben los novelistas. El alma histórica tiene una épica y sin su lírica está incompleta. Eso lo tuvieron en cuenta novelistas como Enrique Laguerre y Rosario Ferré. La novela da al mundo personajes poderosos como Belén, Candelaria y Joaquín. Y la obra entera reconstruye una épica que reconoce la vida. El escritor que no se duerme, suelta toda su poesía hasta en la oscuridad de lo cotidiano, porque una novela sin poesía no es capaz de producir un mundo propio que el mismo novelista ha sudado.
Hoy día salir de la barraca es libertad, lucha, significa rehacer la vida sin búnkers. Amalia, Belén y Candelaria son mujeres canarias y boricuas que no se quedaron en la barraca para convertirse en cadáveres. Las tribulaciones de estas mujeres no las cansaron, ni el ruido del desastre las paralizó. Unidas juntaron fuerzas y saltaron por encima de la tragedia y entendieron cómo actuar por encima del feudo. Los personajes en Usted es suya no necesitan correr ni huir porque son mujeres audaces. Ellas abandonaron la barraca, pero se quedaron en sus campos y en los pueblos isleños para que estos no mueran.
En Amalia y su hija Belén hay el espíritu invencible y misericordioso que representa la herencia canaria y boricua que aún pervive en toda nuestra isla. En la novela el poder transformador de la memoria de los fundadores está bien catado, es fundamental para avanzar en la narración. A tono con lo anterior, ya lo ha dicho el filósofo Hinginio Marín: “No existe una creación física ni espiritual que se deba exclusiva y completamente a uno mismo”. Quizás esta idea sea repudiada hoy día, un pensamiento así, de discurso de reescritura, nada tiene que ofrecer a la poesía y muchos dirán que el Puerto Rico actual nada tiene que ver con la sociedad de Usted es suya
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Benito no es una escritora del más allá ni depende “de uno mismo” para hacer literatura puertorriqueña. Lo más valioso de una obra creativa es ese algo que se nos ofrece con plenitud e ingenio. Belén no es sólo cambios que se pasan en la vida, sus islas no son solo lugares exóticos y caóticos. Candelaria es la estrella buena que se pone en el camino de Belén y le recuerda que los problemas vienen en una maleta de isla en isla.
La novela Usted es suya quizás no cause revuelo mediático y, probablemente, no llegará a las aulas escolares, pero si tenemos las antenas puestas, la literatura isleña boricua debe tener un lugar en nuestro sol literario de hoy. A mí este libro me vino muy bien pues, durante mi lectura, me estuvo visitando mi amigo poeta de Gran Canaria, Samir Delgado. Él puso a la altura que se merece la presencia canaria en nuestra isla, que se pasa por alto desgraciadamente. Conocía el libro vehemente Fantasía boricua de la exquisita escritora María Teresa Babín. Para mi sorpresa, el libro es también una historia de familias isleñas canarias en el Puerto Rico de mar y tierra. El escritor Ramón Acevedo, al despedirse de Samir, le dijo que su familia era de Canarias, y también las décimas navideñas, la adoración a los Tres Reyes Magos y los vocablos “enchumbar”, “mojo” y “guagua”.
En sí misma, nuestra literatura es isleña y eso lo aprendemos en Usted es suya, pero no es una historia que nos ata al pasado. Sin embargo, aprendemos de él porque lo que pasa en la novela le ha pasado a todo Puerto Rico y sigue pasando. Samir me recordó el parentesco inevitable de los canarios con los boricuas y viceversa. Ese parentesco es consanguíneo, tiene relaciones, vínculos y una herencia fundamental de cuerpo y alma, pero la fiebre de la literatura y el arte también tienen parentescos. La carreta de René Márquez tiene un parentesco íntimo con la literatura canaria. La charca de Zeno Gandía y La llamarada de Enrique Laguerre van por el mismo camino consanguíneo. Las pinturas de Francisco Oller y, más recientemente, los cuadros de Rafael Tufiño nos recuerdan un parentesco isleño con las Islas Canarias. En la música puertorriqueña los parentescos son aún más evidentes. Y de la poesía ni se hable, el parentesco es de almas gemelas.
Nuestro humor y la hospitalidad isleños complementan nuestra personalidad, la adornan con el lenguaje. La herencia lingüística canaria en Puerto Rico de Manuel Álvarez Nazario es una lectura de reconocimiento de relaciones y entronques del español isleño en la que se revela la sangre de la literatura, cuyo parentesco espiritual y expresivo canario es muy importante.
Quizás el arte, la música y la poesía son parte de la herencia más extendida entre las Canarias y nuestra isla. María Mercedes Benito expande el alma de la literatura puertorriqueña en su novela. Esta no es pasado cancelado. Sus personajes nos sacan de nuestra barraca existencial. Con toda la aventura en Usted es suya, entre siglos de tinteros y teclados, hay una capacidad de expresión artística que garantiza nuestro pluralismo literario y eso no es por casualidad ni es camuflaje. La literatura isleña profunda debe reclamar su derecho a existir, debe ser parte de la aventura literaria del presente.
Usted es suya, es una hermosa emancipación del dominio agresivo de la creatividad urbana. Es un libro que se abre y se cierra como una almeja que nuestros abuelos comieron, cuyo paladar se ha pasado a nosotros en carne y sangre. En estos días de dominio de la tecnología, la novela de Benito es un diálogo con la literatura que fortalece la importancia de nuestro pasado y los ingredientes de nuestra cultura isleña. Veo ahí una realidad con mucho oxígeno y percibo un horizonte aventajado para el mundo imaginario de nuestra novela contemporánea. “Cómo escritor, doy la bienvenida de corazón a todo el que quiera entrar a este mundo”. La frase es del novelista japonés Haruki Murakami. Con casi nada de ofuscación, Usted es suya es una novela que abre una ventana por dónde entra aire fresco.
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LETRAS
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Todos los episodios de la primera temporada disponibles ¡YA!
SISU
Manuel Martínez Maldonado
Escritor independiente
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CINE
Sisu es un concepto finlandés que no tiene equivalente lingüístico en español o inglés. En este filme estupendo, con trasfondo histórico y trama que es a veces mitología, un actor muestra las características del término, determinación estoica, tenacidad de propósito, valentía, resiliencia y resistencia sin decir palabra, hasta que lo tiene que hacer.
Sisu es un concepto finlandés que no tiene equivalente lingüístico en español o inglés. En este filme estupendo, con trasfondo histórico y trama que es a veces mitología, un actor muestra las características del término, determinación estoica, tenacidad de propósito, valentía, resiliencia y resistencia sin decir palabra, hasta que lo tiene que hacer.
SISU
Dirigida y escrita por Jalmari Helander, la cinta trata un momento histórico durante la segunda guerra mundial. A fines de 1944, los finlandeses hicieron un tratado con la Unión Soviética, que la agresión entre ellos cesaría si sacaban a sus antiguos aliados alemanes de Finlandia. Ese conflicto entre alemanes y finlandeses se conoce como la Guerra de Laponia, y, por las acciones de los finlandeses las fuerzas alemanas comienzan a destruir todo a su paso.
El filme está dividido en capítulos y, desde la primera toma, percibimos la presencia de Quentin Tarentino. Según avanza vemos ese giro que Tarentino le da la historia para convertirla en su deseo y la tenacidad de propósito. Mas, en vez de la historia, Helander le concede el personaje principal habilidades que solo la ficción puede conceder, aunque algunas son explicables por el historial del personaje que domina el filme.
El soldado y prospector retirado Aatami Korpi (el genial Jorma Tommila) vive solo con su caballo y su fiel perrito en las remotas tierras salvajes de Laponia. Sus días los consume la búsqueda de oro. Luego de encontrar una pepita de oro en un riachuelo, comienza a cavar cerca de su hallazgo y descubre un rico depósito de oro. Mientras lo hace, en la distancia se ve el humo que emana de las destrucciones ocasionadas por los nazis que van ahora en retirada camino a Suecia y Noruega. Ve batallas que tienen lugar en la distancia, pero parece interesase poco por ellas. Después de descubrir el depósito, recoge una gran cantidad de pedazos de oro y, en su caballo, se dirige al pueblo más cercano. Su fiel perro lo sigue.
Poco sabe que en dirección contraria va un pelotón de 30 hombres de la Wehrmacht,
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liderado por el despiadado Obersturmführer de las SS Bruno Helldorf (Aksel Hennie) y su cruel subordinado Wolf (Jack Doolan), que están destruyendo asentamientos en su retirada y han tomado cautivas a varias mujeres finlandesas. De primera intención, Helldorf se ríe de Aatami y lo deja pasar porque, según él, va “camino a la muerte”.
Sin embargo, un segundo grupo de soldados ordena a Aatami que se detenga y se apee del caballo. Al hacerlo, descubren sus alforjas llenas de oro y se preparan para ejecutarlo a él y a su perro. Entonces el callado, solitario minero entra en acción y rápidamente, los mata a todos. Alertado por los disparos, Bruno investiga y descubre la carnicería. Encuentra una de las pepitas de oro de Aatami, tomada por uno de los soldados moribundos.
De ahí en adelante, la lucha entre Aatami y los nazis va escalando y descubrimos de dónde sacó el minero sus destrezas en la lucha mano a mano y sus embestidas contra el pelotón. Es ahí que la cinta se convierte en una metáfora de la resiliencia de los finlandeses. La que tuvieron contra Rusia a través de su historia y la que desplegaron contra los nazis. El mito del hombre indestructible que se puede trazar hasta su versión hindú de Ashwathama, el guerrero Kaurava, que fue maldecido por Krishna “para ser inmortal y vagar por la tierra sin amor, respeto y aceptación social de nadie hasta el final de los tiempos”.
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CINE
Sin embargo, en el caso de Aatami, a quien se le conoce como “El inmortal”, todos lo aman aún sin saber nada de él, pero sí de sus hazañas. No se puede pasar por alto que hay otro mito del “hombre ejército en el cine”. Me refiero a Rambo, quien también es todo acción, y poco dice si algo.
Es amor que se le profesa es similar, volviendo a los mitos hindú, al practicado hacia los héroes de la película reciente “RRR” cuyas habilidades físicas se aproximan a las de los super héroes. De hecho, las mujeres prisioneras de los nazis que han sido continuamente abusadas sexualmente, adquieren una nueva voluntad de vida al darse cuenta de quién es que está retando al pelotón. Tanto así que eventualmente se convierten en una especie de brigada especial contra los invasores.
Ayudan enormemente al impacto del filme la edición de Juho Virolainen, y la música de Juri Seppä y Tuomas Wäinölä. La cinematografía de Kjell Lagerroos, le da al filme una pátina que ayuda a que el espectador vea el aspecto histórico de la película y acepte los absurdos metafóricos de la historia sin mucha dificultad. Después de todo el trasfondo es cierto, lo demás es ficción. Lo que sí es que aprendemos una parte de la historia de la segunda guerra mundial que poco se conoce. Además, se goza el que Aatami le esté haciendo a los nazis y a la SS lo que se merecían.
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In Memoriam
Lizette Martínez
Escritora independiente
LETRAS
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Adiós Carmen Alicia de Lizette Martínez (28 de junio 2023)
Hoy me entero de la triste noticia de la muerte de la Dra. Carmen Alicia Morales (1945-2023) y me duele el corazón. Quiero rendirle un pequeño homenaje que no compara con todo lo que hizo por nosotros y preparé un sencillo acróstico.
C ara sonreída
A mable y siempre involucrada
R isa clara y mirada penetrante
M aestra y declamadora innata
E nérgica y trabajadora como
N inguna
A fable educadora, estudiante eterna y amiga
L uchadora incesante y brillante organizadora de congresos históricos
I rremplazable e insaciable en tu búsqueda de
C onocimientos, la verdad y el orgullo patrio
I nstructora perpetua e incansable
A lzarás vuelo con tu lira inmortal para en el cielo seguir educando…
Querida Carmen Alicia un rayo de luz se extingue con tu partida. ¡Qué mucha falta nos harás para luchar por la verdad, la patria y nuestra historia!
Gracias por tus investigaciones, libros y luchas épicas. Gracias por la historia y tu amor patrio. Siempre estaremos en deuda contigo. ¡Gracias por tanto!
La noticia de tu partida fue como un zarpazo sorpresivo. Hoy me duele el corazón porque los grandes se nos van a pasos agigantados…
Tu alma vuela y declama con los ángeles. Gracias por tu lucha constante para educar y rescatar nuestra historia.
¡Adiós, amiga! Nos veremos en el Congreso celestial.
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Al Doctor Marcelino Juan Canino-Salgado (15 marzo 2023)
El Doctor Marcelino Juan Canino-Salgado era todo un personaje: genio, historiador, teatrero y burlón, declamador, poeta, cuentista, folclorista, músico y educador. Amaba su pueblo de Dorado. Siempre fue amable y generoso con su cariño y sonrisa. Me regaló canciones con su arpa angelical. Me deleitó con su cocina deliciosa y me contó historias de su familia. ¡Vuela alto Marcelino y eleva tu lira al cielo!
Es el precio de envejecer ver a tus amigos dejar la Tierra…
Hoy me duele el alma porque los grandes se nos están yendo a pasos agigantados. De mi tristeza nació un poema.
Al Dr. Marcelino Canino
Te recordaré en las páginas de tus versos
En las notas de tus cuerdas
En las mofas intelectuales
Y en la buena mesa
Elevarás tu lira al cielo
Con bellas arpas y teclas
Llegarás con mil historias dentro de la colección de carteritas empedradas de tu Santa Madre
Para deleitar a los ángeles
Tus libros y tus estudiantes
Serán tus huellas en la Tierra
Gracias por el cariño y las anécdotas
Gracias por la música, la risa y las estrellas
Gracias por divulgar el pasado y enseñarnos a soñar…
Disfrutemos los amigos porque un día ya no estarán…
¡Descansa en Paz Marcelino! Yo sé que en el cielo seguirás cantando…
62 / REVISTA CRUCE: CRÍTICA SOCIO-CULTURAL CONTEMPORÁNEA
LETRAS
Foto de Marcelino rodeado de libros que tomé prestada del muro de mi amigo Miguel Rodríguez López
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Revista estudiantil
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Cambio de rumbo
Martín Cruz Santos
Escritor y profesor jubilado de la Universidad Ana G. Méndez, Recinto de Cupey
LETRAS
64 / REVISTA CRUCE: CRÍTICA SOCIO-CULTURAL CONTEMPORÁNEA
De un tiempo a esta parte me he acostumbrado a las despedidas a medias. Ya, pero todavía no, es parte de la consigna o quizás un mantra que llevo conmigo. Escribir desde el sur de América, con los farallones del Citará, esas majestuosas formaciones rocosas de la cordillera occidental de Colombia divisadas en el horizonte desde mi ventana, es indicativo del cambio de rumbo iniciado. De las montañas de Cayey, Puerto Rico, donde residí de enero de 2022 a junio de 2023, y también durante los primeros 18 años de mi vida, a los andes colombianos hay un largo trecho. Es un periplo espiritual decidido, orquestado y caminado sin el afán de otros tiempos, pero, con la pasión por la libertad acumulada al ritmo de los cambios vitales. Me despedí geográficamente del archipiélago puertorriqueño, no obstante, aún es reciente el arribo al otro destino como para hablar de una partida definitiva.
Acá, en Jardín, municipio del suroeste del departamento de Antioquia, declarado Pueblo Patrimonio de Colombia1 en 1985, el ritmo de la vida es acompasado. Los encuentros cotidianos en el Parque El Libertador son acompañados con cafés y tertulias. Una plaza amplia constituida por un rosal diverso, una fuente, monumentos, asientos y la arquitectura colonial de las edificaciones aledañas, en particular, las casas, los cafés, los restaurantes y otros comercios, presidida por el estilo neogótico de la Basílica Menor Nuestra Señora de la Inmaculada Concepción, integran las manifestaciones culturales variadas, en unión a la gastronomía propia y el entorno ecológico exuberante de la sala comunitaria del hogar jardineño. El Parque y su contexto multicolor es un espacio abierto para las vivencias socioculturales. Durante un fin de semana que es largo o puente - es decir, cuando el lunes es feriado o festivo, como es denominado en estas tierras-, la cantidad de personas que lo visitan es mayor. No es así de lunes a jueves normalmente. Sin embargo, en ambos casos, es el sitio por excelencia para la integración comunitaria.
Considero que el Parque es el punto de partida, llegada o regreso. Lugareños, visitantes ocasionales y turistas nacionales e internacionales observan, contemplan y se adentran en la
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1 Los Pueblos Patrimonio de Colombia o Red Turística de Pueblos Patrimonio, es un programa especial del Ministerio de Comercio, Industria y Turismo de Colombia con el propósito de promover el patrimonio material e inmaterial cultural de la Nación.
LETRAS
idiosincrasia de este pueblo a partir de su centralidad en la planificación urbana. Algunos, como es mi caso, cambiamos el rumbo de nuestras vidas al comprender el significado de la expresión célebre acuñada por Manuel Díaz Sierra (19182003)2: “A Jardín no se viene, se vuelve”. Volver a Jardín, el espacio escogido para vivir, es afirmar la voluntad de ser y continuar adelante siempre. Al lugar de reunión vecinal se llega con el mayor de los entusiasmos.
Volví junto a mi esposa para quedarnos donde confluyen la actividad laboral, de estudio, jubilación, vacaciones o cualquier otra vital y creativa que propicia el crecimiento humano y social. Los trabajos, las faenas, alegrías y los pesares son la vida misma manifestada en sus múltiples dimensiones. Donde está tu corazón es tu lugar en el mundo. No es un cambio más, sino uno trascendental, porque incide significativamente en el proceso de vivir, descubrir, amar y aprender, entre otras posibilidades. ¿Qué busco existencialmente? Tiempo disponible para disfrutar, relajarme, compartir y profundizar en los significados que voy construyendo a través del camino trazado, recorrido y por recorrer. ¿Por qué aquí? Porque la tranquilidad del panorama natural y cultural jardineño es, especialmente, sinónimo de salud y vida. Cambio de rumbo para recorrer los caminos y contemplar su belleza, porque disfrutar la armonía con la naturaleza en compañía de mis seres amados es una gran vivencia allí donde me encuentro.
Probablemente, la vida está hecha de colores. Percibirlos, apreciarlos, descubrirlos y vivirlos atiende una prioridad personal inmediata. La estética inherente a esta etapa de mi vida es motivada por la actitud sensible. Hay lugares que albergan el potencial de acrecentar la sensibilidad. En mi opinión, Jardín es uno de ellos. Por eso lo hemos escogido para vivir y afirmar la voluntad de ser. Posamos la vista en sus rincones cercanos, ampliamos la mirada hacia los contornos lejanos, escuchamos el cantar de los pájaros y la voz de las personas a quienes saludamos y nos saludan, caminan y respiran con inspiración compartida. Cambio de rumbo para intensificar esas y otras experiencias sensibles.
Cambiar es imprescindible, pues la vida toda es cambio. En el presente forjamos futuros imaginados que luego serán parte de nuestras historias para ser contadas. Cada recuerdo alberga vivencias tal vez inolvidables. Escribo reflexiones desde el Sur que mañana serán memorias y testimonios fehacientes de este cambio de rumbo a mis 61 años de vida en construcción.
conversacionesconmartincruzsantos.blogspot.com youtube.com/c/ConversacionesconMartínCruzSantos facebook.com/mcruzsa27
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2 Manuel Díaz Sierra fue un escritor, poeta, político, servidor público y miembro fundador de la Casa de la Cultura y el Centro de Historia de Jardín, Antioquia.
Serafín: iniciación de un novelista. Primera parte
Óscar Castro García
Critico e investigador independiente
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LETRAS
RESUMEN
Se analiza la novela Serafín de Castillo en el contexto de la obra literaria del escritor. Se destaca a Serafín como flâneur y poeta, quien recorre la ciudad, a la vez que esta lo determina en su esencia. Se plantea lo inédito del callejero como personaje literario en Colombia; y la ciudad como personaje determinante de quien la disfruta poética y no utilitariamente. Se analiza el sentido del encuentro con poetas y escritores vivos y muertos; pero, en especial, con los alter ego de otros poetas y del mismo autor. Y se cierra con la exploración de la posible poética de Omar Castillo.
PALABRAS CLAVE: Flâneur, ciudad, encuentro, poesía, alter ego, Omar Castillo
ABSTRACT
Castillo’s novel, Serafín is analyzed in the context of the writer’s literary work. Serafín stands out as a flâneur and poet, who tours the city, while determining his essence. The unprecedented of the street is considered as a literary character in Colombia; and the city as a determining character of those who enjoy it poetically and not utilitarianly. The meaning of the encounters with living and dead poets and writers is analyzed; but, especially, with the alter egos of other poets and the same author. The essay closes with the exploration of Omar Castillo’s possible poetics.
KEY WORDS: Flâneur, city, encounters, poetry, alter ego, Omar Castillo
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El título de la primera novela de Omar Castillo1 suscita inquietud en el lector que conoce su obra literaria y ensayística. Primero, porque Serafín es un nombre propio ya poco utilizado en los países de habla castellana. Segundo, porque está asociado a los ángeles más próximos a Dios en la teología cristiana, quienes lo pueden contemplar y cantan para alabarlo. En la concepción judía, el serafín es una serpiente dorada, tiene seis alas, está dotada de suma inteligencia y del poder de curar; además, el serafín está asociado al fuego (Revilla, 1990, p. 336), en el sentido del ardor del amor, y al aire por sus alas para volar. Así, pues, el carácter angelical y poderoso de los serafines en las religiones cristiana y judía les ha dado connotaciones superiores, extraordinarias y privilegiadas, ya que solo seres de elevada categoría pueden contemplarlos; asimismo, están asociados a la belleza, a la humildad y a la sabiduría.2 Y tercero, porque el personaje de esta novela se mueve, por el contrario, en el mundo terrenal, entre su vida familiar, la calle, los amigos y colegas, la bohemia y la poesía.
Serafín habita en un barrio popular y frecuenta diariamente el centro de la ciudad: calles, parques, bares y antros; buses, taxis y el Metro; a veces camina en las noches más oscuras y peligrosas o en lugares de degradación social, similares a los que aparecen al final del cuento “El hombre de la multitud” (1849) de Edgar Allan Poe. Es decir, Serafín es un ser terrestre y mortal que recorre el plano de su ciudad, aunque, contrario al cuento de Poe, no sigue a nadie en particular. No obstante, en cada paso que da, las calles y los diversos lugares adquieren carácter, presencia, sensibilidad, sentidos, vida, movimiento y poesía. Así, el peatón ―callejero, vagabundo, andante, explorador, curioso, flâneur― Serafín va marcando su territorio, a la vez que el territorio lo va marcando a él. Ambos obtienen existencia y significación en este recorrido consuetudinario.
En consecuencia, la ciudad de Serafín se concretiza en el inquilinato donde vive y en su barrio Antioquia. Asimismo, en los lugares del centro de la ciudad donde se mantiene. A lo largo de los 45 capítulos cortos ―entre dos y cuatro páginas―, la Medellín entre los sesenta y los noventa del siglo XX o la imaginaria de la obra se va revelando y reiterando en las calles ―Junín, Maracaibo, La Playa, Oriental…―, los parques ―Bolívar, Berrío, Boston, San Ignacio…―, los templos ―Candelaria, Metropolitana…―, los bares ―El Café Azul, La Arteria, La Cantina Verde, La Boa…― y los restaurantes y las cafeterías ― Astor, Cardescos, El Festín, Patio Bonito... ―.
A la vez, el paisaje urbano conduce a uno de los campos de sentido más reiterados en esta historia, que puede denominarse viaje o exploración del personaje por la ciudad; y, por supuesto, quien ejecuta esta acción: el viajero, quien simboliza o encarna, a la vez, al peatón hombre o mujer que anda confundido con la masa en busca de su destino, su supervivencia, su rincón y sus afectos, como el paseante del cuento de Poe:
Sentía un interés sereno, pero inquisitivo, hacia todo lo que me rodeaba. Con un cigarro en los labios y un periódico en las rodillas, me había entretenido gran parte de la tarde, ya leyendo los anuncios, ya contemplando la variada concurrencia del salón, cuando no mirando hacia la calle a través de los cristales velados por el humo. (Poe, s. f.)
El callejero o flâneur Serafín
Así, pues, esta novela tiene un elemento novedoso, casi inédito en la literatura colombiana: está dedicada a la vagancia, a un personaje que se propone recorrer los sitios y contemplarlos por esa sola acción de disfrutarlos, aprender de ellos, aprehender ―como insiste el narrador―. Deleitarse, sentir los espacios y captar a los peatones y los contertulios. Ver, hablar, escuchar, entender, estar
1 Omar Castillo (Medellín, 1958). Poeta, ensayista y narrador. Algunos de sus libros de poemas publicados son: Huella estampida, obra poética 2012-1980 (2012), Tres peras en la planicie desierta (2018), Limaduras del sol y otros poemas, Antología (2018) y Jarchas & Escrituras (2020). Su obra también incluye el libro Relatos instantáneos (2010), la novela Serafín (2022) y los libros de ensayos: En la escritura de otros, ensayos sobre poesía hispanoamericana (2014 y 2018), Al filo del ojo (2018) y Asedios, nueve poetas colombianos (2019).
2 Ver también definición y características de los serafines en https://ec.aciprensa.com/wiki/Seraf%C3%ADn y en https://definicion.de/ serafin/ y https://es.wikipedia.org/wiki/Seraf%C3%ADn
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LETRAS
ahí, disfrutar los atardeceres en el centro, contemplar la calle desde un café, estar en un sitio y luego buscar la soledad y la reflexión en otro. Eso sí, todos situados en el centro de una ciudad que se desgasta y, a la vez, se renueva con la mirada del poeta que va creando, recreando o dando vida a la situación inesperada, anodina, reiterativa, cotidiana, siempre vital, siempre enigmática, siempre única, siempre la misma, siempre otra. Al respecto, dice Anna María Iglesia:
Caminar es no solo el primer gesto de insubordinación, no solo es el primer movimiento hacia la ocupación ciudadana del espacio público. También y sobre todo es la metáfora de un pensamiento crítico que no queda relegado a los márgenes, sino que baja a la calle y ejerce de resistencia. (Iglesia, 2018)
Estas recomendaciones de Iglesia se cumplen en este vagabundo de fin del siglo XX, quien camina en la ciudad de día y de noche, siempre en una actitud atenta, gozosa y crítica: “Por una de las vías de ese centro iba Serafín, caminaba sin afán observando el fluir de los usuarios de la noche que a esas horas coincidían en su vagar” (Castillo, 2022, p. 133).3 En un instante, al caer la noche, Serafín se detiene en la avenida Oriental con La Playa porque
En algunos de esos instantes, la ciudad parece esclarecer la entraña de su realidad, de su otredad, entonces recorrerla como si fuera la primera vez, sin importar parecer un extraño, permite aprehender los súbitos reveladores que la hacen y la dejan ver en sus inagotables ritmos, gestos y sinsentidos. (p. 139)
Palabras que remiten a Baudelaire cuando caracteriza al callejero en El pintor de la vida moderna (1863):
La multitud es su dominio, como el aire es el del pájaro, como el agua el del pez. Su pasión y su profesión es desposar la multitud. Para el perfecto flâneur, para el observador apasionado, constituye un goce inmenso elegir morada en el número, en lo ondulante, en el movimiento, en lo fugitivo y lo infinito. Estar fuera de casa, y sin embargo, sentirse en ella en todas partes; ver el mundo, estar en el centro del mundo y permanecer oculto al mundo, tales son algunos de los menores placeres de estos espíritus independientes, apasionados, imparciales, que la lengua sólo puede definir torpemente. El observador es un príncipe que goza en todas partes de su incógnito. (1995a, p. 87)
Al respecto, en su artículo “Pasear con el paseante: Walter Benjamin, la pregunta por el flâneur y el sujeto del capitalismo”, la investigadora Katherine Villa Guerrero también comenta:
Pasear en esta época parece algo del orden de lo subversivo, ¿para qué dejarse tomar de la geografía del asfalto, de los nombres de las calles si bajo la fascinación de la pantalla el sujeto puede darle rienda a la pulsión escópica? ¿Para qué perderse en las calles si Google Street view tiene el camino más corto? 360° de imagen vaciada de toda experiencia sensorial. (2020, p. 156)
Si bien en las últimas décadas del siglo XX, cuando sucede la novela Serafín, no existían las aplicaciones tecnológicas que entregan el mundo en una pantalla de bolsillo, este planteamiento de Villa es aplicable, incluso, en el tiempo de Serafín. Aunque Baudelaire ya había poetizado al flâneur, este no tenía mayor presencia en la literatura en general. No se trata de viajeros ―personajes comunes en la literatura―, sino de tranquilos paseantes por los espacios públicos. Así canta Baudelaire en Las flores del mal (1857):
3 En adelante, al citar la obra Serafín de Omar Castillo, solo escribiré la página entre paréntesis; en los demás casos indicaré la fuente diferente.
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Por el viejo arrabal con tugurios que esconden las persianas, abrigo de secretas lujurias, cuando el sol implacable reciamente golpea las ciudades y campos, los tejados y mieses, salgo solo a entregarme a mi esgrima arbitraria, por doquier husmeando el azar de la rima, a traspié por palabra, como con adoquines, tropezando con versos que soñé ya hace tiempo. (…)
Cuando está en la ciudad es igual que un poeta, ennoblece la suerte de las cosas más viles... (Baudelaire, 1995b, p. 119)
Tal personaje es similar a Serafín, poeta decidido e imperturbable que desde muy joven se impuso la tarea cotidiana y sin utilidad aparente de recorrer el centro de la ciudad, callejear como ningún otro personaje de nuestra narrativa literaria lo ha hecho. En el capítulo “Azarosa ciudad” caracteriza a Medellín como un lugar entre mítico y enigmático, lo que resume con las palabras de Fernando González escritas en 1960 a su amigo Andreas Andriakos: “Todo es símbolo para el trashumante” (p. 139). Ese paseante está sintetizado por Baudelaire en su poema “El viaje”, el cual se ve concretado en el programa de vida y de escritura que sigue Serafín:
¡Asombrosos viajeros! ¡Cuántas nobles historias cuenta vuestra mirada, honda como los mares! Abrid ya los estuches donde duerme el recuerdo, prodigiosas alhajas hechas de astros y éteres.
Emprendamos un viaje sin vapor y sin vela. Disipemos el tedio que hay en nuestra prisión, infundid en las almas, tensas como el velamen, todos vuestros recuerdos, con su azul de horizontes.
¡Oh, decid! ¿Qué habéis visto? (Baudelaire, 1995b, p. 186)
En la literatura, las metáforas y los símbolos del viaje se utilizan en diversos espacios: desde la conciencia y el interior de los personajes, los recintos cerrados, las profundidades de la tierra y los abismos del mar hasta las ciudades, los pueblos, los campos, los ríos, el mar y el espacio sideral, entre otros. Infinidades de espacios en los que las acciones conducen a desembocaduras significativas, simbólicas, sorprendentes y reveladoras. Es decir, el viaje es apenas un pretexto o, a la vez, el sentido mismo de la obra. Desde las primeras obras literarias en Occidente, como la Odisea (S. VII o S. VIII a. C.), ese es un motivo fundamental, el cual continúa reiterándose hasta nuestros días. Todas las obras narrativas suceden en un espacio-tiempo, en el cual son constantes el movimiento, la traslación, la transformación, el partir de un lugar y llegar a otro o al mismo. También la poesía expresa, en gran medida, el viaje como una metáfora de la vida, como una imagen dinámica de la condición humana, como una deriva sin destino o como un encuentro del poeta con él mismo.
Cuenta el narrador que caminando un día por la carrera Junín, Serafín se trasladó a los finales de la década del setenta, cuando ocurrieron sus “encuentros esenciales”, cuando sintió por primera vez “la tenaz fuerza del amor”. “Días dados al descubrimiento de pasajes de la ciudad que se harían entrañables para él. Moverse, ir siendo un peatón que siempre mira como si fuera la primera vez” (p. 86). Más adelante, el narrador condensa y reafirma esas visiones:
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LETRAS
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Ver el mundo y vivir como si fuera la primera vez, la última. En la intimidad de la vida de Serafín, este era el estímulo que impulsaba su cotidianidad, su ver y aprehender, sus rupturas y sus fundaciones. Por eso había decidido llevar una existencia que aparecía monótona ante las expectativas de quienes creían en un mundo pronosticado para el éxito. Para él era suficiente vivir con lo mínimo, dejar fuera de sus gustos cuanto lo distrajera de las preguntas que desde su infancia reclamaban su atención. (p. 94)
Estas convicciones se amplían y reiteran en toda la obra de Castillo. Y al leer El pintor de la vida moderna de Baudelaire se escuchan y confirman las correspondencias que Serafín guarda con ella cuando escribe:
Sin duda alguna, este hombre, tal y como lo he presentado, este solitario dotado de una imaginación activa, siempre viajando a través del gran desierto de hombres, tiene un fin más elevado que el de un simple flâneur, un fin más general, distinto del placer fugitivo de la circunstancia. Busca algo que se nos permitirá llamar la modernidad; porque no hay una palabra mejor para expresar la idea en cuestión. Se trata, para él, de extraer de la moda lo que ésta puede contener de poético en lo histórico, de obtener lo eterno de lo transitorio. (Baudelaire, 1995a, p. 91)
En esta acción habitual se observa, además, la singular rutina que sigue Serafín ―cuando no escribe su poesía―: madruga, bebe un café, revisa sus escritos, hojea algún libro, sale de su vivienda y se dirige al centro de la ciudad. Cumple itinerarios repetidos: recorrer solo las calles; entrar en cafeterías, restaurantes o en bares, donde toma un trago o un café; observar lo que sucede adentro y afuera; y tener encuentros esperados o casuales. A veces visita librerías y lugares menos concurridos, o va a un parque y se sienta a mirar.
El callejero, la ciudad que este recorre y los encuentros que en ella ocurren no son elementos nuevos en la obra de Castillo. Lo novedoso es que su obra poética haya desembocado en una novela con este motivo fundamental. Ya antes había intentado el género narrativo, pero son relatos más simbólicos y poéticos que narrativos, en cuanto no desarrollan historias de personajes: Relatos del mundo o la mariposa incendiada (1985) y Relatos de Axofalas (1991).
Creo que el verdadero callejero de esta narración se origina en el poema “Húmedos” de Limaduras del sol (1983): “…unos ojos que miran desde el fondo / de las calles que se extienden bajo la llovizna / bebiendo una taza de café caliente / él sabe del silencio…” (Castillo, 2011, p. 326). También hay indicios de este personaje en el poema “Rol” de Fundación y rupturas (1985): “No sé si pasar la mañana / Al borde de un pocillo de café. // Los cuerpos reflejados en las vidrieras / Inundan el medio día frío. // Los motores encendidos y los semáforos, / Sucede otro día y es miércoles” (Ibidem, p. 294). Igualmente, se presentan diversas facetas del caminante y la ciudad unidos a un tú ausente que apunta hacia el ser amado en el poema “Inscripción y nudo” de Los años iniciales en el vacío, 2001-2008 (2008):
La piel frágil del día, Las fachadas de las construcciones Que interpretan la composición de la urbe o, El fragmento que de ella nos es dado, Hace el laberinto que me sirve de sustento Para someter tu ausencia.
¡Ah! la inútil línea de luz Que se instala
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LETRAS
En mis asuntos Mientras camino Cargado de asombro; Las excoriaciones de este día Te delatan, Espero que del dintel de alguna puerta Surja la presencia de tu sombra. (Ibidem, p. 71)
En este poema se identifican muchos elementos propios del Serafín de la novela, del amor que lo acompaña en esta historia y de la actitud que toma en la ciudad; también del paisaje que va describiendo a medida que hace sus paseos cotidianos.
El nombre Serafín aparece por primera y única vez en “Eco fósil” de Fragmentos (1993), poema dialogado de tono surrealista y de enigmáticos sentidos. Los dos parlamentos de Serafín ―único personaje antropomorfo del opúsculo― se refieren a entes abstractos como la luz, la realidad, la eternidad, el tiempo y la memoria (Castillo, 2011, pp. 205-209). Es decir, hace veintinueve años se estaban fraguando su nombre y su carácter. Aún más, diez años antes se prefigura la muerte onírica con que termina Serafín en la novela. En el poema “Retrato en verano” de Limaduras del sol (1983) dice: “Al doblar la esquina alguien me estrujará y con su cuchillo dejará una herida en mi vientre” (Ibidem, p. 320). Esta acción es similar a la que veinte años después se sugiere en el poema “Réquiem” de Abra, el libro de los amigos (2003): “Y cruza al otro andén / Deteniendo sus manos en los bolsillos, / Su semblante en el olvido premeditado; // Alguien le estruja y deja una huella / En las facciones de su día, / Algo así como una flor / Que nunca tendrá en sus manos” (Ibidem, p. 168). Esta imagensituación parece una obsesión en el poeta Castillo, pues en Romance de la ciudad (2011) reaparece en el poema “VII”: “Por las vías los cuerpos de los peatones / parecen ejecutar una danza con puñales que persiguen penetrar las carnes del contrario, / hasta la empuñadura…” (Ibidem, p. 25).
Por último, considero que, aunque el caminante por la ciudad aparece en muchos poemas suyos, en el poema “XXIV” de Romance de la ciudad Serafín está mejor caracterizado:
De súbito me he sentido forzado a salir a la calle, a dar un paseo por estos espacios que diariamente memorizan sus impresiones en lo cuarteado de mi existencia; Es noche y los peatones se comportan como nubes que se disuelven… (…)
Sí, tengo el desasosiego entre las patas, pero lo tengo y no procuro lucir el aire de un vacío, el vacío de quien le saca el bulto al asunto… (Ibidem, pp. 57-58)
Otra evidencia de cómo la obra poética de Castillo fue perfilando y dando consistencia a Serafín se encuentra en el poema “Esencia de lo real” de Relatos del mundo o la mariposa incendiada (1985), donde se repite dos veces el verso “Ese principio de realidad que aflore” (Ibidem, p. 261), verso que, de igual manera, aparece en forma obsesiva como una súplica idéntica en Serafín: dos veces al inicio del capítulo “Ese principio de realidad”; y en el último párrafo de este capítulo se enuncia de nuevo en cuatro veces: dos al inicio y dos al final, como una “invocación” o, mejor, un mantra: “Ese principio de realidad que aflore” (pp. 143-145).
La familia de Serafín
Las mujeres entrañables de Serafín y su familia en general también se anuncian en la poesía de Castillo anterior a su novela. La primera es la antigua madre. Con los mismos términos aparece en
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“Relato en el recodo” de Relatos de Axofalas: “Y la antigua-madre / Dormita acariciando fósiles y ecos” (2011, p. 226). Asimismo, la menciona en el poema “Hechos” de Sonetos para la infancia que habita la piedra (1998): “La antigua madre, deambula críptica; / Murmurando se corrompe su piel / Dando paso a un conjunto de huesos / Que serán polvo, tierra en otra / Memoria y para otros servicios” (Ibidem, p. 184). También reaparece, ya con su nombre, en el poema “IX” de Romance de la ciudad (2011): “… rosa emilia se extingue, mientras, duermo en mis ojos, / el fuego que por vez primera se inicia y para siempre…” (Ibidem, p. 28). Por último, en Tres peras en la planicie desierta (2018) ella no solo vuelve, sino que varios elementos de la novela se prefiguran en el poema “Al cruce del año 2014”: “El piso de madera donde sucedieran / El eco en el viejo caracol de mar / Cuñando la puerta de la antiguamadre… / El perderse de la casa / Que se hace ruinas y sílabas más allá / De las flores de las begonias y las bifloras…” (Castillo, 2018, pp. 45-46).
La segunda mujer es la abuela Alicia, a quien evoca en el poema “XVII” de Romance de la ciudad (2011): “Alicia, / cuando miro su cara, en ella se estampan bifloras, / golondrinas y begonias del habla / y un agua turbia en la que se sumerge el habla…” (2011, p. 43). Y la tercera es la tía abuela Inés, evocada en el mismo poema: “En el interior, inés, mueca como la carnadura de un buey de arado, / se hunde en la cocina y el gris de su mirada, / de la que no salió su existencia…” (Ídem).
Los anteriores elementos reaparecen en la novela Serafín, no solo para reafirmar lo que los poemas sugerían de ellas, sino también para darles más consistencia y verosimilitud. Ellas se presentan desde el primer capítulo. De la madre Rosa Emilia dice:
En sus ojos llevaba la imagen de la antigua-madre en cuyos rasgos se concentraban las raíces de su estirpe, los silencios y las palabras para ver, aprehender y nombrar. La antigua-madre en cuyos ojos se veían fósiles y ecos de tiempos impredecibles. (p. 9)
La imagen de “la antigua-madre” se amplía en la novela cuando narra su muerte en el capítulo “Rosa Emilia en sueño”: “La antigua-madre en cuyos ojos se veían fósiles y ecos de tiempos impredecibles,
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de tiempos que a él lo asedian y mantienen para la vida” (p. 125). Las otras mujeres también viven con Serafín en la misma vivienda durante su infancia y adolescencia, “figuras hoy consumidas por la muerte” (p. 131), como la abuela Alicia (capítulo “Alicia”, pp. 129-132), la tía abuela Inés (capítulo “Inés”, pp. 140-142) y su hermana Beatriz (p. 9).
En cuanto a los demás miembros de su familia: su padre es evocado a partir de un sueño (p. 62) y recordado después junto con su madre (p. 101). En otra ocasión recuerda a su hija Valeria, a quien dedica el capítulo “La hija” (pp. 74-76), pero quien tampoco actúa en la obra. Por último, menciona de pasada a su hermano Fabio Orlando (p. 154).
La ciudad poetizada
La ciudad es otro de los motivos más recurridos en la obra poética de Omar Castillo. A la par, en ella se encuentra el callejero que la recorre sin fines de lucro o de afán. Desde los primeros poemas publicados en Garra de gorrión (1980) ella aparece metaforizada y mitificada en el poema “Tugurio”:
Ahumados cristales de cara al sol
Circundado por ella ciudad de cuernos blancos blusa rosada y pañolón grisáceo Piernas chorreadas del ambulante comercio Inquisidora inundada por farmacodependientes que nublan la vista sumergidos en ella (…)
Por las calles rondan de espaldas a los abotagados por la orina Mientras titilantes luces tejen sus enramadas de techo en techo
De piso en piso por los ascensores
Bucéfalos que van por las calles en cuatro y seis ruedas sin caber
A montones se agrupan en las montañas que circundan el lúgubre valle de aquello que anhelaron… (2011, p. 351)
Cuarenta y dos años después esa ciudad sigue vibrando, decayendo y explotando en su novela. Asimismo, otros poetas de esta ciudad la han poetizado, lo que sugiere que el yo lírico de ellos la ha recorrido también como callejero y experimentador de la vida urbana. Es lo que se lee en buena parte de la poesía de Luis Iván Bedoya, en la que aparecen el peatón, los encuentros, las maravillas y las miserias de la ciudad, la bohemia y el erotismo que palpita en las calles y los lugares públicos, el arte urbano y la poesía en el espíritu de poetas y artistas, la soledad de sus habitantes. Esto se lee en las obras Aprender a aprehender (1986), Protocolo de la vida o pedal fantasma (1986), Biografía (1989), Ciudad (1999), Del archivo de las quimeras (1999) y Desplazamientos (2011).
Ya desde 1896 la ciudad de Medellín se revela vibrante en la novela Frutos de mi tierra de Tomás Carrasquilla. Y aunque puede afirmarse que casi todos los narradores de esta región antioqueña de los últimos cincuenta años han ubicado sus obras en Medellín y el valle de Aburrá, la ciudad también palpita y sangra en muchos poemas, novelas, cuentos, obras de teatro y ensayos no solo de escritores de esta ciudad, sino también de otras regiones de Colombia que encuentran en ella materia y dolor, amor y nostalgia para poetizarla, explorarla, explotarla y hasta odiarla. Escritores antioqueños como Darío Ruiz, José Libardo Porras, Víctor Bustamante, Luis Fernando Macías, Helí Ramírez, Fernando Vallejo, Héctor Abad, César Alzate, Berenice Pineda y Consuelo Hernández, entre muchos otros, tratan esta ciudad con densidad y pasión en sus obras.
Volviendo a la poesía de Castillo, en la obra Informe (1987) el paisaje urbano se expresa desde múltiples perspectivas, en el que camina el peatón despreocupado, pero avizor: “Escultura arrojada en hierro y concreto deteriorando / Nombres y direcciones inscritos afanosamente / A punta de navajazos inexpertos y endebles // Transcurre / El taxi la avenida / Edificio pierde pisos en su retrovisor
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/ Incompleto / Vira dejándole intacto…” (2011, p. 242). Y más adelante: “Llevo los siglos entreabiertos / Pegados como anuncios / Contra los fríos muros // ―Un día tendrás recuerdos / Vendrán a descifrar los jeroglíficos…” (Ibidem, p. 253).
Y así, en los demás libros previos a Serafín la ciudad se va concretando y poetizando hasta convertirse en un personaje, como la interpreto en toda su obra. En Sonetos para la infancia que habita la piedra (1998) se lee: “La ciudad, una cicatriz delirante, / Enconada como una diáspora sujeta / Tras las gasas de asfalto y adobe; / (…) La ciudad / Es una cicatriz que no para de expandirse, / Se alza en sus pisos como por entre / El ojo de una aguja despuntada que hila. / ¿Quiénes, tras la lente usufructúan / Los réditos de la descomposición?” (Ibidem, p. 177). Y luego: “La ciudad edificada en el valle, / Rodeada por montañas que parecieran / Amurallarla…” (Ibidem, p. 186).
El poeta Castillo también visita una de las ciudades prototipos en Poema de New York (2007): “El delirio silencioso que impulsa / La existencia / El fragor que lubrica esta City / Donde sus habitantes / Doblegados para la obediencia / Son arropados por el consumo // Abunda en New York…” (Ibidem, p. 114). Ciudad donde el poeta peatón se convierte en “inmigrante ocasional”: “Un viernes cuando el inmigrante ocasional / Ungía de peatón por la Roosevelt Avenue / Y los metros de la línea 7 hacían traquetear / Los rieles y las estructuras metálicas que los sostienen…” (Ibidem, p. 112). El andariego observa, siente, recorre, asimila y poetiza la ciudad de Nueva York, enfrentada en su memoria a la Medellín de Serafín: “El inmigrante ocasional llegó a ti / Porque necesitaba el tejido / Para el recuerdo / De un olvido // Una soledad / Un infinito / Un magenta” (Ibidem, p. 117). Ese caminante urbano descubre la poesía en el origen migratorio de la ciudad, en su tráfago actual: “Y en el tráfico que hace esta City / Suceden versos que el inmigrante / Hubiera escrito…” (Ibidem, 119).
En Romance de la ciudad (2011), el poeta Castillo llega a Medellín, la ciudad que en su poemario Tres peras en la planicie desierta (2018) vuelve a poetizar, esta vez desde emociones y sensaciones más íntimas, cuando dice en el poema “En un instante de Medellín”: “La simpleza de un momento único / Recorriendo la libido de la ciudad // Las golondrinas en su agitado vuelo / Recuerdan el atónito inicio // En este lugar del mundo / Imán y crisol de existencias” (2018, p. 24). Poema en el que vincula la ciudad con la libido, la hace metáfora del deseo, el que también se proyecta hacia causas nobles. Y en el poema “Medellín la patética” se fusiona el caminante en la ciudad, el yo lírico se convierte en peatónpersonaje de la ciudad-personaje, y la poesía se transforma en estruendo:
Salgo a la calle
En la billetera
Unos cuantos pesos
Cada peatón va tras el día
Su café y su menú
Todos vamos
Con el ojo que nos acecha
Desde el confín de los tiempos
Marco mis huellas
Mis oficios
La ráfaga de mis sueños
El apetito de mis hambres
En un estruendo de sílabas
Que el viento ulcera
Y el azar junta en un umbral (Ibidem, p. 38)
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LETRAS
Todas las ciudades modernas se pueden contemplar en cualquiera de ellas. Sin embargo, las diferencias esenciales son impalpables por la globalización, por la unificación del planeta bajo los mismos eslóganes económicos, sociales, políticos y hasta culturales. Aun así, dice en Romance de la ciudad: “De esto, lugar común / como una cicatriz o borrón / en el romance de la ciudad / que en cada una de sus calles / y carreras intenta expresarse; / Así sus palabras / movilizándose en buses y metro urbanos / gaguean sus nombres y señas” (2011, p. 16).
En resumen, esta novela asimila, aprehende, interpreta y poetiza la ciudad a través de Serafín. O, mejor, el poeta Omar Castillo poetiza la ciudad tras el personaje Serafín, aunque entre este y el autor está el narrador anónimo en tercera persona que es testigo omnisciente de los sucesos y de los personajes. Por su parte, la obra asimila y sugiere múltiples perspectivas de los habitantes y los transeúntes de la ciudad, de los amigos de Serafín encontrados y evocados, y de los lugares entrañables del personaje.
De igual manera, ofrece una visión particular que es, al mismo tiempo, vital, sugerente, dinámica, íntima, sensitiva, contradictoria y crítica de las calles, los bares, los edificios, los parques, los cerros, el arte, la literatura ―en especial la poesía―, la música ―popular y clásica― y la vida bohemia de la Medellín de Serafín, para quien “salir de su casa e ir a caminar por lugares que en su infancia fueron parte de sus diarias rutinas y del inicio de sus aprendizajes, era algo que disfrutaba cada que podía hacerlo” (p. 16).
El objeto de la búsqueda de Serafín es él mismo y la poesía, pero viviendo, recorriendo y asimilando la ciudad en su centro, un ritual que desemboca en resignificar ese espacio abierto y, a la vez, comprimido:
Para Serafín el centro de la ciudad es su barrio, el lugar donde suceden sus asuntos. Por ese centro él se mueve una y otra vez… (…) …significó para él encontrar un escenario donde poder exponer y ampliar su carácter, los sentidos cognoscitivos de su existencia, ligando así su vida a estas vías y a las que desembocan en ellas. (p. 18)
Entre estos peatones iba Serafín, avanzando, haciendo suya la brusca piel de la ciudad, los delirios, los ímpetus, las rasgaduras y las cicatrices de esa ciudad que sabe preñada por todos los tiempos que la cruzan entregándole un don lustral para su ubicuidad memoriosa. (p. 77)
Reseña
del libro
PanoramamonetarioynumismáticodePuertoRico (San Juan, 2017) de Jorge L. Crespo Armaiz
Gregorio Villegas
Universidad Ana G. Méndez, Recinto de Cupey
SOCIEDAD POLÍTICA+
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Podría darse la impresión de que el afán y motivaciones de las personas que seleccionan la paciente labor de coleccionar distintos tipos de monedas de variados momentos históricos es la búsqueda de riqueza personal o un simple capricho de distinción social. En Puerto Rico, por los últimos 50 años, los miembros de la Sociedad Numismática de Puerto Rico se han dedicado, minuciosamente, a armar el rompecabezas histórico, de nuestra estructura monetaria, a través del tiempo. El autor del libro que reseñamos, El Dr. Jorge L. Crespo Armaiz, es egresado de la Universidad de Puerto Rico, de un bachillerato en Economía y una maestría en Planificación. En el Centro de Estudios Avanzados, completó un doctorado en Historia de Puerto Rico y el Caribe. Ha dedicado amplios esfuerzos a desarrollar investigaciones históricas sobre la temática de la presencia y usos de las monedas y su impacto histórico en la Isla. Presidió la Sociedad Numismática de Puerto Rico entre el 1996 al 2000. Autor de otros escritos como Fortalezas y Situados (2003) y PORTUS-NUMIS: Ensayos Numismáticos (2015). Panorama monetario y numismático de Puerto Rico, refleja hábilmente, la perspectiva de historiador y especialista en numismática y las experiencias previas del Dr. Crespo, en otras investigaciones sobre el tema.
El propósito de la publicación, como señala el autor en su prólogo, es: “un resumen – amplio pero sustantivo – de cada una de las etapas principales en nuestro desarrollo monetario, y del material numismático generado en cada uno de dichos momentos históricos”. Es la aspiración de enriquecer nuestro acervo histórico, especialmente en un tema que impacta las relaciones económicas y sociales de Puerto Rico, desde el período de la conquista hasta la “dolarización” de nuestra economía en el siglo XX.
Al profundizar en la lectura se comprueba que el afán del Dr. Jorge L. Crespo Armaiz, no es la riqueza material que pueda complementar la posesión de una valiosa moneda, de plata u oro. Aclara el autor, que su obra, no constituye un “catálogo de monedas”, que pudiera interpretarse como una mera recreación o curiosidad sobre las diversas formas y valores de las monedas que circularon en nuestra Isla.
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Las referencias historiográficas y numismáticas son numerosas, afianzando el análisis sobre las temáticas del uso e impacto de las diversas monedas que desfilaron en nuestra historia. Organiza el escrito de forma cronológica en nueve capítulos, un cronograma monetario, referencias numismáticas y referencias humanísticas y referencias complementarias. En esta última parte del libro, se presenta de forma innovadora las referencias. En lugar de una lista de referencias, como acostumbrado, utiliza las portadas de las obras consultadas a color, con una breve reseña. A través de sus páginas salta a la vista las impresionantes ilustraciones que se distinguen por su nitidez. Recurso imprescindible para la correcta apreciación de las monedas reseñadas en el libro. La observación de las ilustraciones obliga a una meditación sobre el proceso de intercambio, enriquecimiento, empobrecimiento inclusive, sobre el drama humano que supuso y supone el uso de un sistema monetario. En cada ilustración se observan las huellas de tiempo. Y hasta podemos imaginar las marcas de las manos que las poseyeron.
Al final de los capítulos del libro, el autor diseña un Cronograma que facilita la comprensión histórica de la trayectoria del uso de la moneda y las circunstancias históricas que lo determinaron. Nuestra más remota experiencia de intercambio económico se ubica en la época precolombina, con el sistema de trueque, entre los amerindios, explicado en las antiguas crónicas. La experiencia monetaria se inicia en el 1493 con la llegada de las primeras monedas a La Española. En el caso de la Isla de Puerto Rico, el mayor flujo de monedas provino desde México, comenzando en 1582 y extendiéndose, esta transferencia hasta el 1809. El autor, nos aclara que este largo periodo estuvo sujeto a las condiciones reinantes en el Caribe como ataques de piratas y corsarios, naufragios, entre otras circunstancias. Paralelamente al situado proliferaron otros tipos de monedas, que el autor nos presenta, y nos ilustra, con el uso de los términos de la numismática, como, por ejemplo, las monedas de “cuenta”, “pilares”, “busto”, “dos mundos”, “escudo”, entre otras. La comprensión sobre el uso e impacto de estas monedas fluye claramente en la lectura.
Se trata de un rescate y a su vez de una aportación a nuestra memoria histórica y de un reconocimiento a quienes, durante el siglo XX, han dedicado pacientemente, su tiempo e interés al análisis de la trayectoria y consecuencias de nuestro sistema monetario. Este trabajo fue preparado siguiendo las pautas del rigor investigativo, validado por las fuentes historiográficas y las importantes colecciones de la Sociedad Numismática de Puerto Rico. Es una importante referencia en el estudio de las relaciones socioeconómicas en la Isla, y muy particularmente en la transición a la dolarización.
El libro inspira a una reflexión sobre el drama humano que supuso y supone el intercambio económico bajo el símbolo de un metal o papel, destinado a agilizar transacciones económicas, que terminan definiendo a su vez el poder adquisitivo de los individuos y por ende las estructuras sociales, definiendo la ostensión de poder y afirmando a su vez, los intermediarios y los subyugados.
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Política y sociedad
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