Realidad(es), 9 de noviembre 2020

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9 de noviembre de 2020: Realidad(es) Junta Editora: Roxanna D. Domenech { Directora Anto Gamunev Sonia Cabanillas Martín Cruz Santos María José Moreno Juan Carlos Quiñones Carlos García Alexandra Pagán Vélez { Lectora externa Hugo R. Viera Vargas { Lector externo Junta Asesora: Sugelenia Cotto { Presidenta

Portada: Anto Gamunev Montaje: Anto Gamunev

II / REVISTA CRUCE: REALIDAD(ES)


Para colaborar: En Cruce publicamos artículos de investigación, reflexión; reseñas; notas de opinión; comentarios de textos; fotoensayos o arte plástico; entrevistas; textos creativos; y otro tipo de escrito que suponga un análisis o mirada crítica a la sociedad contemporánea. Toda persona que desee colaborar deberá enviar su artículo por correo electrónico, comprometiéndose a que dicho texto respeta las normas internacionales en materia de conflicto de intereses y normas éticas. Los escritos se someterán a estricto arbitraje y proceso de edición y corrección, por lo que la colaboración puede sufrir alteraciones, a menos de que se trate de un texto literario. Nos enfocamos en los siguientes temas: Política y sociedad: Los escritos de crítica sociopolítica presuponen colaboraciones de los diferentes saberes de las Ciencias Sociales, las cuales a través de principios o esquemas conceptuales o teóricos analizan y explican los fenómenos y estructuras sociales.

Letras: Los escritos literarios de autor (poemas, cuentos, dramas, fragmentos de novela, prosa poética…) que muestran la sensibilidad humana e inspiran a la creación. Asimismo, reseñas, críticas a textos literarios y otros acercamientos literarios o propiamente lingüísticos. Arte: Los escritos dedicados al análisis, el estudio y la presentación de todo aquello que comprenda al mundo cultural. Abarca la gestión cultural, la autogestión, los estudios culturales, la música, el arte plástico, movimiento escénico, danza, la cultura popular y el arte urbano, vistos preferentemente desde el prisma de la cotidianidad. La fotografía como narrativa visual que sirve para retratar la cotidianidad y la realidad social, y los acercamientos a la obra fotográfica de algún autor. Cine: Los escritos que analizan o reflexionan acerca del mundo cinematográfico y cómo se atiende desde lo visual los temas de relevancia contemporánea. Se aceptan formatos audiovisuales. Los derechos de las publicaciones son exclusivas del autor. Todas las colaboraciones y comunicaciones se harán al correo institucional de la revista editorescruce@uagm.edu

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IV / REVISTA CRUCE: REALIDAD(ES)

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ÍNDICE Jarchas y escritura Omar Castillo Panóptico Aydasara Ortega Conciencia de clase Mayra Encarnación Ecuador: La piel de tu mirada Javier Martínez Desmitificación y heteronormatividad en las voces narrativas en el Mundo Cruel de Luis Negrón Lorez Manon Martínez Invisibilidades Tania Anaid Ramos, AZULA Potencialidad de un arte-ciencia Carlos Ferrán Fotoensayo: Otoño Maria Anna Panousaki

p.1 p.7 p.11 p.12 p.21 p.25 p.29 p.32

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CONVOCATORIA CONVOCATORIA CONVOCATORIA CONVOCATORIA CONVOCATORIA CONVOCATORIA VI / REVISTA CRUCE: REALIDAD(ES)


La revista Cruce está recibiendo colaboraciones para la Edición Especial:

Cultura política y procesos electorales 2020. Las circunstancias sociopolíticas del presente nos llevan a convocar a nuestra comunidad a reflexionar sobre la cultura política y los procesos electorales del 2020. La junta editorial de la revista Cruce convoca a especialistas interesadxs en explorar de modo crítico los más diversos aspectos de los siguientes temas, tanto en Puerto Rico como en la comunidad internacional:

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Cultura y política Historia política Procesos electorales Género, raza, diversidad y elecciones Opinión pública y comunicación política Democracia y elecciones Democracia y Derechos Humanos El voto y avances tecnológicos aplicados a la democracia Participación ciudadana Derechos políticos y electorales Elecciones y los medios de comunicación masiva

Nos interesa compilar diferentes textos (composiciones, ensayos, textos creativos), artes plásticas, entre otras expresiones artísticas que cuestionen, problematicen, denuncien y se expresen sobre los ejes temáticos sugeridos. Ante todo, nos interesan textos ágiles reflexivos y críticos. Estos deben estar identificados dentro del documento con el título y autor (a) y estar escritos en letra Times New Roman, 12 puntos, doble espacio, tamaño carta, en formato de Word, identificado con él o la autor (a). Los artículos no deben exceder las 8 páginas. Las reseñas de libros no deben superar las 6 páginas. Los textos creativos tendrán un límite de 5 páginas. No se recibirán manuscritos que superen estos tamaños. Debe incluir una foto y una biografía del autxr que no exceda las 200 palabras. Si se incluye cualquier tipo de gráfico explicativo dentro del documento, deben estar en alta resolución (en formato jpg o png con el título con el cual será identificado en la publicación) y el o la suscribiente debe contar con los permisos de uso o regirse por la Ley de Derechos de Autor. Las imágenes, pueden sumar las 15 en alta resolución y deben incluir el nombre con el cual quiere que sean identificadas en la revista. La fecha de entrega está pautada para el 16 de noviembre de 2020 para que así podamos publicar esta edición especial el 30 de noviembre. Los textos deben enviarse a editorescruce@uagm.edu. Les agradecemos que colaboren con nuestro interés de gestar un espacio de encuentros. Para más información sobre la revista pueden visitar https://issuu.com/revistacruce o contactarnos a editorescruce@uagm.edu. / VII


Jarchas y escritura Omar Castillo

1 / REVISTA CRUCE: REALIDAD(ES)

nuevo libro de Omar Castillo


En estas Jarchas & Escrituras el poeta Omar Castillo suelta su experiencia en poemas que nos incitan a mirar como si fuera la primera vez, a vivenciar la realidad en las palabras como un lugar para esclarecer los instantes donde sucede la vida. Por eso en el verso inicial de la “Poética” con la que se abre el libro, nos dice: “Un poema es un lugar al que se llega”, anunciando al lector la disposición necesaria para entrar en los ámbitos y atmósferas propuestos. En la primera parte nombrada Jarchas, Omar Castillo abre un género poético en español, crea una presencia cuyas sombras se vienen proyectando desde los inicios del idioma. Y en los poemas que componen la segunda parte nombrada Escrituras, el poeta se adentra más en el aprehender que las palabras nos enseñan como fuente de todo hacer vital. Las palabras de un poema son alertas para aprehender la vida, esto nos dicen los versos de estas Jarchas & Escrituras. Algo tan simple y complejo. Tan necesario como vivir. *

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En el siguiente texto tomado del libro, el poeta Omar Castillo nos habla de la escritura de sus Jarchas: LAS JARCHAS I

Cuando en 1948 en la revista Al-Andalus se publicó el artículo de Samuel Miklos Sterm, titulado Vers finaux e espagnol dans les muwassahs hispano-hebraiques, el mundo de la filología fue tocado por uno de los hallazgos más perturbadores para tal disciplina. En el artículo el autor daba cuenta de su lectura e interpretación de 20 jarchas contenidas en moaxajas hebreas, convirtiéndose así en la fuente inicial para los filólogos interesados en el desciframiento propiciado por el hallazgo de estas jarchas. Otro tanto ocurre en 1952 cuando el arabista Emilio García Gómez publica en otro de los números de la revista Al-Andalus, su trabajo Veinticuatro jaryas romances en muwassahas árabes. Estos trabajos son el punto de partida para otras investigaciones sobre las jarchas y el instante cultural que las consignó, en particular para el ámbito cultural en idioma español. Investigaciones no exentas de apasionamientos y polémicas. Se dice, según la tradición árabe, que los creadores de la forma poética conocida como moaxaja pudieron ser Muqaddan ibn Mu´afa o Muhammad ibn Mahmud, poetas cordobeses de finales del siglo IX o principio del siglo X, en uno de los momentos más refinados de la cultura vivida en el territorio de al-Ándalus. Forma que fue seguida por algunos poetas hebreos naturales de ese lugar, asumiéndola para sus creaciones. En estas moaxajas escritas por poetas árabes y hebreos durante los siglos XI y XII, encontramos breves versos tomados de canciones romances, que usaban para finalizar las moaxajas o para apuntalar sus propias invenciones. Hoy conocemos esos versos como jarchas y a través de ellos podemos leer los balbuceos del actual idioma español, enterarnos de cómo este hijo del latín produjo sus primeros hechos líricos en textos creados en lengua árabe y hebrea, iniciándose así /2


en las maneras y formas con las que pasados los años, su habla y su escritura darían contenido a las nociones que hoy lo caracterizan, pues en estas jarchas aparece la picardía del imaginar amatorio y la sensualidad amparada en el doble sentido entre la culpa y el gozo, entre la piel y su ausencia, entre la caricia y la reconvención, entre el libre albedrío y el dogma regulador que reprime la libidinosidad, los instintos y las pesadumbres tan caros en el ser de quienes nos comportamos y expresamos en este idioma. He aquí, tomada del Cancionero y romancero español, seleccionado por Dámaso Alonso, una de esas jarchas acompañada de su versión moderna: Vayse meu corazón de mib. Ya, Rab, ¿si se me tornarád? ¡Tan mal mi doled li-l-habid! Enfermo yed, ¿cuándo sanarád? Mi corazón se me va de mí. Oh Dios, ¿acaso se me tornará? ¡Tan mal me duele por el amado! Enfermo está, ¿cuándo sanará? En una jarcha como esta, recogida por el poeta hebreo Yehuda Halevi en el siglo XI en una de sus moaxajas, podemos aproximarnos a la sensibilidad y a las vicisitudes cotidianas de quienes en ese tiempo dieron aliento a lo que hoy usamos y conocemos como idioma español, nutriendo sus inicios líricos con visiones y apetencias puestas en versos que expresan una voz veraz, viva y exterior en sus visiones simbólicas y alegóricas. Visiones cantadas y habladas en las calles, en las plazas y en los caminos, muestra de las apetencias y abruptos que también distinguirán los cantares de gesta y los romances. Épica y lírica casi siempre anónimas en sus inicios y donde fue recogida la historia y la leyenda vivida entre la piel y la pasión de quienes perseguían caracterizar su lugar en el mundo. En una moaxaja árabe del siglo XI, quedó recogida la siguiente jarcha, transcrita y traducida por Emilio García Gómez en 1952 y en 1965, copio la de 1965:

¡Ben, ya sahhara! Alba q’está con bel fogore Kand bene bid’ amore. ¡Ven, oh hechicero! Un alba que tiene tan hermoso fulgor, cuando viene pide amor.

Estas jarchas nos asombran con su nítida sencillez y llegan hasta nosotros como un secreto que se abre recordándonos la eficiente belleza del canto llano. Nos llegan como un súbito rasguño que reaparece en la piel del idioma mostrándonos las raíces de nuestras palabras, revelándonos las fuentes donde se surten las analogías de nuestro tiempo y los ritmos que cunden en las metáforas encabalgándose en los versos con los que hoy perseguimos aprehender la libidinosidad del mundo y del universo en su pavorosa y fascinante estampida. En las jarchas que nos han llegado a través de las moaxajas, la voz de cada una de ellas nos desvela los instintos, sensaciones y sentimientos de quienes ansiaban reunirse y soltarse en un acezante rumor que inundara de afectos el cuerpo mientras sucedía el vértigo de una entrañable delicadeza ensanchándose con la caricia, con la dádiva que se da y se recibe, pasión trenzándose en el delirio y la ternura tras el clímax donde la vida se transmuta en “Llama de amor viva”, tal como siglos después de recogidas estas jarchas en las moaxajas de poetas árabes y hebreos, lo expresara San 3 / REVISTA CRUCE: REALIDAD(ES)


Juan de la Cruz. Algunos estudiosos sostienen que las jarchas son la primera muestra lírica en lengua romance en el Occidente conocido después de la eclosión del Imperio Romano. Lo innegable es que en ellas asistimos al llamado de la amada, a las palabras de quien narra los gozos obtenidos, también la ausencia que cuaja cuando los goces de la piel no son atendidos. Sí, estos breves versos logran aprehender los instantes que proveen la pasión amatoria y el gozo en cuya magnitud se cifra la vida, como cuando en un súbito instante cotidiano alcanzamos la luminosa y oscura razón donde la vida no cesa en sus pétalos y semillas, en su piel y su gozo. Sensibilidad y fascinación ante la acción creadora del ser para la vida, del ser para la muerte. Cabe decir que las investigaciones filológicas sobre las jarchas siguen abiertas y lo hasta ahora esclarecido no ha dejado de despertar encuentros y enconos entre los investigadores. Ya en lo poético las sombras e imágenes proyectadas por estas en nuestro tiempo son suficientes como para permitirme proponer una forma poética a partir de ellas. En sí mismas las jarchas no tienen una forma poética propia como el soneto, la décima u otras de las formas propias de la poesía escrita en Occidente, tampoco muestran una voz poética que busque esclarecer una noción sobre la vida, el mundo o el universo. La existencia de las jarchas es posible por los poetas árabes y hebreos que en el al-Ándalus, entre los siglos XI y XII, las recogieron en sus moaxajas. Se puede decir que son breves canciones mozárabes de dos, tres y cuatro versos, entonadas casi siempre por mujeres, y tal como fueron recogidas en las moaxajas, aparecen anónimas. Las jarchas que se conservan en las moaxajas tienen la importancia y el significado de ser de los primeros textos líricos escritos en dialecto romance, en este caso en el balbuciente dialecto donde nace el idioma español, lo cual nos permite acceder a testimonios sobre la sensibilidad amatoria de sus hablantes, de las maneras como asumían y realizaban sus asuntos amorosos, del suceder de la libido sensual de la comunidad mozárabe en la Hispania controlada por los árabes en ese cruce cultural e idiomático entre el latín en eclosión hacia diversos dialectos que terminarían creando las que hoy conocemos como lenguas romances y las lenguas de árabes y hebreos en unas rutinas de convivencia y confrontación, haciendo compleja y no por ello magnífica, la fusión dada en tal crisol. II

La escritura de mis jarchas en su forma y en su expresión poética son de mi invención y para su realización he asumido el empleo de dos, tres y cuatro versos dispuestos como estrofas, las que uso según la necesidad que me impulsa para establecer su contenido, entonces la jarcha puede iniciar en una estrofa de cuatro versos y terminar en otra de dos, también iniciar en una de dos y terminar en otra de cuatro, en otros casos también pueden estar compuestas por dos estrofas de tres versos o por tres estrofas de dos versos. En sus distintas composiciones estróficas cada jarcha está compuesta por seis versos. El flujo rítmico lo determina el encabalgamiento de los versos dentro de la estrofa y en las conexiones entre ellas. Su movimiento es libre dentro del límite espacial de los versos elegidos para cada una de las estrofas que componen la jarcha. En ellas el empleo del punto seguido y el punto aparte como única puntuación se da como elemento cortante, recogiendo así matices del habla usual de nuestros días. Las medidas silábicas y las rimas que se presentan en mis jarchas suceden por las constantes propias de una amplia tradición poética como la que sostiene la poesía escrita en idioma español. El contenido de cada jarcha puede leerse de manera independiente, como también siguiendo el consecutivo de los números que las reúnen bajo el nombre de un personaje o de un tema. El contacto de mis jarchas con lo que los filólogos estudian y esclarecen como jarcha, es posible por la imantación producida por estas pequeñas alhajas donde se exponen los primeros balbuceos del español, idioma tan entrañable en mi manera de ver y de aprehender la vida en la magnitud de sus expresiones. Entonces, la escritura de mis jarchas es una celebración de mi idioma, de su vital capacidad para nombrar. Cualquier otro aspecto técnico que en ellas sea posible encontrar, lo dejo para el estudio de quienes se interesan en diseccionar las formas y maneras que componen una propuesta poética. /4


AQUÍ DOS DE LAS JARCHAS DEL LIBRO: Jarchas De Luz Marley I Una pequeña rasgadura en la piel del universo Es la escritura de un poema. Casi. Imperceptible. Mínima ante lo enfurecido Del alfabeto en el que se escribe el universo. Unas pequeñas rasgaduras son los ojos Que leen un poema. II Entonces el viento sopla las ramas. Las hojas. En una tarde que podría ser la primera. La última. Mientras las formas de las cosas Son iluminadas por la luz. La misma luz que unos ojos contienen Por un instante en el poema. III Con las manos que cultivo pencas de sábila Empuño un silencio. También me entrego A la caricia cuando la mariposa abre las alas Al principio del vuelo en la piel del viento. Mariposa rayando la luz. Imponiendo sus ritmos al poema. IV El sol inunda la mañana exponiendo el mundo Igual a un abanico desplegándose en la mano Del día. Conteniendo su noche. La misma donde los sueños recogen su sustancia. Sustancia ahíta de augurios Vueltos sílabas para las raíces del poema. V Piedra puesta a la luz para el esplendor. Para el sacrificio de una estirpe no saciada. Dada a la sangre una y otra vez. Sangre Donde se narran aullidos en el tiempo. Piedra pulida por infinidad de manos. Las mismas que labran la escritura del poema. 5 / REVISTA CRUCE: REALIDAD(ES)

VI Gotas de agua golpeando. Penetrando la realidad Del mundo. Buscando con sus insistentes golpes Las raíces del asombro y lo cotidiano. Huella donde una y otra vez se imprime la vida. Sílaba tras sílaba sobre la página Las palabras insisten en decir el poema. VII La realidad palpita en sus incógnitos Y en sus revelaciones. No es cifra única. Tampoco un amasijo de convenciones. Y aun en su otredad es silencio y es bullicio. Cotos de lo coloquial para la caza de la realidad Son las palabras en la escritura del poema. VIII Hilo gastándose en nombrar la trama. Zurciendo cada frágil instante a la palabra. Puntada tras puntada tejiendo el abracadabra De ingreso a la magia de la luz y la oscuridad. Así el poema disperso en el universo permite Por un instante hacerse dibujo para el habla. IX Los poetas buscan ser escuchados. De una u otra manera Quieren hacer conocer sus sentimientos. La estirpe de sus emociones. Creen que con sus palabras amparan El mundo. Desentrañan el universo. X Yo busco alcanzar el silencio. Origen de toda palabra. Vacío donde se ampara La extinción y el principio. Del fuego. Del habla. XI Un sol que se consume En el agua que corre Esclarece el tiempo De la presencia del habla.


También lo hace el viento Que penetra hasta los huesos. XII Una piedra hecha fuego Impactó mi boca Incrustándose en mi lengua. Haciendo brasas mis palabras. Consiguiendo que mis imágenes Ardan y revienten en llamas. XIII La quimera. Imaginario fabuloso. Fuego donde se incinera el Fénix Haciendo cenizas el verbo. Renace el Fénix en la palabra Que se esparce en el habla. XIV Porvenir. Rasgadura en la piel. Quimera. Verbo. Palabra Aprehendiendo el mundo. La utopía haciéndose imagen. Alfabeto con el que se habla La realidad realizable. XV No somos sabios. Somos vértigo ignorante de sus instintos. Especie expuesta al fuego del asombro. A la ceniza de su habla. Inevitable. Tocar el tiempo Y volver a tus manos. Jarchas De Rosa Emilia I En estas jarchas la piel del agua te trae. El sudor del aire te recuerda.

Irrepetible en tu voz cuando lo susurra Mientras cunde el instante. II Porque las tuyas eran frases como rocas Donde las aguas del río se extravían. Para en cualquier momento Salir impregnadas De hilos de luz que golpean Contra la fuerza de su corriente. III Entonces ocultaba el agua en mis manos Y bebía como quien despierta en un sueño. Tal como cuando un carbón contiene voces Y la piel quemante de la vida. La nítida luz consumiendo las aguas De un día que se resiste. IV ¿Se dice en estas jarchas del extravío? Demasiado lejos para desanudar ese saber. Solo la reseca tierra y un alero Contienen la memoria y unas hojas Verdes donde prende el silencio. El sudor del aire. La piel del agua. V Así los laberintos de la infancia Por piedras perforadas o vueltas de revés. Hasta el hallazgo de los misterios Con sus juegos de sílabas Donde raer el habla Y las palabras para las jarchas. VI Así los laberintos. Así los juegos. El fugaz instante de una estrella Cuando parpadea en la piel del universo Hasta alcanzar su gota íntima. Verdad que sí.

El fugaz paso de una estrella evoca El gozo de una noche /6


Panรณptico Aydasara Ortega

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Conciencia de clase Mayra Encarnaciรณn

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Elevo del suelo todo lo que para otros ya no tiene valor. Trabajo recolectando latas, cables… todo material con alguna posibilidad de remuneración económica. Me levanto muy temprano - los días que puedo dormir por el inmenso tráfico que me acompaña como ventana- y recorro la ciudad. En los últimos tiempos, la faena es muy cargada. Los humanos desechan hasta los suspiros. Colecciono una gran cantidad de cosas servibles, pero inservibles para la necesidad del mercado. (No te creas, fui a la universidad. Estudié sociales, pero las vueltas de los gobiernos me dejaron en la calle). Por las noches, cuando mis tripas están revueltas por el hambre, coloco en una fila la potería del día y me sirvo: jamonilla, atún, salchichas y mucha soda. Escurro bien cada lata y paso mi lengua -con mucho cuidado- hasta relamer la última gota. En un abrir y cerrar de ojos, estoy satisfecho y sacio mi apetito acumulado por los años. Entonces, puedo intentar dormir y me invaden aquellos pensamientos de mis clases, cuando el Profe hablaba de conciencia colectiva, conciencia de clase… (Me recuesto entre las sábanas viejas, deshilachadas, malolientes… siento la vibración del puente y respiro mi propia clase).

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Ecuador: La piel de tu mirada Javier Martínez

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Pride 2017 fotos x Anto Gamunev

Desmitificación y heteronormatividad

en las voces narrativas en el Mundo Cruel de Luis Negrón Lorez Manon Martínez

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Las teorías “queer” o “LGBTTQ, que surgen en el siglo XX, responden a la necesidad de cuestionar por qué unas prácticas sexuales son aceptadas y consideradas normales y otras no. Del mismo modo, critican y cuestionan al mismo tiempo la manera en que la cultura dominante opera para dar una posición de privilegio a cierto tipo de relaciones y a otras las degrada hasta reprimirlas y sumergirlas al más profundo de los abismos. ¿Cómo podemos hacer justicia y eliminar todo tipo de prejuicios y discrimen por la sexualidad del ser humano? Judith Butler, en su libro El género en disputa, afirma que su texto plantea cómo las prácticas sexuales no normativas desestabilizan el género en sí, concluyendo entonces que el género no es algo consolidado con la sexualidad normativa. Luis Negrón, en su Antología de cuentos llamada Mundo Cruel, presenta una serie de voces narrativas que responden a esa crítica de la normatividad de género por la sexualidad. Negrón magistralmente escribe con un fin específico y es precisamente haciendo eco a la crítica de la heteronormatividad o las sexualidades y los deseos fuera de la norma heterosexual. Esto lo hace en su colección de cuentos, pues en cada uno de sus relatos se experimenta algún tipo de relación homoerótica, como si la desviación fuera la norma y no al revés. Cada uno de los personajes principales que plasma Negrón, experimenta, de forma directa o indirecta con ese alejamiento de la heterosexualidad aunque no de la misma forma. En el cuento “El elegido”, por ejemplo, el narrador en primera persona descubre su verdadera sexualidad pero no puede expresarla, ya sea por los prejuicios de

las estructuras de poder y la dicotomía de los valores que se expresan dentro y fuera de la iglesia o por las falsas construcciones sociales que aún perpetúan en sociedades patriarcales como la nuestra. Ejemplo de esto lo vemos en el personaje principal del relato y la relación amorosa que sostuvo con el hijo del pastor de la iglesia a la que asistía, y luego con un cantante cristiano. Sin embargo, debía sostener sus relaciones bajo el clandestinaje de moteles o en la intimidad de su habitación por pertenecer a un círculo familiar recalcitrante en sus posturas religiosas y valores morales. En “El vampiro de Moca”, relato también en primera persona, presenta al protagonista como un muchacho que se dedica a rentar un apartamento estudio que tiene en la parte trasera de su casa con el único propósito de sostener relaciones sexuales con jóvenes atractivos y así satisfacer su deseo homoerótico. Cuando al fin recibe una llamada de un chico interesado en alquilar el estudio, a él le resulta muy atractivo con lo que comienza con una serie de actos para seducirlo. No logrando su objetivo con sus tácticas de seducción, pues el muchacho parecía

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tener tendencias sexuales dentro de la norma, el narrador desiste de sus planes. Finalmente vemos que su inquilino terminó de amante del personaje de “La Carlos”. En el cuento de “La Edwin”, a través de una conversación telefónica, conocemos el conflicto interno del personaje principal (“La Edwin”), al no saber lidiar con su homosexualidad pues todavía creía ser “hombre”. “La Edwin” comienza una relación con un estudiante universitario al igual que él, pero que al final fracasa pues el muchacho le dice que no es homosexual y que sólo desea tener una relación platónica con él. La voz narradora del cuento, y el que sostiene una conversación telefónica a través de todo el cuento, finalmente le deja saber al lector que “La Edwin” se dedicará a lo que se dedican la mayoría de todas las primerizas: a sufrir. En “Botella”, el narrador en primera persona se dedica a cobrar por servicios sexuales a homosexuales interactuando con individuos de otros estratos sociales. Al verse involucrado en un asesinato, busca refugiarse en casa de uno de sus clientes, un profesor universitario: “me abre y me dice que huelo a cloro y yo me invento que estaba en una piscina, pido que me deje bañarme y me deja” (Negrón 56). Este cruce de sectores sociales lo volvemos a experimentar en “El jardín”. Una pareja “gay” comparte una casa muy lujosa de uno de ellos, que tiene SIDA, y al que le pronosticaron pocos días de vida. En “Guayama” Negrón utiliza el género epistolar con gran genialidad. Es un relato lleno de humanidad y de humor, al mismo tiempo rayando un poco en lo absurdo. Ejemplo de esto lo vemos en el personaje principal, pues lo único que anhelaba era poder disecar a “Guayama”, su perra, una vez la pusieran a dormir. A través de todas sus voces narrativas, Luis Negrón hace una exploración de la psiquis humana sin glorificar al homosexual, presentando al “gay” con sus luces y sus sombras, como una comunidad desplazada y llena de contradicciones. “Mundo Cruel” es un texto bien urbano presentando a Santurce de día y de noche, dándose una simbiosis entre espacio y personajes. El vocabulario de su prosa es sencillo, nutriéndose del habla 23 / REVISTA CRUCE: REALIDAD(ES)

viva y la conversación cotidiana, denotando, al mismo tiempo, una complejidad social al exaltar la dignidad de sus personajes. Negrón toca sus temas con mucha sutileza resaltando la humanidad de sus protagonistas. Desmitifica los discursos y la percepción pública de los personajes y no los idealiza describiéndolos de forma precisa y minuciosa. El “Mundo Cruel” de Luis Negrón presenta un microcosmos en donde los errores de sus personajes no residen en su orientación sexual sino en su humanidad en sí, haciendo del “gay” una identidad normativa divergente de la normativa heterosexual. Ciertamente, es un texto que nos invita a celebrar la diversidad dentro de la diversidad misma. Bibliografía Butler, Judith. El género en disputa. Barcelona, España: Ediciones Paidós Ibérica S.A., 2007. Locane, Jorge. “Interseccionalidad y Polifonía para una aproximación a la Narrativa de Luis Negrón”. Revista Iberoamericana, enero – marzo 2017, https://revista-iberoamericana.pitt.edu/ojs/ index.php/Iberoamericana/article/view/7467. Consultada el 15 de noviembre de 2017. Negrón, Luis. Mundo Cruel. Río Piedras, Puerto Rico: Editorial La Secta de los Perros, 2010. Rolón, Lissette. ¿Quién le teme a la teoría? Cabo Rojo, Puerto Rico: Editora Educación Emergente, 2010.


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Invisibilidades Tania Anaid Ramos, AZULA

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Azula se mece en las vocales desiertas de humedad y junto a las mieles y el pan devorado tributa ansiedades delebles. Azula se tiende en la noche comida de luces, se muerde la lengua, su lengua, escribe algĂşn verso y vuelve a borrarse. Porque la desnudez aviesa al clerical sonido del deseo se esparce trĂŠmolo donde las lĂ­neas pierden su forma al encontrarse. Porque el silencio a veces es una ciudad de gnomos cuchicheando detrĂĄs de la oscuridad de las palabras. Azula se mece, se tiende, se pregunta y luego vuelve a borrarse entre las manos.

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Dile que la noche me abre el pecho descosiendo riesgos y soledades; detrás de un candil oscuro, detrás de un antiguo verso. Dile que el amanecer me abre el pecho, como un resquicio sin límite, descorriendo la oquedad en ciernes del labio, la rabia y el miedo... Dile que la tarde me abre el pecho, como linfa anegándose, como bujía apagada de un país sin cuerpo. Dile que en los fanales de la noche se me abre el pecho, se me abre el pecho, entre orillas y tejidos, entre silencios y muertos. Dile, por favor, que el tiempo me abre el pecho.

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Me aferro a mis raíces llenas de ausencia y a la antigua melodía de lugares sin tiempo; a las invisibilidades que preludió la lluvia escondidas discretamente bajo los troncos viejos. Me aferro a la tinta humana que originó el alma y al juego sutil del viento contra lo eterno; a la mirada azul que late en otra mirada y al ramal nocturno que vibra en mi silencio. Me aferro a la huella insondable del amanecer que arpegia lágrimas y sonrisas en el cuerpo; a la constelación ajena que nutre de luz el mar y a esta isla de tempestades, querencias y deseos. He buscado en los parajes prístinos del corazón lo que la noche oculta sigilosa en sus adentros y he visto cerrarse puertas sin tregua ante el dolor y también cómo una herida bebe del sol sus misterios. Me aferro al hilo rojo que la memoria bordó, intangible entre las venas, temerario, como el fuego, y al poema viejo y roto que el amor reparó, y a la tierra, cuna sagrada de mis ancestros. Me aferro a la vida, siempre río, siempre sol, paridora de horizontes y creadora de universos... y a la raíz del beso que tu nombre susurró, y a mis hijos, y al poema, y a la danza y al aliento.

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Potencialidad de un arte-ciencia1 Carlos Ferrรกn

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Potencialidad de un arte-ciencia1 Por: Carlos Ferrán

“Vida sin voluntad no es vida. Vivir es querer y hacer.” Eugenio María de Hostos El arquitecto, producto del Renacimiento, tiene sus raíces en el maestro de obra, que generación tras generación se va desarrollando como la construcción misma, hasta que la universidad lo colocó en sus aulas como parte de la academia. Este artesano, por su destreza, sensibilidad y conocimiento técnico, pasa entonces a ser protagonista e interventor importante en el desarrollo de la historia de un país. De las actuaciones de los seres humanos sobre el planeta, entre las que más se destaca se encuentra el legado construido. La arquitectura es obviamente el componente fundamental de este evento. A medida que pasa el tiempo, este cúmulo de testimonios erigidos es un cartapacio que se escribe con capítulos interminables. La arquitectura refleja el proceso de crecimiento y progreso infinito y evolutivo de un pueblo o país. También, presenta manifestaciones en un estilo particular, moda, tendencias o experimentación. Procesos pensantes e implantación de ideas que se convierten en realidad mediante la tecnología de construcción disponible. Lo que es evidente y palpable, es que serán enclaves de alguna época particular de la historia, puntos de referencia y conexión con el pasado. Sobreviví casi agonizantemente mis años de estudiante universitario persiguiendo el ideal de ser arquitecto. Finalmente me gradué y obtuve mi licencia, luego de una larga y angustiosa reválida. Soy producto de la Escuela de Arquitectura de aquí (“La Yupi”). Luego de completar todos estos requisitos, comprendí según el “slogan” puertorriqueño que sabiamente expresa: “¡No está fácil!” Siempre tuve la impresión que nuestra labor y responsabilidad al igual que los doctores, estaba bajo algún tipo de manto o juramento a lo Hipócrates, en la cual sentía la obligación de dedicar mi profesión para el desarrollo y bienestar del país que me vio nacer, sin mirar a quien. De aquí se desprende, según el mejor entendimiento de mi labor, que es en la cual puedo asesorar tanto al empresario privado, al ciudadano y al gobierno de cómo se hace buena arquitectura. Un compromiso ineludible y personal, ya que fuera de todo pensamiento elitista, no solamente he de servir a una clase privilegiada que es al que se entiende puede pagar por mis servicios, sino a todo el que requiera de ellos. Al fin y al cabo, mi contribución al país puede intervenir favorablemente a todos los niveles de nuestra sociedad y estará patente por muchos años. A diferencia de los doctores, sin el más mínimo deseo de menoscabar su importante labor, ellos entierran sus errores y yo voy a tener que vivir con los míos, mientras mis días se extiendan sobre el planeta. 1 2007.

Una versión de este texto fue publicada en el periódico El Vocero el 28 de abril de / 30


El espacio como materia prima La materia prima de la arquitectura es el espacio. La vida de los seres humanos, como se concibe hoy día, esta influenciada de una manera u otra por todos los elementos que componen este arte. Esta ciencia también, invisible en el momento de concepción, extrajo al hombre de las cavernas y lo organizó en sociedad y lo condujo a vivir en ciudades. Lo obligó a pensar y anticipar los hechos a visualizar eventos que le proporcionarían la clase de su propia existencia y supervivencia. Los espacios son los conceptos abstractos en los que existen, trabajan y oran las personas. Estos dominan la vida totalmente. Es la alta capacidad de tolerancia y adaptabilidad o mera inconsciencia humana que no les permite a veces distinguir por qué algunos edificios les hacen sentir cómodos y otros angustiados. Un buen espacio es como una buena ropa, no deberíamos darnos cuenta que la tenemos puesta. Organizar buenas y potenciales ideas de desarrollos arquitectónicos, pensando en la maximización del uso de los recursos (humanos, infraestructura y materiales) disponibles, diseño ajustados a un presupuesto y que para crecer no tenga que destruir mi medioambiente, natural o construido. Al fin y al cabo, cada lugar posee potencial, si sabemos cómo buscarlo y sacarle provecho. Además, entender y negociar con las diferentes tecnologías que conlleva el proceso de construcción y los profesionales envueltos en la misma. El producto debe ser uno que satisfaga al dueño, cumpla con la reglamentación vigente contribuyendo y promoviendo a mantener una calidad de vida que podamos construirla y aspirar a preservarla. Creo también en la estética y que la misma no tiene nivel social. Existe la belleza en muchos aspectos de nuestras vidas, no importa el ámbito en que nos desenvolvemos y en que sectores del quehacer individual, vivificador y cultural nos encontramos. Sobre las decisiones de los arquitectos recae fundamentalmente la responsabilidad y la aportación artística dentro del crecimiento y desarrollo de un país. Y es este renglón, el que en ocasiones no es considerado importante en los proyectos debido a su asociación con el alto costo, prejuicios y conceptos eufemísticos o superfluos. En realidad, es la finalidad balanceada, implícita y resultado esperado de nuestro trabajo.

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Otoño María Anna Panousaki

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Humanidades para nuestros tiempos: reflexiones y perspectivas Conversatorio junto a facultad de la División de Artes Liberales y colaboradorxs de la revista Cruce: Prof. Sonia Cabanillas Dr. Martín Cruz Dr. Carlos García Dra. María Vilches Moderado por Dra. Roxanna Domenech

Fecha: 18 de noviembre de 2020 Hora: 10:00am Lugar: Facebook live UAGM, Recinto de Cupey

Auspiciado por: Revista Cruce División de Artes Liberales Aula María Zambrano de Estudios Transatlánticos UAGM, Recinto de Cupey

Información: rdomenech1@uagm.edu o editorescruce@uagm.edu

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