Revista Arte, Cultura y Sociedad número 62 Segunda Edición

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Un festival DE CINE para todos Un festival DE CINE para todos
EDICIÓN ESPECIAL
Año 6 | Número 61 | Marzo 2024 | Segunda Edición

Cinelebu: más que un festival de cine

El Festival Internacional de Cine de LEBU, en Chile, se ha convertido no sólo en uno de los más importantes de Latinoamérica, sino, también, en un espacio de encuentro y reflexión para la comunidad cinematográfica y la sociedad en general

CINELEBU nace como un sueño de sus organizadores Claudia Pino y Gonzalo Fredes en 1999, con el fin de facilitar el acceso al cine y brindar oportunidades culturales a la comunidad de Lebu, localizada al sur de Chile, en la provincia de Arauco, en la Región de Biobío.

Sin embargo, es importante resaltar que, en ese entonces, dicho festival se estaría llevando a cabo en una comunidad que no contaba con salas de cine, ni tampoco con la infraestructura necesaria para realizarlo, por lo que había que innovar en su organización, para, después, también diseñar un plan que combinara cine, público, desarrollo, identidad y pasión por la expresión audiovisual.

El punto medular ha sido, desde entonces, que CINELEBU entendió que un festival de cine no debe ser mero entretenimiento, punto de encuentro o sitio de reconocimientos, sino, también, un espacio de transformación social e intercambio cultural, capaz de generar valor a una sociedad que evoluciona en su pensamiento a través del tiempo.

Pero, ¿qué más ofrece y hace diferente a CINELEBU del resto de los festivales de cine?

Primeramente, su ubicación, ya que se lleva a cabo en una región que otorga un entorno natural y cultural especial, que enriquece la experiencia del evento, ayudando, con esto, a crear un compromiso con la comunidad, involucrándola en la realización y disfrute del mismo.

Adicionalmente, es un festival que busca desarrollar, profesionalizar e incentivar a la industria del cine, al igual que impulsar la diversidad e inclusión, promoviendo la participación de cineastas, actores y público de diferentes orígenes y perspectivas.

Y es precisamente por lo anterior, que CINELEBU se ha convertido a través de estos 25 años de existencia, en el único Festival en Chile con nivel calificador para los Premios Oscar y a partir de esta edición 2024, también para los Premios Goya, en España.

Para nosotros en ARTE Cultura y Sociedad, es un honor y obligación el poder colaborar con CINELEBU en su iniciativa de difusión y valoración del cine latinoamericano, al igual que en sus estrategias de acercamiento al cine en sus diferentes facetas.

robgarza@att.net.mx

CULTURA Y SOCIEDAD | MARZO 2024 02 EDITORIAL
ARTE,

Cinelebu: un festival para todos

El Festival Internacional de Cine de Lebu, en Chile, inició en 1999 como una actividad social, para facilitar acceso al cine y oportunidades culturales a la comunidad de Lebu. Entonces, se realizaban funciones en la Caverna Benavides, un espacio natural maravilloso pero que representaba un gran reto.

Los fundadores y directores, Claudia Pino y Gonzalo Fredes, jamás imaginaron el alcance que tendría.

Ese arranque fue mucho muy difícil. Pocos creyeron en el proyecto. Y es que, ¿cómo creer en un festival que se llevaría a cabo en una comunidad en la que no había salas de cine? Desde esa premisa, ya sonaba descabellado; muy aventurado. Además ¿dentro de una caverna y sin energía eléctrica? Parecía una locura.

Claudia y Gonzalo tuvieron que explicar, desde su propio convencimiento, sobre su plan de combinar cine, público, un sitio de identidad local y el deseo de inyectar pasión por la expresión audiovisual. ¡Nunca se había realizado una actividad igual! Así fue como se presentó la urgente necesidad de ser creativos para enfrentar las dificultades de organización y producción.

Hoy, a más de dos décadas después, haciendo retrospectiva, se llega a la convicción de que tantos esfuerzos han valido la pena. El gran equipo que se ha ido formando en torno a este maravilloso festival, puede estar legítimamente orgulloso por la infinidad de historias y amistades que se han gestado y dan a CINELEBU su actual gran fuerza, proyección y posicionamiento.

De estos ya 25 años de intensa labor, ha quedado claro que es muy importante creer en los sueños, trabajar y perseverar para que éstos se cumplan; enfocarse con seriedad, profesionalismo y rigor en la planificación.

El puente perfecto entre cine, público, realizadores y nuevas audiencias

En tiempos en los que la cinematografía chilena ha logrado grandes éxitos internacionales, tanto con largometrajes como con cortos de acción viva y animación, ha aumentado la presencia mundial por lo que el panorama es cada vez más auspicioso.

Aun así, en las distintas regiones del país resulta difícil desarrollar proyectos de envergadura y calidad de exportación. Se requiere profesionalización del sector y que Instituciones Públicas, así como empresas privadas, confíen y permitan el desarrollo de la industria.

Justamente, profesionalizar e incentivar, son de los grandes motores del Festival Internacional de Cine de Lebu (CINELEBU) que anualmente recibe, desde 61 países, más de cinco mil cortometrajes para competencia.

CINELEBU es el único Festival en Chile con nivel calificador de cortometrajes para los Premios Oscar (Ficción Nacional e Internacional y Animación Internacional) y, a partir de la edición de este 2024, será, también, calificador de los premios Goya. ¡A estos niveles ha llegado aquella idea que en 1999 fue calificada de extraña, imposible y loca!

El Festival Internacional de Cine de Lebu desarrolla una intensa labor en industria con actividades como WIP de cortometrajes, Laboratorios de proyectos, Master Class y el programa “Filma BioBio”, que consiste en grabar y post-producir cortometrajes que se estrenan durante el Festival. Precisamente, el diciembre pasado, este apartado comenzó a trabajarse como un espacio de identidad propia, fuerte rama del

festival, como BioBio Conecta (BioBio, refiriendo la región de chile donde se encuentran las principales sedes de esta gran fiesta cinematográfica)

En el área de formación, se ha creado la Escuela CINELEBU, con talleres para niños de 6 a 12 años; el programa educativo audiovisual “Corto, escuela, acción”, para estudiantes de 12 a 18 y los grupos de “Mujeres CINELEBU” con el afán de aportar a la igualdad y equidad de género.

En la búsqueda y aporte al fomento, se desarrollan “réplicas”, que son extensiones del Festival en los centros culturales más importantes del país, tales como GAM, CCEM, Museo “Violeta Parra” y ChileActores. Además, se cuenta con cuatro subsedes en Cuba, España, Argentina y Guatemala.

Nos llena de orgullo compartirles que en la edición CINELEBU de este año, “Arte, Cultura y Sociedad” estará presente, por lo que muy pronto les tendremos una edición especial con una radiografía de este festival, ahondando en cada una de sus vertientes, cimientos, anécdotas e historias.

edui_tijerina@yahoo.com.mx

Twitter: @EduiTijerina Instagram: @eduitijerinachapa

Edui Tijerina Chapa es escritor, dramaturgo, guionista, asesor y analista de medios. Autor de numerosas piezas teatrales y de scripts para películas como “Cantinflas”, “Somos invisibles” y “Jesús de Nazaret”.

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Este gran evento, especializado en cortometrajes, es calificador oficial para los Premios Oscar y, desde este año, lo es también para los Premios Goya, lo cual aumenta significativamente el nivel de responsabilidad de todos y cada uno de los participantes en producción, organización, logística y demás áreas que, al moverse de manera coordinada, consiguen que todo salga de la mejor manera.

Todo esto no sería posible sin la visión, capacidad de administración y amor por el audiovisual de su fundadora y directora. Alguien que, además, es comunicadora, productora ejecutiva para Cine y TV y especialista con diplomado en Administración y Gestión de Instituciones. Me refiero a Claudia Pino Saravia, con quien he tenido el gusto de platicar para todos Ustedes, amigos de “Arte, Cultura y Sociedad”.

Cuéntame, querida Claudia, sobre el estado de las cosas en torno a la cinematografía chilena…

La cinematografía chilena ha logrado grandes éxitos internacionales. Los Oscar para “Historia de un oso” y “Una mujer fantástica”, así como la nominación de “Bestia” de Hugo Covarrubias en la categoría de corto animado, son claros ejemplos. Tanto en largos como en cortometrajes ha aumentado nuestra presencia mundial, por lo que, hasta antes de la pandemia, el panorama era bastante auspicioso y ahora que hemos salido de esa racha, se retoma el tendido de nuevos y más amplios caminos.

¿Qué baches se enfrentan y qué exigencias se plantean para sortearlos?

En las distintas regiones del país resulta difícil desarrollar proyectos de envergadura y calidad de exportación. Se requiere profesionalización del sector y que Instituciones Públicas, así como empresas privadas, confíen y permitan el desarrollo de la industria.

Justamente, profesionalizar e incentivar, son dos de los grandes motores del Festival Internacional de Cine de Lebu (CINELEBU) que tú diriges.

Así es. Contamos, de hecho, con el apartado de Industria, que está encaminado a pulir y actualizar a los nuevos cineastas, así como a guiarlos hacia áreas específicas de creación, producción, distribución y exhibición. Tendemos puentes entre los profesionales en activo, ya consagrados y reconocidos, con estos talentos emergentes, pero, también, y con actividades complementarias, buscamos la formación de las audiencias, con lo que pretendemos dar herramientas de análisis para que, como público, seamos más críticos, en el sentido de poder valorar los audiovisuales que llegan a nuestros ojos.

A fines del año pasado, este apartado creció y se convirtió en BioBio Conecta, que dedicó una semana completa a recibir jóvenes cineastas y estudiantes con proyectos que pasaron por asesorías, talleres, orientación para desarrollo, conferencias magistrales y feria audiovisual, con el objetivo de que se pulieran y contaran con la posibilidad de ampliar su veta de posibilidades ante el mercado audiovisual.

Por: Edui Tijerina Chapa

Fotos: Cortesía Claudia Pino

La magia de combinar cine y vocación social

Dentro de algunas semanas, se llevará a cabo la edición 2024 del Festival Internacional de Cine de Lebu, en Chile

Regresemos en el tiempo. ¿Cómo se gestó y nació CINELEBU?

Iniciamos en 1999 como una actividad social, para facilitar acceso al cine y oportunidades culturales a la comunidad de Lebu. Entonces, se realizaban funciones en la Caverna Benavides, un espacio natural maravilloso pero que representaba un gran reto. Jamás imaginamos el alcance que tendría.

¿Fue difícil?

Sí. Mucho. Ese arranque fue muy difícil. Y es que,

¿cómo creer en la idea de un festival que se llevaría a cabo en una comuna donde no había salas de cine? A muchos les parecía descabellado. Además ¿dentro de una caverna y sin energía eléctrica? Parecía una locura.

¿Cómo hicieron para convencer a los encargados de liberar permisos, a los patrocinadores, etcétera?

Debíamos explicar desde nuestro propio convencimiento: el de combinar cine, público, un sitio de identidad local y el deseo de inyectar pasión por la

ARTE, CULTURA Y SOCIEDAD | MARZO 2024 05 ENTREVISTA
CLAUDIA PINO

expresión audiovisual. ¡Nunca se había realizado una actividad igual!

Difícil labor, sobre todo, precisamente, por tratarse de algo nuevo en ese momento.

Tuvimos que ser creativos para enfrentar las dificultades de organización y producción. A más de dos décadas después, nos sentimos orgullosos por la infinidad de historias y amistades que dan a CINELEBU su gran fuerza, proyección y posicionamiento.

¿Cuál ha sido la clave?

De estos 23 años de intensa labor, nos queda claro que es muy importante creer en los sueños, trabajar y perseverar para que éstos se cumplan; enfocarse con seriedad, profesionalismo y rigor en la planificación.

Por algo, ahora, CINELEBU es el único Festival en Chile con nivel calificador de cortometrajes para los Premios Oscar.

Un honor y fuerte carga de responsabilidad. Como señalaste antes, desarrollamos intensa labor en industria con actividades como WIP (Work in Progress / Proyectos en Desarrollo) de cortometrajes, Laboratorios de proyectos, Master Class y el programa “Filma Bio Bio”, que consiste en grabar y post-producir cortometrajes que se estrenan durante el Festival.

Y, por si fuera poco, hasta se han ramificado.

En nuestra búsqueda y aporte al fomento, desarrollamos las “Réplicas”, que son extensiones del Festival en los centros culturales más importantes del país, tales como GAM, CCEM, Museo “Violeta Parra” y Chile-Actores, entre otros.

¿Cuál ha sido la respuesta a nivel participación?

Cada año recibimos, desde 61 países, más de cinco mil cortometrajes para competencia.

Contamos con cuatro subsedes: Cuba, España, Argentina y Guatemala. En el área de formación creamos Escuela CINELEBU, con talleres para niños de 6 a 12 años; “Corto, escuela, acción”, para estudiantes de 12 a 18 y “Mujeres CINELEBU”, con el afán de aportar a la igualdad y equidad de género.

Este año incorporamos taller de animación para personas de la tercera edad, el cual ha sido todo un éxito no sólo como generador de experiencia sino, también, como una ventana para que ese sector exponga su visión del entorno, sus inquietudes y necesidades.

Vamos con los logros más recientes. La edición 2023 del Festival, significó el regreso a la presencialidad, luego de experiencias online e híbridas durante la pandemia.

Ha sido una semana de emociones muy fuertes, tanto por eso como porque éste, que es el principal evento de la Provincia de Arauco, ha coincidido con los incendios forestales que han tenido en jaque la zona y generado un estado complejo, tanto en lo anímico como en lo operativo, para todos.

¿Tuvieron críticas por eso? Es decir, por realizar el evento en tiempos difíciles.

Tuvimos que pensarlo mucho y muy a fondo. Siempre hay opiniones encontradas.

Sin embargo, hay que tener presente que los Festivales de Cine no son mero entretenimiento, sino focos importantes de función social.

Exacto. Los Festivales de cine no sólo son entretenimiento, lo cual, por sí, es necesario y cumple como una importante ventana de catarsis. También ofrecen formación, espacios de discusión y oportunidades de difusión e internacionalización de las sedes. De igual forma, debemos cumplir la tarea de visibilizar problemáticas de los distintos grupos sociales.

Esto me recuerda el cortometraje “Hospital Esperanza”, que se estrenó el día de la inauguración del CINELEBU 2023. Un trabajo que conmovió a todos los que asistieron y a quienes nos siguieron por la transmisión en línea.

Fue el cortometraje que realizaron los adultos mayores de Lebu, participantes del taller de animación con la técnica de Stop-Motion. En él, mostraron su punto de vista y la forma en que les afectan los problemas de salud pública en la zona.

En apenas unos minutos plantean el contexto, se centran en una situación compartida y exponen consecuencias, a veces fatales, de algo que debería preocuparnos y ocuparnos todo el tiempo en todas partes. Es un tópico que debe atenderse a nivel mundial.

Bien por eso, querida Claudia. Además de exponer situaciones como esa, también promueven nuevos talentos, a la vez que reconocen a figuras ya establecidas en el terreno audiovisual.

Así es. Este año entregamos el Trofeo CINELEBU por trayectoria a la telentosa actriz de teatro, televisión y cine Silvia Novak.

También reconocimos a Daniel Muñoz, un gran actor, músico, cantante y performer, que, junto a su grupo musical “Los Marujos”, fue el encargado de la parte musical de nuestra apertura.

Retomando las funciones del Festival, es oportuno señalar el gran esfuerzo que se invierte en armar grupos de Jurados especialistas en cada una de las categorías a evaluar.

ARTE, CULTURA Y SOCIEDAD | MARZO 2024 06 ENTREVISTA
La gran clausura de CINELEBU 2023 fue en el Teatro Bio de la ciudad de Concepción. FICIL 2023 ofreció talleres de doblaje de películas.

Así debe ser, porque esa es la mejor manera de corresponder a la confianza de quienes se acercan e inscriben a nuestro Festival. Son muchas las tareas que recaen sobre los jurados de estos eventos que, sin duda, son fiestas que honran al cine. Por eso, nuestra selección es, siempre, muy cuidadosa.

Cada Festival tiene su propia personalidad.

Cada edición es distinta a la anterior. Con mayor razón, si hablamos de un Festival con respecto a otro. Los Festivales de cine son, sin duda y de acuerdo con el perfil, escaparates necesarios para que los nuevos talentos consigan ser expuestos y vistos; para que los cineastas ya establecidos refuercen sus redes de trabajo y para que los consagrados presenten sus nuevas obras.

Respecto al público, tenemos que éste encuentra ventanas que le permiten conectar con propuestas a las que, de otro modo, tendría dificultad de acceso.

Aquí, independientemente del objetivo de las películas, es decir, sean comerciales o de arte/autor; sean ficción o documental, se dan los espacios adecuados para conectar con el subgrupo de público compatible con las propuestas, así como con críticos, programadores, investigadores y docentes.

Mención aparte, los proyectos que difícilmente encuentran espacio en las corridas de exhibición regular.

Ese es un punto interesante, especialmente si hablamos de cortometrajes. Aquí encuentran los escaparates que necesitan para llegar al público y, también, de quienes, eventualmente, podrían determinar el tendido de más y mejores caminos para los realizadores.

Con todo esto, todavía son muchos los que piensan que organizar y/o ser jurado de un Festival de Cine es cosa fácil.

No falta quienes creen que es sólo sentarse a ver películas y disfrutar. Y bueno, en parte tienen razón, pero el tema no para ahí. Hay mucho trabajo de mesa y de campo antes de llegar a ese momento. También hay mucho por hacer después de la ceremonia de cierre. Podría decirte que para cuando estamos clausurando una edición, ya estamos pensando en la que viene. Esto no para. No debe parar.

Respecto a los miembros del jurado, todos tienen la enorme responsabilidad de concentrarse en las variables que distinguen a cada categoría (grupo de películas con características compartidas en fondo y/o en forma) y los criterios para su perfilado.

A partir de ahí, analizar (si es posible, ver al menos unas dos o tres veces cada una, lo cual se facilita mucho con las nuevas opciones de visionado desde plataformas con acceso privado-controlado) para atender todos sus componentes en la trama o planteamiento y en la manera en que ésta se cuenta a través de imágenes y sonidos, a fin de hacer una evaluación enfocada a sus valores de narrativa y producción y no en la víscera y/o mero gusto personal.

A propósito, el gusto personal es importante, pero no debe ser determinante. ¿O no es así?

Es cierto que el gusto personal es importante, pero no debe ser determinante, ya que -a veces- el conecte del jurado con la situación planteada, el tema o, incluso, la procedencia de cada trabajo, pueden influir. El asunto es que no exista esa influencia o, al menos, disminuya al máximo, para ser justo en la decisión y tener argumentos al momento de deliberar con los demás compañeros, a fin de fundamentar -con retroalimentación- ante los interesados.

Personalmente, estos son los principios que suelo aplicar cada vez que me invitan a participar como parte del grupo que tendrá a su cargo la selección de los ganadores de algún Festival.

Eso es algo que, como organizadora de Festival, se agradece profundamente. No se trata de que las películas gusten o no a los “evaluadores”, sino que sean de verdadera calidad en manufactura, narrativa y potencial de conexión intelectual y emocional con el espectador, lo cual, muchas veces, hace que la tarea sea, además de absorbente y difícil, todo un tema de posible conflicto con los participantes y/o seguidores. Un conflicto que debe enfrentarse con argumentos cimentados en el análisis a conciencia y en el diálogo serio y moderado pasta llegar al consenso.

Hay películas muy buenas que pueden no gustar y películas muy malas que pueden ganar adeptos casi en automático.

Al final del día, lo ideal es el punto medio: Buenas películas que dejen huella en quienes las ven.

¿Qué más ofrece el Festival Internacional de Cine de Lebu, en cada una de sus ediciones?

Sesiones de Master Class (Clases Magistrales), se tienden redes de colaboración, negociaciones para apoyos de producción, distribución o exhibición; proyecciones gratuitas tanto en teatros y auditorios como en zonas abiertas (plazas, lagos), talleres de animación, de doblaje, conversatorios con cineastas y experiencias de Realidad Virtual. Es un Festival multidisciplinario, con estrategias de acercamiento al cine en todas sus facetas.

¿Algo que quieras agregar para nuestros lectores?

CINELEBU nació como un sueño y seguiremos soñando tras nuevas realidades.

Les invito a ver cine. Mucho cine. Sea en festivales, en salas, en streaming, en descarga o renta. Donde sea. Pero abran la oportunidad de conocer todo tipo de propuestas (géneros) y, si se puede, de distintos países, ya que los temas, ritmos, abordajes y demás, reflejan -por mucho- la esencia y contexto del lugar de procedencia.

¿Nos vemos en CINELEBU 2024?

¡…Y

TODOS SERÁN BIENVENIDOS!

Contacto

Cine Lebu

www.
@Cinelebu @Cinelebu
cinelebu.cl
/ Festival
de Cine de Lebu
Claudia Pino Saravia
Internacional
ARTE, CULTURA Y SOCIEDAD | MARZO 2024 07 ENTREVISTA
CINELEBU 2023.

Talentos y voluntades como motor de CineLebu

Unir talentos, conocimientos, pero sobre todo voluntades, sueños y objetivos comunes, es parte del camino que por casi 25 años ha ido forjando el Festival Internacional de Cine de Lebu, Chile.

Precisamente, este afán es lo que le da una identidad particular, que lo distingue de otros eventos de su estilo en su país, pues aunque nace en lo más profundo de la provincia de Arauco, gracias a esta búsqueda, a este espíritu, hoy es uno de los certámenes chilenos más internacionales del rubro.

Esta misma característica y búsqueda de evolución permanente es lo que llevó al equipo organizador a conformar el Consejo Asesor del festival. Un grupo de profesionales de distintas áreas que también son socios, guías, orientadores, colaboradores, y sobre todo, amigos y amigas.

Este grupo humano y profesional, de manera desinteresada y permanente, ayuda a fortalecer y expandir redes de acción y a ampliar sueños, buscando, siempre, nuevas y mejores oportunidades para los jóvenes realizadores y para visibilizar y potenciar su trabajo, desde las regiones, para Chile y el mundo.

A través de la Fundación CineLebu, el equipo de base, el Consejo Asesor, además de autoridades, privados y colaboradores especiales, se unen en un

Por:

Edui Tijerina Chapa Fotos: Fotos: Cortesía Cinelebu

Consejo asesor

organismo sin fines de lucro, para acercar el audiovisual a la ciudadanía y viceversa, sobre todo, a través de la descentralización, poniendo al servicio de este certamen conocimientos, voluntades y experiencias desde distintos sectores del mundo audiovisual.

Desde el año 2019, el Consejo Asesor, donde se consulta y se deciden diversas materias en torno al festival, está presidido por Claudia Pino, y lo componen, además, Sandra Zeballos (directora de programas Magazine y Tendencias, Radio ADN) Silvia Novak (actriz) Felipe Mella (director de Gam), Gonzalo Fredes (productor general de festival), Ari del Castillo (Productora Chemistry México), María Inés Roque (directora y productora de México), Bernardita Baeza (directora de Arte), Daniel Muñoz (actor), Patricio Fuentealba, (gerente comercial Cinecolor) Juan Caprile (director de tv, docente) Bruno Córdova (director, productor de cine y TV), Cristián Maturana (ingeniero en sonido), y Beatriz Rosselot (productora).

El trabajo del Consejo Asesor se mantiene durante todo el año y el corazón de éste se encuentra en la sede natural del Festival, la provincia de Arauco y la comuna de Lebu.

ARTE, CULTURA Y SOCIEDAD | MARZO 2024 08 CINELEBU

Por:

Foto: Cortesía CINELEBU

CINELEBU: echa raíz y se ramifica

Cada año, el Festival Internacional de Cine de Lebu recibe más de 6,000 cortometrajes y más de 20 video clips a competencia. Todos estos trabajos, procedentes de más de 60 países.

Durante los días del Festival, cada una de sus sedes -Concepción, Cañete y Lebu- así como las ventanas online del evento, abren al público la exhibición de cortometrajes participantes, muchos de los cuales se siguen exhibiendo a lo largo del año desde las plataformas oficiales, llegando a más de 100,000 espectadores.

Anualmente, de todos los trabajos que se reciben como aspirantes, se hace una selección oficial para diferentes categorías, que van desde Ficción Internacional, Ficción Regional,

De Chile para el mundo y el mundo enfocado en Cinelebu

Documental Internacional, Documental Regional, Animación y Videoclip, entre otras que enfocan atención a géneros y criterios de abordaje específicos.

Los realizadores y el público son los principales motores para seguir creciendo juntos y hacer nuestras vidas más hermosas y llenas de sentido, gracias a la compañía, la educación, la cultura y el amor que nos transmite el cine.

CINELEBU quiere seguir creciendo, seguir sumando cada vez más amigos, socios, seguidores, colaboradores y voluntades en distintos lugares del mundo.

Comenzó queriendo contar con un

lugar para que la comunidad de la Provincia de Arauco disfrutara del séptimo arte en pantalla gigante; y paulatinamente se sumaron oportunidades para que niños y niñas, mujeres, jóvenes realizadores y representantes de pueblos originarios pudieran expresarse y crear a través del audiovisual; y en paralelo también vinculando con profesionales de excelencia del mundo entero, para que pudieran aprender de los mejores y supieran que las oportunidades también estaban al alcance de la mano para ellas y ellos, porque también merecían soñar.

Ahora, se cuenta con subsedes en Argentina, España, Cuba y Guatemala, las cuales son:

La Habana: San Antonio de Los Baños, Escuela Internacional De Cine y Televisión.

España: Casa América De Catalunya-Barcelona.

Argentina: Escuela Profesional De Cine De Eliseo Subiela.

Guatemala: Casa Comal Escuela.

Hoy, además de esas ramas, se cuenta con recursos como la realidad virtual, los talleres de doblaje y las distintas conferencias magistrales de los asesores, que profesionalizan cada vez más el quehacer de CineLebu y eso expande su alcance, el que sigue creciendo sin ponerse límites.

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CULTURA Y SOCIEDAD | MARZO 2024
ARTE,
ARTE, CULTURA Y SOCIEDAD | MARZO 2024 10 ENTREVISTA

Fotos: Cortesía Tetesita Reyes

TERESITA REYES

Los artistas somos muy peligrosos

Hablar de Teresita Reyes es referir a una de las más grandes figuras del teatro, cine y televisión sudamericanos; una gran dama, señora de los escenarios y las pantallas que, con gran soltura y simpatía, ha incursionado, también, en terrenos de la conducción de eventos y de podcasts.

Me enorgullezco al ser su amigo y hoy, sin falsa modestia, lo presumo compartiendo con ustedes esta charla, desde Chile para el mundo, en la que abre su corazón y nos habla de su impresionante trayectoria y de cómo percibe el aquí y ahora de la industria internacional del entretenimiento.

¿De dónde viene Teresita Reyes?

Nací en Osorno, el siglo pasado. No tengo hermanos, tengo hermanastros. Fue una infancia entre dulce y agraz; fue medio difícil porque crecí sin padres, pero maravilloso porque tuve una abuela que me crio. No estaría donde estoy si no fuera por esa mujer maravillosa que me dio todo, me dio las herramientas, la sabiduría, la fuerza que ella tenía. Todo gracias a ella.

Vivía con mis abuelos y nueve tíos y tías. Esa familia era muy unida. Me acuerdo de que los domingos había una mesa de 30 personas tomando el té, pero yo no tenía a mis padres. No voy a negar que me dolió harto el abandono.

¿Pasaste tu infancia en Osorno?

Sí. Y después, cuando tenía 14 años, me fui a Santiago, la capital de mi país.

La veta artística ya la tenía desde que era chiquitita, o sea, cualquier acto que hubiera en el colegio a mí me sacaban de la sala y me subían al escenario. Cuando estaba arriba del escenario, lisa y llanamente no sentía nada más que lo tenía que hacer.

Te metías en personaje.

Me olvidaba de que era yo y eso me gustaba. Además, hacía mucha comedia y las alumnas del colegio estaban enloquecidas con esta gordita chiquitita.

Recuerdo que cuando estaba en cuarto básico me hicieron hacer de una señora que tenía un gatito y que la vecina estaba demandando al gatito porque maullaba mucho y la gente se reía y se reía. Para mí fue una grata sorpresa, me sentí muy bien, pero

nunca pensé que yo, mi interpretación, provocaba esa reacción.

Cuando terminó, yo estaba vistiéndome en la sala, tocan la puerta unas chiquillas y me agarran y me besan diciéndome que era muy amorosa, cosita más linda, que les había encantado. Ahí entendí que tenía que seguir esto. Si lo que había hecho provocaba reacciones de afecto en los otros, debía repetirlo. Después, de grande, como que me hizo clic la cosa, ahí fue donde entendí que mi herida de abandono provocó que me gustara tanto más la atención y el cariño del resto de la gente. Me hacía sentir importante y querida.

¿Y ahora?

El aplauso me revalida como ser humano, me hace sentir importante, que le hago bien a alguien. Cuando voy en la calle la gente me saluda y yo siempre me detengo, los saludo con beso y les dedico un ratito. Siempre tengo tiempo para ellos, hasta que me muera voy a tener tiempo, porque esa gente me ha entregado tanto amor.

¿Y qué camino tomaste, entonces?

Pues, decirle a mi abuela árabe tradicional, que son estrictos y rigurosos, que quería dedicarme al teatro, era muy difícil. Entonces, como me gustaba mucho la abogacía, el derecho, al final de mi formación escolar, entré a estudiar Leyes.

Lo pasé muy bien. Tengo que decir que esa etapa del colegio, de irme desde la provincia a la capital, esos cuatro años fueron maravillosos. Me transformé, saqué una personalidad increíble que jamás pensé que pudiera tener. Fui la Presidenta, la loca del curso, la buena alumna, pero loquita, bien loquita. ¿Sabes, Edui? Fui la primera de la familia que salió a la Universidad.

Supongo que los demás miembros de la familia estarían orgullosos de ti.

Cuando supieron que llevaba como dos tres años en Actuación y que había dejado Derecho, fue una guerra campal, pensando que yo iba a ser un desastre, que iba a ser lo peor. Hubo un episodio bien fuerte.

¿Nos lo cuentas?

En esa época yo ya era grande, fue antes del 73, du-rante

el gobierno de Allende. Lo que pasó acá en Chile fue espantoso con la Dictadura. Llegaron un tío y un primo directo a mi dormitorio y me sacaron todos los libros que tenían que ver con Marx, obras de teatro, ¡olvídate! Todo lo que ellos pensaban que era de extremista, de terrorista, de la comunista come guaguas (bebés), y me destrozaron todo. Mira, fue la primera y última vez en mi vida que golpeo a alguien de rabia e impotencia. Después de eso nunca más me dijeron una palabra, pero los rasguños yo creo que todavía los tienen.

Entonces, ¿en qué momento retomaste la actuación?

En esos tiempos en la Universidad había dos posibilidades: tomabas la carrera principal, que era donde estaban los ramos facultativos, y los ramos optativos. En esa parte fue en la que tomé teatro. La escuela de teatro quedaba cerquísima, o sea enfrente, por lo que con sólo cruzar la calle llegaba a la otra Facultad.

Y se acentuó tu pasión por los escenarios. ¿No?

De repente dije “no, no puedo seguir”. Me acuerdo de que estaba en el cuarto piso, estudiando, y miraba a mis compañeros de teatro al frente, en el otro edificio, divirtiéndose mucho con expresión corporal y acrobacia, Y yo ahí, en Derecho Romano, Derecho Canónico, bla, bla, bla… Y no volví más. Me quedé en Teatro.

¿Qué dijeron en casa?

La familia supo cuando ya estaba casi titulada y fue terrible. Pero ahora me aman y ya está todo solucionado. En esa esa época fue terrible cuando dije que quería ser actriz y que ya llevaba tres años estudiando. Pensaban que me había ido por mal camino, que iba a ser una mujerzuela, una drogadicta, borracha; la vergüenza de la familia. “Tienes que quitarte el apellido”, me decían.

¡Qué fuerte! ¿Tardaron mucho en calmarse?

Hasta que conocí a Jorge mi esposo. Cuando me casé y me empezaron a venir las primeras actuaciones, las primeras cosas en televisión, de a poquito los ánimos se fueron calmando.

¿Cómo fueron esos primeros pasos en la actuación profesional?

Me llamaron unos actores y actrices conocidísimos,

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ARTE,

que tenían un teatro de primer nivel, para actuar en “La Celestina”. No me voy a olvidar nunca. ¡Y me fue bien! Era el personaje de una prostituta jovencita y había una escena terrible en la que tenía que aparecer en puros calzones. Para arriba se veía un poquito, no se veían los pechos enteros pero se esbozaba, digamos. Fue desafiante. Me fue muy bien ahí, la verdad. Debo reconocerlo. De ahí no paré más, seguí haciendo teatro, empezó la televisión, seguí, seguí, seguí… Con cada embarazo paraba y seguía. Mira, empecé a trabajar a los 20. Ahora que ya tengo 70 años, recién puedo decir que tengo una trayectoria.

Gran privilegio pero, también, tremenda responsabilidad.

Sí, y no solamente como actriz, sino como ser humano. Uno debe tener en claro esa responsabilidad, porque vivimos en sociedad, compartimos con las demás. Todos queremos estar bien, vivir decentemente. Y cuando uno ve que la injusticia y la desigualdad son tan espantosas a nivel mundial, que “está mal repartido el chancho (cerdo)”, como se dice en Chile, es inhumano no tener conciencia social.

Mira, en Chile hay 10 familias mega millonarias, después venimos una clase media que cada vez es menos media, cada vez nos vamos más para abajo, y una tremenda cantidad de gente de escasísimos recursos. ¿Cómo no vas a tener conciencia social si tú te puedas salvar de morir porque tienes plata para

pagar una clínica privada y que 20 otras personas que están con tu misma enfermedad, con tus mismos años, se mueran porque en los servicios públicos podrían esperar 10 años para que les operen el corazón o 5 años para que les saquen la vesícula?

Todo el mundo sabe mis posturas y, por lo mismo, he tratado de ayudar de la mejor manera posible, que es con lo que sé hacer como actriz. Me gustan las campañas sociales, ir a las poblaciones, cooperar… Todo es poco. De repente siento como que estoy tirando migajas.

Yo siempre hice personajes de escasos recursos, del pueblo, aguerridos, con muchas penas y esperanzas. Entonces aprendí muy bien lo que es esto y lo hice con toda la dignidad y el cariño que podía sentir.

¿Y son personajes que interpretas usando tus vivencias o por observación?

Yo he pasado por todas esas etapas: fui inmigrante, estuve 7 años en Argentina, nieta de refugiados sirios, he sido pobre tres o cuatro veces -nos fuimos a la quiebra con mi esposo- incluso tuve una fábrica confecciones, pero volví al Teatro y no lo dejé más porque me di cuenta de que todo lo otro me hacía daño.

Yo pienso que, cuando interpreto estos papeles, los dignifico, porque los actúo con mucho amor y conocimiento. No hablo mal, por ejemplo. La esca-

sez se puede notar en el vestuario y en el set, pero mis personajes siempre tendrán mucha dignidad, no estarán dentro de la caricatura o la mofa; los hago de carne y hueso, los hago para que la gente los vea que no pasen desapercibidos y que toda historia vale la pena ser contada.

Esto que dices, ¿es lección que has aprendido de la experiencia o legado de algún mentor?

Mira, yo tuve un profesor y gran actor, Ramón Núñez. Cuando entré a Teatro era súper gordita y fui muy gordita muchos años. Entonces yo dije: “si me llaman a trabajar gordita es porque no soy tan mala”. Los tipos que se usan en televisión son estupendos, cuerpos perfectos y yo era todo lo contrario, o sea, soy linda, debo reconocerlo, pero no para el estándar que había y sigue habiendo.

Entonces respetaba mucho a Núñez, que me enseñó sobre la austeridad: la puntualidad, esa cosa como estoica del teatro, de que con sangre tienes que hacer el teatro. Nosotros hacíamos teatro, las escenografías, el vestuario, la promoción, ¡todo! Era una entrega del 1000% donde no había nada más importante.

A mí me pasó que estábamos en una actuación y antes de empezar el segundo acto me dicen que se había muerto un familiar muy querido y yo quedé helada, no sabía qué hacer. O sea, mi ser quería irse arrancando a ver qué pasó, pero el otro ser, que era

ARTE, CULTURA Y SOCIEDAD | MARZO 2024 12 ENTREVISTA

la actriz, no quería moverse de ahí hasta terminar la obra.

Había mucho respeto por el público, por la profesión, y yo dije “ya, voy a tener mucho tiempo para ir a llorarla, para sentirla, pero este público habrá estado aquí una vez, no quiero que vuelva a verla después”.

Pensar que muchos jóvenes quieren entrar al mun-do de la actuación porque piensan más en la fama que en todo el trabajo que hay detrás y la enorme función social que llevan a cuestas.

Esto no es para ser famoso. Ahora, si te haces famoso porque eres muy talentoso o porque la gente te quiere y realmente lo mereces, entonces vas a ser famoso. Pero si alguien entra a una escuela tan sagrada para mí, como es la escuela de teatro, solamente porque la gente le va a conocer y le van a pedir autógrafos y fotografías y cree que va a ser rico al año, paremos a ver cuánto dura, porque sin talento, sin corazón y sin disciplina no creo que surja mucho.

Hay un gran rigor.

Exacto. La cuestión aquí es que hay que ser rigurosos. No se puede inventar una enfermedad y ausentarse tres días. Tú no puedes llegar con olor a trago a una función, ni “mariguaneado”. Tu cuerpo no puede tener piercings.

¿Piercings? ¿Y qué opinas de los tatuajes?

Escúchame, que los actores jóvenes me matan con esto: no pueden ser tatuados. Tu cuerpo pertenece a millones de otros personajes, tú lo entregas con todo tu amor para ser llenado por nuestros personajes. Entonces, yo veo cuando tienen que hacer escena en la que se supone que jamás tendrían un tatuaje, y ahí está la maquilladora una hora y media sacándole el tatuaje y al otro que tiene la nariz perforada porque se pone una tremenda argolla… ¿Pero cómo van a hacer al Papa con un hoyo en la nariz? ¿Cómo va a interpretar a un rey con una calavera aquí en el cuello? Eres actor y tienes que hacer un corsario que debe tener el cuerpo tatuado, entonces te van a poner el tatuaje de mentira. En mis tiempos iba un pintor de verdad a pintar el tatuaje todos los días, se sacaba, se pintaba, se sacaba, se pintaba. Pero esto es eterno.

Me doy cuenta de que ves al teatro como algo sagrado.

Lo es. Y yo quiero que el teatro siga siendo como una iglesia, un santuario donde la gente va a sanar, a sentirse identificada con el personaje que está escuchando y viendo y que va a salir hablando sobre lo que le pareció la obra, lo que sintió al verse reconocido. Ese es el milagro de la actuación, ese es el milagro del teatro que es el espejo de la realidad.

¿Cuáles son los personajes que más te han exigido?

Han sido dos y en muy distintas épocas.

Durante un examen de egreso hice a “La Dama Boba”. Yo era una jovencita criada por las monjas, virgen, pero demasiado virgen, entonces tenía una cosa de coquetería natural, sensualidad que yo no tenía. No pude dar la tecla, yo juraba que lo estaba haciendo bien. Mi profesora, que en paz descanse, fue muy exigente y aterradora, como directora sobre todo.

Para una jovencita que quiere sacar su egreso y no lograba dar con la tecla, fue horrible. Y a última hora me acuerdo de una prima mía que todos decían que le faltaba “una chaucha para el peso”, que quiere decir que estaba entre tontita y no tontita y sin embargo era totalmente atractiva para los hombres. Yo decía, ¿pero por qué? Ella no era especialmente bonita, pero mis primos andaban locos y de repente la miro ahí en su mirada encontré la clave para interpretar mi personaje. Era su mirada, la forma que tenía de mirar… Ahí me di cuenta de que ese era su atractivo, lo que la hacía transformarse en la reina. Y me puse ahí, una semana entera viendo como miraba, como reaccionaba y dije: “yo creo que está”, y me fui una semana antes del estreno. Era lo que quería mi profesora, no la caricatura anterior que yo estaba haciendo, sino la verdad y el alma de una seductora.

¿Y el segundo personaje?

El segundo de alto impacto fue hacer “Los Monólogos de la Vagina”, que es la obra más seria que yo he hecho en mi vida. Se habla de un tema tabú en esos tiempos. Aclaro que estoy hablando de hace 20 años. Había un personaje de uno de los monólogos que era una abogada lesbiana que hacía terapias para ayudar a las mujeres a tener orgasmos. Entonces ella explica ahí cómo veía florecer a la mujer, cómo le veía su vagina y a mí me empezó a dar una crisis de pánico

espantosa porque resulta que esta mujer tenía que actuarle al público 12 orgasmos distintos. La boca se me secaba, no podía actuar, antes de salir a escena necesitaba una taza con agua cerca y yo no sabía lo que me pasaba… Así que tuve que ir al psiquiatra y me dijo que tenía una crisis de pánico. Era la primera vez que escuchaba algo así. Me explicó cómo funcionaban y me dijo “pero si tú sabes muy bien que no eres ese personaje, tienes que interpretarla con tranquilidad, con cariño, pero tranquilízate… No es nada más que eso, creo que no te va a volver a pasar”. Y no me volvió a pasar. Después, fue tanto que la directora me dijo “bájale un poquito al orgasmo porque ya exageraste”. Después lo pasé maravilloso.

¿Cuál ha sido tu principal campo de acción? ¿Teatro, cine, TV…?

Las tres pero con énfasis en la televisión. Ahora estoy haciendo mucho cine también, pero la verdad es que donde haya actuación, voy. Lo que sea, yo quiero ser actriz, quiero estar arriba del escenario nada más. Pero sí me han llamado mucho para televisión y obviamente, hablando en serio, la televisión te da una capacidad de poder vivir más tranquilamente, ya que el teatro aquí en Chile está costando mucho.

¿Faltan oportunidades o apoyos?

Oportunidades hay pocas, apoyo no veo mucho. Estoy hablando desde la parte en que uno es su propia empresa. Si tú quieres hacer una obra de teatro, te va a costar un mundo, o sea, ya nadie te auspicia, ya no existe eso que va una marca y te dice “aquí está la plata, monta todo y nosotros te patrocinamos”. Eso ya no existe, ni siquiera se ponen con 300 dólares. Así es que para nada, no nada nada… Por ahí existen algunos fondos que no alcanzan para todos los artistas y el talento que hay en mi país. No alcanza para crear la cultura que un pueblo pensante requiere.

La verdad es que esto está pasando incluso a nivel mundial, porque los artistas somos muy peligrosos.

¿A qué te refieres con “peligrosos”?

El artista hace tomar conciencia, incluso sin que se dé cuenta. Nosotros ocupamos las emociones, nos damos cuenta de muchas cosas porque estamos más en alerta. Entonces es el peligro de que el arte puede cambiar las opiniones, te puede dar vuelta un escenario político y social. El actor es un tipo pensante todavía, intelectual, no como los gobernantes que ojalá no sepan leer ni escribir.

Somos peligrosos. Hay quienes dicen que mientras menos actores y actrices haya, mejor.

¿Qué perfiles de personaje son tus consentidos?

Donde más me siento comprometida y feliz es haciendo melodrama: drama con comedia. La vida es llanto y sonrisa, absolutamente. Te ríes y lloras al mismo tiempo en un día por lo menos. Entonces, esos dramas

ARTE, CULTURA Y SOCIEDAD | MARZO 2024 13 ENTREVISTA

puros me agobian, y esa comedia constante, pura risa en farsa, también. Pero el interpretar la vida misma, que es el drama-comedia, es lo que a mí me acomoda, por lo tanto, todos esos personajes que encajen en el melodrama para mí son un desafío.

¿Qué es lo que más te decepciona?

Como persona, me decepciona la deslealtad. Es una de las cosas que a mí, a pesar de todo lo que hay, es lo peor. Creo que de ahí parte todo. La deslealtad me decepciona absolutamente porque parte de la mentira, de la envidia. Judas era desleal y para mí todas las personas desleales son Judas, que dicen que te aman, que te adoran, que te van a cuidar, que te van a dar trabajo y después te enteras de que fueron los primeros que te apuñalaron.

La narrativa, en sus distintas líneas, pasa por una marcada y vertiginosa evolución, especialmente desde el surgimiento de nuevas ventanas hacia las audiencias. ¿Es difícil adaptarse -a nivel interpretativo- a esas nuevas exigencias en cuanto al abordaje de verosimilitud, naturalidad y ritmo?

No, porque la actuación en sí, el método de sacar el personaje desde tu vivencia y lo que ves en otros, no tiene tiempo, no tiene caducidad, no termina. Puede ser que evolucionen las partes técnicas, la visión del público, las redes sociales que hay ahora, pero, en sí, la actuación es la misma que desde los inicios de la cultura humana.

¿Qué haces, además de la actuación?

Hago mucho deporte, leo, dibujo, bordo, tejo, veo Netflix y como un poquito. No, fuera de broma, de no ser actriz, ¿qué sería?... No lo sé, nunca me lo he planteado, nunca me he visto en nada más que no sea ser actriz. Pero podría haber sido, ponte tú, psicóloga. Me gusta la psicología, me encanta porque también es un medio de sanación. Me gusta todo lo que va vinculado con hacer algo por el otro, pero por ahora no quiero ver ninguna cosa, quiero verme en esto, morir en esto y ahí perfecto.

¿Diriges, escribes?

He dirigido, pero no me gusta mucho porque soy muy talibana. Soy de las que mandan “haga lo que yo le digo, yo sé”. He escrito, también, pero sabes tú que hoy soy de una flojera para escribir… Porque yo escribí a lápiz, pues, como se usaba antes. Nunca ocupé máquina ni nada. Entonces me cuesta escribir. Pero lo que estamos haciendo con mi hija es que yo le estoy hablando y ella me está escribiendo en el computador. Estamos trabajando en un monólogo y con ese sistema nos está saliendo mucho más fácil.

¿Cuál sería tu máximo punto como actriz?

¡A mí me falta un montón para llegar a la cúspide! Estoy empezando, recién estoy aprendiendo día a día, hasta que me muera. No, no creo que llegue a la cúspide nunca, yo creo que la cúspide se llega cuando ya no estás aquí, cuando mueres. Pero mientras vives nunca llegas a la cumbre, ésta se va moviendo, siempre estás estudiando y elaborando…

¿Cómo es Teresita Reyes como pareja y madre?

Chuta, como pareja ya no lo vas a poder saber porque Jorge murió… Y como madre, vas a tener que venir a Chile a preguntarle a mis hijos, porque yo no podría decirte. En todo caso han salido los cuatro maravillosamente buenos, amorosos y tiernos como hijos. Hasta el momento no he tenido críticas desastrosas y los nietos míos son adorables. Entonces pienso que como madre no lo hice mal, y con mi marido, bueno, duramos 46 años entre altos y bajos. Aunque al final fueron más bien altos. Lo pasamos bien, estuvimos juntos, salimos adelante y nos amamos mucho.

¿Y como amiga?

Leal, de pocas amigas pero leal. No soy de pasar demasiado tiempo con ellas. Tengo muy pocas amigas, a mí me cuesta un poco salir ahora porque vivo muy lejos, entonces me carga manejar de noche, pero las amigas que tengo son mis amigas intocables. Soy de una lealtad absoluta hacia ellas y si hay que ayudar, ayudo… Y si hay que estar con ellas, estoy… Si hay que pasar plata, paso… Menos mal son pocas (risas).

¿Proyectos en desarrollo y/o próximos a estrenarse?

¡Miles de proyectos! En este momento sacamos un podcast que se llama “¿Cuántos pares son tres moscas?”, estamos en Spotify y YouTube. Mi hija produce y con dos amigas actrices nos morimos de la risa por una hora todas las semanas. Nos ha ido muy bien y estamos ahora en fase de grabar la segunda temporada a lo grande, con auspiciadores y alianzas. Yo antes no tenía idea de que esto existía, lo más cercano que yo entendía era la radio o el radioteatro. Un día llegó mi hija, que es mi representante, y me dijo: “mamá, voy a hacer un podcast contigo”. Me costó un mes decir podcast correctamente, decía podcat, poscad, podcad… ¡Olvídate!

Durante la pandemia me lancé como influencer en las redes sociales, hago campañas pagadas y solidarias, cuento mis cosas a mis fans, conversamos, me dan mucho amor. Soy adicta a las redes sociales, tengo Instagram, tengo Facebook, Twitter (pero ya no me meto mucho porque están siempre peleando)

Aparte estoy vigente en las teleseries, la que tengo ahora en Chile la van a alargar porque le ha ido muy bien. En el teatro estamos con lo del unipersonal, mira, tengo la cabeza llena de proyectos. El otro día los chicos de Fábula me llamaron para una película, empiezo a fin de mes… Están otros dos proyectos de película a punto de salir, ¡espero que no salga todo a la vez! Me mantengo activa, siempre activa, porque si te echas, ya no te levantas más.

¿Algo adicional que quieras compartir, a manera de cierre para esta entrevista?

Hay algo que me gustaría decir a la gente joven y a los papás: “Dejen que los niños elijan lo que van a hacer, dejen que ellos se equivoquen o acierten, porque de ellos es la vida. No hay ser más infeliz que el que está haciendo algo que no le gusta por el qué dirán, o porque no lo llena pero tiene más estatus, o por ganar más plata, etc. Se nos va en eso la vida…”

Uno tiene que buscar ser feliz, la vida es para ser feliz, no creo que el Señor nos haya traído acá para sufrir. Uno tiene que buscar la manera. Si a uno no le gusta ser albañil, entonces va a ir a cosechar al campo o va a ir a la ciudad a ser comerciante, ¿qué sé yo? Cualquier cosa… ¡Pero no debe ser albañil si odia hacer albañil! Hay que buscar, dejar que los hijos elijan.

Nadie daba un peso por mí como actriz, salvo yo, y la vida me ha hecho tremendamente feliz. Es lo único que yo pido, si ustedes son felices van a hacer felices a los demás y van a encontrar las buenas oportunidades que les tiene la vida. Elijan eso.

ARTE, CULTURA Y SOCIEDAD | MARZO 2024 14 ENTREVISTA

Agrupación Cultural Festival de Cine Caverna Benavides

La “Agrupación Cultural Festival de Cine Caverna Benavides” es una Institución chilena sin fines de lucro que beneficia a diferentes comunidades de la Región del BíoBio en general y de la Provincia de Arauco, en particular, a través del cine y quehacer audiovisual.

Esta Agrupación realiza un fuerte trabajo de descentralización, formación de audiencias a través de “Escuela CineLebu” y de internacionalización para generar mayor visibilidad a la región y atraer, a través del programa “Filma BíoBio”, desarrollado desde el 2010, mayores producciones, con la difusión de la región como locación.

La Agrupación “Caverna Benavides” está dirigida por Claudia Pino, quien además de Presidenta es su representante legal. También, Gonzalo Alberto Fredes Cerda (Tesorero) Paola Alejandra Saravia Henríquez (Vicepresidenta) y Diego Mauricio Saavedra Rodríguez (Secretario)

Generar y promover cultura para bien de todos

La misión de este consolidado equipo de trabajo es, principalmente, la de contribuir y fomentar a la creación y promoción de actividades culturales, a través de diversas vías de fomento creativo, audiovisual y turístico, considerando, como unos de los ejes, la internacionalización de la Región del BíoBio y la Provincia de Arauco.

El plan maestro se concentra en aportar a la industria creativa programas de todo tipo y del más alto nivel, desde una perspectiva de complementariedad al resto de la oferta cultural, atendiendo a las manifestaciones culturales artísticas no cubiertas por otros agentes de fomento del territorio que puedan resultar del mayor interés para el público en general.

Precisamente, considerando lo anterior, se incluyen el fomento a la formación y creación audiovisual en la

Región del Bíobio. Todo, con miras a ser un referente en la industria audiovisual chilena a nivel nacional e internacional, contribuyendo a la vida cultural, fomentando la interculturalidad, generando desarrollo y economía local y regional, fortaleciendo el capital humano a través de la formación, innovación y la estructura de redes, aportando en descentralización, acceso, y oportunidades para los habitantes de la región.

Uno de los principales aportes de esta agrupación, encaminado a combinar todos sus objetivos, es el Festival Internacional de Cine de Lebu que, hoy por hoy, ofrece cada vez más posibilidades de descentralizar, visibilizar, motivar, internacionalizar y profesionalizar el interés creativo y de producción audiovisual tanto de realizadores chilenos como los internacionales que ven a este certamen como un gran escaparate de su trabajo para el mundo.

Caverna Benavides, donde todo comenzó

ARTE, CULTURA Y SOCIEDAD | MARZO 2024 15 CINELEBU

El programa LAB CINELEBU, con más de 10 años de historia como parte del Festival Internacional de Cine de Lebu, ha evolucionado para convertirse en BÍOBIO CONECTA, que es una de las vetas de Industria y Mercado del Festival enfocada a apoyar, incentivar y conectar con el campo profesional y audiencias a los nuevos realizadores. Esto, a través de opciones como Filma BíoBio, Work In Progress (WIP), Master Class, Talleres, Asesorías y Ferias Audiovisuales.

La reciente edición de BíoBio Conecta se llevó a cabo en diciembre del 2023 y, como cada ocasión, estuvo encaminada a ampliar las posibilidades de negociación y acuerdos que pueden lograr los equipos detrás de cada uno de los proyectos seleccionados.

Su principal objetivo es fortalecer, en diferentes áreas, proyectos de cortometrajes y largometrajes en etapa de desarrollo, postproducción y / o distribución / comercialización.

Los profesionales asesores, que cada año forman parte, comparten sus conocimientos y experiencias en esta instancia para responder preguntas y asesorar a los participantes en las diferentes áreas de producción. Figuras nacionales e internacionales se reúnen directamente con los realizadores para abordar los procesos de producción, dirección, postproducción, guion, distribución, entre muchas otras áreas que manejan y conocen a la perfección gracias a sus exitosas y largas carreras.

FILMA BÍOBIO es parte de BIOBIO CONECTA, y desde esta opción se han producido más de 100 cortometrajes, muchos de los cuales han obtenido premios en festivales y mercados nacionales e internacionales. “Filma BíoBio” busca potenciar las locaciones de la Región del BíoBio, así como mostrar, difundir, desafiar e incentivar a directores, productores, actores y técnicos del mundo a grabar/filmar en la región, aportando a su promoción e internacionalización. Por eso, el principal requisito para los proyectos de cortometraje participantes es que en la historia se incorporen locaciones de BíoBio, independiente de que, además, se graben o filme en otras comunas de la Región del Bío Bio, de Chile o el extranjero.

En INDUSTRIA LAB se seleccionan equipos de trabajo con proyectos entre manos para recibir asesorías de profesionales con miras a potenciar sus ideas, guiones, planes de trabajo y de distribución/ exhibición. Entre los asesores participantes en las diferentes ediciones, podemos referir a Jorge López, Orlando Lübbert y Moisés Tuñón (Dirección) Patricio Fuentealba y Marcelo Castañón (Distribución) Edui Tijerina Chapa y Marcela Tejos (Guion Bruno Córdova y Ari del Castillo (Producción Ejecutiva) por mencionar sólo algunos, cuyo conocimiento y aportes benefician a más de 30 proyectos y alrededor de 150 realizadores cada vez.

Además de la Feria Audiovisual, que busca dar a conocer los servicios y facilidades de distintas entidades proveedoras de la Industria Audiovisual regional y nacional chilenas, BÍOBIO CONECTA ofrece el programa WIP (Work In Progress) para colaborar

Por: Redacción - Edui Tijerina Chapa Foto: Cortesía CINELEBU

BíoBio - CONECTA

El apartado de Industria del Festival de Cine de Lebu

con la finalización de los distintos proyectos que se presentan en CINELEBU y potenciarlos para mejorar su calidad y alcance, así como identificar sus mejores opciones de proyección, tanto a nivel nacional como internacional.

WIP CINELEBU es una instancia que comenzó en 2020, que se enmarca en la sección de Industria y que es organizada de manera conjunta con Bio Ingeniería Audiovisual Ltda. El requisito de esta sección es que los trabajos participantes estén en fase de montaje avanzado, con el rodaje terminado o, al menos, con un gran avance del proceso mismo. Así, el apoyo brindado por WIP CINELEBU fortalece el trabajo de los realizadores y aporta, además, al desarrollo de las industrias creativas en el país, vinculando la inversión en cultura con otras actividades productivas.

Los premios en esta categoría son: corrección de color y master, por parte de la productora mexicana Chemistry, además de apoyo en distribución de parte de Festhome. A ello se suma premio de coloristas latinoamericanos con corrección de color y posterior delivery.

16 ARTE, CULTURA Y SOCIEDAD | MARZO 2024 CINELEBU

Hace casi ocho años, estando en el hermano país de Chile, recorriendo varias locaciones como parte del jurado del Festival Internacional de Cine de Lebu, tuve la fortuna de conocer y convivir con la talentosa actriz y directora Silvia Novak. Desde entonces nos ha unido una gran y creciente amistad.

Esta ocasión, a punto de la edición 2024, tengo el gusto de contar con su confianza para, a través de esta entrevista, compartir con ustedes lo mucho que esta talentosa chilena ha hecho, lo que hace y lo que viene en su brillante carrera en el mundo de la actuación.

¿Comenzamos con tus orígenes?

Me parece perfecto, Edui. Pues mira… Mi gusto por la actuación partió de siempre. De toda la vida. Me crie con mis abuelos, que iban mucho a la ópera, al ballet y al teatro. Entonces, yo me formé con mucho más de ese tipo de espectáculos que con películas de niños, que a veces veía, por supuesto. Y desde la primera vez que fui al teatro me dije “eso es lo que quiero hacer”, absolutamente.

¿Hablamos del teatro como tu “detonador vocacional”?

Después, cuando empecé a ir al cine, también. Nunca tuve duda, nunca tuve otro pensamiento. Recuerdo que, alguna vez, alguien me preguntó: “Si no fueras actriz, ¿qué serías?” Y yo dije: “Sería astronauta”. De eso me acuerdo siendo muy pequeña, pero la verdad es que la actuación es lo que siempre me ha gustado.

¿Y en tu casa? ¿Todos de acuerdo?

La verdad, querido, es que nunca hubo una crisis de ningún tipo. Y era alucinante porque, era tanto, que ponte tú, si me llevaban al dentista era a cambio del teatro y pudiera acceder a eso. Leía mucho teatro. Me gustaba más ir al teatro, leer teatro e ir al cine, que ir a una fiesta o actividades como normales, entre comillas, de diferentes etapas de la niñez. Incluso de la adolescencia, ya cuando era adolescente y decidía lo que iba a hacer, me veía todas las obras.

Así como veías muchas obras teatrales… ¿también muchas películas?

Recuerdo que en ese tiempo había unos cines que estaban cerca de mi casa y daban tres películas seguidas. Yo iba y me instalaba y me veía las tres películas. Esto fue “Amor a primera vista y para toda la vida”.

¿Y ópera?

Cuando era muy chica y me llevaban, muy chica, soy muy mala para los años y las edades, pero me acuerdo de que me llevaban a la ópera y la noche anterior, en vez de un cuento, mi abuelita me contaba la historia de la ópera que íbamos a ver. Me acuerdo muy especialmente de “Madame Butterfly”, que me impactó mucho.

Total, que, cuando iba a ver las óperas, aunque era muy chiquitita, yo ya conocía las historias y las

Por:

Edui Tijerina Chapa

SILVIA NOVAK

Fotos: Cortesía Silvia

Una grande del juego de las emociones

veía de manera muy natural, no me resultaban nada extraño. Pero bueno, el amor surgió, como te decía, con el teatro, con el cine, gustándome todas las otras formas del arte y del espectáculo. Por eso también estudié ballet. Amo la danza. Y es algo que también es muy importante en mi vida. Mis clases de danza.

¿Cómo estaba integrada tu familia en aquel entonces?

Yo era hija única y mis padres siempre esperaron que hiciera otra cosa. La verdad es que era buena alumna, tenía buenas notas. Apoyo en ese aspecto, es decir, el de mi vocación artística, pues no. No estaban contentos con la idea de que yo fuera actriz ni nada de eso.

¿Y cómo fue, entonces, que dieron el giro en su idea?

Un día, estaba buscando algo en un cajón y aparece una foto de mi padre con un traje largo y con peluca. Entonces yo le dije, “Papá, acá hay algo que yo no sé y me encantaría saber si fuiste actor o fuiste travesti. Las dos cosas me parecen muy fascinantes, así que, por favor, cuéntamelas”.

Y ahí me contó que había sido actor del Teatro Nacional Húngaro y que no me lo había querido contar porque no quería que yo fuera actriz. Pero, finalmente, después de todo esto de que no querían,

que no querían, eran los más “chochos”. Iban a ver las obras, estaban ahí en primera fila, toda la familia. Pero lo cierto es que sí, al principio, no fue nada fácil, ni en la familia ni en mi segundo colegio.

¿Qué tiene que ver el colegio en esto?

El primero al que iba era mixto; con la mente abierta y fascinante, pero que, en algún momento, quebró y tuve que cambiarme a otro, a donde se fue mi mejor amiga.

Era un colegio de monjas, y yo soy una persona agnóstica, muy librepensadora, y fue terrible cuando dije que quería ser actriz. Me hicieron la vida imposible, me mandaron a la orientadora para que me dijera que yo tenía otras capacidades. Pero no lograron nada. Fui actriz, y estoy muy feliz con esa decisión porque, como te decía, es algo que amo profundamente.

¿Y qué hacían para evitar que siguieras tu vocación?

Para entrar a la Universidad de Chile, cuyo proceso de selección era muy difícil, había que dar una prueba específica y documentar las capacidades de uno como actriz. Curiosamente, en el colegio me “perdieron” todas las pruebas de aptitud académica y papeles de evidencia que yo había dado. Obviamente, eso fue para que yo no pudiera dar el examen en la Escuela de Teatro.

¡Ah, caray! ¿Y esas fueron las monjas del colegio? ¿Qué hicieron tú y tus padres al respecto?

Ahí sí, mi mamá me ayudó mucho. Le costó mucho conseguir copias de esos documentos en el Ministerio de Educación, porque era verano, pero fui a dar el examen y fue maravilloso. Quedé con el segundo mejor puntaje si no me equivoco.

Entonces, finalmente sí entraste…

Sí. Se trataba de la Escuela de Teatro de la Universidad de Chile. Era la última etapa de la dictadura y la única Escuela de Teatro que estaba abierta. También existía la de la Universidad Católica, pero esa abría cada tres años. El año que me tocó a mí postular pues me la jugué entera, porque había sólo 20 vacantes y miles de postulantes.

ARTE, CULTURA Y SOCIEDAD | MARZO 2024 ENTREVISTA 17
18 ARTE, CULTURA Y SOCIEDAD | MARZO 2024 ENTREVISTA

Y antes, ¿habías tenido alguna formación histriónica?

Anterior a eso, tomé cuanto taller de teatro podía, ¿no? Cada vez que tenía la oportunidad de un taller de teatro, lo tomaba. Siempre tenía claro lo que quería hacer y a lo que quería dedicar mi vida. Y así ha sido.

Muy comprometida con tu carrera. Una carrera de gran responsabilidad…

Uno como actriz tiene una enorme responsabilidad social, por supuesto.

¿En cuanto a tus interpretaciones, las temáticas que abordas con tus personajes o ambas?

En ambas. Muchas veces, las temáticas que uno toma pueden marcar pautas. Por ejemplo, hace varios años estuve haciendo una obra que habla sobre la violencia hacia la mujer. Hemos viajado con esa obra a México, a Colombia, a Portugal y pronto tendremos una función para la comunidad Europea acá en Chile. Hay un compromiso social que va un poco más allá, cuando uno puede ayudar en todas las causas que se puedan: sociales, de las libertades individuales también.

¿Podríamos decir que, de cierto modo y desde tu trinchera, eres una activista social?

He sido parte del Sindicato de Actores. También, de la directiva. De igual forma, del consejo de Chile Actores, que maneja todos nuestros derechos de comunicación. Sí hay una responsabilidad social muy grande, que yo la asumo con mucho amor, y permitir que se use la imagen de una para poder ayudar.

Cada que me piden que ayude, que anime eventos para juntar fondos, yo acudo feliz.

Soy parte de un Hospital que hay acá, que se llama “Roberto Del Río”, que tiene una Fundación que se llama CO-AR (Corporación de Amigos del hospital Roberto del Río) El primer año que fui ahí, hace casi 20, estuve para animar un Día Del Niño, para alegrar a los niños enfermos. Mis compañeros y yo vimos que las madres y padres, era gente muy pobre que venía de muy lejos para llevar a sus niños a este hospital. Algo muy pesado para ellos. Más si consideramos que Chile es un país muy largo y angosto, con geografía variada.

¿Qué pasaba con los padres mientras los pequeños estaban en el hospital?

Los padres dormían en las bancas de las plazas, en las bancas de los paraderos de buses. Entonces, tomé un compromiso con ese hospital y he estado siempre trabajando con ellos ya hace muchos años. Se construyó una casa de acogida maravillosa, con toda la infraestructura para que tanto los padres como los niños sean recibidos con cariño, cobijo y alimentación. Igual los niños que vienen más transitorios, que vienen a quimioterapia u otros tratamientos que no les requieren internarse. Es un compromiso con las causas sociales tan intenso como el que tengo con mi pasión por el teatro, cine y la televisión.

¿Qué te han dejado tus personajes?

Te cuento de la primera telenovela que hice con contrato, cuando todavía no había internet, tampoco había cable. Entonces todo mundo veía televisión regular y una pasaba de inmediato de ser desconocida a que todo mundo te identificara. Salí a la calle al día siguiente de mi primer capítulo al aire y, nada, bajé del bus y venían saliendo del colegio. Los chicos me perseguían.

¿Te asustaste?

Más bien, me resultó muy impactante porque la fuerza de la TV era impresionante y eso iba más allá del personaje que uno interpretara. Era el impacto de la Televisión, de la fascinación de la gente que veía en familia las telenovelas de la tarde, principalmente.

¿Y luego? ¿Cómo lo procesaste? La fama es difícil de manejar.

Luego, ya con el paso del tiempo, he interpretado personajes que a la gente le han gustado. Personajes con los que se han sentido identificados. Mi relación con el público siempre ha sido muy bonita, con mucho cariño y respeto. Soy muy agradecida con todo el cariño que he recibido.

¿Y qué tal las nuevas audiencias? ¿Y tus seguidores de redes sociales?

Pues, incluso, a veces, he estado en programas de los que las amigas me dicen que tenga cuidado porque, mientras lo dan por Twitter y otras redes sociales, la gente hace mierda a quien se presenta y a mí sólo me han tirado amor. Entonces, eso es lo que he recibido en mi carrera. Mucho cariño.

Sé que has trabajado con las principales figuras de la actuación de tu país.

Como comencé muy chica, trabajé siempre con grandes actores tanto en teatro como en televisión. No quiero mencionar a alguno por miedo a que se me quede alguien.

Y en cuanto al cine, yo siento que se me abrió la maravilla. Se trata de una particular forma de actuación: la

naturalidad. Es algo que yo amo. La actuación en cine cada día me apasiona más. Esa naturalidad, esa cercanía, eso de expresar con la mirada, con un mínimo gesto, la respiración, es un amor absoluto que tengo con el cine.

¿Y si hablamos de algún mentor?

Voy a nombrar un mentor extranjero al que no conozco pero que siempre he seguido, tanto en su carrera en pantalla como con sus clases de actuación para cine. Me refiero a Michael Caine. Para mí, es la persona más clara y certera respecto a cómo se debe actuar en cine. Es maravilloso.

Y respecto a lo que aprendes de este oficio, ¿lo difundes? ¿lo compartes con las nuevas generaciones?

Converso mucho con gente joven que se me acerca para contarme que quieren ser actores y actrices.

Yo les pregunto ¿qué tan grande es el amor y la pasión que sientes? Si realmente no pueden respirar sin esto, como en el caso mío. Porque, si me dicen “Sí, me encanta la actuación, pero también la arquitectura, y me gusta también la abogacía o, no sé, cualquier carrera, la medicina…” yo le recomiendo irse mejor por otras carreras, porque esta es una carrera muy ruda, inestable; requiere de un trabajo emocional muy profundo y si no hay una real pasión y un real compromiso, yo creo que no es la carrera indicada.

Hay que estar completamente seguro, enamorado, convencido y comprometido. Si no, es mejor elegir otros caminos más sencillos. Y digo “más sencillos” no por descalificar esos otros caminos. Creo que todos son duros y requieren de años de estudio, compromiso y responsabilidad. Pero quizás son más estables. Este es más incierto. Y, además, eso de trabajar siempre con las emociones es muy fuerte.

¿Te ha tocado lidiar con algún tema fuerte en cuanto al manejo de las emociones en el escenario?

Tengo el recuerdo de cuando mi madre falleció. Ella tenía 49 años y yo trabajaba en una telenovela. Es muy duro transformarse en un personaje cuando tu madre se está muriendo. Me tocó, también, con mi padre. Él estaba muriendo y yo hacía una comedia en teatro. Me acuerdo de que, mientras me maquillaban, me ponía a llorar y me tenían que volver a maquillar. Entonces, yo creo que es una profesión que exige a mil todo; todo en la vida de uno.

Eres una actriz de carácter. Te han tocado personajes muy fuertes.

Así es. Es muy difícil hablar de un personaje que haya sido el que más me ha exigido. Me han hablado mucho para hacer mujeres bipolares, alcohólicas… aunque yo no tomo nada de trago.

He enfrentado personajes muy exigentes, incluso cuando he hecho musicales, por ejemplo, que ha implicado tener que bailar, tener que cantar…

Cuéntanos de tu trabajo en “Pelícano”.

19 ARTE, CULTURA Y SOCIEDAD | MARZO 2024 ENTREVISTA

La película “Pelícano” fue un gran desafío, con un personaje que me ha dado tantos reconocimientos y premios. Cuando me llamó Gustavo Letelier, con quien ya había tenido otros proyectos, como una coproducción Húngara-Chilena, planteó que quería adaptar “El Pelícano” de Strindberg. Me dijo “tengo un personaje que no tiene nada de ti”, entonces eso es lo que me encanta, tener la oportunidad de hacer personajes distintos, diversos, y que no tengan nada de mí, o sea, gracias. Solamente agradecer. Fue una grane experiencia.

¿Cuáles son las principales variables que consideras al darle forma a tus interpretaciones?

Siempre he sido una persona apasionada, disciplinada y muy estudiosa. Soy muy observadora. Siento que estoy todo el tiempo trabajando. Cada vez que estoy conversando, que voy a algún lugar.

Veo mucho cine, también; veo mucho teatro y averiguo, como cuando interpreté a la mujer bipolar, hablé con mucha gente que tenía familiares bipolares, me contaban, y al parecer quedó también eso que hicimos, fue una película para televisión, que después me comentó, no me acuerdo si fue el guionista o el director, que eso se había usado -DVD, debió haber sido- para mostrarlo en la escuela de psicología para analizar al personaje bipolar. Eso fue un honor que me llenó de orgullo y energía.

Yo hago las cosas desde la intuición, desde el interior, la mayor parte del tiempo.

¿Prefieres hacer cine de autor (de arte) o comercial?

Así como me gusta hacer cine de autor, también me atrae el cine comercial. Me llamaron tiempo atrás para hacer una película que se llamaba “Fuerzas especiales 1”, que fue la más vista en Chile en el 2014, y me divertí mucho haciéndola. Fue ponerme a jugar. Por algo, en muchos idiomas, como inglés o el francés, “actuar” (To play) es “Jugar”. Me entrego a este juego de emociones, de sensaciones, relacionándome desde el fondo del alma con los compañeros, porque creo que este es un trabajo de equipo en el que todos nos comunicamos, todos respiramos una atmósfera común, todos respiramos y ayudamos a crear el personaje del otro también, con los diálogos, con las miradas, con las respiraciones.

Cada vez, en cada producción, siento que uno arma en cada equipo una familia, que a veces es transitoria y a veces quedan para siempre en la vida. Hay que entregarse por completo, relacionarse. Esto no se hace solo. Cando me han preguntado por los premios y todo esto, yo siempre digo que “esos premios son del equipo, también”. Uno no hace un personaje solo. Todo pasa con y desde los demás y eso es precioso.

Deduzco, entonces, que también prefieres explorar diversos géneros.

Así es. Deduces bien. Amo todos los géneros. Incluso, hay géneros que a mí no me gusta ir a ver, pero los hago con mucho amor. Por ejemplo, no me gusta ver

películas de terror, pero he actuado en ellas.

Me gusta tener la oportunidad de poder pasearme por todos los géneros, probarlo todo. Me gusta presionar todas las teclas posibles. Todos los géneros los disfruto. Si tuviera que elegir uno, yo me iría por lo psicológico, porque exige mucho trabajo interno para los personajes, hasta la última arista, la última cosa que puede pasarle al personaje por dentro. Pero después de hacer eso me voy y hago una comedia.

¿Alguno que se te dificulte?

No siento que un género se me dificulte más que otro. Quizás un poco, en principio, sería el terror porque como no me gustan las películas de terror, me enfrento a una cosa desconocida, sin referencia.

Todos son un desafío porque me gustan las cosas bien hechas. Todos son desafíos porque hay que hacerlos bien. Cada personaje tiene diferentes dificultades y entre más dificultades tenga y más tenga que trabajar y buscarle, mejor. Mientras más cosas les pasen en su cabeza, en su alma, en su corazón, más lindo de meterse adentro de esa piel, de ese personaje.

¿Cuál ha sido tu mayor gratificación?

Cuando tengo contacto con la gente y me pongo a conversar con el público. Agradezco todos los premios que he recibido. Es emocionante que a uno le valoren su trabajo, pero las conversaciones, las charlas con el público luego de las obras, son tan gratificantes.

Recuerdo un conversatorio en México en el que alguna mujer del público me decía que cuando yo hablaba de la violación o del maltrato ella se había puesto a llorar. Imagínate. Que la gente se sienta identificado, que sienta empatía, que sienta que no está sola cuando ve su problemática reflejada en el escenario…

Yo creo que la mayor gratificación es que deje algo a las personas. Y me refiero no sólo a lo más profundo y a los temas sociales, que dejan algo muy grande,

sino también desde la comedia y del humor. Gente que te diga “Ay, es que he tenido un día terrible, he pasado una situación terrible, he pasado una etapa espantosa, pero usted me hizo el día con esta obra, con esta película, con esta telenovela de humor… me fui tan feliz, con más ganas, enfrenté las cosas de otra manera”.

Poder entregarles algo de contención, de humor, o de risa, o algo que a la gente le sirva, eso es de lejos la máxima gratificación. O que alguien se te acerque en un pueblo al que uno va de gira de teatro, en algún pueblo pequeño, y te empiecen a hablar de un personaje que hiciste hace diez años y se acuerdan más que uno mismo del personaje, eso también es lindo. Es lindo cómo uno va estando en la vida de las personas; es algo muy bonito.

¿Te imaginas haciendo algo más?

No me imagino haciendo nada más. A lo mejor habría seguido con la danza. Si no hubiera siquiera la posibilidad de dedicarme a la actuación, en un mundo imaginario, yo me hubiera dedicado a algo social. Quizá lo que tanto me decían en el colegio: decían que yo tenía muchas condiciones para las leyes. Ellos querían mucho que yo estudiara leyes. La orientadora famosa del colegio de monjas. Quizá hubiera estudiado algo así, pero para ayudar a la gente a mejorar sus vidas. Alguna forma de que la vida de las personas tenga mejor calidad, definitivamente. Me hubiera ido por ese lado.

¿Qué viene para tu carrera?

Lo que más quiero es seguir haciendo cosas fuera de Chile. Aumentar las experiencias que he tenido trabajando en Venezuela, en Colombia, México, Portugal. El próximo año rodaré una película en España. Es algo que quiero que siga avanzando. Hacer cosas fuera. Me proyecto viajando, haciendo películas por el mundo, llevando las obras por el mundo.

Es maravilloso compartir con la gente de otros países, porque al fin me doy cuenta de que la gente del teatro y de cine, en todas las partes a las que he ido, compartimos el mismo amor, la misma pasión, las mismas ganas. Y por supuesto, hacer cosas contigo, querido mío, que te quiero y admiro infinitamente.

Tengo tantas cintas en carpeta que están buscando los fondos para realizarse, buscando coproducciones. Hemos hecho teaser para series. Como te decía, tengo muchas ganas de trabajar contigo también. Yo estoy segura de que se va a concretar, así que por proyectos a corto y mediano plazo no me quedo.

Es importante que se vayan concretando, porque a veces las cosas en este oficio son muy curiosas, ¿No? A veces le hablan a uno de una peli y esa peli se hace muchos años después, o se demora mucho la postproducción. A veces es todo muy rápido: “Mira, tenemos esta idea. Queremos hacer esto. ¿Te sumas? Sí, me encanta, hagámoslo. Y se hace rápido.”

Muy agradecida por eso también, de estar siempre tan activa en todas las áreas. Me encanta.

20 ARTE, CULTURA Y SOCIEDAD | MARZO 2024 ENTREVISTA

Por:

Redacción - Edui Tijerina Chapa

Foto: Cortesía CINELEBU

STOP MOTION: moldeando sueños

El taller de técnica de Stop Motion es uno de los más antiguos de CineLebu y uno de sus más preciados espacios de creación; tanto que podría decirse que es uno de sus “sellos de identificación”. Desde sus inicios, hace casi 20 años, se ha convertido en una instancia esperada cada año por niños y niñas, y hasta por sus familias.

Por poner un ejemplo de su alcance e impacto en la comunidad, les cuento que en la pasada edición del Festival Internacional de Cine de Lebu (2023) el taller se llevó a cabo en Lebu durante el mes de enero. Como siempre, estuvo enfocado en pequeños de 6 a 10 años, de distintas comunidades, que aprendieron a trabajar la técnica Stop Motion.

De la mano de la Agrupación Cultural Festival de Cine Caverna Benavides, este taller se ha desarrollado, desde su inicio, en diversas localidades de la Región del Bíobío. Lebu, Isla Mocha, Tirúa, Curanilahue (Comunidad Ranquilhue), Contulmo (Valle de Elicura, Comunidad Ind ígena “Juan Caniuman”) y, desde el año 2015 Cañete, Arica y Chillán (Sename)

Se trata de un taller gratuito, abierto a todos los

Semillero de nuevos realizadores

niños y niñas, que permite que echen a volar su imaginación y se, tal vez, encuentres su vocación para llegar a ser creadores cinematográficos.

¿En qué consisten estos talleres? Los niños, primero dan vida a una historia acorde a su realidad y experiencia cercana. A partir de ahí , construyen los escenarios y personajes, luego los animan, graban las voces y finalizan desarrollando un cortometraje de unos 5 minutos, aproximadamente.

El taller permite, entonces, que los niños y niñas no solo desarrollen sus habilidades emocionales trabajando en equipo, sino, también, sus habilidades manuales, imaginativas, creativas y art ísticas, además de conocer de manera didáctica el trabajo de la animación.

Otro objetivo fundamental del taller es potenciar la expresión y la voz de las niñas y niños respecto de su realidad, entorno y derechos para que, a través de la plástica y sus ideas, logren contar una historia.

LOS MÓDULOS DEL TALLER SON:

1.- Introducción al guion audiovisual, a través de la creación de una historia basada en una leyenda o acontecimiento local.

2.- Storyboard y comprensión de las diferentes formas de usar una cámara.

3.- Construcción de personajes modelados en plastilina con fondos y decorados.

4.- Animación, cuadro a cuadro, de figuras en plastilina, creadas por los mismos niños y niñas.

5.- Grabación de los parlamentos que dan vida a la historia.

6.- Post producción del cortometraje y exhibición ante el público, la noche de inauguración del Festival de Cine de Lebu siguiente a la finalización del taller.

21 ARTE, CULTURA Y SOCIEDAD | MARZO 2024 CINELEBU
ARTE, CULTURA Y SOCIEDAD | MARZO 2024 22 ENTREVISTA

Por: Edui Tijerina Chapa

Fotos: Cortesía Catherine Mazoyer

CATHERINE MAZOYER

Catherine Mazoyer es una de las actrices chilenas de mayor presencia en el Festival Internacional de Cine de Lebu. Ha participado cumpliendo con distintas funciones pero, eso sí, siempre con el gran amor que se tiene a un evento al que se considera “como una familia”.

Ahora, recordamos nuestras charlas con ella, como preámbulo a la edición 2024 de este gran evento cinematográfico al sur del continente, en Chile.

Dime, Catherine… ¿Cuál ha sido, para ti, una de las experiencias más significativas de tu faceta como actriz?

Hay tantas… Cada personaje, cada proyecto, resulta importante y significativo como paso fuerte en este camino. Pero ya que lo preguntas, me viene a la mente una anécdota que refleja el vínculo entre el ser humano, el artista y la responsabilidad de estar sobre un escenario.

Recuerdo cuando interpreté a la villana de una telenovela. Fue una producción que estuvo dos años al aire. Esa antagonista era un personaje lleno de matices, de locuras, de extremos. Un día noté que se me caía el cabello y fui a un especialista.

¿Pérdida de cabello? ¿Por nervios, presión o por la intensidad de tus interpretaciones que se fue somatizando?

Después de hacerme todos los exámenes, todos los análisis, le comenté al Dr.: “Bueno, quizás somaticé al personaje”. Me preguntó si era actriz, y al responderle afirmativamente me dijo: “tendrías que haber empezado por ahí”.

Me explicó que no se me caía el cabello por ser actriz, sino que yo era actriz porque se me caía el cabello.

Tuvimos una larga conversación en la que me expuso que nosotros, los artistas, tenemos otra manera de ver el mundo. Una óptica muy distinta a la del resto de los mortales; que tenemos una sensibilidad diferente frente a las cosas, y es eso lo que nos lleva a ser artistas y dedicarnos a al arte como estilo de vida y profesión.

Y creo que tiene razón.

Para ti, ¿qué significa ser actriz?

Soy actriz chilena. Y digo “chilena” porque es distinto ser actriz chilena, que actriz mexicana, o ser actriz francesa, o china. Cada industria es distinta, cada medio es diferente, cada país vive su propia madurez cultural y artística.

“Los artistas tenemos otra forma de ver al

mundo”

Los actores y actrices aún nos exponemos a los prejuicios de las personas cuando decimos que estudiaremos teatro (todos preguntan: ¿y de qué vas a vivir?). Luego jugamos a abrir nuestras entrañas para aprender un oficio que expone nuestras almas (mientras nos dicen: “ustedes deben pasar de fiesta en fiesta”). Luego salimos a la vida laboral, con una maleta de sueños e ideales, con una bandera de lucha,

que es el arte, para cambiar el mundo.

Eso es difícil de manejar, ¿no? No creo que todos lo logren.

Algunos lo logran, otros quedan en el camino. Y a veces nos vemos en ese lugar incómodo de ponerle un valor a nuestra pasión, cuando nos enfrentamos a un mundo de números y dinero como es la televisión. Pero seguimos trabajando desde el amor absoluto, aunque nos hayamos transformado en un punto de rating.

También hay otros mundos expresivos, porque cada ventana maneja un lenguaje distinto: el cine no es igual que TV, ni éstos son iguales al teatro, por ejemplo.

Coqueteamos con lenguajes tan distintos como son la televisión, el cine, el teatro, en un medio que aún es pequeño pero que vemos con emoción cómo ha ido creciendo y ha traspasado esta cordillera que a veces nos aleja tanto del mundo.

Y pensar que allá afuera hay muchos que piensan que actuar es fácil, que cualquiera lo puede hacer y que, incluso, es un pasatiempo.

Y seguimos escuchando frases como “lo tuyo no es una profesión, es un hobby” cuando sonreímos al contar nuestro próximo proyecto, ese hermoso trabajo que haremos gratis.

También se trata de un oficio que no todos entienden. Tanto, que luego lo toman como variable de validación o invalidación de la persona.

Exacto. O somos validados o invalidados con un “¿Eres actriz? Entonces, ¿en qué teleserie has trabajado?”. Pero seguimos amando cada suspiro que el personaje de turno nos provoca y seguimos creyendo en nuestros sueños cada vez que llega alguien al teatro a ver nuestra obra.

Y aunque nunca sabemos qué nos depara el mañana, podría asegurar, desde lo más profundo del corazón, que un artista de verdad seguiría aferrado a su oficio, a su medio de expresión, escogiéndolo una y otra vez por siempre. Así sea por una, dos, cincuenta o cien vidas. Las que nos toque vivir.

ARTE, CULTURA Y SOCIEDAD | MARZO 2024 23 ENTREVISTA

Por:

Redacción - Edui Tijerina Chapa CINELEBU

Foto:

Cortesía CINELEBU

Mujeres y personas mayores

Sin duda, uno de los principales aportes del Festival Internacional de Cine de Lebu es, además de su función natural de conectar realizadores, películas y público, fomentar el gusto por el cine, tanto como audiencia como potencial creador. Para formar nuevos realizadores o, como principio, sensibilizar hacia el trabajo de quienes se mueven en el terreno de la producción audiovisual, se creó la “Escuela CineLebu”.

Esta escuela, que ofrece los talleres de Stop Motion para niños, abre también la oferta de cursos prácticos para otros grupos identificados como “Mujeres CineLebu” y “Mayores CineLebu”, todo bajo la premisa de “Formación de Audiencias”.

El taller de “Mujeres CineLebu” se estableció hace

El cine es para todos… y todos podemos hacer cine

7 años, en 2017, con el objetivo de entregarles una herramienta de expresión y un nuevo lenguaje de comunicación, además de fomentar su autodesarrollo y autonomía personal.

Se pretende, a través de esta instancia, ser un aporte en la igualdad de género y empoderamiento de la mujer a partir del trabajo audiovisual.

Por otro lado, el taller “Mayores CineLebu”, establecido desde el 2022, es el de más reciente creación y se realiza con el objetivo de fomentar la creatividad, desarrollar habilidades sociales y ofrecer a

las personas mayores la posibilidad de expresar sus propios intereses de un modo lúdico; distraerse de su cotidianidad, relacionarse con otras personas con intereses artísticos comunes y darles el espacio para contar sus propias historias.

De esta forma, el Festival Internacional de Cine de Lebu cumple otra de sus múltiples funciones sociales, al acercar a todos al fascinante mundo de la creación audiovisual; llegando a comunidades apartadas, a grupos vulnerables, a espacios poco atendidos, para abrir posibilidades expresivas, creativas y de convivencia.

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ARTE, CULTURA Y SOCIEDAD | MARZO 2024 CINELEBU

Hablar de Daniel Muñoz es hacer referencia a una gran trayectoria en el mundo de la actuación, tanto de cine como de teatro y TV. También, es conectar con la Cueca chilena y variedad de manifestaciones musicales en diversas ventanas, tanto grabadas como presenciales. Es conectar con una sensibilidad amplia, fuerte e intensa, que fluye antes, durante y después de cada una de sus presentaciones.

Sus actuaciones en grandes series y películas chilenas, así como sus conciertos como parte del grupo “Los Marujos” le han granjeado el reconocimiento del público de todo el mundo.

Recientemente, estando en la Región del BíoBio (Concepción, Cañete y Lebu) en Chile, tuve la fortuna de coincidir con él, de establecer una ya creciente amistad y, claro, de platicar para, así, compartir con Ustedes.

Mi estimado Daniel. Si te digo “momentos significativos de la infancia”, ¿qué es lo primero que te viene a la mente?

¡Muchos momentos que, sin duda, me identifican un poco con lo que soy hoy!

Gracias a mi abuela paterna, tuve contacto directo con el campo y con las tradiciones. Todos los veranos nos íbamos de paseo a un fondo, es decir, a una hacienda, donde los bisabuelos trabajaron como inquilinos. Siempre mantuvieron vínculo con ese lugar y eran parte de él. Así que todos los veranos había un permiso como para poder llegar y pasar las vacaciones. Íbamos mi familia, pasándola de ensueño. El verano en contacto con la naturaleza a mil.

Una maravilla, sin duda.

¡Claro! Me recuerdo corriendo descalzo y bañando en el río. Tuve suerte de no haber caído por los cerros. Era una manera de vivir semi salvaje, muy en contacto con el entorno. Mis tíos me enseñaban sobre los nombres de árboles, de los habitantes del lugar, los animales, Hasta aprendí a pescar con la mano. Cazaba, también, con lo que se llama “Huaches” que son unas estacas pequeñitas con alambres con los que se hacen lazos. Eso se instalaba en las huellas que dejaban los conejos en el campo. Esas actividades me ayudaron a cultivar un espíritu, creo yo que muy especial, que me acompaña hasta el día de hoy.

Eso en cuanto a tus abuelos paternos. ¿Y la familia de tu madre? ¿Qué aportó a tu vida?

Por parte de la abuela de mi madre, aprendí de su sentido espiritual y religioso. Hubo un pariente que era hermano de mi abuela, Don Fidel, un sacerdote de un pueblito en el norte, quien llegaba cada cierto tiempo a visitarnos a la casa y, como todo sacerdote, tenía que hacer la misa y la oficiaba para nosotros.

¿Una misa privada para ustedes?

Éramos mi abuela, mi tía, mi madre, mi hermana y yo, el único hombre de la familia. Mi padre se había retirado hacía un tiempo y había armado otra familia.

Por:

Fotos: Cortesía

DANIEL MUÑOZ

Artistas y público nos salvamos mutuamente

¿Y qué tal?

Siempre me gustó la ceremonia que él hacía: desde su vestuario hasta cómo preparaba la mesa del comedor. De una maleta pequeñita sacaba todos los implementos para hacer la misa: el cáliz, vino, los libros, qué se yo. Siempre me fascinó y, desde chiquitito, quise ser sacerdote. Pero, más que eso, me encantaban las puestas en escena. Eran como mis primeros atisbos para el actor que sería a futuro, creo yo.

¿Y ya tenías claridad sobre esa vocación o apenas estaba latente?

La conciencia al respecto llegó más tarde. Te cuento que cuando llegó la Televisión, mi madre compró un televisor y para mí era como una ventana mágica. Me obsesionaba con los dibujos animados y luego jugaba en el patio de la casa con muñequitos, imitando las voces de las caricaturas. Eso, de alguna manera, me ayudó a crear una herramienta práctica para mi trabajo como actor. Hacía mis propias películas, reproducía escenas de lo que veía en pantalla; me sirvió muchísimo, como una escuela básica para, después, ser actor.

¿Qué pasaba en el colegio? ¿Tenían alguna actividad relacionada con la veta artística?

Por ese entonces, mi colegio, el Instituto Marista de San Fernando, daba mucha importancia a las actividades extraescolares. Había talleres de deportes, de música, periodismo, poesía y, luego, apareció el taller de teatro. Hice gran amistad con el profesor de artes plásticas, quien fue mi primer profesor de actuación. Ahí recibí mis primeras clases, las primeras nociones para ser actor.

También recuerdo que en el colegio había otras actividades que tenían que ver con pararse en un escenario a hablar desde un escenario o pódium. Para mí eran muy atractivas. El vértigo, la emoción, inclusive el miedo de enfrentarse al público, me producían mucha satisfacción y eso se fue dando en contraste con mi personalidad, que era extremadamente tímida.

Esas actividades ayudan a procesar el miedo al escenario, el pánico a pararse ante un grupo numeroso.

Y, curiosamente, al enfrentarme a un público, ya

fuera recitando un poema o participando de un grupo musical, o algo que tuviera que ver con pararse ante una multitud, me atraía muchísimo. Era una manera de traer algo que no era cien por ciento yo, ya fuera interpretando un personaje o leyendo algo. Me daba confianza para enfrentar al público y, por ende, me fui acostumbrando a eso.

Debo haber tenido unos diez años. Me gustaba mucho participar en grupos folclóricos en el colegio, y un amigo, compañero de grupo, lo habían invitado a participar en una obra teatral de un Centro Cultural de mi ciudad natal. Resultó que, como él no podía, me preguntó si me interesaba. Y me presenté con el Director del grupo y le dije, así, con una personalidad que desconozco, que tenía ganas de participar y que, si me aceptaba, me incluyera. El personaje era justamente un niño que, en un atardecer, estaba con su familia en el patio de la casa y miraba hacia los cerros y le preguntaba al papá qué había más allá. Eso daba pie para un viaje por Chile, un viaje folclórico donde el protagonista, ese niño, iba de norte a sur. Ese fue mi primer trabajo como actor frente a un público. Hicimos gira por toda la región, nos presentamos en varios escenarios y creo que eso me marcó definitivamente por lo chico que era.

¿Cómo calificas tu infancia?

Siento que tuve una infancia con mucho juego y, de alguna manera, muy sana. Eso me ayudó a crear un carácter. Por otro lado, como estudié en un colegio solamente de hombres eso vino a contrastar con mi crecimiento rodeado de puras mujeres, que eran mi familia. Así se produjo cierto equilibrio, pero no sé si tan positivo. Siempre he tenido, por un lado, la deformación de ser el único hijo hombre de la familia, el niño de la familia, el protegido de la familia, el hombre de la casa. Y, por otro lado, el machito del colegio de hombres.

¿Sientes que eso significó un balance en tu percepción de lo femenino y lo masculino?

De alguna manera, siempre tuve una visión más atenta en lo que a lo femenino se refiere. Claro, a veces mi señora y mi hija bromean diciendo que tengo características, manierismos, muy suaves o delicados. Yo creo que convivir sólo con mujeres por mucho tiempo y, luego, por otro lado, convivir con hombres, también por mucho

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ENTREVISTA
ARTE, CULTURA Y SOCIEDAD | MARZO 2024 26 ENTREVISTA

tiempo, ayudó a mi formación. Y quizás no sólo a mi formación como persona, sino también a mi formación como profesional. Hablamos de tener una cierta dualidad: esta visión muy femenina de las cosas, por un lado, y una muy masculina, casi machista, por el otro.

¿Cómo llegó la música a tu vida?

En cuanto a la música, mi abuela paterna, como referí, era muy ligada al folclore, a las tradiciones, y, siempre, las fiestas familiares en su casa eran con música, en discos principalmente. Se tocaban todos los géneros, pero, aparte de la música popular, lo que más se bailaba era la música tropical. Lo que me marcó fue conocer las Cuecas.

¿Cuecas? ¡Cuéntame!

Se trata de un género musical y dancístico que se baila bajo distintas denominaciones tanto en Bolivia como en Perú, Colombia, Argentina y, claro, Chile. En noviembre del ’79 se declaró, oficialmente, como “La Danza Nacional Chilena” y una década después, el gobierno de Chile estableció el 17 de septiembre como el “Día Nacional de la Cueca”.

¿Cómo se baila?

Es una danza de parejas mixtas. Se desarrolla a sueltas. Cada bailarín lleva un pañuelo en la mano derecha, moviéndolo en círculos, con vueltas y medias vueltas, entrecortando con floreos. En el desarrollo se plantea el cortejo del hombre a la mujer, pero no se trata, necesariamente, de un discurso romántico o amoroso.

¿Y qué Cuecas escuchabas en especial?

El disco que más se ponía en aquellas fiestas se llamaba “Cuecas con Estilo”. De hecho, se puede escuchar en redes. Ese trabajo es muy especial porque, si lo escuchas, te vas a dar cuenta de que quienes cantan no son profesionales. Se trata de gente que trabaja en el comercio, en el puerto de Valparaíso, en el mercado de Santiago, en lugares, digamos, donde la música era solamente una entretención en el tiempo libre.

Ese estilo quedó grabado como una producción experimental. Es de los años ’60, creo. Tiene mucha picardía en la manera de cantar y en el ambiente. Me reía mucho con los comentarios que se hacen. Es algo muy especial, muy relacionado a un personaje especial de la tradición e historia de Chile, que es El Roto Chileno, algo muy parecido a “Cantinflas”. Es un pícaro vagabundo, alguien que se busca la vida y tiene mucho ingenio.

Eso quedó ahí, guardado en mi alma, y, años después, surgió, ya siendo profesional, y se cerró el círculo. Luego, pues ya retomé lo que tenía en barbecho, algo que estaba en espera, que es este viaje que estoy haciendo, más que por la música, por algo muy puntual que es La Cueca, gracias a la que me he podido explayar en otros ritmos musicales.

¿Cómo y cuándo diste el paso al nivel profesional en tu actividad artística?

Postulé a la Escuela de Teatro de la Universidad de

Chile, la única que estaba abierta en ese momento en dictadura. Entonces todas las artes estaban limitadas, cerradas. Creo que había una escuela particular, pero de muy difícil acceso. La Universidad de Chile era como los más asequible para mí. Podía aspirar a un crédito fiscal y eso me iba a ayudar, porque la situación económica de mi familia era precaria. La única posibilidad de entrar era acceder a un crédito que después tuve que pagar, obviamente.

¿Y cómo te fue? ¿Ya habías perdido la timidez?

No. Para nada. Mi timidez jugó muy en contra, porque, de San Fernando, que era un pueblo pequeñito, viajar a Santiago, que era prácticamente como otro país, no lo supe hacer solo.

¿Quién te acompañó?

Mi madre me tuvo que acompañar, y yo, con mucha vergüenza. Imagínate: un muchacho de 18 años, que la madre lo acompañara a la Universidad. Le pedí que, ya cercano al recinto de la escuela de teatro, me permitiera llegar solo.

Y, bueno, en la escuela de teatro había exámenes de admisión, que duraban una semana, así que tenía que estar viajando a Santiago para presentar las audiciones de voz, de movimiento y de actuación. Al final, se publicaba una lista con los resultados. De los 24 seleccionados fui el número 24. No podía más con mi alegría, no lo podía creer. Me sentía lo más de afortunado. Y así comenzó mi viaje por este mundo de la actuación.

¿Cómo fue el proceso de integración?

Por mi carácter me fue muy difícil integrarme al mundo Santiaguino, al entorno de mi curso, entablar amistad con mis compañeros.

Mi infancia introvertida no me ayudó mucho a lograr relacionarme en una actividad, en una carrera, en las que es muy importante trabajar en equipo. Fue un año muy difícil para mí. Tuve dudas de si la actuación realmente era lo mío y creo que fue producto, no sé, de estos ángeles que a uno lo acompañan y lo

impulsan. Me dieron el empujón que uno necesita.

A mediados de año se me dio la posibilidad de dar un vuelco a esta actitud muy introvertida que tenía y logré volar nuevamente, salir a flote y romper con esta especie de ostracismo que me estaba como anulando y de ahí no paré más, me relajé, comencé a sentirme parte de ese mundo y comencé a formarme seriamente como actor.

Saltaste la barrera.

Aunque quedaba otra, igual o mayor: la cultural. El nivel cultural de mi vida en San Fernando era muy básico. Si bien sabía muchas cosas, gracias a la televisión, intelectualmente no era muy preparado.

¿Fuiste buen alumno? Es decir, hablando de lo académico.

No fui un buen alumno en el colegio. No era bueno para la lectura, no era bueno para hablar en público, y eso era algo que se exigía mucho en la escuela de teatro. Tuve que empezar de a poco, y, así, aprender a hacerlo. Creo que esa fue mi principal complicación: la timidez, obviamente, mi preparación intelectual, también… pero sabía jugar muy bien. Jugaba mucho y eso, en la actuación, tiene mucho valor y es muy útil.

¿Qué otros retos te han tocado enfrentar?

Como actor o como artista, lo primero que se me viene a la mente en lo audiovisual, fue el proyecto que me presentó Miguel Littín, que fue “Allende en su Laberinto”, donde se me planteó interpretar a Salvador Allende el día del golpe militar.

Era un guion escrito por el propio Littín, que contaba la historia de amor entre un Policía de la Guardia personal de Allende y una Policía de Palacio, una “carabinera”. Y Allende transitaba por esa historia, entraba y salía como personaje.

Interpretar a Allende. Vaya que fue una gran responsabilidad.

Fue un proceso largo, muy largo, primero de ins-

ARTE, CULTURA Y SOCIEDAD | MARZO 2024 27 ENTREVISTA

truirme en la vida de Allende, zambullirme en la historia, y tratar de encontrar el Allende coloquial, el Allende íntimo, porque de él sólo existían videos, imágenes, películas documentales del político, el estadista, el hombre de los discursos. Había muy poca referencia, salvo la narrada por miles de personas que lo conocieron, de cómo era en la vida privada.

¿Lo conocieron?

Miguel Littín lo conoció. Era su Director de Imagen en el Gobierno de la Unidad Popular, en lo que trabajo ante cámara se refería.

Fueron dos años de conversaciones, de reuniones periódicas, lo que hizo que el texto, el guion, fuera mutando, y la historia de amor se fue de lado y quedó como una especie de viaje de Allende, por eso el título de “Allende en su Laberinto”.

¿Un viaje?

Fue un viaje un poco como en “La Divina Comedia”, cuando va cayendo y van desapareciendo los amigos, Allende reflexión sobre su accionar. Es un proceso que yo valoro mucho justamente en eso, en el proceso. El resultado de la película creo que no es satisfactorio. Pienso que faltó mucho más tiempo para mejorar el guion y, obviamente, para filmar la película con mayor cuidado.

Todo un desafío actoral.

Exactamente. Como desafío actoral fue de lo más importante que me ha tocado en lo que a cine se refiere. Si bien la mayoría de mis trabajos trato de hacerlos con excelencia, como desafíos que yo mismo me coloco, esto ya no era inventar, sino de representar de la mejor manera un personaje tan importante como Allende. Y la gran lección, la gran enseñanza creo que, tanto para mí como para Miguel, fue que, claro, nos dimos cuenta de que este personaje mítico estaba dividido, fragmentado, en miles de Allendes. Cada persona tenía su propia imagen de Allende. Entonces, el gran alivio fue resumir en esta película nuestra visión. No complicarnos por tratar de quedar bien con Dios y con el Diablo, sino con nosotros mismos. De ahí surge este trabajo, este taller de creación colectiva, que para mí es lo más valioso, es lo más exigente que he tenido en mucho tiempo.

¿Y en televisión?

En televisión, lo mismo puedo decir de una serie que se llamó “Los Ochenta”, que en principio tenía sólo una temporada y terminamos haciendo siete. Estaba inspirada en una serie española titulada “Cuéntame Cómo Pasó”, que contaba la historia de una familia en los años ochenta en plena dictadura militar; una familia común y corriente que se va viendo atrapada por los acontecimientos de la época. Fue un gran reto mantener mi personaje a lo largo del tiempo, era Juan Herrera, el padre de familia.

Hablemos de teatro…

En Teatro siempre ha sido, en cuanto a trabajo de actuación, lo más complicado, por el desafío que repre-

senta estar en vivo y en directo con el personaje, con un público, todo el proceso y el esfuerzo que implica, el trabajo de memoria que requiere; concentración y atención para poder transmitir cada función la misma obra de manera diferente.

¿Cuál fue tu más reciente trabajo en teatro?

Mi último trabajo teatral fue un musical, “El Violinista en el Tejado” y, por mi edad, por lo que significó volver a hacer teatro después de años, fue un desafío notorio. El físico no me acompañaba, el elenco era, en su gran mayoría, jóvenes, incluso jóvenes haciendo los personajes mayores.

Creo que Sara Pantoja, que era mi compañera, interpretaba a “Golde”, y yo, éramos los únicos actores mayores. Fue un bálsamo de energía tratar de seguirles el trote a todos los chiquillos y la decisión fue que este elenco no sólo cantara y actuara, sino que, también, participara en las coreografías, así que me vi un poco impulsado y rejuvenecido con este proceso, pero funciones de miércoles a domingo me pasaron la cuenta y debo reconocer que estuve al filo.

¿Qué pasó?

Mis cuerdas vocales se resintieron mucho. Físicamente fue una exigencia como nunca había tenido. Y, siendo que en teatro había estado en obras bastante exigentes en lo corporal, pero, claro, entonces tenía otra edad.

Son lecciones que van quedando y siempre para bien… ¿No?

Cada vez me siento más responsable, principalmente, en la selección de los proyectos en los cuales me embarco. Principalmente porque, con el tiempo, especialmente al ser padre de familia, uno siente que

tiene una responsabilidad, la posibilidad de dejar un legado en las historias que uno cuenta, en los personajes que uno hace.

Tu trabajo conlleva una gran responsabilidad social. Ustedes, a través de la actuación, pueden impactar las vidas de los espectadores…

En la calle se acerca la gente y agradece por lo que ve, por las risas, por la emoción, por sentimientos, pero, también, por el contenido que uno entrega ya sea desde personajes heroicos o desde los antagónicos. Es un equilibrio muy importante. Y, claro, por el objetivo, la necesidad de contar historias que realmente dejen, que tengan un sentido. Ahí radica mi compromiso de entregar buenos personajes y de seleccionar, claro, historias que merezcan ser contadas.

¿Qué tipo de personajes prefieres interpretar?

Personajes que estremezcan, sobre todo a este país (Chile) tan necesitado de reflexión, con todo este proceso político. Uno como actor tiene un prestigio que debe poner al servicio de las causas justas. Se va construyendo credibilidad por la seriedad y la responsabilidad con la que uno enfrenta su trabajo y esa credibilidad, también, tiene un valor agregado que conlleva poder también para influir en decisiones de un país, en decisiones de las personas.

Finalmente, muchas personas te están viendo y escuchando…

Independiente de que se logren o no los objetivos, uno siente que mucha gente lo está escuchando, lo está viendo y le hace caso en las cosas que uno propone. Por eso es muy importante que uno esté instruido, seguro y que tome con seriedad las opiniones que da. Somos personas públicas y, frente a eso, yo no me he querido marginar y he querido participar también del quehacer social, no necesariamente político.

28 ARTE, CULTURA Y SOCIEDAD | MARZO 2024 ENTREVISTA

¿Te interesa la política?

La política no me produce un atractivo, o sea, la política partidista. Yo creo que sí he hecho política con mi profesión. Al trabajar en un proyecto cinematográfico, televisivo o teatral, uno está haciendo, de algún modo, política. Política partidista ya es otra cosa. Y en la medida en que uno se hace mayor, se da cuenta de que, sobre todo la gente joven, tiene mucha recepción.

Como artista me siento con mucha responsabilidad social para resaltar los valores que humanamente se están destacando hoy día. Valores como la igualdad de género, el cuidado de la mujer, de la naturaleza, de la vida austera, de formas no consumistas, en potenciar el arte que, sobre todo en la pandemia, ha salvado la vida a tanta gente. Uno es parte de la salvación de otras personas, haciendo lo que hace. Son muchos los aspectos que me he dado cuenta de que recaen sobre mi labor y la responsabilidad frente a eso es enorme.

¿Qué ventana de expresión prefieres? ¿Teatro, cine o televisión?

Como que es una necesidad que va fluyendo con el tiempo. Empecé por el teatro, una dedicación casi religiosa. Con el tiempo apareció la TV. Luego el cine. Tuve que aprender poco a poco sobre cómo actuar ante una cámara. Eso lo aprendí durante la práctica. Obviamente, como un niño con juguete nuevo, es más atractivo al momento de la novedad. Y con el tiempo, apareció la música también.

¿Cómo organizas tus tiempos entre tantos proyectos artísticos y la familia?

Tuve varios tropiezos en mis relaciones de pareja. Luego, también llegaron los hijos. Como padre inexperto, el exceso de trabajo me jugó en contra.

Era muy agotador pensar que el fin de semana, que es cuando la generalidad dedica tiempo para la familia, yo tenía que prepararme para ir a dar función de teatro o un concierto. Salir temprano y llegar tarde. En ese entonces, la música venía recién llegando y me entregaba todo lo que mi necesidad de artista requería: un público, un escenario, contar una historia.

Poco a poco fui organizando mis prioridades. Dejé de hacer teatro por mucho tiempo y gané un gran espacio para mí y para mi familia. Ahora, con un mutuo acuerdo con mi pareja, que es clave, que entiende que hay una necesidad también personal, estoy con la idea de este año volver a hacer teatro.

¿Ya tienes proyectos?

Sí. Dos. Uno es con el Teatro Ictus, de acá en Santiago, que es una compañía de las más antiguas que existen en Chile, compañía de teatro contestatario, de teatro político, que fue muy importante en el combate a la dictadura. Ahora que se conmemoran 50 años del golpe cívico militar en Chile, me invitaron a participar en la obra “Primavera con una Esquina Rota”.

Para el segundo semestre del año, la Universidad

Católica me invitó a participar en un proyecto que ganó el Fondo a las Artes que otorga el Estado. Se trata de una obra de la autora Isidora Aguirre: “Los Papeleros”.

El teatro me va a tener absorto este año, independiente de si existe un proyecto para TV o cine. Es cíclico. No puedo negar que extrañaba mucho el escenario teatral y pues se dio la posibilidad. Se conjugaron las voluntades.

Comentaste de un mutuo acuerdo con tu pareja. Eso habla de comunicación abierta y estabilidad.

Así es. Las tenemos. Los dos estamos dedicados al arte, a lo audiovisual, a la actuación. La pandemia fue una etapa de reflexión muy profunda. Nos ayudó mucho a reafianzar nuestros vínculos como pareja, a darnos cuenta de lo importante que son el espíritu y el alma, por sobre lo material.

La escasez de recursos, el aislamiento que produjo la pandemia, nos hicieron caer en cuenta de que si espiritualmente, emocionalmente, no estábamos firmes, sería muy fácil derrumbarse. Nos dimos cuenta, también, de la importancia del arte, de la música, del audiovisual, para acompañar el encierro de muchas personas.

Esa situación les ayudó a redimensionar todo…

Fue una situación complicada en lo laboral porque, obviamente, no se podía hacer muchas cosas con público. En el caso del teatro, la música, en lo audiovisual, los protocolos no estaban definidos, por lo que era un riesgo.

Nosotros, como familia, como pareja, nos fuimos enterando de que había otras necesidades y lo que surgió fue una variedad de proyectos sociales: poder ayudar, ir a los campamentos, que son proyectos comunitarios en donde un grupo de personas se apodera de un terreno, gente necesitada de hogar, de casa, de tener una vivienda, y lo colonizan y se quedan ahí hasta que consiguen que el gobierno les regularice su situación. Existe esa posibilidad legal, pero es un proceso muy sacrificado, muy engorroso, que a veces no funciona bien y puede resultar eterno. Son territorios que están muy abandonados socialmente y requieren mucho apoyo.

Existen las ollas comunes, en México las conocen como “Comedores Populares”, que son organismos que organizan los mismos vecinos, con lo que tienen, y alimentan a toda la comunidad. Para eso necesitan recursos. Alimentos, principalmente. Bernardita y yo nos dedicamos mucho a eso, a gestionar con nuestros contactos para ir en ayuda de esta gente y acompañarlos con la música, también. Eso nos llenó el espíritu; nos salvó en esa crisis laboral-sanitaria, y nos entregó una lección de vida, que es lo que al momento nos define e inspira como personas y artistas.

¿Existe la inspiración?

La inspiración existe. Es un fenómeno de los seres humanos y tiene que ver con la capacidad, justamente, que tienen las personas de estar alerta, atentos a su entorno, en base a una necesidad o un objetivo que no encuentra respuesta. Si uno está atento, la naturaleza misma, la vida, te ayuda a resolverlo.

Entonces es algo que se da, pero que no todo mundo percibe ni aprovecha.

Creo que para eso sí es necesario estar muy abierto. No es sencillo. Si bien es una condición natural, uno también, como ser humano tiende a atrofiarse, a ensuciarse, a ir en contra de su propia naturaleza. Y a veces la inspiración se esconde, desaparece, se borronea…

¿Falta de sincronía?

Creo que es importante estar en sintonía con la naturaleza, estar equilibrado, atento, descansado, feliz. Aunque, claro, algunos dicen que la inspiración viene de lugares oscuros. Puede ser real en el sentido de qué es lo que uno está buscando.

Es decir, puede encaminarse para el bien o para el mal…

La inspiración no necesariamente tiene que ver con causas nobles. Tiene que ver con lo que uno está buscando en el momento preciso de su vida, ya sea en el trabajo como artista o en otras actividades cotidianas.

Pues que la inspiración te siga por siempre y para bien en todos los terrenos de tu vida, mi querido Daniel. ¡Muchas gracias!

Gracias a ti, Edui. ¡Saludos a todos los lectores de “Arte, Cultura y Sociedad”!

29 ARTE, CULTURA Y SOCIEDAD | MARZO 2024 ENTREVISTA

Por:

Edui Tijerina Chapa Fotos: María José Carvajal Pedro, Oscar Fuentes, Pedro Ojeda y Cortesía de Alejandra Araya

ALEJANDRA ARAYA

La valentía de seguir tus sueños

La conocí comenzando el 2023, fungiendo como conductora de los programas especiales y de la ceremonia de clausura del Festival Internacional de Cine de Lebu, en Chile. Luego me enteré de que en su país es reconocida por su talento como actriz de teatro, cine y televisión. Y ahora, con mucho gusto, recibo la noticia de que ha llegado a México en busca de nuevos caminos, tocando puertas y esperando abrir más ventanas para compartir su calidad interpretativa.

Esta ocasión, para Ustedes, amigos lectores de “Arte, Cultura y Sociedad”, conversamos con mi ya muy querida y admirada Alejandra Araya

Cuéntanos, Ale. ¿Cómo comenzó tu camino para llegar a ser lo que eres hoy?

Vengo de una familia en donde ninguno de sus miembros, ni en mi generación, ni en la de mis padres, ni en la de mis abuelos, se han dedicado a la comunicación.

Este amor por la actuación nace desde mi madre, que, sin trabajar en esta área, siempre le ha gustado mucho el teatro, la lectura y la música. Es la persona más culta que conozco y desde pequeña trató de inculcarme el conocer estas áreas.

Partí bailando en el BAFOCHI (Ballet Folclórico Chileno) en donde descubrí que me sentía “libre” cuando estaba sobre un escenario; pero fue a los 11 años cuando tomé mi primer taller de teatro en el colegio (y donde Humberto Gallardo, gran actor chileno, fue mi profesor) que descubrí que en este lugar me sentía libre y “plena”. Desde la creación de personajes, desde ponerme en la piel de otro individuo y darle voz.

Podríamos decir que desde ese momento descubriste tu gran vocación…

Entonces decidí, a esa edad, que quería dedicarme a eso toda la vida. Decidí, a los 11 años, que quería ser actriz y nunca más dejé de tomar talleres.

Mi círculo cercano siempre me apoyó (mamá y papá), creo que por dos grandes razones:

- Yo vibraba con esto, me veían contenta y con muchas ganas.

- Soy muy trabajadora y responsable.

Creo que vieron que esta decisión era seria y real, y confiaron en que estas dos herramientas podrían traer frutos.

Y la vocación llegó para quedarse y seguir desarrollándose.

Exacto. Esta vocación ha logrado desarrollarse gracias al arduo y constante trabajo. Siempre me digo que esta es mi “estrella”, porque ha sido la principal herramienta que me ha llevado a vivir de esto que amo. El hacer constantemente, el dejar que mi trabajo muestre lo que soy; me ha ido abriendo puertas.

Sé que aún falta mucho por avanzar y mucho por seguir profundizando y aprendiendo en lo que hago, pero yo no puedo ser otra cosa en esta vida. Así que trabajo incansablemente a pesar de todas las veces que te dicen que no.

Por fortuna, como refieres, siempre tuviste el apoyo de tus padres.

Mi mamá y papá siempre me apoyaron. Pero por supuesto que recibía “consejos” de otras personas.

En el colegio era muy estudiosa, de los primeros lugares en la generación, y mis profesores o papás/ mamás de amigos/as me decían: “¿Por qué no buscas algo que te dé una estabilidad? Te vas a perder siendo actriz”. Y es que la inestabilidad de estas carreras es real. Tú no sales de la escuela y te vas a entregar

tu currículum a una empresa… eres tu propio jefe, productor, recursos humanos.

Eres tú el que va diseñando el camino. Y es difícil. Te enfrentas constantemente al NO y es muy frustrante. Lo veo incluso en compañeros que ya tienen carreras consolidadas; la inseguridad es un ingrediente más de esta elección y no todos estamos preparados para sobrellevarla. En la escuela nos decían “99% trabajo y 1% talento”.

¿Y pensaste en hacerles caso? Es decir, ¿Consideraste tomar otro camino?

Creo que la única vez que me dije “¿Qué pasaría si probara otra opción?” fue en 3 medio.

Había que elegir un electivo y tomé el científico. Me acuerdo perfecto que estaba en clases de química, en el laboratorio, y estábamos haciendo un trabajo en el microscopio. Me acuerdo de que empecé a sentirme mal y, tal cual, como si fuera una película, recuerdo que miré a toda la sala y vi a mis compañeros vestidos con el delantal blanco, comencé a respirar más agitadamente y corrí a la ventana. Me metí dentro de la cortina, pegué mi cara y mis manos en el vidrio y me pregunté “¿qué estás haciendo aquí?”. Obviamente no me fue bien en esa prueba y al año siguiente entré al electivo humanista.

Luego de egresar del Colegio Antupirén, en Peñalolén, allá por el 2007, comenzaste a estudiar actuación. ¿O fue desde antes?

Bueno, primero primerísimo, a los 11 años, con mi primer taller de teatro en el colegio. Y ya en términos académicos en el Teatro San Ginés (2006), Preuniversitario del Teatro Camino (2007), Taller Anual del Club de Teatro (2008)

¿Y ya como carrera?

Estudié actuación en la Academia de Fernando González Mardones, entre el 2009 y el 2011, teniendo nuestra temporada de egreso en enero de 2012. Posteriormente hice un PET en la Universidad Mayor, para validar la academia y tener un título.

Mi academia no trabaja de la mano con el Ministerio de Educación por lo que sales sin título. No es una obligación tenerlo, pero, finalmente, sí es un reconocimiento a nivel de sistema y para un futuro. Nunca se sabe si habrá cambio de intereses. Este será un respaldo.

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Foto: María José Cabajal Pedro. Foto: Pedro Ojeda

Luego he seguido tomando muchos cursos y talleres. Estudie un taller Actuación frente a cámara en Roberto Matus, Taller de Mimo Corporal Dramático (una técnica física), 4 años de Kalaripayattu (Arte Marcial de la India), Taller de Actuación Frente a Cámara para Cine en México, Varios talleres de Actuación para un casting, en fin. Nunca se termina de aprender, y a mí me gusta mucho.

Pues, considerando lo joven que eres tienes ya una larga y firme trayectoria. ¿Qué hiciste al salir de la escuela?

Saliendo de la escuela ¡Uff! Como buena carrera en la que una es la gestora de los proyectos, he trabajado en hartas cosas. Tratando de hacer un resumen:

En Teatro Deliria, en Teatro Camino como actriz, productora y/o Docente de sus talleres; en Teatro Atanor, de 2014 a la fecha, con nuestra obra “El secuestro de la Bibliotecaria”, en

MEGA, del 2016 a 2023, como actriz en 4 novelas. También, de 2017 a la fecha, en Teatro Sentido, siendo la dramaturga, directora y productora de 2 proyectos personales: “Nupaaka, un viaje a nuestros ancestros” y “Operación Pacífico”.

Con esta carrera tan enfocada en el arte histriónico, ¿en qué momento diste giro hacia la conducción?

Soy una actriz que ha podido incursionar en la conducción y que ha sido muy feliz. Esta área la he ido descubriendo pasito a pasito. Me gustan los espacios cercanos, humanos y relacionales. Por lo que, si la invitación es desde ese lugar; lo disfruto mucho.

He animado espacios importantes como bingos en beneficios, algunas “previas” de funciones y ahora último la Gala de Danza de la Academia de Dagoberto Huerta en Marchigüé (hermosa experiencia) y Festival de Cine Lebu 2023.

¿Con qué tipo de personajes o géneros te sientes mejor actuando?

La verdad, la verdad: No tengo un personaje o un estilo favorito. Por supuesto sí hay personajes que he querido con todo el corazón y otros no tanto.

En lo que ha sido mi experiencia, sí creo que he tenido más oportunidad de trabajar en género dramático, tanto en teatro como en TV.

Soy una actriz de proceso, de trabajo constante. Y desde ese lugar la parte corporal es un espacio

que para mí es fundamental de desarrollar. Siempre parto buscando cómo se proyecta un carácter a través del cuerpo. Por eso amo desarrollarme en espacios donde el cuerpo es muy importante, artes marciales, danza, ahora llevo 2 años aprendiendo Lengua de Señas Chilena.

¿Eres de las actrices que prefieren una ventana expresiva en particular -cine, teatro, TV, streaming- o te concentras en interpretar y punto?

No, no. A mí me gusta ser intérprete. Dar vida a personajes y apuntar a una creación diferente uno del otro. Eso me obsesiona y encanta. De estas cuatro áreas he podido desarrollarme más en 2, que es el teatro y la TV. Así que mi futuro lo estoy proyectando en lograr abrir más puertas dentro del mundo del cine y del streaming. Me encantaría. Estamos trabajando en ello.

Las actrices que admiro, tanto a nivel nacional como mundial, son mujeres de las que he podido admirar su trabajo en estas cuatro áreas desbordando versatilidad. Eso me fascina y obsesiona.

Como conductora y actriz, eres figura pública,

¿Te consideras líder de opinión?

Sinceramente, no me acomoda el término “líder de opinión”. Más bien, soy una actriz que, gracias al trabajo que ha desarrollado, tiene a su disposición un mayor alcance en términos comunicativos. Y desde ese lugar, desde mi ser actriz, comparto en entrevistas o en mis redes, áreas reales en las que me desarrollo.

Con eso me dejas claro que tienes muy a la vista tu gran responsabilidad social.

La parte social de mi trabajo es muy importante para mí. Por ejemplo, mi trabajo teatral lo he desarrollado en la creación y participación de obras que apuntan a las infancias. Creo firmemente que ahí se define en gran medida la persona y cuando tú vives experiencias positivas en torno al arte, y con eso, en el tiempo, vas a lograr que esa persona sea un futuro amante de esto que hacemos. De ahí mi primer amor a las infancias y al desarrollo de proyectos que aporten en su educación.

También eres una persona preocupada por el entorno, que promueve el cuidado de nuestro medio ambiente.

Mi obra “Operación Pacífico”, acerca de la contaminación del plástico en los océanos, muestra lo importante que es para mí el medio ambiente. Este documental animado ya tiene dos premios internacionales y ha compartido muchas funciones con adultos y niños.

Por otro lado, estoy estudiando Lengua de señas chilenas, 4 nivel. Otra área tremendamente importante en términos sociales. Tengo certeza de que, desde mi oficio, puedo aportar un granito en educación, y eso me fascina.

¿Hay alguien que consideres tu guía, tu principal mentor?

¡Qué difícil contestar esto! ¿Sabes? Porque he tenido muy buenos profesores, pero también con procesos educativos que me parecen súper violentos.

Creo que si tuviera que destacar a una persona que para mí es un referente de creación, sería Gustavo Valdivieso, director de Teatro Atanor. Con él aprendí y conecté con el teatro para las infancias y, gracias a su trabajo, conversaciones, dirección y, hoy por hoy, amistad, es que ya voy creando mi tercer proyecto en esta área.

¿Qué consejo te ha marcado? ¿Qué consejo atesoras?

Un consejo que atesoro, que escuché en la escuela y

32 ENTREVISTA
Foto: Óscar Fuentes

que creo que ha sido muy importante es: 99% trabajo y 1% talento. Así creo que realmente es; se vive de esta profesión siendo una hormiguita constante.

Otra cita que recuerdo de la escuela es “No eres más que tu próximo personaje”. Me parece acertado pensar el camino de esta manera. Primero en términos concretos de tu trabajo, porque vas generando un rol tras otro. Y luego, en términos de exposición, creo que hay que tener una psicología equilibrada en este camino porque o te subes a la nube y te crees lo máximo o puedes deprimirte profundamente. Y tú, ¿qué consejos das a quienes quieren seguir tus pasos como actriz?

La verdad, no hay nada más valioso y valiente que seguir tus sueños. La vida pasa tan rápido, que levantarse todos los días a hacer lo que amamos es un auto regalo maravilloso. Si amas esto, inténtalo. No te quedes pensando “qué hubiera pasado si…” Inténtalo con todo el corazón, alma y cuerpo, con todas tus fuerzas. Pese a los malos días que sí habrá.

Confía en tu proceso, confía en ti. Y trabaja, trabaja mucho, incansablemente, porque es difícil. Pero se puede.

Retomemos tu faceta como escritora de libretos teatrales. ¿Cómo te sientes con la dramaturgia?

Escribo desde la intuición, no te voy a mentir. No tengo especialidad, ni cursos en dramaturgia; simplemente, amo hacerlo. Amo llevar una imagen que tengo en mi cabeza y traspasarla al papel.

Como señalé antes, he escrito dos proyectos de teatro para las infancias “Nupaaka, un viaje a nuestros ancestros” y “Operación Pacífico”. También he escrito cuentos para la radio, escribo cápsulas educativas para una marca, estoy terminando mi primer cortometraje y, paralelamente, iniciamos un proyecto de audio ficción femenina sobre el deseo y la sexualidad.

Ahora que respondo esta pregunta, me doy cuenta de que he escrito varias cosas efectivamente. ¡Qué alegría! Próximamente haremos un curso para profundizar en esto.

¿Cuál ha sido tu mayor reto profesional?

Creo que todos los inicios de proceso en un área desconocida los enfrento y los he sentido como un gran desafío. Por ejemplo, mi primera novela fue un desafío gigante. Yo venía del mundo del teatro y mi relación con la TV era a través de pequeñas cápsulas o cortometrajes universitarios. Fue un proceso muy importante; aprendí mucho, tuve compañeros muy generosos e Isabel Quiroga, siendo un personaje secundario, terminó cerrando la teleserie. Lo atesoro en el corazón.

Luego, mi primer viaje a México. Empezar de nuevo. Mis deseos de abrir nuevas puertas y de subir un escaloncito. Partió desde cero y terminó siendo un viaje importantísimo en mi vida personal y laboral.

Ahora voy por el cine. Para allá estoy apuntando mi

trabajo y energías. Amo lo que hago y quiero seguir creciendo.

¿Cuáles son las principales variables que consideras al aceptar un proyecto?

Dos cosas son muy importantes para mí. Primero, la historia que rodea al personaje, ya que eso se convierte en motivo de estudio, investigación y creación. Luego, el equipo humano. Valoro infinitamente con quién voy a trabajar, porque estaré con esas personas día a día. Me gustan los compañeros que son generosos y que hacen de los rodajes, días de encuentro y profundidad. Creo que con estos 2 grandes elementos se suceden grandes proyectos.

¿Algún proyecto del que te arrepientas?

La verdad, arrepentirme como tal, ninguno. Porque finalmente tú aprendes de todas las cosas que van pasándote. He tenido malas experiencias sí, pero que me han hecho más fuerte.

Pero sí, hay un proyecto en el que el segundo elemento que mencioné no estaba y fue muy pesado de hacer. Será un secreto que me llevaré a la tumba-

¿Y el que te hace sentir más orgullosa?

Pues, sin duda alguna, “Perdona Nuestros Pecados”, en TV. Para mí, fue el puntapié inicial de lo que hoy son cuatro teleseries en el cuerpo. Me siento orgullosa de mí, de mi crecimiento, de mi constante trabajo, y me siento muy agradecida de las oportunidades y desafíos que la televisora MEGA ha puesto en mi camino.

De no haber sido actriz, ¿en qué otras áreas habrías estado?

Nunca me he visto en otra cosa. Nunca me he sentido no siendo actriz. Lo llevo impregnado en el ADN y, para bien o para mal, toda mi vida la veo en desde la actuación.

Pero, si tuviera que elegir otra opción, sería enfermera pediátrica.

¿Qué te llevó a la decisión de migrar a México?

Más bien, me gusta decir que quiero que México sea otro espacio laboral. En ello estamos trabajando. Pero en Chile tengo proyectos también.

México es un planeta de diferencia en término de oportunidades laborales. El hecho de que sea un lugar con muchísimas producciones al año, con personajes diversos, con la cultura a flor de piel en las calles, con contactos globales, con formas de hacer mucho más grandes; un lugar donde puedes audicionar para los proyectos (gigante diferencia con Chile); hacen de México una tremenda experiencia para mí.

Mi deseo es ir abriendo nuevas puertas de trabajo, ir caminando y seguir creciendo. Mi primer viaje fue hermoso y hoy tengo mi visa por tres años.

¿Qué has estado haciendo por acá, en México?

Mi primer viaje fue de 6 meses y en ese período pude trabajar en “Triada”, una serie de Argos; tuve un rol en la novela “Mi Fortuna es Amarte” para TELEVISA, hice un videoclip para LANDABUR, músico chileno en México; hice publicidad y me quedé en una película que lamentablemente no pude hacer porque había regresado. Todo esto, además de un llamado para otro proyecto estando en Chile. Eso es mucho para tan poco tiempo, siendo extranjera.

Quiero permitirme vivir nuevas posibilidades de trabajo en México, aprender en escuelas maravillosas que conocí y crecer.

Pero no estás dejando Chile, tu país.

De Chile no me voy. Es mi hogar y tengo mis proyectos allá. Vamos caminando ambos lugares.

En este momento de tu vida, ¿hay algo de lo que te lamentes?

No me arrepiento de nada de lo que soy. Ni de ninguna experiencia negativa que, por supuesto, he vivido en este camino. Creo que si pudiera retroceder en el tiempo, le diría a esa Ale más pequeña que “todo va a estar bien”, para que ella, quizás; hubiese sido más atrevida en ciertas cosas. Pero, luego, también digo que, si hubiese sido así no sería esta Ale. No sería yo.

¿Sabes? He aprendido poco a poco a confiar en que las cosas tienen su momento perfecto para darse. La vida, en conjunto con mi trabajo constante, así me lo demuestran. Y yo lo agradezco tanto. Con el paso de los años, la vida se disfruta más y más.

Me gustaría que estuviera viva mi nana, mi Cecilia Castro, mi segunda mamá. Y poder compartir con ella todo mi proceso. Pero estoy segura de que está conmigo de la mano siempre.

ENTREVISTA 33 ARTE, CULTURA Y SOCIEDAD | MARZO 2024
Foto: Oscar Fuentes.

Por: Redacción - Edui Tijerina Chapa Foto: Cortesía CINELEBU

Cinelebu y Chileactores

Sinergia de apoyo a los talentos histriónicos

Sin lugar a duda, los actores y actrices son pieza clave en el mundo de la narrativa audiovisual. Siempre, pase lo que pase, toman sus personajes, los apropian y les dan energía y movimiento, llevándolos por diversas situaciones y emociones para, así, tomarnos de la mano y guiar a otros mundos, a otras vidas, a otros sueños.

Justo esa premisa está grabada a fuego, desde hace más de tres décadas, tanto en la agrupación Chileactores, como en la Fundación Gestionarte, las cuales no sólo acompañan a sus socios, también los apoyan económicamente, con aportes sociales, formativos y

sobre todo con compañía, velando como siempre por sus derechos y bienestar.

Y es que no importan las circunstancias, el trabajo que ha desarrollado la entidad se ha mantenido y fortalecido con el paso de los años generando, también, un nexo indisoluble entre los artistas y el público. Un puente que en los últimos años fue más importante que nunca, y hoy que paulatinamente las puertas de los espacios artístico-culturales se han vuelto a abrir, valoramos incondicionalmente.

El rol creador, reflexivo y social de los artistas es

fundamental para todos los pueblos, por eso, desde CineLebu, se valora especialmente la alianza que desde hace años tiene con Chileactores y que permite contar incondicionalmente con el conocimiento y talento de sus socios. Así, se agradece y valora profundamente la extensión de ese compromiso a través de la entrega anual del Premio Especial a la Actuación, que otorgan en las categorías Mejor Actriz y Mejor Actor, para los intérpretes que cada año participan en la competencia de Ficción Regional.

El Premio Especial de “Chileactores” del Festival Internacional de Cine de Lebu, es un reconocimiento que, además, promueve y destaca el rol de actores y actrices en la filmografía nacional, desde las regiones, visibilizando sus trabajos y el de los realizadores locales para apoyar la difusión del cine chileno.

ARTE, CULTURA Y SOCIEDAD | MARZO 2024 34 CINELEBU

Foco director

Cada año, el Festival Internacional de Cine de Lebu dedica un espacio muy especial para proyectar y reconocer la obra y trayectoria de grandes directores que, con su talento y trabajo, han dejado un legado imborrable en la historia del cine mundial.

El reconocimiento más reciente fue para el Maestro Emir Kusturica.

Director de cine, guionista, actor y músico serbio, nacido el 24 de noviembre de 1954 en Sarajevo. Su trayectoria es impresionante, con una serie de largometrajes internacionalmente aclamados.

Kusturica se convirtió en uno de los más creativos directores de cine durante las décadas de los ’80 y los ’90.

Tras finalizar en 1979 sus estudios en la distinguida Academia de Artes Interpretativas (FAMU) de Praga, tuvo un auspicioso debut en el cine con “¿Te acuerdas de Dolly Bell?”, filme con el cual ganó ese año el Premio León de Oro en el Festival de Cine de Venecia. Con “Papá está en viaje de negocios” ganó la Palma de Oro en el Festival de Cine de Cannes, cinco premios yugoslavos y fue nominada a los Premios Oscar por la categoría “Mejor película en lengua extranjera”.

En 1988, Kusturica fue aún más aclamado por la película “Tiempo de gitanos”, una profunda mirada al interior de la cultura gitana. Luego, prosiguió realizando grandes películas de renombre dentro de la siguiente década, incluyendo su debut en Estados Unidos con la comedia de humor absurdo, “El sueño de Arizona” y volvió a ganar la palma de oro en 1995 con la épica comedia negra “Underground”.

En 1998, Kusturica ganó el León de Plata a la mejor dirección en el Festival de Cine de Venecia por “Gato negro, gato blanco”, una desaforada comedia ambientada en un campamento gitano en las riberas del Danubio. En 2001 dirigió “Super 8 stories”, un típico docu-

CineLebu homenajea a los Grandes

mental “Road movie” sobre la gira y vida de los músicos de “Emir Kusturica & The no smoking orchestra”.

En 2004, Kusturica y su film “La vida es un milagro”, concerniente a la guerra civil yugoslava, recibieron el premio de la educación nacional de Francia por su potencial aporte como herramienta educativa. Ganó en el año

2005 el premio europeo de arquitectura Phillipe Rotthier, por su proyecto de ciudadela étnica “Drvengrad” (“pueblo de madera”) ubicado sobre el monte Zlatibor en Serbia.

En el festival de cine de Cannes de 2005 ofició de presidente del jurado. En 2008 realizó “Maradona by Kusturica”, documental dedicado al famoso futbo-

lista Diego Armando Maradona y en 2018 dirigió el documental “El pepe: a supreme life”, en el que registró la vida del expresidente uruguayo Pepe Mujica.

¿Quién será el gran homenajeado” por el Festival Internacional de Cine de Lebu en su edición 2024. Será una gran sorpresa y aquí, en “Arte, Cultura y Sociedad” les tendremos informados.

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ARTE, CULTURA Y SOCIEDAD | MARZO 2024 36 CINELEBU
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