Revista latinoamericano abril

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Reportaje

de Chapultepec fue porque en ese tiempo, discriminatoriamente, sólo lo alquilaban al que fuera presidente de la república…”5

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Como ni Chava, ni su papá llegaron a ser presidentes de la república, él no pudo vivir en Castillo de Chapultepec. Sin embargo esto no le impidió conocer el dinamismo, la vida de la ciudad. En la letra de todas sus canciones refleja su mirada crítica, burlona, sarcástica y hasta alburera de la urbe que como retablo barroco o filigrana oaxaqueña, no deja pasar detalle alguno de la compleja forma de ser del mexicano clase mediero. Para Chava Flores, la ciudad no sólo fue el lugar en donde se desataban historias que después podían ser contadas; fue el escenario en donde todo acontecía, en donde nada podía quedar fuera; ese continente que crece desbordándose de sí mismo ante tanta algarabía, bullicio y esplendor. En la mayoría de sus canciones se mezclan, amalgamados, la tradición de una ciudad no urbanizada y la “modernidad del progreso”; la transformación de un 5

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“México moderno”, con barrios que poco a poco fueron convirtiéndose (aunque fuera sólo de nombre) en colonias y unidades habitacionales, con vecindades redificadas en multifamiliares, y calles y avenidas, ahora pomposamente llamados ejes viales. Dentro de este entorno semiurbano, Chava captura innumerables costumbres, hábitos, rutinas, oficios, juegos, chismes, nombres, rumores, amores, peleas, diversiones, comidas, vicios, decepciones amorosas, vicisitudes del matrimonio, y desde luego la idiosincrasia del mexicano, soñador como ninguno otro en el mundo. Y por si fuera poco, todo esto dicho con nuestra particular forma de hablar, en donde el “doble sentido” cobra pesó, y el albur aparece de pie, parado pues; para que uno se siente a escuchar la obra de El Chico Temido de la Vecindad,6 quien en su pueblo Tejeringo el Chico, tuvo una tienda, y que nos cuenta: Tuve una tienda en mi pueblo, precioso lugar, te vendía de un camote de Puebla a un milagro a san Buto, pitos, pistolas pa´ niños te hacía yo comprar, pa´ tu cruda una panza, te inflaba una llanta al minuto…7 Por ello las aportaciones de la obra 6

Las letras en cursivas corresponden a los títulos de canciones de Chava Flores.

7

Chava Flores. Tuve una Tienda en mi Pueblo.

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de Chava Flores no son menores. Sus letras son un retrato costumbrista de la ciudad que lo mismo lo vio divertirse que tener trabajar. Un retrato que puede y deber ser observado desde las más variadas disciplinas: la Sociología, la Urbanística, la Política, el Derecho, la Lingüística y sobre todo como una fuente para la Historia. Sus relatos en los que se hace presente La Esquina de su Barrio, la Boda de Vecindad y Los Gorrones; así como los viajes en El Metro para disfrutar de Dos Horas de Balazos en los cines de barriada, nos


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