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Francesca Da Rímini
from Reflejos 105
Cultural
Francesca da Rímini
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La ciudad de Rímini es famosa por varios motivos. Recordemos que allí nació Feder Fellini. Pero tal vez, la fama de esa bella ico ciudad de la Emilia-Romagna sea más perdurable por Francesca, que si bien no nació en la ciudad del Adriático, tuvo allí su malogrado epílogo. Debemos remontarnos a la Edad Media, para conocer qué papel jugó esa agraciada joven de la nobleza y el porqué de sus desventuras, que fueron inmortalizadas en la Divina Comedia. Francesca era hija del Príncipe de Rávena. Su padre, por razones políticas, la obligó a casarse con Gianciotto Malatesta de Rímini. Pero la joven quedó prendada de su cuñado Páolo, hermano menor del señor de Rímini. Hemos tratado de perfilar sumariamente los elementos que componen la tragedia. Ahora, dejemos que sea la Divina Comedia la que nos suministre el desenlace fatal de la historia y los motivos por cuales Dante la ubica en el segundo círculo del infierno. Allí se atormenta a los lujuriosos y ese fue destino elegido para las almas martirizadas de Francesca y Páolo.
Lasciate ogni speranza…..
Dante, con la guía de Virgilio, se internó en las profundidades del Averno. Cuando llegó al segundo círculo, entre los varios personajes que demandaron su atención, advirtió que dos almas juntas, volaban impelidas por el viento. “Así como
dos palomas, excitadas por sus deseos se dirigen con las alas abiertas y firmes al dulce nido,
llevadas en el aire por una misma voluntad” se encaminaron hasta donde se encontraba el poeta. “La tierra donde nací (nos cuenta Francesca), está
situada la costa donde desemboca el Po, con
todos su afluentes (se refiere a la ciudad de Rávena). “Amor, que se apodera pronto de un
corazón gentil, hizo que este se prendara de aquel hermoso cuerpo que me fue arrebatado de un modo que aún me atormenta”.
Al escucharlas, el florentino agachó la cabeza y la tuvo tanto tiempo inclinada que Virgilio le preguntó en qué pensaba. “¡Cuan dulces
pensamientos, cuantos deseos los han conducido
a este sitio doloroso!” le contestó el poeta. Luego dirigiéndose a la condenada, comenzó el interrogatorio: del siguiente modo: “Francesca tus
desgracias me hacen derramar tristes y compasivas lágrimas. Pero dime: en tiempo de los dulces suspiros, ¿cómo os permitió Amor conocer
vuestros secretos deseos? Francesca repuso: “ No
hay mayor dolor que acordarse del tiempo feliz en la miseria, y eso lo sabe bien tu Maestro. Pero si tienes tanto deseo de conocer cuál fue el
principal origen de nuestro amor, haré como el que habla y llora a la vez. Leíamos un día, por pasatiempo, la aventuras de Lancelote y de qué modo cayó en las redes del Amor; estábamos solos y sin abrigar sospecha alguna. Aquella lectura hizo que nuestros ojos se buscaran muchas veces y que palideciera nuestro semblante; más un solo pasaje fue el que decidió por nosotros. Cuando leímos que la deseada sonrisa de la amada fue interrumpida por el beso del amante, éste, que jamás se ha de separar de mí, me besó tembloroso en la boca: el libro y quien lo escribió, fue otro Galehaut; aquél día ya no leímos más…..”
Sospechando la felonía, el señor de Rímini que se encontraba al acecho, no dudó en herirlos de muerte. Dejamos aclarado que Galehaut, fue quien apañó los amores de la reina Ginevra y Lancelote.
Dos reflexiones
A) Realmente, el remate de la historia de Francesca y Páolo Malatesta, logra con esa sintética expresión final:. …aquél día ya no leímos mas…”, una carga de significación implícita, que le confiere a la anécdota una dimensión poética impar. No es necesario abundar en fatigosos detalles, basta encontrar un giro del lenguaje apropiado, para despertar la imaginación del lector, el que tampoco necesita de otra explicitación. Dante evidencia una vez más su condición de poeta y su dominio de la escritura, porque con escuetas palabras logra conferirle al episodio, el sentido amoroso más completo.
B) Existe otro aspecto de la cuestión que nos convoca y llamativamente nos impide eludirlo. Recordemos que las almas de Francesca y Páolo fueron condenadas a vagar enlazadas para toda la eternidad. El ámbito que las entorna es sombrío y un céfiro avernal las mece sin violencia, por el limitado especio del segundo círculo. Sin embargo, nos parece que Dante se ha condolido hasta lo más profundo con el triste destino de los amantes, de modo que atempera sus desventuras. Si hacemos abstracción del entorno tenebroso donde sitúa a los enamorados, advertimos que ellos habrán de permanecer unidos hasta el fin de los tiempos y si divagaran por otro escenario más benévolo y amigable, podrían ser mucho más dichosos, porque el amor que se tienen no ha muerto.
MM