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OBRA RECIENTE

Los rostros son la consecuencia de mi andar en el oficio de la pintura: Eloy Pérez Aquino

Karla MARTÍNEZ DE AGUILAR

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Fotografías: Manuel Jiménez

Conocer el oficio del artista y sus motivaciones para generar un díalogo, a través de las obras que realiza, es tener un acercamiento no solo a la creación, sino al ser humano que hay detrás de ellas.

Platicar con Eloy Pérez Aquino en su taller ubicado en Santa Cruz Xoxocotlán, Oaxaca, de donde es originario es un deleite. Escuchar sus relatos que son anécdotas de vida, pero sobre todo, conocer la semilla que lo motivó a germinar con los años el oficio de la pintura es una gran enseñanza.

Recuerda que en la primaria uno de sus profesores, al ver el desempeño sobresaliente que tenía a su corta edad al hacer dibujos, le auguró un camino en la pintura, tal vez, ahí la inquietud nació en Eloy Pérez Aquino.

El Instituto de Bellas Artes de Oaxaca le permitió dar forma a esta inquietud artística y pertenecer a una generación importante de exponentes del arte oaxaqueño. Absorber los aprendizajes fundamentales que sentaron las bases en diversas técnicas para que con el paso de los años desarrollará su carrera artística, centrándose en el dibujo que domina con maestría y es el eje central de su obra.

“En Bellas Artes aprendí las técnicas, sobre todo el dibujo impartido por Carlos Velasco, recuerdo que ponían un modelo de yeso y lo teníamos que dibujar, fue una formación

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totalmente académica durante tres años”.

Eloy Pérez Aquino es un artista completo, ha caminado en el oficio de la pintura explorando desde el retrato, los bodegones, paisaje y lo decorativo que sin desestimar estos trabajos en sus inicios le permitieron ser una fuente de ingresos para vivir del arte.

“El retrato es mi inicio y de ahí el bodegón, el paisaje, aunque no me incliné mucho por este. La parte decorativa también fue una forma de continuar pintando, realicé trabajos por encargos y fue mi inicio en el oficio del pintor. Agradezco a Dios, a la naturaleza, el haberme dado la facultad de pintar, lo que me llevó a vivir en México durante tres años, estuve en talleres artísticos, donde viví muchas experiencias, siempre siguiendo el camino de la pintura, después me fui a Guadalajara a ejecutar unos trabajos de pintura decorativa, tambén realicé pintura eclesiástica, he tenido un trabajo constante por la recomedación de las personas a las que les ha gustado mi trabajo.

Todas estas experiencias artísticas me brindaron las bases académicas para desarrollar las técnicas en la pintura y después enfocarme a la figura humana, específicamente los rostros”.

Al regresar a Oaxaca, tuvo un taller en el Barrio de Jalatlaco en la calle de Refugio -estaba un

poco escondido y no tenía el auge la zona como

la tiene ahora- sin perder el ánimo, lo motivan a establecer su taller en la calle de Guerrero, al tener más cercanía con el centro histórico se fue convirtiendo en un espacio donde diversos pintores se daban cita para generar trabajos y proyectos.

Al formarse un grupo de 15 artistas, generaron una Exposición Colectiva auspiciada por el

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licenciado Ildefonso Zorrilla Cuevas, quien fuera rector de la UABJO y al que le solicitaron que el maestro Rufino Tamayo inaugurara este evento en la sala del ExConvento de Santo Domingo de Guzmán de Oaxaca.

“Nos reuníamos en el taller más o menos 15 artistas, empezamos a generar proyectos a nivel estudiante, uno de los integrantes gestionó una exposición colectiva con el licenciado Zorrilla Cuevas, rector de la UABJO, en esa época estaba propuesto el maestro Rufino Tamayo para que fuera el director de Bellas Artes y por ello solicitamos que él inaugurara esta muestra pictórica.

Rufino Tamayo a quien recuerdo como una persona modesta, franca y generosa, recorrió en absoluto silencio la exposición, al finalizar nos brindó un mensaje que quedó marcado en mi memoria - la exposición le pareció pretérita, porque pintábamos lo que ya se hacía en México y nos dijo que deberíamos explorar y buscar más, así como el hombre está llegando a la luna, también en el campo del arte y cualquier disciplina se puede explorar aunque no es de la noche a la mañana; se refirió a algunos cuadros con manchones, donde ya empezaba a haber una inquietud- sus palabras en mi caso personal me alentaron para reorientar mi camino en el arte”.

Durante unos años alternó su actividad pictórica con la enseñanza. Las sendas de la vida lo llevaron a invitación de otros amigos artistas a fundar y crear proyectos de enseñanza artística en las Casas de Cultura de Huitzo, Ixtlán de Juárez y Ejutla de Crespo, donde descubrió otra de sus pasiones que es la enseñanza de las artes plásticas.

Dedicó parte de su vida a compartir sus conocimientos y despertar el interés en las niñas y niños de estas comunidades para acercarse a los talleres de pintura, música, teatro, pero también, con los padres de familia, a ver en las artes una forma de ver con otros ojos el mundo, de sensibilización hacia su entorno y no buscar la inmediatez de la recompensa económica.

“Recordar estas experiencias me hacen sentirme bien, haber conocido a referentes de la cultura como Arcelia Yañiz, directora de la Biblioteca Pública Central, y Sergio Cervantes, coordinador de las Casas de la Cultura en Oaxaca, saber lo complicado que es echar a andar una casa de la cultura, es una labor que requiere entrega y compromiso, fue un proceso de aprendizaje de todos los involucrados, lo que me llevó a estar varios meses y años en las distintas casas de la cultura, fueron experiencias invaluables el poder compartir con los niños mis conocimientos, fue enriquecedor, por amor al arte aporté mi tiempo, hacer gestión cultural e involucrar a las diversas comunidades”.