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TERAPIAS ALTERNATIVAS

Alcohol y Diabetes

La ingesta de alcohol es un proceso culturalmente aprobado a lo largo de la historia, ya que el hombre lo ha asociado a reuniones, eventos importantes, ya sean políticos, religiosos, laborales o simplemente para socializar, lo cual ha llevado a que la ingesta de dicha sustancia ha estado presente siempre y en aumento. En los pacientes con diabetes esto no es la excepción. El consumo de alcohol se ha vuelto frecuente y en muchas ocasiones excesivo y las consecuencias son múltiples a nivel cerebrovascular, hepático, pancreático y en enfermedades crónicas, sin olvidar los accidentes o la dependencia a éste, generando lo que hoy en día ya es considerado como enfermedad: el alcoholismo, esto sin mencionar los altos costos sociales, médicos y económicos que resultan en atención de los pacientes que lo ingieren. Se estima que Dr. Luis Ángel PÉREZ SORIANO*

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en México el consumo excesivo de alcohol es responsable del 9% del peso total de una enfermedad crónica relacionado directa o indirectamente con el consumo de éste, siendo las más importantes cirrosis hepática en un 39%, accidentes automovilísticos en un 15% y la dependencia misma al alcohol en un 18%. La prevalencia de la ingesta de alcohol es predominante en la población masculina, principalmente en el grupo de edad de 40 a 49 años. En los últimos años, se ha señalado que el alcohol tiene efectos diabetogénicos y en personas con diagnóstico de diabetes mellitus tipo 2 influye en el aumento de la obesidad, inducción de pancreatitis, alteraciones en el metabolismo de los carbohidratos, lípidos y de la glucosa, generando periodos de hipoglucemia cuando se consume alcohol en ausencia de alimentos o de forma excesiva, o bien, cuando se ingiere cercano a la toma de medicamentos, pero también está relacionado con hiperglicemia cuando se consume en cantidades menores o para acompañar los alimentos resultando en una dificultad para el control de la enfermedad.

Por lo mencionado previamente siempre es de esperarse que los pacientes con Diabetes siempre presentan dudas respecto a la ingesta de alcohol, la recomendación que nos da la Organización Mundial de la Salud es no más de una copa al día para mujeres y máximo 2 copas al día para hombres. Para las personas que viven con diabetes y que usan insulina o hipoglucemiantes orales, tomar alcohol no debe ser un impedimento, sin embargo es importante cuidar la cantidad, frecuencia e indicaciones especiales: -Mantener una adecuada hidratación. Se recomienda que por cada copa de alcohol debe ingerirse uno de agua pura. -Evitar consumir alcohol si ha habido periodos largos de ayuno, o bien poca ingesta de alimentos, ya que esto se relaciona a hipoglucemias, las cuales pueden incluso confundirse con el efecto que tiene el alcohol sobre el cuerpo, por lo que siempre se recomienda tener a la mano un glucómetro para conocer en qué nivel de glucosa se encuentra previo a la ingesta de alcohol. -Siempre se debe acompañar las bebidas alcohólicas con alimento. El alcohol por lo general tiene un efecto hipoglucemiante, esto se debe a que el hígado esta tratando de eliminarlo, por lo que deja de hacer otra de sus funciones que es liberar la reserva de glucosa a la sangre. Por lo que es importante que durante la ingesta de alcohol haya ingesta de hidratos de carbono complejos acompañado de una fuente de proteína y grasas saludables, lo que ayudará a que estos hidratos

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de carbono se sigan absorbiendo y se evite un evento de hipoglucemia. -Muchas veces se acompañan las bebidas alcohólicas con refrescos, jugos o algún tipo de jarabe. Debe evitarse dentro de lo posible, pues el efecto será el contrario, es decir una hiperglucemia. -Evitar consumir alcohol al momento de haber tomado hipoglucemiantes orales, o haberse aplicado insulina, puesto que el alcohol potenciará el efecto de estos y nuevamente se tiene riesgo de hipoglucemias. Se recomienda que haya un espacio considerable de varias horas entre la aplicación de insulina y la ingesta de alcohol. De igual forma evitar realizar ejercicio luego de haber consumido alcohol, pues el efecto será igual.

-¿Es necesario contar los hidratos de carbono que aporta el alcohol?

Si bien es cierto el riesgo de hipoglucemia con el consumo del alcohol, también es cierto que en muchos casos puede llegar a aportar una cantidad de hidratos de carbono considerable.

Las bebidas fermentadas a menudo se consumen solas y presentan más hidratos de carbono que las destiladas. Por ejemplo: 250 ml de cerveza es 1 ración.

En cambio, las bebidas destiladas contienen muy pocos hidratos de carbono o nada por sí mismas, pero suelen consumirse mezcladas con refrescos. Por ejemplo, 250ml de refresco de cola aporta 2 raciones. En este caso, mezclar una destilada con un refresco sin azúcar puede parecer una buena solución, pero recordando el metabolismo del alcohol, la ausencia de glucosa en la mezcla, hará que el combinado pueda provocar más riesgo de hipoglucemia. Será una buena opción si ya se han ingerido hidratos de carbono en esa comida.

* Clínica Especializada en el tratamiento de Diabetes y Nutrición. Av. Lázaro Cárdenas 198, San Sebastián Tutla, Oaxaca, Cel. 9512281709.