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TINTERO Desesperes de Mamá / Nuevos Aires

/ Tintero

Desesperes de Mamá

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Aida GAXIOLA*

Nuevos Aires

Los inicios pueden ser atemorizantes, emocionantes, difíciles, sin embargo, siempre serán movimiento y pie de reflexiones y nuevas dinámicas. Entonces, estás en una nueva etapa con tus críos ya saliendo un poco más, teniendo más actividades y más convivencia con el mundo. Cuando de pronto, en el panorama aparece un nuevo personaje en sus vidas, sobre todo, en la tuya. Conociste a “alguien” y sí, con la entonación de “nuevo y con ganas que se quede”. Esto no es como otras ocasiones de citas convencionales o de cenas que no llevan más que a una decepción. Él y lo que es su vida te gusta para que sea tu vida y compartir. Te maravillas de lo bien que estás y, entonces, aparecen nuevas dinámicas. Estás en la sala con una sonrisa que no cabe en el cuarto viendo tu celular, cuando de pronto tu hijo, el de en medio dice “Como que estás muy contenta ¿no?” a lo que tú contestas “Aja” (riendo con un poquito de nervio). En eso le grita al bebé y le dice “Bestia, ven a ver a mamá que está rara”. En eso sale de su cuarto un monstruo casi olfateando todo a su camino, como sabueso y te embiste (que bueno que no hay perros, ya tienes con estos animalones). El bebé dice “Te ves contenta mamá ¿qué te pasa?” (a su mecha, como si estar enojada fuera el estado basal). En eso tanta plática saca a Pablo de su cueva de tecnología y pregunta ¿Qué pasa? ¿Por qué sonríes mamá? ¡No! Bueno, pues mamá ogro ha muerto (pensaste). “Sonrío porque hay alguien que me quiere bonito” todos se quedan viendo entre sí; caen en la cuenta que ninguno te mando mensajes. Entonces, se abalanzan todos sobre ti tratando de sacarte el celular (Ja no saben que las ofertas de navidad te han entrenado por años). Están en el revuelo cuando de pronto, el bebé se le tuerce la mano, Pablo ya trae los cabellos del otro en la mano, y el mediano dice “BASTA, PIDOS”. Todos se quedan quietos como encantados y preguntan: Bueno, mamá, ya dinos ¿quién es?. A lo que tú respondes, “No les digo, porque lo conocen”. Todos con cara de ¿what? se ven entre sí y Pablo (que ya está grande y tiene sospechas) dice “¡Ay, no mamá! ¡Qué pena!”.

*Maestra Aída Gaxiola. Psicóloga Clínica, Madre, Yogui. Fascinada por las historias que florecen, pero sobre todo, de la maravilla del desarrollo humano. aidagaxiolav@hotmail.com

/ Tintero

Bestialidad moribunda

Jasmina HARTIANA*

Hace poco acudí a una fiesta. No daré detalles de las personas que me invitaron. Bueno, pues fui a la celebración. El lugar era un jardín mediano en donde tenían enjaulada a una osa. Si era una osa de verdad, de pelaje negro, ojos pequeños y chinguiñosos. Como siempre de imprudente, cuando alguien me pregunto qué pensaba acerca del animal , no tardé en lanzar un gente inconsciente mordaz, seguido de una cantaleta de quejas.

En algún lugar leí que los seres humanos dividimos a los animales en tres categorías; los que comemos, a los que tememos y perseguimos hasta su extinción , y los que creemos que son de nuestra familia, es decir, nuestras mascotas. El escritor Asimov aseguraba que estos últimos de hecho no tenían algún sentimiento de cariño hacía nosotros, si no que se habían adaptado para conseguir comida de nosotros y claro sobrevivir.

Sin duda le tememos a los feroces; como los tigres, leones, lobos, osos, etc. Pero creo que es un temor más allá de perder la vida ante un ataque. Creo que los perseguimos para matar nuestra propia bestialidad. Y saben, eso nos diferencia de ellos, porque todas esas manadas jamás harían eso con nosotros. No por falta de fuerza, ni inteligencia como creemos. Sí, porque sobre todas las cosas nos sentimos superiores. Según nosotros somos los listos. Los que estamos acabando con el planeta calentándolo a tal punto que ya amenaza con asfixiarnos. Cuándo reconoceremos los derechos de estos otros seres sabios que viven aquí en la tierra, y que al igual que nosotros este es su único hogar. Entre más los perseguimos y acorralamos destruyendo su hábitat, más cercamos nuestra propia bestialidad y su sabiduría se aleja con cada especie que extinguimos. Todos los animales tienen derecho a vivir una vida digna, nosotros hace rato que ya no la tenemos. Por cierto, en dicha fiesta tengo la sospecha que me contagié de Covid. Es extraño no, como al final la naturaleza encuentra la salida a cualquier problemita que se le presente.

*Soy fotográfa y cuentista. Cuentos: Anabel, Miel con veneno, Imágenes que cuentan, Entretenimiento para Adultos, El Cerrajero, y la Chica del Tutu. jazminahartiana@hotmail.com