Sin anestesia

Page 36

Busqué mi ropa tirada en el suelo y me vestí. Deseaba irme de allí, pero de repente comenzó a sonar un móvil y me di cuenta que era el mío. «Un momento ideal, por cierto» pensé buscándolo desesperadamente en el suelo hasta que al fin lo encontré. — Loreley no es un buen momento —hablé en voz baja mirando la habitación que me parecía extrañamente familiar. — ¿Qué? ¿Por qué? ¿Dónde te metiste anoche? ¿Sabes que tenemos que trabajar a la tarde? —me preguntó, y sentí un fuerte dolor de cabeza ante tanta pregunta. — Si te respondo júramelo que no te reirás y que no me lo recordaras por el resto de mi vida —le dije. La escuché reírse y puse los ojos en blanco… si era mucho pedir para ella. — ¿Qué hiciste? —me preguntó. Eh… ojala pudiese saberlo. — No lo sé —le respondí—. Desperté en una cama con alguien que no sé quien es —agregué caminando por la habitación para observar todo. De pronto me detuve en una foto, y mi mundo se detuvo—, Necesito salir de aquí, ¿puedes venir a buscarme? —le pregunté con urgencia. — Pero ¿a dónde? Si me dijiste que no lo sabes —comentó, y yo tragué el nudo que sentía en mi garganta. — En realidad, ahora sé donde estoy —dije intentando tomar la fuerza necesaria para girar y ver a la persona en la cama. Camine unos pasos y lo observé. Mi corazón se estremeció y mis ojos lucharon contra las lágrimas— Estoy en casa de Dylan, mi ex — respondí viendo su pelo castaño algo largo contra la almohada. Él dormía tranquilo, con una mano contra su cara y la otra estirada. — ¡Mierda! —exclamó Loreley, teniendo el mismo pensamiento que yo. ***


Issuu converts static files into: digital portfolios, online yearbooks, online catalogs, digital photo albums and more. Sign up and create your flipbook.