Mirada de muerte

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ÂżCuĂĄnto podrĂĄ expresarte una mirada? Lo suficiente como para volver a los hombres locos de amor, a tal punto de robarles la vida.


Capitulo 1 -esmeralda ya es tarde entra a la casa- me gritaba mi mamá tan dulce y linda esmeralda ya es tarde entra a la casa- me gritaba mi mamá tan dulce y linda siempre me encanto su cabello rojo y ojos negros, yo aun era pequeña tenía 9 años y me encantaba jugar con mis amigos aunque algunos me molestaban por mis peculiares ojos negros. Otras niñas que eran mis amigas me peinaban mi largo cabello dorado esto me gustaba puesto me divertía mucho este pueblo era nuevo para mi a eso no me acostumbraba, no entendía el porqué cada 6 meses cambiábamos de ciudad, Ojala este sea el ultimo me gusta mucho este lugar

-ya me tengo que ir nos vemos mañana- entre a mi casa rápidamente y corrí a la cocina al percatarme de él rico olor -Mami lasaña que rico!- exclame emocionada y ayude a preparar la mesa, serví el jugo de mora y nos sentamos a comer mi mamá me miraba sonriendo pero algo la preocupaba, cuando noto que yo me había dado cuenta disimulo

-esme mi niña mañana te llevo a inscribir a la escuela- al escucharla salte de mi asiento muy feliz, fui hasta ella y le bese la mejilla muchas veces -valla tendré que darte noticias así más seguido mi pequeña- ambas reímos, iba a ir a la escuela al fin, nunca había ido a ninguna -ahora a lavar sus dientes y dormir mañana será tu primer día de escuela -si Mami- Sonreí y bese su mejilla, corrí a lavar mis dientes, luego subí a mi cama, el tanto pensar como sería mi primer día en ese lugar con tantos niños. Cuando al fin logre cerrar mis ojos me quede dormida y al pasar las horas mis sueños se mezclaban con una rara pesadilla en la cual estaba rodeada de personas y un niño tirado en el suelo muy pálido, sin vida esto me asusto mucho y me desperté de golpe muy agitada ya era de día, los pájaros sonaban al pie de mi ventana aquella pesadilla me había hecho acelerar el corazón al yo tocar mi pecho.


-esme a levantarse hay que estar temprano en la escuela- dijo mi madre al asomarse por mi puerta, yo me levante y la abrace casi llorando -¿que pasa? Mi niña- mi madre me abrazo y le conté del sueño ella se puso pálida, trato de desviar el tema apresurándome para que me bañara y cambiara mientras ella iba a prepara el desayuno y así lo hice, al bajar mi madre me miro y sonrió -te vez hermosa mi niña siéntate- lo hice después de besar su mejilla, tome jugo de naranja, comí mi cereal de chocolate y pan tostado con mermelada de piña -lista mi niña?- pregunto mi madre y yo afirme nerviosa y fui a lavar mis dientes y entre a mi cuarto por mi mochila, fui a buscar a mi madre la cual lavaba los platos y vasos -ya Mami vamos...- mi madre me sonrió y seco sus manos -bien vamos- tomo mi mano, salimos a la calle yo cerré la puerta de la casa, caminamos hasta la escuela que estaba cerca los nervios y ansiedad me mataban, al llegar habían muchos niños esto me hizo sonreír mi madre lo noto y soltó una pequeña risa -hija espérame aquí iré hablar con el director si?- yo afirme, me fui a sentar a una banca ahí pude admirar mas a la escuela esta era algo grande de color verde, estaba rodeada de algunos árboles y dentro de esta había un gran patio en el cual algunos niños estaban jugando fútbol esto hizo que me emocionara mas puesto que tendría nuevos amigos, ahí una niña de mi edad se acerco a mí este era de pelo negro un poco más alta que yo su piel blanca y ojos cafés.

-hola soy Laura, ¿eres nueva en la escuela?- yo afirme sonriente -hola soy esmeraldaella se noto mis ojos negros. Pude ver su curiosidad por ellos pero no me pregunto nada.

Mi madre salió, yo fui hasta ella expectante de lo que me diría -estas aceptada mi niñayo salte feliz a sus brazos, reímos ambas -pórtate bien mi niña, vengo por ti a la salidayo afirme y bese su mejilla y esta se fue yo me quede ahí, el timbre sonó -el timbre ¡hay! A donde tengo que ir- dije en voz alta preocupada, ahí una profesora joven, dulce de anteojos que traía un lindo vestido rosado me llevo hasta una aula, se lo agradecí era muy linda su pelo café largo combinaba con sus ojos color miel, ella también había mostrado curiosidad por mis ojos, al entrar al aula habían bastantes niñas y niños, esta


misma maestra me presento ante mis compañeras y compañeros yo Sonreí, busque asiento para mi suerte me toco con Laura la niña que conocí esta me sonrió, la maestra pidió sacar un cuaderno y lápiz todos lo hicimos y escribimos lo que nos pedía mientras nos contaba una historia, la clase fue un poco larga el español no era mi materia preferida, al sonar el timbre todos se levantaron para salir ahí vi a un niño que me miraba, este era muy lindo su cabello era como el mío dorado, sus ojos verdes eran encantadores -hola- dijo él y se acerco a mi mirándome fijamente el también tenía curiosidad por mis ojos al igual que todo el grupo, pero él era algo mas y al llegar cerca de mi sentí un extraño dolor de cabeza, este niño no dejaba de mirarme hasta que lo vi caer muy pálido, todos gritaron yo quede impactada al verlo en el suelo -está muertodijo la maestra al acercarse y tocarlo, yo tape mi boca llena de pánico al igual que mis compañeros, pero había uno que no parecía muy sorprendido como si supiera lo que pasaba, yo solo corrí escapando de ahí.

Aquí empezara la maldición de esmeralda por sus ojos

Capitulo 2 Desde ese día jamás volví a la escuela, me había dado cuenta que no era normal, que mi mirada robaba la vida a las personas pero era solo a los hombres. Ahora seria señalada por todos los que supieran lo que paso en esa escuela -mamá mira que linda muñeca- Sonreí señalándola -Sí, mi niña- Caminábamos por las calles de la cuidad, veía a las mujeres esconder a sus hijos al verme pasar, yo bajaba la mirada me sentía muy mal era un fenómeno para ellos por mis ojos -lárgate asesina!- gritaban las mujeres mirándome con odio y desprecio -asesina!- salí corriendo al ver cómo me jugaban, las lágrimas no me dejaban ver bien solo podía oír a mi madre gritar esta venía detrás de mí pero yo no me detenía, de un momento a otro caí raspándome la rodilla ya no tenía sentido levantarme no podía huir de mi realidad ya era tarde para eso -hija!- mi madre llegaba


hasta mi alzando me miraba mi pierna lastimada -vamos a casa te la curare- dijo en un susurro, pude ver en su rostro la tristeza y el dolor de verme así, yo trate de aguantar mis lágrimas pero ya era tarde mis ojos estaban rojos no podía parar de llorar. Escondiendo el rostro en pecho de su madre llegaban a casa -quédate aquí traeré el alcohol y algodón- yo afirme y la vi ir, en mi mente miles preguntas rondaban, ¿porqué mamá no hablaba de el tema? Parecería más bien evadirlo -extiende la pierna- dijo mi madre sacándome de mis pensamientos, lo hice pero una mueca de dolor se reflejo en mi rostro al ver a mi madre curar mi pierna y ahí ella se levanto -mi niña ve a lavarte las manos para preparar la cena- yo negué y salí corriendo a mi cuarto, cerrando la puerta, necesitaba estar sola era mucho para mí no sabía que me esperaba era horrible el ser señalada. Me tire en mi cama para tratar de dormir y no pensar, cerré mis ojos ¡esmeralda! Hija!- los gritos de mi madre me hicieron pararme de un salto de la cama, abriendo la puerta salí y mi rostro mostraba sorpresa, la casa estaba llena de humo mamá- pasando entre el humo llegue a ella y la abrace, está asustada me pegaba a su cuerpo -mami- dije al escucharla toser para luego ser yo la que lo hacía

-sujétate hija- yo lo hice aunque el pánico me invadía la casa estaba rodeada por fuego y el aire se agotaba, en ese justo momento vi a mamá romper la ventana con una silla que estaba junto a una mesita -aaah!- me queje al caer ya que mamá me tiro por la ventada y me grito que corriera -mamá!, mamá!- me levantaba entre lágrimas al verla intentar salir por la ventana pero justo ahí un se derrumba el techo sobre ella -mamágritaba una y otra vez arrodillada hasta me dolía la garganta pero ella no salía.

Amanecía y yo seguía en el mismo lugar, al alzar mi mirada todo eran escombros, el dolor en mi pecho no cesaba al contrario se hacía más grande,- un sonido me hizo sobre saltarme, logre ir a personas hablar -dudo que hayan sobrevivido estaban dormidas- escuche a uno de ellos decir -ellos la mataron- mis propias palabras me ahogaban en un dolor tan profundo como una estaca, parándome aun a dolorida corrí lejos de ese lugar donde dejaba a mi madre. Aquella imagen no podría olvidar nunca, el odio se apoderaba de mí, corrí cojeando un poco tanto como pude hasta que mis fuerzas se acabaron y caí viendo todo negro.


- 8 años después -

Sentada mire el atardecer ya habían pasado 8 años desde ese día que me robaron a mi madre, ya no era la misma mi cuerpo había crecido ahora tengo 17 años ya no era inocente esos años los pase en gran parte sola, el odio era ahora mi motor a seguir, cada uno de los que provocaron su muerte lo pagaran -lo juro- dije en voz alta, me levante acomodando mi vestido rojo y coloque mis sandalias en mis pies, emprendí mi camino a lo que sería mi única razón para seguir de pie.

Capitulo 3 -estos se me ven mejor- me puse unos lentes obscuros para que nadie pudiera ver mis ojos, tenía que pasar desapercibida, no quería matar pero el hombre de la tienda del pueblo que encontré de camino no aceptaría darme los lentes sin pago, yo no tenía dinero así que use mi mirada para seducirlo y matarlo -lo siento y gracias- le dije al vendedor muerto para luego salir con mis nuevos lentes que me acompañarían de día y noche. Retomando su camino de regreso a donde le habían hecho tanto daño ahí miraba los niños jugar, eso la hacía recordar lo que vivió cuando su madre murió

8 años atrás -mira amor- señalaba un campesino al ver a una niña mientras caminaban de regreso a su casa, esta era esmeralda. La pareja se acerca a la niña, esta estaba muy sucia y débil, el campesino la cargo, esta tenia la ropa rasgada y llena de ceniza, su cabello rubio todo enredado y sucio -pobre pequeña- decía la campesina limpiándole el rostro ya que tenia carbón en el logro ver tristeza y dolor en ella -llevémosla a casa se ve muy débil hay que revisar si esta herida, darle abrigo está muy fría, parece inconsciente- dijo


el hombre, abrazándola trataba de darle calor, esmeralda no se daba cuenta de lo que pasaba.

Sentía algo blando debajo de ella, entre abriendo los ojos nota que está en una cama, al mirar hacia todos los lados se extrañaba puesto que estaba en un cuarto con paredes verdes -¿dónde estoy?- exclame exasperada, este lugar era desconocido para mí -al fin despiertas pequeña- me gire al escuchar esa voz, se trataba de una señora que al ver mis ojos dejo caer una bandeja con fruta y jugo de uva, yo salte asustada y la señora corrió a buscar seguramente a su esposo, eso me hizo pensar que yo jamás podría tener una vida normal. Salte por la ventana de ese cuarto y corrí hacia un bosque muy lleno de arboles pero era lo menos que me importaba quería parar, quería regresar y ver a mi madre pero ya no podía, era una niña a la que todos temían por sus ojos era un fenómeno para ellos. Tiempo actual -ya es tarde, para pensar en lo que ya no será- acomode mis lentes retomando mi mirada hacia el frente donde debía seguir, ya el pasado estaba atrás lo único que seguía en mi era el poder vengarme, justo en ese momento al dar un par dos pasos alguien me tropieza con haciéndome caer sentada, los lentes cayeron al suelo, justo ahí una mano se extiende hacia mí, yo levanto mi mirada quedando sorprendida pues se trataba de un muchacho muy atractivo, tenía los ojos azules, pelo negros tez blanca, una barba que lo hacía verse muy varonil y era muy alto -perdón seño...- al ver mis ojos se quedo paralizado, yo podía reflejarme en sus ojos los cuales eran tan fascinantes y cautivadores jamás vi algo así, pero recordé lo que mis ojos hacían y rápidamente tome mis anteojos, me levante para irme de ahí pero sentí justo en ese momento una mano sujetarme, una descarga recorrió mi cuerpo no entendía él porque me había pasado eso, al quererme soltar escuche su voz tan profunda decir

-espera-


Capitulo 4 -espera- dijo ese chico, sus labios rojos provocaban en mi ansias y deseos de besarlo, de sentirme entre sus brazos saber que sería sentir sus labios tibios sobre los míos, recorrí con mi mirada cada centímetro de su cuerpo marcado, me hacia imaginar rasgando su ropa y acariciando su cuerpo. Negué rápidamente soltándome de su agarre ¿cómo podía pensar eso? ¿Que diablos me pasa?, me dije en mi mente -¿quien se cree para tocarme?- me di la vuelta para irme dejándolo con la palabra en la boca. -ya es de noche necesitó dormir- mirando el atardecer, recordando lo que pase con el joven y niega -no debo ser tonta no me puedo enamorar- suspire y fui a una pequeña pensión de ese pueblo -dormiré esta noche y luego me en la mañana me escapo sin pagar como llevaba haciendo los últimos años, entre a la pensión donde había una señora -buenas noches señorita- dijo la señora. La vi extrañada por ver mis lentes obscuros esos que me cubrían los ojos para que nadie me descubra -buenas noches, ¿hay cuartos disponibles?- dije sonriendo al igual que ella -claro que si, dígame su nombre por favor- respondió la señora. la mire tomando un lápiz y pasando la hoja de un cuaderno donde seguramente apuntaba los nombres de todos los huéspedes -diana Mondragón- mentí en mi nombre para que no pudiera descubrirme nadie, mientras ella escribía yo miraba a mi alrededor, esa pensión parecía acogedora, su color café lo hacía más cómodo ya que no me gustan los colores extravagantes -aquí tienes la llave, mañana hablamos del pago y de cuantos días se quedara, hoy debe estar muy cansada, el cuarto es el 12 - yo afirme ante lo que ella me dijo tomando la llave muchas gracias- subí las escaleras buscando el cuarto. -un baño me quitara las tensiones- metí la llave y la gire, entre al cuarto y lo mire atentamente, las paredes eran celestes y las cortinas blancas, la cama era pequeña y junto a esta había una pequeña mesa de noche, sobre ella una lámpara -esta perfecta para esta noche- quite mis anteojos y abrí mis ojos, aquí era libre de mostrarlos no mataría a nadie, aunque esa idea no me desagradaba mucho ya, cerré las cortinas de la ventana por la cual saldría mañana puesto que no era muy alto. Me desnude y entre al baño -¡au esta fría!- exclame al abrir la llave del baño y sentir el agua fría recorrer


sobre mi cuerpo, poco a poco me relaje y lave mi cabello aunque no tuviera champú a la mano, por suerte si había un jabón sin estrenar y lo tome, al terminar de bañarme tome una toalla y la enrolle en mi cuerpo, un sonido fuera del baño me hizo sobre saltarme, salí para ver de que se trataba, me sorprendí al ver la ventana abierta, me gire para tener mejor vista del cuarto pero no había nada. Pronto sentí alguien sujetarme por detrás, yo forcejeaba -¡suélteme! Quien quiera, que sea- grite tratando de mantener la toalla en mi cuerpo pero fui inútil, cayo dejándome desnuda delante del que me sujetaba pero no podía verle la cara ya que tenia tapados mis ojos, miedo no tenía ya a nada le temía pero quería que me soltara -por fin pude atraparte esmeraldaesa voz siniestra era del que me sujetaba, era hombre pero ¿cómo sabia de mi? Lo de mis ojos también lo sabe, pero como si yo siempre me cuido con que ni se den cuenta, ¿cómo lo sabe?, que quiere de mi -que qui....- no pude terminar mi pregunta ya que sentí un fuerte golpe en la cabeza que me hizo perder la conciencia.

-bienvenida al infierno, mi esmeralda-

Capitulo 5 -al fin despiertas, mi querida esmeralda- dijo ese hombre al verme despertar y tratar de moverme, pero era imposible estaba atada a una silla y no podía ver nada por mis ojos vendados -que conveniente, me vendas los ojos para no poder matarte- escupí con sarcasmo -no podía arriesgarme a que tu hermosa mirada me matara como mato aquel niño que era compañero en nuestra escuela- me sorprendió escuchar eso, ¿quién era él? ¿Porque me tenia aquí?, trate de disimular -lastima- dije en una sonrisa ya que deseaba matarlo y irme, no sabía en donde estaba pero por el sonido parecía un bosque, ahí sentí que el tiraba de mi cabello hacia atrás -soy Ariel ese día te vi matar a nuestro compañero, conmigo no juegues princesita, podrías perder- dijo él con enojo ante mi anterior comentario, ¿Ariel? Pensé, el niño que me miro antes que yo me fuera -si mi sinceridad te molesta te aguantas- sonríe pero mi sonrisa fue borrada cuando este idiota me beso, eso me dio tanto asco que me intentaba soltar pero era inútil, al


ver el mi desagrado me mordió el labio inferior haciendo que de este brotara sangre au- me queje -maldito asqueroso!- escupí llena de rabia- el río ante mi reacción -la próxima no me desafíes rubia- advirtió el asqueroso ese, lo escuche dar unos pasos y cerrar la puerta. Tengo que aprovechar esta oportunidad para huir, dije en mi mente, movía mis manos tratando de aflojar la cuerda que me tenia prisionera -vamos- susurré en voz muy baja, seguí sin darme por vencida. Una sonrisa se reflejo en mi rostro cuando pude liberar mis manos, rápidamente quite la venda de mis ojos, ese cuarto estaba iluminado por la ventana, tenía una cama, desate mis piernas y me levante para huir por la ventana pero esta estaba sellada era una caballa de madera, fruncí el seño y busque sin hacer ruido algo que me ayudara a defenderme, camine sin hacer mucho ruido y una sonrisa se reflejo en mi rostro al ver unas tijeras tiradas en una esquina las tome, cerré las cortinas dejando el cuarto obscuro, lo espere junto a la puerta a que regresara ya no era solo por libertad si no por venganza. -te traje algo de comer, para que no digas que recibo mal a mis invitadas- dijo el al entrar al cuarto -que diablos?- bufo diciendo- justo en ese momento salí de mi escondite y sin una pizca de compasión clave las tijeras en su espalda -ahhh!- grito el de dolor antes de caer -ups me equivoque, era en tu corazón que tenía que clavártelo, ya será la próxima- lo mire en el suelo lleno de sangre era rubio como yo y alto, pase a un lado de él para irme, tome unos anteojos que estaban sobre una mesa en lo que parecía la sala de la cabaña, me los puse ya que debía cubrir mis ojos no debía matar a nadie inocente -me la paga...ras!- lo escuche decir, salí de esa casa -valla- miraba mientras caminaba -no me equivoque es un bosque, pero como salgo de este lugarcaminando llegue a un río y lo cruce llegando a una calle, frente a este estaba un pueblo, me quede atónita al verlo -llegue a casa- Sonreí

-al fin regresa, mamá ya podre vengarte-


Capitulo 6 Cruce la calle y me detuve frente al pueblo -de regreso a lo que fue mi hogar por años, donde perdí a mi madre- empuñe mi mano y al dar unos cuantos pasos más vi entre un pequeño rosal una rosa negra -que interesante, entre rosas rojas una negra, hasta tu estas predestinando mi paso regreso- arranque la rosa y la mire atentamente, era tan obscura como mis ojos, su tallo lleno de espinas como mi corazón tan lleno de odio. -buenos días- me dijo un niño al verme caminar por el pueblo -buen día pequeño- le dije con una sonrisa, acomode mis lentes y me despedí del niño, yo no tenía nada de los niños, pero sí de sus padres porque todos eran culpables, todos planearon quemar nuestra casa ese día, me decía en mi mente hasta que mis pasos me llevaron hasta lo que eran ruinas de mi casa -mamá- susurré, una lágrima corría por mi mejilla, en aquel lugar ya no había nada, me arrodille recordando mis gritos y la angustia en el rostro de mi madre antes de verla morir, revise con mi vista todo el terreno -que es eso?- me pregunte levantándome, al acercarme y inclinarme note la mano de lo que parecía ser de una muñeca, al desenterrarla mi rostro se entristeció, una muñeca de trapo estaba aun en ese lugar, la saque y vi parte de su cara quemada, la abrace aunque no podía recordar cuando mi madre me la dio -en donde estarás mamá?, te habrán enterrado?, reí ante mis preguntas estúpidas, ellos jamás se preocuparían por hacer algo bueno por ella, pero tenía que averiguarlo, aun abrazando a la muñeca y con la rosa en mi otro mano busque alguien en este pueblo que me diera información, salí de el terreno ya vacio. -hola- salude a una joven que tenía un vestido celeste, era de pelo castaño y ojos verdes, las sandalias que traía le combinaban con el vestido -hola- respondió ella con una sonrisa, me alegre que no notara nada raro en mi escondí detrás de mí el peluche y la rosa para no levantar sospechas, estos anteojos funcionan bien, me dije en mi interior -tengo curiosidad, porque en ese terreno hay rastros de que hubo fuego, disculpa la pregunta es que soy turista- sonreí trate de sonar convincente pero por la expresión de ella dude que funcionara pero pronto respire tranquila al ver que si había logrado lo que quería -a nadie le gusta hablar de eso, mi padre me contó la historia,


ese terreno había una casa en ella vivían una señora y su hija, según él esa niña era un demonio mata hombres- demonio mata hombres? Valla buen nombre me tenían, me dije en mi mente -y que paso con ellas?- pregunte -todos los del pueblo le prendieron fuego a esta casa y ambas murieron- suspire -y no las enterraron- mi pregunta sonaba con deseos de saber y ella lo noto -creo que está enterrada en ese terreno- creo?, malditos lo que sospechaba -muchas gracias por contarme- le dije algo afligida, al girar para irme me topo de frente con el joven de ojos azules, aquel que me hizo estremecer y imaginar tantas tonterías, sin decir nada pase a un lado del pero este me sujeto del brazo yo voltea a mirarlo, mis anteojos cayeron al suelo al igual que la rosa y la muñeca, desvíe la mirada en ese momento uno de los hombres de el pueblo me miro, yo no pude quitar mi mirada era tan guapo, mis ojos brillaron, el hombre toco su pecho sin quitarme la mirada mis ojos lo atrapaban entre sus redes robándole la vida, yo lo miraba más intensamente hasta que este cayo sin vida, otro joven corrió avisar lo que había visto, gritando que la asesina de hombres volvió -maldita sea, me descubrieronel joven extrañado me pregunta -quien eres?, porque te temen- al ver el al hombre muerto me miro y en un grito me pregunta -que has hecho!?- Mal momento para preguntar eso idiota dije en mi mente. Yo no conteste a sus preguntas, me solté, el recogió la muñeca y rosa -la rosa negra significa muerte- dijo él, yo junte los anteojos pero no me lis puse, justo ahí trate de irme pero me vi rodeada de personas con armas apuntándome -Alex, hijo aléjate de ella- un señor mayor lo tomo del brazo y lo aparto, mire a todos ya que eran hombres pero estos apartaban la mirada menos él, yo lo mire pero rápidamente aparte mi mirada, no quería matarlo a él pero ¿porqué? ¿Que causaba él en mi?, ¿será que este es mi fin? Sin poder vengarme.

Capitulo 7 Cuando la vi en aquel pueblo en el que yo estaba de paso por descansar de un largo viaje que tuve, no pude evitar la atracción que sentí a primera vista, su cabello dorado me deslumbro, su piel blanca y ese misterio que la rodeaba, al ver sus ojos me sorprendí por su profundo color negro, estuve atrapado por un momento en esos ojos


que parecían deslumbrantes pero aparto su mirada, esto me extraño mucho, cuando la vi ponerse los anteojos y irse la quise detener pero no lo hice. -era tan hermosa- dije en voz alta al preparar mis maletas, debía regresar a mi pueblo después de que mi padre me enviara lejos a estudiar, era algo extraño pero lo acepte yo era algo atlético mis ojos eran claros, mis ojos azules, me gusta leer, nadar y viajar, justo ahora de mi mente no podía sacar esos ojos me cautivaron, tenía que encontrarla en donde fuera que se haya ido aunque parezca imposible, al terminar de empacar pague la cuenta en la pequeña pensión que estaba, escuche a la señora dueña de ese lugar hablar de una joven que desapareció sin pagar la cuenta, esto llamo mi atención ya que la descripción coincidía con la de esa chica rubia y hermosa, me fui de ahí para volver a casa aquel pueblo que tanto extrañe de niño. -volví familia- dije al entrar a mi casa, mis padres y hermano menor de 15 años me recibieron muy contentos, esa noche al dormir en mi cuarto que seguía como cuando me fui, mi madre lo mantenía limpio, no podía daba vueltas en ella pensando en esa chica que se había metido en lo más fondo de mi alma, ya no podía sacar sus ojos de mi mente -¿que me has hecho? Rubia- dije cerrando los ojos al fin vencido por el sueño. Quise dar un paseo por el pueblo, al voltear a mirar pude ver a una rubia hablar con otra joven -será que tengo tanta suerte- fui hasta ellas, mi rostro se iluminó al darme cuenta que si era ella, cuando iba hablarle ella paso al lado de mi para irse pero sujete su brazo imponiéndoselo, al hacerlo un peluche, una rosa negra y sus anteojos cayeron al suelo, ella me miro al igual que yo, ahí sentí algo extraño pero cálido invadir en mi interior, era como si su mirada me atara, pero rápido ella me quito la mirada y algo inesperado paso, al un hombre detenerse y mirarla al igual que yo este se quedo ido en la rubia pero eso tampoco duro mucho, solo pude verlo caer al suelo pálido sin vida, otro hombre vio esto y grito que la mata hombres había vuelto, por la mirada de él sabía que hablaba de ella -¿que has hecho!?- pregunte alterado pero esta no me contesto, pronto nos vimos rodeados de hombres armados que le apuntaban a ella aléjate de ella hijo- dijo mi padre alejándome, la mire confuso ¿cómo había hecho eso? ¿Que estaba pasando aquí? ¿Porque ese hombre la llamo así? Me hacia miles de


preguntas en mi mente, una mirada fugaz me hizo entender que ni podía dejarla morir, no entendí el porqué, solo necesitaba hacerlo aunque no la conozca deseo protegerla ¡no!- grite corriendo hacia ella, la cubrí con mi cuerpo impidiendo que le dispararan, no lo pensaba permitir menos cuando yo también escondía algo que provocaría muchas muertes -tendrán que matarme primero- dije firmemente.

Capitulo 8 -que haces, hijo!- gritaba el padre de Alex, yo mire su espalda la cual me cubría, no entendía porque él me protegía viendo que mate a un hombre, todos me miraban con odio lo podía sentir, me insultaban -ya lo dije papá, no lo repetiré, no la tocaran- lo escuche a él decir nuevamente, ahí la noche cayo dejándonos bajo las estrellas, todos miramos al cielo consternados -que es lo que pasa?- pregunte en voz alta -te sacare de aquí- afirmo con tanta seguridad Alex que yo no entendía como lo haría si estábamos totalmente rodeados, un sonido extraño proveniente de él, al levantar la mirada logro ver desde atrás que los ojos de él parecían llenos de rabia, me sorprendió mucho ver sus ojos así no pensé que esa mirada cálida cambiara tanto y más aun cuando todos aquellos hombres bajaban su mirada ante él, con un solo agitar de sus manos los hombres daban pasos hacia atrás -corre, ya!- grito él, yo no quería pero tenía que hacerlo era mi oportunidad de huir, mientras corría pensaba en el, jamás imagine que fuera como yo un fenómeno aun no puedo creer lo que vi, me detuve ya que estaba bastante lejos de ellos -valla sorpresa- me dije a mi misma, mire hacia el frente donde había un lago grande y la luna reflejada en el, camine para verlo de cerca. Narra Alex No podía permitir tal atropello, ya no podía controlar el poder que fluía en mí, la sangre me hirvió y al caer la noche deje que ese poder que quemaba mi interior, quería darles una lección y sin más preámbulos abrí mi mente, los hundí en lo más obscuro de mi ser y robe sus voluntades volviéndolos mis títeres, los hacía retorcer le grite a la rubia que corriera, esta lo dudó pero luego huyo, al ya tenerlos controlados por casi ya media


hora los hice a todos dormir, incluso a las mujeres y niños que estaban encerrados en sus casas. Salí corriendo para tratar de seguir el camino que ella tomo y al llegar hasta un lago, la vi parada frente a él -te encontré- la mire atentamente, la luz de la luna iluminaba su rostro, la hacía ver más hermosa, su cabello brillaba, seria que ¿me enamore de ella? Me pregunte en mi interior -oye- me acerque más a ella pero no me miro por sus ojos, será que le importo porque bien pudo matarme o quizás le importo, sabía que ella tenía miles preguntas que hacerme. -pensé que desaparecerías como siempre- dije el mirándola, esos ojos tan deslumbrantes me tenían tan cautivado, sin aviso la tome de los hombres y la gire frente a mí, ella cerro sus ojos -esmeralda, así te llamas, lo sé por mi control que tengo sobre la mente- le dije a ella pero no pareció sorprendida, mire su piel tersa y moría por ganas de acariciarla, sus labios tan suaves, rojos y carnosos me llamaban a besarlos no entendía porque solo me sentía con unas ganas enormes de hacerlo no me iba a detener a pensarlo, mi vista clavada en esos labios me hacían acercarme más a ella hasta tenerla a centímetros de un roce de nuestros labios.

Capitulo 9 Al mantener mis ojos cerrados sentí su respiración golpear mi rostro eran tan suave como el aunque estaba algo agitada, yo quería apartarme iba a besarme pero algo en mi no me dejaba hacerlo -no lo ha...- no me dejo terminar ya que me beso, abrí mis ojos para verlo, el movía sus labios sobre los míos muy necesitado de hacerlo, lo podía sentir yo hacía movimientos inútiles por empujarlo, el me abrazaba de la cintura y profundizaba el beso, suspire rendida y correspondí al beso ya que deseaba hacerlo, nuestros labios sincronizaban perfectamente aquel beso era algo nuevo para mí nunca había besado a nadie y no sabía si lo hacía mal, el parecía un experto sus labios eran tan adictivos que me hacían perderme, me aparte para recuperar mi respiración -no vuelvas a tocarme- le di una cachetada -auch, que manita tan pasada tienes linda- dijo el quejándose y sobándose la mejilla, yo lo mire con odio deseando matarlo con mi mirada pero aunque él me miraba fijamente nada pasaba y eso me sorprendió -porque


no te afecta?- le pregunte, el se acerco a mí y acaricio mi mejilla -soy igual a ti, tengo una habilidad como tu- decía él. -esto no es una bendición, es una maldición- espete retrocediendo -te agradezco por salvarme, pero no quiero que vuelva a tocarme, o estar cerca de mi- dije con firmeza pero él no hacía caso, volvía acercarse a mi -hace un rato no parecía que pensaras lo mismo, más bien lucías fascinada respondiendo a mi beso- musito él en una sonrisa, me molesto mucho su comentario y levante mi mano para darle otra cachetada -no, nodijo el sujetando mi mano -una mano tan delicada no debe dar golpes, más bien dame una caricia por salvarte, ojos bellos- susurro él en mi oído, ojos bellos? Pero que le pasa a este idiota -mira "salvador" ya déjame tranquila- escupí caminando lejos de él, estaba molesta con él, no tenía derecho a llamarme como lo hizo y menos a besarme, toque mis labios en ese instante mientras caminaba, sonreí levemente me había gustado ese beso pero jamás lo reconocería -espera, esmeralda!- me detuve al oírlo decir mi nombre -que quieres?- pregunte girándome para verlo -yo quiero muchas cosas, por ejemplo otro beso de tus hermosos labios, mi ojos bellos- musitó el sonriendo de lado -claro como también quieres meterte entre mis piernas- el soltó una sonora carcajada ante mi comentario, ahora se ríe? Este aparte de idiota retrasado -bueno en algún momento me gustaría, pero no te detuve porque sé que tienes dudas sobre lo que nos pasa tanto como yo- el tenia razón en lo que decía, yo tenía muchas dudas ahora no solo era yo la extraña, el también lo era y no le afectaba mi mirada porque somos así?- le pregunte mirándolo -no lo sé esmeralda pero lo averiguaremos, algo nos llevara hasta la verdad- afirmo el mirándome a los ojos, parecía atrapado por ellos, eso me hizo sonrojar nunca ningún hombre me había mirado así -oye, reacciona, a y nada de besos- golpe su hombro y este reacciono sonriéndome -claro hasta que tú me pidas lo contrario, vamos en unas horas amanecerá y todos despertaran- decía Alex, yo afirme mirando al cielo ahora mi camino seria otro, por fin sabré porque soy así.


Capitulo 10 -puedes dejar de mirarme tanto- Le dije Alex mientras Caminábamos, ya me estaba poniendo algo nerviosa su mirada llevábamos dos días caminando sin descanso ¿porqué? Tengo nerviosa- dijo en una sonrisa de satisfacción, pareciera que leyera mis pensamientos -no más bien me siento ACOSADA- recalque la última palabra -es que con tanta belleza como no mirarla- susurro el acercándose a mis labios, lo mire fijamente y suspire, no me agradaba que su mirada y encantos provocaran este efecto en mi, término de acercarse a mi Rosando nuestros labios -no, no quiero- me aparte diciéndole esto -está bien ojos bellos, mira- musitó el señalándome un pequeño restaurante, sonríe caminando hasta ahí -espera- me detuve de golpe -como entraremos ahí sin dinero?- pregunte, el me miro y sonrió, estúpida sonrisa hermosa que tiene pensé en mi mente -podría usar mi habilidad y volverlos mi títeres- dijo Alex y yo lo mire mal, no pensaba dejar que usara a los humanos -o también podría servir esto- saca dinero haciéndome salir de mis pensamientos, bufé cruzando mis brazos porque no me dijiste antes?- espete hastiada -no me preguntaste si tenía dinero, aparte me gusta ver esa expresión de "chica mala molesta", toma- me dio unos anteojos obscuros y me los puse cuando él dijo con esa maldita sonrisa de lado que me hacían desear saltarle encima -anda vamos muero de hambre- expreso él, fuimos al pequeño restaurante él en cual se estaba llevando a cabo una pelea -que está pasando ahí?pregunte muy curiosa, Alex me sujeto del brazo alejándome de eso.

Veíamos de cierta distancia una señorita y un joven muy llamativos pelear, para mi sorpresa y la de Alex la señorita hablo y varias de las personas que estaban cerca de ellos dos se prendían en fuego quemándose , el chico tocaba a otras personas y estas al tacto de él se volvían polvo -son como nosotros- expreso Alex algo sacado por la actitud de ellos, yo miraba atentamente, ahora todo era más extraño ya no éramos dos ahora somos cuatro, la chica nos vio y se acerco a nosotros -ustedes quiénes son?pregunto la chica coqueteándole Alex viendo que no nos afectaba su don , la mire con odio y me quite los anteojos sin quitarle la vista de encima era muy bonita demasiado para muy gusto tenía el pelo castaño y los ojos café claro, me puse adelante de Alex y


esta me miro y dijo -valla, eres la mata hombres- sabe de mi, quien se lo dijo? -Damián, ven mira lo que encontré- llamaba al otro joven que veía rápidamente, era muy guapo de ojos claros y tez blanca -que hermosa dama tenemos aquí- dijo el joven llamado Damián que tomaba mi mano besando el dorso de esta, Alex bufo molesto apartándome de él -soy Alex y ella esmeralda, ¿cómo llegaron aquí?- pregunta Alex mirando con furia a Damián -venimos de lejos, me llamo Irina- ya empezaba a odiarla, uy deja de coquetearle empuñe mi mano deseando golpearla -estamos en búsqueda de respuestas, de dónde venimos nos dijeron que un científico nos hizo esto, pero no sabemos porque o para que lo hizo, estamos buscándolo, sabíamos que encontraríamos a ustedes dos, sus preguntas también nos la hacemos nosotros - nos explico Damián, científico? cada vez entiendo menos para que nos hizo esto? ¿Que quería de nosotros? En que momento nos convirtió en estos fenómenos, Alex parecía consternado igual que yo, el tampoco entendía el porqué permitieron que nos volvieran así -bien, acompañemos nosotros también buscamos respuestas, ese científico nos tendrá que explicar mucho- decía Alex confundido, lo que yo aun me preguntaba, ¿podremos volver a ser normales? Los cuatro ahora emprenderemos un viaje a nuestros pasados.

Capitulo 11 -ustedes dos dormirán en un cuarto y nosotros dos en otro- dijo Alex, estábamos en una pequeña pensión, descansaríamos para recuperar fuerzas, estuve de acuerdo con lo que él decía yo no quería dormir en la misma cama con él, no sé de que sería capaz de hacer, /que te pasa esmeralda? No digas tonterías/ dije en mi mente -mejor ven a dormir conmigo preciosa- musitó Damián descaradamente, yo lo mire mal -perfecto y tu vienes conmigo guapo- dijo la resbalosa de Irina, uy como me irrita esa chica -dejen de hablar tonterías y vamos a dormir- dije entrando al cuarto, Irina entro detrás de mí, quería decirle unas cuantas verdades para que deje de coquetearle a mi Alex /espera, mi Alex?, no seas tonta/ repetí varias veces en mi mente, me senté en la cama mirando por la ventana viendo el atardecer, pronto llegaría la obscuridad la misma que habían


en mis ojos -entre tú y Alex existe alguna relación?- me pregunta Irina -no, no existe relación, solo la de compañeros y quizás amigos, porque la pregunta?- escupí apretando el puño sin que ella no lo notara -por tus celos hacia mí, los puedo sentir, esmeralda- /a no me digas enserio?/ decía en mi mente -te equivocas- replique ya fastidiada, no la soportaba -mejor para mí porque Alex me encanta, lo quiero para mídecía fuerte para que la escuchara, /te escuche lanzada/ dije en mi mente, me acosté a dormir si seguía prestándole atención la ahogaría con una almohada.

-como encontraste a esa belleza- le preguntaba Damián a Alex -la vi en un pueblo y la perdí al día siguiente, la volví a encontrar en mi pueblo de nacimiento, la ayude ya que los pobladores la querían matar- respondió Alex -entiendo, tenemos que ir al sur ahí hay una casa antigua en la que según sabemos yo y Irina estuvimos en ese lugar- le contaba darían a Alex -como sabes tanto?- pregunta Alex curioso -tengo mis informantes- contesta misterioso, nos dormimos rato después, había algo que no me agradaba mucho.

Los cuatro a la mañana siguiente nos fuimos después de que Alex pagara la cuenta, teníamos que ir al sur, mi mirada estaba puesta en Irina ya que no dejaba de comportarse resbalosa, ella no notaba mi mirada por los anteojos que yo tenía puestos -no creas que no note tus celos ojos bellos- susurro detrás de mi Alex -ya quisierasescupí escondiendo mi sonrojo, caminamos por horas, pasamos por ciudades y bosques.

-llegamos, chicos- dijo Damián, todos nos detuvimos frente a un gran portón, la casa era blanca muy vieja y hasta tenebrosa, no pensamos mucho caminamos hasta la puerta, Alex la miraba de arriba abajo -bien entremos- dijo el al terminar de examinar el exterior de la casa, Damián tiro la puerta a una patada, /que pacifista/ dije en mi mente, entramos todos a la casa esta estaba muy obscura, Irina se adelantaba subiendo las escaleras, yo caminaba por la planta baja, llegue hasta lo que parecía una cocina hasta


que un grito me detuvo de golpe. -¡esmeralda!, corre-

Capitulo 12 -esmeralda, corre- Corrí ante ese grito tenía que ver de dónde provenía, al subir las escaleras ya que de ahí seguía escuchándose lo mismo, al caminar por un pasillo en el cual habían muchas puertas, me asome por cada una pero no encontraba nada, un abrigo en mi camino me hizo agacharme a recogerlo pero justo en ese momento volví a escuchar que me gritaban que corriera, parándome con el abrigo en mi mano seguí el sonido, llegue a una puerta con rejas y vidrios esta estaba justo frente mío.

-esmeralda- mi curiosidad fue más grande al oír nuevamente mi nombre, entre para ver de que se trataba, al hacerlo me sorprendí ya que en ese cuarto habían fotos de nosotros cuatro, todas estaban acomodadas en una fila y estas tenían una flecha señalándome a mi -que significa todo esto?- me pregunte muy confusa, había algo que no encajaba en todo esto, escuche otro ruido y sin dar mucho tiempo salí de ese cuarto y fui hasta el otro que estaba al lado -quien an...- para mi mala sorpresa, vi a Irina besando a Alex, aquella imagen me dolió tanto pero debía disimularlo -disculpen, este no es lugar para besarse- Alex al oírme decir esto se aparto de Irina y me miro, yo me di la vuelta y volví aquel cuarto donde encontré las fotos -vengan- escupí molesta, todos vinieron y me miraron haciéndose la misma pregunta que, me quite los anteojos y mire a Irina la cual le sonreía a Alex, /estúpida, te quitare esa sonrisita detestable de tu rostro, par de calenturientos, ese traidor de Alex, / dije en mi mente aguantando para no dar a conocer lo que sentía, Alex intento acercarse a mi seguramente para decirme alguna de sus mentiras pero me aleje de él no quería que me hablara solo deseaba matarlo.

-miren esto- Damián buscando entre unos cajones de un viejo escritorio que había ahí encontré algo- dijo mostrándonos lo que parecían formulas -déjame ver- tome una de


las hojas y la leí -sujeto 23, 24 y 25 son experimentos del sujeto 1- estos dado los resultados fueron positivos- fruncí el seño al no entender nada -yo te explicare preciosa- dijo alguien de voz muy conocida para mi, Ariel entro y se paro enfrente de nosotros, Alex y Damián iban atacarlo pero este abrió su mano en la cual traía una piedra roja, los cuatro caímos al suelo sin fuerzas yo lo mire y intente levantarme pero fue inútil, todo se volvió negro y perdí el conocimiento. Sentí debajo de mi algo duro y frío, al abrir mis ojos estaba acostada sobre una mesa metálica, la luz sobre me encandilaba impidiéndome ver bien, trate de levantarme pero mis manos y piernas estaban sujetas a esta mesa con cadenas y grilletes gruesos, al mirar a los lados pude ver a mis compañeros encadenados sobre mesas igual que yo pero ellos aun no despertaban -llevo tanto tiempo esperando por ti, esmeralda- esta voz era desconocida, al tratar de mirar de quien se trataba este se acerco a mí, tenia puesta una bata de científico, era muy atractivo pero en ese momento es lo menos que me importaba -que quieres de nosotros?- pregunte mirándolo fijamente, este riendo me contesta -soy tu padre conmigo ese poder no funciona, /padre, no pero cómo?/ pregunte en mi mente -quieres saber?, mi esmeralda, Bien tu eres un ser único no existe otro como tú, gracias a tu ADN pude darles dones a cada uno de ellos, si no fuera por mi seguirían siendo simples humanos- humanos? Ellos son humanos, pero yo no, ¿entonces que soy?

Capitulo 13 -¿quién soy?- pregunte tirando de las cadenas -mi hija, al verte nacer me di cuenta que no eras normal, tus ojos eran diferentes a los de los demás, tu madre murió al darte a luz, aquella que te crió no era tu madre- lágrimas corrían por mis mejillas, /nada de esto es lo que creí/ dije en mi mente, las palabras "la que te crió no era tu madre, tu verdadera madre murió al darte a luz" daban vueltas en mi cabeza -me fue difícil entender tu composición química, al buscar de donde provenías mis ansias por obtener tu poder eran más fuertes, no me explicaba como una humana podía concebir a una venusina, encontré la razón que te trago aquí, una vez cada 100 años nace un venuviano en la tierra para que no se pierda la especie, durante meses examine tus


cambios, eran cada vez más notorios tu mataste a un sirviente mío cuando tenias 6 meses- escuchar todo esto me hacia tener nauseas.

-venucina?, que es eso?- pregunte en susurro -es un ser no humano, con un don en especial el tuyo son tus ojos asesinos, cada uno tiene un don distinto nadie logra tener un don ya dado también son conocidos por su belleza, por eso tus ojos son únicos- me sorprendía conforme lo escuchaba -ahora te preguntaras para que los tengo aquí, bien, pienso quitarles los dones que les otorgue, para así tenerlos yo- lo mire negando -no les hagas daño, ellos no tienen nada que ver en esto- replique angustiada no quería que les hiciera daño -ya se verá si sobreviven- dijo él con una sonrisa en su rostro, les coloca una maquina a los tres en la cabeza, encendiéndola esta absorbe el don de cada uno, yo me movía tratando de soltarme -déjalos!- grite, pero este no me hacía caso

-ya terminara, ten paciencia, solo tú te salvas a ti no puedo quitarte tu don- saber eso no era agradable, parte de mi quería deshacerse de este "don" si pudiera ser normal.

Los chicos iban despertando uno a uno mirando cómo les robaban aquello que los hacía no normales -Alex ¿estás bien?- pregunte pero este no me miraba, estaba mareado, Irina también despertaba al igual que Damián pero ninguno hablaba parecían estar mal -bien, terminamos- dijo el científico -chicos, oigan- mis llamados eran inútiles. Pensando me estaba dando cuenta que ahora que ellos ya eran humanos no podía ver a Damián y Alex ya que los mataría, me dolía el pecho al deducir eso -un viven, llévenselos y déjenlos libres ya no los necesito, dijo el científico, llegaron varios hombres llevándose a los tres, /es un alivio, afuera estarán a salvo, la pregunta de ahora es que pasara conmigo/ en mi mente me hacia esa pregunta.

-ya están libres tus amigos ahora sigues tu, ya que no puedo obtener tu don, me darás un nieto- decía el muy serio -¿un hijo?, jamás te lo daré, menos para que lo dañesescupí molesta, está loco si piensa que lo hare, -oh, si me lo darás esmeralda-


Capitulo 14 -tú eliges mi querida esmeralda, un nieto o la vida de tu humano, para mi es fácil saber dónde está el- dijo ese científico que se hacía llamar mi padre, no podía permitir que le hiciera daño a Alex -solo dame tiempo- dije pensativa, tenía que armar un plan -un par de meses, si en ese tiempo no me das resultados será a la mala- decía el amenazante, suspire -está bien- dije molesta, ahí el le ordeno Ariel soltarme y así lo hizo -porque no les afecta mi mirada?- pregunte muy curiosa -hay una piedra que neutraliza tu habilidad, solo existen dos, yo y Ariel las tenemos- dijo restregándome la piedra en la cara, un dolor me hacia retorcerse -ups se nos olvido decirte que esa piedra te provoca dolor- musitó Ariel burlándose de mí, /maldito!/ grite en mi mente -bien preciosa le daremos ese nieto a tu padre- dijo Ariel, yo reí -ni lo sueñes, primero muerta que meterme con una basura como tu- escupí levantándome -a mi me importa que me lo des, el cómo y quién sea el padre no me importa- expreso el científico loco -gracias por eso- el sarcasmo salía por mis poros.

Cuando me iba a ir Ariel me detuvo -te estaremos vigilando hermosa- hice un gesto de asco al oírlo decirme así y sin más me fui, al salir de aquella maldita casa me asome afuera del portón pero ni Damián, ni la lanzada de Irina y mucho menos Alex estaban ahí, termine de salir pero me detuve y arrodille en el suelo y recogí dos rosas, una negra y la otra blanca -una señal, están bien, que alivio- sonreí diciendo eso, algo en mi decía que esto era una señal de Alex -mi Alex- me sonroje ante mis palabras, como podía decir algo así si él no es nada mío, al tener las rosas en mis manos me levante y las puse contra mi pecho, baje mi mirada yéndome de ahí. Días después Llevaba días caminando por las calles, no tuve más opción que usar mis ojos para obtener donde dormir, ropa y otros anteojos para no matar a nadie y menos llamar la atención. De mi mente no podía sacar todo lo que ese científico me dijo -donde estará mi hogar?, cuanto más faltara para que nazca otro venucino?, donde estarás Alex?- me


hacia tantas preguntas, el estaba muy presente en mi mente, no podía evitar pensar en donde podría estar, al pensar que podría estar con Irina la ira se apoderaba de mi -será que me enamore de ti?- me dije mirando las rosas que él me había dejado, no podía evitar sentir celos mas recordando ese día que la encontré besándolo , suspire y camine por un pueblo en el que parecía que habrían fiestas, era mucha la gente que transitaba, me costaba caminar entre ellos -ay!- exprese al tropezar con alguien y caer sentada, levante mi mirada para disculparme con la persona que tropecé -per...- no pude terminar de pronunciar la palabra, la sorpresa se expreso en mi rostro -a-Alex?susurré

-mi esmeralda, mi ojos bellos, te encontré-

Capitulo 15 -mi esmeralda- dijo el ayudando a levantarme, lo mire a través de mis anteojos -creí que te había matado, como escapaste de ahí?- me pregunto, yo no le quitaba la vista de encima, sin responder lo abrace muy fuerte, el no dudo en responder, su calidez me hacía sentir tranquila, en ese momento se me olvidaba que debía hacer algo con lo del tema del tener un hijo, pero en ese instante todo me importaba poco aunque mi sonrisa se borro al recordar que el ya era humano.

-ven tenemos mucho de que hablar- me tomo de la mano, acepte ir con el -donde están Irina y Damián?- pregunte mientras Caminábamos -fueron a buscar algo, después que nos dimos cuenta que no teníamos nuestras habilidades ellos querían terminar algo y se fueron, volverán pronto- dijo abrazándome, a Damián si quería verlo pero a Irina no, sentía que la odiaba. el frío se hacía presente mientras la noche caía, el se quito su suéter y me lo puso sobre los hombros -ya vamos a llegar, falta poco- me dijo en una sonrisa, /dios como amo esa sonrisa, podría pasarme mirándola toda mi vida/ dije en mi mente, llegamos a una pequeña cabaña de color negro, el dio un paso al lado mío y abrió la puerta -primero las damas- decía él como todo un caballero, Sonreí y pase me


detuve admirar su interior, dentro de este se sentía tan acogedor y hogareño, las paredes estaban pintadas de color café, una mesa y sillas del mismo color hacían gran combinación, una chimenea capto mi atención hacia mucho no veía una -wau es hermosa tu casa- exprese acercándome a la chimenea -es de un amigo, me la presto ya que él se fue a vivir lejos- me decía pero yo no le quitaba la mirada a la chimenea, lo escuche acercarse a mí y abrazarme por detrás -el olor de tu cabello me volvió adicto a ti, esmeralda- susurraba el hundiendo su nariz en mi cabello rubio, el bajo a mi cuello y lo beso, no podía explicar la sensación que sentía, su cercanía con mi cuerpo era tan dulce y a su vez tan candente, cerré mis ojos dejando que besara mi cuello, logre sentir una corriente eléctrica recorrer mi cuerpo, pero no podía dejarme llevar y me aparte.

-eres una hermosa venucina- dijo él, lo mire acomodando mis anteojos, no me sorprendía el sabia todo de mi sin que yo le dijera, mis intentos por alejarme de él eran inútiles -no huyas de mi- musitó volviendo acercarse a mí, esta vez me abrazaba de la cintura y sin dejarme decir nada me beso, pero este no era un beso como el primero, este estaba lleno de nostalgia, alegría, deseo, pasión y amor, /amor?, si lo puedo sentir, no se pero me gusta/ exprese diciendo en mi mente, me dejaba llevar por lo que sentía, sin dudarlo enrolle los brazos en su cuello sin dejar de besarlo, el me tomaba de la cintura acercándome más a su cuerpo, me separe del beso para recuperar mi respiración, ahí el me quito los anteojos, yo cerré los ojos ya que no quería matarlo, el no dijo nada sobre eso, en un suspiro Alex bajo el cierre de mi vestido dejándolo caer, me sonroje ya que nunca ningún hombre me había visto en ropa interior, sentía su mirada sobre mi cuerpo que aun estaba semi cubierto por ropa interior negra como mis ojos, yo sin abrir mis ojos le quite la camisa y con mis manos recorrí sus musculosos brazos y pectorales -eres perfecta, ojos bellos- me cargo haciéndome rodear con las piernas su cintura y volvía a besarme llevándome a su cuarto, esa fría noche, entre el calor de la chimenea seria el día en que me entregara a el por el amor. -me pagaras esto, esmeralda- decía alguien mirando por la ventana


Capitulo 16 Suspire al despertar a su lado -Alex, esto es imposible- dije mientras lo miraba dormir, el dorso de mi mano se deslizó por su mejilla y esta raspaba, era tan sexy verlo con barba. Me levante, me puse mi ropa interior, fui a la sala a buscar mi vestido y zapatos al costarme subir el cierre de mi vestido la impotencia me invadía, ya con sus zapatos puestos mira por última vez hacia el cuarto, caminando hacia la puerta la abrí y me fui.

No quería dejar Alex, el se había ganado mi corazón pero no podía estar a su lado, no solo sus ojos se lo recordaban la amenaza de Ariel y ese científico, mi pensamiento tenía que estar en no haber quedado embarazada porque eso complicaría mas todo no, no creo que pase- tenía que calmarme ya que Ariel podía estarme siguiendo, mire a todas partes y al dar un paso algo extraño paso, alguien halo mi pie hacia abajo -aah!!grite al verme entrar en un agujero obscuro, tratar de mirar era imposible todo era muy obscuro, al querer moverme sentí como volvía a caer -au!- exprese con dolor ya que había caído sentada en un suelo muy duro -¿dónde estoy?- me pregunte levantándome y poniendo mis anteojos luego de recogerlos del suelo, al mirar a mi alrededor me quede muda, estaba en medio de un bosque -¿arboles blancos? Y el suelo también?, que es esto?- pregunte sin quitar la vista a los arboles, lo más extraño es que no hace ni frío, ni calor -como salgo de aquí?- camine entre el bosque, se escuchaban muchos ruidos a mi alrededor, seguí mi paso rápido algo me decía que algo no estaba bien alto ahí!- alguien grito y yo me gire a ver de quien se trataba, cuando hice esto venia una niña muy linda de pelo largo rojo liso, traía un vestido celeste muy lindo y no traía zapatos, al verla acercarse logre mirar sus ojos verdes -que niña tan hermosa- musite quien es ust...- la pequeña no termino su pregunta ya que se quedo mirándome fijamente, yo me quite los anteojos y la niña se sorprendió -eres venucina- me dijo la pequeña -que sabes los venucinos pequeña?- pregunte arrodillándome para ponerme a su altura.


-los venucinos son seres provenientes de las estrellas, son muy peligrosos con los humanos y amigables entre los de su misma especie- me contaba la niña -y donde estamos pequeña?- pregunte intrigada por el bosque -esto es petrax el mundo de los venucinos, todos están en el palacio del príncipe, vamos usted también tiene que verlodecía la niña /petrax, príncipe?/ pregunte en mi mente -está bien vamos pequeña- me levante y tome la mano de la niña y me deje dirigir por la niña -tu como tu llamas?, yo soy esmeralda- le pregunte mientras ella me llevaba por un sendero -soy Sabrina- la mire sonriente -es un hermoso nombre- la niña señala -ahí está el príncipe- mire para ver pero una multitud de personas me tapaba, solo puede escuchar alguien de voz varonil pedir que le dieran paso y también decir -mi princesa-

Capitulo 17 -mi princesa- un joven vestido de traje, corbata y sobre este una chámara de mezclilla, pasa entre los venucinos y se para frente a mí, ¿traje y corbata?, que clase de broma es esta, no se supone que somos diferentes a los humanos/ -disculpe ¿que dijo?pregunte mirándolo a los ojos, para mi sorpresa tenía los ojos negros como yo -pero ¿cómo? Es imposible- pregunte mirándolo fijamente -sus ojos- dije pero el sin darme una explicación me tomo de la cintura y me beso, me sorprendí ante eso, lo empuje y le di una cachetada -¡dieta!- le escupí furiosa, todos los que estaban atrás de él taparon sus bocas consternados -así es como respondes al amor ¿que te doy, mi princesa?pregunto el tocándose la mejilla roja por la cachetada, ¿princesa? Y a este estúpido ¿que le pasa? ¿Cuantas se tomo?/ dije en mi mente burlándome -que les pasa a los estúpidos hombres, ¿creen que pueden besarme cuando quieran?- replique mirándolo desafiante -¿que? ¿Quien se ha atrevido a tocar a mi futura esposa?- grito el enfadado, solté una carcajada -¿esposa? ¿Que le pasa? ¿Tan duro le di la cachetada que se le desacomodo el cerebro?- le pregunte ya hastiada de las tonterías que decía.


-tu eres mi prometida yo soy el príncipe, los que son designados con el mismo don deben casarse, no todos poseen ese privilegio pero tú y yo si esmeralda- yo no podía evitar esta vez tener un gesto serio reflejado, sabe hasta mi nombre, jamás me casare con alguien que no amo -jamás me casare con usted, primero muerta- escupí volviéndolo a empujar, pero justo ahí me tomo entre sus brazos sin dejarme mover -no tendrás opción, si es por amor a mi no me cuesta nada enamorarte- susurro el en mío odio -suéltame, déjame en paz- le exigí pero este no me soltaba, era más fuerte que yo, no podía evitar sentir algo por la cercanía pero aun amaba a Alex y el sería el único amor de mi vida -en poco tiempo me pedirás que te toque y bese- me decía cerca de mis labios, hice cara de asco y desvíe la mirada -ya le dije que me deje tranquila señor, no me obligara a nada- dije soltándome y alejándome de él -te equivocas mi princesa, si estas obligada y no me digas señor que me siento distante a ti, te diría mi nombre pero un tengo problemas con eso- /¿que? ¿De que habla?/ me pregunte en mi mente ¿de que habla señor?- le pregunte directamente -ven conmigo- me dijo él, yo lo seguí renegando, en el camino había varias cabañas pequeñas que parecían acogedoras hable ya- le exigí, ya estaba con la curiosidad que me mataba -está bien- él se detuvo frente a un pequeño jardín y se volteo a mirarme, sus ojos negros, su aspecto de chico misterioso y forma de vestir iban muy bien con su cabello café -nuestra especie solo puede mezclarse con los de nuestra raza, si un venucino se involucra con un humano otro que no sea igual a nosotros seria romper nuestra más grande regla, y estarían condenados a morir ambos- tenía que disimular ante sus palabras, escuchar esto era peor que todo lo demás, matarían Alex si me descubren, negué, /no, no puedo permitir que eso pase/ dije en mi mente -los que somos como tú y yo tenemos la obligación de estar juntos para que nuestro primogénito tenga nuestro don, no tienes opción eres mía lo quieras o no y te casaras conmigo esmeralda, llevo mucho tiempo esperándote- me dijo tomando mi mano -hay mucho de este lugar y de nosotros que debes saber- decía ese estúpido príncipe besando el dorso de mi mano y sonriendo de lado.


Capitulo 18 -tengo que mostrarte algo- me dijo el príncipe llevándome de la mano por parte de ese gran bosque blanco, me solté de su agarre -le pido el favor que no me toque, no me agrada su "romanticismo" - exprese con sarcasmo, el río y metió las manos en sus bolsillos -yo te mostrare dos caminos, mi querida esmeralda, podrás escoger uno-.

No entendía lo que decía -dos caminos?- le pregunte extrañada -si, mira- me señalo un lago a lo lejos, yo mire hacia donde me señalaba mientras seguíamos caminando, me parecía curioso ya que se podía ver un lago rojo -un lago?- le pregunte y el afirmo cuando lo veas de cerca entenderás todo- decía el príncipe mientras acortábamos la distancia entre el lago y nosotros, al llegar al lago lo mire curiosa y confundida -porque es rojo?- pregunte -tócala y veras porque lo es- dijo él, arrodillándome frente ese lago, introduje mi mano en el agua, hice un gesto de gran sorpresa, saque mi mano, la mire porque estaba roja -s-sangre- susurré atónita -así es, es sangre, te preguntaras que hace este lago de sangre en un lugar como este, bueno esta sangre es de todas las personas que murieron por tus ojos- esas palabras me cayeron como un Baldé de agua fría, /mate a tantas personas?, es mucha sangre/ me dije a ni misma negando, sentía que caía a un abismo sin salida -esmeralda- me llamaba el pero yo estaba perdida entre mis pensamientos y las palabras dichas por él, cuando sentí que él me sujetaba de la cintura y me levantaba -esta sangre es la que te da vida, la humana que te crió tenía que sacarte de cada pueblo cuando un hombre moría por mirarte, cada pueblo era testigo de tu gran don de la peor manera, este lago es tu alimento para seguir con vida como un vampiro necesitado de sangre, sin este lago morirías- quizás debía ser lo mejor morir, mate sin piedad aun siendo una niña, el me abrazo por detrás y yo lo deje, necesitaba ese abrazo -estas destinada a estar a mi lado esmeralda, yo soy tu camino de felicidad o puedes escoger el camino difícil, tu condena a vivir entre los humanos perdiendo de control tu don- al oírlo decir esto voltea a mirarlo, tenia lágrimas en mis ojos -perder el control?- pregunte sollozando, el limpiaba mis lágrimas -tu don es igual que el mío, yo perdí el control cuando hace 2 años, me negaba a ser un asesino yo no quería matar a nadie, mi don se salió de control era imposible detenerme, mataba por


placer y cada vez me gustaba más, pero esto es parte de mi y lo acepte, al llegar aquí me contaron toda la historia y descubrí que era el príncipe de todos los venucinos- me miraba fijamente diciéndome eso, sus ojos eran hermosos como los míos, era imposible no mirarlos y fascinarse por su misterio -no porque te paso a ti me pasara a mi- le dije y este tomo con su mano mi mentón y lo levanto lamiendo mi cuello y con la otra apretó uno de mis glúteos, me estremecí inconscientemente, /porque provoca esto en mi, si yo amo a Alex? Es un desgraciado pervertido/ en mi mente giraba esa pregunta, deseaba golpearlo pero algo no me dejaba, lo aparte y este me tomo del cuello acortando mi respiración.

-te contare el porqué te pasara igual o peor y te diré el cómo logras matarlos, mi rubia y futura esposa devora hombres-

Capitulo 19 El cuarto donde debía dormir era parte de la cabaña de el príncipe, eso no me agradaba mucho yo no lo quería cerca de mí, es muy pervertido y algo agresivo, al anochecer me fui a dormir no quería comer en la misma mesa que el. Luego de una ducha larga para relajarme me acosté pensando en todo lo que ese príncipe me dijo ¿donde estarás mi Alex?- pregunte en voz alta acostándome, abrace una almohada recordando la noche que pase con él, nunca me había sentido tan amada -nunca podre estar junto a ti- fue lo último que dije para luego quedarme dormida. -buen día mi prometida- bufé ante sus palabras, el se levanto para apartar mi silla para que me sentara pero rechace su gesto de "caballero" -yo no soy nada suyo- escupí, me senté en la mesa y mire el desayuno -comida humana?- le pregunte al ver frutas, panqueques con miel, pan tostado con mermelada y jugo de pera -me gusta mucho la comida de los humanos, anda come luego iremos a los jardines para hablar de sobre time dijo guiñándome el ojo, rodé los ojos ante ese acto -aja- dije comiendo pan tostado con mermelada y tome un poco de jugo, al terminar de desayunar me levante y salí afuera -espera esmeralda- lo escuche decir para luego tomarme de la cintura y girarme


-que?- pregunte, el me miraba de pies a cabeza y me beso tomándome de la nuca, trataba de empujarlo ya que no quería que me besara pero el tenia más fuerza que yo, le mordí el labio con fuerza para que me soltara, sentí el sabor de su sangre -te dije que no me tocaras!- grite matándolo con la mirada -así que tengo de prometida a una fiera- decía el sujetándome del brazo con fuerza dañándome, me llevaba a rastras hasta unos hermosos jardines con rosas rojas y negras, esto me sorprendió mucho, /que significa esto?/ pregunte en mi mente -aun no te he llevado a mi mansión, me he quedado en las cabañas para que te acostumbres- me dijo soltándome bruscamente que es esto?- le pregunte ignorando lo que me decía -es mi jardín mi querida esmeralda- mientras decía esto me hacia sentarme en una banca pequeña que estaba en ese jardín, me senté de mala gana -tu don está más desarrollado que el mío, cuando un hombre te ve tus ojos brillan eso los vuelve locos de amor a tal punto que sueñan con tenerte pero al ser humanos sus corazones dejan de funcionar ya que ellos no tienen tu mismo don que yo, es imposible que un humano sobreviva- lo mire ante eso que decía, tratando de entender sus palabras -si me enamorara de un humano?- le pregunte mirándolo fijamente, tenía un poco de miedo de su respuesta -ya te lo dije es romper nuestra máxima regla, si lo hicieras tendría que matarlos ambos- ante su respuesta mire mis manos, no me importaba morir pero que no tocaran Alex, suspire vencida ya que tenía que aceptar mi realidad.

-nos casaremos en tres días esmeralda y luego vendrás conmigo a buscar lo que perdíme dijo, me confundí ante eso -¿tres días? No ¡jamás!- grite, /lo que perdió, ¿por eso su mirada parece vacía?/ me hice esas preguntas en mi mente.

Capitulo 20 -hora de irnos- decía el príncipe, yo no tenía muchas ganas de ir pero no tenía de otra que ir -bien- respondí de mala gana, Caminábamos rumbo al palacio, mire a mi alrededor aun me parecía increíble este lugar, no tenía muchos habitantes pero todos eran muy amables y mostraban reverencia ante y el príncipe, esto no me agradaba


porque como lo había dicho antes jamás me casare con él.

-espero sea de tu agrado mi mansión que ahora también será tuya- decía el tomando mi mano y besando el dorso de esta -le repito señor que estaré aquí poco tiempo ya que planeo irme- quite mi mano bruscamente, el riendo ante mi acción me señalaba hacia un lado -aquí están los límites entre el pueblo y mi mansión- mire y habían mas rosas rojas y negras -porque vives tan lejos del pueblo, se ve que ellos te quieren?pregunte tratando de no sonar tan curiosa -eres muy curiosa preciosa- dijo él con una sonrisa de lado, /odio que haga eso, parece adivinar lo que pienso/ replique en mi mente -no me gusta estar rodeado de tanta gente, me gusta más la soledad aunque ahora cambiara eso ya que vivirás conmigo- bufé ante lo que dijo -cuanto falta para llegar?- pregunte tratando de desviar el tema -poco mi princesa, muy poco- respondió el, seguimos caminando, yo no dejaba de mi mirar a nuestro alrededor, nos alejábamos cada vez mas del pueblo.

-llegamos- me detuve de golpe al oírlo, quede atónita al ver hacia arriba, era un palacio muy grande, blanco pero a su alrededor había arbustos verdes -porque aquí es verde?el me miro ante mi pregunta -como te dije antes cruzamos el límite de el pueblo- era verdad el me lo dijo, aun así es raro hay algo que no encaja aquí -vamos, se que tienes curiosidad de verlo por dentro- otra vez adivinando mis pensamientos, rodé los ojos -sirespondí -primero las damas- extendió la mano hacia el frente como señal de que pasara por él la orilla del mar que rodeaba la mansión, pase mirando el mar -porque sobre el mar?- gire preguntándole -soy algo extravagante en mis gustos- respondió, /a no me digas/ dije en mi mente, al llegar a las gradas subí hasta el final, en este había un mayordomo al parecer también era un venucino, lo pude notar por su forma de mirarme sin que le afectara -bienvenida futura princesa- musitaba el mayordomo -uy que necedad que yo no soy ni seré ninguna princesa- escupí fastidiada -disculpe- dijo él y me abrió la puerta para que pasara, mire al alrededor y pase -wau- no pude evitar expresar eso, el interior de la mansión parecía un sueño era de color verde agua, habían dos escaleras una de cada lado seguramente son las que van a dar a las habitaciones, mire hacia arriba y había pinturas pintadas en el techo -pinturas?- me


pregunte, baje mi vista y camine un poco más, me asome a lo que parecía un gran salón, en este había varios jarrones con rosas -valla le gustan las rosas rojas y negrassusurré -si me encantan- susurro el esta vez en mi oído, no puede evitar sentir estremecerse -te mostrare tu cuarto, mañana podrás ver toda la mansión- dijo tomándome de la mano, lo deje por esta vez, subimos las escaleras yo lo miraba ya que él era tan misterioso, pasamos por un pasillo muy amplio, habían muchísimos cuartos -es hermoso- exprese -muchas gracias, sé que soy hermoso- me solté de su agarre -yo hablo de la mansión- dije -si también es hermosa, este es tu cuarto, si necesitas algo me dices- me decía él con una sonrisa algo triste -gracias- e exprese notando esa tristeza -te llamare cuando la cena este lista- susurro -no tengo hambre pero aun así gracias príncipe- cerré la puerta del cuarto, toque mi pecho -porque me dolió tanto su tristeza- dije en voz alta, gire para ver el cuarto -es enorme- salte sobre la cama y mire a mi alrededor, las paredes eran color rosa pálido, era muy amplia al igual que la cama, al lado de esta había una mesa de noche, sobre ella una lámpara -que suave es la cama- esta estaba cubierta por unas sabanas de seda.

-¿que es esto?- me asome a la mesa de noche y vi algo que me hizo enojar, me levante tomando esa carta en mis manos y salí del cuarto tirando la puerta -¡me explicara esto!- grite furiosa mientras iba a buscarlo.

Capitulo 21 Ya había caído la noche, yo seguía buscándolo ya llevaba así más de tres horas -este lugar es muy grande- exprese ya vencida por el cansancio.

-desea algo princesa- salió el mayordomo de un cuarto asustándome -he, si yo busco al príncipe- le dije tocando mi pecho ya que me había asustado -el príncipe esta en el balcón, si me permite la princesa le mostrare donde es- lo seguí renegando, aun seguía con la necedad de llamarme princesa, me dirigió por otro gran pasillo y me señalo el


final -esta allá- me dijo, yo le agradecí y camine hasta salir al balcón -valla todo es grande aquí- exprese, lo vi parado mirando hacia el mar, me acerque y el desvío su mirada hacia mí, al verme camino hasta mí y me sujeto de la cintura -me extrañabasme enoje más de lo que ya estaba ante su descaro -maldito- le di una cachetada tan fuerte que deje su mejilla roja, el Sobo su mejilla -ahora a que se debe tan cálida caricia?- me pregunto -porque tienes esto?- grite tirándole la carta y el la atajo y la miro -tenía que saber el motivo por el que me rechazas- me decía con tranquilidad, esto me sorprendió pero también me asusto.

-lo sabías?- pregunte esperando que me dijera que no -lo averigüe el día que te quedaste a dormir en mi cabaña, ese humano me está robando tu amor- tape mi boca ante lo que decía -no le hagas nada- le pedí -no puedo levantar sospechas de que un humano se metió con mi princesa o te matarían y a mi igual por en cubrirte- diciendo eso me toma del mentón uniendo nuestros labios en un beso diferente a los otros, pude sentir su necesidad de sentirme como si se sintiera muy solo, no sé como paso pero me vi correspondiendo al beso, nuestros labios se movían deseosos, había perdido mi razón ante él, seguía besándolo devorando sus labios, mientras el sujetaba mi cintura sentándome en una mesa que estaba fuera de el balcón, el acariciaba mis piernas subiendo mi vestido pero lo detuve -no, no puedo- le dije apartándome de él -con él jamás podrás estar en cambio conmigo lo tendrás todo- escuche el dolor en sus palabras -me casare contigo, pero solo para que no le hagas daño a él- dije en un suspiro, tenía que protegerlo ahora que era humano aunque esto me dolía tanto -tanto lo amas?- me pregunto, yo afirme -si lo amo, por el haría lo que fuera- respondí bajando mi mirada -entiendo, entonces así será, con el tiempo me amaras- dijo el de ultimo para entrar a la mansión y desaparecer de mi vista. Había pasado toda la noche llorando, me sentía infeliz, escuche alguien tocar la puerta -pase- dije limpiando mis lágrimas, la puerta se abrió y por ella entro una señorita princesa disculpe si la desperté, me mandaron a traerle su vestido de novia- decía la señorita poniendo un hermoso vestido sobre mi cama -¿porque es negro?- pregunte sin mirarla -el príncipe lo pidió así, dijo que iba muy bien con el color de sus ojos- me


respondió.

-perfecto, ni el color de mi vestido puede escoger- suspire -solo cumplo ordenes princesa, si me permite la arreglaré para la ceremonia- me sorprendí -¿porque hoy?- le mire preguntando -la ceremonia es hoy señorita- casi caigo de la cama al escucharla ¡he! ¿Que?- grite

Capitulo 22 Suspire al colocarme el vestido, la señorita que lo trago me ayudaba a peinarme -se ve hermosa princesa- me dijo ella -gracias- dije, al terminar la señorita me dirigió frente al espejo, la cola de el vestido me hacia un poco difícil el caminar.

Me mire al espejo, el vestido era hermoso y la señorita me maquilló bien, se supone que una boda debería ser el día más feliz de una mujer pero al contrario solo quería desaparecer de ahí y ver a Alex -debe ir al salón princesa, el príncipe la espera- volví a suspirar ante sus palabras, levantando un poco mi vestido salí del cuarto, camine hasta las escaleras, al mirar hacia abajo el príncipe estaba ahí esperándome.

-te vez hermosa- me decía el tomando mi mano y besando su dorso, me sujete de su brazo y caminamos hasta el altar, la ceremonia empezó y yo tenía ganas de salir corriendo pero no podía, esto lo hacía por Alex, habían muchos invitados, no hacía falta preguntar yo sabía que todos eran venucinos, el salón estaba adornado por rosas negras y rojas y mesas de color negro, ¿este hombre solo en negro piensa?/ pregunte en mi mente

-señorita esmeralda, acepta como esposo al príncipe para amarlo y respetarlo por el resto de su vida?- guarde silencio por un momento ante la pregunta del padre, el


príncipe me sacudió un poco para que respondiera rápido, lo mire y baje la mirada -si, acepto- dije con gran tristeza, sentí la sonrisa de Alex -príncipe acepta usted por esposa a esmeralda para amarla y respetarla por el resto de su vida?- yo esperaba que la respuesta de él fuera negativa, mi corazón latía fuerte -si, acepto- su respuesta me condenaba, era el fin de mi libertad si es que algún día la tuve -bien, con el poder que me otorga nuestras leyes, los declaro marido y mujer. Príncipe ya puede besar la noviaal decir esto él se acerco a mí y tomándome de la cintura muy demandante, unión nuestros labios en un voraz beso que me robaba el aliento, este beso subía cada vez mas de tono, escuche el aplauso de todos, no podía permitir esto así que lo aparte sin que los invitados lo notaran.

-ven mi querida esposa abriremos el baile- no podía negarme ante la petición de él ya que estábamos rodeados de muchos invitados, me acerque a él y empezó a sonar una canción lenta, el sujetando mi cintura y mano derecha me hacia bailar al ritmo lento de la canción, yo puse mi otra mano sobre su pecho y lo mire fijamente, sus ojos me transmitían mucho misterio, eso era algo que no me gustaba mucho ya que creo que algo podría esconderme, pero tampoco podía negar que eran hermosos y cautivadores, al terminar de bailar todos entraron a la pista a bailar también. Ya había pasado casi un mes de que me case con él, pero hasta ahora no me había entregó a él aunque su insistencia siempre me parecía algo extraña, al negarme me trataba mal y en su rostro se veía frustración como si el que no me entregara a él arruinará algo.

Me encontraba en el jardín inhalando el exquisito olor de una rosa roja, tan roja como mis labios, justo ahí me puse de pie para ir a caminar por los alrededores de el gran jardín que estaba atrás de la mansión, pero un malestar me hizo detenerme -¿que me pasa?- me pregunte, tape mi boca al sentir nauseas y corrí adentro de la mansión directo hacia el baño.


Capitulo 23 -princesa, ¿se siente mejor?- afirme un poco pálida -gracias, marcos- le Sonreí al mayordomo, subí a mi cuarto era un alivio que ese estúpido príncipe será por unas semanas a arreglar asuntos pendientes, no me preocuparía por Alex ya que me prometió no hacerle nada, no me quedaba otra que creerle.

-¿porque me siento tan mareada?- me detuve mirando una puerta que anteriormente había llamado mi atención pero marco me recomendó no entrar ahí porque el príncipe se enojaría -¿que habrá en este cuarto?- di un paso para abrir la puerta, dude por un momento hacerlo ya que quizás me arrepentiría de entrar pero la duda me mataba -ya vine, no me arrepentiré ahora- me dije y entre al cuarto, la luz estaba apagada, busque el interruptor para encender la luz -veamos que misterio hay aquí- al mirar lo que había en dicho cuarto me puse mas pálida de lo que ya estaba mirando.

Habían muchas fotos de chicas rubias pegadas en las paredes -pero ¿que....?- no entendía nada, caminaba mas por el cuarto y baje mi mirada al pisar algo -mi muñeca?, ¿que hace aquí?- levante la muñeca y la mire, era la misma que encontré cuando regrese aquella que fue mi casa, levante mi mirada hacia el frente y deje caer la muñeca al ver una foto mía, esta estaba rodeada por otras cuando era más niña -¿que clase de broma es esta?- tome una foto que estaba debajo de la mía -Damián?- en mi mente se hacían ya ideas de lo que podría estar pasando -el planeo esto junto con ellos, pero esto es raro Damián no lo permitiría, mucho menos que otro hombre me tocara mas por su obsesión conmigo- tire la foto y salí corriendo de ahí, tenía que huir de ese cuarto que parecía de un psicópata

Corrí tanto que no me había dado cuenta de que ya no estaba en la mansión, me detuve de golpe al ver un tigre blanco con rayas negras frente a mí, sus ojos eran


azules como los de Alex, di un paso atrás pensando que este me atacaría

-no huyas esmeralda, no te haré daño- me decía el tigre blanco, lo mire fijamente al escucharlo

-¿cómo es que puede hablar?- le pregunte extrañada de su forma de mirarme

-de la misma forma en que lo haces tú, soy el guardián de este lugar- me sorprendí ante eso que decía -te vez algo asustada, ¿ya lo descubriste, verdad?- lo mire extrañada

-¿cómo sabes lo que vi?, ¿que significa todo esto?- le pregunte, los ojos de ese tigre eran tan profundos que me sentía atrapada entre ellos

-tu sola lo descubrirás, el tiempo te revelara todo, lo único que puedo decirte es que tengas cuidado, por los dos- su advertencia me saco mas de mis ideas

-¿por los dos?- pregunte aturdida ya por lo que había visto y el tigre me decía

-si por los dos, ahora te enviare a la tierra de humanos, busca la verdad esmeralda, antes que sea tarde- justo cuando el tigre dijo eso todo se volvió negro y no vi mas Abrí mis ojos, me senté confusa -¿porque aquí?- había despertado justo sobre el terreno de mi anterior casa, la misma donde estaba enterrada mi madre -¿ahora que hago mamá?- en mi mente estaban esas palabras "dos"

Capitulo 24 Permanecí escondida hasta que se hizo de noche, baje del árbol y camine por la el pueblo, unos ruidos me hacían detenerme y esconderme detrás de una cabaña


abandonada, me asome un poco para ver de que trataba el ruido -a-Alex- susurré en voz muy baja al verlo caminar junto a Damián y Irina, la cual colgaba de su brazo zorra- dije apretando el puño

-no volviste a saber nada de esmeralda- le preguntaba Damián a Alex

-no, hace más de un mes que no sé nada de ella, la verdad me preocupa- respondía Alex, puede notar en su rostro tristeza, También él como Irina mataba a Damián con la mirada /está preocupado por mi?/ mi mente me saltaba de alegría

-ya no vale la pena, nos abandono Alex, olvídate de ella- maldita Irina no le digas eso que ¡no es verdad! Gritaba mi subconsciente que quería traicionarme y enviarme a halar de los pelos a esa zorra y besar a Alex hasta que me quede sin aire y expresarle cuanto lo extrañe, pero no podía, escuchar su voz era un alivio para mi alma, si es que un demonio como yo tiene

-vámonos, ya es tarde- dijo Alex y los tres se fueron, tuve que negar y forzar mis pies al suelo, el jamás me perdonaría que me haya casado con otro, al verlos desaparecer de mi vista salí y camine hasta donde estaban y mire hacia el frente, pero ya no estaban, mire la cabaña y me acerque ya que estaba abandonada, por la ventana vi una capa negra sobre una mesa, como el vidrio estaba roto metí la mano y la saque sin problemas por lo cerca que estaba -esto me servirá- me la puse cubriendo mi rostro que rumbo debo tomar?, cual es la verdad?- me hacia esas preguntas mientras caminaba, me detuve al ver a unas personas acercasen a mi

-señorita- dijo uno de ellos, yo retrocedí y justo ahí un mareo me hacía perder el equilibrio -disculpe, se encuentra bien- me preguntaba el mismo joven sujetándome para que no cayera

-s-si- dije alejándome de él, seguí mi camino sin rumbo fijo, no sabía para donde ir, ni


que hacer

Mi pensamiento me llevo a dar pasos hasta llegar a la cabaña de Alex, al darme cuenta de donde estaba -hasta mi pensamiento está contigo- dije en susurro asomándome por la ventana, al hacerlo pude ver a Alex sentado frente a la chimenea, /se ve tan hermoso ahí, mi Alex, cuanto desearía poder estar ahí junto a ti/ mi expresión de nostalgia cambio a rabia al ver a Irina sentarse en las piernas de el

-ya jamás estará contigo- esa voz no me hacía temblar pero si tener malos recuerdos

-Damián- escupí con desagrado, /lo que me falta ahora este idiota/ replique en mi mente

-supongo que aun no has cumplido con embarazarte, mi querida esmeralda- su pregunta me daba vueltas en la cabeza

-no, déjame en paz- lo empuje hastiada de él, me fastidiaba verlo

-no hay problema, yo te ayudo, esmeralda- me acorralo en un árbol

-¡suéltame!- grite

Capitulo 25 -¡suéltame!- grite, el tapó mi boca con su mano, volteo a mirar a todos los lados para ver si alguien había escuchado el grito -no, no niña mala, ahora vendrás conmigointente soltarme pero era imposible, el es más fuerte que yo y esa maldita piedra lo protege


-que me sueltes ya- dije tratando de que me soltara y así lo hizo -gracias- escupí con sarcasmo -me trajiste a tu cabaña ¿porqué piensas que me acostare contigo?- reí ante mis propias palabras, yo solo me había entregado a Alex y no dejare que ningún otro hombre me toque.

-si quieres por las malas así será- me dijo sujetándome de nuevo pero esta vez me tiraba en la cama Atándome a ella -eres tan hermosa que no puedo resistirme- acaricia mis piernas, rasga mi vestido dejándome solo en ropa interior

-bastardo, quítate asqueroso- le escupí muy furiosa forzando mus manos para soltarme pero era inútil -así me gustas, fiera- me susurro al oído, lo sentí besar mi cuello, mi gesto era de asco, seguía renegándome -quédate quieta!- me grito dándome un fuerte golpe en el rostro, un hilo de sangre bajaba por mi boca -si te portas bien no te dolerá mucho- me decía arrancándome el sostén, /idiota, aun cree que soy virgen/ sin poder evitarlo me reí ante mis propios pensamientos -de que te ríes?- me pregunto para luego morder con brusquedad uno de mis pechos, ahogue un quejido de dolor, no le daría gusto, justo en ese momento las nauseas volvían y sin aviso alguno me vomite -que asco- expreso el quitándose, por lo menos me sirvió de algo

-tú me das nauseas- me puse pálida y muy mareada

-maldita sea estas....- no termino hablar ya que alguien tiro la puerta, lo tomaron del cuello pegándolo contra la pared haciéndolo escupir sangre

-¿tu?- dije al ver de quien se trataba, no podía creer que el este aquí, mi rostro de sorpresa no dejaba de reflejarse


-si yo, ¿pensaste que podías escapar de mi?, mi querida princesa- me decía mirándome fijamente mientras le quitaba la vida a Damián

-¿que me escondes?- pregunte directamente, era obvio que quería saber que fue todo lo que vi

-necesitaba tu don para hacerme más fuerte, las de las fotos son esposas las cuales me tuvieron que entregar sus dones para yo poder obtener lo que quería ósea tu, esta basura y tu padre querían un hijo tuyo así que me colaboraron para obtener los ojos negros, tenía que embarazaste- sabia que este maldito planeaba algo, tanto para ¿obtener un bebe?

-¿me querías hacer creer que estabas enamorado de mi?, te salió mal príncipe de pacotilla- le exprese burlándome de el

-sabes, una rosa negra significa un amor trágico, valla que aprovechaste al humano, se me adelanto a embarazarte- ¿que? ¿Cómo que embarazarme?

-¿de que diablos hablas? Otra vez andas tomado- dije aun atada a la cama, aunque lo de las rosas negras si lo sabia

-no, no tome nada, estas embarazada del humano- al escucharlo decir eso sentí un frío recorrer mi espalada, también pude notar tristeza y dolor reflejada en el rostro de el

-¿cómo es que lo sabes?- ni yo sabía eso, no sé como sentirme es algo que no esperaba, un hijo mío y de Alex, Sonreí imaginándonos juntos


-lástima que él jamás lo sabrá y tú no podrás ni escuchar su llanto - escuchándolo sentí algo en mi cuello y de ahí perdí la conciencia.

Capitulo 26 Desperté de golpe al sentir algo frío o caerme encima, abrí mis ojos aturdida -¿dónde estoy?- me encontraba nuevamente atada pero esta vez a un poste, esto parecía a una bodega, del príncipe no había rastro

-bienvenida hija- la que me faltaba ese estúpido científico

-esta es forma de despertar a la visita, ¿con agua fría?, wau que amable- el sarcasmo era lo mío

-claro para mi hija querida, al fin el nieto que tanto querida- levante mi vista ante eso que decía

-jamás te entregare a mi hijo- dije firmemente, a la vez lo desafiaba con la mirada

-bien- dijo él, se iba y al poco rato regresaba trayendo atado a Alex -me decías, querida-

-¿Alex?- me ahogaba en mis propias palabras, el no podía verme, traía el rostro tapado con una capucha

-esmeralda, ¿estás bien?- su voz me hacía sentir culpable, si no entrego a mi hijo lo matan y si lo entrego no se que pasara con mi hijo, estoy entre la espada y la pared

-sí, ¿y tú?- baje mi mirada encerrado la impotencia que sentía, este maldito científico


me tenía en sus manos

-eso creo, este loco ya me conto todo, lo del plan, ¿es verdad que te casaste?- me pregunto el

Esa pregunta hacia que mi corazón se rompiera a pedazos, las palabras se me atoraban en la garganta

-contéstame, esmeralda- volvía a decirme

-s-sí, me case- dije tartamudeando, el responder a su pregunta hacia que el dolor creciera en mi, era traicionar ese amor que él me entrego esa noche, era tan miserable mi vida

-¿porqué? Esmeralda, yo te amaba, estaba dispuesto a todo por ti- notaba el dolor y frustración en sus palabras

-perdón- solo pude decir, suspire mirándolo, tenía tantas ganas de decirle el porqué lo hacía, pero no lo hará ya era tarde para remediar lo que hice

-auch, hija creo que el humano está decepcionado de ti y eso que aun no le dices que estas embarazada- lo mire cuando el científico dijo eso, sus piernas perdían equilibrio

-¿e-embarazada?, ¿de quién es?- me preguntaba a punto de derrumbarse

No conteste su pregunta, no sabía si le decirle que era de él, su vida estaba en peligro

-si humano, es tuyo, pero será mío- no sabía si matar a el científico por decirle la verdad o agradecerle por liberarme de ese gran peso que traía sobre mí, el saber que estoy embarazada era una alegría de la cual cualquier mujer sería muy feliz, yo lo


estaba aunque hasta ahora no habían podido dar una caricia a ese pequeño ser que crecía dentro de mi

-basta de romanticismo- dijo el científico quitándole la capucha pero lo dejaba atado de las manos, al verlo hacer eso baje la mirada, escuche los pasos de ambos, el científico me hizo levantar la mirada y mirarlo desvié mi mirada -míralo, despiste de tu amor- era tan cruel este maldito, yo no quería mirarlo, ese loco tomo mi rostro con fuerza haciéndome mirar a Alex fijamente, sus ojos eran igual de azules como siempre, tenia tanto miedo a lastimarlo que cerrar mis ojos -no, abre los o te rebano el vientre- su amenaza me hizo abrir mis ojos ya que tenía una daga puesta sobre mi vientre me obligue a verlo con gran tristeza

Alex miro por un momento el vientre, el científico lo obligo alzar la mirada, ahí nuestras miradas se cruzaron, no tardo mucho para que él fuera atrapado por las redes de mis ojos negros -te amo- me dijo él, lagrimas brotaron de mi rostro al verlo hacer un gesto de dolor, mis ojos brillaron y justo en ese instante lo vi caer -a-Alex-

Capitulo 27 Ya han pasado seis meses desde que supe lo de mi embarazo, era la primera vez que podía tocar mi vientre, lo acariciaba nostálgica -Alex- esos meses también habían significado el tiempo que llevaba el muerto por mi culpa, su mirada no puedo sacarla de mi mente, era torturante recordar cómo murió

-aquí está tu comida, muévete- este científico me alimenta como si yo fuera un animal de engorde

-bien, ya voy- me senté en la mesa con dificultad, cada vez me costaba más caminar por mi vientre, me dispuse a comer, acepte no hacer ningún intento por irme durante


esos meses, logre ganarme parte de su confianza, gracias a eso el me soltó y me dejo andar libre por la casa, pero esto solo era un plan para poder encontrar forma de huir de él y matarlo

-cuando termines bienes al laboratorio- me dijo. Yo estaba aburriéndome de esto, nos habíamos pasado a vivir aquella casa donde nos tuvo de niños, la misma donde vi a Alex besar a Irina

Camine hacia el laboratorio, mis pies cada vez estaban más hinchados, habían sido muchos los mareos, náuseas y antojos -¿que quieres?- le pregunte a ese científico sin mirarlo, lo odiaba con toda mi alma y deseaba destrozarlo con mis propias manos

-acuéstate, revisare cómo va el embarazo- no quería hacerle caso pero moría por ver cómo iba estaba mi bebe

Me acosté sin mirarlo -ya- dije de mala gana, este levanto mi blusa y coloco un liquido frío sobre mi vientre, mire el monitor al escuchar los latidos del corazón de mi bebe -mi bebe- susurré

-tiene un corazón fuerte, ya puedo ver el sexo- Sonreí por primera vez después de hace seis meses

-¿que es?- pregunte con entusiasmo, saber que estaba bien era una gran alegría y alivio, ver el monitor y saber que ese pequeñito o pequeñita crecía dentro de mí era lo mejor que me podía pasar

-es una niña- respondió, ¿niña? Una princesa, seré madre de una hermosa niña lástima que no la veras crecer- tenía que arruinar el momento con sus malditas palabras


-ya lo has repetido muchas veces- escupí levantándome, baje mi blusa y Me fui al cuarto

-me parece bien ¡que lo tengas claro!- grito el pero no logre oírlo

-tranquila bebe, saldremos de aquí- acaricie mi vientre pensando, /pero ¿cómo?, ¿cómo salimos de esta?/ me pregunte mentalmente -¡ya se!- exprese en voz baja Me acosté a dormir un rato, toda la noche soñé con Alex Camine por toda aquella gran casa, planeando lo que haría, tenía que aprovechar que él estaba ocupado

Al terminar de acomodar todo mire si estaba bien puesto -listo- me dije con una sonrisa malévola -¡científico!- grite llamándolo

Este venia corriendo -que te pa...- no termino su pregunta ya que piso un hilo y este soltó una cuchilla algo grande, esta se clavo en su espalda perforando su pecho mal...di...ta- fue lo único que logro decirme, la sangre salía por su boca y pecho en grandes torrentes

-ups, se me olvido decirte "cuidado"-

Capitulo 28 -¡al fin libre!- exclame animada al salir de esa maldita casa, acaricie mi vientre -te pude salvar de él mi niña, lamento mucho que tu padre no vaya a poder estar contigosuspire aguantando mis lágrimas, no quería que muriera así y mucho menos por mis ojos.


-debes volver, esmeralda- me decía una voz conocida, me extrañe ante eso, aah!- grite al sentir el suelo bajo mis pies abrirse y yo caer, cerré mis ojos fuertemente esperando el golpe, pero nunca llego, abrí mis ojos y mire para ver que amortiguó mi golpe ¿tigre?- musite al verme sobre los lomos de él.

-si yo, ¿que esperabas? Que te dejara caer así embarazada- me dijo, yo me alegre que él estuviera ahí, pero pronto la expresión de mi rostro cambio -e-el- susurré recordando su traición.

-el lleva desaparecido mucho tiempo, por eso te traje, los venucinos necesitan un líder y tu eres su princesa.

-entiendo, ¿dónde estamos?- pregunte ya que en el tiempo que estuve ahí jamás había visto ese lago tan cristalino.

-este lago apareció el día en que concebiste a esa niña, ella será la próxima heredera de del mando- wau este lugar supo antes que yo lo de mi embarazo.

-¿para que esta aquí? ¿O porque?- mire al tigre atacándolo con esas preguntas.

-el purificara la maldad que pueda rodearla, de el saldrá el guardián de tu hija ya que es mitad humana- me respondía

-hasta guardián, valla me alivia saber eso- sonreía puesto que aun no había nacido y ya la protegían.

El tigre me llevo al palacio, yo no quería ir tenía un presentimiento de que el aparecería -si lo hace no me importara quien es y lo matare- me dije firmemente, pasaban los días, las semanas y los meses.

-princesa los suministros se acaban, ¿que haremos?- me pregunta uno de los


venucinos, este tenía la habilidad de controlar los elementos.

-habrá que ir a tierra de humanos, llama a todos los hombres del pueblo- le pedía al hombre, este hacia una reverencia y se retiraba hacer lo que le pedí -aun no me acostumbro a esto- vi a los hombres llegar y postrarse ante mí.

-aquí estamos mi princesa- decía el que anteriormente mande a buscar a los demás hombres.

-bien, como ven estamos en crisis, los mande a llamar porque irán a la tierra por provisiones, pero sin matar a ningún humano, ¿entendido?- todos afirmaron, se levantaron y se fueron a cumplir con lo que les pedí.

Me levante y fui a mi cuarto acostarme, estaba muy cansada y cada día me era más difícil sostener mi vientre, al ya estar en mi cama intente dormir, cerré mis ojos y al hacerlo un recuerdo de Alex invadió mi mente, esos ojos azules que tanto me hicieron soñar con una vida diferente ya no estaban, era tarde ya para soñar mi vida había tomado otro rumbo, justo ahí un dolor atravesó mi columna, solo pude ver mi vestido mojado -aaah!- grite al romper fuente

Capitulo 29 -princesa puje- me pedía la partera, era la primera vez que me veía en una posición así, pujaba con todas mis fuerzas -vamos falta poco puje-due...le mucho- exprese sudando y gritando de el dolor, pujaba una y otra vez casi ya sin fuerzas sentía un gran dolor atravesar me, no sabía que dar a luz doliera tanto, pronto escuche un llanto.


-la tengo- decía la partera cortando el cordón umbilical, me acosté cansada, escuchar su llanto era sentirme viva ya hacía mucho que no me sentía así, ya tenía una razón para seguir luchando -es una hermosa niña- me recalco dándomela.

-mi bebe- la cargue y bese su frente, me acomode para poder admirarla mejor, aun sentía una pequeña molestia -eres tan bella mi niña, déjame ver tus lindos ojitos- dije, al lograr verlos no pude evitar que una lágrima escapara de mi, eran azules y grandes como los de su padre.

La bebe buscaba del pecho de mi para alimentarse, con sus manitas aparta la blusa y toma mi pecho con su boquita succionando la leche.

Yo la miraba con ternura mientras se alimentaba, al ella soltar mi pecho la puse dando me la espalda y le di palmadas para sacarle el cólico, yo había leído un libro sobre bebes que pedí que me trajeran cuando fueron a la tierra por reservas.

-a dormir mi bebe- la mecía entre mis brazos -papá estaría orgulloso de verte, sería un grandioso padre- mis propias palabras me hacían sentir un nudo en la garganta, pensar en el era sentir romperse nuevamente mi corazón, mi Alex no podrá ver a la hermosa bebe que tenemos.

Podía pasar días así admirando su sueño, es tan frágil, pequeña y depende de mí el cien por ciento -no me hubiera imaginado que habría hecho si ese científico lograba obtener lo que podía- le acaricie la mejilla a mi bebe.

-princesa- escuche alguien decir y tocar la puerta

-pase- dije sin dejar de mirar a mi bebe, era perfecta para mi, mi gran milagro, ya había pasado semanas desde que di a luz.


-disculpe la molestia princesa pero llegaron los venucinos desterrados de la tierra, no podemos tomar una decisión sobre ellos sin usted- me decía el venucino inclinándose frente a mí.

-sí, que me esperen en el gran salón yo ya voy- le dije a uno de los venucinos a mi cargo, este se inclino ante mí y se retiro, yo había hecho que construyeran nuevas cabañas cerca del palacio para que todos viviéramos cerca. Mire una vez más a mi bebe y le di un beso en la frente -volveré pronto mi aismera- le llame por su nombre a mi bebe.

Fui al gran salón bajando las escaleras, me detuve al ver a los nuevos integrantes buenas tardes- les dije, estos se inclinaron frente a mí, ahí vi un venucino que llamo mi atención ya que traía una capucha negra cubriéndole el rostro -bien, pueden quedarse, ayudaran a construir más cabañas para que vivan en ellas- mientras yo hablaba el encapuchado se pierde de mi vista, yo me quede cayada al notar que ese hombre faltaba no dude y corrí hacia el cuarto donde estaba mi bebe, no sabía el porqué lo hacía pero una alarma se disparo en mi, al llegar a mi cuarto fui directo hacia la cuna mi peque...- me quede callada al no verla en la cuna.

-¡mi bebe! Aismera- mis gritos desgarradores se escuchaban por todo el palacio.

Capítulo Final -¡mi bebe!- grite bajando las gradas, aun estaban los nuevos venucinos, tome a uno de ellos del cuello -¿dónde está?- le pregunte en exigencia.


Este tose por mi fuerte agarre -no sé de quién ha...bla prin...cesa- me respondía él, eso me enojaba mas.

-el encapuchado, el venia con ustedes, ¿dónde está?- empezaba a alterarme, había desaparecido mi Aismera el miedo de lo que pudo haber pasado me hacían imaginar cosas que me harían perder la razón.

-¿hablas de mi?- escuche alguien decir, esa voz me hizo voltear a mirar, esté era el encapuchado y cargaba a mi bebe -mis ojos bellos- al oír eso deje caer a al venucino que sujete del cuello, camine hasta el incrédula, ¡está vivo!/ grito mi mente, no era imposible yo lo vi morir. Al llegar hasta él le quite la capucha -tu- susurré muy sorprendida de verlo

-sí, yo mi esmeralda- me dijo, sus ojos azules inundaban mis obscuros ojos era increíble verlo frente a mi -te quedaras ahí sin saludarme con un beso- sonrió de lado, esa sonrisa que me enloquecía de amor

Sin dudarlo me puse atrás de el -Alex- lo abrace, ahí el tiempo se detuvo no existía nada a nuestro alrededor, el sentir su perfume y calidez era volver a la vida. Parecía un sueño, me aferraba a él ya que tenía miedo que fuera a desaparecer, aguante las ganas de llorar al ver a mí bebe mirarnos con sus hermosos ojos azules.

-es preciosa nuestra bebe, tanto como mamá- musitaba él con orgullo de tenerla entre sus brazos, mis dos amores los tenia ahí junto a mí.

-tiene tus ojos- le exprese con una sonrisa de felicidad -tienes que contarme cómo es que estas aquí, yo te vi morir- dije recordando ese amargo día


-este no es el lugar indicado para hablar de eso- me respondió acunando a la bebe entre sus brazos, podía sentir él como él estaba fascinado con nuestra hija -¿cómo se llama?- me pregunto.

-Aismera- le respondí, moría de ganas de besarlo pero tenía a la bebe en brazos vamos arriba- le incite a que me siguiera

-claro, voy detrás de ti amor- me decía siguiéndome, / ¿amor? Cuantas veces soñé con oírlo de nuevo decirme eso/ dije en mi mente

Lo vi admirar la cuna, acostó a la bebe, beso su frente y se acerco a mi -esmeralda- me abrazo llamándome por mi nombre, luego unió nuestros labios besándome tan intensamente que sentí ganas de que nunca terminara, nuestros labios se acoplaban de una forma increíble, pero ahí pensé en lo que el tenia que explicarme.

-explícame- le dije de pronto, necesitaba saber que paso.

-el día que el científico me llevo a esa bodega un hombre con tus mismos ojos, algo que me extraño pero él me explico- ¿él hablaba del príncipe? -me entrego una pequeña piedra, me dijo que salvaría mi vida- era increíble lo que escuchaba -pensaste que había muerto pero fingí estarlo, cuando salí de ahí a los días el me busco y me entrego uno de sus más grandes dones los cuales me hizo llegar hasta aquí- era impresionante lo que él decía.

-¿y él?- pregunte aun sin creer que él podía haber hecho todo eso.

-murió cuando me lo entrego, me contó lo de nuestra hija y me dijo que lo hacía por timuerto, no me alegro pero si le agradezco su ayuda, sin dudar ante sus palabras lo bese rodeando su cuello, el correspondía al beso tomándome de la cintura, ahí nos entregamos el uno al otro como si no hubiera mañana, me hacia suya una y otra vez


con tal pasión que me dejaba sin palabras, me sentía tan afortunada por su forma de tomarme tan arrebatadora, no pude contar cuantas veces me hizo el amor pero si lo feliz que me sentía, me acosté muy feliz y enamorada en su pecho hasta quedarme dormida. Ya Aismera tenía un año, ella jugaba feliz en el campo con su padre, yo sonreía mirándolos, Alex me miro tirándome un beso y guiñándome el ojo -junto a ellos es donde pertenezco- susurré mirando el cielo, este era mi maravilloso hogar, ¿cuánto durara esta felicidad? No importa cuánto ya que yo marcare mi propio destino.


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