Invisible

Page 209

rizos indefinidos, pero seguía siendo rubio. Mis mejillas estaban un poco más pálidas que antes, y mis labios un poco resecos, pero seguían siendo los mismos. La que veía en el espejo seguía siendo yo. ― Eris… Dylan no va a volver ―le dije a la mujer del reflejo―. Esto no es ninguna ilusión. Estás viva y Edahi se ha marchado. Seguramente habrá hecho un trato con la Muerte y te habrá salvado la vida. No quería su libertad, solo quería salvarte para enmendar sus errores ―murmuré―. Le importabas del mismo modo que le importaba su hermana. Te ha salvado, no esperes más… porque no lo habrá ―me regañé―. Así que tienes dos opciones. O te sigues lamentando y comportándote como una idiota… o sales ahí fuera con esa cartera y regresas a casa. Y vives. No sé muy bien cuanta gente ha llegado a conocerme a lo largo de mi vida, pero si estás leyendo esta historia… seguramente ya sabes cuál fue mi decisión. Regresé. Volví a casa con el dinero que tenía y llamé a mi hermano para que viniera a recogerme. Ares apenas dio crédito cuando reconoció mi voz por teléfono. Fue la primera vez que vi llorar a mi hermano. Me abrazó con tanta fuerza que casi me quedo sin aliento. Me explicó lo preocupados que habían estado papá y mamá. Y lo mucho que le había costado convencerles de que estaba bien y que no llamaran a la policía. Así que cuando llegué a casa pensé que mis padres empezarían a gritarme, pero por una cosa o por otra lo único que hicieron fue abrazarme. ― ¡No puedo creer que hayas regresado! ¿Dónde has estado? ¿Por qué te marchaste así?― Estas, entre otras, fueron las preguntas que tuve que contestar. Al principio no supe qué decir. Evidentemente, no podía contarles la verdad. Así que contesté con parte de la verdad. Aquella con la que no pudieran considerar encerrarme en un manicomio. Y aunque a mis padres les costó aceptar esa verdad a medias, terminaron por no hacerme más preguntas. Tal vez tenían miedo de que desapareciera de nuevo. Como ya esperaba, a diferencia de mis padres, Ares no se conformó con mis excusas, y tuve que… bueno, contárselo todo. ― ¿Pretendes que me crea que has estado paseándote con una Parca y te has enfrentado a la Muerte desafiando a tu destino? ―dijo la voz incrédula de Ares. Yo suspiré. No me sentía con ánimos de dar explicaciones, pero tal vez narrarlo todo me ayudara a recordar que había ocurrido realmente. Que Dylan, Edahi, era real. ― No es necesario que me creas. Pero me alegra habértelo contado. Creo que necesitaba decirlo en voz alta ―murmuré con nostalgia―. Porque es lo único que me queda. Dylan… no va a volver… ― Pero Dylan… o Edahi… es una Parca, ¿no? ―apuntó él―. En realidad, tal vez esté aquí en estos instantes.

209


Issuu converts static files into: digital portfolios, online yearbooks, online catalogs, digital photo albums and more. Sign up and create your flipbook.