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SALUD Y BIENESTAR

Consejos para la Salud Mental

Paola Delhonte

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Psicogerontóloga Asociada del Real Club de Lima

ENFERMEDADES NEURODEGENERATIVAS

Las enfermedades neurodegenerativas son patologías hereditarias o adquiridas que alteran el funcionamiento del sistema nervioso central y lo hacen de manera progresiva.

Dentro de las enfermedades neurodegenerativas destacan principalmente las demencias, las cuáles alteran y deterioran nuestras facultades mentales que son: la memoria, la atención, la concentración, la orientación, el cálculo mental, el juicio, raciocinio, el lenguaje, etc. Hay otras enfermedades como por ejemplo el parkinson y la esclerosis múltiple.

Hay mucha duda sobre demencia, Alzheimer, tipos de demencia, ¿tienen cura?, ¿que podemos hacer?, ¿quien lo puede diagnosticar?, ¿cómo podemos darnos cuenta si estos olvidos de la llave, la cartera, son realmente indicios de que tengo una enfermedad neurodegenerativa o solo es el paso de los años?

Hay muchos tipos de demencia, el Alzheimer es uno de ellos y es muy importante poder diferenciar que el envejecimiento no es la causa de las demencias ni de las enfermedades neurodegenerativas. Por el contrario, podemos llevar un envejecimiento sano y funcional. Nuestro cerebro puede adaptarse, regenerarse, tiene plasticidad cerebral, podemos ejercitarlo como cualquier músculo de nuestro cuerpo y puedes vivir muchísimos años sin tener declive cognitivo.

ALZHEIMER

El Alzheimer es una enfermedad crónica, progresiva, irreversible y tiene fases. El diagnóstico está a cargo de un neurólogo, un médico especialista que junto con un equipo multidisciplinario pueden llegar a un diagnóstico acertado en un momento adecuado para que se pueda dar un tratamiento multidisciplinario y eficaz. El Alzheimer es una enfermedad que no tiene cura, es irreversible, pero sí podemos disminuir o tratar de que la persona mejore su calidad de vida.

Dentro de demencias el 60 o 70% son enfermedades de Alzheimer. En el Perú actualmente el 10% de adultos mayores tienen Alzheimer, y de la población adulta mayor que tiene Alzheimer el 30% se está presentando en personas mayores de 80 años.

Prevención en demencias

Una de las cosas que más nos preocupa es desarrollar una demencia, es algo que no está bajo nuestro control, pero existe la posibilidad de poder reducir en un 40% el riesgo de desarrollarla. Este año la Comisión Lancet desarrolló un informe sobre la prevención e intervención en demencias, identificando factores de riesgo, que pudiendo controlarlos pueden disminuir la posibilidad hasta un 40% de desarrollar demencias.

Estos son los factores

La discapacidad auditiva está relacionado a una incidencia mayor en la demencia, debemos proteger nuestros oídos de ruidos fuertes. Menor educación, los altos niveles de educación infantil y superior a lo largo de la vida se relacionan con un menor índice de demencias. El tabaquismo, la depresión, la diabetes, la hipertensión arterial, hay que tratar de tener la presión sistólica en 130 a menos. La Inactividad física- hay que hacer ejercicios. La contaminación del aire, incluido el humo del cigarro. Traumatismo originado por golpes en la cabeza. Aislamiento.

NUNCA ES TARDE PARA PREVENIR Y ES MUY IMPORTANTE ENVEJECER SALUDABLE.

¿Cómo se construye el Cerebro Social?

Nelly Piedra Fernández

Diplomada en Neuropedagogía Asociada del Real Club de Lima

“…el hombre es un ser social por naturaleza” ARISTÓTELES

El hombre siendo único y pleno no tiene posibilidades de desarrollo sino es a través de las relaciones con los demás. Las conductas social y emocional del ser humano están íntimamente ligadas entre sí y son, los dos hemisferios cerebrales los que participan directamente con las relaciones sociales. Investigadores en la rama de las Neurociencias, vinculan al hemisferio izquierdo en los sentimientos de bienestar y de felicidad mientras que el hemisferio derecho participa más en los sentimientos de tristeza y pena. Cuando las interacciones sociales fluyen, se abre la oportunidad para desarrollar habilidades sociales como la empatía, la convivencia, la tolerancia, la confianza, la capacidad para resolver problemas y comunicar sentimientos.

El ser humano desde sus primeros años de vida y desde el vientre uterino, tiene como principal ámbito de aprendizaje a la madre, con quien establece el primer vínculo intenso de apego, luego está la familia y el colegio con los primeros amigos; es la época en que se desarrollan sistemas importantes en el cerebro sobre todo la ligada a la gestión emocional, se va marcando en el cerebro la diferencia entre el amor maternal y el amor romántico. En ambos, el cerebro descarga

neurotransmisores como la oxitocina (la droga de los abrazos) y la dopamina (neurotransmisor del placer). En esta etapa de la infancia, las experiencias socio emocionales marcarán la vida de los niños y niñas, como una huella indeleble.

Los adultos somos responsables de crear las mejores condiciones para que los niños crezcan en un ambiente socio emocional sano; debemos enseñarles a conocer y expresar sus propias emociones en la relación con sus amigos, con su familia, esforzándonos por ayudarlos a regular sus impulsos emocionales y que en todo este contexto se sientan protegidos y queridos. En la niñez ya se observa cierto grado de empatía, es decir, empiezan a identificarse afectiva y mentalmente con las emociones de sus amigos, colocándose en el lugar de ellos, en “la piel” del otro.

Durante la adolescencia se da un cambio neurológico (sumado a los cambios físicos, hormonales y mentales), debido al alto nivel de adrenalina que impulsa a los jóvenes a realizar actividades de riesgos, es la etapa de alta interacción social, pero al estar aún inmaduro su cerebro emocional necesita del apoyo del adulto para que lo ayude a detectar las emociones del amigo, del otro y así mejorar la empatía en la interacción social con su grupo coetáneo, con su entorno, en la medida que la corteza cerebral va madurando.

Por otro lado, debemos señalar que el funcionamiento del cerebro adolescente es diferente a la del adulto, sobre todo en el momento de la toma de decisiones, de la resolución de problemas, del control de impulsos y del razonamiento. Las interacciones sociales del adulto combinadas con las dimensiones emocionales, explican la complejidad de las estructuras y circuitos nerviosos del cerebro humano. El adulto es capaz de elaborar una respuesta racional y tomar decisiones.

La mente humana tiene una capacidad increíble de aprendizaje y cuanto más aprende el cerebro, aparecerán nuevas redes neuronales, cambiando su estructura y su funcionamiento. Todas las investigaciones apuntan y sostienen que las interacciones humanas y sus respuestas sentimentales y emocionales son las que ocasionan esos cambios significativos e importantes en nuestro cerebro. Y aquí juegan un rol muy importante los neurotransmisores

Considerando que el desarrollo socio emocional se da a lo largo de toda la vida, en estos tiempos de pandemia y de confinamiento, debemos evitar la soledad, el aislamiento, el sentimiento de sentirnos excluidos, lo que puede hacernos mucho daño, pueden ser factores de riesgo de muerte al no tener con quien compartir. En estas circunstancias el cerebro también se siente solo y busca crear más conexiones y empuja al ser humano a hacer algo, a relacionarse, a conectarse con otras personas para encontrarle el sentido a la vida. Por esta razón, prestemos mucha atención para proponer actividades físicas y sociales sanas y potentes, que provoquen en todos: niños, adolescentes y adultos, esa explosión de sinapsis neuronal conducente al desarrollo de habilidades motoras, sensoriales, cognitivas, sociales y emocionales. Los talentos salen naturalmente y se descubren cuando se ejercitan las habilidades sociales y se abre la oportunidad para que niños, jóvenes y adultos vivan, actúen y se expresen en grupo. Así se va activando y construyendo el cerebro social….

Nelly Piedra F. Diplomada en Neuropedagogía