Tylyn K. Johnson
Porque Yo No he Juntado las Marchas Pienso que yo he oído convocatorias a protestas para toda mi vida adulto, como muerte, los impuestos, y alegría y dolor, la necesidad de protestas queda inevitable. A mí, la manera en que mi mamá me enseñó la importancia de la preservación del yo, mientras ella estaba agobiada con cinismo de todas excepto sus hijos, estas cosas ha aportado a mi vacilación a juntar con las protestas—a pesar de como yo veo la importancia de las luchas contra los problemas que causan las marchas. No le culpo a mi mamá de mi miedo de protestas, porque ella hizo la cosa que sintió mejor para la sobrevivencia de sus hijos afroamericanos. No recuerdo un tiempo de mi juventud cuando mi mama me enseñó sobre los problemas historicos que han afectado comunidades de color, especialmente comunidades de la diaspora africana y pueblos originarios, por muchas generaciones. Ella me puso en una programa para enseñarme cómo “ser un hombre bueno,” que me proveyó lecciones en la historia de las gentes africanas en los Estados Unidos; la supervivencia contra esclavitud, la terminacion de las leyes de Jim Crow, el activismo contra brutalidad policial, y muchas otras batallas entre estas cosas. El conocimiento que no ganamos en escuela. No recuerdo las conversaciones entre mi mama y yo sobre racismo y otros problemas sociales en mi niñez, probablemente porque ella me quería disfrutar mi niñez sin estar cansado. La mayoría de mis memorias de la niñez son sobre luchas con mi hermanos maternos, la pérdida de contacto con mis hermanos paternos, y mis sueños para el futuro. ¿Cual es mi punto? Mientras muchas personas de color sufrian racismo durante edades jovenes, muchas otras tienen el privielgio de proteccion contra conocimiento sobre racismo hace un poco mayor. No podemos hablar sobre racismo en niñez sin hablar sobre experiencias diferentes con la introducción de jóvenes al racismo, y cómo este problema se cambia. Por consiguiente, los sentimientos y las respuestas a las condiciones que afecten estas gentes marginalizadas por sus razas pueden variar mucho. Cuando era un niño, mi mamá apoyaba mis sueños a sería un abogado que mejoraría el mundo. Hoy, yo soy un estudiante de la universidad. Yo estudio trabajo social en una carrera que no siempre está clara. Yo deseo que sería un activista, quien pueda poner toda la lucha en cambiar el mundo. ¡Pero es más aterrador que infierno! A ella no le gusta mi especialización en trabajo social porque es un área donde los trabajadores no ganen mucho dinero y puedan sufrir una falta de equilibrio entre la vida y el trabajo. Y también, ella se preocupa que yo voy a desperdiciar mi tiempo y energía en trabajo que nuestra sociedad no valora. Pienso que ella habla la verdad.
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Etchings
33.1