
7 minute read
Porque Yo No he Juntado las Marchas | Tylyn K. Johnson
Tylyn K. Johnson
Porque Yo No he Juntado las Marchas
Advertisement
Pienso que yo he oído convocatorias a protestas para toda mi vida adulto, como muerte, los impuestos, y alegría y dolor, la necesidad de protestas queda inevitable. A mí, la manera en que mi mamá me enseñó la importancia de la preservación del yo, mientras ella estaba agobiada con cinismo de todas excepto sus hijos, estas cosas ha aportado a mi vacilación a juntar con las protestas—a pesar de como yo veo la importancia de las luchas contra los problemas que causan las marchas. No le culpo a mi mamá de mi miedo de protestas, porque ella hizo la cosa que sintió mejor para la sobrevivencia de sus hijos afroamericanos. No recuerdo un tiempo de mi juventud cuando mi mama me enseñó sobre los problemas historicos que han afectado comunidades de color, especialmente comunidades de la diaspora africana y pueblos originarios, por muchas generaciones. Ella me puso en una programa para enseñarme cómo “ser un hombre bueno,” que me proveyó lecciones en la historia de las gentes africanas en los Estados Unidos; la supervivencia contra esclavitud, la terminacion de las leyes de Jim Crow, el activismo contra brutalidad policial, y muchas otras batallas entre estas cosas. El conocimiento que no ganamos en escuela. No recuerdo las conversaciones entre mi mama y yo sobre racismo y otros problemas sociales en mi niñez, probablemente porque ella me quería disfrutar mi niñez sin estar cansado. La mayoría de mis memorias de la niñez son sobre luchas con mi hermanos maternos, la pérdida de contacto con mis hermanos paternos, y mis sueños para el futuro. ¿Cual es mi punto? Mientras muchas personas de color sufrian racismo durante edades jovenes, muchas otras tienen el privielgio de proteccion contra conocimiento sobre racismo hace un poco mayor. No podemos hablar sobre racismo en niñez sin hablar sobre experiencias diferentes con la introducción de jóvenes al racismo, y cómo este problema se cambia. Por consiguiente, los sentimientos y las respuestas a las condiciones que afecten estas gentes marginalizadas por sus razas pueden variar mucho. Cuando era un niño, mi mamá apoyaba mis sueños a sería un abogado que mejoraría el mundo. Hoy, yo soy un estudiante de la universidad. Yo estudio trabajo social en una carrera que no siempre está clara. Yo deseo que sería un activista, quien pueda poner toda la lucha en cambiar el mundo. ¡Pero es más aterrador que infierno! A ella no le gusta mi especialización en trabajo social porque es un área donde los trabajadores no ganen mucho dinero y puedan sufrir una falta de equilibrio entre la vida y el trabajo. Y también, ella se preocupa que yo voy a desperdiciar mi tiempo y energía en trabajo que nuestra sociedad no valora. Pienso que ella habla la verdad.
No obstante, creo que debo aportar al activismo y trabajo para la justicia y la creación de cambio social que durará por las vidas después de mi propia vida. Infortunadamente, no tengo el espíritu para caminar y hablar en las marchas, ni tengo la energía para ser un abogado. Y no pienso que puedo buscar por estas cosas. Sin embargo, yo he encontrado que mi destino requiere el uso de las herramientas de trabajo social—diálogo, educación, conocimiento de recursos, y cosas importantes similares—al fin de que construya caminos diferentes a vidas mejores por otras personas. Mi carrera está pocos años en el futuro, y los movimientos de cambio, como Black Lives Matter y Me Too y grupos indígenas y personas queer y muchos otros necesitan apoyar hoy. Es verdadero. Por lo tanto, intento compartir información para educar y atraigo el diálogo necesario sobre los temas de importancia a estos movimientos. Y también, con suerte, te muestro como los caminos de otras personas pueden influir el futuro de estos problemas de nuestras comunidades. El activismo de base es muy muy muy importante, y por lo tanto, ofrezco algunas razones que previenen esta forma de activismo por muchos individuos afroamericanos, aún si tengan el tiempo para hacerlo. Digo, penses sobre lo. Yo soy un hombre afroamericano gay, me crió por una madre afroamericana de barrio pobres y difíciles. Me dijo mucha los mantras de mamas afroamericanas a sus hijos: "Te enfries tu cabeza y quedes vivo." "No estés a ninguna parte donde que alguien pueda lastimarte." "Ellos pueda llamarte una bestia, pero nunca no pongas a prueba una hombre blanco que este loco." "El diablo es un mentiroso y también es la ley. No tengas las mismas derechas de gentes blancas." Cuando estas palabras están escritas a través de los pasillos de su mente, como las citas inspiradoras de mala calidad en casas suburbanas, deja de querer a poner en peligro toda para cambiar el mundo. Especialmente cuando hay un niño que te respeta mientras se crece, ¿arriesgas tu vida cuando él se depende en ti? ¿O cuando tu madre moriría si murieras en una protesta donde la policía abrieran fuego, o cuando el poli solamente mirara mientras antorchas tikis encendieran tu melanina, y terroristas blancas plantaran signos de condenación por tu corazón, derramando la sangre del arco iris?
Infortunadamente, cada de estas imágenes me muestran que yo no seré nunca un activista en las marchas. Claro, mi propia historia no representa los cuentos de todas las personas que tengan ascendencia africano. No obstante, yo existo como un ejemplo del trabajo de una generación nueva de jóvenes adultos que trabajarán en medios que nuestros antepasados no hicieron. Por muchos, el activismo de base—en línea o en las calles—es solamente el principio. La supervivencia y la esperanza de prosperidad personal de nuestros padres no son bastante para nuestras almas. Especialmente como una generación que miro
videos llenos de los asesinatos gubernamentales de personas afroamericanos, y las ficciones de Avatar the Last Airbender, The Hunger Games, y cuentos similares, y la elección de Trump mientras éramos adolescentes justo después Obama era un símbolo importante en nuestras niñeces. Para mi, en lugar de la forma de activismo en los medios, usare mis palabras para inspirarse a cargar esta responsabilidad necesaria. Para otras personas, estarán en una escuela mostrando a un joven los caminos que no puedan ver en los barrios llenos de balas y casas desgastadas. Hablarán en salas de juntas para dar estas ideas a la gente en poder quien no sepan las familias que se afecten. Revisarán literatura académica y hojas electrónicas llenas con los datos de investigaciones que informen las pólizas que se cambien los modelos de nuestras comunidades. Tenemos acceso a más información, y más estrategias de cambio social, que nuestros antepasados, y usaremos sin pena. Es un derecho natural que vino del trabajo de personas como Fannie Lou Hamer, James Baldwin, Crystal LaBeija, Malcolm X, y muchos otros líderes. Cuando era un niño, yo creía que cambiaría el mundo en la sala del tribunal. Y hoy, deseo que mi carrera de trabajo traería a las marchas de los movimientos actuales, a las luchas que yo estoy mirando por las redes sociales. Sin embargo, ninguno de los dos es parte de mi camino. Mi trabajo como trabajador social y un escritor serán mi camino. Y aunque nunca yo no camine el césped ni comunique los cuentos importantes de las noticias, pero ayudare cortar el césped y aliviaré su trabajo, o trabajaré bastante en el fondo que el ciclo de noticias cambiarse por el mejor, en una manera real. No debe requerir las vidas ni muertes de afrodescendientes para inspirar cambio, sino este seguro que muchas voces afrodescendientes habrán forzado los cambios necesarios a ocurrir. Yo no soy el único, porque miles, millones, se están preparando para crear un futuro mejor para— nuestras gentes, por todos medios necesarios.
The protests and marches for movements like Black Lives Matter and LGBTQ+ rights and women’s equality have been going on since long before I was even thought of. Generations before, even. And something I’ve honestly struggled with as someone who likes to think of themself as “communityminded,” as “justice-centered,” as someone with an understanding the complex intersections of our interactions, is the idea of me personally joining the protests. For me, I will always support this sacred form of activism that centers the voices, the humanity, of the most underrepresented and marginalized in our society. However, I have never been able to bring myself to join in those inperson protests and marches, simply because I never felt that it was “my lane” of work, so to speak. And so, this is my attempt to discuss and explore that more deeply.