Nudos y tejidos socio-territoriales GenealogĂas, trama e urdimbres
1
Índice:
Prólogo
3
Genealogía del autoritarismo
6
El esquematismo vulgar de héroes y villanos
63
Descripción de los delitos constitucionales del “gobierno progresista”
113
La invención política de la realidad
135
Nudos y tejidos en la coyuntura
159
El nudo de la dependencia
195
La trama del nudo de la dependencia
210
2
Prólogo
Queremos mirar de otra manera, sentir con los sentidos convulsionados o, quizás, mejor dicho, mucho más sensibles, estéticamente sensitivos. Queremos decir con otros leguajes o, mejor dicho, con otras maneras de decir, con otras composiciones y narrativas. Queremos pensar de otra manera, subversiva; por lo tanto, creativa. Por eso, hablamos de tejidos, también de nudos, tramas y urdimbres. Aunque también retornamos al enfoque retrospectivo de las genealogías, que corresponden al umbral de la perspectiva compleja. Lo hacemos porque se trata de una temática moderna, el autoritarismo. Una metodología apropiada es abordarlo en la arqueología del saber sobre el autoritarismo; una epistemología apropiada es acometer desde la genealogía o génesis de las estructuras de poder. 3
Dando como un salto, desde la genealogía hacia la perspectiva de la complejidad, desde el umbral del enfoque genealógico hasta el enfoque de los espesores de la complejidad, es la crítica al esquematismo dualista de ángeles y demonios, de fieles e infieles, de amigos y enemigos, de héroes y villanos. Creemos que se puede retornar al umbral genealógico para volver adentrarse a los espesores de la complejidad, partiendo de una problemática moderna: el autoritarismo. Este movimiento, desde el umbral, ayuda a comparar los enfoques genealógicos y los enfoque de la complejidad; pero además, ayuda a mostrar los límites que constreñían a la mirada genealógica, respecto a estas problemáticas de las genealogías del poder.
Tocar un caso concreto, como el de los delitos constitucionales del “gobierno progresista”, después de estas dos 4
miradas teóricas, es como poner a prueba, respecto a una problemática específica, a los enfoques comparadas y contrastados. Sin embargo, no para efectuar un juego teórico, sino, sobre todo, para hacer más nítida las imágenes del problema específico.
Después de este movimiento de comparación teórica, de señalamiento de límites, de prueba en relación a un caso específico, de mejoramiento de la nitidez de las imágenes referenciales, volvemos a la perspectiva compleja para abordar la invención política de la realidad. Este fenómeno de ilusión, sobre todo, fenómeno ideológico, es abordado desde la metáfora mutante textil de los tejidos, nudos, tramas y urdimbres. Una vez, ingresados en estos espesores de la complejidad dinámica, comprendidos desde la simultaneidad dinámica, se circunscribe el análisis en el nudo de la dependencia, después en la trama del nudo de la dependencia. 5
GenealogĂa del autoritarismo
6
Este ensayo debía haber salido hace
varios
meses,
en
una
publicación colectiva sobre el tema, en la que participaba La Universidad
Friedrich
Schiller
de Jena. Después del tiempo esperado,
corre
por
nuestra
parte publicarlo, retomando la polémica sobre la problemática en cuestión.
7
Panorama
del
debate
sobre
autoritarismo
El
debate
sobre
autoritarismo,
en
singular, o autoritarismos, en plural, en América
Latina,
referentes
tiene
concretos.
como
El
dos
primero,
la
dictaduras militares de la década de los setenta, incluso alargándose en la década de
los
ochenta,
que
pueden
haber
comenzado antes, en la década de los sesenta, como en el caso boliviano; el segundo, los “gobiernos progresistas”, particularmente centrada la discusión en las
gestiones
del
gobierno
de
la
revolución bolivariana de Venezuela. El primer referente tiene como horizonte, de la interpelación crítica y política en los análisis, la transición a la democracia; el segundo
referente
tiene
como
eje 8
argumentativo
del
interpretación
la
análisis
o
defensa
de de
la la
Constitución, aprobada en los “procesos de
cambio”,
que
encumbraron
a
los
“gobiernos progresistas”. En este caso, es notoria la diferencia de las procedencias discursivas;
la
interpelación
distinción de
de
la
procedencia
conservadora o como comúnmente se señala, de procedencia de “derecha”, de la interpelación crítica de procedencia radical o de la “izquierda” crítica.
En
la
historia
autoritarismo,
del
debate
considerando
los
sobre dos
referentes señalados, es decir, las dos etapas del debate sobre autoritarismo, ambos campos discursivos, a pesar de sus
diferentes
preocupaciones
enunciadas, comparten el juicio teórico 9
político
sobre
el
autoritarismo.
Consideran al autoritarismo como una entidad o fenómeno aislable, como una anomalía política, respecto de la norma y regularidad política moderna, respecto de la institucionalidad establecida.
Por otra
parte, tienden a la denuncia moral del autoritarismo, dejando entrever más la descalificación moral del autoritarismo que
su
análisis,
entendimiento
y
comprensión,
conocimiento
del
fenómeno y su funcionamiento. Aunque hay
que
remarcar,
sobre
todo
con
respecto al primer referente y la primera etapa
del
debate,
la
minuciosa
descripción del ejercicio de poder de la dictaduras militares. En la segunda etapa, la relativa al segundo referente, no se puede decir lo mismo; pues se nota, mas bien,
una
denunciar
premura y
acusar
en
interpelar,
al
“gobierno 10
progresista” por sus incumplimientos, que un esmero por describir lo que ocurre.
Las diferencias, lo que no comparten los dos
campos
discursivos
del
debate,
tienen que ver, primero, con la coyuntura y el período. Se trata de coyunturas y períodos
distintos,
que
manifiestan
problemáticas distintas. Las dictaduras militares
conculcan
la
democracia
institucional por medio de las armas; el golpe militar es el procedimiento para hacerlo;
en
cambio,
los
“gobiernos
progresistas” emergen del ejercicio de la democracia, de la votación de mayoría absoluta. La crítica de “derecha” asume que se trata de “gobiernos socialistas” y que aplican el método “bolchevique”; argumento delirante, fuera de contexto y falto
de
conocimiento.
La
crítica
de 11
“izquierda”, mas bien, hace hincapié en la “traición”
al
“proceso
de
cambio”;
remarca el retroceso y la degradación de la “revolución”, dada en las formas de transición democráticas. La conculcación de la democracia no solo aparece, en este caso,
como
incumplimiento
de
la
Constitución, como desinstitucionalización del ejercicio político, sino por no ejercer la democracia participativa.
El autoritarismo en ambos casos, en los dos campos discursivos, cobra distinto sentido teórico y político. El autoritarismo de las dictaduras militares es concebido como “fascismo” criollo; en cambio, el autoritarismo progresistas”
de es
los
“gobiernos
concebido
como
monopolio de la cúpula de poder, en los marcos de la democracia formal, incluso 12
como usurpación de la voluntad popular. En consecuencia, no se habla de lo mismo, no se habla de la misma manera de
autoritarismo;
se
trata
de
autoritarismos diferentes. Entonces, por lo menos se debe tener en cuenta la polisemia del término autoritarismo.
Un balance rápido de ambos contextos del debate sobre autoritarismo, puede resumirse de la siguiente manera: El debate sobre autoritarismo en la segunda etapa, relativo al segundo referente, el de los
“gobiernos
endémico,
progresistas”,
provisional,
aparece
apresurado;
mostrando más elocuencia en la denuncia que en el análisis y la comprensión del fenómeno; en cambio, el debate en la primera
etapa,
relativo
al
primer
referente, el de las dictaduras militares, 13
aparece más sólido, más consistente, más elaborado, sobre todo en lo que respecta a las detalladas y minuciosas descripciones,
que
ya
hacen
a
la
comprensión del fenómeno.
Los límites epistemológicos en ambos campos discursivos, relacionados a las dos etapas del debate, se encuentran cuando
se
considera
al
autoritarismo
como anomalía y no ver que se trata de síntomas sobresalientes en el acontecer político y en el ejercicio de poder. Este aislar el autoritarismo de los procesos efectivos políticos y del poder, limita el alcance
analítico
y
crítico
de
los
mencionados debates. Otra limitante se encuentra en la premisa moral de los juicios, que tienden más a la denuncia
14
que
a
la
comprensiĂłn
del
fenĂłmeno
polĂtico desmesurado.
15
Jerarquía, autoridad y poder
Hay que tomar también al poder como efecto; es decir, como consecuencia de un
monopolio
establecida
o
de
una
diferencia
institucionalmente;
por
ejemplo, la jerarquía; así también la autoridad. El sentido común ha llamado al abuso
de
autoridad
autoritarismo.
El
autoritarismo vendría a ser entonces algo así
como
el
exceso
del
uso
de
la
autoridad, más allá de las atribuciones otorgadas institucionalmente. Solo que este abuso de autoridad es legalizado por interpretaciones arbitrarias de las mismas atribuciones
otorgadas
institucionalmente; por ejemplo, por la democracia formal. Del autoritarismo al totalitarismo hay un trecho que hay que recorrer. Esto ocurre cuando incluso se 16
descartan las atribuciones institucionales otorgadas por la Ley; suspendiendo la institucionalidad
establecida,
con
la
excusa de que se está en emergencia; de que se requiere salvar el origen mismo de la institucionalidad; la nación, el Estado, la seguridad del Estado, el bien común de la nación.
Desde la perspectiva expuesta, se puede hacer varias historias del autoritarismo, incluso
encontrar
lugareñas
y
de
peculiaridades
períodos,
indicando
diferencias y analogías. Se puede hacer una sociología del autoritarismo, también una psicología; incluso teorizar sobre este fenómeno generalizado. Sin embargo, a pesar de todas estas interpretaciones del autoritarismo, no parece no solamente agotado el tema, sino, sobre todo, no 17
logrado
explicar
¿Cómo
nacen
en
sus
los
genealogías.
autoritarismos?
¿Cuándo emergen y en qué condiciones? ¿Son
estos
abusos
otorgadas
de
atribuciones,
institucionalmente,
autoritarismos o, mas bien, encuentran su explicación en otras significaciones y conceptualizaciones más amplias? Vamos a tratar de abordar los problemas que plantean estas preguntas.
No
parece
encontrarse
su
origen,
el
origen del autoritarismo, sino en las mismas relaciones y estructuras sociales, que establecen las sociedades humanas. Es
en
debemos decirlo,
estas
relaciones
buscar de
lo
el que
sociales
germen,
que
por
así
comúnmente
se 18
denomina
autoritarismo.
encuentra
en
reconocimiento
la de
¿Éste
se
delegación
y
mando?
No
un
estamos suponiendo, en la pregunta, que todo
mando
implica
el
devenir
autoritario; sino que el mismo mando contiene esa posibilidad de emergencia del autoritarismo, que puede darse bajo ciertas
condiciones
de
posibilidad
históricas.
El mando es la conducción del grupo, del colectivo, del pueblo, de la sociedad. Esta conducción puede quedar circunscrita a la persona, que encarna el símbolo cultural del mando o, mas bien, puede estar regida por reglas compartidas. Pero, de todas maneras, el mando ya es una designación social, además de otorgarle atribuciones
acordadas.
El
mando 19
también es un lugar preciso en lo que puede considerarse el nacimiento de la jerarquía. El mando marca la diferencia entre el que manda y los y las mandadas.
No se puede, por lo tanto, zafar el fenómeno de autoritarismo del cuadro de las jerarquías sociales establecidas. La autoridad, sin ser todavía autoritarismo, es inmediatamente una jerarquía; marca la diferencia. Tampoco la jerarquía es, de ninguna manera, autoritarismo, sino que aparece como una de las condiciones de posibilidad jerarquía,
del que
diferencia,
autoritarismo. es
puede,
la bajo
marca
de
La la
determinadas
condiciones de posibilidad, ser usada en función
del
autoritarismo.
El
uso
excedentario del puesto de autoridad, el uso exagerado de la jerarquía, derivan en 20
este fenómeno del ejercicio del poder en su forma de autoritarismo.
¿Cuáles son las otras condiciones de posibilidad del autoritarismo? Desde la perspectiva
de
la
fenómeno
del
complejidad, autoritarismo
el –
manteniendo todavía este término – no responde a una causa o algunas causas, no es un fenómeno determinado por determinismos claros y evidentes; sino que integra o, si se quiere, sintetiza varios
procesos
concurrentes.
La
autoridad y la jerarquía están ungidas de simbolismos compartidos en la cultura asumida y heredada. Estos simbolismos, las alegorías simbólicas, las narrativas culturales,
cargan
imaginarias
a
la
de autoridad
densidades y
a
la
jerarquía. En otras palabras, la autoridad 21
y la jerarquía son asumidas a través de los
mitos
heredados,
las
narrativas
transmitidas, las alegorías redituadas y los símbolos compartidos.
La autoridad y la jerarquía aparecen no como
comúnmente
naturalidad,
se
sino
manifestada
en
dice,
como sus
con
realidad
diferencias
y
distinciones; en otras palabras, como cultura, considerando la diferencia entre cultura
y
Claude
naturaleza,
que
Lévi-Strauss
investigaciones
sobre
establece en
la
sus
racionalidad
inherente a las mitologías. Se hable de divinidad en el caso del soberano o monarca, se hable de mediación con la divinidad,
o
se
le
atribuya
la
descendencia de los héroes fundadores, se narra la ineludible presencia de la 22
realidad imaginada, que aparece en los conglomerados diferencias
y
de
sus
cuadros
de
jerarquías
sociales.
La
cultura es pues la condición de posibilidad del imaginario social, donde se refleja la realidad.
Pero,
determinadas
también, condiciones
bajo puede
convertirse en condición de posibilidad del autoritarismo. Dicho de manera muy simple y esquemática, pasa como la cultura
nos
digiera:
tu
deber
es
obedecer; tu lugar es el de la obediencia. La
cultura
aparece
pues
como
el
substrato imaginario e institucional que sostiene
las
relaciones
sociales
establecidas, sus estructuras, sus mallas institucionales.
También,
puede
convertirse en el substrato que sostiene el fenómeno del autoritarismo.
23
Hasta
aquí,
que
todavía
es
poco,
tomando en consideración lo expuesto, se puede anotar que las tesis que apuntan a explicar
el
autoritarismo
como
un
fenómeno que se desvía de lo instituido quedan levitando; sobre todo, cuando caen en la inclinación moral por la culpa, por
culpabilizar;
el
espíritu
culpable.
Como si los personajes referenciales del autoritarismo fuesen los culpables del autoritarismo
que
despliegan.
El
autoritarismo no responde al mal, que es el
mismo
demonio,
oculto
en
este
concepto religioso. El autoritarismo ha sido largamente labrado en los ámbitos de
las
relaciones
estructuras
sociales,
estructurantes,
en
sus
en
las
armaduras culturales.
24
Puede decirse, para escapar de esta generalización, que la democracia – tal como
se
ha
formalizado
e
institucionalizado en la modernidad – precisamente sale de las tradiciones y de las
formas
de
poder
heredadas,
anteriores a la modernidad. Sin embargo, esta escapatoria teórica no es sostenible. La
misma
democracia
formal,
al
preservar la autoridad y la jerarquía como cimientos de la estructura de la república, contiene también la posibilidad que bajo determinadas condiciones se genere el autoritarismo. Aunque se puede aceptar que la democracia es la que obstaculiza
la
generación
del
autoritarismo.
¿A
dónde
vamos
con
todo
esto?
Adelantándonos, apuntamos a la crítica 25
deconstructiva
de
la
cultura,
de
las
relaciones sociales, de la autoridad, de la jerarquĂa, incluso del mando.
26
Hipótesis teóricas hacia una Crítica
deconstructiva
formaciones
discursivas
estructuras
prácticas
de
las
y
las
de
los
autoritarismos
1. Las relaciones sociales no solo son prácticas,
recurrentes
tampoco composiciones composiciones
solo y
o
nuevas;
asociaciones, combinaciones
dadas
por
asociaciones, como dijimos;
de las
mucho
menos son lazos, como supone la sociología, de manera figurativa; sin embargo, esta metáfora dice mucho en lo que denota y connota. Las relaciones
sociales
internalizadas,
forman
están parte
de
esquemas de comportamiento y de 27
conductas, inclusos de maneras de pensar. Las relaciones sociales hacen al mundo social. 2. Las relaciones sociales son cultura, economĂa,
polĂtica,
en
ejercicio.
Contienen en su seno, por asĂ decirlo, las posibilidades operatorias de las prĂĄcticas mismas sociales.
3. Las relaciones de poder se realizan en las
relaciones
sociales,
que
las
contienen. En parte el secreto del poder
se
halla
en
las
estructuras
estructurantes y en las composiciones fundamentales
de
las
relaciones
sociales. Se puede decir que el poder anida en las relaciones sociales.
28
4. El
fenómeno
comúnmente
autoritarismo,
también
llamado
se
halla
incubado en las relaciones sociales.
5. En
el
caso
del
autoritarismo,
las
culturas signadas por las tradiciones patriarcales son terrenos fértiles donde germina el autoritarismo. 6. Las
culturas
propensas
autoritarismo
conforman
composiciones simbólicas,
al
fundamentales
alegóricas,
míticas
y
narrativas, definiendo el centro del imaginario
cultural
en
la
figura
inaugural del gran padre, el patriarca de todos los tiempos, el varón por excelencia,
el
masculino
por
antonomasia, la virilidad suprema. Las religiones monoteístas son las que 29
mejor
expresan
esta
narrativa
patriarcal.
7. Con la supuesta desacralizaciĂłn, tesis sociolĂłgica
de
la
modernidad,
las
narrativas modernas no han salido de las tramas patriarcales. Al contrario, las han restablecido en las narrativas modernas; moderna,
la
novela,
las
ciencias
la
filosofĂa
humanas
y
sociales. Las narrativas polĂticas son elocuentes en las nuevas figuras y tramas patriarcales modernas. 8. La herencia y la continuidad patriarcal, en
otras
modernas, distribuida
tramas
y
narrativas,
presenta las
figuras
de
las
manera
patriarcales,
menos condensadas y densas que las figuras patriarcales de las religiones 30
monoteístas;
empero,
más
proliferantes.
9. Esta
proliferación
patriarcal,
en
la
variedad de sus tonalidades y formas, sostiene
también
la
variedad
proliferante de las figuras y formas del autoritarismo, desde
en
distintas
micro-escalas
hasta
escalas; macro-
escalas. 10.
La aparición de formas autoritarias
políticas en las sociedades regidas por la democracia formal, las repúblicas, muestra claramente que la democracia institucionalizada no ha salido de las esferas definidos
y por
horizontes-culturales las
estructuras
estructurantes patriarcales. De manera más evidente se nota este anclaje en 31
el
patriarcalismo
en
otra
ideología
moderna, la socialista; ideología que condensa figuras fuertes patriarcales en
los
lideres
y
“revolucionarios”. socialismo
caudillos
Liberalismo
son
las
dos
y
grandes
narrativas del patriarcalismo moderno.
11.
De
una
manera
barroca
se
presentan las figuras patriarcales en la ideología populista. En este caso, los patriarcas, hasta
símbolos
endiosados,
apología
del
“revolución”,
no
enaltecidos son
conductor algo
que
y
solo
la
de
la
puede
apreciarse en las exposiciones de la estética del realismo socialista, sino que los caudillos nacional-populares aparecen encarnaciones
como
si
mesiánicas.
fuesen En 32
consecuencia,
lo
barroco
de
la
expresiรณn es esta combinaciรณn entre la memoria
religiosa
y
la
promesa
populista, incluso, en algunos casos y recientemente, la promesa socialista. 12. se
Se puede decir que lo anterior mรกs refiere
a
las
posibilidad
condiciones
culturales
autoritarismo.
Las
posibilidad
condiciones
sociolรณgicas
de del de del
autoritarismo tienen que ver con las instituciones sociales constituidas e institucionalizadas por el Estado.
13.
Las
condiciones
culturales
y
de
posibilidades
sociolรณgicas
del
autoritarismo como que articulan, en los
nudos
de
sus
tejidos,
las
33
condiciones de posibilidad políticas del autoritarismo. 14.
En gran parte del transcurso de la
modernidad, la política era un asunto de hombres. Las luchas feministas por la
igualdad,
suponiendo
la
primero
política,
igualdad
jurídica,
politizaron el referente, hasta entonces pasivo, de la mujer. Politizando sus prácticas, sus quehaceres, sus formas corporales y sus formas expresivas. Sin embargo, hay que tener en cuenta que
ésta
es
una
política
de
emancipación o, si se quiere, política en pleno sentido de la palabra; no la política, en sentido restringido, como la democracia formal.
34
15.
La
interpelación
feminista
ha
logrado poner en evidencia el mito masculino, afincado en el paradigma patriarcal
heredado.
Ha
logrado
cuestionar las pretensiones machistas, en lo que respecta a la diferencia instituida
de
perspectiva
género.
ha
dado
En
esta
apertura
al
ejercicio de prácticas democrática de mayor alcance que el ejercicio de la democracia institucional. Sin embargo, el
sistema-mundo
estructurado patriarcales.
en En
político los
sigue
cimientos
consecuencia,
los
autoritarismos siguen proliferando.
35
Genealogías
modernas
de
los
autoritarismos
Hemos dicho que la autoridad no es inmediatamente
ni
exactamente
autoritarismo, ni lleva necesariamente al autoritarismo;
el
autoritarismo
corresponde al uso excedentario de la autoridad.
Este
uso
excedentario
adquiere no solo características privadas, el uso de la autoridad para beneficio privado, no solo implica la imposición de una
voluntad
personal
por
sobe
la
voluntad general, sino que a este uso excedentario se lo unge de simbolismos que lo legitiman imaginariamente, por así decirlo. Los mitos, la ideología, el sentido común,
juegan
su
papel
legitimación
imaginaria
excedentario.
Ocurre
como
en del que
esta uso las 36
prácticas asociadas a la reproducción de los mitos, de la ideología, del sentido común, conformen otras reglas fuera de las reglas constituidas institucionalmente. Por ejemplo, estas reglas tienen
que
ver
con
imaginarias
que
se
excedentarias
las le
atribuciones
otorgan
a
la
autoridad; la figura de una especie de mesías es de las atribuciones imaginarias repetidas por pueblos, que encuentran la encarnación de la promesa en un líder, en un caudillo. Otro ejemplo es cuando se figura al conductor o al ideólogo como la encarnación misma de la “revolución” en marcha. Algo parecido a la figura de mesías de los caudillos populistas, sin embargo, distinto por su modulación más moderna, más abstracta e instrumental. Entre los dos casos, el de la convocatoria del mito, la del caudillo, y el de la convocatoria ideológica, se puede citar un 37
tercer ejemplo, el del jefe, que encarna el espíritu de la nación. En este caso, la figura es mixta, responde por analogías a la convocatoria del mito, al símbolo del caudillo, combinada por analogías con la convocatoria ideológica, con el significado iluminista del ingeniero social. En este caso
funciona
imaginaria
una
como
legitimación
ideología
menos
elaborada, más elemental, atiborrada por mitos.
En los tres casos mencionados, como ejemplos, patriarca
el es
paradigma elocuente.
paradigma
patriarcal
proliferación
de
cultural ¿Por
qué
sustenta
autoritarismos,
del el la
sobre
todo de los autoritarismos en los de modos de gubernamentalidad totalitarias? ¿Qué tiene el paradigma patriarcal para 38
que esto ocurra? Hay que aclarar que cuando
hablamos
del
paradigma
patriarcal no nos referimos a la pluralidad de perfiles de padres concretos; en la realidad efectiva la pluralidad de perfiles de padres responde a multiplicidad de procesos culturales, sociales, económicos, articulados períodos Hablamos
de y
manera
contextos del
singular
en
determinados.
imaginario
simbólico
aterido en las subjetividades sociales, colectivas,
populares.
Este
imaginario
concibe un padre simbólico no solo como autoridad
familiar
sino
con
derecho
consuetudinario a ser autoritario. Este autoritarismo
es
valorado
como
indispensable y necesario, además de apreciado como bueno. Parece que este padre simbólico tiene como substrato el imaginario religioso del Dios monoteísta, más cerca de Jehová que del perfil del 39
Dios cristiano, mucho más lejos del Dios más abstracto musulmán.
Jehová hasta
llega
en
a
ser
iracundo;
el
viejo
testamento Jehová aparece, en varios pasajes,
despiadado
en
el
castigo,
exigente en las pruebas, que se vuelven supremas, aunque también aparece, en otros pasajes, como misericordioso.
El
padre
simbólico
del
paradigma
patriarcal es como una mediación de Dios en
la
tierra;
aparece
como
absoluta
autoridad, además con plenos derechos al castigo
y
a
autoritarismo
las
exigencias;
es
su
prácticamente
sacralizado, pues su potestad es de todo poderoso,
aunque
pequeña,
en
una
comparándolo
con
escala la
omnipresencia de Dios. ¿Por qué esta aproximación
del
imaginario
patriarcal 40
con el imaginario religioso? ¿Por qué se unge
al
padre
imaginado
con
estos
simbolismos absolutos? Los atributos del padre simbólico no se los busca en el derecho familiar, sino en los atributos divinos.
Este
acercamiento
imaginario
puede demandar lo mismo que la religión demanda;
la
fe,
la
entrega,
la
servidumbre, la obediencia. Como decían los críticos iluministas, lo repetimos para ilustrar,
que
en
estas
relaciones
de
dependencia absoluta no entra la razón sino la creencia.
Por otra parte, para seguir situándonos, no es exactamente en las familias donde se pone en juego este imaginario del padre absoluto, aunque se lo haga de manera matizada, sino, mas bien, en los ámbitos sociales, sobre todo donde se 41
ponen en juego las relaciones del poder, en escala nacional. Donde se insiste, figurativamente,
sobre
los
atributos
absolutos del patriarca es en la política. Se exige al pueblo fe, creencia ciega, entrega, obediencia, sumisión, ante el caudillo, el líder o el jefe. Incluso cuando se trata del despliegue de la ideología, aunque
las
formaciones
discursivas
desenvueltas en la ideología pretendan cierta exposición “racional”, la demanda de obediencia y sumisión, abnegación y entrega,
no
argumentación,
emerge sino
de
de la
esta
recóndita
trama del mito.
La primera consecuencia que sacamos, de manera hipotética e interpretativa, de lo expuesto, es que lo que se denomina autoritarismo, como fenómeno político 42
peculiar,
no
individuales,
responde psicológicos,
a
factores
carismáticos,
como el análisis político se inclina a explicar;
tampoco
se
explica
por
transgresiones a la institucionalidad y a la Ley; así como a suspender el Estado de Derecho; que son otras interpretaciones del análisis político. Sino que tiene raíces en el subsuelo mismo de la cultura.
En las historias políticas de la modernidad no es un fenómeno general el de la forma de
gubernamentalidad
autoritaria;
tampoco son una excepción en la regla; sino que se dan en momentos de crisis múltiple del Estado-nación. Siendo, mas bien, la expresión misma de la crisis política, que se encubre con la máscara la autoridad autoritaria suprema, con la pretensión de
salvar
al Estado
y
la 43
nación. Esto no quiere decir que en los demás casos no se da el autoritarismo; en los demás casos no se da en la forma desmesurada tal como se presenta en la forma de gubernamentalidad autoritaria. Sin
embargo,
matizadas
en
aparece las
en
repúblicas,
formas que
se
presentan como ejemplo del respeto a la institucionalidad y a la Constitución. Se puede hablar, en estos casos, de una especie
de
autoritarismo
burocrático;
autoritarismo solapado, que se encubre en el manejo de la institucionalidad y de las
leyes
de
esquemática
una
manera
leguleya,
e
indiscutible;
la
interpretación correcta es la que da el gobierno y los poderes del Estado. Sin embargo, en estas situaciones se puede acudir
a
apelando
los y
tribunales
pidiendo
el
competentes, cumplimiento
adecuado de las leyes, la Constitución y 44
los
Convenios
estos
Internacionales.
mecanismos
obstaculizan
el
de
la
Quizás
república
surgimiento
de
la
emergencia política ante la crisis de la forma de gubernamentalidad autoritaria; empero,
las
repúblicas
no
dejan
de
acudir, cuando pueden y es necesario al autoritarismo burocrático.
La segunda observación que hacemos es que
el
denominado
fenómeno
del
autoritarismo no puede atribuirse solo a la
forma
de
gubernamentalidad
autoritaria, que incluso, en ciertos casos, deriva en la forma de gubernamentalidad totalitaria, sino que debe ser atendido y estudiado abarcando
en a
toda las
su
cobertura,
formas
de
gubernamentalidad liberales y las formas de
gubernamentalidad
neoliberales, 45
además, claro está, de las formas de gubernamentalidad
conservadoras.
De
esta manera tendríamos un panorama completo, donde se desenvuelven y se despliegan las proliferantes formas del autoritarismo,
en
distintos
grados
y
niveles.
Por otra parte, hay que atender a las situaciones donde incluso los tribunales competentes,
nacionales
internacionales,
e
responden
a
las
denuncias, demandas y apelaciones de la misma
manera
burocrático;
que
el
asumiendo
autoritarismo los
Derechos
Humanos o los Derechos Internacionales establecidos,
de
una
esquemática,
acudiendo
manera a
una
interpretación leguleya indiscutible. Esto lo hacen ante determinados problemas 46
que
se
presentan;
por
ejemplo,
los
Derechos de los Pueblos Indígenas; a pesar que ya se cuenta con la Declaración sobre
Pueblos Indígenas de
Naciones
Unidas. Las resoluciones al respecto son, en el mejor de los casos tibias; en otros casos, inútiles o declarativas; en el peor de los casos, mudas. Esto también lo hacen en lo que respecta a la crisis ecológica, llamada “Cambio Climático”; a pesar de que la vida humana en el planeta y la vida de los ecosistemas está en peligro, el comportamiento de los Tribunales Internacionales, de la ONU y la conducta
de
los
organismos
internacionales competentes es de una pasmosa
apatía.
Algo
parecido
pasa
cuando se constatan atropellos contra pueblos y naciones agredidas. Hay más ejemplos, pero no se trata de hacer una lista larga, sino de anotar esta situación. 47
Cuando estamos ante esta situación nos hallamos
dentro
del
autoritarismo
solapado globalizado.
La tercera observación anota que
el
fenómeno del autoritarismo no es un fenómeno circunscrito a la forma de gubernamentalidad autoritaria, tampoco a la forma del autoritarismo burocrático, sino que es un fenómeno globalizado, atendiendo
a
sus
diferentes
grados,
niveles, intensidades de manifestación.
Ahora bien, ¿este fenómeno proliferante de formas excedentarias del uso de la autoridad es adecuado nombrarlo como autoritarismo?
Considerando
la 48
interpretación expuesta, el fenómeno del autoritarismo corresponde a substratos histórico-culturales heredados, substratos que sostienen los planos de intensidad cambiantes de la modernidad. En este sentido nos retrotraen a los nacimientos genealógicos forman parte
del
autoritarismo,
de las
que
genealogías del
poder. El autoritarismo en sus formas más desmesuradas y descomunales nos muestra el origen de la institucionalidad, de la Ley, incluso de la república, que es el de la fuerza, de la guerra inicial, de la guerra de conquista. El autoritarismo devela el origen del Estado, el Estado de Sitio.
Se
vuelve
a
las
formas
descarnadas del poder, desgarrando las formas institucionales, jurídicas, políticas, del
poder
constituido
e
instituido,
incluyendo a la república.
49
Nuestra tesis es que el autoritarismo muestra el vórtice del círculo vicioso del poder. Que las formas institucionales del poder han legitimado las dominaciones polimorfas
en
las
estructuras
constituidas; que la república, a pesar de la democracia institucionalizada, tampoco escapa a la vorágine mutante del círculo vicioso del poder. Que las formas de Estado del llamado socialismo real son también otra muestra de la pertenencia a las mutaciones del círculo vicioso del poder. La diferencia radica en que la democracia república, instrumentos
institucionalizada, recurre
a
los
institucionales,
la
mismos a
la
Constitución, a la Ley, para preservar, sobre todo, para reproducir el poder; cuando la república se encuentra en 50
peligro ante la rebelión social, el Estado moderno
recurre
declaración
del
legalmente
Estado
de
a
la
Sitio,
por
razones de seguridad. En cambio los socialismos reales instauraron un Estado policial,
para
proteger,
defender
y
garantizar el curso de la “revolución”. En otras palabras, se vive en un permanente Estado de Sitio, defendiendo el Estado socialista contra la sociedad alterativa. Las
formas
de
gubernamentalidad
clientelar, las relativas a los populismos, usan la república como escenario de la convocatoria del mito, usan la autoridad, la
Constitución,
las
leyes,
las
instituciones, de la manera excedentaria de modo permanente.
Tampoco
parece
totalitarismo,
adecuado
como
lo
hablar
hace
de
Hannah 51
Arendt, en sus excelentes exposiciones y análisis sobre el tema, centrando su enfoque en las experiencias contrastantes del
estalinismo,
la
forma
de
gubernamentalidad del socialismo real, y del
nacional
socialismo
alemán,
más
conocido como partido nazi.
Se puede
considerar
como
al
totalitarismo
el
autoritarismo absoluto, cuya desmesura alcanza la totalidad de su manifestación, al abolir la libertad y toda posibilidad de disenso, suspendiendo las formas de la democracia
institucionalizadas.
Sin
embargo, no hay que olvidar que tanto el autoritarismo como el totalitarismo se hallan como posibilidad inherente en las formas
de
gubernamentalidad
establecidas en la historia política de la modernidad. El término totalitarismo es, mas bien, una metáfora teórica de la pretensión desmesurada y obsesiva de 52
control absoluto, de vigilancia completa, de disciplina plena, de parte de del poder. El concepto de totalitarismo no llega a explicar
el
fenómeno
político
desmesurado que alude; aunque pueda describirlo
de
manera
exhaustiva
y
minuciosa.
Es menester insertar el fenómeno de los autoritarismos proliferantes, remarcando, si se quiere, los autoritarismos políticos desmesurados, insertar el fenómeno de los totalitarismos, que son la extensión e intensificación
absoluta
autoritarismos, composiciones
de
como y
los partes,
manifestaciones
sintomáticas del círculo vicioso del poder, con
todos
sus
múltiples
estructurantes, institucionalizados
procesos
estructurados, y
en
decadencia. 53
Comprender
sus
desenvolvimientos
y
despliegues como formas perversas del círculo vicioso del poder. No se pueden aislar
estos
fenómenos
políticos
desmesurados del conjunto variado de formas políticas, formas de Estado, sobre todo, tratándose de los Estado-nación y de la república. Genealógicamente no están disociados, ni separados, ni son algo distinto, sino que forman parte, con el conjunto de estas formas de poder institucionalizadas,
de
la
reproducción
misma del poder, del devenir del poder, que
compone,
combina,
muta
sus
diagramas de poder y sus cartografías políticas.
54
Conclusiones
1. El
denominado
autoritarismo
y
su
extensión intensiva y demoledora del totalitarismo
no
son
fenómenos
aislados en el acontecer político ni tampoco
aislables
en
el
análisis;
cartografías
forman
parte
de
las
políticas
y
las
genealogías
de
del
poder. Se puede decir que son como la erupción misma de la crisis política y de la crisis múltiple del Estado-nación. 2. El fenómeno político del autoritarismo afinca sus raíces en la cultura. La cultura es el substrato que legitima las estructuras de poder establecidas; lo hace a través de símbolos heredados, de
mitos
que
hacen
al
mundo
55
imaginario, de alegorías que son los hilos de la trama trágica y épica.
3. El mando, la jerarquía y la autoridad corresponde a distinciones sociales en la
organización
y
funcionamiento
sociales; sin embargo, son también los lugares donde germina la genealogía del autoritarismo. 4. Las relaciones sociales contienen la posibilidad
del
autoritarismo,
sobre
todo se realiza esta posibilidad en la proliferación
de
autoritarismos
en
distintos niveles y graduaciones en los mapas extendidos por la sociedad.
5. Se
puede
hablar
del
paradigma
patriarcal como modelo fundamental, 56
modulador
de
las
conductas
y
comportamientos sociales; paradigma que opera en los imaginarios sociales, en la cultura, también en la ideología. El
paradigma
patriarcal
hace
de
estructura codificante y estructura decodificante;
funcionando
como
heurística y hermenéutica legitimadora de las dominaciones polimorfas. 6. El paradigma patriarcal se transfiere a otras narrativas en la modernidad, donde aparece de manera matizada y hasta función
enmascarada; legitimadora
empero, sigue
la
siendo
efectiva.
7. La realización y manifestación más evidente
del
diagrama
de
poder
patriarcal aparece en la convocatoria 57
del
mito
de
la
forma
de
gubernamentalidad populista, también en la forma gubernamental del Estado policial, aunque en este último caso funciona
más
pretensiones
la
ideología,
“racionales”,
que
con los
mitos e imaginarios tradicionales. 8. Las luchas emancipadoras, entre ellas las luchas feministas, han cuestionado la ideología dominante, así también el imaginario
cultural
del
paradigma
patriarcal, deconstruyéndolo en parte; sin
embargo,
el
paradigma
sigue
vigente, inscrito en los esquemas de comportamiento y conductas sociales.
58
Bibliografía
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bolivariano
en
proceso (PRB).
Monografía de grado presentada como requisito
para
Internacionalista
optar en
al la
título
de
Facultad
de 59
Relaciones
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de
la
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200
200
años
años
y
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Bicentenario
Argentino; Buenos Aires 2010.
61
Sarsfield, Rodolfo: La democracia controvertida. Debates y acuerdos
en
la
teoría
democrática
contemporánea. CLACSO; Buenos Aires 2006.
62
Descripción
de
los
delitos
constitucionales del “gobierno progresista”
63
En la actualidad muchos debates políticos son insólitos, no por lo extraños, sino por lo insulsos. Temas que deberían estar resueltos institucionalmente por su clara referencia
constitucional,
no
lo
están
debido a los argumentos leguleyos de la politiquería, de por sí trivial. Ciertamente, estos argumentos leguleyos no se los emiten por descuido o desorientación de los voceros, sino por íntimo interés del poder o de los que se aposentan en el poder. Lo que llama la atención es que los medios de comunicación, además de los involucrados en la clase política, de los distintos partidos, incluyendo a los llamados de la “oposición”, los toman en serio. Uno de estos debates es el que tiene
que
presidente,
ver
con
la
convertida,
reelección en
el
del
delirio
oficialista, en reelección indefinida.
64
La Constitución aprobada por el pueblo Boliviano, que es la que termina valiendo, pues es el texto constitucional aprobado por amplia mayoría del pueblo, cuando fue
refrendada,
después
de
su
“corrección” por el Congreso, convertido por
voluntad
“Congreso
gubernamental,
en
Constituyente”,
dice
claramente una reelección, no más, de manera
continua.
Sin
embargo,
el
gobierno, el MAS, la masa elocuente de llunk’us cuestiona la interpretación clara y directa de la Constitución, al mentar a la “voluntad del constituyente”, voluntad que no tomaron en cuenta al momento de
“revisar”
la
Constitución
Congreso,
en
mutuo
oficialismo
y
oposición.
progresista”
promovió
acuerdo un
El
en
el
entre
“gobierno referéndum 65
para
reformar
objeto
la
declarado
Constitución, era
habilitar
cuyo al
presidente a una nueva reelección. Perdió el referéndum. Después de la derrota el argumento oficialista es que hubo una campaña
“mentirosa”
contra
el
presidente, respecto a un hijo indilgado y a un amorío reconocido; por eso, se dice, sin ruborizarse, que ese referéndum no vale. Como se puede ver, este argumento no tiene asidero ni es sostenible, se lo mire por donde se le mire. Lo que muestra, es más bien, la poca moral y el escaso valor de los que perdieron el referéndum.
Ahora vuelven a la cantaleta, pero esta vez no exigen un nuevo referéndum, lo que tampoco se podría legal, institucional y constitucionalmente hacer, una vez que 66
se dieron los resultados del anterior referéndum. La supuesta “astucia”, que de
astucia
sombra,
no
es
tiene
sino
consultarle
la al
sórdida Tribunal
Constitucional para que el dirima sobre el pedido de anulación de artículos de la Constitución y de la Ley electoral. Esta propuesta, sacada de los cabellos, es la caspa
del
oficialismo,
que
delata
la
enfermedad de la caída de la pelambre. No hay por donde tomarla en serio, salvo como anécdota de la estupidez política. Sin embargo, los medios de comunicación y la clase política la toma en serio; además, claro está, de los órganos de poder
del
Estado
cooptados
por
el
ejecutivo. Sin embargo, a pesar de lo anecdóticamente escabroso, el Congreso ha justificado el envío de semejante consulta y el Tribunal Constitucional la ha
67
asumido;
lo
que
habla
de
la
poca
seriedad de ambos órganos del Estado.
Ahora, a pesar de que ya escribimos a propósito,
volvemos
semejante
tema
a
referirnos
a
anecdóticamente
escabroso; lo haremos acudiendo a una descripción de los hechos.
Vino la propuesta de reelección indefinida del ejecutivo, del MAS; es decir, de parte de los constituyentes de la bancada del MAS. Había temas más importantes como la
transversal
Plurinacional;
estructural empero,
al
del MAS
Estado no
le
interesaba eso. Fue el Pacto de Unidad, que
en
ese
entonces
contaba
con
verdaderos dirigentes, correspondientes a las luchas desatadas de la movilización 68
prolongada
(2000-2005),
los
que
llamaron al estadio de Sucre a los del MAS,
para
exigirles
el
cumplimiento
respecto al documento sobre el EstadoPlurinacional y Comunitario, documento que entregó el Pacto de Unidad, después de haber discutido durante casi tres años. Sin embargo, las comisiones del MAS nunca
leyeron
el
documento.
Ante
todavía la fuerza que constituían las organizaciones sociales, recordándoles a los del MAS que eran Instrumento Político de las Organizaciones Sociales, el MAS cedió, dejo provisionalmente en suspenso su nacionalismo chauvinista y aceptó poner en la Constitución lo del Estado Plurinacional Comunitario y Autonómico. El artículo mentado llegó con la propuesta del
MAS,
en
lo
que
respecta
a
la
Organización Institucional del Estado, con el artículo sobre la reelección indefinida. 69
No se discutió este artículo; fue llevado y admitido en la Constitución aprobada por la Asamblea Constituyente en Oruro.
Sin embargo, volviendo a violar al Poder Constituyente – que esta sobre cualquier Poder Constituido -, que se expresaba en la Asamblea Constituyente, el gobierno, sobre todo, dirigido y encausado, en lo que respecta a la Constitución por el Vicepresidente,
decidió
inconstitucionalmente Congreso
en
convertir
Asamblea
al
Legislativa
Constituyente. Los tres Carlos – Carlos Alarcón, Carlos Börth y Carlos Romero -, apoyados por todas las bancadas del Congreso,
revisaron
la
Constitución
aprobada por la Asamblea Constituyente. Cambiaron
los
artículos
que
les
interesaban, para lograr un acuerdo de 70
los partidos en el Congreso. Lo que tocaron,
los
artículos
modificados,
retrocedió, en lo que respecta a los alcances
logrados
por
la
Asamblea
Constituyente, que todavía era como la irradiación de la movilización prolongada (2000-2005). Sin embargo, no afectaron la estructura nuclear de la Constitución, la que tiene que ver con el Estado Plurinacional Comunitario y Autonómico. No porque no quisieron, sino porque no se dieron cuenta. Solo con el conflicto del TIPNIS, el “gobierno progresista” se dio cuenta
que
tenía
implementar
su
candados
modelo
para
extractivista
colonial del capitalismo dependiente. Es cuando le vino a la cabeza al “Jacobino” que
se
debería
constitucional, domesticar,
hacer para
una
reforma
docilizar
subordinándola
al
y
modelo
71
extractivista, a la Constitución aprobada por el pueblo boliviano.
El tema es que si bien la Asamblea Constituyente aprobó, en Oruro, lo de la reelección ninguna
indefinida, manera,
no
el
siendo,
artículo
de más
importante, ni mucho menos, lo cierto es que, después de la revisión usurpadora del Congreso, el pueblo boliviano aprobó por
amplia
mayoría
la
Constitución
presentada. Si se quisiera hacer una reforma constitucional - se dice que para habilitar
al
reelecciones, principal sino
Presidente lo
que
preocupación
volver
a
renovadas
tampoco del
es
la
“Jacobino”,
a la Constitución en un
instrumento dócil para favorecer a las empresas
trasnacionales
del
extractivismo -, se tendría que revisar 72
todas las
modificaciones
Congreso,
para
lograr
que
hizo
el
un
acuerdo
multipartidario. De esto, ni se habla.
Lo que hacen el MAS, el gobierno y todos los órganos cooptados del Estado, es un múltiple
delito
democrático.
constitucional
Desacata
lo
que
y ha
aprobado el pueblo boliviano al votar mayoritariamente por la Constitución; no respeta
el
voto
contra
la
reforma
constitucional, que pretendía el MAS, cuando ganó el NO; transfiere la decisión de la Asamblea Constituyente, respecto a la Constitución, y la decisión del pueblo boliviano,
con
Constitución,
a
la
aprobación
órgano
de
la
incompetente;
impone despóticamente la transferencia de
una
“decisión”
incongruente,
no
institucional e inconstitucional, al Tribunal 73
Constitucional,
que
no
tiene
competencias ni atribuciones para tomar esa
“decisión”;
la
de
la
reelección
indefinida. Estamos ante la tiranía de la estructura de poder palaciega.
Se podría decir que el único avance positivo logrado, post-aprobación de la Constitución,
es
la
elaborada
en
Cochabamba, por parte operativa de las prefecturas departamentales; es el tema que quedó pendiente, en la Constituyente y posteriores acuerdos congresales, de las
competencias
autonómicas
y
su
vinculación con las otras competencias exclusivas,
privativas,
concurrentes
y
compartidas. El acuerdo de Cochabamba logró llenar este vacío, definiendo el reparto, la composición y combinación de las
competencias;
haciendo
un 74
entramado de competencias complejo y enriquecedor. Es cuando las autonomías, en el contexto del pluralismo autonómico, adquirieron competencias fortalecedoras; sobre
todo,
las competencias
de
las
autonomías indígenas.
Un
ideólogo
de
departamental”
pide
constitucional “autonomía
para
la
“autonomía una
reforma
empoderar
departamental”,
la pues
considera que esta autonomía es, mas bien,
la
preservación
del
centralismo
estatal. El ideólogo confunde la Ley Marco de Autonomías, que nada tiene que ver con la Constitución, con el entramado de competencias autonómicas;
mas bien,
tiene
vulneración
que
ver
con
la
constitucional y el desconocimiento
y
descalabro taxativo de las competencias 75
autonómicas.
Cae
“autonomista”
en
el
el
ideólogo
mismo
desatino
oficialista al pedir reforma constitucional para fortalecer las autonomías. No se puede hacer una reforma constitucional por lo que se le ocurre a cada quien, de la clase política y del estrato de los ideólogos, cuando la Constitución no ha sido aplicada, sino, mas bien, vulnerada, desmantelada, no cumplida. De lo que se trata es hacer respetar la Constitución y su entramado de competencias.
Ahora
vamos
anteriores, coyuntura,
a
citar
dos
correspondientes donde
expusimos
artículos a
otra
nuestra
posición al respecto de las competencias autonómicas
y
la
crisis
del
llamado
“proceso de cambio”.
76
77
La comparsa “autonómica”
78
No es difícil demostrar que los “estatutos autonómicos” no tienen nada que ver con la Constitución; por lo tanto, con el Estado
plurinacional
comunitario
y
autonómico. Ya lo hicimos en anteriores escritos1. No vamos a volver sobre esto; lo que importa ahora, es explicarse el por qué, a pesar de todo, se insiste en aprobar
cartas
autonómicas
que
no
cumplen con la Constitución, que no han sido
deliberadas
participativamente,
como demanda la Constitución, que son impuestas por la autoridad y el abuso de mando de un gobierno populista. Vamos a tratar de describir los mecanismos de este engranaje condenado que embarca al gobierno progresista a no solo un montaje grotesco, sino a una usurpación 1
Ver de Raúl Prada Alcoreza Autonomicidio; también Autonomía y descolonización, así mismo Descolonización y transición. Dinámicas moleculares; La Paz 2013-2015. El último, publicado por Abya Yala; Quito.
79
de
los
derechos
participativos
de
precedentes;
a
la
democráticos población,
una
sin
comparsa
“autonómica”
La secuencia, si podemos hablar así, por lo menos ilustrativamente, es larga; el desarrollo legislativo gubernamental no corresponde a la Constitución, aprobada por el pueblo, sino a la herencia de la anterior Constitución liberal. Ya la Ley Marco
de
Autonomía
es
un
desmantelamiento de la Constitución, en lo que compete a este tema, relativo a los gobiernos autonómicos, en los distintos niveles territoriales. Esta ley no solo ha cerrado
la
posibilidad
de
establecer
autonomías, como manda la Constitución, según el entramado de sus competencias, sino que se ha mantenido el mismo 80
régimen centralista financiero nacional del
Estado-nación;
se
ha
negado
desesperadamente a abrirse a un sistema financiero
comunitario
y
autonómico,
además de plurinacional. ¿Qué es lo que requieren después de haber negado la posibilidad institucional a las autonomías? Terminar de plasmar esta usurpación, esta
abolición
de
los
derechos
autonómicos y de sus competencias.
Las estructuras de poder vigentes; para decirlo
ilustrativamente,
metafóricamente, el poder económico y el poder político, se han coaligado para imponer
las
“autonomías”
que
les
conviene; es decir, limitando todo lo que se pueda a las autonomías, manteniendo el control de sus regiones y del país. Si tomamos
en
cuenta
el
estatuto 81
autonómico de La Paz y el estatuto autonómico de Santa Cruz, ambos, uno respondiendo al poder político, el otro, respondiendo al poder económico, han impuesto
estatutos
que
convienen
al
interés de la clase política dominante y de la burguesía agroindustrial. El pueblo boliviano ha sido burlado en sus anhelos y esperanzas emancipadoras.
Lo grave de todo esto, es que a la convocatoria al referéndum por las cartas orgánicas van asistir una mayoría que avalará, por el hecho de asistir a esta comparsa, la usurpación de sus derechos democráticos fenómeno
y
autonómicos.
corresponde,
como
Este dijimos
antes, al deseo del amo. También al conformismo;
quizás
también
a
no
encontrar alternativas y salidas. Los y las 82
que voten son cómplices de la renuncia a la autonomía, a la participación, a los derechos
democráticos
de
denomina la Constitución
lo
que
Sistema
de
Gobierno Pluralista, de la democracia participativa,
directa,
comunitaria
y
representativa.
Si
bien
convoca
la a
denominada votar
llamamiento,
por
por
“oposición”
el
los
No,
este
resultados
estimados, también avalará la usurpación de la voluntad de las naciones y pueblos. Oposición que para nosotros, no es otra cosa
que
un
aditivo,
aparentemente
opuesto, al gobierno; sin embargo, hace de
complemento
gubernamentalidad
al
poder
populista,
de
la
bajo
la
83
sombra del caudillo2. ¿Es posible salir de este círculo vicioso del poder?
A pesar de que se pueda demostrar la razón de la crítica a semejante violencia institucional, la de la expropiación de la voluntad popular, por medio de esta comparsa
autonómica,
¿de
qué
sirve
tener la razón, si en el campo político se resuelve por la correlación de fuerzas? No parece tratarse solamente de demostrar que los estatutos no tienen nada que ver con la Constitución, sino que parece prioritario
activar
la
potencia
social,
hundida en lo profundo de los cuerpos múltiples de la gente, después de optar por el conformismo. ¿Cómo hacerlo?
2
Ver de Raúl Prada Alcoreza A la sombra del caudillo. Bolpress; La Paz 2015. Dinámicas moleculares 2015.
84
No
parece
bastar
denunciativo,
que
solo
el
por
discurso
cierto
sirve.
Tampoco, mejorando, el discurso crítico; parece indispensable ir más allá de estos discursos.
Ingresar
a
un
activismo
integral, que interpele el conformismo de la gente y active la potencia social, inhibida.
No
basta
señalar
a
los
gobernantes como responsables de la decadencia del “proceso de cambio”, sino que
es
indispensable
mostrar
la
corresponsabilidad de las mayorías en lo que ocurre. La complicidad se da cuando se deja hacer a los gobernantes lo que quieren
hacer.
Restaurar
el
Estado-
nación, folclorizar el Estado Plurinacional; es decir, disfrazar el anterior Estadonación con máscaras simbólicas; expandir el
modelo
colonial
extractivista
del 85
capitalismo dependiente; preservar las estrategias
clientelares
del
Estado
rentista. Esta tarea, la del activismo integral, parece ser más difícil que las anteriores denunciativas,
formas interpeladoras,
activistas, críticas.
Esta tarea difícil, es la que hay que poder efectuarla, pues, de lo contrario, si no se puede hacer esto, incluso los activismos anteriores, se cae en las redes y mallas del poder, legitimándolo, aunque no se lo quiera.
86
87
Algunas consideraciones sobre los estatutos
De todas maneras, a pesar que dijimos, que no íbamos a volver a la demostración de
la
inconstitucionalidad
de
los
estatutos, vamos a decir unas cuantas cosas;
puntualizaciones
generales. algunos
Sobre
contrastes
autonómicos, analogías
en
todo de un
cómplices
comparativas para los
mostrar estatutos
contexto
de
contra
la
Constitución.
El estatuto de Santa Cruz se distingue del de La Paz porque maneja mejor las competencias
establecidas
en
la
Constitución; La Paz prácticamente ignora estas competencias. Sin embargo, Santa 88
Cruz
lo
hace
de
una
manera
notoriamente segada; toma lo que le conviene al grupo de poder económico, ignora todo lo que no le conviene. Ignora las
competencias
indígenas,
de
además
las
autonomías
de
las
otras
autonomías, las municipales, sobre todo las regionales. La de La Paz obedece a la consigna centralista de un gobierno, que responde a la defensa nacionalista del Estado-nación; pero, también, y esto parece
innecesario,
a
sus
criterios
excesivamente centralistas. Cuenta con el aval
del
gobierno,
hablando
de
las
fuerzas intervinientes; empero, está más lejos
que
la
de
Santa
Cruz
de
la
Constitución, hablando de la estructura de competencias autonómicas.
89
La
de
Santa
Cruz
no
solamente
desconoce las autonomías indígenas y las autonomías regionales, sino que también desconoce la voluntad popular. El poder económico se arroga la representación del pueblo cruceño, al que no ha acudido para consultarle sobre numerables, temas indispensables
para
una
convivencia
democrática en la región. Hace en menor escala, regional, lo que hace el gobierno en mayor escala, nacional. Desconocer el contexto y los marcos jurídico-políticos de la
Constitución;
voluntades naciones desconocer
desconocer
populares, y
regiones. la
plurinacionalidad,
de
las
pueblos,
Sobre
todo,
condición
de
la
condición
comunitaria y la condición autonómica, en su multiplicidad.
90
Esta
situación
de
contrastes
y
de
complicidades, entre los estatutos de La Paz y Santa Cruz, entre el poder político y el
poder
alianza
económico, subrepticia
acuerdo
de
dominación,
nos
muestra
la
entre
ambos,
el
decir,
de
Solo
los
poder; entre
es
ambos.
ingenuos no lo ven; aclarando que estos ingenuos son la masa de llunk’us que obedecen
ciegamente
las
consignas
gubernamentales. Como nunca, en ellos, en esta clase de gente, con la que cuenta todo gobierno, solo que en los gobiernos populistas de una manera masiva, solo que en este gobierno, incluso con algunos pretendidos “bolcheviques” solitarios, no se esfuerzan por argumentar; solo atinan a descalificar de una manera ineficaz y general. Asumiendo, no se sabe por qué, que
son
los
buenos;
es
decir,
los
“revolucionarios”; mientras todos los que 91
se oponen, sean de donde sean, vengan de donde vengan, son “reaccionarios”. Esta
actitud
deportiva,
muestra
no
solamente los niveles de la decadencia de la
política
también
y
de
la
demuestra
“ideología”, la
sino
escasez
argumentativa de este movimiento al socialismo.
Si bien compartimos las preocupaciones, por lo menos parte de ellas, de todos los que convocan a votar por el NO, en el referéndum autonómico, les recordamos que la victoria del nulo en la elección de los magistrados no sirvió efectivamente, pues el gobierno se refugió en su mayoría congresal
para
desconocimiento
legalizar antidemocrático,
un al
validar esa elección anulada por la propia votación. Además de no olvidar
que 92
cuenta con la complicidad sumisa del Órgano
electoral,
que,
a
pesar
de
incorporar “notables”, de otro estilo que los “notables” del periodo neoliberal, no ha corregido su falencia fundamental; su subordinación
y dependencia de las
determinaciones del ejecutivo. El nulo no es lo mismo que el NO, ciertamente; empero, el mapa institucional en el que se mueve esta elección es el mismo mapa, definido por la gubernamentalidad clientelar.
No parece pues una salida efectiva, esto de votar por el NO, aunque logre una victoria simbólica, por segunda vez, sobre un gobierno, un Estado, en verdad, pues están comprometidos todos los poderes del Estado con las relaciones clientelares del gobierno populista. ¿Qué hacer? 93
Nuestra posición ha sido y es la de que estas decisiones deben ser construcciones colectivas. Ciertamente no hay tiempo, fuera de que parece que tampoco hay voluntad de las mayorías para construir decisiones participativas. Sin embargo, no creemos que se deba renunciar nunca a convocar a la construcción colectiva de la decisión política, por lo menos, como pedagogía política. Es posible que sea tarde para esto; sin renunciar a que, los que apuesten a eso, se convoque a votar por el NO, es menester, en lo que respecta
a
los
activistas,
buscar
la
activación de la potencia social. Por otra parte, no olvidar, pase lo que pase, en esta coyuntura, que ¡la lucha continua! ¿Qué gana el gobierno? No mucho, hace lo mismo que ha hecho hasta ahora, 94
desmantelar la Constitución; hablar a nombre de ella, como si respondieran sus actos a esta Constitución; sin embargo, seguir con la consolidación del Estadonación, el modelo colonial extractivista del capitalismo dependiente, manipulando a las mayorías con el cuento de hadas del “proceso de cambio”. Solo gana tiempo; pues, por dentro esta carcomido por el avance demoledor de la implosión.
95
Artilugios de las farsas
96
En los ámbitos de relaciones entre los seres,
el
juego
de
interpretaciones,
mensajes
acompañadas
respuestas,
forma
entrelazadas
ecologías
conforman. mensajes
En
el
parte de
conjunto
emitidos,
y
de de
de
las
las
que
de
estos
percibidos,
codificados y decodificados, hay un grupo de ellos que es indispensable tener en cuenta por sus características; hablamos de los mensajes engañosos, emitidos con el objeto de simular. Quizás, mejor dicho, de aparentar, de dar una apariencia; para que esta sea interpretada ya como una amenaza, ya como una advertencia. En atmósferas no agresivas, quizás el tenor es de atraer y seducir. Podemos decir, con cierta pretensión de generalidad, que se trata de impresionar. Se busca con los mensajes emitidos de cierta forma, de cierta manera, con la intención de causar 97
una determinada decodificación; es decir, interpretación. comunicación
Estas han
estrategias sido
de
hartamente
desarrolladas por las sociedades humanas y de una manera proliferante, hasta lograr estilos sofisticados y aristocráticos. El arte ha recogido esta experiencia y memoria
social,
convirtiendo
las
estrategias de seducción en regocijos estéticos.
Sin embargo, hay muchas direcciones de las rutas que toman estas estrategias de comunicación manipuladas, ya no en el arte, sino, por ejemplo, en la política, en la diplomacia, en ámbitos microfísicos y macrofísicos de poder. Hay personas que exaltan o extreman el uso de estas estrategias impresionistas - para darle un nombre, aunque sea provisional -, con el 98
objeto
de
reconocimiento
social,
que
puede llegar a convertirse en exigencia de reconocimiento de la “grandeza”, que reclaman ignorados,
ser. son
Son
los
“héroes”
los
“sabios”
no
reconocidos a primera vista, son los “hombres
consagrados”,
que
la
humanidad no descubre, hasta que estos personajes reclaman a voz en cuello. Se buscan frases sonoras, que impresionen, aunque no digan nada; lo importante es que parezcan que dicen algo importante. Son
los
últimos
en
hablar
en
una
conversación, pues buscan cerrarla con sus conclusiones “sabias”. Se muestran como los dedicados, mucho más que otros, los mortales, aparecen como los más disciplinados; cuando se trata de ámbitos intelectuales, se muestran como los
más
lectores.
Hacen
conocer
la
cantidad innumerable de libros que tienen 99
en su biblioteca, que hacen suponer que los han leído todos. Publican, sobre todo cuando cuentan con los recursos del Estado, aunque sus publicaciones sean repetitivas
y
reiterativas
de
lo
que
escribían, cuando eran más interesantes. Esto en el mejor de los casos; cuando no ocurre
esto,
cuando
más
bien,
han
decaído hacia la escritura torpe, sin estilo ni gracia, de la propaganda o de la diatriba panfletaria. Pues ahora parecen aburridos
y
aletargados;
ofreciendo
libros, que los funcionarios están como obligados a leer, aunque no los lean, debido a que no están acostumbrados a hacerlo.
Como cuentan con la atmósfera forzada de las adulaciones y sumisiones de sus entornos
subordinados,
se
sienten 100
confirmados “verdad”;
en por
su lo
“gloria”, tanto,
en
su
consideran
obligación de parte de ellos llamar la atención. Cuando se trata de críticas, de descalificarlas como si fuesen el sagrado guerrero
San
Jorge,
enfrentándose
a
dragones. Terminan, por este camino, adquiriendo
un
aire
despiadado
de
vengadores, venidos desde lo profundo de los tiempos olvidados, para castigar a los impíos. Es, de alguna manera, de esperar, que todo esto, se lo crean; empero, lo que llama la atención, que terminen
creyendo
no
los
entornos
subalternos, sino la llamada izquierda internacional. izquierda
Aunque se trate de una
oficiosa,
enamorada
de
los
fantasmas de la “revolución”, sobre todo de
los
fantasmas
institucionalizados,
fantasmas y mitos a quienes les ofrecen ritos
y
ceremonialidades,
de
todas 101
maneras, se esperaría, de esta izquierda, un mínimo de sentido crítico común. Pero, no. Esta izquierda internacional cree en los mensajes emitidos por estos personajes histriónicos y exigentes, que se
muestran
con
todos
los
rasgos
fantasmagóricos de los “revolucionarios” muertos,
institucionalizados
e
idolatrados.
Asistimos pues a espectáculos. En foros internacionales
se
presentan
a
estos
personajes emuladores como la expresión auténtica de “procesos de cambio” en curso. Los asistentes a estos foros, por lo menos, en su mayoría, sienten que se encuentra en las proximidades de los resplandores
de
una
“revolución”
presente, que se da en el país del invitado
a
hablar.
No
interesa,
al 102
respecto,
ninguna
escuchar
verificación.
Menos
que
vienen,
críticas,
precisamente
del
supuestamente
está
país en
donde
curso
una
“revolución”; por lo tanto, no se las puede tomar en serio. A lo mejor son no solamente desatinadas, inconformes y resentidas,
sino
hasta
pueden
tener
secretas vinculaciones con la conspiración de la “derecha”.
Como se puede ver, lo importante no es lo que realmente ocurre y pasa en el país del “proceso de cambio”, sino que se crea que ocurra, que se tenga fe en lo que se dice
que
pasa.
Los
izquierdistas
se
aferran a sus esperanzas, que llaman utopías, se aferran a sus deseos, que llaman
proyectos
en
curso.
No
son
capaces de evaluar las circunstancias, los 103
sucesos, con ojos críticos, sobre todo para
apoyar
las
transformaciones
posibilidades inherentes
de en
las las
coyunturas dramáticas. Al hacer apología de “procesos de cambio”, que no dejan de
ser
contradictorios,
se
convierten
ellos, los izquierdistas oficiosos, en una trampa más, en el recorrido accidentado del “proceso”. Pues, en vez de lograr una buena información, una buena evaluación de
los
hechos,
por
lo
tanto,
en
consecuencia, una buena interpretación y análisis, terminan enamorándose de su propia
ficción.
Este
sintomático,
que
decadencia
misma
es
señala del
el
momento
no
solo
la
decantado
“proceso de cambio”, sino de que los supuestos defensores de la revolución del siglo
XXI
práctica,
se
han
convertido,
efectivamente,
en
en
la sus
sepultureros. 104
De
los
apologistas,
“ideólogos”,
aduladores, del “proceso de cambio”, hay unos cuantos, contados con los dedos de una mano, que quizás no lleguen ni a dos, que hacen enormes esfuerzos por mantener
su
seducción
artificial
por
medio de la estrategia impresionista. En vez de debatir contra la crítica que se les hace,
prefieren
descalificar
a
los
emisores, aludiendo a supuestos dramas figurativos. En vez de contra-argumentar, prefieren
inventarse
artefactos
de
palabras sonoras, que brillen por su halito espectacular, aunque no digan nada. Con esto
tienen
impresionado,
la
esperanza no
tanto
de a
haber sus 105
interlocutores,
a
quienes
los
ignoran
despreciativamente, sino a sus entornos subalternos, a la masa de llunk’us, a los escuchas, que aunque no sean de sus entornos, pueda afectarles este teatro elocuente de frases sonoras, empero, huecas.
Todos
estos
mensajes,
que
hemos
agrupado o clasificado como engañosos o, si se quiere, impresionistas, usando este
término
ilustrar
provisionalmente,
mejor,
forman
parte
para
de
una
maraña mayor y quizás más complicada, la de los juegos de poder; en toda su variedad, abundantes;
estilos
y
también
proliferaciones microfísicas
y
macrofísicas de poder. Como dijimos en 106
otros escritos3, no busquemos culpables, cayendo
en
el
mismo
esquematismo
dualista político del amigo/enemigo, que se asienta en el matricial esquematismo dualista religioso del fiel/infiel; peor aún, caer
en
el
clima
dramático
de
la
consciencia desdichada del espíritu de venganza. Estos personajes histriónicos son víctimas de su propio entramado; de la trama que asumen como guion de sus vidas. Asumen el papel de protagonistas; descargan el peso de este papel en sus cuerpos, sufren con los sufrimientos del personaje
que
emulan,
que
termina
siendo ellos mismos. Su vida, de esta manera, se ha convertido en un teatro. No salgamos por el lado fácil de que mienten,
de
que
engañan
conscientemente y a propósito, como 3
Ver de Raúl Prada Alcoreza Más allá del amigo y el enemigo. Dinámicas moleculares; La Paz 2015.
107
maquiavelos,
de
la
versión
francesa.
Nada de esto es sostenible. No tienen el control de lo que sucede, como tampoco nadie lo tiene; nadie controla todas las variables intervinientes en su vida. Si hablamos de mensajes engañosos, no es porque se engaña en el sentido simple, sino porque se alude a estrategias de simulación, inherentes a las estrategias de sobrevivencia de los seres orgánicos. El
tema
es
que
esta
estrategia
de
mensajes engañosos se convierte en una hipertrofia
de
las
personajes
públicos
conductas de
la
en
política.
Entonces la estrategia se convierte en una trampa, no solo para quienes se emite el mensaje, sino para los propios entornos del personaje en cuestión, y para el propio personaje de la emulación.
108
Llamemos
a
entrampamiento, escrito,
este
fenómeno
que
en
otro
de lugar,
encaracolamiento4,
llamamos
fenómeno de la burbuja. Los personajes en cuestión habitan burbujas, el mundo se reduce a estas burbujas, la realidad se reduce a lo que se ve desde estas burbujas. Entonces la relación con el mundo es burbujeante, por así decirlo. No es pues una maldad la que motiva el comportamiento públicos, sacerdotes
como
de
estos
asumen
jueces
hombres los
juzgadores,
otros que
tampoco han salido del cirulo vicioso del poder, sino que la dramática del poder se encuentra en esta manera de ver el mundo, incluso de concebirlo, desde su burbuja, que es una atmosfera propia, que a la vez de cobijarlos, los atrapa en 4
Ver de Raúl Prada Alcoreza Encaracolamiento. Dinámicas moleculares; La Paz 2015.
109
la
ilusión
del
aislamiento,
de
la
impunidad, de la creencia en una suerte de invulnerabilidad. Aunque mucha gente no lo crea, la vida de estos personajes es dramática, por eso mismo triste, drama sólo compensado con la ilusión de que las ceremonias del poder verifican el dominio absoluto del Estado. Las ceremonias no verifican nada, sino que reproducen la institución imaginaria del Estado.
Manteniendo nuestra metáfora ilustrativa, si el problema burbujeante quedara ahí, en esta reducida extensión climática y atmosférica de los entornos del poder crepuscular, embargo, encuentren
no
no
es en
muchedumbres
sería así. la que
tan
grave;
Aunque
no
burbuja, se
sin se las
encuentran
seducidas por el poder, por sus figuras, 110
ya se den en forma del mito del caudillo u otra forma institucional, ven el mundo, no desde la burbuja, pues no se encuentran ahí, sino desde el reflejo del mundo en la superficie curva de la burbuja. Ven el mundo
desde
el
espejo
del
poder.
Entonces, no solamente los personajes públicos de la política, los entornos, sino también las muchedumbres seguidoras, se encuentran atrapados por el fenómeno burbujeante de estos climas y atmosferas envolventes del poder.
No se trata de castigar a nadie, ni ponerlo en el cadalso, después de acusarlo y ponerlo en el banquillo de los acusados; esto sería, no salir del círculo vicioso del poder. Se trata de romper con este circuito vicioso, con este círculo, con esta orbita perversa. Se trata de salir de estas 111
รณrbitas
y
generar
fugas
de
las
gravitaciones del poder, creando con los recorridos libres otros mundos, incluso otros universos.
112
El esquematismo vulgar de hĂŠroes y villanos
113
La
literatura
mediática,
incluso
la
literatura política, peor aún, la literatura de
la
diatriba,
se
mueven
en
un
esquematismo vulgar, que opone héroes a
villanos.
superficialmente,
Reproduciendo mas
bien,
como
imitación, que se parece a los gestos o muecas del mimo, copian personajes de la epopeya; por un lado, los héroes, que adquieren la connotación del estereotipo del semi-dios, ya sin espesores humanos, limpio de contradicciones, casi elocuencia divina de conducta perfecta. Por otro lado, los monstruos, las aberraciones morales,
políticas,
naturales.
Se
reduciendo
al
históricas,
trata, máximo
si
se la
hasta quiere,
expresión
figurativa, que exalta por su inocencia común el contraste más evidente, el héroe que enfrenta al dragón de dos o más cabezas, el caballero que rescata a 114
la
dama
raptada
por
el
monstruo
insensible, incomprensible y trágico por su condena irremediable, determinada desde
los
comienzos
de
los
tiempos
mismos más remotos.
Este esquematismo trivial es el que, sin embargo, funciona como estructura de la trama de las narrativas provisionales del sentido común, que perduran, mas bien, por su proliferante variación. Aparece en la ideología, hermenéutica esquemática y dualista de la historia, entendida como escenario donde se enfrentan héroes y villanos. Aparece en las versiones de las narrativas escazas de los medios de comunicación, donde se hace hincapié más en el villano, monstruo moral y adulteración
política,
anomalía
social.
Reaparece en la diatriba, donde el héroe, 115
por gracia ungida por las marcas que conlleva como señal de elegido, destaca desde sus actos más intrascendentes hasta
sus
actos
más
sobresalientes,
anunciando la llegada del mesías civil y político. El villano también es destacado a través
de
sus
inconfundibles,
marcas, que
lo
sus
rasgos
delatan
como
manchado por el pecado original, como condenado desde que nació; fatalidad del mal.
Los
“análisis”,
si
es
que
podemos
llamarlos así, a las evaluaciones que se hacen
y
a
las
conclusiones
que
se
sonsacan, son como preformados; ya están, en su condición de germen, en el formato del esquematismo en uso; por eso, sus derivaciones no sorprenden. El héroe habría sido la consagración del 116
bien,
en
cambio
constatación
del
el
villano
mal.
Ya
es
todo
la está
resuelto en esta recurrencia discursiva que opone contrarios y antagonismos; lo único que hay que hacer es repetir el formato
de
la
trama
en
distintas
versiones.
El tema es que los unos y los otros utilizan el mismo esquematismo vulgar de héroes
y
villanos
para
legitimar
sus
prácticas y discursos, para legitimar sus hábitos e ideologías; la diferencia estiba en que para lo que para unos es el héroe, para otros es el villano. Se esmeran por describir al villano lo más abominable posible, lo más parecido al demonio o hijo del
demonio,
lo
más
endemoniado execrable. esmeran
por
limpiar
toda
cercano
al
También se adherencia 117
compleja, contradictoria, ambivalente o abigarrada, de los rasgos y el perfil del héroe, para que sea presentable como esas
figuras
patriarcales
del
arte
socialismo real; figuras parecidas a las imágenes de los santos mártires; solo que son parecidas no tanto por la forma de la expresión, que en el caso del arte del socialismo real se presentan como portavoces demostrativa
irradiantes
de
la
auto-satisfecha
alegría del
socialismo, y en el caso del imaginario religioso se presentan con el dramatismo del lenguaje del dolor, acogido como sacrificio. Las versiones conservadoras de estos
estereotipos
también
hacen
presentable a sus protagonistas de la historia en su esplendor patriarcal; solo que en este caso,
se presentan como
profetas de la nación olvidada o excluida,
118
que retorna por los causes de la patria recuperada.
En lo que respecta a Ernesto “Che” Guevara,
la
literatura
ideológica,
mediática y de la diatriba, hace gala del apego a este esquematismo dualista de héroes
y
villanos.
La
propaganda
socialista se ha esmerado por presentar al
nuevo
hombre,
vaciado
de
sus
contenidos humanos; es el héroe por antonomasia.
La
propaganda
contrainsurgente,
conservadora,
chauvinista,
se
presentarlo
como
afectado
por
ha
esmerado monstruo,
inclinaciones
por como
sádicas,
recientemente como enfermo del placer de
matar.
Como
esquematismo villanos
se
dualista
reaparece
puede de
ver
el
héroes
y
ritualmente
en
la 119
diatriba que enfrenta a “izquierda” y “derecha”. Lo hace en toda la holgura de su simpleza, escasa en argumentos, vacío que
llena
con
sensacionalista.
la
interpelación
Estas
recurrencias
comunes y triviales están lejos de los esfuerzos
descriptivos,
interpretativos,
analíticos,
incluyendo
toma
de
posiciones del libro de Taibo II Ernesto Che Guevara, también conocido como el Che;
libro, que en principio iba a ser
compartido con Jorge G. Castañeda, pero tuvieron
desacuerdos
conflictos, lo
que
y
llevó
quizás
otros
a escribir
al
segundo otro libro La vida en Rojo5. Ambos libros tienen entre sus fuentes los desclasificados de la CIA y la KGB; esto les otorga cierta proximidad a situaciones
5
Revisar de de Taibo II Ernesto Guevara también llamado Che; editorial S. A. Joaquin Mortiz. También de Jorge G. Castañeda La vida en rojo. Alfaguara.
120
desconocidas para la opinión pública y para la población de lectores. El segundo libro intenta una biografía crítica del connotado guerrillero. Antes que estos libros, la trilogía de Críticas a las armas de Regis Debray ya efectuaba un análisis crítico de la experiencia guerrillera; lo hacía a partir de la propia experiencia en “la
guerrilla
del
Che”,
tal
como
se
denomina a la guerrilla que comandó Ernesto
Guevara
en
el
sudoeste
de
Bolivia, elaborando un análisis teórico. Sin mencionar a la minuciosa biografía Che Guevara: Una Vida Revolucionaria escrita por Jon Lee Anderson6, sustentada en amplias fuentes directas e indirectas, además de su experiencia en reportajes, podemos pasar a descripciones menos exigentes, como las que derivan de los 6
Revisar de Jon Lee Anderson Che Guevara: Una Vida Revolucionaria; Anagrama. 121
partes y fuentes militares; uno de ellos es Como capture al Che de Gary Prado Salmon7, que, por lo menos intentan una descripción a partir de cómo ven los hechos
los
militares
que
participaron
directamente en la guerrilla, desde su posición
contrainsurgente.
Sin
extendernos en la bibliografía, dejando en suspenso otros libros notorios, pues el propósito es otro; no un balance de la bibliografía sobre el Che. El propósito es auscultar en la estructura de prejuicios de la
literatura
esquematismo
que
se
vulgar
basa de
en
el
héroes
y
villanos.
Además formación
de
esta
estraficación
discursiva
epopeica
en
la
o,
en
7
Revisar de Gary Prado Salmon Como capture al Che. Ediciones B, S. A.
122
contraste, descalificadora, al estilo de una inquisición civil y política trivial, que lleva a cabo el recalcitrante conservadurismo, se
halla otro
pretende
estrato
seriedad,
discursivo, que que
analiza
el
acontecimiento Che Guevara como hito o pedrada en el estanque, que parte el estanque en dos aguas; un antes y un después. Este estrato de la literatura al respecto,
no
deja
el
esquematismo
dualista del que hablamos, solo que lo hace, si se quiere temporalmente; habría un
evento
parte
de
aguas,
un
hito
constitutivo, a partir del mismo la historia es distinta, los jóvenes se radicalizan, incluso la izquierda se habría radicalizado. ¿No eran antes los jóvenes radicalizados? ¿Cómo interpretar entonces la reforma universitaria y el movimiento estudiantil cordobés
y
con
este
proceso
las
subsiguientes reformas universitarias en 123
el continente? ¿Los trabajadores mineros no
eran
jóvenes,
radicalizados,
en
su
contando
mayoría, con
y
una
expresión radical de la revolución en la Tesis de Pulacayo? ¿Los que participaron en la guerra civil de 1949 no eran jóvenes radicales, para su tiempo; lo mismo y con mayor alcance, los jóvenes que participaron en la revolución de 1952?
¿La
resistencia
obrera
a
las
gestiones de gobierno del MNR, que comenzaban
a
destilar
un
camino
regresivo, no era efectuada por jóvenes rebeldes en su mayoría? Sin seguir con una lista de ejemplos, que cuestionan la tesis de la “radicalización” a partir del Che, con solo los que mencionamos, se evidencia
la
delgadez
de
la
argumentación de esta tesis del hito constitutivo, en la prosa que pretende más
seriedad
en
la
elaboración
de 124
evaluaciones
retrospectivas
sobre
las
incursiones del Che.
El problema de estos estratos discursivos es que al deshumanizar al Che, más el primer estrato que el segundo, le quitan no solo posibilidades a la comprensión e interpretación, sino que le quitan meritos al hombre. Un héroe consagrado desde nacimiento, un hombre fuera de serie, tiene sus hazañas como si formaran parte de su propia consistencia, sus propios atributos; un héroe es un héroe y realiza hazañas
heroicas.
Olvidan
que
lo
sorprendente es que un hombre como todos
los
humano
hombres demasiado
de
la
tierra,
humano,
un
realice
gastos sin retorno, derroches corporales, sensibles
e
intelectuales;
en
otras
palabras, efectúe actos heroicos, como 125
los define Georges Bataille.
Por otra
parte, en contraste, la versión opuesta del esquematismo de héroes y villanos, al convertirlo en monstruo, en asesino, en anomalía social, lo que hacen es repetir la tautología de otra manera; un monstruo es
un
monstruo,
dicho
de
manera
pedestre, un villano es un villano, lo que hace es villanerías. No hay por qué sorprenderse entonces.
El segundo estrato discursivo, que hemos reconocido por su mayor elaboración y por su pretensión de seriedad, reduce el acontecimiento
histórico-político
a
los
contornos del perfil de un personajeprotagonista,
que
por
sí
solo
puede
cambiar el curso de la historia. Por eso decimos
que
incluso
este
estrato
discursivo no deja el imaginario epopeico. 126
La historia no la hace un hombre o un grupo de hombres, por más singulares que
fuesen,
respecta
a
sobre su
todo,
papel
en
lo
destacable;
que la
historia, que es un relato, pero, que vamos a utilizar como metáfora de lo que pretende el mismo relato histórico, ser una descripción de los acontecimientos sociales, no la hacen ni siquiera los hombres, como mencionaba Karl Marx en su famoso enunciado, bajo determinadas condiciones históricas, sino se trata de realizaciones acciones,
de
efectos
asociaciones,
relaciones, territoriales,
de
masivos
composiciones,
singularidades ecológicas.
de
sociales,
Donde
la
paradoja del azar y necesidad se efectúa en el devenir constante e incontrolable del mundo efectivo.
127
Desde nuestra interpretación, hablando de
Ernesto
Guevara,
el
Che,
inmiscuyéndonos en su biografía efectiva, nos parece, mas bien, un ejemplo del humanismo desenvuelto en sus propios avatares,
dilemas
y
laberintos.
El
enunciado del hombre nuevo no puede ser sino un enunciado que emerge de las tradiciones humanistas y renacentistas. Sus gestos para con los soldados que lo combatían, muestran sus sentimientos e inclinaciones
humanistas.
Hasta
podríamos decir que su concepción del socialismo era, mas bien, humanista. Que alguien contra-argumente y diga que el humanismo no puede ser violento, tiene una acepción del humanismo circunscrito a la utopías cristiana de los primeros tiempos, los del cristianismo colectivista del desierto. No se trata de debatir esta interpretación, sino de decir que es una 128
entre
muchas
interpretaciones
humanismo.
No
olvidemos
humanismo,
como
matriz
que
del el
histórico-
cultural de la civilización moderna, ha dado lugar a las historias más cruentas de violencias desatadas, al mismo tiempo a las historias más prometedoras de utopías buscadas y realizadas a medias. Negarle
este
rasgo
sobresaliente
a
Ernesto Guevara es caer en los prejuicios de
los
estratos
discursivos
que
mencionamos.
Ingresando
a
los
ámbitos
histórico-
políticos y de la guerra de guerrillas, lo que
parece
que
hay
que
comparar
analíticamente es el papel cumplido por el insigne guerrillero en la toma de Santa Clara en Cuba y el papel cumplido en la guerrilla
en
Bolivia,
anticipada 129
abruptamente y fracasada. En el primer caso, no se puede negar la audacia y la eficacia de la estrategia militar; en el segundo caso, asistimos a una guerrilla anticipada,
atrapada
enfrentándose
a
un
en
su
ejército
premura, que
la
perseguía y la emboscaba, en condiciones de escasez de armas, de logística, de apoyo. Lo que asombra en la derrota de la guerrilla es el diferimiento del tiempo, mientras perduró y resistió, el esfuerzo corporal y militar de los guerrilleros que sobrevivían a las emboscadas militares. Por último, la victoria frente al ejército, al gobierno y al Estado, del escape del grupo
de
guerrilleros
donde
se
encontraba el Pombo; en lugar de ellos podía haberse encontrado el otro grupo, donde estaba el Che, que se refugió en la quebrada.
130
La diferencia de los papeles cumplidos radica no tanto en el hombre, el lo que podía haber cambiado, hipotéticamente, sino en el contexto, las condiciones y la coyuntura en la que se dieron los dos acontecimientos guerrilleros. En resumen, de una manera simple, con peligro de esquematización, empero, ilustrativa, se puede decir que en un caso había un pueblo dispuesto a combatir y realizar actos heroicos, en el otro caso no había tal pueblo, como ocurrió en la guerra civil de 1949 y en la revolución de 1952. El proletariado minero sindicalizado no tomó las minas, como corresponde cuando la guerra de guerrillas estalla; la izquierda solo donó algunos militantes, sin jugarse el todo por el todo como corresponde.
131
La guerrilla del Che en Bolivia no es ningún
hito
constitutivo,
tampoco
ninguna epopeya, sino es una de las gramáticas de la insurgencia continental, que se reitera desde los primeros alzamientos de la guerra anti-colonial, en distintos contextos, escenarios históricopolíticos-culturales, coyunturas en crisis. Debemos aprender de esta experiencia lo que somos, los pueblos del continente, lo que
buscamos,
lo
que
perdemos
y
ganamos, interpretar los recorridos de la guerrilla como escritura fáctica de prenarrativas todavía indescifrables.
Ante el acontecer de acontecimientos insurgentes,
en
metamorfosis,
constante las
devenir
y
interpretaciones
epopeicas y las descalificadoras aparecen como
balbuceos
circunstanciales
y 132
fugaces.
Se
consciencias desgarrados,
trata
de
gritos
desdichadas, consciencias
de
sujetos culpables,
atiborradas de espíritu de venganza o, en su caso, de búsquedas de notoriedad al decir
algunas
exultantes.
otras El
banalidades
más
discurso
del
conservadurismo recalcitrante, que quiere convertir al Che en un asesino, en un sádico, que le gustaba matar, muestra sus miserias en el más descalabrado sentido. Quieren dar lecciones de moral, asentados en la herencia de la más descarnada elocuencia de la violencia y el terrorismo de Estado. Los voceros de este discurso
extremadamente
endémico
y
pueril se desnuda en su retórica sin recursos, plagada de prejuicios, odios y miedos
insoslayables.
experiencia gobernante,
barroca
Creen,
que
la
del
populismo
denominado
“gobierno 133
progresista”, hace olvidar lo acontecido en lo que se viene en llamar la dramática historia política del país. Se equivocan enormemente, la experiencia inscrita en la corporeidad popular,
son entramados
de huellas hendidas, que sostienen la memoria social.
134
La invención política de la realidad
135
Marie Démelas escribió La invención de la política8, ahora, en pleno crepúsculo de la modernidad
tardía,
tendríamos
que
hablar de la invención política de la realidad; las “realidad” producida por el poder e inventada como una imagen en el espejo de las dominaciones polimorfas. La política, en su sentido restringido, institucional y estatal, requiere de una imagen, verse reflejada en el espejo, como si el espejo le digiera eres legitima, eres
la
legitimidad
misma,
pues
la
legitimidad es tu rostro mismo, el del poder. Como en el cuento de hadas de Blancanieves, para niños, la reina quiere que el espejo le diga que es la más bella de las mujeres del reino9. La política, 8
Revisar De Marie-Danielle Demélas La invención política. Institut français d’études. http://books.openedition.org/ifea/4141. 9
Blancanieves, en alemán Schneewittchen, es un cuento de hadas. La versión más difundida es la de los hermanos Grimm;
136
entonces,
inventa
una
“realidad”
adecuada al poder.
Esta “realidad” es el recorte que el poder efectúa
en
la
complejidad
dinámica,
sinónimo de realidad efectiva. Se trata del
recorte
requerimientos
circunscrito de
las
a
los
dominaciones
impuestas; heredadas, reinventadas
e
incrementadas. Esta “realidad” inventada resulta entonces, como una prolongación misma de la maquinaria del poder. La “realidad” del poder es la que corrobora
en tanto que la cinematográfica de Blancanieves y los siete enanitos, rodada en 1937 por Walt Disney, adquiere las connotaciones que otorga la pantalla. La versión clásica contiene escenas relativas al espejo mágico, que se comunica, así como los personajes llamados los siete enanitos o duendes. En algunas versiones, los enanitos son ladrones y el diálogo con el espejo mágico se hace con el sol o la luna.
137
sus interpretaciones, sus incidencias, sus políticas,
sus
estimaciones
y
proyecciones. No importa, aquí, si estas interpretaciones insostenibles;
o
lo
explicaciones que
importa
sean es
la
continuidad de la reproducción del poder.
En el caso de la “interpretación abstracta” de los “derechos del presidente” a seguir repostulándose
indefinidamente,
donde
se declara como “inconstitucionales” a los artículos de la Constitución que prohíben la re-postulación a partir de una segunda secuencia,
lo
que
Constitución
es
misma
“inconstitucional”,
figura
por
esta
cierto,
declarar
de
a
la
como estrambótica,
“interpretación
abstracta”, la política gubernamental se inventa una “realidad” virtual donde los “derechos del presidente” a re-postularse 138
están por encima de la Constitución; tal como dice el Ministro de Defensa. Según el discurso, este recorte de realidad sería como el sumun de la realidad efectiva; la realidad por excelencia del poder o que sanciona el poder.
Si esta es la realidad, no hay discusión; a pesar de la Constitución, a pesar de la voluntad
popular,
que
define
su
inclinación y decisión en un referéndum, que dice No a la reforma constitucional, que pretende modificar la Constitución para
habilitar
al
presidente
a
una
postulación indefinida, a pesar de su derrota ante la elección de magistrados, donde
la
voluntad
popular
dijo
No,
anulando la elegibilidad de magistrados, la “realidad” inventada por la política es donde
se
puede
incumplir
con todo, 139
dejando abierta la posibilidad de imponer lo que requiere el poder. Esta “realidad”, la inventada por la política, es donde se pueden cambiar las reglas del juego al atojo de los que gobiernan. Entonces, se trata de una realidad maleable.
El problema de una “realidad” sin reglas o donde las reglas se cambian de acuerdo a los requerimientos del poder, es lo que se tiene como recorte de realidad o lo que había todavía de realidad en el recorte desaparece, realidad
se
esfuma;
responde
fundamentales
a
del
pues las
toda
fuerzas
universo,
a
estructuras estructurantes, a condiciones de posibilidad existenciales, a conjuntos de
reglas
antemano.
del
juego
Cuando
se
establecidas
de
suspenden
las
reglas, las condiciones de posibilidad, las 140
estructuras estructurantes, las fuerzas fundamentales, se evapora la realidad misma. Lo que hay, en vez de realidad, es una alucinación.
La forma de gubernamentalidad clientelar cree con suspender la Constitución, las reglas
del
juego
jurídico-político,
con
inventar una “realidad”, puede realizar esa
realidad
inventada.
Se
equivoca
garrafalmente, pues una cosa es inventar imaginariamente,
incluso
ideológicamente, una “realidad”, y otra cosa es realizarla; es decir, hacerla real. Primero, porque la realidad no se inventa sino
que
se
crea, como
complejidad
dinámica e integrada. La realidad es lo que contiene las posibilidades creativas y las
potencialidades
composiciones
y
de
los
composiciones
juegos, de
la 141
complejidad dinámica. Segundo, para que se realice algún proyecto político, se requiere de la correspondencia con las condiciones de posibilidad; si no hay tal cosas,
el
proyecto
es
irrealizable,
inviable.
La
forma
de
gubernamentalidad
clientelar, puede acomodar los escenarios políticos de tal manera, que, para sus pretensiones y su imaginario, le sirvan como escalera o gradas que le ayuden lograr los objetivos que se propone; principalmente, perpetrarse en el poder. Sin embargo, este montaje no le ayuda a lograrlos, aunque le ayude a ensamblar la escenografía
política.
Por
eso,
estos
armados, terminan en rotundos fracasos. Se puede argumentar, claro que sin la consistencia lógica, que el derecho del 142
presidente es a re-postularse las veces que quiera, pues formaría parte de la “libertad” de un individuo a hacerlo, por encima de cualquier Constitución, regla o voluntad
popular.
Se
puede
montar
escenarios donde “movimientos sociales” aparecen pidiendo la re-postulación. Pero, lo que no se puede lograr es que esta argumentación
sea
consistente;
se
sostenga no solo en la lógica, sino en la Constitución, en las reglas del juego, en la
voluntad
condiciones
popular; están
pues
ausentes
estas en
la
argumentación política.
El refrán popular dice el papel aguanta todo;
tendríamos
que
decir
que
el
discurso político puede decir de todo; pero, lo que no puede es convertir lo que se escribe en el papel o se dice en el 143
discurso en una realidad efectivamente dada. Partiendo de la tautología como premisa, el poder es poder, tiene poder; empero, es impotente para realizarse como realidad efectiva. En el mejor de los casos, llega a una “realidad” institucional, sostenida por la institucionalidad; sin embargo, no se realiza como realidad efectiva.
No
se
trata
aquí,
de
debatir
las
argumentaciones que sostienen la repostulación;
lo
que
es
fácil
rebatir;
además de ya haberse expuesto la crítica a
semejante
Sino
se
retórica
trata
de
gubernamental. comprender
el
funcionamiento de semejante discurso político. Se trata de un discurso en los límites
de
la
desesperación;
desesperación ante su clausura, ante el 144
cierre de su ciclo. Un discurso que busca la prolongación en el poder más allá de sus posibilidades mismas. Es como creer que el poder o el detentar el poder otorgan la magia de la eterna juventud, de la prolongación indefinida; como si la estadía en el gobierno no dependiera de la magnitud y curvatura de los ciclos políticos,
sino
políticas,
de
la
audacia
estrategias
y
implementadas.
Bastaría
argumentación
que
“presidente
tiene
de
las
prácticas emitir
diga
una
que
el
que
no
derechos”,
puede conculcar la Constitución, bastaría poner
en
entredicho
Constitución,
para
artículos
habilitarlo
de en
la sus
pretensiones electorales. Sin embargo, esta
argumentación
no
aguanta
la
contrastación con lo que acaece.
145
No
se
puede
desacatar,
democráticamente, la decisión popular, la dada
en
el
referéndum
sobre
la
modificación de la Constitución; a no ser que se lo haga aboliendo la democracia. No se puede estar por encima del poder constituyente; no se puede eludir el mandato
constitucional;
no
se
puede
desechar las reglas del juego, a no ser que se lo haga a costa de la muerte da la democracia o lo que queda de ella.
Cuando se lo hace, como lo hace el gobierno
clientelar,
al
suspender
la
democracia y al desacatar la Constitución y
voluntad
progresista”
popular, se
el
comporta
“gobierno como
una
tiranía, donde la persona del rey es la que
se
aunque
impone. no
se
Toda
encuentre
Constitución, el
artículo 146
explícitamente, invita a la subversión, si el gobierno no acata lo establecido por la carta magna.
Por
otra
parte,
un
gobierno
no
se
sostiene ni se prolonga por los juegos de poder, sino cuando las condiciones de posibilidad lo permiten. En plena crisis ecológica se hace insostenible un modelo extractivita en economía y un modelo rentista en el Estado. La prolongación de la gubernamentalidad clientelar no es viable cuando esta forma de gobierno se encuentra
en
crisis;
no
convoca,
no
convence, no responde a la demanda social. La extensión de una forma de gubernamentalidad en crisis no es posible sin
el
recurso
incrementado
de
la
violencia demoledora.
147
La
violencia,
aunque
sistemáticamente,
en
se sus
la
efectúe
distintas
y
variantes formas, es, en todo caso, el último
recurso,
por
así
decirlo,
del
funcionamiento de la máquina del poder. Que lo haga, que recurra a este recurso, quiere
decir
que
el
poder,
para
reproducirse, requiere constantemente de la violencia. Lo que implica que el poder solo es posible con el ejercicio de la violencia.
148
Descripción
del
procedimiento
insólito
El presidente de la Cámara de Senadores, José Alberto Gonzales, alias el “Gringo”, dijo
que
la
Asamblea
Legislativa
estableció una posición, respaldando a la petición
del
Constitucional
MAS
ante
el
Plurinacional
Tribunal (TCP).
El
pedido consiste en otorgar la figura de una
reelección
indefinida;
este
requerimiento político se basa en cinco “ejes
fundamentales”,
entre
ellos
las
“convenciones sobre derechos humanos” por encima de la Constitución. El
partido
de
gobierno
presentó
un
recurso ante el TCP, con el objeto de que declare la “inconstitucionalidad” de cinco artículos de la Ley de Régimen Electoral, 149
además de la "inaplicación” de cuatro artículos
de
la
Constitución.
Estos
mencionados artículos, tanto de la ley como de la Constitución, limitan el mando de las autoridades; en consecuencia, se busca habilitar a Evo Morales a los comicios de 2019. El presidente de la Cámara de Senadores se expresó de la manera siguiente, ante tan
controvertido
requerimiento
del
partido oficialista: "Se ratifica el pedido que hace la bancada (del MAS), de los dos miembros de la oposición en sentido de que se declare la inconstitucionalidad de
artículos
de
la
Ley
de
Régimen
Electoral, además se ha pedido que se declare
inaplicable
artículos
de
la
Constitución”. El “Gringo” envió el lunes el argumento al TCP, en reemplazo del
150
presidente
nato
de
la
Asamblea
Legislativa, Álvaro García Linera. El TCP, una vez recibida la respuesta de la Asamblea Legislativa, a requerimiento del
mismo
sobre
el
Tribunal,
carácter
del
que
preguntaba
insólito
pedido
político gubernamental, sorteó a Macario Lahor Cortez como magistrado relator; responsable, ahora, de resolver el recurso del MAS, contando con un plazo de 45 días. La resolución sobre la reelección será
puesta
miembros
a
del
consideración Tribunal.
de
los
Según
el
magistrado Zenón Bacarreza, la mentada resolución sobre la reelección estará lista para antes de diciembre. El magistrado dijo: "Hemos tomado conocimiento y lo vamos a resolver. Es una decisión de sala plena y de los magistrados de dejar en lo
151
posible en cero la mora (procesal) a los futuros magistrados”. De acuerdo al jefe de bancada de UD, Wilson Santamaría, los magistrados del TCP, que atenderán el recurso del MAS, buscando
legalizar
indefinida,
"deben
porque
que
la
reelección
excusarse”.
"hay
un
conflicto
Esto de
intereses” debido a que son procesados por
la
Asamblea. El
artículo
20
del
Código Procesal Constitucional dispone que será excusa "tener proceso pendiente con alguna de las partes, siempre que éste no haya sido provocado ex profeso por una de ellas para inhabilitarlos, o haber sido denunciante o acusado contra una
de
las
partes
para
su
enjuiciamiento”.
152
El Congreso, donde el MAS controla más de dos tercios, favoreció el pedido del oficialismo con argumentos jurídicos que tienen como base cinco ejes. El primero hace mención a los derechos ciudadanos de elegir y ser elegido. Luego está la jurisprudencia
internacional
sobre
derechos humanos. "Es una línea en la que se exacerba la voluntad de Bolivia del respeto
a
las
convenciones
sobre
derechos humanos incluso los que están por encima de la Constitución”, declaró Gonzales, quien dijo que enviaron al TCP las razones jurídicas por las que sí debe resolver el recurso del MAS que busca la reelección10.
10
Leer El Legislativo da al TCP el visto bueno para la reelección. http://www.paginasiete.bo/nacional/2017/10/18/legislativovisto-bueno-para-reeleccion-156180.html.
153
En
resumen,
los
“representantes
del
pueblo” oficialistas, quienes presentaron el
“recurso
abstracto
de
inconstitucionalidad”, argumentaron que las cláusulas que limitan la reelección de postulaciones
vulneran
uno
de
los
derechos principales, consagrados por la propia
Constitución,
para
todos
los
ciudadanos, no solo para el presidente, que es la prerrogativa de ser candidato a un cargo de elección popular. Según esta estrambótica
“reflexión”,
el
referente
jurídico es el pacto de San José, del que Bolivia es signataria; pacto que considera un “derecho humano” elegir y ser elegido. Sin embargo, lo que no puede eludir la maniobra extravagante del oficialismo es que la Constitución fue aprobada por la mayoría del pueblo boliviano; vulnerar esta aprobación popular es vulnerar los derechos
del
pueblo
boliviano, 154
consagrados
en
vulnerando, humanos,
la
además al
Constitución; sus
desconocer
derechos la
decisión
popular. Por su parte, el referéndum de 2016 rechazó la posibilidad de hacer una reforma constitucional para habilitar al presidente
a
una
reelección,
mucho
menos, de manera indefinida. Hacerlo, implica
un
delito
democrático
y
constitucional.
Si bien, el oficialismo ha señalado que este referéndum estuvo “viciado”, pues, según dice, la ciudadanía votó, inducida por una “campaña sucia”, desplegada por la
“oposición”,
con
el
objeto
de
desprestigiar a Evo Morales, señalando las
relaciones
dama,
amorosas
con
una
quien era la cara visible de la
red, circuito y estructura de corrupción, 155
respecto a los millonarios contratos y convenios con la empresa trasnacional china CAMC11, esto no es un argumento válido para desconocer los resultados de la votación, donde ganó el No.
Una colusión de este conflicto jurídicopolítico,
relativo
al
requerimiento
oficialista, contrario a la Constitución, al referéndum
y
al
ejercicio
de
la
democracia es que estamos ante delitos jurídico-políticos,
constitucionales
y
contra la democracia. Delitos que no se 11
Leer Hay 5 firmas de la china CAMC en relación con el Gobierno de Evo Morales. También Empresa china CAMC hizo sociedades para acceder a más contratos en Bolivia; así como Todo sobre el caso Evo - Gabriela - CAMC: ¿Trafico de influencias? http://eju.tv/2016/03/5-firmas-la-china-camc-relaciongobierno-evo-morales/. http://eju.tv/2016/03/empresa-china-camc-sociedadesacceder-mas-contratos-bolivia/. http://www.somossur.net/index.php/socio-cultural/losmovimientos-sociales-en-tiempos-de-evo/1740-todo-sobre-elcaso-evo-gabriela-camc-trafico-de-influencias.
156
pueden
encubrir
con
enredadas
“argumentaciones”, que son, mas bien, parte
de
una
retórica
política
no
convincente, que contrasta con la retórica misma,
que
es
el
arte
de
la
argumentación y del convencimiento.
Otra
conclusión
es
la
que
pone
en
evidencia la incongruencia “teórica”, si es que
podemos
semejante
darle
este
“deducción”,
argumentación
extravagante
nombre
a
de
la
sobre
la
habilitación del presidente al “derecho” a una re-postulación indefinida. Cuando se habla de derechos humanos se hace referencia a la condición universal de la humanidad;
de
ninguna
manera
al
“derecho singular” de un individuo, que además
funge
de
Presidente.
Los
derechos humanos están dichos y escritos 157
en plural, no en singular; por otra parte, los derechos humanos se remiten a la condición
universal
humanos;
de
de
ninguna
todos
manera
los a
la
condición específica y singular de un individuo
concreto.
Hacerlo
es
como
elevar a condición universal la condición singular de un individuo boliviano, que, además, funge de presidente de su país.
158
Nudos y tejidos en la coyuntura
159
El
término
de coyuntura se
refiere
a
la articulación de dos momentos, articulación que
hacen,
por así decirlo, al momento presente. El término de coyuntura sustituye a veces al término de momento, dependiendo del discurso en emisión o emitido; aunque teóricamente pueden referirse a distintas conceptualizaciones. Momento, responde a
la concepción
temporal o
la temporalidad de
la historia;
el momento enfocado histórico.
En
por
tanto
responde,
el análisis
que coyuntura,
mas
bien,
al análisis sociológico, político; análisis que
es
económico, busca
la estructura
encontrar especifica de
la coyuntura social, económica, política. Se ha convertido una costumbre mezclar las
dos
histórica y
concepciones,
la concepción la concepción 160
estructural del análisis.
Por
eso,
los
términos aparecen como sinónimos en las exposiciones sobre campos temáticos y problemáticas económicas
y
exposiciones,
históricas,
sociales,
políticas.
En
nuestras
también
caímos
estas mezclas
conceptuales.
embargo,
la perspectiva
desde
en Sin
de
la
complejidad, que supone la simultaneidad dinámica e integrada, quizás convenga a atenerse
de
tanto
así
hablar
de coyuntura,
de momento,
no que
supone temporalidad, tiempo, secuenciali dad
historia,
Sobre
por
lo
todo, cuando
tanto, linealidad. nos referimos a
los tejidos que
atraviesan
los espesores
de
la coyuntura, texturas de
la coyuntura; las urdimbres y tramas de la coyuntura.
161
Ahora bien, también nos remitiremos, metafóricamente,
a
los nudos de
la coyuntura; nudos de hilados de los tejidos,
de
las composiciones,
los entramados y urdimbres.
de Esta
metáfora de los nudos, conjuntamente con las metáforas de tejidos, texturas, tramas y urdimbres, todas metáforas textiles,
nos
ayudara
a descifrar los amarres de tejidos que
se
dan en la coyuntura. La coyuntura será, entonces, interpretada desde
la
distribución y situación de los nudos, en el contexto de las configuraciones y espesores de los tejidos; nudos y tejidos que sitúan a la coyuntura en
la simultaneidad
dinámica del espacio-tiempo-territorialsocial.
162
La coyuntura supone
distintos
niveles
compartidos; el local, el nacional, el regional y el mundial. En otras palabras, la coyuntura no
deja
de
ser local al
formar parte de la coyuntura nacional; lo mismo ocurre con la coyuntura nacional; no deja de ser nacional al formar parte de la coyuntura regional;
pasa
lo
mismo
cuando la coyuntura regional no deja de ser
tal
cuando
forma
parte
de
la coyuntura mundial. La coyuntura local, entonces,
es
un nivel
complejo de
la coyuntura mundial.
Hablaremos
de
la coyuntura
polĂtica boliviana; entonces, suponiendo tambiĂŠn inherentes,
las coyunturas locales, la coyuntura regional
y
la coyuntura mundial. En lo que respecta
163
a las coyunturas locales, solo podremos referirnos a algunas, para enriquecer e ilustrar
mejor
la
llamada coyuntura nacional. Comenzaremos con una configuración de la coyuntura boliviana, a la que llegamos después de la secuencia de análisis y ensayos
que
anteceden[1].
trataremos
de
Después vislumbrar
las composiciones con las coyunturas locales,
regional
y
mundial. A partir de estas composiciones coyunturales, de su panorama logrado, trataremos de configurar un mapa resumido de tejidos y nudos que la coyuntura,
para
hacen poder
a sugerir
interpretaciones adecuadas. La configuración de política boliviana,
la coyuntura que
aparece 164
en Espesores del presente y en Espesores coyunturales[2], es la de una forma de gubernamentalidad
clientelar,
en
plena decadencia.
La forma
de
gubernamentalidad
clientelar se
caracteriza por pasar de la convocatoria a la
concomitancia
de clientelas, de
y
redes
complicidad
clientelares, que
hacen de sostén de “legitimación” de la forma de gobierno, que concretiza la forma
de
Estado.
Se
habla
de decadencia no solo, lo que es obvio, por
haber
dejado
la convocatoria y
convertirse, más bien, en el nudo de las componendas,
sino
porque
la
misma estructura clientelar ingresa a una fase de diseminación; tampoco llega a aglutinar a sus clientelas. Se trata de una coyuntura de la crisis de la forma de gubernamentalidad clientelar.
165
La singularidad de
esta forma
gubernamentalidad
de
clientelar se
caracteriza por expandir intensivamente el modelo
extractivista
colonial
del
capitalismo dependiente, por administrar este modelo extractivista como Estado rentista[3].
Sin
embargo,
la singularidad misma
adquiere
su concreción con las composiciones de las transferencias de recursos naturales, que
en
el
caso
de
Bolivia,
son
principalmente el gas, el petróleo y los minerales; las composiciones de gubernamentales.
además
de
las
políticas
Apertura
a
las
concesiones trasnacionales extractivista y al
capital
financiero;
apertura
acompañada por la ideología populista, con
pretensiones
indianistas
y
de166
colonizadoras,
que
terminan
“legitimando” esta política económica de la
dependencia.
abusando
de
Además
este
administración
del contexto,
concepto,
de
desordenada
una e
improvisada, que derivó en gestiones y resultados paupérrimos. Con la gravísima consecuencia
de
supuestamente incentivar
que
las
inversiones,
productivas
el
aparato
o
para
productivo,
terminaron esfumándose.
La coyuntura política, entonces, adquiere una
composición
donde
la estrategia
clientelista hace a las mallas de redes que sostienen
el ejercicio
político.
el modelo
extractivista ahonda
dependencia
por
la
Donde
compulsión
la de
una economía primario exportadora, tal
167
como la denomina el discurso económico. Donde el Estado rentista se comporta según el paradigma rentista, usando los ingresos como cantidades de dinero, muy lejos
de
la inversión
la acumulación articulación
de
productiva de
capital.
de clientelas,
Donde
sobre
la
todo,
popular y sindical, deriva en la tolerancia de expansiones de prácticas de corrosión institucional y de micro-corrupciones, que son como los entornos pobres, aunque masivos,
de
las mega-corrupciones de
la estructura de poder palaciega[4].
La durabilidad de la década de gestiones del “gobierno progresista” se explica por la
consistencia
clientelares en la
de
las redes
segunda gestión
de
gobierno. La primera gestión se puede
168
considerar la del entusiasmo, cuando se consideraba
colectivamente
que
el
gobierno era como una extensión de la movilización
prolongada (2000-
2005); coyuntura, en la cual se decretó la nacionalización de los hidrocarburos. La tercera gestión de gobierno, mas bien, se caracteriza por el desencanto, el asombro ante el debacle y la decadencia, además de la crisis misma de la consistencia de las redes clientelares. ¿Por durando
sigue
esta forma
gubernamentalidad Primero,
qué
porque
de
clientelar en formalmente
crisis? no
ha
cumplido su mandato, el correspondiente a la tercera gestión. Segundo, porque la llamada
“oposición”
bien, complementaria al
parece, oficialismo;
mas le
ayuda a “legitimarse” con la forma de “oposición” que efectúa. Además de ser débil,
cuantitativamente,
en
la 169
ponderación de fuerzas convocadas y movilizables. Cuarto, aunque la crisis del “gasolinazo”, el conflicto del TIPNIS, el levantamiento de suboficiales del ejército, la rebelión aymara de Achacachi, hicieron tambalear
la estructura
de
poder del
“gobierno
progresista”,
no
lograron
irradiar
nacionalmente,
convocando
y
movilizando al pueblo boliviano.
Entonces, estamos ante una forma de gubernamentalidad
clientelar debilitada,
que, sin embargo, enfrenta a conjuntos de fuerzas que no llegan a aglutinar la disponibilidad de
fuerzas como
para
revertir la correlación de fuerzas con el “gobierno progresista”. La crisis política del
“gobierno
progresista”
ha
tocado
hondo; sin embargo, en el pantano no
170
termina de hundirse. Tampoco se observa nítidamente
la presencia decidida
la alternativa la alternancia en poder,
de
alterativa.
No
de
el círculo
vicioso
del
que
puede
darse
entre populistas y neoliberales,
entre
“izquierda” gubernamental y “derecha” retornada.
Sino
la alternativa
alterativa que rompe con el círculo vicioso del poder[5].
Figurativamente, este escenario de uno
de
se
puede
decir
que
la coyuntura política,
sus escenarios,
se
parece
a
la dilatada muerte lenta de un enfermo terminal. Nadie es capaz de otorgarle la conclusión de la eutanasia; tampoco el enfermo terminal es capaz de decidir su desaparición
inmediata.
Se
trata
de
171
una inercia nihilista llevada al extremo de la ambivalencia y de la indefinición.
En estas circunstancias, tan difusas e indefinidas,
el
su estructura
“gobierno de
progresista”,
poder,
su
núcleo
palaciego y sus entornos institucionales, sindicales
y
partidarios,
intentan
proseguir la ruta de la muerte en vida, por medio de una nueva reelección del presidente; líder del partido oficialista, la única figura convocante que tienen. Esta actitud
muestra
progresista”
no
que quiere
el
“gobierno
morir,
quiere
seguir adelante, de la misma manera como lo ha hecho, hasta ahora. Movilizar a lo que los “analistas políticos” llaman su “núcleo duro”; la Federación Campesina del Trópico de Cochabamba, que podría
172
considerarse el núcleo leal al régimen. La masa elocuente de llunk’us del partido, a pesar de ser numerosa, es, mas bien, una masa gelatinosa, incluyendo a la burocracia de funcionarios del Estado. En todo caso, hay todavía, en los sectores populares,
estratos
populares,
aunque
desencantados,
que
todavía
consideran que la diferencia entre Evo Morales Ayma y el neoliberalismo es válida.
El partido oficialista, los órganos de poder del Estado, copados por el partido de gobierno y controlados por la estructura palaciega, buscan imponer la figura de la reelección, usando la fuerza estatal, que todavía controlan y la fidelidad del núcleo duro.
Por
medio
de
maniobras
173
institucionales, no institucionalizadas, y por medio de maniobras leguleyas, quizás puedan lograrlo; sin embargo, este logro se sostiene sobre cimientos de barro. El tema de
fondo
es que
progresista” duró la cresta
de
la
el “gobierno
porque ola de
se
subió
a
la movilización
prolongada (2000-2005), se dejó llevar por
la
curvatura
de
la
ola
misma,
dejándose arrastrar por el impulso de la ola, incluso cuando ésta desapareció. Ahora, que no hay ni ola ni impulso, no tiene con qué continuar en el decurso de las
contingencias
y
concurrencias
de
fuerzas. En todo caso, sería un logro, de la maniobra y el montaje, que solo alcanza
a
parar
el
esqueleto
de
una estructura de poder muerta.
174
¿Cuáles son los tejidos y los nudos que componen
la coyuntura política?
acercamiento mencionamos, hablamos
a
los nudos,
de
pasada,
del nudo
Un que
es
cuando
clientelar.
No
es
exactamente un nudo como tal; es más bien, un primer avistamiento, vislumbre, de
lo
que
acontece
con
los hilos de amarre del nudo efectivo. El conglomerado complicidades,
de
concomitancias que
hacen
y a
la malla de redes clientelares, se sostiene en substratos llamaremos
complejos, rápidamente
de
lo
que
la condición
humana. ¿Cuáles son estos substratos? Quizás uno de ellos tenga que ver con los imaginarios conformados
por
las sociedades institucionalizadas. Imaginarios de 175
la promesa de al paraíso
la salvación,
terrenal.
desacralización,
La
convirtió
el era
retorno de
la
esta promesa
religiosa en un proyecto realizable en la Tierra,
conformando
un paraíso
terrenal prolífico en la riqueza y el goce banal.
La felicidad,
en
tanto plenitud, plena vida en las filosofías antiguas, se convirtió en el vivir bien, en el
discurso
los populismos del
endémico siglo
XXI;
de en
la
realización demagógica de una armonía virtual y publicitada con la naturaleza; cuando
efectivamente
se
continuaba,
atrozmente, con el desmembramiento de los
ecosistemas.
neoliberales,
En
los discursos
la felicidad prometida
se
convirtió en la fantasía del mundo del consumo, de la posibilidad de endeudarse indefinidamente
para
infinitamente
consumir bagatelas. 176
El nudo del consiste
que
hablamos,
en
entonces,
la inclinación social
por imaginarios delirantes
de
ferias
de paraísos terrenales de la proliferante banalidad. La corrupción, entonces, es una estrategia, si se quiere, directa y práctica,
para
terrenal de
la banalidad
La corrupción es el fin es
acceder
al paraíso
de
chatarra.
el método,
empero,
este paraíso del goce fugaz
y
superficial. Parece, que hay que atender, analíticamente, mas bien, esta finalidad, y
menos
la
estrategia
y
método
pragmático de la corrupción. Se hace, al revés,
pues
se
evalúa
desde
la perspectiva moralista, como si ésta pudiera dar luces sobre lo que ocurre, la decadencia. El moralismo, no es nada más que el asombro inocente y virgen de 177
la corrupción, la corrosión, la perversión y la
violencia
desmedida.
Es impotente para comprender,
mucho
menos, para detener la marcha escabrosa de la decadencia. Es parte, aunque usted no
lo
crea,
de
parte angelical de
la decadencia;
es
la decadencia y
la el
desmoronamiento civilizatorio.
El problema, en consecuencia, no radica en
haber
optado
por
el paraíso
hojalata del sistema-mundo
de
cultural de
la banalidad, que es, sin embargo, un retroceso estético respecto a la promesa religiosa, sino en el haber comenzado con el imaginario de la promesa de salvación, como si hubiera otro multiverso diferente al
que
habitamos;
de espiritualidad,
hecho,
además,
sin
ninguna
178
contribución
de energía y materia.
buscar
otra
en
parte
y
Este
desechar
el lugar donde habitamos y percibimos el universo, el planeta y sus ciclos vitales, es
el
comienzo
hacia
el decurso
histórico de sociedades institucionalizadas, como medio a
abocadas
la
a
realización
servir de
la promesa.
¿Por
qué
destructiva
esta voluntad de
la
vida,
de se
nada, convirtió
en substratos de las civilizaciones conocidas la humanidad?
de
Dicho de otra manera,
¿por qué el humano, institucionalizado, prefiere lo que no está a lo que está?; ¿por
qué
prefiere
la ausencia a
la presencia existencial? Dicho de manera
179
simple,
sencilla,
esquemática,
aunque
ilustrativa, ¿por qué prefiere la muerte a la vida?
No se crea que los problemas pedestres, como
los
de
manifestada
la
en
política sus
ejercida,
formas
más
grotescas, no tengan nada que ver con estas cuestiones trágicas, que arrancan en
los substratos mismos
la humanidad.
Sería
de
una
pose
“intelectual” o burocrática el pretender que estas cuestiones del teatro político de la crueldad tienen que ver con “anomalías salvajes”; que no tienen vinculación con los substratos, constitutivos podríamos atender
las de
explicar al origen,
raíces
y
la humanidad.
ejes No
la decadencia sin para
decirlo
de
180
manera simbólica, a los nacimientos y a los substratos constitutivos
de
la
humanidad. Algo que debería llamarnos la
atención
es
que
parte
de
los substratos, por lo menos, en lo que llama la historia las sociedades antiguas, está conformada por desenvolvimientos y despliegues
de violencias
constitutivas.
La pregunta a la que no podemos escapar es:
¿somos
los humanos constitutivamente violentos?
Hemos
respondido
criticándola
a
esta
pregunta
y de-constructivamente;
desechamos la tesis del mal, de manera concreta la tesis hobbesiana del hombre lobo del hombre. Hemos, partido, mas bien,
de
la teoría
la vida es memoria
biológica de sensible;
por
que lo
181
tanto, afectiva. Otorgándole al humano, ser
orgánico
plurales
y
entre
seres
diversos,
orgánicos
esta condición
existencial compartida. Sin desechar, sin embargo,
la
posibilidad
del momento o momentos diferidos, cuando las sociedades institucionalizadas, comenzaron a moldear al humano a partir de
los paradigmas
de
La invención
la
promesa.
de
demoniaco corresponde
a
lo uno
de
los momentos constitutivos de la historia, como decurso de la voluntad de nada, del nihilismo. La separación entre bien y mal,
que
corresponde,
a
la separación de espíritu y cuerpo, en las religiones
monoteístas,
institucional,
se
podría
es
estrategia
decir,
estatal,
de separar la potencia de la vida respecto
182
a
la abstracta
maquinaria
de
poder,
impotente.
Ciertamente, no es la única inclinación escrita
en
la
comportamientos otras
pluralidad
humanos,
inclinaciones,
fuertemente
pues
más
vinculadas
a
de hay bien,
la potencia
creativa de la vida. Hablamos de las capacidades
desplegadas
en
lo
que
modernamente se define como estética, también como técnica, que los griegos antiguos
consideraban
como techné.
Por
otros imaginarios, institucionalizados;
lo no
integralmente tanto,
se
dan
necesariamente en
constante
mutación y transformación, que son como la expresión figurativa de la invención humana. De esta manera, dicho de modo
183
provisional, se puede apreciar que, por lo menos,
en
lo
minimum
minimorum, este imaginario inventivo co mpensa el imaginario institucionalizado.
Siguiendo
la
exposición,
la compensación de
los imaginarios,
asumidos por las inclinaciones humanas, darían
lugar
a
comportamentales convirtiendo
los
tendencias contradictorias,
desenvolvimientos
sociales en conflictos creativos, incluso, en contraste, regresivos. Aunque esta presentación,
esta
exposición,
siga
siendo esquemática, nos muestra, por lo menos, condición
la
clave humana;
de
la controversial conservadora
y
transformadora, recurrente e inventiva, programática y creativa. El problema es
184
cuando
esta controversial
condición
humana se disminuye o reduce; restringe sus manifestaciones a los extremos de la banalización.
Por
un
lado,
el
conservadurismo se reduce a repetir lo dado y heredado en sus formas más superficiales y banales de la tradición; por otro lado, el progresismo reduce la proyección de la invención a las formas más superficiales y banales del cambio.
Nuestra hipótesis
interpretativa es
que
esto ocurre en plena decadencia, cuando la sociedades
institucionalizadas o,
el
conjunto de ellas, su civilización, no son capaces de comprender las problemáticas y dilemas en los que se debaten; solo atinan a reducirlos a opciones estadísticas o alternativas publicitarias. Esta flojera a
185
ocuparse del cuidado de sí mismo, esta incapacidad de pensar los problemas y los desafíos, es la dramática situación de la miseria
humana.
El
hecho
que
la corrupción no solo haya acompañado a las genealogías del poder, sino se haya expandido
galopantemente
en
la
modernidad tardía, señala el grado de la decadencia de
las sociedades
institucionalizadas,
de
sus mallas
institucionales y de los Estado-nación.
No
se
trata
solo
de
la forma
gubernamentalidad correspondiente
de
clientelar, a
los
“gobiernos
progresistas” del siglo XXI, sino de las otras formas
de
gubernamentalidad en
el presente. Todas, a su modo, han dado lugar
a
la
expansión,
en
distintos
186
despliegues
y
grafías,
a
las formas
paralelas del poder, a las formas de la economía política del chantaje, a las proliferantes formas
de
la
corrosión
institucional y de la corrupción.
Los “analistas” que señalan con el dedo solo a los “gobiernos progresistas”, sin ver
el contexto mundial,
regional,
nacional, sencillamente se tapan los ojos y prefieren optar por lo más fácil, por el prejuicio moral, que señala al enemigo; pero, se guardan de desnudarse a sí mismos.
Los síntomas de
la decadencia de
la civilización
moderna se expresan en todas las formas de gubernamentalidad política, incluso en todas
las formas
de
sociedades
institucionalizadas del sistema-mundo.
187
Estos
“analistas”
la decadencia,
son
parte
de
otro síntoma más
de
la diseminación civilizatoria.
Sin perder el enfoque, que se centra en la coyuntura nacional, teniendo en cuenta los contextos regionales
y
mundiales,
que, de alguna manera, los mencionamos y los figuramos, podemos hacer hincapié en
los síntomas
barrocos de
la decadencia manifestada
en
los
“gobiernos progresistas”.
Estos gobiernos
populistas se encuentran atrapados en las contradicciones
del sistema-mundo
capitalista,
al
responden.
La
nacimiento,
cual
pertenecen
modernidad, ha
vertiginosamente,
estado como
desde
y su
desatada por
dos
188
tendencias contradictorias, para decirlo resumidamente;
la
la descodificación,
tendencia de
de
la liberación
institucional, por lo tanto, desatando las capacidades
inventivas;
la tendencia
destructiva, no tanto conservadora, como se acostumbra decir, sino tanática. La misma capacidad inventiva se convertía en instrumental para la destrucción, tanto de
la humanidad como
El problema es
que,
del planeta.
con
el tiempo,
la modernidad liberadora, por así decirlo, ha venido restringiéndose; en cambio, la modernidad
destructiva,
ha
venido
convirtiéndose en hegemónica.
La civilización moderna, que no dejaba de mostrar su lado liberador, sobre todo, cuando emergen los movimientos sociales
189
anti-sistémicos, claramente, de manera elocuente, los anticoloniales;
movimientos también,
sociales
seguidamente,
los movimientos revolucionarios del proletariado; tampoco dejó de mostrar su lado sombrío, el de la destrucción de la vida. El problema es que
esta
última
convertido,
en
tendencia la
se
ha
actualidad,
en hegemónica; sin decir, que las etapas primerizas
del
evidentemente
capitalismo destructivas,
han
sido
cuando
nacen en el substrato de la colonización.
Volviendo a los “gobiernos progresistas”, el tema es que expresan el conjunto de las contradicciones de la modernidad, de una manera barroca, mezclada, densa, pesadamente irresoluble. Son como la
190
patente evidencia del fracaso político. El resumen de la promesa incumplible, del socialismo restringido a la demagogia, de la de-colonialidad discursiva y teatral, del anticapitalismo
bufón
antiimperialismo análogas,
de
y
del
pose.
Situaciones
en
diferentes
empero,
versiones, las podemos encontrar en los gobiernos
neoliberales.
Se
trata
del
resumen de la proyección de bienestar incumplible, del capitalismo restringido a la
especulación
globalidad analogías
financiera,
superficial, vagas,
de
de
conectada la
la por
democracia
farsante y mentirosa, también de la instrumental
pose
de
justicia
internacional.
191
Ambas proyecciones
ideolรณgicas forman
parte de la misma episteme posmoderna. En
sus
distintas
pretendidamente marcha Pues
de
opuestas,
realizan
la
la decadencia civilizatoria.
ambos proyectos
convertido
versiones,
a
ideolรณgicos han
la humanidad en
medio
dramรกtico y en instrumento trรกgico para alcanzar sus fines sin sentido.
[1] Ver Bolivia: perfil econรณmico. Gravitaciones del capitalismo dependiente y del colonialismo
192
extractivista.
También Plano de
intensidad económico boliviano. https://issuu.com/raulpradaalcoreza/docs /gravitaciones_del_capitalismo_depen. https://issuu.com/raulpradaalcoreza/docs /plano_de_intensidad_econ__mico_boli. [2] Ver la serie Espesores del presente: https://issuu.com/raulpradaalc oreza/stacks/9108857a454f4535a480896 76950aeb1. [3] Ver la serie Cuadernos activistas: https://issuu.com/raulpradaalc oreza/stacks/715dbb6b8faf4b70bef01283 2f796319. [4] Ver Cartografías políticas del chantaje. https://issuu.com/raulpradaalc oreza/docs/cartograf__as_pol__ticas_del _chanta. 193
[5] Ver CĂrculo vicioso del poder. https://issuu.com/raulpradaalcore za/docs/c__rculo_vicioso_del_poder_d44 d3f15db9474.
194
El nudo de la dependencia
195
La
dependencia
es
la
condición
subordinada, que se refiere o se remite a la condición incumplida de no haber logrado la autonomía, la independencia y la soberanía. Se ha trabajado, por así decirlo, la condición de la dependencia económica; la más lucida exposición al respecto es la Teoría de la Dependencia. Sin embargo, no se puede circunscribir el fenómeno de la dependencia solamente al campo económico, incluso tomando en cuenta sus connotaciones en el campo social, también en los campos político y cultural. La dependencia es una condición abarcadora y comprometedora; absorbe distintos planos de intensidad, que se conectan al definir la complejidad de la realidad efectiva; incluso en sus recortes sociales, culturales; complejidad
económicos, sin
tocar
dinámica
políticos
y
todavía
la
e
integral 196
ecológica,
donde
los
campos
mencionados se encuentran articulados. La dependencia compromete, por decirlo en lenguaje ontológico, al ser mismo. Se puede decir, entonces, de manera directa y resumida, que el ser no es, en su condición de dependencia.
Este no-ser de la condición históricapolítica-económica-social dependencia,
define
de de
la manera
categórica e ineludible los alcances y los límites
de
una
composición
social,
atrapada en el campo gravitatorio de la dependencia. Siguiendo a la Teoría de la dependencia,
éste
fenómeno
de
subordinación no se explica sino en la estructura de poder y en la geopolítica del
sistema-mundo
capitalista.
No
se
trata, entonces, solo de la convocatoria a 197
la decisión autonomista, independentista y
soberana;
sino
de
dejar
de
ser
dependiente, en la integralidad de los distintos
planos
de
intensidad,
que
componen la complejidad social y política. La
consecuencia
de
la
Teoría
de
la
dependencia es que no se sale del campo gravitatorio definido por la geopolítica del sistema-mundo
capitalista
solo
por
desplazarse hacia otra forma de Estado; por ejemplo el Estado socialista; mucho menos por desplazarse a una forma de Estado
de
menor
sistémica, correspondiente
transgresión
el a
anti-
Estado-nación la
forma
de
gubernamentalidad populista. No basta efectuar nacionalizaciones, materialidades políticas constitutivas del Estado-nación, sino que se requiere romper con el mismo campo gravitatorio que genera la
198
dependencia, es decir, con la geopolítica del sistema-mundo capitalista.
Los denominados estados del socialismo real no rompieron con el sistema-mundo capitalista; continuaron en la geografía estructurada por la geopolítica de la dominación
mundial
del
capital.
De
manera menos intensa y ambiciosa, con menor proyección, los Estados-nación del nacionalismo
revolucionario
tampoco
atinaron a romper con las condicionantes impuestas por el orden mundial, a pesar de la incidencia en la economía mundo de las nacionalizaciones efectuadas. En el siglo
XXI,
progresistas”,
los
llamados
están
más
“gobiernos lejos
de
la
ruptura con el orden impuesto por el imperio mundial, que lo que estuvieron
199
los gobiernos del nacionalismo-popular de mediados del siglo XX.
Se
podría
sugerir,
comparativamente,
solo de manera ilustrativa, de ninguna manera,
explicativa,
un
cuadro
de
ubicación de donde se encontrarían las diferentes
formas
rebelaron variable
de
Estado
que
se
al
sistema-mundo.
De
la
menor
dependencia
la
de
a
mayor dependencia, podríamos situar, en primer lugar a los Estados del socialismo real; después vendrían, con una distancia determinante,
los
Estado-nación
del
nacionalismo revolucionario, en todas sus versiones; distancia
continuando, que
antecesores, “gobiernos
los con
sin
separa los
progresistas”.
obviar de
la sus
denominados En
esta
secuencia, los “gobiernos progresistas” 200
serían
los
más
dependientes
y
subordinados de esta triada.
Su única
ventaja,
gobiernos
serían
los
neoliberales, formas concretas de Estado, que
se
habrían
completamente
entregado
a
la
casi
condición
subordinada de la dependencia.
No interesa, en este análisis, la jerarquía y, por lo tanto, ponderar a los menos dependientes, gravitación
sino
de
señalar
determinante
de
la la
dependencia, en toda esta lista de formas de
Estado.
No
fue
suficiente
la
transformación del Estado, en el caso de las revoluciones socialistas, para salir de la condición dependiente respecto a la composición mundo; romper,
estructural
pues salir,
al
no
ser
fugarse
del
sistema-
capaces el
de
campo 201
gravitatorio de la geopolítica del sistemamundo capitalista, solamente lograron, por así decirlo, órbitas privilegiadas en el sistema orbital de sistema-mundo. Este hecho
no
puede
ocultarse
por
el
despliegue de la más esforzada difusión ideológica. No se trata de demostrar la verdad de la ideología socialista, sino de efectivamente construir, por lo menos, un mundo
alternativo.
El
fracaso
del
proyecto socialista conocido, partidario, consiste en esto, en no haber podido construir otro mundo alternativo. Solo se mantuvieron en el mismo sistema-mundo que
combatieron,
perímetros,
sin
bordeando
cruzar
sus
sus
límites
y
umbrales.
No entraremos, en este ensayo, a la dramática
historia
de
los
estados 202
socialistas, sus terribles contradicciones, sus crímenes, a pesar de los alcances de justicia
social;
pues
no
es
este
el
referente del análisis. En todo caso, nos remitimos a anteriores ensayos y otros análisis
e
investigaciones.
Lo
que
importa, en el contexto del ensayo, es señalar la condición de dependencia de la que no salieron los estados del socialismo real. Alguien puede cuestionar lo que decimos,
refiriéndose
a
la
República
Popular de China; la primera economía del
sistema-mundo-capitalista.
Sin
embargo, al señalar la evidencia del “desarrollo” abrumador de la República Popular
China,
del
no
patentizar
que este logro de revolución y
otra
cosa,
de
mercado”, tecnológica
hacen
“socialismo
científica,
sea
que la
demostración de que solo se puede lograr “desarrollo”,
crecimiento
económico, 203
convertirse
en
la
primera
potencia
emergente económica, en la medida que se respeta la composición estructural del sistema-mundo capitalista. Para decirlo, en tono coloquial, el salto de la “China comunista” a primera potencia económica solo fue posible en las condiciones de posibilidad impuestas por la geopolítica del sistema-mundo capitalista.
Los líderes del Partido Comunista Chino, el
comité
central,
no
parecen
darse
cuenta que su triunfo económico, incluso, tal
vez,
militar,
revoluciones
que
industriales,
supone
las
tecnológica,
científicas y cibernéticas, es una victoria a costa del proyecto comunista. La gran revolución socialista china, que fue como la continuidad expansiva y profunda de la revolución bolchevique, que se convirtió, 204
en el mundo pedestre de la postguerra, en la posición radical de los no alineados; revolución que transformó al mundo más que la revolución rusa;
terminó en la
deriva de el “socialismo de mercado” y la derrota de la revolución cultural de los guardias
rojos,
en
una
asombrosa
y
tecnológica,
razón
instrumental,
revolución
científica
restringida
a
la
dejando avergonzados a los países de la colonización
interminable.
China
ha
ganado la competencia capitalista, pero ha
perdido,
inutilizando
el
proyecto
comunista y la utopía universal, por la que
todos
y
todas
las
combatientes
dieron su vida; desecho su condición revolucionaria. Ya no lo es; de esta pérdida irremediable, de esta muerte del espíritu comunista, no la puede salvar el impresionante
e
inmenso
Partido
Comunista de la China. 205
Si algo queda con los miembros de los partidos comunistas, los que podemos nombrar como tales, por haber sido máquinas de guerra, militares y políticas, que enfrentaron a las máquinas de guerra hegemónicas vencieron,
del
capitalismo
y
las
es la comunicación respecto
al sentido de lo que se hace. Por más que se
haya
Comunista
burocratizado Chino,
por
el más
Partido que
el
realismo político y el pragmatismo lo haya llevado a una estrategia política, económica y militar, que
aparece como
eficaz,
desorientación
frente
a
la
estructural de la OTAN, a la compleja estructura
máquina
del
vigente
capitalismo, no hace otra cosa que revivir el sistema-mundo capitalista contra el que combatió. 206
La pregunta al Partido Comunista Chino es: ¿Cuánto de comunista le queda? No se
trata
de
interpelarlo;
juzgarlo,
tampoco
de
el desafío ha sido inmenso,
se han desplegado todas las herramientas que se creían pertinentes. A diferencia del Partido Comunista de la Unión Soviética, el Partido Comunista Chino gobierna no solamente sobre la geografía china, sino sobre
la
geografía
del
mundo;
sin
embargo, esta forma de gobernar no es de los condenados de la tierra, no es de los
campesinos
y
proletarios,
que
conformaron el ejército rojo, que ingresó triunfante a Pekín en 1949.
La responsabilidad del comunista - que entiende
de
manera
inmediata
el 207
militante comunista, de lo que está lejos de
vislumbrar
el
detractor
del
comunismo, que nunca se ha dedicado a entenderlo, incluso para criticarlo - es para con los y la explotadas de la tierra. El asombroso salto de la China Popular como primera potencia económica, es portentoso para los economistas; hasta puede ser para los condenados de la tierra,
pero
no
es
un
logro
del
comunismo; la sociedad sin clases.
Dicho de manera traviesa, que no pierde la forma transgresora y provocadora, podría
enunciarse
de
la
manera
siguiente: ¿comunistas chinos qué están haciendo? ¿La guerra al capitalismo o la demostración de ser los primeros en la competencia capitalista? Si todavía son comunistas,
tendrían,
en
el
sueño 208
inocente
del
militante,
responder
honestamente a las preguntas. Si el término
comunista
se
ha
convertido,
reductivamente, en un logo, que sirve para china,
vender
la
entonces
producción han
industrial
ganado
a
la
competencia, frente a las conformaciones sin ingenio de las burguesías europeas y norteamericanas. Ese no es un tema que preocupa a los condenados de la tierra. Lo que preocupa es si lo que hicieron en la larga marcha se convierte, ahora, en liberación y realización de las demandas humanas
postergadas.
Haciendo
más
simple y más maravillosamente infantil el discurso, la pregunta es: ¿camaradas chinos siguen siendo comunistas?
209
La trama del dependencia
nudo
de
la
210
En la conformación del sistema-mundo capitalista los amarres de la dependencia comenzaron, por así decirlo, temprano; prácticamente en el nacimiento mismo del sistema-mundo; vale decir con la conquista
reiterada
y
la
permanente.
La
división
internacional
y
la
mercado
mundial
colonización del
trabajo
composición se
imponen.
del La
esclavización a escala de las magnitudes asombrosas
del
modo
de
producción
capitalista, las oleadas de conquistas, las expansiones
demoledoras
de
la
colonización,
como
corrientes
de
fundaciones
europeas
sobre
lo
ya
fundado hace tiempo, los sometimientos de las poblaciones nativas, si no era su genocidio,
la
conversión
de
los
conquistados en el proletariado inicial, dado en forma barroca, son los hilos de los entramados del sistema-mundo, que 211
se
conformaba
conquistadas
y
anexando bañándose
tierras con
las
sangres derramadas. El continente de Abya Yala se convirtió en el donador, por excelencia,
de
recursos
naturales,
además de donar contingentes de masas de fuerza de trabajo super-explotable.
Lo
que
se
nombra
como
economía,
denominación mejorada con la definición de campo económico, es una abstracción, que se sostiene en tejidos de la trama y urdimbre
compuestos
por
los
hilos
trágicos y dramáticos de estas relaciones violentas
entre
humanos,
de
estas
prácticas también violentas de parte de los
humanos
con
los
espesores
territoriales. De la misma manera, se puede señalar los hilados de relaciones entre humanos y sus máquinas; también, 212
en
términos
de
corrientes,
con
los
océanos y los continentes. Las relaciones de
las
miradas
firmamento
humanas
o
los
con
océanos
el de
constelaciones, sobre todo, en la que se encuentran, la Vía Láctea. Del mismo modo,
conforman
complejidad
de
hilados tejidos
en
la
materiales,
energéticos y corporales. No se puede obviar las relaciones de los humanos con sus saberes, sus ciencias, sus artes y estéticas.
Todos
distintos
planos
estos y
hilados,
en
espesores
de
intensidad, conformando composiciones singulares, hacen a la realidad efectiva. La abstracción de economía o campo económico
no
es
más
que
una
interpretación, un enfoque teórico, que recorta dinámica
en de
la
integral la
complejidad
realidad
efectiva
213
configuraciones reducidas, para hacerlas operables en el análisis.
Lo que se denomina dependencia, que corresponde a los hilados de relaciones de dominación, relaciones basadas en prácticas de violencias iniciales, mutadas después
a
prácticas
costumbres,
que
inscripción
violenta,
de
han
hábitos dejado
y su
aparentando
naturalidad, es ese entramado material, energético,
corporal
composición
de
notas
y
territorial; violentas
y
ejecutada por instrumentos de guerra. Después, por toda la instumentalidad del mercado, que cubrió los mares y los continentes con sus mallas de redes comunicantes y traficantes. Emergiendo de estos substratos de la violencia y del comercio se edificaron estados modernos, 214
con
sus
respectivos
gobiernos
administraciones imitativas. violencias
iniciales
se
hábitos,
sembraron
y
Es decir, las
convirtieron
en
mercados,
se
expandieron las minas, también en las plantaciones domesticadas y copiosas; aparecieron industrias, como para llenar los
vacíos
de
las
importaciones.
La
dependencia se teje en la composición de estas formas singulares de relaciones; no se trata solo de la transferencia de recursos naturales, en la condición de materias primas, sino del nudo de la dependencia.
El nudo de la dependencia, que es un amarre de hilados, se forja amarrando la composición hilvanada, que asiste a los entramados
del
sistema-mundo
capitalista. Es el nudo que define la trama 215
y la urdimbre conformando lazos de dependencia respecto a la economíamundo capitalista. La economía-mundo responde
a
una
fabulosa
heurística
maquínica diseñada para la acumulación ampliada
de
capital,
suponiendo
reiterada
y
recurrente
la
acumulación
originaria de capital. Todas las piezas, los dispositivos,
la
instrumentalidad,
los
circuitos, la logística, las comunicaciones, las producciones, están articuladas, de tal manera, que generan acumulación de capital a escala mundial. La dependencia, en
primer
lugar,
sistema-mundo dependencia
la
Estado-nación, “desarrollados”,
se
da
respecto
capitalista; comparten tanto así
los
al
esta
todos
los
llamados
como
los
denominados “subdesarrollados”, de la misma manera como también, ahora, en
216
la historia reciente, los señalados como “potencias emergentes”.
En segundo lugar, la dependencia es diferencial; se dan, por así decirlo, de una manera
conocida,
dominantes,
en
dependencias
contraste
dependencias
con
dominadas.
las Las
dependencias dominantes se aprovechan de los términos de referencia desiguales, que
benefician
economías tanto
grandemente
nacionales
empobrecen
economías
dependencias subalternos
de
dominantes,
o
nacionales
a
vacían
las en
a
las
dominadas.
Las
los
Estado-nación
reproducen
la
condición
impuesta por la geopolítica del sistemamundo
capitalista,
condición
que
diferencia centros de periferias.
217
En
tercer
lugar,
se
trata
de
la
dependencia inscrita en los engranajes mismos
de
la
economía
nacional;
funciona como si fuese una fatalidad, una condena, de la que no se puede salir. Funciona también como una ecuación material: genera
la y
economía
extractivista
reproduce
la
condición
dominada de la dependencia. Reproduce, además, la condición de subordinación política;
el
Estado-nación
tarea
primordial
tiene
como
garantizar
la
transferencia de recursos naturales de las periferias a los centros de acumulación de capital.
Aparece
como
si
fuera
un
programa inscrito en la estructura de la economía-mundo. estructurante funciona
de
La la
generando
estructura
economía-mundo la
diferencia 218
geopolítica, centros y periferias, aunque ahora aparecen las potencias emergentes como
tercera
característica
de
la
geopolítica. La acumulación de capital no puede
darse
sino
por
expropiación;
expropiación de plusvalía a la fuerza de trabajo;
expropiación
de
recursos
naturales, en las condiciones desiguales de
los
términos
intercambio; ecosistemas,
de
referencia
expropiación sin
a
reposición
de
del los la
destrucción dejada como huella ecológica.
El nudo de la dependencia amarra a todos los
Estado-nación,
“subdesarrollados”
“desarrollados”, o
“potencias
emergentes”, también a los dispositivos globales del sistema-mundo, en la espiral 219
de la dependencia in crescendo. Lo hace funcionar
de
acuerdo
a
las
tramas
anudadas. Lo que no hay que olvidar es que estas tramas fรกcticas, que pueden considerarse como pre-narrativas, estรกn compuestas por entramados corporales y territoriales.
Lo
que
manifiesta
patentemente el pathos y el ethos de experiencias sociales sedimentadas en las memorias
sociales.
Desde
esta
perspectiva, la de la experiencia y la memoria
sociales,
dependencia condena,
no sino
el
es
nudo ni
una
deshilachable,
de
la
fatalidad
ni
composiciรณn des-anudable;
dependiendo de la capacidad popular de descifrar y desanudar el nudo gordiano. No con la espada, como Alejandro Magno, sino con la astucia de la inteligencia humana.
Esto
implica
o
exige
la
220
intervención de la potencia social, como inventiva y capacidad creativa de la vida.
Lo que llama la atención, al respecto, es la solución repetida y recurrente, al estilo de Alejandro Magno, cortando el nudo con la espada, de manera violenta. Lo que
faltó
contar,
en
términos
de
interpretación narrativa, para mantener el equilibrio estructural del mito y de la leyenda, es que, una vez cortado el nudo gordiano con la espada, el nudo se reproduce, a pesar del corte. Alejandro Magno se aplazó, como todos los líderes, de un lado y del otro, o de todos los perfiles que se dieron en la historia; como todas las vanguardias y retaguardias que se dieron en la historia. Desanudar el nudo gordiano equivale a descifrar la composición
del
tejido
complejo
del 221
sistema-mundo,
desanudarlo,
hilo,
con
y
tejer
entramados
de
los
otras
hilo
hilos
por otros
composiciones
posibles.
Desanudar el nudo de la dependencia equivale a desanudar el entramado del sistema-mundo capitalista; volver a tejer con
los
hilos
deshilachados
otras
composiciones, mas bien, armónicas y alegres, que las sufrientes tejidas por las sociedades institucionalizadas; las que optaron por el circulo vicioso del poder. La
fatalidad,
la
condena,
el
destino,
incluso, la ley dialéctica, que supone, la providencia, no son más que formas narrativas del imaginario de la voluntad de
nada,
del
nihilismo
inherente
y
estructural en la historia. Formas de legitimación del círculo vicioso del poder. 222
No hay, efectivamente, tal cosa, pues la realidad, como sinónimo de complejidad dinámica,
no
se
circunscribe
a
la
fatalidad, sino es el devenir constante de la creación de la vida.
La cuestión, al respecto, es ¿por qué, las sociedades institucionalizadas optan por el
imaginario
de
la
fatalidad
como
voluntad de sus prácticas y habitus, en vez de recurrir a la potencia social? ¿Por qué ese apego nihilista por la nada y el vacío, por la muerte? ¿Por qué prefieren ser dependientes de un supuesto destino asignado?
¿Por
qué
ese
deseo
de
sacrificio en aras de la nada? Cuando la voluntad de nada es hegemónica, por así decirlo, cuando prepondera en el factum del desenvolvimiento humano, llamada historia, es que se ha renunciado a la 223
creación, a la capacidad estética de la humanidad.
En conclusión, el nudo de la dependencia no se circunscribe solamente a lo que la Teoría de la dependencia describió y analizó lucidamente, ateniéndose a la economía-mundo,
proyectando
consecuencias en el complejo sistemamundo, sino que, en sentido completo e integral, se refiere a la dependencia de las
sociedades
respecto
a
la
institucionalizadas supuesta
realidad
institucional, que no es más que la narrativa de la fatalidad, de la muerte y de la voluntad de nada.
El límite de la Teoría de la dependencia es que supuso la dependencia respecto a un 224
sistema-mundo capitalista, que producía, a la vez, “desarrollo” y “subdesarrollo”, sin lograr vislumbrar que se trataba, en la complejidad mayor, de lo que había intuido y en parte descifrado, de la dependencia respecto a un imaginario institucionalizado, civilización
la
moderna,
ideología de
la
de
la que
comparten tanto liberales y socialistas, neoliberales y progresistas.
225