Hemos titulado a este ensayo Gramatología del acontecimiento por varias razones. Primero, por la escritura, entonces por lo que nos recuerda el estudio de la escritura, lo que llamó Jacques Derrida De la gramatología. Segundo, por ese desplazamiento epistemológico que se muestra y se nombra como acontecimiento, abandonando definitivamente todo referente externo, señalado por la mirada de alguna interioridad. No hay exterioridad ni interioridad. Por otra parte, el acontecimiento es devenir, no puede ser sino devenir, además de comprenderse como multiplicidad de singularidades, tal como lo configuraron Gilles Deleuze y Félix Guattari. Tercero, consideramos que, para interpretar, desde la perspectiva de la simultaneidad de la historia reciente, es menester experimentar desplazamientos, dejando las certezas heredadas, que no son otra cosa que prejuicios bien elaborados. Cuarto, al contar con las experiencias sociales, las memorias sociales, cuyo substrato son las percepciones sociales.