El Picudo Blanco 5

Page 5

FRANCISCO GÓMEZ RODRÍGUEZ

Declive

Al tiempo que se va y nosotros con él ("Miré los muros de la patria mía// si un tiempo fuertes, ya desmoronados") Veo cómo muchas personas amadas de mi entorno más cercano están siendo invadidas por las arrugas del tiempo, la enfermedad y la vejez. Uno mismo tiene como huésped incómodo al dolor en su casa, invitado periódico de mi morada. El médico lo ha sentenciado. A partir de ahora sólo queda seguir la ruta trazada. Es lo que hay. ("De la carrera de la edad cansados// por quien caduca ya su valentía") Mi buen padre, a quien amo, se está haciendo mayor. Sus pasos son más vacilantes, su cuerpo se ha encorvado y le tiembla el pulso pero no deja ni por una apuesta su tabaquito. Mi tía Fili, a la que adoro, lleva con tesón y toda su dignidad la enfermedad que le ataca su vitalidad mas nunca mermará su bondad de mujer que bendice la tierra que pisa. Mi tía Clarita, mi queridísima tía que tanto me quiere y siempre me anima, muestra síntomas de agotamiento óseo. Y me llena de pesar, ella que es toda entrega y ternura. Mi buena tía Segunda también aguanta los reveses de la enfermedad que soporta con entereza, ella que es todo corazón y servicio. Todas ellas mujeres excelsas, maravillosas, que demuestran con hechos el enorme amor que atesoran en sus jóvenes corazones. ("…Entré en mi casa, vi que amancillada// de anciana habitación era despojos// mi báculo más corvo y menos fuerte") Mi tío Cristino se ha jubilado después de dedicar su vida a su pasión por el volante y la enseñanza. Mi tío Juan Antonio ha dejado los viveros y también se ha retirado. Mi tío José en el mítico pueblo manchego acaba de apagarse hace poco, igual que sus puros que derramaba sobre su solapa como hacía el admirado profesor "Manchado", mientras recuerdaba tardes gloriosas de toros y viajes. Mi tío Paco cada día llora más cuando se despide de mi tío Jesús en el universo que Cervantes creara para el Caballero de la Triste Figura. ("Vencida de la edad sentí mi espada// no hallé cosa en que poner los ojos"…) Ya nunca podré hacer el camino interior de Santiago para escuchar al hombre que siempre va conmigo. No podré acompañar a mi Señora desde el Tamarit hasta las Puertas Coloradas. Aguantará la vela como pueda. ("Polvo seré mas polvo enamorado") Esto es lo que hay y así habrá que asumirlo. El amor y el dolor, dos caras de la misma moneda de uso, que es nuestra vida, la más apasionante aventura tras la vivida por Alonso Quijano y sus molinos de viento. VICTORIANO IZQUIERDO RAMIREZ

6


Issuu converts static files into: digital portfolios, online yearbooks, online catalogs, digital photo albums and more. Sign up and create your flipbook.