DONDE HABITAN LOS SUEÑOS

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Poetas sin Fronteras Donde Habitan los Sueños Cuento Infantil

Edición Especial Abril 2019

Año 6 Ejemplar 63


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Ramón Hernández Olivares Director y Editor


"La bruja Génesis" Glenda Castillo Veracruz, México Érase que se era una bruja pequeña y hermosa, que pretendía ser malvada, llamada Génesis. La tierna hechicera vivía en el castillo de Blanca Nieves que, por esas fechas, estaba abandonado. El INAH había registrado el inmueble como edificio histórico y las remodelaciones salían tan caras que los descendientes de Blanca Nieves decidieron dejarlo caer para aprovechar el espacio y construir un casino en su lugar. Mientras eso no sucedía allí habitaba la tierna maga, quien nunca preguntaba al espejo mágico quién era la más bonita porque tenía la autoestima bien puesta en su lugar. La ociosidad es la madre de todos los vicios. Todos los días Génesis se levantaba muy temprano, se daba un baño, desayunaba los frutos que el día anterior había recolectado en el bosque, tomaba leche de una vaca que se hallaba en una granja cercana, le quitaba el polvo al espejo, arreglaba la sala del castillo que ocupaba y ya… A partir de ese momento no tenía más qué hacer. Desde el balcón, alcanzaba a contemplar el nuevo castillo que se erguía a un par de kilómetros. Allí debía haber una princesa. Así que empezó a planear cómo hacerle algún daño porque se supone que a eso se dedican las brujas. Recurrió a un clásico: la manzana envenenada. Con sumo esfuerzo arrastró un costal, lo llevó a las puertas del palacio y lo ofreció como tributo a sus altezas reales. La princesa, llamada Aranza, vio las manzanas, pero era alérgica a ellas, así que nos las comió; en cambio, su pequeño dragón


llamado Tragón, engulló todas y enfermó del estómago. Esto le sirvió de purga al gordo saurio y dejó de emitir eructos azufrados por un mes. Génesis regresó al balcón a seguir maquinando su maldad. De pronto fijó la vista en el espejo. Tanto había lustrado el marco que descubrió una inscripción que decía: “Si leo lo que pensáis, se volverá realidad”. Sonrió de oreja a oreja y escribió: “Una princesa en el castillo está, sin duda es hermosa: ¡Que aparezca su fealdad!”. Génesis no sabía que la joven princesa del reino “Muy, Muy Cercano” era poco agraciada porque tenía acné, pero poseía una simpatía que hechizaba a cuantos la conocían. La princesa Aranza despertó una linda mañana con la piel tan suave que todos querían tocarla y ella atribuyó el milagro a que el día anterior había comido ensalada de cebolla aderezada con jugo de ajo. ─¡Uy! ¡Chihuahua! ─ Exclamó la brujita que había visto muchas películas mexicanas a través del espejo cuando quería distraerse─ ¡Sucedió todo lo contrario!... ¿Será que tenga que escribir el hechizo al revés? Era una niña muy inteligente, pero pensar en eso le producía dolor de cabeza. Intentó escribir y los resultados fueron infructuosos. Necesitaba un maestro, pero ¿Quién? Fue a la biblioteca del castillo, abrió un diccionario enorme y encontró: “Escritura especular: …Leonardo Da Vinci era un maestro de la escritura especular”. Al día siguiente, Génesis fue a buscarlo. Éste se encontraba enfrascado en uno de sus inventos, pero interrumpió su trabajo para escucharla. Después le preguntó a qué se dedicaba y ella respondió:


─A bruja. El maestro sonrió: ─Te confieso algo… Si no fuera pintor quizás de hechicero me habrían tildado. Génesis se quedó como pupila del Maestro Leonardo y aprendió mucho de él, no tan sólo a escribir al revés. Cuando consideró que el conocimiento era suficiente regresó al castillo, limpió el espejo y quiso escribir un conjuro del mal; pero no podía sacar de su cabeza los proyectos, las ideas, los inventos pendientes: uno a uno venían en tropel. Sonriente, miró su reflejo y dijo: ─Hay tantas cosas buenas en qué pensar, en vez de perder el tiempo en la maldad”. Y regresó con Da Vinci para convertirse, al paso de los años, en su discípula predilecta ¿No me crees? Hay por ahí un retrato de ella, hecho por el Maestro, sonriéndose a sí misma.


El Sueño de Carlitos. Maruca Rodini Argentina Érase una vez, un niño bullicioso, envuelto en picardías. Por las noches, después de cenar hacia los deberes de la escuela. Luego su mamá lo acompañaba para ir a dormir. Ya en su cama, lo cubría con las cobijas y juntos practicaban una oración. Con un beso en la frente se despide de Carlitos con un ¡hasta mañana hijo! ! Recuerda que debes levantarte temprano, para estar a las ocho en el colegio! Su mamá apagó la luz, y se retiró. En ese momento la casa quedó en silencio, se adormeció toda la familia, menos el niño. Su instinto reflejó una rapidez. Buscó el libro de encanto debajo de la almohada, prendió la linterna, y escondido entre las mantas, comenzó a practicar los trucos de magia. Eran muchos los sueños que le agradaban a Carlitos..Él, no quería que su mamá se enterase, temía que lo iba a reprender. Con todo ese entusiasmo, se durmió tardísimo. La linterna casi ya no alumbraba. Y tenía apretujado todo entre sus manos. Por la mañana temprano su mamá lo despertó al niño y se reveló todo el plan que había proyectado. El secreto fue descubierto...


Una Lagrima Lourdes Lagardery Puerto Rico Una lagrima cayo de tus pupilas limpia y cristalina como el agua de una fuente, tan solo una y en aquel instante se desgarro mi vida de repente... Aquella lagrima fue, si no el final, el principio de las dudas acechando, frases hirientes, disculpas y después fui yo la que terminé llorando.... No sé si fue tu culpa o fue la mía el que este amor tan puro terminara, más sé que ya jamás en mi camino habrá quien me ame como tú me amabas... Ahora solo guardo en mi memoria de aquel amor que latió tan insulgente, el recuerdo de una lagrima tan clara, resbalando en tu mejilla....suavemente.


UN CUENTO AL REVÉS María Angelina Bustos Bargas La Cruz-Córdoba-Argentina Cierta vez… una gota de agua que se convirtió en lágrima, ya que estaba muuuy triste porque se había extraviado. -De dónde vienes? Le preguntó la boca sedienta, que formaba un agujero regordete en la carita morena de Juanita. - No sé…contestó la gota muy asustada…yo estaba…estaba…y sin poder contenerse se deslizó mejilla abajo. Colgadita en la cornisa de la barbilla se balanceaba de un lado a otro tratando de no caer al vacío. Y de pronto, Plaff, Juanita movió su cabeza y la gota fue a parar a un lago muy muy frío. -Dónde estoy? Preguntó temerosa la gotita. - ¡Estás en mi estómago y has enturbiado el refresco! Murmuró el vaso un poco molesto. - No ha sido mi intención. Exclamó la gotita muy asustada - No te preocupes, le susurró el refresco! ¡Eres tan pequeñita que Juanita no se dará cuenta y si quieres puedes quedarte a vivir conmigo…claro no será por mucho tiempo, porque seguro que algún niño vendrá por nosotros y entonces…se acabó! - y después? Insistió la gotita preocupada - Después…respondió el refresco…después…después…no sé. Pero si estoy seguro que ese niño se sentirá muy feliz deleitando su paladar con nuestra frescura, y así habremos cumplido con la misión que nos correspondía. A la gotita le agradó eso de hacer feliz a los niños y decidió quedarse en el refresco…pero… ¿saben qué? A mí se me ocurrió que la gotita seguro venia de la lluvia, se quedó enredada en los cabellos ensortijados de Juanita y el resto…ya se los conté.


¡QUÉ GRITO! Pitty Piedrabuena Grasso Río Tercero, Pvcia. de Córdoba, Argentina

MARTÍN ESTABA DURMIENDO EN SU CAMA MUY TRANQUILO CUANDO DE REPENTE… ¡¡¡AYYYYYYYYYYYYYYYY…!!! FUE TAN GRANDE EL GRITO QUE PEGÓ, QUE SU ALMOHADA SE CAYÓ AL SUELO Y SE HIZO UN CHICHÓN. UN GRILLO QUE ESTABA CANTANDO, SE ESCONDIÓ EN LA CASITA DE UN CARACOL QUE SE HABÍA IDO A COMER. DEL SUSTO, LA ALFOMBRA SALIÓ VOLANDO POR LA VENTANA, Y EL LIBRO DE CUENTOS Y LA GORRA DE MARTÍN, APROVECHARON EL VIAJE Y SE FUERON CON ELLA. LAS ZAPATILLAS DIERON TANTAS VUELTAS POR EL AIRE, QUE QUEDARON ENREDADAS CON LOS CORDONES Y TEMBLANDO. LA LÁMPARA SE VOLVIÓ LOCA: SE ENCENDÍA Y SE APAGABA, SE ENCENDÍA Y SE APAGABA, SE ENCENDÍA Y SE APAGABA… LAS CORTINAS DE LA VENTANA VOLARON HACIA ARRIBA Y QUEDARON ABRAZADAS EN UN NUDO. A LA TÍA, —QUE LA TIENE EN UNA FOTO COLGADA EN LA PARED— SE LE PARARON LOS PELOS Y SU CABEZA QUEDÓ COMO UN CEPILLO. LA PELOTA CON LA QUE JUEGA AL FÚTBOL, SE INFLÓ TANTO DEL SUSTO QUE SE ELEVÓ HASTA EL TECHO. A LA SILLA, —DONDE MARTÍN DEJA SU ROPA PARA EL DÍA SIGUIENTE—, SE LE AFLOJARON LAS CUATRO PATAS Y QUEDÓ COMO UNA ARAÑA.


HASTA LAS PRIMERAS LETRAS DEL NOMBRE DE MARTÍN SE FUERON CORRIENDO AL MAR Y SOLO LE QUEDÓ EL NOMBRE TÍN. EL PÍCARO MOSQUITO QUE LO PICÓ Y QUE FUE EL CAUSANTE DE SU GRITO TAN FUERTE, SE FUE VOLANDO HASTA LA PUNTA DE UN PINO. COMO YA SE HABÍA IDO EL MOSQUITO, TÍN SE CALMÓ Y SE VOLVIÓ A DORMIR. A LA MAÑANA SIGUIENTE TODAS LAS COSAS HABÍAN REGRESADO A SU LUGAR Y TÍN, RECUPERÓ SU NOMBRE Y SE DESPERTÓ COMO MARTÍN.


EL BARQUITO DE PAPEL. Bertha Laraf. Veracruz, México Dedicado con infinito amor y cariño para mi nieta. Luly una bella marinera de papel lustre. Bambin marinero de papel crepé. La mentira de papel arroz. La verdad fuerte como un papel cascarón. En un mar inmenso se divisaba un barquito de papel en la noche, una marinerita de nombre Luly, que en la vida nunca inventaba mentiras, llevaba el pequeño timón a medida que crecía la marejada, el dormilón de Bambin, hacia como que bostezaba, tienes sueño le preguntó la marinerita, a lo que contestó no, nada de sueño, era muy mentirosin, al fondo la luna llena iluminaba aquella hermosa noche, el barco que era muy sabio tenía una consigna, cada vez que dijeran una mentira se alejaba del puerto llamado Paraíso y se internaba en el mar profundo desviando su destino, se levantaban tremendas olas, Luly tenía unos catalejos antiguos, veía hacia todos lados para asegurar su navegación, otra vez preguntó ¿quieres llevar el timón? Si quiero, pero ahora estoy muy ocupado, santo dios otra mentira, en realidad estaba acostado viendo las estrellas. Comenzó el marinero a imaginar porque era muy fantasioso, la luna de algodón de azúcar, nubecitas hechas de merengue, una isla desierta que en lugar de arena tenía betún y cuando llovía caía granillo de chocolate ¿podrán creerlo? sería como un deleite para cualquier glotón, las palmeras de sabor chamoy…dormía ¡soñaba y no trabajaba!


Mientras tanto Luly intranquila, porque distinguió en el firmamento nubes grises, pensó que si lloviera tan solo unas gotas, su barquito se mojaría con las terribles consecuencias porque era tan solo de frágil papel, ella quería llegar a buen puerto cuanto antes, en eso vislumbra un faro luminoso por lo que hacía allá dirige su embarcación, Bambín ya no digas más falsedades, que por tu culpa no llegaremos a casa, en eso aparece una linda ballena que mágicamente hablaba y les decía hoy les cumpliré un deseo a todos los que digan la verdad, en sus ojos yo sé cuándo mienten así que fijó su vista en los hermosos ojos color miel, además de brillantes de Luly que siempre decía la verdad de los hechos, por esa razón les concedió llegar a buen puerto antes de que se humedeciera toda la embarcación y terminara desapareciendo. Entonces su frágil barquito de papel que iba manejado por una Marinera muy sincera tocó tierra, llegando a buen punto y fueron todos muy felices. Moraleja. La verdad siempre nos hará triunfar no importa si somos débiles


La cajita coqueta. J.A. Troncoso. México. - Rápido, rápido, rápido… Levantarme. No quiero perderme el primer día de clases. Afeitarme, poner uniforme, los zapatos. Listo! - Rápido, rápido, rápido… Tiene que ser el mejor; para estar temprano de regreso, no querré que me castiguen en el primer día. Los subsecuentes tendrán que ser mejor. - Alerones; en perfecto estado. Combustible; el necesario para la ida y el regreso. Eugenio era un instructor muy meticuloso y capaz. No le gustaba dejar nada al “aire”. Su profesión lo requería así. Despegó de la base aérea a las 700. Tenía que estar de regreso a las 800; para poder iniciar sus clases a las 900. Todo estaba calculado exhaustivamente. - ¡Daniela! Levántate ya. Se te hará tarde para el primer día. - Ya voy mamá. Tengo suficiente tiempo. Ni que hubiese heredado algún trastorno obsesivo compulsivo. Se escuchó la risita nerviosa de la madre de Daniela, como si tuviera un gran secreto. Ya en el camino al colegio preparatorio; a donde iniciaría su primer año, Daniela se detuvo un momento y se percató que sus zapatos no eran los reglamentarios. Y exclamó… - Ash!!! Qué contrariedad. Por levantarme a las carreras olvidé que mis zapatos no son los correctos. Ayer, domingo, ya no fuimos a buscarlos. Abrumada y muy preocupada; Daniela detuvo su andar. Pero decidió continuar. Esperanzada a que no le prohibieran el acceso el primer día.


Al llegar a la puerta; un señor con gorra y guayabera, alto y con rostro inescrutable le dijo… - Hey! Alto muchacha. Esos no son los zapatos reglamentarios. A menos que traigas unos de repuesto en esa mochila más grande que tu propio cuerpo o más pequeños que ese moño de tu cabello; te dejaré entrar. De lo contrario, regresa por donde viniste Daniela dio vuelta en 360 grados sobre su propio cuerpo. De repente sintió una fuerte ventisca y su falda gris tocó el suelo blanquecino del atrio. Poco faltó para rodar por la escalinata de la entrada. La turba que la arrojó casi de sentón fue la de estela que dejó Germán al pasar junto a ella corriendo por llegar casi tarde. Rápido se levantó y emprendió el camino de regreso a casa. De pronto como el ruido de un trueno se escuchó surcar por los cielos matinales del colegio un avión. Y en menos de lo que un rayo cae en un árbol, Daniela alzó la vista y un minúsculo paquete descendió pendido de un paracaídas; igual de pequeño que su pendular compañero que descendía sobre la menuda jovencita. Instintivamente y sin saber por qué; extendió sus manos. Recibiendo con suavidad la cajita color canela y con unas letras que se leían “coqueta” en letras color azul contrastantes al fondo café de la caja. Dentro de la caja; un par de zapatos con una nota que se leía: “Felíz primer día de clases hija. Recuerdo de tu papá el obsesivo compulsivo”. Daniela se insertó rápido los zapatos y; como una avalancha blanca-gris entró a su escuela y pudo concluir su inicial día de escuela. Y además; sentarse al lado de Germán.


El Cerro de los siete colores Carina Andrea Nadale Los Cóndores - Argentina -LeyendaHace miles de años, cuando la Tierra se estaba formando, los únicos que caminaban sobre su reseca superficie eran los duendes. Estos seres diminutos, eran energía en el estado más puro; representaban a los elementos de la naturaleza y tenían la misión de preparar al mundo para el evento principal de la creación: la llegada del hombre. Así fue como de la piedra brotó agua cristalina y a los mares se sumaron ríos, arroyos y cataratas. Siglo tras siglo los seres mágicos se ocuparon de crear paisajes maravillosos, tímidamente plantas y animales se asomaron a la vida. Antes de irse a dormir, los duendecillos contemplaban sus obras; a veces, desconformes, deshacían todo al día siguiente para volver a comenzar. Las selvas y bosques se poblaron rápidamente, otros sitios sin embargo, permanecieron deshabitados durante mucho tiempo. La naturaleza cobró vida propia y la magia de los duendes comenzó a perder efecto en las regiones donde sus habilidades no eran tan requeridas. Así fue como decidieron concentrarse en desiertos de piedra, arena o sal donde nadie quería quedarse. El trabajo era arduo, el sol calcinaba las plantas, ni una sola especie soportaba las inclemencias del clima, los animales miraban desde lejos. Las ideas se agotaban con el paso del tiempo y el ocio comenzó a ganarles. Se dedicaron a hacer travesuras, también surgieron algunos vicios entre fiesta y fiesta, de esas que realizaban apenas se ponía el sol. Y en eso estaban cuando un temblor los sacudió fuertemente. La


Pachamama, enojadísima porque sus servidores se habían corrompido, se sacudió y rugió con furia. Ninguno comprendió el mensaje, pero uno de ellos supuso, que allá arriba del cerro debía hacer mucho frío. Y se pusieron a tejer larguísimas franjas con los elementos que tenían a mano, después las unieron en una manta colosal y multicolor para cubrir al cerro, que desde entonces no volvió a temblar. Y aunque algunos científicos locos aseguran que tanto color se debe a sedimentos marinos acumulados por los movimientos de las placas tectónicas, la mayoría sabe que fue obra de los duendes que cada tanto hacen travesuras a pesar que la Madre Tierra puso cardones vigilantes para mantener el orden.


MIRANDO LAS NUBES A LO ALTO Juan Guerrero México Justo en medio arriba donde las grandes nubes todas habitan, me detuve de prisa y surgió una leve pero sincera sonrisa, pues no hay lugar alguno donde se me indica dónde y cómo, sobre el cuándo es distinto, pues mi instinto y olfato no es tan exacto, mas con todo siempre estoy al tanto; mirando las nubes a lo alto.


¿OYES EL AGUA CAER? Lucila Reyes Gonzalez México ¿Oyes el agua caer? el cielo está muy contento la tierra riega al momento para hacerla florecer. las calles se asean y brillan como espejo dando su hermoso reflejo para que todos las vean. Esos truenos ruidosos los hacen los chaparrones rompen cantaros traviesos y caé el agua a borbotones. ¿Oyes el agua caer? pues pronto se va a acabar, la fiesta que hubo en el cielo y que puedas descansar.


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